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Mi Pequeña Princesa por Liss83

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Fueron largas horas antes que los dejaran pasar a la habitación donde descansaba Sam. Si bien estaba dormido y no tenía golpes visibles, siempre era una fuerte impresión, en especial para los adolescentes. Karli quiso correr a abrazarlo pero Bucky la detuvo

 

 

 

-          Puedes lastimarlo – dijo Bucky en voz baja

-          Perdóname por favor – suplico Karli en un susurro – no quería que… solo quería demostrarte que no soy mala por tener el suero, pero…

-          Nunca he pensado que seas mala – susurro Sam sin abrir los ojos

-          ¿Cómo estás? – pregunto Bucky tomándole la mano

-          Me duele todo – dijo Sam haciendo una mueca – necesito que me consientan – y tanto Bucky como Joaquín sonrieron

-          Te amo – dijo Bucky dándole un beso suave en los labios

-          Cuando dije que me consientan hablaba de pastel de chocolate – dijo Sam con los ojos cerrados – pero no me quejo

-          Más te vale – dijo Bucky

-          Creo que estarás en tierra un buen tiempo – dijo Joaquín

-          Ya veremos cuanto aguanto – dijo Sam – mírame – dijo tomando la mano de su hija suavemente – Karli – y la chica levanto la mirada suavemente – te amo. No estoy molesto contigo.

-          Pero si yo…

-          Hija – interrumpió – no estoy molesto. Solo tenía miedo que tú salieras lastimada. Eso si hubiese sido imperdonable para mí. Si me dices que tú estás bien, que no te lastimaste absolutamente nada, el resto no importa ni para papi ni para mí – la chica miro al hombre que la llevo en su vientre y este sonrió – ¿estás bien?

-          Estoy bien – dijo la chica

-          ¿Joaquín? – pregunto el moreno mirando a su hijo

-          Estoy bien – dijo el adolescente sonriendo

-          Entonces ya que los dos están tan bien – dijo Sam acomodándose un poco en la cama – vayan a conseguirle algo decente que comer a su pobre padre, como chocolate y unas papas fritas, antes que convulsione por la comida que me van a obligar a comer aquí – y todos rieron – ¡vayan, vayan!

-          Te quiero – dijo Karli mientras su hermano la abrazaba para salir del lugar

-          ¡Sam…! – susurro Bucky con voz entre cortada

-          Lo sé – respondió este cerrando los ojos

-          Esto no puede seguir así – dijo el sargento – ¡pudo matarte! Entiendo tú posición, y hasta cierto punto la comparto, pero Karli debe aprender de lo que es capaz o terminara matando a alguien – y sus lágrimas cayeron – y ese alguien podría ser tú o Joaquín, y yo no lo soportaría – y se abrazó a su esposo escondiendo el rostro en el pecho de este, mientras Sam cerraba los ojos

 

 

 

Fuera de la habitación Karli escuchaba en shock mientras sentía como su hermano la abrazaba. Su papá tenía razón, ella si era un monstruo.

 

 

 

______________

 

 

 

Ya habían pasado tres meses desde que Sam había salido del hospital, pero tenía que guardar cama un buen tiempo. Eso era algo que no le había hecho mucha gracia, pero trataba de controlar su mal humor. Sin embargo, y muy a pesar de los regaños de su pareja, hacia una semana había regresado a los entrenamientos con Joaquín. Todavía eran suaves, pero era fabuloso volver a sentirse él mismo y compartir ese tiempo con su hijo. No obstante, había algo mal en todo eso, y es que Karli ya no salía a ver el entrenamiento como antes, y era algo que ni a él, ni a Bucky, ni a Joaquín le gustaba.

Tanto su hijo como su esposo se habían ofrecido a entrenar con la chica, pero ella se negaba rotundamente, encerrándose en sí misma, y eso era algo que no iba a permitir.

 

 

Era una mañana de sábado, y Karli no tenía deberes pendientes de la escuela, por lo cual podía quedarse un poco más en cama y evitar ver el entrenamiento de su hermano con su padre. Sabía que no podría volverse a dormir, y tampoco quería escuchar la práctica, así que se puso sus audífonos y le dio play a “I Want You” de Marvin Gaye. Malditos gustos musicales heredados por sus padres. Con razón sus amigos se burlaban de ella llamándola “vieja”, pero Gaye era demasiado bueno como para dejarlo de lado

 

 

 

Sintió como la puerta se abría, pero decidió ignorarlo y simularse dormir, así quien sea que hubiese entrado creería que aún no había despertado y se marcharía dejándola en paz. Sin embargo, no pudo evitar lanzar un pequeño grito cuando la sabana fue jalada fuera y su padre la levanto echándola al hombro para llevarla al baño como si fuese un costal de papa

 

 

 

-          ¡Bájame! ¡Papá, bájame! – gritaba Karli a voz en cuello - ¡auxilio! – sus pies tocaron el suelo de la ducha y el grifo se abrió completamente mientras ella protestaba – ¡es…tas… lo… lo… co… co…!

