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Solo eran 24/4 por Nasky

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Notas del capitulo:

¡Hola!!! en este cap, les tengo una sorpresita y espero les guste :3, no no es acción ¬¬, por lo menos no aún jejeje

Que tengan un lindo fin de semana ^^ y que la pasen muy bien descansando en un lugar fresco donde no haga un ¡calor infernal!

Saludos, nos leemos pronto ^^

Ania se detiene, ve hacia el cielo y toma mucho aire sacándolo lentamente, como un suspiro demasiado grande

-           Está fresco rico- su voz es tan tranquila que hasta da paz

-           Cierto- reconozco tomándome unos minutos

-           Santi me dijo que su amigo se va entre viernes o sábado ¿te importa darme asilo? - ¡estúpido Santiago que no me dijo! Lo bueno es que ella lo está hablando conmigo, ¡lo voy a regañar! ¿y si ella esos días regresaba a ese departamento con la estúpida esa?

-           Y si tiene que ser más tiempo sabes que puedes quedarte- total presiento que el doctor estará feliz con los cuidados, sonríe dulcemente

-           Gracias- continúa el camino hasta la casa

Al entrar a la casa me toma de la mano y me jala al baño

-           Hay que lavar bien- toma los cuidados correspondientes para quitarme la curación, no pone cara contenta, se pone de pie y sale

Yo de chismosa me fijo, se ve bastante bien, diría que tengo mucho tiempo que una herida no se me veía tan bien tan rápido, me asombro, me preparo para poner un dedo encima y me llega un manazo, frunzo el ceño viéndola feo

-           Todo lo bueno que hice lo echarías a perder si lo tocas- me recrimina, pone una cosa espumosa encima y lava

-           Ouh- me quejo, sonríe burlona

-           Es jabón especial y ni arde- niega con la cabeza sin perder la sonrisa, pone el chorro de agua y enjuaga, luego saca unos merequetengues de “sepa Dios que madres sea eso” y las pone en mi brazo.

La verdad es que solo estoy ahí viendo y oliendo las cosas madres esas como estúpida con el brazo estirado

-           ¿Qué diantres? - pone un curita que de “ita” no tiene ni madres y listo

-           Ya acabé, ahora prepararé la comida- sonríe, recoge todo y se va mientras yo sigo ahí parada como babosa procesando lo sucedido

Se siente raro, es que… como decirlo… fue demasiado cuidadosa, por lo regular cuando a uno le pasan estas cosas son como bien toscos y hasta te aprietan y tallan de más para que duela como la… o te arda hasta la…, pero no, casi le faltó el besito a la herida para que su magia completara todo, me sonrojo, creo que si le comento es capaz de dármelo, pero no en la herida, carraspeo y salgo del baño

Hoy preparó algo muy vegetariano, demasiado debo decir, ¿eso llenará la panza?; veo de reojo la comida, luego a ella sirviéndola con una enorme sonrisa que, si quería preguntar o molestar, se fue a la

-           ¿En dónde consigues estas cosas que cubren el brazo completo? - le pregunto aun sorprendida

-           Son curitas- se ríe

-           Del tamaño del brazo no tiene nada de ita- gruño, se ataca de la risa

-           No es del tamaño del brazo- las risas la interrumpen- ¡que exagerada eres! - inflo los cachetes- hay variedad de tamaños y el tuyo no es ni de 5cm- sigue riendo mientras comienza a comer

-           Gracias- digo sin más

-           De nada- sonríe dulcemente

Después tomo mis clases de idiomas, me concentro en lo mío, hago las tareas, ella se ve ocupada en algo, pero no quiero interrumpirla, cenamos y nos vamos a dormir.

 

Despierto fresca como una lechuga… na, miento, la verdad es que apenas abro los ojos y apago el despertador, ya escucho ruidos, supongo Ania ya en movimiento, hoy ya no me acompaña al trabajo y eso me hace sentir un poco extraña; hago a un lado esos pensamientos y me enfoco en lo que se debe, el arreglarme para ir a trabajar.

