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Alimento por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es una historia de dos partes, espero que le den una oportunidad.

Notas del capitulo: Es la primera parte, a ver que les parece.

Capítulo 1

 

La oficina parecía tener tres veces más el trabajo de siempre, pero nadie tenía siquiera tiempo de quejarse, estaban apretados de tiempo y presionados de entregar todo en el plazo prometido. En algún momento un varonil hombre de cabellera azul encontró unos segundos para respirar, en eso entró alguien a su oficina.

--¿Listo para la salida Saga?

--No es buen momento Mu, aún tengo trabajo por hacer.

--Vamos hombre, no seas amargado, te hará bien divertirte un poco.

--Eres tú el que quiere ir a cenar con ese famoso Shura ¿Por qué debo ir yo?

--Porque Shura va a llevar un amigo y necesito que lo entretengas, ya te lo había dicho.

Saga no conocía a Shura, pero había escuchado hablar bastante de él en las últimas semanas.

--Y yo te dije que no me entusiasman las salidas a ciegas.

--Por favor, tienes que ir. Shura cree que no es una cita, sino que me esta ayudando a que tengas vida social.

--Tengo vida social.

--Por supuesto, salir con tu hermano. Eso no es vida, además te aseguro que la pasaras bien. Conozco a los amigos de Shura y siempre tienen todo en su lugar, por lo que me ha dicho de este es de lo mejor que hay.

--Que bien que me lo dices, tal vez debas quedarte con el amigo y yo con Shura.

--Eso fue un golpe bajo, pero bien, si así lo quieres, recurriré a esto: la próxima vez que te vayas de vacaciones a ver quien cuida tus plantas.

--De acuerdo, de acuerdo, iré contigo pero te lo advierto: si el amigo es un adefesio ni sueñes que me quedaré ¿entendido?

--Entendido. Nos vemos a la salida.

Cuando finalmente todo el trabajo estuvo clasificado, ordenado y archivado fueron libres de descansar y dejar la oficina. Saga estaba acostumbrado a ese ritmo de trabajo, de hecho era de los más eficientes, también se había acostumbrado a que era mejor tener una muda de ropa y otros artículos personales en la oficina en caso de que tuviera que salir de emergencia a alguna venta, lo guardaba todo en una cajón de un estante, fue rápidamente al baño, se lavó y se cambio, estaba algo cansado pero contaba con que la cita a ciegas fuera un fiasco y pudiera irse a descansar a su casa. Antes de retirarse para encontrarse con Mu en el estacionamiento llamó a su hermano, Kanon, le dijo que no llegaría a cenar. Una vez que los amigos estuvieron de acuerdo en como irse subieron a sus automóviles y fueron al restaurante en el que acordaron verse con Shura y su amigo.

En cuanto llegaron dejaron sus vehículos con el valet-parking, les dieron sus comprobantes y entraron, solicitaron una mesa y se quedaron esperando, los otros llevaban doce minutos de retraso.

--¿Seguro que llegamos a la hora acordada Mu?

--Seguro, deben de haberse retrasado por algo, ten paciencia.

--Voy a lavarme las manos.

--No tardes.

Saga se levanto y fue a los sanitarios, no necesitaba lavarse las manos, solo quería levantarse para estirar las piernas un poco, de todas maneras se lavó las manos, cuando salió vio cerca del área de teléfonos a un joven, podía ver su perfil, bastante atractivo, esbelto, rubio, ojos azules, su primera impresión bastante favorable, se paró ágilmente cerca de él provocando que chocaran.

--Lo lamento—dijo Saga fingiendo asombro—No me fije por donde iba.

--No importa—respondió el otro.

--¿Esperas a alguien?

--A decir verdad, si.

--Es una pena, yo también, mi amigo me arreglo una cita a ciegas, pero me daré a la fuga a la primera oportunidad, no tengo idea de que clase de esperpento me presentará.

--Suerte.

--Gracias. Quizá podríamos vernos y conversar algún día, uno en que no estemos ocupados ¿Qué me dices?

--Trabajo mucho y salgo poco, de todas maneras gracias. Si me disculpas me retiro.

Dio vuelta y se marcho, lo que resulto un poco desalentador para el de cabello azul que le pareció encantador lo que vio, ese muchacho era un monumento ambulante a la belleza. Regreso a la mesa, donde Mu lo esperaba, pero ni señales de Shura.

