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La complicada vida de Draco Malfoy por Orseth

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            -Dijo que me llevarías al salón de té a ver a tu abuela, quien me está esperando.

            -Sí, sí, pero de lo demás…

            -Barnett, no me agobies, me das dolor de cabeza.

            Barnett puso los ojos en blanco y tomándolo de la mano lo guió hasta el salón de té, solo que en el camino, en un pasillo se cruzaron con una chica de cabello castaño, evidentemente embarazada, por lo que dedujo que era la esposa del otro nieto, por eso y por los ojos asesinos que le lanzó.

            -Buen día Garia –saludó Barnett todo sonrisas- quiero presentarte a Draco.

            -Buenos días –respondió ella sin detenerse dejando a Draco con el saludo en la boca.

            -¿Por qué se ve tan molesta?

            -Ni idea, ha de ser porque le gustaba ser la única nuera, ven sigamos.

            Llegaron a un hermoso salón en el cual estaba una anciana de porte distinguido y un perfecto y discreto maquillaje, digna representante del clan MacLeod.

            -Buenos días –saludó llegando.

            -Buen día –respondió ella sin levantarse del cómodo sofá color blanco- adelante, siéntate a mi lado ¿gustas un te?

            -Me encantaría.

            Sin necesidad de que se lo dijeran, Barnett los dejó solos.

            -Conocí a tu abuelo, fue un buen amigo –dijo la abuela Ayla mientras ella misma servía una taza de té- pasamos muchas tardes agradables tomando una copa ya fuese en Malfoy Manor o aquí; Allister con Abraxas y yo con Sophia, tu abuela era una mujer distinguida y muy inteligente, era gratificante charlar con ella.

            -Sepa disculparme si no lo recuerdo, creo que siendo un niño no le prestaba atención a las amistades de mis abuelos.

            -Claro y es muy comprensible, dime ¿cómo te has sentido aquí?

            -Es extraño, me siento abrumado, pero confío en que pronto sentiré esto como mi hogar.

            -¿Y de salud, como estás tú y mis bisnietos?... porque sé que son dos y déjame decirte que estoy muy emocionada por la próxima llegada de dos niños más, ésta casa necesita la presencia de niños.

            -Estamos bien.

            -Supe que enfermaste de viruela de dragón.

            -Sí, pero gracias a la oportuna intervención del sanador Harry Potter estamos vivos.

            -Debo agradecerle al señor Potter entonces.

            -Es una gran persona.

            -Y dime ¿cómo te ha tratado Barnett?

            -Muy bien.

            -Me alegro, pronto conocerás a mi otro nieto, es solo que está de viaje por negocios.

            -Conocí a su esposa, nos saludamos en el pasillo.

            -Garia es una gran chica, estoy segura que se llevarán bien.

            -Claro –respondió ya cansándose de forzar una sonrisa en su cara.

            -Tú habitación fue elegida por que está conectada a otra, la cual será la habitación de los niños, la decoraremos a tu gusto por supuesto y si te sientes bien de salud, podemos ir de compras para traer lo necesario, pero tampoco es forzoso, podemos traer a nuestro diseñador para que haga ropa a tu medida.

            -Es muy amable y lo agradezco.

            Ayla se le quedó mirando unos instantes en silencio y luego le tomó una mano diciendo:

            -Me gustaría mucho que tú y Barnett formen una hermosa familia, con una bonita boda y todo eso y por lo que me ha platicado creo que no tardarán mucho -Draco se quedó callado, esa bola curva no había visto llegar, por lo que solo atinó a sonreír y a beber un sorbo de su té- Cuéntame ¿Qué dicen tus padres de esta situación?

            -Aun no lo saben.

            -¿Cómo? –Exclamó sorprendida- si fuera mi caso, me gustaría saber que mi hijo está gestando.

            -Sí pero mi situación lo hizo difícil, ellos no pueden venir y yo no puedo salir, estarían angustiados todo el tiempo sin poder hacer nada.

            -Bueno, desde ese punto de vista es verdad… pero ahora eso ya no es un problema, puedes decirles que estás bien cuidado y bajo nuestra protección, mis nietos nacerán en el seno de una familia que los cuidará por sobre todo.

            -Muchas gracias.

            -Además cuando pase el tiempo de su exilio del país, pueden venir y ser recibidos aquí para visitarte a ti y a los niños el tiempo que gusten.

            Ahí Draco decidió no decir nada, sabía que todo era muy bello como para no haber algo turbio tras todo eso, todos le estaban diciendo entre líneas que sus niños eran propiedad MacLeod y que no saldrían del país o de donde quiera que ellos estuvieran sino estaban de acuerdo… suspiró suavemente sabiendo que por el momento no tenía otra opción más que sonreír y aceptar, no tenía poder monetario ni libertad judicial para hacer absolutamente nada, así que por ahora lo mejor era llevarles la corriente.

