Volverlo a ver fue como un golpe a mi orgullo y paciencia, no espere en ningún momento que él simplemente se fuera ignorando el hecho de que yo estuviera allí ‘¿Acaso no me extraño?’ fue lo primero que pensé al ver como había actuado, no entendía nada de lo que estaba pasando, cuando me fui le había confesado mis sentimientos y cuando él me había correspondido. Estuve demasiado tiempo buscándolo como un loco desesperado, por cielo mar y tierra, para encontrarlo en una maldita tienda comprando unos malditos dulces y que al final viniera y me ignorara como si yo no existiera “¿Esto debe de ser un chiste? Sí, debe de ser un maldito mal chiste” apreté los puños con fuerza, estoy molesto, demasiado molesto y me maldije todo el camino a casa, por estúpido, tarado y por seguir siendo ingenuo, también por no haberlo detenido y pedirle una explicación ¿Acaso hay algo mal en mí? No lo entiendo, estoy tan idiota, que todavía no puedo creer haya hecho que se fuera así sin más.
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El taxista me dejó en frente de mi casa, le agradecí por haberme traído, agarré mi maleta y paré frente de la puerta, mi casa no había cambiado nada durante todos estos años, todavía seguía siendo el mismo lugar en el cual crecí y viví antes de que comenzara mí viajé. Me encontraba demasiado nervioso, no podía creer que todavía hubiera venido de nuevo a casa y que ahora estaba parando en frente de ella a punto de tocar la puerta, toqué dos veces y con eso bastó para que mi mamá abriera la puerta. Al verme sus ojos brillaron, se lanzó a mis brazos y rodeo todo mi cuerpo en esos cálidos que he extrañado durante todo mi a viaje y yo la correspondí, amaba bastante a mí madre, desde que mí papá partido cuando era muy joven, ella siempre dio lo mejor de sí misma para que todo estuviera bien y desde que empecé a mantenerme yo solo, he estado trabajando arduamente para que ella ahora pueda disfrutar tranquilamente de lo que no pudo disfrutar cuando yo estaba mucho más joven.
Después de darnos ese gran abrazo, mi mamá me ayudó a llevar mis cosas adentro de la casa y yo las subí después a mi cuarto, le entregué los dulces que le compré y ella lo recibió con una sonrisa de oreja a oreja, de verdad que ella es la mejor mujer del mundo y la mejor madre que la vida me pudo haber otorgado. Una vez estuve en mi cuarto, ella me dejo solo para que tuviera un poco de privacidad y lo primero que hice fue echarme en mi cama, el viaje de refregó para acá había sido demasiado agotador, estaba tan cansado, que simplemente por estar recostado en mi cama, mis ojos se sintieron bastante pesado a tal punto de que los fui cerrando lentamente y sin darme cuenta me quede completamente sumergido en un gran sueño.
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Me levanté de la cama con mucha pesadez, no sé cuánto tiempo había estado dormido, pero lo único que es que me había funcionado bastante bien porque me siento bastante descansado. Observe la hora en mi celular y me estruje un poco la cara a ver que son las seis de la tarde, había dormido prácticamente seis horas, pero estaba bien ya que llevaba varios días sin poder dormir cómodamente, Baje y salí un momento al pateo, saque todas mis pokeball y deje libres a mis pokemons para que se fueran acostumbrando a su nuevo hogar, al entrar de nuevo a la casa, noté como mi mama se encuentra hablando con alguien y al activar un poco mejor mí oído esa voz se me hizo terriblemente familiar, con cuidado me acerque a la sala para ver con quién es que tanto hablaba mi mamá y cual eran las risas. Me lleve una gran sorpresa al ver a Crystal comer los dulces que le había traído a mi madre, mientras las dos disfrutaban de una gran taza de té, ella y yo hicimos un momento contacto visual y al verme bien, se levando de la silla y corrió abrazarme.
— ¡Gold!-Me dijo con bastante entusiasmo y dándome un fuerte abrazo el cual correspondí
—Hola Crystal—Ella y yo nunca habíamos perdido la conversación, pero habían pasado alrededor de dos años desde que no la veía y me da gusto, ver qué en tan corto tiempo se ha vuelto alguien bastante reconocida en la ciudad.
— ¿Por qué no me dijiste que venías? —Mi mamá se levantó y tomó sus dulces.