--Tal vez no va a venir—dijo Saga con cierto reproche.

--Vendrá, Shura siempre cumple con sus compromisos.

--Si tú lo dices.

--Ahí esta.

En ese momento Shura se acercaba a la mesa de ellos, los saludo amablemente y se disculpo por el retraso.

--Les pido una disculpa, pero el tránsito es mortal a estas horas.

--No te preocupes, mira, te presento a mi amigo Saga. Saga, él es Shura.

--Encantado.

--Es un placer.

--¿Sabes Saga? Mu me ha hablado bastante de ti, la verdad me daba curiosidad conocerte.

--¿Si? ¿Por qué?

--Mu dice que eres una excelente persona pero muy solitario.

--Disfruto de mi propia compañía.

--Con suerte todo cambia hoy.

--Por cierto ¿Dónde esta tu amigo?—pregunto Mu.

--Él ya llego, me llamó hace unos momentos apenas, pero conociéndolo está llamando por una cuestión de su trabajo, pero no se preocupen, una vez que este con nosotros les agradara.

--Buenas noches Shura.

--Justamente hablábamos de ti Shaka.

Estaba a espaldas de Saga, cuándo este volteó se encontró con el muchacho de cabellos rubios de unos momentos atrás.

--Shaka, él es Mu y él es su amigo Saga—dijo señalándolos Shura.

--Buenas noches—contesto a manera de saludo.

Los otros dos lo saludaron, y sobre todo Saga que por lo menos ahora sabía su nombre.

--Así que te llamas Shaka—decía interesado el de cabello azul—Al menos si podremos conversar.

--¿No importa que sea un esperpento?

Saga tuvo que admitir que el comentario de unos momentos atrás no lo ayudo en nada, ahora creería que solo se sentía atraído por el aspecto físico.

--¿De que hablas Shaka?—preguntó Shura.

--Charlamos hace unos momentos.

--Ya veo ¿Por qué no te sientas? Así podremos cenar y hablar un poco ¿Qué les parece?

--De acuerdo—respondió un poco tenso Mu que no sabía que esperar de ese muchacho rubio.

Ordenaron rápidamente, aunque Shaka solo pidió una ensalada, alegando que no comía carne. La conversación marchaba bien, sobre todo por que quienes hablaban eran el de cabello negro y el de cabello lavanda.

--Saga es un excelente vendedor, nadie como el para las bienes raíces—decía entusiasmado Mu—Cuando entró a trabajar a la oficina aumento la productividad en un 25% y las ventas en un 38%, además tiene un gran sentido del humor, es muy dedicado y le encanta bailar, también la música, de hecho sabe tocar la guitarra y es un as en las computadoras.

--¿En serio?—comento Shura—Vaya, parece que estas lleno de sorpresas. ¿Saben? Shaka también es un entusiasta del baile, toca el piano, se dedica a la fotografía como pasatiempo, lee lo que le cae en las manos, y es un gran diseñador de interiores, es muy responsable y trabajador.

Era evidente que querían que sus amigos se entendieran, el de cabellera azul no tenía problemas con eso pero el rubio dejo saber su opinión de manera particular.

--Y en mi tiempo libre utilizo mis poderes psíquicos para resolver crímenes.

Y de inmediato tomo un poco de su ensalada que apenas si había probado. Mu se sentía en un apuro pues él había concertado esa reunión y el amigo de Shura no ayudaba mucho a que el ambiente fuera agradable.

Había una pequeña pista de baile, varias parejas estaban usándola, así que Shura alcanzó la mano de Shaka y le pregunto:

--¿Quieres bailar Shaka?

--Esta bien.

Los otros dos se quedaron en la mesa, Mu por decir algo, empezó.

--Es una persona especial ¿no te parece?

--¿Tu crees? ¿Especial?—dijo Saga en tono de que no se sentía nada a gusto—Debes mejorar tu vocabulario Mu, hay muchas otras palabras para definirlo, aunque la mayoría se consideran insultos.

--Por favor Saga, no se cuando vuelva a lograr que Shura acepte salir conmigo.

--Pues si lo ha llevado a él no veo porque alguien se anime a invitarlo de nuevo.

--No seas injusto, no es culpa suya.