            -Eso es muy generoso de su parte.

            -¿Allister te habló de cambiar de sanador?

            -Sí, lo hizo, pero estoy muy a gusto con el sanador Potter.

            -Reconsidéralo, el sanador Floyd es excelente.

            -Lo haré, gracias.

            -¿Qué te parece si vamos a ver la habitación de los niños?

            -Me encantaría.

            Salieron de ahí y caminaron el largo trecho con la mano de Ayla sujetándose del brazo de Draco mientras conversaban y eran seguidos por Barnett.

            -Mira, el sol entra maravillosamente por las mañanas por el gran ventanal –dijo ella cuando entraron a la habitación contigua a la de Draco.

            Draco tuvo que reconocer que la habitación era simplemente maravillosa, era amplia y con enormes ventanales cubiertos de cortinas de encaje blanco con flores de suaves colores pastel que dejaban pasar el suficiente sol para iluminar y llenar de vida la estancia sin acalorarla demasiado, además también tenía paneles de lustrosa madera en la pared como su propia habitación y una chimenea.

            -Llamaremos al diseñador que hizo la cuna del bebé de Garia –dijo Ayla- es hermosa y estoy segura de que hará un magnífico trabajo con las cunas de los mellizos.

            -No será necesario, ya tengo cuna.

            -Estoy seguro de que las que haga el señor Giorgio serán magníficas –exclamó Barnett abriendo una ventana y dejando que la brisa matutina invadiera la habitación con un tenue aroma a flores debido al hermoso jardín que estaba afuera.

            -Ésta también es perfecta, de hecho tengo los paquetes en el cajón de la cómoda que esta junto a mi cama ¿podrías traerlas por favor?

            Barnett fue por ellos y los colocó en una cómoda mientras sacaba su varita para agrandarlos, lo primero que desenvolvieron fueron la cuna.

            -¡Es hermosa! –exclamó Ayla al ver la cuna de mimbre rodeada de encajes.

            Barnett reconoció la magnífica calidad de la cuna y supo en el acto que Draco no pudo haberla comprado de su propio bolsillo.

            -Es genial, debió costar mucho ¿no?

            -Sí, pero fue regalo de un amigo –respondió sacando un pequeño trajecito de una caja, no deseaba decir más para no comprometer a Harry.

            -La ropa es tan bonita –dijo Ayla tomando otro trajecito- me encanta la ropa de bebé, mira guardémosla ahí –añadió señalando una cómoda empotrada en la pared.

            Draco y ella comenzaron a guardar la ropa mientras Barnett salía de la habitación, pero en el pasillo recibió la carta que un elfo le entregó en una charolita.

            -Mierda… -masculló al ver el remitente- Así que Isobel ya está aquí… ni hablar.

            Se dirigió a la casa de Isobel que lo recibió alegre y efusiva.

 

 

______________

 

 

            Isobel lo recibió alegre mientras él respondía con cierta reserva.

            -Mi amor, te extrañé tanto, ya no respondiste mis últimas cartas.

            Ella le rodeaba los hombros con sus brazos mientras él la tomaba por la cintura.

            -Me da gusto verte –respondió después de recibir el beso de Isobel- pero ¿podemos hablar en el jardín? Debo decirte algo.

            Ella titubeó al ver su rostro serio, pero terminó asintiendo.

 

 

________________

 

 

 

            Después de salir de la casa de Isobel y dejarla llorando, se dirigió a San Mungo.

 

 

__________________

 

 

 

            Después de pasar toda la mañana conversando y arreglando la habitación de los niños, llegó la hora de comer y Draco de nuevo estuvo compartiendo con la familia en el comedor, después regresó a descansar a su habitación y a tomar un largo baño de tina como no lo había podido hacer en años.

            -¿Mejor? -Preguntó Barnett atrás de él masajeándole los hombros mientras él desenredaba su largo cabello rubio frente al tocador.

            -Sí, lo disfruté mucho.

            -Si descansaste podemos hacer algo con esa energía renovada –susurró en su oído mientras aspiraba el olor a jabón.

            -No lo creo, no tengo energías.

            -Ya te dije que de eso no te preocupes, yo haría todo –insistió besándole el cuello.

            Pero Draco se encogió sobre sí mismo al sentir que un dedo de Barnett quiso bajarle la bata por un hombro.

            -Mejor sécame el cabello  ¿puedes?

            -Claro –respondio enderezándose y entendiendo la indirecta.

            Después secarle el cabello con un hechizo, lo pasó entre sus dedos.