Me levanto sintiendo la cabeza a reventar

-           ¡Rayos! - susurro; mala señal, me levanto y vuelvo a caer en la cama- se supone que esto no debería ser así- tomo un poco de aire, esperando eso me dé la fuerza que mi cuerpo se niega a tener el día de hoy

-           ¿Estás bien? - se abre la puerta estrepitosamente y la dueña de la pregunta se me queda viendo- voy a prender la luz- en automático cierro los ojos

-           Por favor apágala, mi cabeza va a explotar- mi voz apenas sale

-           Voy por una pastilla- la oigo alejarse y sus pasos regresar- vamos a sentarte- escucho como deja unas cosas

-           La luz- me quejo

-           Está apagada, prendí la de tu buró- me animo a abrir los ojos- que se te cayó, se escuchó afuera- su mirada exige una respuesta

-           Nada, solo me dejé caer en la cama- miento, creo que se dio cuenta porque su mirada no dice creerme mucho

-           Siéntate entonces- retrocede la mano con la que me estaba ayudando y yo como muñeca de trapo vuelvo a caer, Ania levanta la ceja molesta

-           ¿Piedad? - pregunto débil y mirada de cachorro

-           Síntomas- exige ayudándome a sentar y pasándome la pastilla con el vaso con agua

-           Debilidad, dolor de cabeza- por ahora

-           Quiero ver tu cuerpo- su voz es tan seria que no me puedo negar

-           Solo me quieres ver la piel- finjo lloriquear

-           Eso es un extra- se le escapa la sonrisa, pero hace seña de que me apure, quito el saco, tapándome con el los senos- tienes hematomas nuevos- siento sus dedos rozar dulcemente mi pie por donde supongo están los hematomas

-           Estás un poco fría- le hago la observación, pero ella no deja de revisar

-           Las piernas- me pongo el saco

-           Me tendrás que ayudar- le estiro la mano y ella me detiene en lo que me pongo de pie- puedes bajarme el pantalón- le digo algo roja

-           Tienes temperatura- sin dejar de detenerme me baja los pantalones- también aquí tienes hematomas- suspira, me suelta y descubro que ya me puedo quedar parada, sonrío satisfecha- demasiado caliente, nos vamos a la regadera- me jala a ella dándose vuelta muy rápido quedando a espalda mía y la muy loca me carga

-           ¡¿Estás loca?!- comienzo a decir- ¡bájame yo puedo ir sola!

-           Claro y al paso te me caes así de guanga como estás- llegamos al baño, me deja en la taza del escusado, pone el agua, ahora que la veo sigue en pijama

-           ¿No vas a ir a trabajar? - le pregunto un poco ida

-           Entro más tarde- se va desvistiendo- te quitas lo de arriba o te lo quito- queda en ropa interior

-           ¿Qué piensas hacer? - pregunto asustada y del puro miedo quitándome nuevamente el saco

-           Bañarte- responde con obviedad tocando el agua y asistiendo con la cabeza- está lista- me toma y se mete a mojarse conmigo- se te olvidaron los chones- se ríe, mientras que en mi hay una mezcla de enojo, indignación, su piel, mis hormonas, el agua fría, debilidad- sostente de la baranda- sí, tengo una en el baño por cuestiones del pasado que… efectivamente no es la primera vez que me pongo así

Lava mi cuerpo mientras yo tirito y siento como me manosea, bueno no, lo hace con la jerga

-           Listo, solo falta esa área- señala donde están mis pantis

-           No- la veo horrorizada

-           Ni que te vaya a violar- se ríe, yo suspiro

-           Puedo sola, solo voltéate- pido con mi cara sonrojada- ¿Por qué el agua tan fría? - digo haciendo lo que tengo que hacer

-           Está tibia- me responde- ¿lista?