—Los dejo solos para que hablen, estaré en mi cuarto, por si necesitan algo—ella fue hacia su recamara y nos dejó solos.
Los dos nos separamos del abrazo y fuimos a sentarnos, había pasado un tiempo desde que no tenía una buena conversación con ella y esto sería como revivir el paso, ya que Crystal siempre ha sido la persona que más me ha cuidado, no sé si es porque es un año mayor que yo, pero siempre hemos tenido una gran afinidad.
—Hoy vi a Silver—noté como su mirada se hizo más grande y como se puso algo nerviosa.
— ¿Do-dónde lo viste? — Me preguntó con una risa algo nerviosa y bebiendo un poco de su té.
— En una tienda de dulce en Ciudad Trigal—seguí viendo sus gestos, los cuales eran algo extraños y no podría descifrar lo que significa ¿acaso me estará ocultando —. ¿Por qué estás tan nerviosa?
Le pregunte al ver que la cosa se volvía mucho más notoria.
— ¿Yo? ¡No para nada! -Me dijo exaltada, para luego comenzar a reírse de la nada, con eso ella misma quedo expuesta ante mí.
—Te noté nerviosa, estás nerviosa ¿Tú sabes dónde está él? — Le pregunté furioso.
Sí había algo que me molestara de verdad, era que las personas me vean cara de idiota, ella es una de mis más grandes amigas y sabe perfectamente mejor que nadie, las búsquedas que hice para encontrar algo de Silver y si ella está así, significa que sabía dónde estaba solo que no me lo dijo y no entiendo porque lo hizo, si se supone que yo soy su “amigo” entonces porque está actuando de una manera muy sospechosa.
—Gold…-ella se mordió el labio inferior y me miró con cara de borrego triste.
—Gold nada. Necesito verlo, quiero verlo—la mire directo a los ojos, apunto de llorar. — Por favor…
Ella tomó un poco de aire, cerró los ojos por un momento, hubo un incómodo silencio entre ambos, hasta que ella decidido romper aquel silencio el cual se volvía bastante sofocante y abrumador.
—Él pasó por muchas cosas, por eso se alejó, yo no sé si sea buena idea que se encuentre contigo—eso en vez de ayudarme me dio mucha rabia.
Ya que ella si sabía dónde estaba solo que nunca me quiso decir nada, sabiendo que Silver es una de las personas más especiales que tengo en mí vida y es alguien por el cual tengo sentimientos muy grandes, que son demasiado fuertes como para ignorarlos.
—Yo también pasé por muchas cosas, pero por eso no me aleje de los seres que quiero. — Me levanté y me senté al lado de ella, tomé con firmeza su mano—yo lo amo, necesito verlo, no me lo niegues- Crystal suspiro.
—Solo espera un momento—ella se levantó y fue al patio.
Los nervios me comenzaron a carcomer por dentro y mis inseguridades comenzaron a crecer, pero al mismo tiempo estaba feliz porque había logrado convencerla de ver a Silver, por primera vez en tantos años, iba a ser nuestro encuentro después de que paso aquello hace más de 7 años. Crystal regreso hacia donde yo estaba y su rostro parecía un poco más relajado, como si lo que fue a hacer la hubiera calmado bastante
—Vamos a ver a Silver—yo le sonreí y rápidamente fui por uno de mis pokemones y tomé la pokeball de Typhlosion.
Fuimos afuera y ella liberó a su Salamanca, el cual lucia imponente y bastante fuerte, con aquellas escamas azules bastante brillante,
— ¡Wow! ¿Cuándo capturaste a este Pokémon? — Ella se montó encima de su lomo.
—Fue hace un año, pero ven súbete, ya es tarde y no tenemos mucho tiempo—yo le hice caso y me subí a su pokemon y me coloqué detrás de ella. — Aguántate bien.
— ¡Si!
Mi corazón se aceleró al ver que su Pokémon comenzó a volar a gran velocidad por el cielo nocturno. Sentí esos horribles nervios de antes, mi corazón estaba acelerado como cual joven enamorado, trate de calmar mi corazón palpitante que no dejaba de retumbar, habían pasado 7 años 7 largos años en los cual no habíamos tenido ningún tipo de contacto en tanto tiempo y ahora, como si nada lo iba a volver a ver, e como si el destino me quisiera decir algo y tengo que adivinar que es.
—Ahí voy Silver.
Continuará…