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Fragmentos Del Amor Inocente (ShaMu) ShaMuTober2022 por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Mis terrones de azúcar, ¿Como están?

Mamá terrón aquí muriéndose de frió... Literal, estamos a 13°C en mi ciudad y bajando... Me congelare...

Saben... Ando en modo Shion... Con el cabello esponjoso y muy pachoncita por tanta ropa que llevo puesta, tengo frió...

En fin...

Les diré que este capitulo, puede tener un fanfic a futuro...

La idea se me ocurrió estando haciendo quehacer, jajajajaja Como siempre...

Y dije, mmmh, se puede hacer algo grandioso y muy interesante.

Como sea espero que lo disfruten mucho.

Pregunta del da de hoy...

Mas que ahora veo a otros terrones que comentan y puede que esta pregunta no les tocara antes...

¿Con cual caballero se identifican? (Puede ser dorado o cualquiera)

Yo con Shion... Siento que de todos tenemos personalidades muy similares, somos responsables, maternales, nos esponjamos el cabello mucho, tanto normal como por molestarnos, queremos y protegemos mucho a los que amamos y bueno... Siempre luchamos por un bien mayor sin importar lo que pase.

Quiero leer sus respuestas.

Día 24.- Lotos: Flor acuática, perteneciente a las nenúfares. Famosas por la longevidad de su semillas, de colores claros. Interpretación e imaginación de cada autor.

Advertencia: Amor infantil, inocente, espíritus, religión, yaoi.

Ahora si disfruten la lectura. 

Sus primeros recuerdos, son de personas alrededor de él…

Siempre diciendo lo mismo de su persona.

“-Es él la reencarnación de Buda-“

“-Por favor gran Buda, ayúdanos-“

“-Danos entendimiento para poder se tan virtuoso como tú-“

Siempre la gente a ido a verlo, a buscarlo, rogando porque sus plegarias san escuchadas, para que él pueda ayudarlos, interceder por ellos.

Solo es un niño, que ve a todos aun con confusión, con una lástima que no puede evitar expresar…

Cree que debería hacer algo, intentar ayudar de alguna forma posible, y no solo quedarse allí sentado todo el día en posición de flor de loto, meditando. Pero… No puede hacer mucho a sus cortos seis años, sus palabras, sus opiniones que intenta expresar a aquellos que se ocupan personalmente de él, pero que casi no le prestan atención alguna…

Tal vez por eso dejo de intentarlo.

Entendió que debe dedicarse solo a cumplir su papel como la reencarnación de Buda, pues aunque pensara que se podía hacer algo para que los fieles creyentes ya no sufrieran, la única respuesta que recibía de aquellos que lo “Cuidaban”, Era…

“-Tu mera presencia calma el dolor en sus corazones-“

“-Aliviar el dolor y la pena es lo que el gran Buda les enseño, y es lo que tú harás también-“

Creyendo en sus palabras, intenta hacer lo mejor posible.

Espalda recta, cabellos rubios por debajo de los hombros, cayendo como una cascada de oro suave, ojos siempre cerrados, puede reconocer ya su entorno solo con el oído, el olfato y sus pies descalzos, que dentro el recinto los lleva así, sus prendas sencillas, su Kasaya de color blanco, con la tela que sube por su hombro izquierdo y baja por su espalda hacia la cintura derecha de una tonalidad naranja, el Bindi en su frente, un punto rojo por el cual sintió mucho dolor, pues fue impreso en su pequeña frente casi al rojo vivo, para que quedara bien marcado y con un tono oscuro marcado de por vida, que se retoca ese color de vez en cuando.

Sí, ha derramado lágrimas, aprendió con el dolor, pero es algo que ha logrado soportar por el bien de aquellos que vienen a pedir su ayuda, y darle ofrendas.

Los dulces y alimentos los puede comer él, pero todo aquello de valioso como monedas, oro, piedras preciosas, no las toca, solo ve que son llevadas a un lugar en donde no tiene paso alguno.

A propuesto varias veces que ese dinero podría ayudar a quienes sufren pobreza y tal vez, de esa forma las personas serán ayudadas por el buen Karma que se merecen por desprenderse de objetos valiosos.

Aun es inocente, aún no sabe cómo funciona el mundo realmente, el por qué las personas hacen lo que hacen y se rigen por un deseo que no deberían tener en sí.