-           Si- se gira, me ve dulcemente

-           Todo va a estar bien- cierra el agua y me pone la toalla encima, consiguiente a esto me abraza- todo va a estar bien- besa mi cabeza, se separa y comienza a secarme- a sentarse de nuevo- me vuelve a poner en la taza del inodoro- te pondré crema para el cuerpo

No voy a negar que me siento bastante mimada y ¡MUCHO MÁS AVERGONZADA!

-           Me siento más débil- me toma

-           Te tengo, vamos a la cama

A paso muy lento y ella técnicamente cargándome me lleva a recostar

-           Tú no puedes ir así a trabajar, le voy a decir a Santi para que avise- comienza a hablar en lo que mis ojos se comienzan a cerrar, ni fuerza para discutir tengo.

 

 

Ania

 

El doctor termina con el último paciente del día de hoy y doy gracias a Dios, no sé ¿cómo la enfermera Caro aguantaba todo este tiempo si ya estaba en una edad… grande?, ufff lo bueno es que ya no está, esa mujer leía la mente, ya la veo diciéndome “grande los cerros y reverdecen”, si, seguro me salía con algo así.

-           ¡Somos libres! - el doctor usa el tono jovial al pararse a mi lado en recepción- bueno, de pacientes, ahora los pendientes- su sonrisa es grande y atenta

-           Mañana en la mañana tiene los pacientes…- comienzo a decirle- ya preparé los historiales- el asiente- pero estará Talía a esas horas- él sonríe grande

-           Ah, cierto, mañana conocerás a la paciente consentida de Caro, por la que te entrenó tan minuciosamente- hace risitas, ya me imagino la joven toda fresilla para estar tan consentida por ella, aunque supongo ha de ser muy especial, la enfermera Caro era dulce y amable (sobre todo amable con todos) pero nadie cabía en la palabra “especial” para ella hasta donde yo vi hasta que habló de ella, era una dulzura maternal o ¿abuela? Única

-           ¿Algo que decir de ello? - pregunto

-           No, solo sé amable con ella, no es un caso difícil, solo que Caro la malcriaba bastante- hace un puchero aniñado que por supuesto no le queda y se empieza a reír contagiándome

-           Usted es un caso doctor- el asiente como si lo hubiera alagado

-           ¿Qué puedo decir? Soy único en mi especie- sonríe satisfecho- ¿qué más? - cuestiona y le doy los últimos datos

-           Por cierto, ¿sabe de casualidad un lugar, tal vez hostal en donde los cuartos no estén muy caros?

-           ¿Y eso? - frunce el ceño extrañado inclinando un poco la cabeza hacia la izquierda

-           Pasado mañana van a fumigar en donde vivo y- me detiene con la mano

-           No se diga más, mañana traemos tus cosas a esa bodega- señala- y de ahí tenemos tiempo para ver en donde hay un lindo cuartito barato

-           ¡¿Mis cosas?! – exclamo

-           Sí, no creo que quieras se llenen de esas cosas tóxicas o cadáveres de eso- pone cara de asco, me río

-           Bien, muchas gracias- él sonríe, se regresa a su oficina, yo guardo todo, me alisto

-           Ámonos antes de que nos encuentren- dice juguetón y salimos del lugar.

 

Aun no entiendo lo que tenga que tener de especial esta paciente como para que se tengan tantas mimadeses, estas cosas me fastidian, pero sospecho que la enfermera Caro si se entera que no hice lo que pidió posiblemente venga ella misma a atenderla, jalarme las orejas y darme un buen discurso del porque tengo que ser “súper linda” con la chiquilla esta.

Tomo la lista “Amber Hernández”, aun no recuerdo bien el nombre, camino para llamarla, me detengo, subo la cabeza para llamarla

-           Señorita Ambar Hernández- la llamo, veamos con que mocosa nepotista salta

-           Aquí- su voz suave y nerviosa sale, la veo y ¡no puedo creerlo!, ¡es la misma chica!

