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Blood in Roses por MidNightFlower

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Notas del fanfic:

 

PAREJA: Harry x Draco

DISCLAIMER: El mundo de Harry Potter le pertenece a J.K. Rowling! Yo solo estoy utilizando los personajes por mero entretenimiento sin fines de lucro :3

ADVERTENCIAS: Es un EWE? (¿epilogo, cual epilogo?) y un What if…? (qué tal si…?) donde nuestros queridos protagonistas son criaturas mágicas! (Mirrow x Dhampir ;3)

Hay relación chico-chico, sexo explícito (Si no te gusta el delicioso, ¿qué haces aquí? x9), personajes algo OoC y probablemente palabras altisonantes. ¡Están advertidos!

Si me equivoco en continuidad, horrores de ortografía o las cosas canónicas, ¡me disculpo de antemano! (porque no podré hacer nada xD)

 

Notas del capitulo:

 

 Hola otra vez queridos míos! No les ha pasado que cuando quieren hacer algo en particular, las musas no están accesibles ni dispuestas a cooperar? Bueno, no ha planeado publicar esta historia, pero he estado algo inspirada con ella y siento que ya es hora de desempolvarla! Pueden creer que la comencé en el 2016?! Wow el tiempo sí que vuela jeje XD

Va dedicada con mucho cariño para mi querido bebe Pipe por su cumpleaños! :3 (sorry si es tarde, pero ya ni tiempo me he dado para escribir lo que tu querías, créeme que lo intenté pero las musas no cooperaron, me perdonas? QoQ) espero que te guste! Fue hecho con mucho amorshhh~

A leer se ha dicho!

 

Nocturnal Serenade I

Aporreando su pluma contra el pergamino, Herrmione frustrada observó que la tinta formaba un denso charco traspasando hasta la mesa de madera y cerró de golpe el libro sobre sus rodillas. Era inútil. No lograba encontrar la respuesta y eso le calaba hondo.

¿Qué se le estaba escapando?

-¡Maldición!- chilló echando la cabeza hacia atrás sintiendo el pesar y el cansancio endurecer su músculos. Llevaban semanas buscando entre los libros de la biblioteca, los de la colección personal del ministro de magia; libros y más libros apilándose de distintas formas y tamaños, autores varios, pero no había respuesta.

"No es posible… siempre hay respuestas… es imposible que algo no la tenga…" se dijo volviendo a abrir el libro "La vida cotidiana entre los maleficios de las criaturas mágicas" de Elfrida Clagg, releyéndolo desde el principio por cuarta vez.

-Calma Mione… todo estará bien- dijo Ron trató de tranquilizarla con un apretón en su hombro que solo consiguió tensarla –come un poco…-

Su pobre novia, junto con sus tensos nervios no habían tenido un momento de paz en los últimos 29 días, que ya le estaban pasando la factura a ambos, pero principalmente a ella que, con tremendos círculos negros bajo los ojos y las virutas de pan sobre su cabello que apenas y picaba de vez en vez.

-¡Ron, no tenemos tiempo! ¡Harry nos necesita! - la mirada dolida que le dedicó hizo al pelirrojo tragar duro.

Ambos sabían el estado delicado de Harry y también compartían esa impotencia al verlo día tras día en cama sin lograr despertar. Sin poder ayudarlo, sin poder hacer nada… ¿qué hacer cuando ya toda la esperanza se drenaba como agua entre los dedos?

-¡Hermione, si no descansas no encontrarás nada! mira, puedes dormir un rato mientras yo busco y…-

–¡Si no vas a ayudarme, vete! - prorrumpió frunciendo el entrecejo arrojando a la cama el libro sobre sus rodillas, tomando uno nuevo de la pila que casi llegaba al techo, sumergiéndose a una intensa lectura en el acto.

Ron suspiró, era obvio que no la abandonaría pues si tenían la posibilidad de encontrar la cura del problema de Harry, él haría lo que fuera por hallarla.


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Las semanas posteriores a la gran batalla librada en Hogwarts, habían sucedido demasiado rápido para el trío dorado. Enterarse de la muerte de conocidos, compañeros, de personas que estimaban y querían… la sensación era imposible de ponerla en palabras, porque no había ninguna palabra que pudiera condensar tanta desgracia. La mustia celebración de aquella victoria vacía, los innumerables funerales a los que tenían que asistir y el dichoso discurso que Harry a regañadientes fue obligado a dar como paliativo a la comunidad mágica…

Tras todas las reparaciones y los juicios a los mortifagos en los que Harry no tuvo descanso; la dichosa carta a su último año en Hogwarts llegó y contra todo pronóstico y ansiando obtener sus calificaciones finales que les abrirían las puertas a sus trabajos soñados, decidieron regresar por última vez a aquella escuela donde mucho tiempo residieron sus más tiernas ilusiones, pero que ahora aquejaba el recuerdo de la perdida y el dolor.