--Mira Mu, eres mi amigo pero no tengo porque aguantar sus desplantes.

--Te lo pido, si no logras llevártelo por unos momentos al menos no tendré oportunidad de quedarme a solas con Shura, y no podré dejar que vea al divertido Mu.

--Ay Mu, por favor…

--No, soy yo el que te esta diciendo por favor, solo unos minutos, por favor, por favor, por favor.

--Bien pero me debes una grande.

--Gracias.

En la pista de baile la conversación era un poco diferente.

--¿Por qué me haces esto Shaka?

--¿Qué cosa?

--¿No puedes actuar como una persona normal por una noche?

--Soy normal, aunque Saga esperara un mutante.

--Mira, no se que te haya dicho antes de que nos sentáramos a cenar, pero estoy seguro de que no fue con malas intenciones, así que relájate y trata de disfrutar la cena, Mu me ha hablado muy bien de él, esto es un favor para él.

--Ese Mu solo quiere estar contigo ¿no te das cuenta?

--Mu es simplemente un amigo.

--¿Apostamos?

--Shaka…

--Te apuesto a que cuando regresemos ya habrá convencido al otro de que me invite a bailar para quedarse contigo en la mesa. Si lo hace puedo poner en marcha mi plan de escape y…

--¿Sigues con eso del plan de escape?

--Si y no interrumpas. Si lo hace puedo poner en marcha mi plan de escape, sino lo hace me quedare y no diré nada de lo que acostumbro. ¿Qué te parece?

--Trato hecho.

Cuando regresaron a la mesa no tardo mucho en empezar la siguiente melodía, entonces Saga le dijo a Shaka.

--¿Te gustaría bailar?

El rubio se levanto de la mesa y le lanzo una mirada significativa al de cabello negro.

--Si—fue su respuesta.

Vio claramente como Shura lo miraba fijamente a la vez que recargaba su barbilla en una de sus manos.

Una vez que estuvieron los dos en la pista las cosas no fueron tan tensas como Saga esperaba.

--Mira Saga, no se que número te hayan bailado para que aceptaras esta cita—dijo el joven rubio—pero lo siento, no debí ser tan nefasto con mis comentarios.

--¿Te estas disculpando?

--Así es, fui injusto contigo y con tu amigo, pero debo decir en mi defensa que es culpa de Shura.

--¿Cómo es eso?

--Siempre me esta arreglando citas, me presenta a gente a la que no quiero conocer y después me da discursos sobre lo bien que estaríamos juntos, tiene complejo de celestina o algo por el estilo.

--Mu es igual, siempre me habla de que debo salir más y cuando menos veo ya tiene a alguien que quiere presentarme.

--Al menos tienen eso en común.

--¿Te diste cuenta?

--Así que también lo sabes.

--Mu no es muy discreto cuando alguien le gusta.

--Te creo, parece que solo le falta hacerle señales de humo a Shura para decirle que le gusta.

--No seas cruel con él, es un excelente muchacho.

--Dijiste que ibas a marcharte a la primera oportunidad, y yo tenía planeado usar mi técnica de escape ¿Qué te parece si les damos una oportunidad a ellos?

--¿Cómo?

--Ya que quieren arreglar nuestra vida sentimental no se negarán a que nos vayamos juntos, así ellos podrían quedarse solos y conversar.

--No se escucha mal ¿y que ganamos con eso?

--Decirles que una visita al dentista fue más divertida que esto, estarán en deuda, nos encargaremos de que lo sepan.

--Se escucha como un plan para mí.

--Adelante entonces.

Regresaron a la mesa y vieron que los otros dos conversaban animadamente.

--Nos retiramos—dijo Saga—Shaka tiene trabajo y yo necesito descansar.

--Pero…--dijo Mu.

--No se preocupen, ustedes sigan con su cena, nos vemos Shura, un placer Mu.

--Adiós Mu, gusto en conocerte Shura.

Y sin darles tiempo a nada más salieron del lugar, entregaron sus boletos de estacionamiento y esperaron por sus autos.

--Shaka, creo que también debo disculparme.

--¿Por qué?

--No quiero que te quedes con la impresión de que solo me atrae la apariencia de alguien.

--¿Por lo del esperpento?

--Si, por eso, mira, solo lo dije por decirlo, pero creo que al igual que tu estoy un poco cansado del casamentero de mi amigo.