 

-           De verdad que no tengo ganas de ir- le digo a mi amiga que ya la tengo a la entrada de mi puerta

-           Entonces ¿me vas a abandonar aun cuando yo siempre te acompaño a tus cafés con las payasas de tus amigas abogadas?- arghsdf, chantaje

-           Bien, ¿solo es café verdad?  Porque si no, voy a andar aguantando las quejas de Fabricio - asiente con una enorme sonrisa, mientras yo suspiro derrotada

-           Si, incluso creo que seremos puras viejas para que tu novio no se ponga celoso- mmmm

-           Ya pues.

 

-           Por aquí por favor- le pido iniciando yo el recorrido

 

-           Mira, aquí es, ella es Ale, Carina, Tina, Ambar- dejo de escuchar viendo a la última mencionada, ¡es súper linda!

-           ¡Hola! - saludo algo cortada sin poder quitar mi vista de ella, ¡rayos!

 

-           ¡Que lindas son tus amidas! - ¡literalmente!

-           Si, aunque algunas son muy introvertidas- se ríe, Ambar apenas habló y pidió solo un té, se veía algo cabizbaja, ¿se habrá sentido mal? ¿será así de tímida?

-           ¿Por qué no mandas al carajo a tu familia y dejas esa carrera para meterte en la que realmente quieres? - mi amiga no se aguanta más en decirme, sabe que odio esa carrera

 

-           La enfermera Caro ¿ya me espera? – alcanzo a escuchar, cierto, no le dije

-           La enfermera tiene un mes que se retiró- respondo

 

No he podido dejar de pensar en esa chica, realmente ya no puedo ni mentirme a mí misma por más tiempo, quedé completamente prendada de esa mujer y ¡no creo que la vuelva a ver en mi vida! Más porque mi amiga me dijo que ¡abandonó la carrera!

 

-           ¿Co co cómo? – su voz suena débil, ¿se sentirá mal?, volteo a verla y está a nada de desplomarse, corro inmediatamente a ella

-           Venga, ya estamos a poco- trato de calmarla en lo que entramos al cubículo

-           La enfermera- pobre, se ve aterrada

-           Ella ya se jubiló, pero me dejó encargado que cuando usted viniera a hacerse el chequeo de plaquetas y cualquier otro análisis estuviera en sus horarios y le atendiera como es debido- modulo mi voz para que se tranquilice- fui entrenada por ella, así que no tiene de que preocuparse- espero con esto me tenga un poquito más de confianza, le paso un pañuelo

-           Gra gracias- ¡¿cómo puede ser tan adorable?!

-           Acomódese de favor, el doctor me indicó que análisis son los que deben realizarle así que sacaré lo necesario para no repetir el procedimiento- la veo poniéndose más cómoda, pero sin dejar esa pose rígida, así será complicado pincharla

-           Bien- se rinde, relajándose un poco, no tanto, está tiritona

Comienzo con la liga en su brazo, le indico unas cuantas cosas con la amabilidad que sé que ella necesita y que honestamente nace de mi sin poder controlar, la veo girar la cara, supongo así se pone menos nerviosa, pongo la jeringa en donde va, al momento de enterrar la aguja sale de mi…

-           Tienes muy bonitos ojos- susurro sin fuerza, subo la vista con la esperanza de que no me haya escuchado, pero ella ya está viéndome espantada, espero que no me haya escuchado, que su reacción sea solo por el miedo al procedimiento

-           ¿Cómo? - ¡Me escuchó!, hazte la tonta, hazte la tonta, así que sonríe haciéndote la tonta sin dejar de hacer lo que debes y como debes ¡que la sra Caro me matará!

-           Acabe, ni lo sentiste- le guiño el ojo, pero ¡¿qué?!

-           ¡Oh! De verdad que no- ¡uuffff!

