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Solo eran 24/4 por Nasky

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Notas del capitulo:

Buenas!!! entregando un cap nuevo, lindo fin de semana, saludos n.n

Las chicas (que eran portuguesas y su acento hacía que quisieras enredar tu boca… lengua… bueno, se entiende, lo que uno quiere es tomar esa cavidad y besarlas, pero se veía que ninguna era les más que la que Ambar no podía de dejar de ponerle atención) eran bastante agradables y platicadoras a su forma, Santiago se la pasó de coqueto con ellas, yo… no, porque ninguna era Ambar y solo con ella me sale la idiotez de decir cualquier cosa.

Fuimos a pasear a algunas placitas y comprar unos deliciosos helados (moras el mío), Ambar haciendo la plática con la otra, mientras Santiago y las demás tratando de hablar todo en español para que yo entendiera y lo que no, Santiago hacía el favor de traducir.

-           Espero de verdad te guste el departamento- me dice Santiago cuando ellas están concentradas en tomar fotos- y que te sientas cómoda- me sonríe

-           Ya veremos- suspiro, creo que será bueno ya no estar con Ambar, así me la saco de la cabeza e ilusiones de una vez por todas, solo la veré en las consultas que llegue a tener y que espero sean muy esporádicas y se cure muy pronto

-           Te encantará, es un buen vecindario, el ambiente está genial porque estoy yo y con eso tienes para disfrutar y tal vez, hasta disfrutarme- me guiña el ojo, lo veo aburrida

-           Si sabes que te sobra un paquete haya abajo, te faltan dos hermosuras en el pecho y tienes cara varonil ¿verdad? - se ríe

-           Bueno, ya que caigas te lo recuerdo- frunzo la nariz

-           Creo que mejor paso del departamento, no me gustan los depredadores- ya tuve suficiente con Luisa como para ahora soportar a un hombre con ideologías de que pueden cambiarme los gustos

-           Ya- lloriquea- te juro que solo bromeo, es como si a mí me quisieran quitar lo bi- hace caritas chantajistas

-           No te van a funcionar conmigo- me le quedo viendo sin interés

-           Solo no te robes a mis pretendientes- se pone digno

-           No creo que tengamos los mismo gustos- suspiro de aburrimiento

-           Si lo tenemos- ve de reojo a Ambar, maldeto este

-           Pues sí, pero no es ni para ti ni para mí- se me queda viendo sorprendido

-           Yo no estaría tan seguro- no entiende que de verdad Ambar no quiere nada con él

-           Como sea

-           Bueno, hay que ir a dejarlas- habla fuerte Santiago- después vamos a que veas el depa- me susurra y asiento.

Vemos el departamento, la verdad es que está más que bien (no tan esplendido como el de Ambar porque se nota lo cuida mucho, pero mil veces mejor que donde vivo), acepto sin dudar y nos regresa a la casa de Ambar.

Último día de acompañarla al trabajo, la verdad es que casi no dormí por estar pensando en los cambios que se me vienen, por lo menos no son tan radicales como los de la última vez que la vi (que, por supuesto ella no provocó, pero sí puedo decir que su existencia marcó en mi un antes y un después ¿será así siempre?)

Esta es mi nueva vida, levantarme, ir a estudiar, trabajar (aunque con el dinero que separé bien podría no hacerlo), pero como sé que ya no puedo tener la vida de reina y que el dinero se esfuma, mejor seguir juntando de a poquitos y aprender cómo se vive

-           Te acostumbrarás, ya lo verás amiga- Shantall me sonríe- solo no te des el bajón- me abraza

-           No es sencillo saber que para ellos estoy muerta- una lágrima se escapa de mi ojo en lo que termino recargada en su hombro

-           Algún día lo entenderán- claro que ella no sabe que me desconocieron por ser lesbiana- puedes culparlos a ellos diciéndoles que te gustan las mujeres porque te pusieron de novia de ese idiota- se ataca de la risa mientras me separo viéndola con la cara desencajada- solo yo no estoy en el menú- mueve la mano despreocupada