Incluso él… También se ha dejado llevar por sus instintos, al intentar dar su humilde opinión, al estirarse discretamente de la postura que hace doler su espada, pero igual ha hecho más sacrificios al aguantar el sueño cuando el día es tan largo, el hambre o la sed… Sí, esto es capaz de agotar a un adulto, para un niño es sumamente exhaustivo, pero intenta hacer todo por el bien de las personas, para que no pierdan su imagen de él, como su nuevo salvador, la reencarnación de Buda.

Pero, claro que todo tiene un límite, desde luego el de un niño llega cuando siente que de verdad solo quiere hacer lo que los demás…

Escuchar las risas de algunos niños fuera del templo, saber que deben estar jugando, divirtiéndose, ser… Solo niño de su edad, algo que a él no se le ha permitido desde que tiene memoria.

Detrás de ese templo enorme… Existe un hermoso bosque, en donde se encuentra un pequeño lago cristalino, con hermosos lotos flotando por todo el lugar… Solo ha podido ir una vez, pues tiene unos muy vagos recuerdos, pero… Siempre le han prohibió ir allí, por alguna razón que no le cuentan.

Esta vez, decidido que ira, solo… A divertirse, jugar, acompañado por la naturaleza, poder tocar esos preciosos lotos, que son mucho más lindos de aquellos que tienen en el templo, y sabe que no son los mismos que lleva en su memoria.

Escapo en el momento en que todos bajan la guardia para tomar un muy breve descanso, y sabiendo que él nunca hace este tipo de cosas, que tiene confianza de permanecer solo, decidió salir, ir corriendo aun con su Kasaya sagrada, y adentrarse en lo más profundo del bosque, para que nadie lo pueda ver o encontrar.

Sus pies descalzos, sienten el pasto suave y fresco en cuando entra en el bosque… Una sensación de libertad lo invade, y puede respirar un aire tan puro y fresco que no sabía que existía algo así de limpio…

El incienso siempre inundo sus pulmones, ahora con tan solo respirar es una sensación tan diferente.

El sol lo ilumina por completo, puede sentir la calidez y paz… Una primera bocanada de libertad invade su ser por completo…

Es tan extraño, porque sabe bien por donde caminar para encontrar ese lago, sus pies van dando pequeños pasos, pensando en solo encontrar a ese cuerpo de agua, no sabe cómo… Pero entiende que el camino que sigue lo guiara a su destino...

Puede escuchar el agua, la frescura en una suave brisa golpeado su rostro, puede ver la belleza de la vida con sus preciosos ojos azules como el mismo cielo…

Sus cabellos al aire, su rostro infantil sonríe plenamente, pues ahora no será regañado por mostrar emociones, puede sentirse cómodo, aquí nada lo ata, nadie le impide tener un instante de felicidad verdadera.

Puede correr un poco, quiere ya llegar, pero… Algo detiene su andar…

Una voz, una muy suave, y tierna… Que le llama tanto la atención, que le provoca detenerse para buscar y saber de dónde proviene aquella vocecita que inunda sus oídos y le da tanta curiosidad.

Con cuidado se va ocultando entre los arbustos, mirando atento hacia donde cree escuchar ese delicado sonido que pareciera hipnotizarlo.

Y lo ve… Justamente en donde el lago se encuentra…

Un niño, uno muy sonriente, que brinca emocionado, como si estuviera bailando de manera improvisada, girando sobre su propio eje con gracia, en donde las hojas se van moviendo al son de esos movimientos, las mariposas, insectos y demás animalitos pequeños, vuelan alrededor del  infante y producen sonidos propios de su especie.

Su semblante es extraño, es como si su cuerpo fuera trasparente, pero se nota el color del cabello lila, corto hasta los hombros, adornando con ramitas y unas flores nunca antes vistas en este mundo, sus ojos verdes iluminados por el mismo sol, marcas en su frente, unos pequeños puntos de color rosa, sus ropas sencillas, una túnica por completo blanca, un lazo de color dorado alrededor de su cintura, sin zapatos, como si nada lo pudiera herir, deja escapar algunas risitas, y se detiene de golpe por alguna razón.

Ve su reflejo en el lago, algo que se supone debería ser imposible… Se queda un instante impresionado, y luego sonríe, hincándose a la orilla del cuerpo de agua, mirando atento los lotos, estirando su manita lo más que puede para intentar alcanzar a tocar algún pétalo de esa bella flor, sin ningún resultado favorable.