-           ¿Ves cómo me entrenó muy bien la enfermera Caro? Y aquí siempre estaré para cuando tengan que sacarte un nuevo análisis- o hacer lo que tu mandes por completo

-           Ya veo, gracias- ¿y mi besito? Se intenta levantar y tumba una charola libre, que linda con esa carita de preocupación- perdona, ya ayudo- la detengo

-           No, descansa, tienes que recuperarte- capaz me tira todo o se me desvanece al agacharse; limpio, acomodo - espérame aquí unos minutos, ya entrego esto- espero si me espere, quiero estar unos minutos más con ella, aunque sean unos minutitos más

Camino rápido para entregar las muestras ya etiquetadas junto con los formularios y formatos, estos los mandan directo al correo del consultorio (que nosotras revisamos) para imprimirlos allá y que todo quede como debe ser

-           Listo, - entro feliz al darme cuenta que ¡si me espero! - vamos, enfrente venden un jugo de naranja, zanahoria y betabel que te ayudará mucho- hoy ha sido un gran día solo por esto

-           No sé si tengo mucho tiempo- ¡ay, solo será un juguito en lo que me entero más de ti de lo que el expediente en el consultorio me pueda dar!

-           ¿Trabajo? – veamos si puedo ver en qué y en donde trabaja

-           Si- la jalo para atravesar la calle seguras, lo que quiero es que NUNCA le pase nada

-           Con razón tan elegante- ¡se ve guapísima! - ¿godínez? – será encantador saber a cuál oficina ir, encontrarla, no, esto suena muy acosador, bueno, pasar de casualidad por ahí, me gana la risa ¡tengo problemas! Le paso el dinero para pagar

Aparte toma el jugo… ¡le tengo envidia a ese jugo! ¡ya basta! No me puedo poner así, de verdad que no ¿Qué clase de persona soy? Bueno ya, ni me va a contestar y listo, ahí se termina mi obsesión por ella.

-            No, recepcionista del hotel del centro- Woooo ¡ya se en donde!

-           ¿el carisisisisimo que solo los extranjeros pueden pagar? – ¡madre santa! Y yo que por un momento pensé en pasar estos días en donde trabajara para poder encontrármela más seguido

-           Algo así si, ese mismo- que bonita risa

-           Bueno, tú tienes que ir a trabajar y yo también, nos vemos mañana en tu consulta Ambar- si, presiento que si sigo enterándome de más cosas de ella me volveré una stalker de lo peor y, ¡diablos! ¡ya voy tarde! Ese doctor me tomará el pelo - no olvides desayunar bien- suspiro, no me quiero separar de su lado, pero bueno, el deber llama

Salgo del lugar con mi ser renuente, pero me acuerdo que mañana irá a la cita con el doctor, ¡tengo que hacer lo que sea para estar yo! ¿Talía querrá algo especial para eso?

 

-           ¿Había mucho tráfico? - me pregunta el doctor con una sonrisa de oreja a oreja

-           Un poco si- miento

-           ¿Todo bien con la consentida? - ufff ¡que sí estuvo bien!

-           Bastante, - solo mi boca expresaba lo que ¡claramente no debía! Estar a nada de arrancarle un beso bien dado y quedarme a su lado para siempre- ni sintió cuando la pinché

-           Me da gusto, siento que con Talia ya no querría sacarse análisis- me dice entre “secreto”

-           ¡Lo escuché doctor! - se queja mi compañera- soy buena, pero la verdad no puedo competir contra Ania y mucho menos la Sra Caro- pone cara de puchero manipulador para después reírnos los tres

-           Como hoy empezaste más temprano hoy te retiras más temprano- pone el índice de su mano izquierda en su barbilla y ve hacia arriba- ah, vendrá un amigo con una mini camionetita para traer tus cosas aquí- sonríe viéndome- es de confianza, ¿no había muebles verdad? - niego con la cabeza- perfecto

-           ¿Para mañana cómo? - pregunta Talía, me pongo a la expectativa

-           Mmmmmmm- comienza a canturrear el doctor (algo divertido debo decir)- Ania tiene que pagar los tamales- Talía asiente, claro, porque le conviene- cuando llegue- me señala- le das sus tamales, te quedas y ella sale a la farmacéutica que tenía que enviarme algo, bueno, comencemos este día.