-           No eres mi tipo- le aclaro- ¿Cómo …? - me quedo con la pregunta en la boca

-           Solo lo sé- se esconde entre sus hombros- ¿Qué quieres decir? ¿Qué soy fea? - pregunta con humor indignado

-           Yo no dije eso, solo que…- se ríe

-           Así que si me checaste- menea la mano con el índice apuntándome

-           Que pesada eres, por supuesto que no- me indigno y ella se ríe

-           Bueno, como sea, ellos se la pierden y honestamente tú te la ahorras con ese imbécil- gruñe

Tal vez debí comprar un departamento con ese dinero, en ese entonces eran más baratos, aunque hubiera vivido muy a la raya, pero podía rentar cuartos y con eso sacar un tanto, bueno, tonterías del pasado que no vale la pena lamentarse, a decir verdad.

Preparo el desayuno con el pensamiento de que es el último que le preparo, la veo cabizbaja ¿acaso está triste porque me voy? No, no lo creo, a lo mejor es porque ya no va a poder ver a la extranjera buenota y… rayos, mis celos salen de mi boca en forma de reclamos con ella y como siempre, marca esa línea que sé, jamás voy a cruzar.

Me encuentro un artículo médico muy bueno en internet y caigo en sus redes telerañosas sumergiéndome en él, veo de reojo a Ambar hablando con Santiago y sé que está bien, hasta que me sale un anunció de candidatos para votaciones

-           Esto es lo que harás tu Ania- me dice papá todo orgulloso- algún día serás una candidata que aplastará a todos los demás y yo siempre te estaré cuidando y protegiendo- su cara de orgullo es demasiada

-           Papá, pero yo no quiero leyes- le dijo bajito y agachando la cara

-           No te estoy preguntando, yo ya planeé toda tu carrera, serás el orgullo de la familia y verás que todo sale perfecto, así como tu papá

Escucho un golpe, me fijo directo en Ambar en modo alerta y veo que fue ella, así que en lo que ella intenta ayudarle a Santiago a recoger la detengo, tiene sangre y eso en ella no es nada bueno.

-           Espera- tomo su mano deteniéndola- estás sangrando, te tengo que atender

-           ¡Hey! – quiere quitarme la mano- solo es un rasguño y es poca sangre- se pone modo agresivo, pero me vale

-           Que si se te infecta, que si…- le recuerdo mientras ella me detiene con esa mirada de fastidio

-           Ya, ahorita te ayudo Santi- gruñe

-           Mejor que te atiendan eso, yo me encargo- Santiago le dice preocupado y me da esa mirada de súplica

-           No sabía que venías con carga- comenta al verme sacar mi botiquín especial

-           Si te estoy cuidando tengo que- ¿Cómo cree que no voy a estar preparada?

-           ¿Eso no arde verdad? – me da risa, tan miedosa

-           ¿Tú crees que yo te haría algo que te duela o arda? – no me aguanto y la molesto

-           Sí, me sacaste sangre con una aguja- ¡ay! ¡no perdona nada!

-           Según recuerdo ni sentiste- aun así, ni sintió y se fue feliz ese día, ahora sé que no fue por verme sino por eso

-           Que eficiente- ¡obvio! Y hasta en lo que no me vas a dejar que te compruebe

-           Siempre y en todo- y muchas más cosas

-           Como digas- me corta y se va ayudar a Santiago, mmm debí traer el otro antiséptico.

