Diciembre había llegado y con él, se había creado un caos en la torre.
Todos los vengadores se encontraban buscando regalos para sus compañeros y decorando la torre, mientras que por las noches se sentaban juntos en la sala de estar a mirar películas de la temporada, como la extraña familia que eran.
Pero, quien mas disfrutaba de esta fecha era el grandioso capitán América, quien en ese momento se encontraba horneando galletas en la cocina, siendo visto por Bucky, su mejor amigo y hermano y Clint, quien esperaba con ansias las galletas que ya estaban por salir del horno.
El rubio se encontraba con un mandil navideño cantando villancicos alegremente mientras que los otros dos lo miraban impacientes;
-punk… ¿Cuánto falta? - preguntó el antiguo soldado del invierno viendo como el otro se asomaba por la puertita del horno
-ya casi están. - respondió con una sonrisa -No sean impacientes
-Cap… - comenzó a decir el arquero recostándose sobre le moledero -De verdad te gusta la navidad ¿cierto?
-es mi época favorita del año. - contestó el rubio sacando la bandeja del horno y poniéndola frente a los otros quienes tomaron una galleta sin dejar que el capitán dejara la bandeja sobre la mesa, haciendo que se quemaran las manos en el proceso -Le dije que esperaran un poco- agregó dejando un par de vasos con leche frente a sus compañeros
-llevamos esperando demasiado, punk- contestó el castaño metiéndose dos galletas de un solo a la boca
-ya no queríamos esperar más- soltó el arquero tomando varias y poniéndolas a un lado
-hey, no tan rápido… esta bandeja es solo para ustedes dos
- ¿no habrá más galletas? - preguntaron al unisonó cuando el otro negó
-las siguientes son para los niños y la siguiente para los demás
- ¿y para nosotros? - volvieron a decir haciendo al otro reír
-ya no habrá más, hasta mañana
- ¡¿por qué?! - el rubio comenzó a reír mientras se alejaba de sus compañeros y continuaba cocinando en el momento en que Tony ingresó en el lugar con su taza de café vacía y una enorme cara de cansancio;
-buenos días- dijo arrastrando las palabras y tomando una galleta de la bandeja de los otros dos quienes lo miraron mal y escondieron la bandeja viendo al castaño acercarse a la cafetera
-Steve, quítale una galleta a Stark, nos robó una- se quejó Bucky haciendo un puchero cuando el genio se acercó a besar la mejilla del rubio quien mantuvo su sonrisa
-esa bandeja me pertenecía a mí, en primer lugar- dijo viendo a los otros sacarle la lengua mientras bebían de sus vasos
-ya no peleen. Tony, tus dulces estarán en un rato, deja los de los chicos- contestó el capitán dejando un leve beso en la frente del castaño viéndolo hacer un puchero
-no deberías consentir tanto a los niños, Steve. Los malcrías
-ya deja eso, los únicos niños de esta torre aun no… - el rubio fue callado por las risueñas voces de tres menores que venían ingresando
- ¿decías? - sonrió Tony con picardía viendo a Wanda, Pietro y Peter entrar por la puerta;
-les digo que es verdad… - decía Peter pasando junto a sus amigos frente a los adultos sin prestarles atención -Santa no existe y está demostrado- al oír esta frase, el soldado castaño levantó la cabeza con miedo y miró a su amigo rubio quien estaba hablando amenamente, o mas bien, escuchando como el otro se quejaba de las fiestas y de su amigo el coronel.
Bucky soltó un suspiro y continuó en lo suyo siendo visto por Clint, quien no paso por alto lo sucedido
-claro que existe- escuchó decir la voz de Pietro sintiendo como se acercaban hacia la islita de la cocina, donde Steve acaba de dejar las galletas que les correspondían a los menores
-santa es un mutante, como nosotros- contestó Wanda sentándose junto a su mellizo y sonriéndole al capitán que les dejaba unos vasos con leche cerca
-no existe, yo lo esperé por años y nunca lo vi- aseguró Peter viendo a Tony acercarse
-Peter tiene razón, yo nunca lo vi tampoco y cuando le pedí algo no me lo dio. Así que estoy del lado que no existe- agregó cuando los mellizos negaron con la cabeza
-si existe y es mutante. - dijo Pietro otra vez -Tiene una casa muy bonita en el Polo Norte
-eso es mentira, son ridiculeces para niños- aseguró el genio cuando Bucky se puso de pie botando la silla y corrió hacia su amigo rubio, a quien tomó de la cintura con fuerza y subiéndolo a su espalda salió en carrera del lugar
- ¡BUCKY! - soltó el otro asustado siendo sacado del lugar por el soldado dejando a los otros sorprendidos
- ¡mapache! - soltó Tony de pronto comenzando a correr detrás de ellos - ¡Baja a mi esposo en este momento!
- ¡oblígame! - gritó el soldado desde lejos siendo perseguido por un muy molesto genio mientras que los otros cuatro reían a carcajadas por la escena.