Los pacientes pasan, el doctor se toma su tiempo con cada uno, es bastante atento

-           Psss- me llama Talía como a medio día- ¿cómo es la mimada esa? - me pregunta bajito y entre risas

-           No es mimada- reímos- pero si se pone muy nerviosa para los estudios- asiente ¡Y se ve tan adorable!

-           Bien, en la mañana te dejo listo los papeles para las consultas- asiento

 

Es increíble que todas mis cosas quepan en esta pequeña bodeguita

-           Bu- me espanta el doctor, yo brinco y él se ríe- que divertido- se está doblando de la risa

-           Parece niño- le recrimino viéndolo feo, tiene la edad como para ser mi padre, él se seca las lágrimas traviesas y recobra la compostura

-           Ah, tienes bastantes cosas, esta bodega se ve chica peor en realidad es grande- bebe su te

-           Gracias por la ayuda- le digo de corazón

-           Ah, ni te preocupes- vuelve a darle un trago a ese te

-           Me ayudaron todos- no puedo creer que el doctor mismo y hasta mi floja compañera me ayudaran a meter todo aquí

-           Por eso los tamales de mañana, quiero uno dulce y uno picoso, pero no tanto, de mole no porque luego me cae pesado- se soba la panza- y no queremos que no atienda- ve hacia al techo- a mis pacientes como se debe ¿verdad? - regresa su vista a mi

-           Por supuesto que no- trago saliva

-           Claro que si llegas con un atolito o un juguito como algo extra no me quejo- hace sus risitas

-           Ya veré- entrecierro los ojos

-           ¿Hoy es tu ultimo día ahí verdad? - pregunta serio, y eso me recuerda cuando nos cachó hablando a Talía y a mí de lo sucedido- no te me pongas triste

-           Sí, salgo de casa y como a las 10 comienzan a fumigar

-           ¿Encontraste en donde quedarte? - me pregunta con la taza en la boca

-           Aun no- suspiro, el hotel ese no es opción porque es muy caro, aunque valdría la pena con tal de verla

-           Mmmm, mañana se nos ocurrirá algo, tú no te preocupes- me revuelve el cabello- de mientras las llevo a casa- da vuelta de 180°- Talía apura que, si no, no las dejo en su casa

-           ¡Ya voy doctor! - escucho el grito de mi compañera de trabajo, con razón la Sra Caro nos dijo que llegamos a un buen lugar.

 

Llevo tres días sin verla, he llegado tarde y salido temprano de casa, cuando llego me encierro y solo salgo al baño a las horas que sé ella está encerrada; lo bueno es que mínimo tengo estos días de la fumigación para no estar en esa casa con ella; tal vez pueda ver algún lugar nuevo en estos días, supongo que sería una opción; aunque aún pienso que el doctor exageró en sacar todas mis cosas del lugar y pedirme que no esté por lo menos una semana ahí, supongo que para no portar ninguna clase de contaminante a los pacientes que tiene, donde que sus padecimientos son de sumo cuidado.

-           Buenos días Anía ¿Qué te doy? - me dice el sr de los tamales

-           Ah pues van a ser…- veo la hora ¡tengo que llegar temprano! ¡Sino no la voy a ver!

Corro de prisa, entro al consultorio, dejo las cosas, Talía recibe su comida y sale mientras que yo me pongo al tanto de lo que se necesita para el día hasta que:

-           ¡Ania trae gasas! – escucho el grito del doctor.

