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Mi adorable acosador por fuyumi chan

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Mi nombre es Robert Wood y, según se soy un hombre lobo o eso creo, debido a que mi incapacidad de cambiar me hace dudar en mi propia identidad debes en cuando, ¿Cómo no hacerlo cuando no puedo llevar a cabo la actividad principal que me define como hombre lobo? Debido a esto, muchos me han consideraron inestable y me etiquetaron como un psicópata con pensamientos oscuros propenso a la violencia. Debido a la nula conexión con mi lobo interior, por mi parte considero todo que todo eso es ¡MIERDA!, porque si bien las descripciones pueden tener algo de verdad, he decidido no identificarme con ellas, a pesar de las dudas y críticas, tengo un corazón y soy una buena persona, ¿creo? aunque esto pueda parecer contradictorio. Que puedo decir mantener la fe y auto engañarme se ha vuelto necesario para preservar mi cordura, y aquellos que osen pronunciar las palabras "demente", "psicópata" o "loco" en mi presencia ya sabe lo que le espera.


 


Debido a mi condición, una que me niego rotundamente a aceptar y que ¡no existe! ¡Dejemos eso claro! Soy una persona perfectamente SANA del coco, con todos mis tornillos en su lugar, no es como que tenga problemas sociales o se me dificulte establecer amistades como lo haría una persona normal, ¡claro que no!, pero aun con esa “realidad” mi padre, en un acto absurdo y vergonzoso, obligó a varias personas a ser mis amigos. Al principio, como era de esperar, todos huyeron incapaces de lidiar con mi naturaleza salvaje y extraña. Sinceramente, puedo entenderlo. ¿Quién en su sano juicio querría ser amigo de un hombre lobo aparentemente demente y propenso a volverse loco y pelear con todo lo que se mueve? La respuesta es NADIE, pero en vista que eso es mentira, finjamos que no lo dije en voz alta. No tengo problemas con eso...esa será mi única replica.


 


Sin embargo, contra todo pronóstico, un pequeño grupo de inadaptados decidió quedarse a mi lado, cosa que hasta a mi sorprendió porque al principio no me toleraban y estuvimos a punto de llegar a los golpes en más de una ocasión, pero al parecer al final termine creciendo en sus corazones como un moho maligno. Gracias a ellos, logré graduarme y dejar de ser el terror de todos aquellos que se me cruzaran. Supongo que, de alguna manera, esos chicos lograron "domesticarme", pero si alguien pregunta, ¡es mentira! Quede claro que ellos se quedaron conmigo por mi irresistible carisma, uno de los muchos "power ups" que vienen de serie al ser un cambia formas. No cuestionen por qué, simplemente es parte de mí. Pero, volviendo al desalentador pensamiento de que NADIE esperaba nada de mí, contra todo pronóstico, tanto de mis enemigos como de mi propia familia, logré graduarme de la escuela Draíochta después de seis largos años y todo eso paso a pesar del inquebrantable odio hacia los humanos que había obstaculizado mi progreso durante tanto tiempo y que aún finjo que no existe, ¡el no “existe” es un juego constate en mi vida, así que será mejor que se acostumbren!, pero, sigamos al lograr graduarme incluso con honores, nadie de mi familia podía creerlo, fue tanta la sorpresa que mi estoico padre lloró el día de mi graduación, algo increíblemente raro que solo ocurre en contadas ocasiones y estoy seguro de que no volverá a repetirse hasta que le demos un nieto o algo similar.


 


Después de seis largos años luchando por obtener mi licencia, experimentar la libertad de poder ir a donde quisiera en cualquier momento fue una sensación inesperada pero, satisfactoria. Adoré la nueva libertad que conseguí y ni siquiera los encuentros con aquellos pequeños seres que tanto desprecio y finjo no odiar lograron arruinarlo. Al mudarme por mi cuenta, mi principal compañía fue mi mejor amigo Dan. Incluso me ofreció trabajar como su guardaespaldas, una oferta que acepté sin dudarlo, ya que él es alguien realmente importante para mí. Además, no podía dejarlo solo ahora que está embarazado de su ingrato compañero, un despreciable dragón que no se merece ni un solo ápice del sufrimiento y amor que Dan siente por él.