--No te preocupes, parece que los dos estamos predispuestos.

--Pensaba que tal vez quisiera ir a otro lugar a tomar algo.

--Lo siento, en verdad no estoy de humor para aceptar.

--Que pena.

--Pero puedo aceptar tu número de teléfono, claro, si es que quieres el mió.

Saga sacó una pluma y anotó su teléfono, se lo entregó a Shaka y este hizo lo mismo.

--Te llamó—dijo el de cabello azul.

--Ese es mi automóvil.

--¿Me puedes decir algo?

--Supongo que si.

--¿Cuál es tu plan de escape para una cita?

Llevó discretamente una mano a su celular y este empezó a sonar.

--Digo que es urgente y que es del trabajo.

--Debo intentarlo algún día.

--Que pases buena noche Saga.

--Igualmente.

Lo vio irse y al poco tiempo llegó su vehículo, abordó y fue a su casa con velocidad. Al entrar escucho el sonido de la televisión encendida y encontró a su hermano dormido en el sofá.

--Kanon, Kanon, despierta—dijo sacudiéndolo.

--¿Qué tal tu cita?—pregunto frotándose los ojos.

--No fue tan mala después de todo.

--¿En serio? Todas las citas que te consigue Mu parecen sacadas de una novela de terror pero esta no termino tan mal ¿Qué sucedió?

--Al principio creí que era un idiota pero cuando hablamos resulto no ser tan malo.

--¿Y es guapo?

--Bastante.

--Bueno, ya que todo salio bien creo que no necesitare desvelarme escuchando tus quejas. Que descanses.

--Hasta mañana Kanon.

Su hermano se retiro, a pesar de ser gemelos a veces parecía que no tenían parentesco, su carácter era distinto, Saga era demasiado responsable, no dejaba las cosas a la mitad, era perfeccionista; Kanon en cambio era un espíritu libre, demasiado libre, no veía la necesidad de acoplarse a plazos fijos y era algo desordenado. Aún así podían vivir, o más bien sobrevivir, a estar juntos y compartir su casa.

 

Durante los días siguientes no se comento nada de la desastrosa cita, aunque Saga se encargo de hacerle saber a Mu que no quería escuchar nada de conocer a alguien que sería perfecto para él y que no le importaba que sus plantas murieran en las siguientes vacaciones, el de cabello lavanda aceptaba lo que escuchaba, además no estaba de humor para defenderse: las cosas con Shura no habían salido bien pero no dijo ni una palabra al respecto.

El teléfono de la oficina de Saga empezó a sonar.

--¿Si?

--Señor Saga, tiene una visita, va en este momento para allá—le dijo una de las recepcionistas.

--Bien, aquí lo espero.

Tenía entre manos la venta de una casa antigua, estaba en buenas condiciones pero se veía deteriorada, lo que podía hacer que su valor disminuyera en el mercado, así que se había decidido por restaurarla de la mejor manera para lograr un buen contrato. Llamaron a su puerta.

--Adelante.

--Hola, buen día.

--Shaka, que sorpresa.

--Así que después de todo me recuerdas.

--¿De que hablas?

--No me llamaste.

--¿Esperabas que te llamara enseguida?

--Generalmente es lo que sucede cuando me piden mi número.

--No recuerdo haberlo pedido.

--En mi cabeza sucedió de esa manera ¿me dejas ilusionarme?

--De acuerdo, me disculpo por no llamarte, pero tuve unos días ocupados.

--Lo supongo, adquirir una casa como la que compraste no debió ser sencillo.

--Así que estas al tanto de la casa, bien, entonces sabrás que es lo que quiero que hagas.

--Que ponga mi toque personal en la propiedad, pero debo verla primero y me gustaría tener algunas indicaciones de lo que quieres vender, podré trabajar mejor de esa manera.

--Me parece bien ¿quieres ver la casa ahora?

--Por supuesto.

Salieron juntos de la oficina y se dirigieron al estacionamiento, mientras iban en el ascensor conversaron un poco.

--¿Cómo fue que te contactaron?—preguntó Saga.

--El dueño de tu compañía buscó referencias, parece que quería a una persona que le asegurará un buen trabajo y por terceros llegó a mí.

--Te recomendaron bien.