            -No hagas eso, me da sueño –dijo levantándose.

            -Duerme un poco.

            -Sí, eso haré.

            Barnett salió de la habitación para dejarlo descansar.

 

 

_____________

 

 

            Estando a punto de terminar su turno, Harry fue llamado a la oficina del director del hospital.

            -Buenas tardes, me dijeron que necesitaba verme.

            -Sí, adelante señor Potter, tome asiento por favor -El hombre se veía muy serio, cosa contraria a como siempre trataba con él- ésta conversación será un tanto incómoda, pero es necesaria.

            -¿Sucede algo?

            -Sí, verá… alguien vino a hacer una denuncia contra usted.

            -¿Contra mí? –Repitió sorprendido- ¿sobre qué hecho? Ni siquiera he discutido con ninguna de mis pacientes.

            -Hablo específicamente del señor Draco Malfoy.

            -¿Draco Malfoy me denunció? –dijo aun más sorprendido.

            -No, no necesariamente fue él… fue su pareja, el señor Barnett MacLeod, vino a decir que usted está sobrepasando los limites sanador/paciente con el señor Draco Malfoy, dijo que si esto no se detenía, iba a pasar a instancias aun mayores… mire señor Potter, ésta acusación al no hacerla directamente el señor Malfoy, quien es su paciente, no puedo tomar mayores cartas en el asunto más que informarle  usted lo que está sucediendo, una denuncia así es muy grave y no me gustaría que llegara hasta la Comisión Nacional de arbitraje médico.

            -¡Pero yo no he acosado a nadie! –exclamó indignado.

            -Le repito señor Potter, la denuncia no fue directamente hecha por su paciente, así que solo se abrirá una investigación interna.

            -¿Investigación interna? –Repitió sonriendo incrédulo- ¿Por qué no le pregunta directamente al señor Malfoy?

            -Porque el señor MacLeod no quiere que sea molestado en éstas semanas más pesadas de su embarazo.

            -¡Oh cuanta consideración! Si mal no recuerdo no le importaba que trabajara más allá de su horario normal.

            -Señor Potter… -dijo el director más que incómodo por tener que discutir con su sanador estrella por causa de uno de sus mejores benefactores.

            -Mire señor Perry, entiendo que está entre la espada y la pared, pero puedo decirle que mi ética de trabajo se ha mantenido intacta hasta el día de hoy y mientras no sea uno de mis pacientes quien establezca la denuncia y sea llamado ante el consejo médico, me gustaría terminar esta conversación ¿o hay alguna otra cosa que tratar?

            -No señor Potter, no hay nada más, solo acepte esta conversación como un aviso para ser más cuidadoso en su trato con los pacientes.          

            Hizo acopio de toda su paciencia y solo exhaló un suspiro, para después levantarse e irse; iba furioso, nunca en su vida había sufrido ese tipo de cuestionamientos pero sabía muy bien que Draco no había sido el responsable, por lo que tuvo un motivo más para detestar a Barnett MacLeod.

 

 

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            Al día siguiente, después de desayunar, Draco caminaba por su habitación deseoso de salir, específicamente de visitar a alguien, así que no lo pensó más, tomó polvos flú y salió de ahí.

 

 

__________________

           

 

            Cuando Harry llegó a la cafetería a almorzar, se sorprendió cuando vio a Draco sentado en una mesa alzando la mano para llamar su atención, así que un poco receloso le sonrió y asintió, luego fue por su comida y se sentó con él.

            -Hola –saludó Draco, quien tomaba un capuchino.

            -Estoy sorprendido ¿Qué haces aquí, como te has sentido?

            -Bien… bueno, no muy bien, me canso mucho y no puedo dormir en las noches, pero creo que eso es normal ¿no?

            -Pues sí, dentro de lo que cabe sí.

            -¿Y tú, como has estado? Por cierto, vi a tu novia en  revistas y lucía fabulosa.

            -Gracias… me sorprende encontrarte aquí, no te gustaba que te vieran.

            -Y sigue sin gustarme, pero tenía muchas ganas de salir, me aburro en esa casa.

            -Oh sí, que ya vives con Barnett.

            -No, vivo en su casa, pero no vivimos juntos… por cierto, lamento habértelo dicho por carta.

            -¿Por qué? –preguntó mientras le daba una mordida a su sándwich.

            -No era correcto, pero… bueno ¿Qué opinas?

            -¿Yo? Pues… bueno Draco, si tú crees que es lo mejor, está bien.

            -Ya veo.

            -Pero te trata bien ¿cierto?

            -¡Oh si! De hecho toda su familia, aunque si he de ser sincero, eso me abruma, aunque ciertamente mis niños ya tienen un futuro asegurado.