Aunque todo fue bien y lo más normal posible al principio; en un abrir y cerrar de ojos, la salud de Harry se desplomó frente a los ojos de sus fieles amigos, haciéndole caer en un profundo sueño del que parecía no querer despertar.

Creyendo que era una clase de agotamiento, lo dejaron descansar en la enfermería al cuidado de Madame Pomfrey esperan que su recuperación fuera lo más satisfactoria posible, pero tras 2 semanas sin despertar siquiera para comer, comenzó a preocupar a todos. Nadie sabía lo que tenía, la sanadora aseguraba que todo su perfil clínico estaba integro, nada fuera de su lugar y solo era agotamiento, pero, con la cuarta semana sobre ellos, Hermione sabía que había algo mal en ello.

¿Una maldición? ¿Un hechizo de magia negra? No estaba segura, pero algo si sabía y es que iba a encontrar la cura para su mejor amigo.


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Con la desesperanza haciendo papilla la esperanza de su corazón, arrastró los pies en dirección de la cocina, su estómago daba señales de vida a las 2 de la mañana y parecía muy molesto por haberlo descuidado tanto.

No encontrar nada que pudiera serles útil le frustraba y más aún porque se trataba de su querido Harry, su mejor amigo, aquel hermano no sanguíneo por el cual haría lo que fuera.

Sabía que había descuidado su corta relación con Ron en la misión que se embarcó, pero no le cabía duda que la comprendía, incluso él se esforzó por hacer su búsqueda por su parte, estaba orgullosa del equipo que hacían empero el mal humor siempre nublaba su mente ya que cuando pensaban que llegaban al meollo del asunto, tocaban por pared y tenían que volver a comenzar…

"Es frustrante" se dijo recogiendo un vaso de leche que su estómago agradeció furioso.

Sin nada que perder, decidió aventurarse al despacho de la directora, sabiendo que ella no le gustaba dormir ahí por respeto a Dumbledore. Tenía conocimiento de su vasta colección de ejemplares únicos, primeras ediciones e inéditas; "ventajas de ser director, supongo" se alzó de hombros.

No perdería nada si se arriesgaba por ahí. Lo máximo que conseguiría si la encontraba Filch o McGonagall sería una sanción por estar fuera de la cama. Nunca le gustó ser presuntuosa, pero consideraba que su estatus de heroína de guerra tenía que servir mínimo para que no la corrieran de la escuela.

-Mi querida señorita Granger- saludó el viejo director con su sonrisa bonachona desde su cuadro. Hermione ahogó un chillido al verle, su corazón casi se sale por la boca –buenas noches, perdón por asustarla-

-No se preocupe profesor Dumbledore…yo solo me sorprendí- dijo tras recuperar el habla. Se había olvidado por completo de los cuadros que tapizaban ese recinto –yo… lo siento por estar aquí… es solo que…- no podía armar una buena excusa, y hasta ese momento comenzó a considerar que tal vez había sido mala idea ir después de todo.

-No se alarme señorita Granger, que de esto no creo que se entere Minerva- le guiñó el ojo –además, supongo que tengo cierta idea de que es lo que está haciendo aquí- su enigmática sonrisa se amplió y aquello solo le dio mala espina.

-¿De qué está hablando…?-

-Es sobre Harry ¿no es así?- Hermione abrió los ojos de par en par, su corazón comenzó a latir con fuerza. La esperanza podía tornarse una llamarada de luz incluso después de creerla perdida – creo que en eso podría ayudarla… pero no queda mucho tiempo-


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A paso veloz recorrió los pasillos, en definitiva, no había tiempo que perder. Con un hechizo de mimetismo ingresó al cuarto de los chicos y despertó a Ron.

-¡Maldición Herms! ¿Qué estás haciendo aquí? – gritó en voz baja más sorprendido por ver en su cama a Hermione que por su cuerpo tiritando de éxtasis con una mirada enloquecida.