 

-           Ania- Santiago me interrumpe en mi lectura- ¿ella estará bien? - ve de reojo a Ambar

-           Si, estará, llegando a la casa le hago otra curación, no te preocupes- asiente nervioso

-           Mi amigo me dijo que se va entre el viernes y el sábado- su mirada va de aquí para allá- no regreses con la morra fea esa- hace puchero- quédate más en el depa- se pone rojo

-           Como que eso es plan con maña- el niega con la cabeza

-           Del universo a lo mejor, yo ya te veía intentando conquistarme en el departamento, pero ya sabes que no, mi corazón no será tuyo- me río por su cambio de táctica

-           Claro, gracias por avisar- el asiente, pero se queda ahí parado- le comento a Ambar para quedarme más días- sonríe todo contento.

Al salir del trabajo le comento lo de Santiago, me gustó que me dijera eso, pero sé que no me puedo quedar tanto, a este paso voy a quedar totalmente enamorada de alguien que realmente no me ve de la misma forma y no, eso no me lo puedo permitir y no porque sea mala persona, pero estar detrás de alguien que no tiene interés es muy doloroso.

A pesar de que le hice un excelente trabajo, su cicatrización (por obvias razones) es muy mala, así que llegando a la casa la jalé al baño para darle una atención requerida, me da risa sus caras de sufrimiento cuando en realidad sé que no la lastimo y que la trato con más delicadeza de la que normalmente trato a un paciente.

Ahora preparo la comida, necesita mucho hierro (sé que sus vitaminas lo contienen) porque la noto más fatigada de lo que normalmente, pero sé que no me dirá nada, solo espero que sea algo de ahorita, por el momento ya tengo todo anotado para mañana que le entregue el reporte al doctor.

 

Me levanto temprano para prepararle el desayuno, quiero asegurarme que se va bien alimentada, ayer me quedé un poco preocupada, paso por su cuarto y escucho la caída de algo así que corro a su habitación, por favor ¡no otro golpe!

-           ¿Estás bien? – abro la puerta para no ver nada por la oscuridad- voy a prender la luz- la veo acostada en la cama con los pies colgando ¿Qué carajo?

-           Por favor apágala, mi cabeza va a explotar- su voz apenas suena

-           Voy por una pastilla- apago la luz y voy por el medicamento- vamos a sentarte- prendo la luz de su buró que no es fuerte y la veo, está pálida con un rojito raro

-           La luz- se solloza

-           Está apagada, prendí la de tu buró, ¿que se te cayó? se escuchó afuera- quiero saber en dónde tengo que revisar

-           Nada, solo me dejé caer en la cama- no le creo

-           Siéntate entonces- quito mis manos que le ayudaban y al quitarlas siento que el cambio de temperatura, está demasiado caliente, ella cae, está débil

-           ¿Piedad? – supongo que mi cara dice mucho

-           Síntomas- la siento, y le doy la medicina

-           Debilidad, dolor de cabeza- ¿Qué más me esconde?

-           Quiero ver tu cuerpo- le exijo, necesito ver si se golpeó en otra parte, si se raspó u otra cosa

-           Solo me quieres ver la piel- trata de hacerse la graciosa

-           Eso es un extra- le tomo el pelo - tienes hematomas nuevos- rozo su piel para comprobar su piel febril y que no tenga nada extra en la piel en esas zonas

-           Estás un poco fría- se queja

-           Las piernas- demando

-           Me tendrás que ayudar- me recuerda y le ayudo - puedes bajarme el pantalón- se ha de sentir demasiado mal

-           Tienes temperatura- hago caer la prenda y- también aquí tienes hematomas- esto no es bueno, nada bueno- demasiado caliente, nos vamos a la regadera- la cargo para llevarla y bajarle de una vez la fiebre en lo que la medicina hace efecto

-           ¡¿Estás loca?! ¡bájame yo puedo ir sola! - se queja sin poder poner resistencia física

-           Claro y al paso te me caes así de guanga como estás- no quiero mojar mi pijama

-           ¿No vas a ir a trabajar? – ella quiere salirse por la tangente

-           Entro más tarde- me desvisto- te quitas lo de arriba o te lo quito- para quedar en ropa interior