-Oh… No puedo hacerlo- Murmura su decepción, lanzando un suspiro, sintiéndose bastante triste por ello.

Los pequeños zafiros impresionados por esta imagen adorable a su ver, se queda atento por ver a un niño posiblemente de su misma edad, tanto es su asombro que no se fija en donde pisa ni como mueve sin querer el arbusto que lo oculta, e igual deja salir una expresión de asombro sin pensarlo –Wow-

-¿Eh?- Aquellos sonidos alarman al pequeño pelilila, que se levanta de golpe del suelo, mirando hacia donde escucho esos ruidos -¿Quién es?- Pregunta, aunque sea contra las reglas, no siente maldad, pero si miedo.

-Lo siento por asustarte- La tímida voz del rubio se hace presente, saliendo lentamente de su escondite, dejándose ver al fin.

-Ah… Un… Un… Humano…- Va retrocediendo lentamente, se siente atemorizado por las advertencias que conoce desde niño, sus manitas las encoge contra su pecho, al igual que su cuerpo tiembla y su expresión de terror inunda su rostro.

Sabe que debe huir rápido, pero le da algo de curiosidad ese niño como temor.

Rápidamente nota esto, como va moviéndose lentamente hacia atrás, pero… No puede dejar que ese lindo niño se vaya, pues… Le gustaría conocerlo, hablarle, juga con él…

Es el único que podría hacerle compañía en este momento, además de que le gustaría escuchar su linda voz un poco más de tiempo.

-Espera, no te vayas…- Al igual que ese pelilila de silueta algo trasparente, que intentaba hace poco tocar una flor de loto y no tuvo suerte de conseguirlo, estira su mano, queriendo alcanzarlo, sin embargo se detiene al darse cuenta que camino un pequeño tramo y llego a lago rápidamente.

Los ojitos verdes, revisan de arriba abajo al rubio, asustado por que un humano lo este viendo, sabe que eso es muy peligroso, pero… No entiende por qué sus piernas le impiden irse, es como si tuviera tanto miedo para poder correr, o no pudiera desobedecerlo por completo.

-¿Por qué… Me pides que no me vaya?- Le pregunta dudoso, frunciendo su ceño en son de miedo y desconfianza, alza levemente su mirada, cubre su boquita con las manos en forma de puño por si debe defenderse.

-Es… Es… Que… Yo…- No creía que debía explicar sus motivos, del por qué le pide que no se vaya. Pero la curiosidad como a todo buen niño le ha ganado al ver esa silueta como la de un humano pero trasparente, por la cual puede ver atreves de su piel los arboles de atrás, eso lo llena de tantas dudas, y no puede evitar que su pregunta salga de manera algo brusca -¿Quién eres?-

-¿Tú quién eres?- El pelilila, rápidamente se defiende ante la pregunta, quedándose de pie tranquilo, con sus manos delante de él, pero más serio en su mirar, pues recordó algo que solo él puede hacer y le ayudaría a escapar si lo requiere.

Reacciona ante la pregunta, queriendo que nadie lo relacione con lo que le enseñaron desde niño, baja su marida, apretando su puño, pero cambia de inmediato su semblante –Me… Llamo Shaka…-

-¿Shaka?- Pregunta ladeando su cabeza, como si reconociera ese nombre de algún lado -¿Eres a quien le llama la reencarnación del gran Buda?- Curioso es su rostro ahora, dando unos pasos hacia ese rubio, aunque mantiene su distancia por precaución.

No sabe cómo es posible que este niño conozca esa identidad con la cual lo conocen, eso lo llena de una mayor curiosidad por saber todo de ese pelilila, ahora siendo el quien preocupado ladea levemente su cabeza, frunce su ceño en son de angustia -¿Cómo sabe eso?-

Ahora de dar explicaciones, baja sus manitas a sus laterales y empieza a jugar con sus dedos en señal de vergüenza, regalando una sonrisa apenada, a la vez que desvía su mirada –Aaah, bueno… Es que… Soy un espíritu del bosque… Que a veces… Escucha las historias que el viento trae. Ja, ja, ja- Se pará de lado justamente para ver el lago, moviendo sus piecitos que no producen evidencias en la tierra suelta –Se supone que no debería hacer eso, pero… Lo hago para no aburrirme…- Un pequeño suspiro sale de sus labios -Es solitaria a veces la vida de un espíritu cuando no se tiene a nadie con quién jugar- Le confianza, alzando sus hombros, y sintiéndose algo mal por estar desobedeciendo las reglas sagradas de su mundo.