-Tenemos algo que hacer Ron- dijo con los ojos brillando cuan felino en la oscuridad –ya se lo que tiene Harry y cómo podemos solucionarlo- con ello obtuvo su total atención y ambos pusieron manos a la obra.

Las indicaciones de Dumbledore habían sido claras y aunque no estaba muy segura de sí hacerle caso a un cuadro parlanchín, era lo más cerca que ha estado ese mes para salvar a Harry, cuya vida parecía esfumarse con cada día que no lograban hacer que despertara.

Haciéndose con la capa de invisibilidad, corrieron escaleras abajo junto con Ron directo a la sección prohibida.

Ron bostezaba de ven en vez, pero se mantenía de todos modos alerta, el también ansiaba recuperar a su amigo fuera como fuera y si entre esos pesados libros se encontraba la respuesta, el haría su parte.

Hermione hacía anotaciones en su pergamino de bolsillo sobre todos los ingredientes que requeriría, rememorando con cada trazo de su pluma las claras palabras del cuadro del viejo director.

"-¿Usted sabe que es lo que tiene?- preguntó incrédula.

-Por supuesto señorita Granger… yo mismo puse sus bloqueos-

-¿Qué? ¿De qué habla? -

-Pese a que no soy ni la sombra de lo que alguna vez fue el Albus Dumbledore real, tengo a grandes rasgos la historia y he de ser breve… Harry cuando llegó a mis manos siendo un pobre bebe, pude sentir que no estaba indefenso en absoluto…- hizo una pausa –él estaba bendecido con algo sumamente poderoso…-

-El hechizo de protección de su madre… el amor, como siempre dijo- contestó en ese momento, pero el hombre del cuadro negó tristemente.

-No solamente ello mi dulce jovencita, era algo más peligroso y letal que sabía que llegado el momento sería un completo revés en la lucha que tendría contra Voldemort si este alguna vez volvía a levantarse…- dijo con algo de culpabilidad -Yo lo sabía y decidí sellar sus poderes, con ello asegurando nuestra victoria-

-¿Cómo pudo hacer eso, profesor? ¿De qué se trata aquello que selló?-

-Nuestro querido Harry tiene sangre de una antigua criatura mágica, Hermione; parte de su legado Potter- la castaña solo tardó unos segundos en poder volver a hablar.

-¿De qué habla?¿qué es mitad vampiro, veela o algo así?- dijo recordando en parte a Fleur Delacourt la esposa de Bill, pero no consideraba que fuera algo peligroso.

-Algo así…- se quedó pensativo –es una especie de Refaim ancestral llamado "Mirrow"… - dijo calmadamente.

La chica recordó que había escuchado esa palabra en algún lugar y recordó algo que una vez leyó acerca de los Nefilim y se quedó de a seis.

O sea… me está diciendo que Harry es como una especie de ¿ángel? - Hermione no podía procesar aquello.

-Sí y no mi querida niña, un mirrow es como un ángel acuático, tal vez una sirena, pero con increíbles poderes tan ajenos a su control que su vida hubiese corrido peligro si no se hacía algo lo más pronto posible-

-Pero esto ya lo está matando…-

-Lo se… tras mi muerte era solo cuestión de tiempo que aquello que el sello se debilitara y su magia buscara cualquier rejilla para escapar. Supongo que es indispensable que solucione esto lo más pronto posible-

-¿Qué debo hacer?-

-Necesito que haga un contra hechizo que es muy sencillo de hecho, está en mi libro de anotaciones personales en el escritorio… lo que viene tras el despertar de Harry será lo más difícil-

-Entiendo…-

-Es de vital importancia que vaya a la biblioteca y busque en la sección prohibida en el tercer anaquel, hay un libro sin nombre con empastado verde olivo donde tiene las indicaciones de lo que procede, debe apresurarse señorita Granger que no hay tiempo que perder…-"

Hermione lo consiguió y jamás se había sentido más orgullosa consigo misma.

-¡Aquí esta!- dijo colgándosele de Ron sin importarle hacer mucho ruido. Ahí estaba el libro sin nombre con la pócima que debían de elaborar.


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-¿En qué puedo ayudar?- preguntó Ginny viendo a Hermione apurada juntando varios calderos y frascos –y no vayas a decirme que es una cosa de la que solo ustedes pueden encargarse porque los mando a freír espárragos- dijo la chica con voz enérgica.

-Claro que no Gin, de hecho, creo que nos vendría muy bien tu ayuda- sonrió Hermione como hacía días no lo hacía.