--Soy bueno en mi trabajo.

--Eso tendré que verlo.

Sonrieron ante esas palabras y llegaron a sus respectivos vehículos, el del cabello azul iba adelante y el rubio lo seguía, tardaron casi una hora en llegar y quedaron ante una casa de tipo colonial, se veía mal, como abandonada, aunque estaba al orden en todos los servicios y no tenía problemas mayores de estructura, le hacia falta verdaderamente una renovación.

Antes de entrar, Shaka sacó una cámara fotográfica y empezó a tomar fotografías desde diferentes ángulos, las necesitaba para tener una mejor idea de cómo realizar su trabajo, Saga lo observó por unos momentos, esperando que terminara.

--Entramos cuando digas Saga.

Se acercó a la puerta y abrió, entraron a la residencia y se quedaron viendo alrededor.

--¿Qué te parece un recorrido?—preguntó el de cabello azul.

--De acuerdo.

Anduvieron por toda la casa, pasaron por cada habitación, vieron el exterior, y a cada lugar el de cabellera rubia tomaba fotos, al mismo tiempo hacia preguntas sobre el lugar, los anteriores dueños y de los planes que se tenían para la venta. Saga respondía a todo con precisión, había llevado la compra desde el principio y conocía a la perfección todo lo que pudiera saberse del lugar.

--¿Qué opinas?—decía Saga--¿Crees que puedas hacerte cargo?

--Puedo dejar la casa como si tuviera un año de haber sido construida pero no creo que sea lo que quieren, ¿Qué planes tenían en mente?

--Una casa grande y elegante.

Ciertamente lo suyo era las ventas, no el diseño, pensar en abstracto era más sencillo que dar detalles de lo que creían que era elegante.

--Supongo que debo trabajar con eso—dijo Shaka sonriendo de manera dubitativa—Bueno, te diré lo que yo veo.

Procedió a decirle que para él debían hacerse algunos cambios, los colores, jugar con las texturas, ampliar las ventanas, arreglar el jardín, cambiar la escalera y algunos detalles más de los que aún no decidía.

--¿Para cuando tienen proyectado que este a la venta la casa?

--Primero deseaba saber sobre los arreglos para tener una idea de los planes de venta.

--Dame un par de días y te tendré algo formal, ahora tengo varias ideas pero quisiera tener una más concreta para exponerla.

--De acuerdo, cuando estés listo me llamas y nos reunimos.

--¿No has aprendido nada?

--¿De que?

--Yo nunca llamo.

--Bien, entonces yo te llamo.

--Así esta mejor, nos vemos después, debo terminar con un departamento.

--Nos vemos.

Lo vio subir a su automóvil y desaparecer velozmente por el camino. Era un muchacho muy atractivo pero demasiado pagado de si mismo, así que decidió que su relación debía mantenerse en el plano laboral estrictamente.

Cuando finalmente llegó a su hogar se encontró con su hermano que preparaba algo de cenar, lo cual le agrado bastante, a diferencia de él, Kanon era excelente cocinero, tenía una sazón natural para que sus platillos tuvieran un sublime sabor.

--¿Qué tal el trabajo Saga?

--Como siempre ¿y tú?

--Renuncie.

--¿Qué?

--Ya me había aburrido, así que mejor renuncie.

--Kanon, no puedes seguir haciendo eso, necesitas establecerte en un lugar y trabajar.

--No me sermonees por favor, yo no nací para que nadie me ordene.

Y no era la primera vez que se escuchaba ese diálogo, con su hermano siempre era la misma situación, entraba a un trabajo, lo hacia a la perfección, y un buen día decía que estaba cansado y renunciaba; Kanon era complicado, no era subordinado, ni socio, ni jefe, era verdaderamente problemático para situarse en un solo sitio y trabajar en el.

--Esa actitud no te llevara a nada.

--…no te llevara a nada.

El gemelo ya lo había escuchado así que repitió las últimas palabras al mismo tiempo.

--Te preocupas de más Saga, buscare algo en cuanto terminen mis días de asueto.

--¿Y cuánto será esta vez?

La última vez que estuvo cesante tardó un mes en buscar trabajo de nuevo.

--Todavía no lo decido ¿quieres probar?

Le tendió la cuchara con la que estaba cocinando y el otro probo, sabía bastante bien.