 


Como era de esperar, Dan se convirtió rápidamente en una estrella en ascenso. Su talento como cantante era innegable y conquistó a todos los que lo escuchaban. Y cómo no hacerlo, ¿Quién podria resistirse a su angelical voz? Además, tenía el añadido de ser un tritón, lo cual lo convertía en un ser hermoso y carismático para las masas debido al glamour de las sirenas. No por nada las sirenas y tritones eran consideradas las criaturas mitológicas más hermosas entre los seres paranormales, y muchos optaban por incursionar en el mundo del espectáculo debido a ello.


 


No pasó mucho tiempo para que los conciertos de Dan estuvieran abarrotados de fanáticos humanos. Al principio, admito que me abrumó un poco toda la atención y la fama que rodeaba a mi mejor amigo. Sin embargo, con el tiempo me acostumbré. Mucho de eso debido a la satisfacción que me generaba golpear a uno que otro imbécil que cruzaba los límites de seguridad, algo que contribuyó en gran medida a mantener mi buen humor y cordura. Desahogarme golpeando humanos siempre lograba levantar mi ánimo y así transcurrieron los días, sin nada relevante que destacar, hasta que llegó aquel fatídico día que lo cambio todo. Después de un concierto estresante lleno de humanos particularmente bulliciosos mas de lo normal, descubrí el motivo por el cual Dan siempre olía tan bien, más que bien, siempre había llevado el aroma de mi compañero. Conocía la razón, pero fingí no saberlo hasta que nos encontramos cara a cara.


 


—¡Hola, Dan! Traje el pedido que solicitaste. Por cierto, ¡fue una actuación increíble! —dijo mi compañero.


 


—¡Gracias! Tenía un antojo terrible de las tartaletas de tu panadería —respondió Dan de manera amistosa, devorando todo lo que se cruzaba en su camino. Yo, por mi parte, quedé petrificado con el chico recién llegado, completamente fascinado por su increíble belleza. Él era simplemente deslumbrante, con una delicadeza y gracia que me dejaron sin aliento. Su cabello castaño pálido parecía emanar un brillo especial bajo la suave luz de las lámparas, y sus ojos violeta inusuales parecían penetrar mi imponente fachada. El aroma embriagador a vainilla y pan recién horneado llenó mis sentidos, haciendo que perdiera la noción de la realidad e incluso olvidara mi propio nombre.


 


Fue exactamente como todos describieron que sería el encuentro con mi compañero: "amor a primera vista". En ese preciso instante, supe que estaba totalmente loco por él y solo bastaron apenas cinco minutos para que mi corazón se entregara por completo.


 


—De verdad, estoy realmente feliz de que te guste —expresó mi compañero con una resplandeciente sonrisa que me hizo suspirar en voz alta, atrayendo su atención. Al percatarse de mi reacción, mi compañero me observó sorprendido e incómodo, consciente de que había llamado la atención de alguien tan imponente e intimidante como yo. Un tenso silencio se apoderó del ambiente, cargado de incertidumbre. Sin embargo, Dan, siempre astuto y perspicaz, rió nerviosamente para romper el hielo y me pellizcó, sacándome de mi nube de fantasía.


 


Fue en ese preciso momento que la realidad golpeó con fuerza. Dándome cuenta que mi compañero era lo que mas desprecia en el mundo y fingía no odiar...un humano. ¿No es irónico? El destino siempre encuentra formas divertidas de arruinar la vida de las personas.


 


Desde ese día, intenté ignorarlo, pero como sabrán eso resulto imposible, la atracción entre compañeros es prácticamente imposible de negar, hasta Kristof que es un imbécil en mi humilde opinión cayó ante ella a pesar de “supuestamente” aborrecer a su compañero. Es algo inevitable. Sin embargo, el hecho de que mi compañero sea humano no es necesariamente un problema. Que no pueda ser resuelto fácilmente con una mordida, que sucederá con o sin su consentimiento por “accidente” algún día, si me lo preguntan.