Le llama la atención esa reacción del pelilila, que sus pasos se envalentan, para acercarse un poco más a ese pequeño, teniendo menos distancia de por medio –Espíritu del bosque, ¿Vives aquí tu solo?-

Se asombra un poco al escuchar eso, se le había advertido siempre tener cuidado al hablar con un humano, podría ser engañoso y llevar peligro para su gente, por lo cual solo asiente, para seguir viendo el lago y esos lotos –Si…-

-Oh… Ya veo- Lanza un suspiro y mira hacia el lago también, justamente a donde los lotos flotan y se ven tan preciosos por el agua corriendo debajo de ellos –Yo también estoy solo… Así que… sé lo que es aburrirse de esa manera- Puede estar rodeado de muchas personas, pero nadie lo escucha, ni le presta atención a sus necesidades emocionales o de un infante, solo a aquellas básicas, como de alimento, bebida, sueño y necesidades fisiólogas de otra índole.

-Pero, los humanos tienen a muchos como ustedes ¿No? Deberían poder hacerse compañía…- Claramente es espíritu no conoce mucho de la sociedad a la que le teme.

-No es tan fácil… No todos tenemos esa oportunidad- El recuerdo de saberse solo en este mundo, el saber que no conoce la palabra familia, pues nunca la ha tenido que mencionar para él –Por eso ha venido a este lugar a ver los hermosos lotos, para no sentirme tan solo-

La curiosidad en esos ojos verdes se ve, pues perciben la tristeza de ese niño, pero cambia su actitud curiosa, para también mostrar una melancólica, y lanza un pequeño suspiro –Debe ser lindo poder tocar esas lindas flores- Baja su cabeza, hincándose a la orilla del lago, admirando su apenas visible reflejo.

Ladea la cabeza para ver que el pelilila se ha quedado arrodillado sobre ese pasto verde, imita su acción, para acompañarlo –No puedes tocarlas ¿Cierto?-

Niega con la cabeza, mirándose también un poco triste como ese rubio –Nosotros los espíritus del bosque no podemos tocar nada tangible o que pertenezca a su mundo- Cierra sus ojos decepcionado –Aunque el boque sea nuestro hogar, solo en ciertas áreas en las que ustedes no tienen acceso podemos tocar los árboles, flores, pero es naturaleza que ustedes jamás conocerá- Habla suavemente, para abrir sus ojitos, mirando como esos lotos flotan y entiende que es bueno dejar ir a veces aunque le moleste y entristezca por su edad –Sé que debe parecer raro, pero… No podemos hacer nada, nosotros ni siquiera deberíamos dejarnos ver por los humanos, pero- Al momento de hablar, gesticula un poco, provocando que su mano derecha, se dirija hacia el rubio, en donde por un micro segundo sus dedos chocan con el hombro ajeno y puede sentirlo -¿Eh? ¿Qué paso?-

-¿Estas bien?- Pregunta el pequeño humano, que no entiende que acaba de suceder.

-¿Te toque…? Pude sentirte…- Se sorprende por ese simple roce, siendo extraño y muy curioso para él. Rápidamente deja de ver su mano y observa ese rostro confundido del rubio -¿Puedo tocar tu hombro de nuevo?- Eleva su extremidad derecha, lleno de curiosidad ante esto y determinación a la vez.

Esta pregunta sorprende y sonroja al rubio, pero asiente con la cabeza, sin ser capaz de hablar.

Curioso por esta verdad, su mano tímida se empieza a acercar peligrosamente a ese delgado hombro que está a su completo alcance, sus dedos flexionados un poco, pues teme que solo fuera una falsa alarma, pero sabe que lo que sintió no fue solo… Una ilusión…

Y cuando al fin logra acercarse lo suficiente para que su mano se pose sobre ese hombro, una suave brisa se presenta, siendo ignorada por los dos niños, que se sorprenden por que en efecto… Pueden tocarse.

El pelilila no sale de su asombro, mira atento a ese hecho, ¿Cómo es posible que su manita logre tocar el hombro de humano? Niega con la cabeza sin poder creerlo, pero su sonrisa de felicidad es muy grande –¡¡¡ES SOMBROSO…!!! ¡¡¡NUNCA PENSÉ QUE… ESTO PUDIERA PASAR!!!-

-¿De verdad?- Ladea su cabeza, confundido y emocionado por la sonrisa del pelilila, la cual lo llena de una inmensa alegría, como curiosidad por conocer todo lo que pueda de él.