-          Tienes diez minutos para arreglarte y bajar – ordeno su padre – diez minutos, Karli o vendré por ti – y lo vio salir del baño mientras escuchaba la risa de su papi y su hermano – ponte ropa Sport. Y no lo olvide recluta Karli Wilson Barnes, diez minutos. Ni uno más, ni uno menos

-          ¡Están dementes! – dijo la chica, pero no pudo evitar sonreír mientras cerraba los ojos para disfrutar de como caía el agua sobre su rostro

 

 

 

Nueve minutos después la chica salía a la parte trasera de su casa para encontrarse con sus padres haciendo calentamiento con su hermano mayor, quien esquivaba los golpes de ambos hombres.

Karli se sentó en la puerta y apoyo su cabeza en la puerta mientras dejaba escapar un suspiro. Se regañó a sí misma por olvidar sus audífonos en la habitación. Se levantó e iba entrar en la casa cuando escucho que su papi la llamaba

 

 

 

-          Treinta vueltas – dijo Sam – empieza

-          Vamos – dijo Bucky acercándose para jalarla suavemente – yo solo hice cien vueltas, así que te acompañare. Vamos

-          No… entiendo – dijo Karli intrigada

-          ¿Qué no entiendes? – dijo Sam – sabes que antes de entrenar hay que hacer calentamiento para que tus…

-          ¿en… en… entrenar? – tartamudeo la chica atónita y escucho a su hermano reírse bajo antes de un golpe suave, que debió haberle dado su papi – ¿contigo? ¿con… ustedes?

-          Si princesa – respondió Sam – dije entrenar. A partir de hoy lo haremos los cuatro juntos. Será divertido. Vamos

-          Pero… tú nunca has querido que entrene porque tengo el suero del supe soldado. Y papi me tiene miedo. Te lo dijo en el hospital – dijo la chica mirando sorprendida a su padre

-          Estas equivocada, princesa – dijo Bucky – yo no te tengo miedo. Mi amor – y la abrazo – se perfectamente que nunca nos harías daño. Somos tu familia. lo que paso con papá fue un accidente

-          Si no te dejaba entrenar es por una razón completamente diferente – dijo Sam sonriendo y Karli lo miro temerosa – no te entrenaba por tener el supersuero sino por ser eso, porque eres mi princesa

-          ¡Eres machista! – dijo Karli indignada bajo la sorpresa de su hermano y la risa suave de sus padres

-          No has entendido mi amor – dijo James – no te entrenó porque tú eres la princesa y él el soldado. Su trabajo es cuidarte – y su hija la miro confundida

-          Karli, mírame – dijo Sam – no te entrenaba porque estaba completamente seguro que no te hacía falta, porque tú siempre ibas a ser mi bebe – sonrió – y yo te iba cuidar hasta que seas viejita

-          Pero eso es… – dijo Karli confundida – estúpido. Perdón papá – dijo apenada

-          Es estúpido – dijo Sam sonriendo junto con Bucky – perdón por hacerte sentir mal cuando eres una de las tres más importantes de mi vida. Me equivoque en todo. Perdón

-          Pero tengo el supersuero – dijo Karli – no puedo entrenar contigo. Podría lastimarte

-          Princesa – dijo Sam sonriendo mientras la abrazaba – he entrenado con tu papi y con el tío Steve por más de veinte años. A veces ellos me han dado palizas y otras veces se las he dado yo, y sigo aquí. No me ha pasado nada. ¡A entrenar!

-          Te adoro papá – dijo la chica abrazándose a él emocionada por lo que Sam se quejó – perdón – dijo separándose rápidamente y dando un paso hacia atrás –, a veces no lo puedo controlar

-          Por eso tienes que entrenar – dijo Bucky –. si tu padre y tu hermano lo hacen para tener la fuerza para defenderse, tú y yo lo debemos hacer controlar la fuerza que ya tenemos – sonrió estirando la mano hacia la chica – ¿vamos?

-          Date prisa – dijo Sam empujándola suavemente

-          Mira que tengo hambre – dijo Joaquín

-          Tarado – respondió la chica mientras todos sonreían

-          Bebé – dijo Joaquín atacando

-          Llorón – dijo ella

-          Idiota – dijo Joaquín

-          Dejen de pelear – dijo Sam arrastrando a su hijo

-          Vamos – dijo Bucky arrastrando a su hija en sentido contrario

-          ¡Bebe! – se gritaron ambos chicos al mismo tiempo

-          Te amo – dijo Bucky

-          Y yo a ti – dijo – Sam acercándose a robarle un beso a su pareja

-          Iug – protesto Karli dejando de pelear

-          Es asqueroso – dijo Joaquín haciendo gestos de repugnancia mientras los adultos los llevaban en sentidos diferentes

 

 

Con suero o sin suero se amaban, y eso era todo lo que importaba

Notas finales:

 

espero les haya gustado 

nos leemos pronto


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