-           ¿Qué piensas hacer? - ¿acaso piensa que la voy a violar en la regadera, eso lo hubiera hecho en su cama en todo caso

-           Bañarte- ¡urge! Bajarle la temperatura, el agua por fin está a la temperatura - está lista- nos meto a la regadera, claro, tratando de yo no mojarme- se te olvidaron los chones- le hago la observación y se me sale la risa - sostente de la baranda- espero pueda con ello en lo que lavo su cuerpo, de todos modos, si la veo desparramarse la detengo- listo, solo falta esa área- le hago la observación

-           No- se espanta

-           Ni que te vaya a violar- menos así como está y como ya decidí dejarla atrás, ni al caso

-           Puedo sola, solo voltéate- me giro un poco, lo suficiente para no ver como se lava, pero no tanto para no estar al pendiente y deteniéndola- ¿Por qué el agua tan fría?

-           Está tibia ¿lista? - cuestiono, adivina no soy

-           Si- la veo y está temblorosa

-           Todo va a estar bien- apago el agua, la tapo con la toalla y la abrazo, ganándome la ternura- todo va a estar bien- la seco, tengo que ser rápida y acostarla lo más pronto posible- a sentarse de nuevo te pondré crema para el cuerpo- le aviso y con sumo cuidado lo hago, cada vez la siento más “flojita y cooperando”

-           Me siento más débil- la agarro

-           Te tengo, vamos a la cama- ya decía que aguantó mucho- tú no puedes ir así a trabajar, le voy a decir a Santi para que avise- llegando al cuarto la visto (se incomodó mucho por el cambio de ropa interior), la recuesto y al tomar el teléfono para hablarle a Santiago la veo dormida.

 

-           ¿Santiago? - pregunto al teléfono

-           ¿Quién a estas horas de la madrugada? - sí, definitivamente es el

-           Ania, Ambar se sintió mal, no podrá ir hoy- le digo

-           ¿Necesitas algo más? ¿tiene que ir al hospital? - ahora si ya está despierto

-           No, al hospital no, terminando contigo hablo con el doctor, no creo que vaya tampoco a trabajar, no te preocupes, te estaré avisando- supongo que si no lo hago lo tendré en 5 minutos aquí sobre mi o llevándonos al hospital

-           Bien, de verdad, lo que se necesite Ania, no importa la hora ni mucho menos, dale besitos de mi parte, te dejo para que le hables al doctor- me cuelga

Suspiro viéndola acostada, se suponía que ella se iría a trabajar y yo arreglaría su casa como agradecimiento

-           Doctor buenos días- lo saludo

-           Ania buenos días- está muy fresco

-           Perdone la llamada, pero Ambar hoy despertó…- le explico los síntomas, el me pide el reporte de los días previos, pregunta respondo, suspira con cierto enfado

-           Esta mocosa necia que no te dice todo- por lo menos no soy la única que lo piensa­- lo bueno es que observas muy bien, por eso te contraté- su voz no niega el orgullo de sus actos­- ¿tienes para sacarle muestras?

-           Si, debo de traer- me quedo pensando

-           Revisa, sino me avisas, si sí, saca muestra, dos de preferencia y más al rato que vaya me las llevo para adelantar los estudios y el jueves tengamos la cita, mientras tanto hasta el viernes no va a trabajar como mínimo, aunque no creo, cuando me vio ya lo veía venir, supongo que solo las pruebas para comprobar mis sospechas- los dos suspiramos

-           Entonces lo espero en un rato- suspiro

-           Si, que duerma todo lo que pueda y no dejes que haga nada, cuídala y cuídate- me cuelga

La veo dormir, se ve tan tierna, aún está un poco pálida, acaricio su hermoso cabello, suspiro, “se suponía que desde hoy iba a haber más distancia entre las dos”, siento frío y recuerdo que solo estoy en ropa interior así que voy por mi ropa y de una vez a comprobar que tenga lo necesario para sacar las muestras.

