Sin embargo, me encontraba sentado esperando, mi uniforme había sido cambiado a una ropa más casual y fresca, siendo el día de hoy muy caluroso.
Sorpresivamente, habia sido invitado a pasar la tarde con Ryu. ¿A donde?. No lo sabia, simplemente me dijo que me cambiara y que lo esperara para salir un rato.
Si era eso lo que quería decirme desde que se dispuso a buscarme hoy a la escuela, entonces, simplemente pudo haberlo dicho. ¿Por qué dejarme navegar en mis pensamientos en un mar de tensión que en aquellos años no entendida?.
Continuando con el relato..
-Sigueme- hablando de forma desdeñosa, algo usual en él. Persiguiendole, cuan cachorro curioso, me dirigí a un auto aparcado que comúnmente utilizamos como medio de trasporte.
Lo mire extrañado cuando me aclaro que no haríamos en auto sino caminando, pregunte:
-¿Nos iremos solos? -
-No será muy lejos de aqui.- Expreso, retomando su caminar a paso lento con el propósito de esperarme. -Oh si bien, quedate.
Sentí un poco de miedo, tal vez por que me extravie en mi primer día en ese hogar o por que en si, en lo mas profundo de mi ser pequeño temia a la soledad. Claro; que ese momento, posiblemente lo sintiera como que, nunca había salido sin compañía de un adulto que me protegiera.
De igual manera continue con el paso, él ahora llevaba puesto un conjunto casual como el mio, ( camiseta y short hasta la rodilla) solo que este era todo negro, me fije que sus brasos palidos y delgados, era extraño no verlo usando ropa manga larga o algun sueter, entendia que el chico era friolento, y a veces se enfermaba, un estado que odiaba bastante el de ojos oscuros. Ademas, que llevaba una cesta en su mano derecha, un poco grande, me pregunte si se le hará cansado llevarla, podía ayudarle.
No lo pensé mucho, solo me encontré sosteniendo la cesta junto él, el solo me dedico un mirada que no supe descifra ya que regreso la vista al camino.
Ahora, pasamos por un puente ,si, justo el que limitaba el campo de la casa y mundo exterior, ese mundo que quería conocer mejor.
Sinceramente, pasar por alli aunque fuera en auto, todas las mañanas , era una de las cosas que me gustaban al empezar mi día.
Le pedí a Ryu parar un momento, ambos dejamos la canasta a la mitad del puente. Aproveche de pasar mis dedos en la madera rústica de la que había sido hecho.
Asome mi cabeza observando hacia bajo, notando mi reflejo en las aguas que corrían por debajo, tan claras como poco profundas, todavía si lloviera un poco se mantendrían así. Este puente era mas una decoración que se había decidido al construir la mansión hacia muchísimos años, por lo que me contaron después.
Yo, con confianza, coloque mis pies en la madera inferior para subirme , aun apoyandome del pasamanos superior del puente.
-Ten cuidado, que eres torpe...
Sentí algo en la parte de uno de mis brazos, la mano de Ryunosuke sosteniendome, parecía que lo hizo por reflejo por que luego la aparto. Y si,suelo tener incidentes donde me caigo.
Solo pude dedicarle una sonrisa, calida, como la calidez repentina que sentía cuando tenia esos gestos de preocupación por mi. Momentos en lo que siento que nos llevamos bien.
Donde no hay tensión entre nosotros, la rivalidad e indiferencia inicial de su parte al conocernos.
Claro que aún sigue siendo indiferente, eso es parte él, realmente, no me molesta, por que cuando tiene
gesto amables hacia mi, se que son sinceros. Creo, que es lo que logro entender.
-¿Por qué no seguimos? - le dije, tomando un respiro de aroma a tierra mojada que elevaba el viento.
-¿Ya habias venido antes por acá?-Volvimos a estar como en el inicio, me anime a preguntar, para que el viaje no fuera tan callado.
-Algunas veces, cuando era más pequeño, Chuuya-san me traía. - respondió con simpleza.
Al escuchar el nombre conocido sonrei, había veces en las que el pelinaranja pasaba el rato con nosotros, si no estaba tan ocupado con nuestro papa, pues tengo entendido que trabajan juntos.
-Si, él es muy amable.-Mencione, mientras el otro me miraba de reojo, pero mi vista ahora se había concentrado en el lugar que teníamos al frente.
Ya habiamos dejado el camimo y los arboles que lo cubrian. En frente de nosostros habia un campo amplio cubierto bajo el cielo y la luz del sol.
Sentí mi corazón acelerarse de la emoción, todo el campo estaba lleno de flores pequeñas y blancas. Creí notar algunas mariposas revoloteando por aquel pacífico lugar.
- Papá me dijo que querías visitar este campo antes - Voltee a mirarle y me encontré con su mirada oscura.