--Esta muy bueno ¿Qué es?

--Crema de espárragos con queso.

--¿Espárragos? No se como lograste que esas cosas fueran comestibles.

--Toma un plato y siéntate.

Cenaron y charlaron tranquilamente sobre cualquier cosa hasta que dejaron vacías las cacerolas, definitivamente Kanon tenía un buen sazón para la cocina.

 

Dos días después Saga llamó a Shaka para saber como iba el proyecto de la casa.

--¿Diga?

--Hola Shaka, habla Saga.

--Que bueno que llamas, te tengo noticias interesantes, hay dos proyectos que me gustaría poner en práctica con la casa ¿Qué te parece si nos vemos para comentarlos?--Me parece bien ¿puedes venir a la oficina?

--Seguro ¿dos horas está bien? Por el momento estoy ocupado.

--Bien, te espero.

--Adiós.

Pasadas apenas las dos horas llegó Shaka con su portafolio de trabajo, saludo amablemente a Saga y se mostró bastante entusiasmado con lo que llevaba. Le expuso al de cabello azul sus ideas, le señalaba las fotografías y de inmediato colocaba a un lado los esquemas en los que había pensado, explicando cada uno con detalle y el porque lo consideraba una opción. Le sugirió que se tomara un modelo neoclásico por una parte y por otra que se utilizara un estilo barroco, darle a la casa un sentido de reposo absoluto para los interiores pero de veraneo para el exterior. Saga escucho con atención las ideas del joven rubio y le parecieron excelentes, verdaderamente nada que ver con sus ideas pero le gustaba bastante lo que le presentaban, además notaba el entusiasmo del de ojos azules en su trabajo, se veía que lo disfrutaba.

--¿Y bien? ¿Qué opinas Saga?

--Todo lo que me dices me convence, creo que debes ponerte a trabajar cuanto antes.

--Sabía que te gustaría, toma—le extendió un sobre.

--¿Qué es esto?

--Los presupuestos, será mejor que los revises bien, cualquier comentario, crítica, sugerencia, me lo dices antes de aceptar.

--Los reviso esta noche.

--Llámame en cuanto te decidas.

--Adiós.

--Adiós.

Shaka salió apresuradamente del lugar con una sonrisa que dejo a Saga pensando en si no se habría apresurado en su juicio sobre una relación de trabajo.

Cuando el de cabello azul le habló a su jefe del proyecto este no se mostraba particularmente disponible a aceptar pues los presupuestos de Shaka se salían un poco de lo que tenían calculado, pero el gemelo fue persuasivo y le explicó que el valor de la propiedad podría aumentar también y que sería un mejor negocio si se sabía quien la había rediseñado. Su jefe finalmente se dejo convencer y puso todo el negocio en sus manos.

Saga llamó a Shaka de inmediato y le dijo que todo estaba arreglado y que empezaban a trabajar en cuanto lo indicara; el otro se escuchaba conforme con la noticia y le respondió que en cuanto firmaran el contrato. Lo hicieron al día siguiente por la mañana, al verse, el de cabello azul aprovecho y le pidió al rubio que fueran a desayunar juntos, este acepto.

--¿No vas a ordenar nada?—le pregunto Saga a su invitado que solo había ordenado un jugo de verduras.

--Honestamente ya había desayunado—dijo sin apenas tocar su bebida.

--¿Por qué no me lo dijiste?

--Porque me agrada la compañía.

--¿Ya no estás molesto por lo de…

--Olvídalo, eso ya no importa.

--Bueno, ¿de que quieres que hablemos?

--Cualquier cosa menos trabajo.

--Bien pero creo que entonces no tengo mucho que decir.

--Entonces ¿es enserio eso de que eres muy dedicado a tu trabajo?

--Pues si.

--Creí que era solo para impresionar.

Y siguieron charlando por un buen rato, compartieron un poco de sus historias, sobre lo que pensaban de algunos puntos, hablaron de la música que les gustaba y les llamó la atención el que tuvieran gustos similares, de sus libros favoritos eran un poco diferentes pero se interesaron por algunos títulos cuando vieron el ánimo con que el otro les hablaba del tema, y descubrieron además que ninguno de los dos bebía café porque lo consideraban veneno.