Está tan profunda que ni siente el piquete, meto las muestras en el refrigerador, desayuno, me asomo para ver si le doy algo de comer, pero sigue perdida en los sueños, veo que no le haya subido la fiebre de nuevo y todo bien; regreso a la cocina a lavar y cocinar un poco más, arreglo el lugar, pongo música a un nivel bajo, lo suficiente para escucharlo, pero no tan alto para despertarla, supongo que Adele le hará bien.

-           ¿Qué pasa? - la veo en el marco de la puerta de su cuarto

-           ¿Qué haces de pie? - me sorprendo, no la hacía con tanta fuerza

-           Hasta aquí pude llegar- refunfuña como niña

-           Pues regresamos a la cama, ya te traigo algo para que comas- me ve rogando que no- y no acepto negativas- suspira con frustración.

La dejo en la cama, voy por su desayuno (calentándolo previamente) y se lo dejo

-           Si necesitas algo avísame por favor- ella asiente sin tantas ganas

-           ¿Qué hacías? - no me deja salir

-           Limpiar tu casa, es lo menos que puedo hacer- la detengo antes de que diga algo pero al parecer no le importa

-           Ya me cuidas, eso es mucho- no se ve a gusto

-           No empecemos ¿te sientes mejor? – asiente- voy a terminar eso, ya me falta solo el pasillo

-           Gracias- escucho al salir de la habitación

Escucho el timbre, voy a atender y ahí está el doctor

-           Buenos días Ania, ¿en dónde está la necia? - pregunta pasando, le señalo el lugar- buenos días bella y débil durmiente- la saluda irónico- ¿Qué hablamos de decir las cosas como son? - usa un tono más serio, ella lo ve molesta

-           Que qué le importa- le contesta con una sonrisa ladina

-           Solo tantito como para hacer una visita a domicilio- gruñe entre broma el doctor

-           ¿los dejo solos? - pregunto

-           No- contestan los dos a la vez

-           Tengo que revisarla y me vas a ayudar- señala el doctor, así que le ayudo, pone cara más seria, está molesto, bastante molesto- te aviso que ni creas que irás a trabajar, ahorita cualquier bicho te mata- se ven enojados

-           ¿Cómo piensas que me mantengo? - pregunta un poco altanera

-           Pues ahorita ni de pie puedes- le contesta irónico, estos sí que tienen una relación rara de puntillas entre los dos

-           Claro que sí- me ve de reojo

-           Solo si ella te detiene, porque yo no, te dejo caer- se ríe y a mí no me sale tragarme la risa, pero aprieto los labios- Ania, estas son las medicinas y esta la receta que hay que seguir- se pone de pie, sale del cuarto sin despedirse- dame las muestras- abre el contenedor que ni me di cuenta había dejado en la entrada, le entrego las muestras y las guarda- sigue las indicaciones al pie de la letra, lo menos que puedas dejarla sola, que coma bien, nos vemos el jueves- se da media vuelta y se va.

Entro a su cuarto con una jarra de agua de limón y un vaso, Ambar me ve molesta

-           No tenías que llamarlo- me regaña

-           Si tenía y lo sabes, tengo que avisarle a Santiago- se enfurruña

-           Hazlo pronto o capaz lo tenemos aquí salándose el trabajo- prende la tele

Salgo del cuarto y le marco

-           ¿Qué paso? - ni dos rings

-           No irá a trabajar hasta el viernes si bien va, depende de los resultados de los análisis que mandó hacer- escucho su suspiro- está bien, ya tengo las medicinas y las indicaciones que se tienen que seguir

-           Tu trabajo- supongo le cayó el 20

-           Mi trabajo es no separarme de ella, así que no te preocupes, estará bien, la voy a estar cuidando

-           Gracias, yo le aviso al jefe, lo que necesites avísame- creo que mi concepto de Santiago ya empezó a cambiar