Corro con el pedido, al entrar veo a la belleza siendo asistida por el doctor tratando de detener el sangrado, le acerco más cosas que el necesita y me sorprendo de la familiaridad con la que ellos se tratan

 

-           ¿Aun tienes Romiplostim? – comienza a preguntar el doctor, después de limpiar lo que me toca me dispongo a salir, pero él me hace seña de que no salga

-           Una o dos dosis- responde algo molesta

-           Qué bueno que no te deshiciste de ellas- sé que si no fuera porque estoy en el trabajo estaría embobadisima con las caras que hace

-           Como si costaran tres pesos- me hace reír

-           Bien, las vitaminas las tomarás así- el doctor comienza a hacer la receta- el romip una vez a la semana- levanta la vista nos ve, saca esa sonrisita que dice que hará una travesura- es jueves

-           Que genio- aprieto la boca para no reírme

-           De sabio, de tres deseos y de mal carácter, pero la cosa aquí es que tu como estás no puedes ir a trabajar, los análisis no salieron tan mal, pero supongo hoy es uno de tus peores días- la veo para ver su respuesta

-           Sí, no me había sentido tan así- lo dice con pesar

-           Tendrás que avisar en tu trabajo que no vas a trabajar o que llevarás enfermera particular al lugar- ¡¿eh?!

-           Oye, yo no tengo para apagar enfermera y no estoy tan mal, aparte, hoy no voy- comienzan a discutir

-           Eso lo voy a corroborar haciendo que ella te cuide 24/4,- me señala- estará revisando que tus comidas sean adecuadas, la ingesta de medicamento como se debe y te pondrá la primera dosis del romip- como sé que es muy posible que el gane anoto todo lo que dice que voy a hacer ¡no sé si matar a mi jefe o adorarlo! No, contrólate, tienes que ser profesional

-           ¿24/4? ¿Qué demonios significa esto? ¿de dónde crees que voy a sacar el dinero para eso? Sabes bien que la medicina de por sí ya es súper cara- se exaspera y me da ternura que sale con una risita

-           No le vas a pagar, solo le darás donde dormir, donde comer, que comer, baño y compañía- ¡oh!  Ya veo cuál es su plan, si definitivamente se lo voy a agradecer, pero me haré la digna

-           Lo tomaría como una ofensa, pero sé que es un tic- definitivamente se llevan bien porque hasta las groserías entran en su campo de juego

-           Yo que tú me lo tomaba de ambas formas- la risa del doctor hace que ya no pueda ocultar la mía, ese hombre tiene una risa muy contagiosa

-           Que agresiva andas hoy- le dice cínico

-           Que se te desangre la nariz a ti a ver cómo te pones- ¡Tan calmadita que se veía! ¡que adorable!

-           Ya ya y, por cierto, déjate esa nariz, no queremos que vuelva a pasar- quita la mano- Ania, ve con ella, yo hago llegar tus cosas a su casa- ¿es enserio? - se llevarán muy bien, ya verán- la veo levantarse en lo que veo incrédula al doctor- oye, olvidas tu receta y quiero análisis dentro de 15 días- le pasa el papel y se me queda viendo, hace seña de que me mandará mensaje con la mirada y la fulmina con lo siguiente - al fin Ania te acompañara, eso o llamo a tu madre para que te cuide esos días

-           Usted si sabe jugar sucio- me cubro la cara con mi libretita de notas para que no me vea reír- así lo único que logrará es echar a perder todo lo que le dijo aquella vez donde por fin conseguí más libertades con ella y mi familia- son tan juguetones, nunca lo había visto pelearse o llevarse así con nadie y eso que ya voy para casi el medio año

-           Fue una plática muy interesante aquella vez después de eso también reaccionaste muy bien al tratamiento, espero esto te funcione de igual forma para que por fin dejemos esto en el pasado de forma definitiva- dice divertido, pero al final se pone serio

-           Lo que digas- agarra rumbo para salir del consultorio

-           Que les vaya muy bien, espero la pasen muy agradable- grita y me hace seña de que vaya con ella.

Corro a tomar mi bolsa como mínimo, el quedó de mandarme todo, espero también me mande mis tamales, apenas pude pellizcar uno.