Harry había despertado y no había tiempo que perder.

*[*]*1 semana después*[*]*

-¿Es necesario que lo tome?- preguntó Harry dudando, sonriendo ante la lluvia de besos que Ginny repartía por todo su rostro.

No podía creer que hubiera dormido por casi 1 mes preocupando a todo el mundo, el sintió que apenas habían sido un par de horas y para colmo de males, su cuerpo se sentía pesado y adolorido.

Su espalda picaba y su piel tenía una extraña coloración verdosa y escamosa que simplemente no quería pensar más en el asunto. Era típico del viejo director hacer ese tipo de cosas y mantenerlo al margen entre los secretos y las mentiras.

¿Una criatura mágica? ¿él? ¿Un chico bajo y enclenque que fue víctima de bullying por su obeso primo durante toda la infancia resulta que siempre tuvo la capacidad de defenderse? Era una locura y no lo creería de no ser por esa piel de gallina que se le estaba haciendo sin siquiera sentir frío.

Ese vial tenía un aroma a hierba seca y cabello quemado que su estómago se revolvió sin poder contenerlo.

"Un vial que me conectará con el amor de mi vida… vaya timo" se dijo torciendo la boca. En toda esa semana nadie le había explicado en detalle sobre la clase de criatura que era, Hermione había sido muy criptica y la única forma que se le ocurría era calmarlo diciéndole "una vez que encuentres a tu pareja destinada estarás bien"

"¿Cómo por qué?" se preguntaba incrédulo. Salvo por el cansancio, se sentía bien. Amaba a sus amigos y su relación con Ginny finalmente se había consagrado, ¿Qué más podía pedir?

Miró a Hermione asentir y después regresó a ver a Ginny quien se mordía el labio inquita –hey, descuida… seguro y sale tu nombre- sonrió dulcemente y la chica solo se echó a sus brazos.

-Te amo tanto Harry que no sé qué haría sin ti- dijo entre hipidos –ya casi te pierdo dos veces con esta; no creo soportar una tercera…- dijo refugiándose en su hombro –más te vale que salga mi nombre ¿eh?- amenazó con un puño y Harry rió.

-Tranquila Gin que todo estará bien- le sonrió secando una furtiva lagrima que corría por el costado de su mejilla, era tan adorable.

-Toma camarada, esto seguro y pasa rápido- Ron le brindó coraje que Harry recibió de buen humor.

-Si tú lo dices… por nosotros- dijo seguro de que el nombre Ginny aparecería de buenas a primeras. Le parecía obvio que habían estado destinados a estar juntos que no temía a nada.

Con una convulsión, Harry se desplomó contra el suelo en un mudo quejido sosteniéndose dolorosamente el pecho. Se arqueaba y contraía con mucho dolor, parecía gritar, pero ninguna palabra escapaba de su boca.

Horrorizada Hermione corrió a socorrerlo, seguida muy de cerca de Ron y Ginny.

-¡¿Es normal que pasara eso?!- chilló Ron agitando a Harry esperando que solo fuera una falsa alarma -¡Madame Pomfrey, ayuda!-

-¿Qué crees que pasó Herms?- preguntó la pelirroja acunando la cabeza del moreno en su regazó meciéndolo protectoramente.

Hermione negó con la cabeza, no estaba segura.

Sabía que la pócima era inocente y estaba bien hecha; aquella reacción no tenía sentido con lo que decía la literatura y tratando de hallar respuesta, regresó a ver el recipiente que alzaba en círculos de humos con una palabra brillando en sanguinolento rojo y revisó con prisa el libro sobre la mesa de noche.

Los colores del humo podían variar, eso era claro. Sabía que si su pareja destinada era humana el humo sería violeta, azul si se trataba milagrosamente de su misma especie, amarillo por un veela, verde lima: licántropo, naranja oscuro: sirena… pero no había nada de rojo…

Repasó la hojas a gran velocidad buscando nuevamente una respuesta, pero al ver como el humo se transformaba lentamente en una palabra comprensible, el libro escapó de sus manos y acalló un chillido con el dorso de su mano.

Era imposible, pero no había error.

-No puede ser…- musitó asustada, viendo como las letras ganaban nitidez y se alzaban altaneras en un carmesí que bañaba la estancia, un nombre conocido, pero que a ella o ninguno de los 3 se les hubiera ocurrido en una vida…

"Draco Malfoy"

 

Notas finales:

¡Nos vemos en la siguiente parte!


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