--A mi hermano le encanta el café—decía Saga—tiene una maquina en casa para prepararlo de no se cuantos tipos, siempre me ofrece aún cuando sabe que no bebo.

--¿Tienes un hermano?

--Si, somos gemelos, se llama Kanon.

--¿Gemelos?

--Solo físicamente, en lo demás apenas parecemos familia.

--¿Verte al doble? Eso es para animarse.

Lo dijo con una sonrisa encantadora y sin quitarle los ojos de encima, lo que hizo que Saga se sintiera un poco nervioso.

--Dime Saga ¿Por qué un hombre como tú tiene un amigo que le arregla citas? No parece que lo necesites.

--De acuerdo con Mu debo salir más, hacer más vida social y no solo pasar tiempo con mi hermano.

--¿No te gusta salir?

--A veces no me es fácil sentirme cómodo entre otras personas.

--Te entiendo. A veces me pasa lo mismo.

--¿De verdad? Pensaba que se desvivían por salir contigo.

--No acepto salir con cualquiera, solo con personas que me interesan.

--¿Así que soy un afortunado?

--Eres interesante.

--Gracias.

--Shura piensa que debo salir y conocer gente, no dedicarme tanto al trabajo.

--A veces nuestros amigos deberían entender que no queremos intervenciones en nuestra vida.

--Yo se lo he explicado pero igual insiste.

--Lo mismo me pasa con Mu, no sabe cuando darse por vencido—hizo una pequeña pausa pero agregó--¿Sabes que sucedió entre ellos? Mu no me ha dicho nada.

--¿Realmente quieres saber?

--Si es posible, si.

--Pues…en resumen, Mu no es del tipo de Shura y se lo dijo.

--Con razón no he escuchado nada más de él.

--Lo siento por tu amigo, parece agradable, pero a veces Shura es devastadoramente honesto.

--Supongo que es mejor que lo sepa desde ahora.

--Lo siento Saga pero debo irme—dijo mirando su reloj--tengo otro compromiso.

--Está bien, yo también debo regresar a trabajar.

--Nos vemos—dijo el rubio levantándose.

--Shaka ¿puedo llamarte y que no sea por trabajo?

--Adelante pero espero que sea para algo más original que comer.

--Lo será.

--Cuídate.

--Adiós.

Saga pagó la cuenta y vio que Shaka apenas si había tomado del jugo que ordenó, después de todo no estaba tan desinteresado si permaneció ese tiempo a su lado solo conversando con él. Con eso en mente regreso a su oficina.

Esa tarde Saga marcó el número de teléfono de Shaka.

--¿Hola?

--Hola Shaka.--¿Qué tal Saga? ¿Todo esta bien?

--Si, solo llamé para saber si te interesa hacer algo esta noche.

--Eso depende de que puedas proponerme.

--Hay una exposición de teteras ¿Qué opinas?

--Que estas demente.--Entonces el plan B, hay una muestra de fotografías en una galería que conozco ¿Qué dices?--Me parece mejor.

--Muy bien ¿paso por ti?

--Mejor nos vemos ahí.

Le dio la dirección y cualquier indicación que necesitara para llegar, acordaron la hora y cada uno se despidió. Cuando llegaron a la galería fue casi al mismo tiempo, se saludaron con agrado y entraron; Shaka se mostraba particularmente entusiasmado pues eran a blanco y negro y hacían referencia a profesiones olvidadas por las maquinarias actuales. Saga no estaba seguro de comprender lo que veía pero su acompañante le decía que debía observar con cuidado el ángulo desde que se tomaron, así como el fondo de la imagen y los contrastes de la luz con las sombras, todo daba una perspectiva de recuerdo y nostalgia pero sin dejar de demostrar la efectividad de la tecnología. Cuando terminaron de ver toda la exposición salieron y siguieron conversando al respecto.

--Nunca creí—decía Saga—que fuera tanto lo que debe juzgarse de una fotografía, es decir, yo solo creía que se apretaba un botón, tomabas la foto y punto.

--Generalmente así es—le respondía el joven rubio—Pero en una imagen puedes captar muchas cosas, más de las crees, imagina lo que puedes ver de una época con solo ver una fotografía, de una persona, de una ciudad, las imágenes son esenciales para las personas, somos Homo videns.

--¿Somos qué?

--No importa, no me hagas caso, es solo que me gusta la fotografía.