 

La sigo en todo el recorrido, ella va tan seria y hermosa, ¡aun no puedo creer que esto me esté pasando! Digo, lamento mucho su padecimiento, pero… ¿Qué posibilidad había de volver a verla? Agréguenle que mi jefe me haya mandado a cuidarla, no solo unas horas, 24 horas por 4 días ¡hoy es el día más feliz de mi vida! Pero me debo comportar, ser una niña de bien, profesional, una enfermera en todo ese tiempo.

-           No tengo cuarto de invitados- me dice, si, definitivamente hoy es el mejor día de toda mi vida, ¡hasta compartiremos cuarto y cama!

-           Bueno, dormiremos juntas, sirve así te cuido mejor- sí, el profesionalismo ante todo - deberías sentarte- la veo cansada y yo no puedo ocultar mi alegría- ¿en dónde tienes el medicamento? – qué bonito lugar tiene

-           Ese es tu cuarto- buuu, si quería proponérseme no tenía que retractarse, mis locuras ¡contrólate! Me río de mi - ya voy por la medicina- bueno, puede que sea algo bromista como el doctor, sigámosle el juego

-           Entonces si tenías donde dormir para mí- le digo a su regreso y le señalo el sillón

-           Yo se ponérmela sola- no lo dudo, pero si el pulso comienza a ponérsele como estaba ayer…

-           No lo dudo, pero debo atender lo que me ordena mi jefe- y ver tu hermosa piel- uy que coqueta- le digo al ver que me enseñará la pompa

-           No molestes- dice derrotada, yo no molesto, solo (suspiro) soy feliz- tengo que avisar en el trabajo

-           ¿Si ayer te sentías tan mal porque no me dijiste? – pude haberla asistido

-           Ayer no me sentía tan mal, solo hoy- seguro si se sentía mal y no me dijo ¡quiero que confíe en mí!

-           Tienes bastantes hemorragias- veo su piel con tristeza

-           Son lunares rojos-claro y yo soy hetero

-           Son seeexyyys- pero solo en ti- listo- me alejo con lo que supongo la pone nerviosa

-           Eres como rara- ni tanto, pero contigo ¡estoy mal!

-           Un poco si- para que negarlo- duerme- veo una cobija cerca y se la paso

-           Hace frío, no voy a dormir- ah, yo tengo una solución perfecta para eso

-           Ya- tomo nuevamente la cobija y la abrigo- si te pegas al respaldo te calientas más- frunzo la nariz divertirá, es tan tierna que me hizo caso- y yo de este lado termino de subirte la temperatura- me acuesto a su lado, tengo que darle calor, aunque si por mi fuera… yo le subo la temperatura a mil… ¡quieta!

-           Hay una cosa que se llama espacio personal- hasta gruñona es linda, pero se ve muy cansada

-           Si si, solo me aseguro que no te vayas a enfriar- es mi responsabilidad cuidarla de todas las formas posibles y por haber en estoy días, no queremos que el doctor o la Sra Caro me ¡maten! - tienes un lindo cabello claro, me dan ganas de trenzarlo, ¿puedo? – lo tomo en mis manos ¡es tan suave!

-           Ya lo estás haciendo- me gana la risita nerviosa- ni con eso me vas a dormir- te duermas o no voy a seguir

-           Bueno- sí, hoy es mi día perfecto y va mejorando

-           Dejaste a tu jefe sin enfermera- mmmm, Talía debe estar feliz, seguro se dividirán mis tamales y jugo

-           ¡Ah! no, somos dos enfermeras en el consultorio, dijeron que nadie le daría el ancho a la Sra Caro en poco tiempo, así que por eso me mandó contigo, sabía que no se quedaría solo- bueno, vale la pena no comer mis tamales

-          Me las va a pagar- me río sin dejar de trenzar su hermoso cabello, podría vivir haciendo esto.

Notas finales:

Les gustó la sorpresa? Ahora le tocó a Ania ^^


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