-Sí, es maravilloso y muy bonito- Quita su mano con rapidez, pues se siente apenado y sonrojado por haberse atrevido a tocar a un humano que tiene un gran peso en esta tierra, es cuando lo vuelve a recordar –Debe ser… Porque es la reencarnación de Buda… Él… Era muy apegado a la naturaleza, tal ve por eso es que logramos tocarnos- Sin malicia, ni perversión, sus palabras inocentes salen, como todo buen niño de seis años, muestra su más maravillosa sonrisa cuando algo lo sorprende tanto, encoje sus brazos al nivel de su pecho, flexionando sus codos, para que sus manitas se muevan de arriba abajo por el enorme entusiasmo –¡¡¡QUÉ LINDO ES ESTE DÍA!!!-

Nunca antes había visto una sonrisa tan linda, jamás escucho una voz tan hermosa y melodiosa, mucho menos sentir como un tibio toque se posa en su ser. Desde que alcanzó la edad de tres años, él mismo ha tenido que atenderse en cualquier cosa que sea tocar su cuerpo, como bañarse, limpiarse, comer, etc… Nadie tiene permitido tocarlo, ni ayudarlo en nada, pues es considerado un ser sagrado…

Sin embargo este niño lo hizo sin medir consecuencias de ese hecho, aunque al final lo recuerda.

Verlo sonreír aunque no lo conozca, le impulsa para querer hacer algo bonito por él… Tal vez… Tiene una idea inocente y muy curiosa que se posa en su mente, que no posee mucha lógica, solo lo piensa para hacerlo feliz.

Sin pensarlo, sin importar llevar esas prendas tan importantes, hunde su cuerpo en el lago, de donde apenas logra alcanza a tocar el fondo con sus pies… Solo por una razón.

-¿Que estás haciendo?- Pregunta confundido el contrario, mirando como camina por la orilla con mucho cuidado ya metido en el agua.

Escucha la pregunta, pero no le toma mayor importancia, pues esta decidido en lo que desea hacer, para brindarle un momento más feliz al pelilila. Y cuando al fin la tiene en sus manos, se dirige a la orilla en donde esta ese espíritu esperándolo.

-Se me ocurrió… Que si quieres tocar una flor de loto y no puedes hacerlo por ti mismo… Tal vez, si yo la tengo en mis manos, puedes acariciar sus petaos- La lógica en este niño es muy inocente y adorable, ofreciéndola entre sus pequeñas extremidades de donde escurre un poco de agua por la hermosa flora acuática, directamente hacia ese bonito niño que se sorprende por este hecho.

Siente su corazón latiendo rápidamente, sus manitas recogidas hacia el pecho, mirando atento a ese niño rubio, pero a la vez a esa bonita flor que siempre deseo tocar y no podía hacerlo antes.

Tímidamente de nuevo siente el valor en su ser, su mano derecha vaya directamente a ese loto, de color rosa pálido con un poco de blanco en el centro, sus propias hojas hacen una especie de cuna a esa hermosa flor, impresionado por esa belleza, se siente hipnotizado y tan lleno de emoción.

Sonríe, sus mejillas se sonroja, mientras va tocando con sumo cuidado sus suaves y delicados pélalos, dándose cuenta que es tan hermosa también al simple tacto, ambas manos sobre esa florecita, para poder ser admirada y acariciada…

Como si con ese simple hecho de que Shaka la esté llevando en sus manos, provoca que ese espíritu pueda tocarla. Esto es algo que no debería estar pasando, de hecho, el mismo espíritu se pregunta si este es el poder del mismo Buda o… Tiene más conexión con su propio mundo.

-Es muy bella- Murmura, enternecido por al fin cumplir un pequeño deseo.

-Todos merecen ser felices, y más si son por las pequeñas cosas que la vida nos regala- Un pensamiento que sale sin previo aviso, como si su significado indicara más de lo que esta interacción quiere decir.

Esto resuena en la mente del pelilila, y provoca que desvié su vista de la flor y vea al rubio, con el cual se siente más cómodo, pero aun tímido, mas sus mejillas rojas no le impiden hacer algo que debió desde un inicio o no debería ya para este punto –mi nombre es Mu…- Se presenta, tímidamente, mientras vuelve su vista hacia el loto, aunque de reojo, vuelve a notar esos luminosos zafiros.