-           Si, gracias

-           A ti, de verdad­- cuelga

Regreso a la habitación, tomo lo sucio y lo llevo a la cocina para regresar a su lado

-           Creo que dormí demasiado- ve la hora

-           Te hace bien, te sientes mejor y eso es lo importante- me siento a su lado, pero tomando mi computadora

-           No te separarás de mi ¿verdad? - niego con la cabeza

-           No sé quién me regañaría más, si Santiago o el doctor- se ríe conmigo

-           Presiento que Santiago- sigue con sus risitas- gracias

-           Déjalo, ¿Por qué no ves una película? - me sorprende que no quiera estudiar

-           Sí, creo que lo haré, no estoy ni para estudiar, supongo algo que no sea muy complicado- le pica a la tele para ver con que se encuentra.

Reviso artículos de salud, otros de hallazgos médicos, algunas actualizaciones tecnológicas médicas, chismoseo un poco el face, la veo y ya está dormida nuevamente, veo la hora y es tiempo de seguir preparando comida, me levanto tratando de no hacer ruido, salgo a la cocina y preparo algo para las dos de lo que su menú dice; regreso con la comida, se ve que apenas va abriendo los ojos

-           Tengo que ir al baño- dejo las cosas en la cómoda y la ayudo a ir al baño

-           Supongo no me quieres dentro- niega sonrojada e incómoda -estaré aquí afuera- asiente

Salgo cerrando la puerta y recargándome en la pared esperando a que acabe para ayudarla a regresar, la verdad, es que, la fuerza que tiene no ha avanzado, es la misma que en la mañana, lo malo es que no puedo curarla, pero por lo menos si puedo atenderla para que sus molestias sean menos

-           Ania- me llama y entro- no me agrada esto- la veo deteniéndose del toallero con los pantalones a medio camino

-           No debiste pararte- que mujer tan necia

-           Quería intentarlo, me siento inútil y odio sentirme así- se queja

-           Lo entiendo, pero ahorita no ayuda que lo hagas, solo haces que tu recuperación se retarde- termino de vestirla y la llevo a la cama después de lavarle las manos

-           Sabes que eso no es verdad, estoy mal, es de tontos negarlo o que me quieras engañar, él no se enoja así por nada y menos conmigo- si lo sabe ¿porque es tan terca?

-           Con más razón- la ayudo a acomodarse y le entrego la comida con las respectivas medicinas

-           Esto es nefasto- se las toma- ¿y si salimos a caminar al parque? - me le quedo viendo

-           Con tus fuerzas ni a la puerta de tu cuarto llegas- frunce el ceño- y con tus defensas… hasta una pulmonía agarras

-           No estoy tan mal- cruza los brazos toda emberrinchada

-           Sabes que sí, no vamos a pelear, si quieres, abro la cortina de tu cuarto y es mucho decir- le digo viendo las cortinas, son grises con líneas purpuras, regreso mi vista y está demasiado cerca, me pongo nerviosa- ¿Qué? - mi corazón está todo acelerado y lo regaño con un “quedamos que te debes de desenamorar de ella”

-           ¿y tú comida? - volteo la cara a donde la deje- come conmigo ¿sí? - aquí es cuando mi corazón me reclama “¿Cómo no enamorarse si lo pide así tan linda y con su carita de yo no rompo nada” ¡que te va a romper a ti sin darse cuenta!

-           Ya voy- tomo las cosas, me acomodo y como a su lado

Ya en la tarde llegó Santiago con Andrea, estuvieron platicando un buen rato con cubre bocas y todo haciendo que Ambar se molestara por eso (aclararé que al llegar se fueron a lavar las manos y luego se las desinfectaron). En la noche hice de comer para todos en lo que Santiago subía unas “cosas” que se le olvidaron en el carro (era comida, comida para las dos, bastante).