 


Comprendo que podría haber quienes argumenten que mi odio hacia los humanos carece de justificación y que debería aceptar al chico tal como la Diosa Laynir lo creó para mí, sin intentar cambiarlo sin su consentimiento. También podrían decir que no debería generalizar a toda la población humana por culpa de unos puñado de imbéciles. Sin embargo, las circunstancias cambian cuando tu abuelo es un cruel cazador de criaturas sobrenaturales y líder de los Inmortales, un grupo dedicado a la exterminación de nuestra especie. Ahí las cosas cobran un sentido macabro.


 


Porque cuando apenas era un niño, fui víctima de un secuestro por aquel hombre, quien me sometió a meses de tortura, buscando venganza tras la deserción de mi madre del grupo de los inmortales. Durante aquel terrible episodio, mi madre no dudó en arriesgar su propia vida para intentar salvarme, enfrentándose valientemente ella sola a todos los cazadores que alguna vez consideró amigos. Sin embargo, su esfuerzo llegó demasiado tarde. El daño infligido por mi abuelo era irreparable y ella se vio obligada a transferirme su inmortalidad como último recurso desesperado para mantenerme con vida. A pesar de ser consciente de que ceder sus poderes podría llevarla a la muerte, nada la detuvo de sacrificarse por mi.


 


Ambos estuvimos al borde de la muerte cuando ella me traspaso su poder, pero antes que ella muriera mi padre intervino a tiempo y logró salvarla, convirtiéndola en una mujer lobo. Desde entonces, un profundo odio y repudio hacia todos los humanos se arraigó en lo más profundo de mi corazón. Las atrocidades que sufrí durante mi secuestro fueran la causa principal que perdiera la conexión con mi animal espiritual, impidiéndome transformarme nuevamente. A pesar de ese hecho que muchos idiotas saben de antemano, eso no evito que algunos imbéciles que analizaron mi cabeza para descubrir porque no podía cambiar, hicieran una estúpida teoría carente de sentido, pues al ser un mestizo esto genera un conflicto y un rechazo de mi parte animal que me considera repúgnate e indigno impidiéndome cambiar debido a mi parte humana, "te odias a ti mismo y por eso no puedes cambiar" argumento uno de mis cuidadores llamado Alain, una teoría estúpida y ridícula que decidí ignorar.


 


Sin embargo, el destino, con su peculiar sentido del humor retorcido, pareció creer que la forma de superar mi "trauma" era darme un compañero humano. Pero, ¿Qué podía esperar de la diosa Laynir? Ella también intervino en la vida amorosa del infame rey Alexander, uno de los primeros vampiros originales. Según los relatos históricos, estaba destinado a tener un compañero vampiro como él, pero Laynir cambió ese destino por mero capricho. Parece que odiar a los humanos es considerado algún tipo de pecado estúpido, pero para mí es simplemente una lamentable excusa barata para que Laynir se entrometa en las vidas amorosas de numerosos seres paranormales. Que puedo decir ella siempre esta buscando el drama como medio de entretenimiento cuando esta aburrida. ¡Por qué la mujer no puede ser como los otros dioses NORMALES y simplemente ignorar nuestra existencia!. No obstante, a pesar de la confusión y el desprecio momentáneo que sentí, no pude evitar enamorarme de mi compañero. Su dulce e inocente rostro logró derretir mi oscuro corazón y me convertí en un completo inepto incapaz de pedirle una cita de manera adecuada. Terminé, sin quererlo, acosándolo, ya que soy terrible en el arte de coquetear y siempre parezco aterrador cada vez que intento entablar una conversación con él. Durante meses me acostumbré a observarlo en una sombría esquina, suspirando como una adolescente enamorada. Sé que mis acciones estuvieron mal y que, según los estándares humanos, constituyen un delito, pero no sabía cómo iniciar una conversación sin parecer un psicópata. Como excusa, solo puedo decir que mi cordura siempre ha sido cuestionable.


 


Así, mi vida se encuentra enredada en una extraña paradoja, donde el amor y el odio coexisten en mi corazón. El destino, con su ironía, ha puesto frente a mí al objeto de mi aversión más profunda, y ahora me enfrento al desafío de superar mis prejuicios y aprender a amar a un humano.