            -Eso es bueno.

            -El abuelo MacLeod ha establecido una mensualidad para mí, ya puedo ser un padre de tiempo completo aunque la verdad, aquí entre nos, la verdad me gustaría hacer algo.

            -¿Algo como qué?

            -Es verdad que quiero cuidar a mis bebés yo mismo, pero eso era en parte a que no podía confiar en nadie más para hacerlo considerando quien soy, pero siempre quise ser pocionista profesional, así como mi padrino, el profesor Snape.

            -¿En serio?

            -Sí, no ser padre a tiempo completo, no es que no quiera cuidarlos, pero siempre quise ser pocionista.

            -Puedes hacerlo ahora.

            -Sí pero… prefiero saber donde estoy pisando y luego ya veremos.

            -Ojalá y lo hagas.

            -Barnett quiere que lo intentemos de nuevo –soltó de repente, sorprendiéndose a sí mismo de hablar de eso con Harry, quien permaneció callado unos minutos en lo que terminaba su bocado, un gran bocado al parecer por lo que se tardó.

            -¿Y lo harás?

            -No me siento listo, es decir… es una situación rara, ya no confío en él aunque creo que sería muy conveniente para los niños ¿tú qué piensas?

            -Bueno… -dijo tomando un sorbo de su café y limpiándose los labios con una servilleta- Sé que un padre o madre solteros pueden hacer muy buen trabajo criando a sus hijos y que a veces una pareja no es precisamente sinónimo de bienestar familiar, pero yo en mi opinión muy personal, prefiero un hogar donde haya dos padres presentes, al menos eso me hubiera gustado a mí, pero si esos dos no se aman, es mejor estar solos, aquí lo importante es cómo te sentirás tú al estar con él, no como piensen los demás.

            -Pues si… -dijo sin saber cómo sentirse ante aquella respuesta… ¿pues que había esperado que le dijera?- Y ¿tú que me cuentas?

            La denuncia llegó de inmediato a su mente, pero seguía estando seguro que Draco no tenía nada que ver en eso, así que decidió omitirlo para no causar fricción en la nueva relación que estaba estableciendo con el innombrable.

            -Voy a casarme –soltó de repente.

            Draco quedó boquiabierto ante aquella respuesta, pero Harry siguió con la vista fija en su sándwich mientras un silencio raro se estableció.

            -Oh… bueno… felicidades –exclamó como tonto- ¿Y para cuando es el día?

            -En dos semanas o más bien una si consideramos que esta ya casi termina –respondio mirándolo al fin pero tan solo fugazmente y volviendo a fijar su vista en su comida.

            -Felicidades –repitió de nuevo sintiéndose ridículo por no saber que responder- ¿Así que te irás de nuevo?

            -No, la ceremonia será aquí en Londres… obviamente estás invitado, pero no sé si tu salud te lo permita.

            -No te preocupes, te lo agradezco… será un gran evento.

            -No, será algo muy discreto, Rachel sabe que detesto la publicidad.

            -Es muy comprensiva.

            -Sí, es una gran chica.

            -¿Y donde será?

            -Alquilamos un restaurant bar cerca de Gringotts, se llama Neal´s Yard… cerca de Covent Garden… es muy bonito y tiene un jardín muy amplio, será algo sencillo, serán solo familiares y algunos amigos.

            -Ya veo… pues les deseo lo mejor, se ve que es una buena chica.

            -Lo es.

            -Hay otra cosa Harry… no me siento a gusto diciéndotelo, pero los señores MacLeod han insistido tanto que… bueno…

            -¿Qué pasa?

            -Quieren que cambie de sanador –dijo sin más, sorprendido de sí mismo por esa decisión tan repentina, cosa que no le iba a decir a Harry obviamente- Yo… cambiaré de sanador para el parto.

            Harry lo miró en silencio unos segundos, evidentemente impactado, luego carraspeo y dijo:

            -Lo entiendo, tu nueva familia está preocupada por ti, es bueno que se ocupen de todos los detalles.

            -Sí, es cierto –respondió sintiéndose un tonto- agradezco el tiempo que me trataste, tus nos salvaste, gracias.

            -No hay de qué, es mi trabajo.

-Bueno, creo que debo irme, estoy ocupando tu rato de almuerzo.

            -No importa ¿quieres algo, ya comiste?

            -Ya comí, gracias –respondió sonriendo mientras se ponía de pie- nos vemos luego y de nuevo, muchas felicidades.

            -Gracias –dijo sintiendo que su apetito había desaparecido a pesar de haber ingerido solo un par de bocados.

 

 

 

 

 

 

 

 

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Notas finales:

Hasta la proxima semana ^^


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