-           Ambar, esta es la última dosis de hoy- le entrego, frunce la boca y las toma con la mano- tómatelas- frunce la nariz- no me voy a ir hasta que te las tomes

-           Pues dormirás aquí entonces- se pone de orgullosa, la veo duramente- tienes una mirada muy…. Fuerte

-           Te las tomas o hago que te las tomes- tuerce la boca y suspira

-           No tienes que ser tan agresiva- pone las pastillas en su boca y toma agua- ¿feliz?

-           No iba a ser agresiva, hay muchas formas- se pone roja- ¿Cómo crees que hago que los infantes las tomen?

-           Ah- ¿pues qué pensó?

-           A ver- frunce el ceño- abre la boca

-           Si las tomé- me muestra la cavidad – buena niña

Pone una película, se acomoda y la vemos, lo bueno es que no le ha regresado la temperatura en todo el día, pero luego en la noche es cuando pasa.

Un rato más y Ambar ya está dormida, espero mañana amanezca mejor, por lo menos el ánimo después de sus visitas subió. Toco su frente, está tibia normal, acaricio su cabello y me quedo pagada ahí un rato más.

 

 

Ambar

 

Huelo algo muy relajante y neutro, siento que descansé lo que en tres días no, aparte estoy más cómoda, a lo mejor Ania esponjó las almohadas o algo así, estoy tan cómoda que no quiero abrir los ojos, restriego mi cara contra la almohada que hoy es mágicamente más suave y huele mejor que nunca, le abrazo más fuerte pero la sensación es diferente, abro mi ojito y lo que tengo en mis manos y mi cabeza no es ninguna almohada ¡Es Ania!

Levanto tantito mi cabeza y veo su cara, está tan dormida, tan profunda; aún recargada en su brazo (porque ella también me tiene abrazada, razón por la que estoy tan calientita) observo su cara, así dormida se ve tan pacífica, cuando no lo es por lo regular, ella puede ser un huracán si se lo propone, por lo menos a mi vida entró así; un hilo de baba medio seco sale de su boca cerrada, me da ternura, ¿Cómo habrá sido de niña?

Quito un cabello que se le cayó en la cara y lo encuentro suave ¿Cómo lo cuidara? Sus ojos se abren, me ven y sonríe, una sonrisa dulce y tierna que hace que algo en mí se sienta raro, como un brinco de algo.

-           Buenos días- saluda con una voz pegajosa- ¿te sientes mejor? - su mano que estaba abrazando mi cadera ahora soba mi mejilla

-           Si, al parecer- respondo sin pensar y su sonrisa se amplía

-           Me da mucho gusto- besa mi frente- ayer en la noche tu celular estuvo vibrando, solo alcancé a leer Giselle- eso me hace sentir incómoda- le bajé el volumen para que no te despertara- se estira como puede, aunque yo no dejo que mi cabeza deje su otro brazo, estoy demasiado cómoda y ella se ríe

-           ¿Qué? - hoy en especial no puedo despejar mi vista de ella

-           Necesito mi brazo para estirarme, pero sobre todo hacer el desayuno, debe ser tarde- trata de tomar su celular, pero no puede ya que sus movimientos son limitados

-           Estoy muy cómoda- se me sale descaradamente, me ve sorprendida- un ratito más ¿sí? - se ve una pelea interna en ella, como cuando le pedí que comiéramos juntas ayer

-           Bien, pero no mucho, no te puedes mal pasar- niego con la cabeza y me acurruco a ella, incluso hasta sus latidos escucho que están un poco acelerados

-           Gracias ¿me abrazas? - siento sus brazos envolverme y me siento bien, más que bien en realidad, supongo que el bajón de salud me tiene tan mal como para sentirme tan vulnerable y que su tranquilidad me haga sentir segura y protegida, suspira

-           Eres todo un caso- me aprieta a ella sin ser tosca

 

Al abrir nuevamente los ojos Ania ya no está, ni supe en que momento me quedé dormida nuevamente