-¿Mu? Es muy bonito…- Alza su vista, impresionado y muy feliz por ese nombre -¿Te podré ver de nuevo?-

-¿Eh?- La pregunta sorprende de nuevo al pelilila –No deberíamos… Esta prohibido que los humanos y espíritus convivan juntos-

-Pero, si lo hacemos… Podre ayudarte a tocar los lotos cada que lo quieras o cualquier otra cosa- Suplica con su mirada esto, sin importarle aun estar dentro del agua –Por favor Mu… Quiero verte de nuevo… ¿Si?-

Ver ese semblante le provoca un latir en su corazón a mil por hora, con los nervios que encienden sus sentidos y alarmas, pero no hace caso a esto, ya que la propuesta es muy tentadora, y ese rostro del rubio lo está convenciendo, para ser amigos –Esta bien, prometo volver a verte… Algún día- Le dedica una bella sonrisa, donde cierra sus ojos y muestra sus dientes.

Esto encanta el noble e inocente corazón del rubio, podría quedarse por horas viendo esa hermosa sonrisa, pero el tiempo tan corto se acaba.

Se escucha como a los lejos, varios gritan el nombre del rubio… llamando la atención de ambos…

Shaka, sin quererlo suelta el loto… Y aunque Mu intentó tomarlo, sus manitas no logran ser suficientes para sujetarla y cae de nuevo al lago, sin remedio alguno.

Es obvio que solo funciona el poder tocar algo del mundo humano con la ayuda de Shaka, pero…

¿Por qué esto sucede?

-Debo irme… Si vienen para este lugar, te podre en riesgo…- Sale del agua lo más rápido posible, mientras ese líquido vital escurre por su cuerpo, pero poco le importa, ya que el miedo de que descubran a este lindo espíritu, lo impulsa a irse lo antes posible.

-Si… Cuídate… Reencarnación de Buda- Sabe su nombre, pero por respeto lo llama así.

No le agrada que Mu le diga así, pero el tiempo de corregirlo o decirle algo se ha acabado, solo le dedica una sonrisa tímida, la última que podrá expresar ante de volver a su vida seria y aburrida por su título.

-Nos volveremos a ver Mu, es una promesa que hicimos. Adiós- Se despide rápido, para ir corriendo hacia donde había venido, dejando solo al espíritu que se levanta del suelo, quedándose sorprendido y sonriente ante ese humano tan amable y dulce que acaba de conocer, y fue muy lindo con él.

-Adiós- Alza su manita al nivel de su cara, despidiéndose como lo hacen los humano, moviéndola de lado derecho a izquierdo.

Pero el hermoso ambiente cálido y calmado, se va descomponiendo al notar un poco de humedad a su alrededor.

-Mu, ¿Qué es lo que has hecho?-

Escucha la voz que conoce bien y que lo ha asustado mucho en este momento.

-Yo… No creo que sea alguien… Malo…- Habla tímidamente, avergonzado y bajando su mano hacia el lateral.

-Hiciste una promesa con un humano, sabes muy bien que eso está prohibido, es algo muy peligroso para ti y para todos- El regaño de parte del espíritu mayor de cabellera azul y ojos Viridian, se acerca de espaldas hacia el más pequeño.

-Pero… Saga…- Quiere intentar disuadir al otro, pero no logra sacara argumento que le ayuden a esto.

-No existen peros que valgan. Tus padres se van a enterar de esto. Ahora volveremos a tu hogar, pequeño príncipe- Lo espera dándole la espalda, para ingresar al bosque y desparecer.

-Si…- Baja la cabeza, dando pequeños pasos hacia ese espíritu de apariencia adolecente que lo intimida un poco, pero no puede hacer mucho si es su protector y mucho más…

Sin embargo, aunque desaparezca junto a ese peli azul, ¿Podrá ser suficiente para olvidar al pequeño amigo que acaba de conocer?

Eso solo el tiempo lo dirá.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo con frió, y debo ir ha hacer algunas cosas, así que me despido rápido.

No sin antes recordarles que respondan la pregunta de arriba.

Disfruten mucho la lectura.

Espero que les gustara.

Y gracias por leerme.

Cuídense mucho, abríguense y manténganse a salvo.

Los quiero mucho.

Ammu se va.


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