Por la tarde, Bucky se encontraba junto con Natasha viendo una película en la sala de estar y viendo a Steve decorar el árbol junto con Wanda, Scott y Hulk cuando Tony y Clint se acercaron y se sentaron cerca de los primeros;
-debemos hablar, Barnes- comenzó a decir Tony en voz baja haciendo que el otro le prestara atención
- ¿Qué fue lo de esta mañana? - preguntó el arquero, haciendo que la espía rusa también prestara atención -Vi lo que hiciste cuando Peter entró hablando de santa
- ¿acaso crees en santa, fósil?… porque eso sería muy gracioso- rio el genio viendo como el otro soltó un suspiro y mirando a Steve de reojo, tomó aire volteándose hacia los otros dos
-yo no. - comenzó a decir -Pero Stevie si cree en él
- ¡¿Qué?! - soltaron los otros dos al unisonó haciendo que el mencionado volteara a mirarlos confundido. Los otros comenzaron a reír con nerviosismo, haciendo que el rubio negara con la cabeza y continuara en lo suyo
-shhhh- exclamó Bucky en voz baja y acercándose un poco mas a los otros dos
- ¿cómo es posible que a esta edad aún crea en santa, Barnes? – preguntó Tony viendo como el rubio cantaba villancicos muy contento junto con Scott mientras colocaban unas guirnaldas en el árbol
-desde niño eso era lo único que lo alegraba en navidad mientras estaba enfermo. – comenzó a contar el otro viendo a su amigo también -Sarah y yo jamás tuvimos el valor de romperle el corazón y decirle que era mentira la única cosa que lo hacía feliz, la llegada de Santa en navidad.
>> Nunca pudo salir a jugar en navidad porque ponía un pie fuera y era casi que una sentencia de muerte así que muy pocas eran las veces que podíamos jugar en la nieve... – suspiró - ¿Que aún no has visto como se emociona cuando nieva?
-sí, pero… una cosa es que le guste mucho la navidad y otra…
-creer en un hombre gordo y con barba que prácticamente se mete a tu casa a dejar cosas desconocidas bajo un árbol- agregó Clint haciendo que los otros lo miraran
-Steve siempre creyó que, si se portaba bien, Santa le dejaría algo que pudiera regalarle a su madre en navidad. Ustedes saben que éramos de bajos recursos, así que él nunca esperaba nada para él, si no, algo que pudiera regalarle a su madre
- ¿recibía lo que pedía? - preguntó el castaño nuevamente viendo al otro sonreír
-todos los años, Sarah envolvía la misma bufando, calcetines o lo que tuviera, en un papel y la dejaba bajo el árbol. Así, cuando Steve despertaba la mañana de navidad veía el paquete con la nota de Santa diciendo que era lo que había pedido y él se lo daba a su madre. Incluso en ocasiones, ponía calcetines o algún pañuelo, para que creyera que eran regalos distintos. – bajó la cabeza un poco y suspiró nuevamente -Ya cuando Sarah murió, Steve comenzó a obsesionarse con enlistarse por la llegada de la guerra, así que no había tiempo para pensar en navidad o en Santa… y el resto, ya lo saben
- ¿nunca le dijiste la verdad? - el otro negó con la cabeza
-ninguno tuvo el corazón de hacerlo y menos cuando teníamos una guerra en puerta. – los otros dos lo miraron haciendo que este se cruzara de brazos -Vamos, no me vean así. Si alguien romperá sus ilusiones no voy a ser yo, yo nunca le diré que lo único que lo hacia feliz en navidad no existe
-yo no puedo romperle el corazón, es mi esposo- alegó el genio con un rostro algo triste -Aunque yo no crea en él y sea un hombre de ciencia, no podría
-yo no lo haré, no volvería a hacer galletas- comentó Clint haciendo que los tres suspiraran al unisonó.
Después de un momento, voltearon a ver a los otros, viendo que Natasha en algún momento se había sumado a la decoración y también Pietro y Peter;
-Peter, - escucharon que decía el rubio de pronto - ¿Quieres ayudarnos a poner la estrella en el árbol? La guarde para ti
-claro, Pops- contestó el menor, colgándose del techo con su telaraña y colocando el adorno que el rubio le dio. Cuando bajó, notó una mesa que estaba a un lado con una bandeja llena de galletas - ¿Puedo tomar una galleta? Quede con ganas de mas
-te traeré unas de la cocina- comentó el capitán cuando el chico evitó tomar los dulces de la bandeja -Esas son para Santa
- ¿para Santa? - preguntó el castañito haciendo que los otros tres que estaban en el sillón se alertaran y se comenzarán a acercar en carrera
-sí, para cuando venga a la torre, aunque debería dejarlas el día que corresponde y no antes. - sonrió -No quieres quedarte sin obsequios ¿verdad? - rio Steve de medio lado viendo como el pequeño reía también
-ay, Pops. - dijo con una pequeña sonrisita y tomando una de las galletas -Ya no somos niños para que digas eso, Santa no existe- soltó haciendo reír al resto, menos a Wanda y Pietro que se cruzaron de manos
- ¡que si existe! - reprochó el velocista -Ya te dije que es mutante y vive en el Polo Norte
-te digo que no, es solo un cuento para niños
-pero… Santa si existe – alegó el capitán haciendo que el menor y los demás lo miraran
- ¿tú lo has visto alguna ves? - cuestionó el menor tomando otra galleta, viendo al rubio dudar un momento
-no, pero… siempre dejaba un regalo bajo el árbol cuando era niño
- ¿no crees que tu mamá fuera quien dejaba el regalo?