 


********************


 


Mi estado era de nerviosismo extremo, rayando en el terror, y el constante tic-tac del reloj solo empeoraba mi mal humor. — Debes calmarte, todo saldrá bien... — dijo Dan con una encantadora sonrisa, tratando de inyectar optimismo en mí. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, seguía sintiéndome intranquilo. Después de todo, mi compañero acababa de experimentar su primer encuentro con lo paranormal de una forma terrible y el intento de cortejo había salido mal cuando ese estúpido demonio trató de matarlo. Por suerte, logré dejar al desgraciado al borde de la muerte antes de que las autoridades paranormales me lo arrebataran. Pero ya era demasiado tarde la reacción de mi compañero al verme en modo sádico, masacrando al imbécil que le había roto el brazo, fue inmediata el se había desmayado por el miedo.


 


 


Sin embargo, Amy intervino a tiempo y activó un hechizo de encubrimiento para evitar que la situación se descontrolara por completo. La pelea contra el demonio había dejado muchos estragos, incluso la panadería de mi compañero había sido destruida. Esto me llenaba de preocupación, ya que representaba un problema adicional que debíamos enfrentar. Afortunadamente, el hechizo de Amy nos permitió mantener nuestras licencias y hacer que el incidente pasara desapercibido para los humanos, como si se tratara de una simple "fuga de gas" que había afectado varias cuadras. Solo esperaba que el hechizo también hubiera afectado de alguna manera a mi compañero y que olvidara todo lo sucedido. Porque, de lo contrario...


 


Sin duda, esa sería una primera impresión que mi compañero jamás olvidaría. Yo anhelaba fervientemente que no lo recordara, ya que había mostrado más emoción de lo habitual durante mi enfrentamiento con el demonio. Después de todo, no era algo común encontrarte con ellos, ya que al igual que los ángeles, se ocultaban tras máscaras de carne falsas, escondiendo sus verdaderas formas, y detestaban en extremo cuando alguien lograba ver a través de ellas, cosa que al parecer hizo mi compañero.


 


Tras una larga espera de una hora, finalmente Fay salió de mi habitación seguido de cerca por Bram. Fueron ellos quienes, de manera amable, se ofrecieron a curar a mi compañero después del accidente, evitando así que el consejo se lo llevara lejos de mí. En nuestro mundo, los humanos que son compañeros de seres paranormales deben registrarse, un proceso que puede llevar meses. Pero antes de que esos fanáticos del papeleo pudieran intervenir, escapamos gracias a los poderes de Bram, mientras que Fay utilizó sus dones curativos de hada para sanar a mi compañero.


 


—Cure su brazo por completo. Ahora solo falta que despierte y ahí estará el verdadero problema. Tendrás suerte si no decide huir —dijo Fay y Bram a su lado frunció el entrecejo.


 


—¡Amorcito, no hay por qué ser tan pesimista! —expreso Bram.


 


—Es cierto, pero estamos hablando de Robert. ¿Olvidas que estuvo comportándose como un acosador durante meses? Solo por su torpeza en el arte de ligar, merece quedarse soltero y virgen por el resto de su vida. Es el epítome del espantaviejos en su máxima expresión —dijo algo que me enfureció, considerando que su compañero había hecho exactamente lo mismo que yo. De hecho, Bram me había aconsejado sobre cómo cortejar a mi compañero.


 


—¡Oye! Maldita hada criticona, tu compañero hizo lo mismo. Eso es pura hipocresía por tu parte —le cuestioné, a lo que Fay simplemente me sacó la lengua.


 


—Es diferente. Bram es guapo y carismático, obviamente le funciona. Tú, en cambio, eres aterrador —dijo con una expresión infantil que realmente quería borrar de su rostro. "Estoy reformado, estoy reformado", murmuré para mí mismo, recordándome que no debía perder la compostura—. Dios, eres tan irritante. Si no estuviera reformando, te aplastaría como a un mosquito, pero ahora estoy en un grupo de control de impulsos —gruñí.