-           Bella durmiente, te traigo el desayuno- la veo en la entrada con una charola- y lo que te tienes que tomar ahorita- aprieto la boca, intento acomodarme, pero creo que aún estoy muy débil

-           Necesito ir al baño antes- la veo acomodar las cosas en lo que yo me acomodo para pararme- Déjame ver hasta donde llego- la detengo con la mano, me ve indecisa pero acepta- ¿ves? - si pude

-           Ponerte anémica- “bromea”

-           Ania, empezamos bien el día- tomo su brazo como bastón, ella hace risitas y me acompaña

-           Bien, eres grande- esta argfds

El regreso fue igual, mínimo el baño si me deja estar sola, aunque claro, creo que ya me vio hasta la conciencia. Me ayuda a recostarme y acomodarme (aunque no es necesario, eso digo hasta que siento el bajón de energía)

-           ¿Qué dem…? - me ve y sonríe tiernamente

-           Fue mucho con tan poca fuerza- pone la charola en mis piernas- aunque aguantaste más de lo que pensé

-           ¿A qué hora fuiste por comida? - ya no quedaba tanta

-           Santiago trajo ayer, intenté pagarle, pero…- achica los ojos

-           Sí, es necio, luego lo regaño- empiezo a comer el huevo con verduras- gracias

-           De nada- se pone de pie

-           ¿tú ya comiste? - no quiero que se vaya

-           Sí, pero ya regreso, solo voy por los jugos que faltaron- asiento incómoda y a su regreso digo

-           Podríamos comer en el comedor y pasar la tarde allá

-           ¿En la sala? - asiento- sí, cambiar aires y ventilar aquí estará bien- me sonríe- ¿te quieres bañar?

-           Si quiero, pero…- ni acabo la frase

-           Puede ser un baño de esponja, así no te sientes sucia- mmmm, me siento incómoda, no sé si es porque de verdad ya no se le notan las segundas intenciones o por el hecho

-           Puedo sola- toma jugo

-           Bien, te pongo una silla de plástico por si te sientes débil y cualquier cosa me avisas, estaré afuera del área de regadera- la incomodidad en mi pecho crece ¿no va a insistir? ¿en qué estoy pensando?

-           Me parece bien

-           Después a la sala bien abrigada y listo- le valió, bueno, no es que yo quiera que me vea desnuda o que me bañe, pero es como si su atención… o sea, si me trata bien y me está cuidando como toda una profesional, sin sus normales picardías ¡Ania me complica!

 

Después del baño (en el que solo cuando pedí ayuda me ayudó) me auxilia a llegar al sillón de la sala (las ventanas están cerradas, pero las cortinas no), me tapa con la cobijita del primer día que llegó a la casa y se va a sentar al otro lado después de acercarme un libro.

Veo el lugar libre al lado de mí, la veo a ella, veo mi libro, mis dedos se ponen inquietos

-           ¿Hace frío? - me siento como niña pequeña que inventa lo que sea para que su mamá no se vaya

-           Está fresco, pero no frío ¿tienes frío? - deja su compu en la mesita y se acerca a tocar mi frente- no estás caliente

-           Aahhmm- inclina la cabeza viéndome

-           ¿Quieres un té? - ve su reloj- ya casi es la hora de que empiece a cocinar

-           Mmmm a lo mejor son mis pies fríos- toca mis pies

-           No están tan fríos, pero- comienza a revisar alrededor buscando algo- si con los cojines los tapo

-           Esos no están calientes- niego con la cabeza, hace media sonrisa

-           Me siento yo y los acercas- sonrió tratando de disimular

-           No es mala idea- su sonrisa crece, toma su computadora y se siena a mi lado asiendo que mi comodidad regrese

Siento un ligero movimiento, abro el ojo ¿a qué hora me dormí? La veo de pie

-           Sigue durmiendo, voy a preparar la comida- asiento y vuelvo a cerrar mis ojos aun con su olor en mi nariz


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