-claro que no. Mamá siempre estaba trabajando cuando era niño, ella no podría dejar el regalo… Santa entraba por la ventana y lo dejaba en el piso de la sala para que yo pudiera dárselo a mamá
-pero es lo mismo, nunca viste o escuchaste a Santa entrar a tu casa, por ende, no existe… creo que hasta el sargento Barnes pudo dejar el regalo por la noche mientras dormías
-no creo, nosotros hacíamos pijamadas en navidad, pero él… nunca… - el rubio volteó a ver a su amigo quien se encontraba pálido ante lo que estaba pasando - ¿Bucky, tu?
-Steve… - el chico rio con nerviosismo -por supuesto que no, sabes que tengo el sueño muy pesado y tu también, por esa razón no oíamos a Santa entrar
-ya dejen eso, Santa no existe y tampoco es un mutante. Solo es un cuento para personas ingenuas y niños- alegó el castañito robándose las galletas de la mesa y compartiéndolas con los otros dos mientras seguían discutiendo sin notar como el rubio dejaba lo que tenia en las manos y se alejaba de los demás, que decidieron seguir con la decoración ante el momento incomodo que estaban pasando.
Tony se acercó a Peter y dejándole una mano en el hombro le miró con molestia;
-no debiste decir eso, Pete. - comenzó a decir -Le rompiste el corazón a tu Pops
-pero solo dije la verdad ¿o tú también crees? Eres un hombre de ciencia, papá
-lo sé, pero… debemos arreglar esto ahora. - el hombre tomó aire y miró a los demás -Bien familia rara, reunión familiar… misión salvar la navidad para el Capitán América- terminó sonriendo mirando a los otros que lo veían atentos.
. . .
Steve se encontraba en la azotea de la torre, con la nariz roja y los ojos hinchados.
Se sentía como un completo tonto después de saber que en lo que creía era una mentira, o al menos así lo hizo ver Peter. Además de que sentía que era la burla de todos sus amigos por comportarse como un niño;
-eres un tonto, Steven. - soltó en voz alta limpiándose un poco los ojos -Siempre tan crédulo que hasta tu mejor amigo te engañó
-eso no es verdad, cariño- escuchó una voz detrás suyo haciendo que levantara la cabeza, pero no viera a quien estaba sentándose y junto a él
- ¿Por qué nunca me dijeron que creía en una mentira? Me siento tan tonto… - dijo volteando a ver al otro con enojo - ¡Tengo 106 años, Tony! ¡me siento ridículo!
-hey, hey, no digas eso. Tu eres feliz con esta fecha, navidad es tu fecha favorita
-ya no, es una mentira
- ¿no eras tú el que decía que navidad era para pasar en familia y ser feliz con todos? – el otro le quito la mirada -Siempre decías eso y hacías que hiciéramos cosas juntos… es el único mes en que siempre estamos juntos y haciendo tonterías… siendo nosotros mismos
-y también horneaba galletas para una persona que no existe… me imagino que Hulk terminaba comiéndolas en algún momento
-en realidad nunca estaban por la mañana- el otro lo vio con escepticismo
-no me mientas, Tony. Estoy seguro que Clint o Hulk las comían
-te juro que nunca estaban, cariño. - el castaño sonrió y tomó las manos de su esposo -Vamos a dentro, ¿sí? Aquí hace frio y ya esta casi lista la cena
-quiero ir a la habitación y dormir, no me siento bien
-Steve, no nos puedes dejar así. No puedes dejar a la familia por un comentario
-nuestro hijo fue el que dijo eso, me siento humillado
-nuestro muy castigado hijo mintió por molestar a Wanda y Pietro. – sonrió de nuevo - ¿Porque uno vamos a dentro y terminamos nuestras cartas? Todos están esperando para que las recojas y las envíes
-yo… no quiero participar de eso, no más- alegó con tristeza cuando el otro lo levantó de un tirón y lo abrazo
- ¿entonces quieres que tenga una pelea con Erick porque nos vas a dejar solos? Sabes que siempre quiere pedir mejores cosas que yo
-Charles estará ahí. Él puede detenerlos, yo… no me siento bien, Tony. Me siento tan tonto y tengo mucha vergüenza de que los demás me vean. - suspiró -Siento que todos se reirán de mi
-Steve, sabes que no es así y todos están esperando para que recojas lo que pedimos este año
-mejor iré a dormir por hoy, ¿sí? Recoge tú las cartas- besó la mejilla del castaño y se marchó dejando al otro con la mirada triste.
El castaño suspiró y comenzó a entrar en el lugar, yendo hacia donde estaban todos y comentándoles lo que había pasado con el capitán, quien solo entrar, se encerró en la habitación y no salió en toda la noche sin importar el escándalo que estaban haciendo Erick y Tony por un juego de mesa.