 


—¡Robert! —me regañó Dan—. Sí, lo sé... estoy "civilizado" ahora —recalqué, haciendo comillas con mis manos. Bram suspiró ante mi afirmación—Es increíble que sigas siendo el mismo, espero que tu compañero te domestique y te quite ese comportamiento salvaje.


 


—¡Domesticarme! —gruñí exasperado. Esos dos eran realmente molestos.


 


—Estoy de acuerdo con Bram, espero que tu compañero tenga las riendas en esa relación y finalmente lo logre. Pobre de él, tendrá mucho trabajo porque eres una bestia —expresó Amy al entrar en la habitación, sosteniendo uno de mis jugos en su mano y bebiendo directamente del envase. Aquella mujer no tenía vergüenza y se atrevía a llamarme salvaje, cuando ella misma era tan salvaje como yo. Incluso su pareja tenía que controlar sus poderes mágicos porque perdía el control con facilidad.


 


—¡Ah! ¿De verdad? Mira quién lo dice, ¡otra hipócrita! ¿Por qué parece que todo el mundo está en mi contra? cuando ustedes cometen los mismos errores que yo —exclamé frustrado.


 


—Porque eres el gruñón y amargado del grupo, pero no te ofendas. Necesitamos a un loco así para tener variedad en el grupo —dijo Fay.


 


—¡Váyanse! —grité enfadado, deseando que salieran de mi casa.


 


—Ingrato, ni siquiera nos has ofrecido un bocadillo —murmuró Fay con un puchero.


 


—Bocadillo, pero si has arrasado con mi nevera, maldita hada glotona —grité, sorprendiendo a Bram.


 


—Fay, eso es infidelidad. ¿Cómo pudiste probar la comida de otros? —sollozó el estúpido vampiro, sacándome de mis casillas.


 


—No es mi culpa, tenía mucha hambre y tú no me traías comida, ¡estuve a punto de morir! —expreso con lagrimas falsas en los ojos.


 


—¡Perdóname, amorcito! Tienes razón, soy un compañero terrible —respondió Bram, y en verdad, ese par eran unos ridículos terribles.


 


—¡No lo repetiré otra vez, fuera de mi casa! —gruñí.


 


—Está bien, nos vamos señor no hombre lobo gruñón. Nadie aprecia la amistad en estos días —dijo Fay.


 


— verdad que si, hadita chiquita y perversa, ya nadie aprecia nuestros sacrifico —exclamó Amy de forma teatral, mientras observaba cómo los demás fingían estar "ofendidos". Sin embargo, era evidente que todo aquello era una fachada, ya que sus rostros lucían sonrisas descaradas que intentaban ocultar. Realmente detestaba cómo esos bastardos solían divertirse a mi costa, pero ¿Qué podía hacer? Eran los únicos amigos que tenía y debía aceptar sus defectos de fabrica, me gustara o no.


 


—Por favor, podrían dejar de hacer eso... este es un momento serio, necesitamos crear un ambiente tranquilo para el compañero de Robert —imploró Dan, mientras todos los demás rodaban los ojos en respuesta—. Eres un aguafiestas —comentaron todos al unísono, cuando una voz me aterró más de lo debido.


 


—¡¿Qué demonios esta pasando aquí?! —exclamó mi compañero, empuñando una espada—. ¿Quién diablos le dio un arma? —demandé, dirigiéndome a Dan, quien levantó tímidamente la mano en señal de culpa—. Perdón, estaba cansado de ser considerado el aburrido del grupo. Ellos me obligaron, dijeron que era una "bromita inofensiva" —sollozó, mientras los demás imbéciles colocaron sus manos sobre sus hombros en señal de apoyo y respeto. ¿Por qué seguía siendo amigo de estos idiotas?


 


—¡NO ME IGNOREN! ¡¿Qué ha pasado y qué hago aquí?! ¡Díganme algo o me volveré peligroso! —exclamó mi compañero, desesperado por respuestas. Antes de que pudiera intervenir, los imbéciles que tenía por amigos respondieron.


 


—¡Te hemos secuestrado! —dijeron todos al unísono, su declaración me enfureció y dejó perplejo a mi compañero, quien perdió el color de su rostro al instante.

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