--Puedo verlo.

Llegaron a donde habían dejado estacionados sus automóviles.

--Supongo que es aquí donde nos separamos—dijo el de cabello azul.

--Así parece pero nos vemos mañana.

--¿En serio?

--Claro, tienes que ir a ver como empieza el trabajo con la casa.

--Es cierto.

--Hasta mañana Saga.

--Hasta mañana.

Saga se acercó a Shaka e intento darle un beso pero el joven rubio dio hábilmente vuelta a su rostro haciendo que el beso quedara en su mejilla.

--No me beso en la primera cita—dijo con una sonrisa coqueta.

--¿Hasta cual entonces?

--Ya lo veremos.

Subió a su auto y arrancó con un gesto de profesional. Su compañero de esa noche lo vio alejarse y sonrió para si mismo, ese muchacho era especial y quería saber hasta donde podían llegar.

 

Se vieron durante los días siguientes por los trabajos de la casa, Shaka hacía un gran trabajo y lo hacía aprisa y con exactitud, daba las instrucciones tal y como debían ser cumplidas, las personas a las que había contratado trabajaban con eficacia y parecían conocerlo pues se tomaban muy en serio sus instrucciones y no hacían el menor comentario al respecto; era un hombre exigente en ciertos puntos pero en cuanto se veían los resultados nadie se quejaba, además de que parecía algo perfeccionista, sobre todo para los detalles, cuando terminaron con las ventanas y se estaban dando los últimos toques con la pintura en las paredes, él mismo fue quien pinto los motivos que las decoraban en el interior, eran un motivo similar al de las coronas de Holanda durante la Edad Media, lucían muy bien, parecían que hubieran sido hechos con una plantilla pero fue el joven rubio quien hizo todo el trabajo a mano.

--Se ven muy bien—dijo sinceramente Saga cuando las vio.

--Ahora debemos preocuparnos únicamente por los exteriores, las escaleras estarán para el fin de semana, las habitaciones ya están listas y termino con el piso de la entrada mañana.

--Tienes el tiempo medido.

--Me gusta que las cosas estén a tiempo.

--Vas más rápido de lo que creímos en la oficina, a este paso entregarás antes.

--Así podrás vender antes.

--¿Te gustaría salir conmigo esta noche?

--¿Adonde?

--No sé ¿Qué tal a ver una película?

--¿Hay algo bueno en cartelera?

--Ya veremos eso.

--Bien, ¿te parece si paso por ti a tu oficina?

--Por mí no hay problema.

--Estaré ahí a las siete.

--Te esperare.

Cuando llegó la hora acordada Saga estaba listo, Shaka llegó a tiempo y se marcharon juntos, una vez en el cine acordaron ver una película extranjera, inglesa, que era una adaptación de Persuasión de Jane Austen, al de cabello azul las historias de amor no lo entusiasmaban particularmente pero no le importó demasiado la trama cuando el de ojos azules se recargo en su hombro en una de las escenas más tiernas. Incluso dejo de comerse las palomitas de maíz que había comprado, le había ofrecido a su acompañante pero este no había querido. Al terminar la cinta salieron y Saga no pudo evitar preguntarle algo.

--¿Te gustan las películas románticas?

--Disculpa si apreció los sentimientos más que las golpizas, las explosiones y la violencia sin sentido.

--No es burla, solo que no había conocido a nadie que aceptara que le gustara este tipo de cine.

--¿A ti no te gusta el romance?

--Pues…

Pero la manera en que lo estaba mirando el otro le pareció extraña, como si de su respuesta dependiera el rumbo que tomarían las cosas entre ellos.

--Te diré algo pero si se lo cuentas a alguien más lo negaré: una de mis películas favoritas es Casablanca.

--¿En serio?

--La vi hace años pero cada que la repiten la vuelvo a ver, claro que a escondidas de mi hermano porque si él me ve nunca terminara de burlarse.

--No lo diré, prometido.

--Más te vale.

Y se rieron. Shaka llevó a Saga a su casa pues él había dejado el auto para irse con el muchacho rubio, una vez en la puerta no lo dejaba bajar del vehículo pues seguía hablándole, lo cual era bastante entretenido.

--Saga.

--¿Si?

--¿Cuánto tiempo más debo quedarme hablando contigo para que me beses?

--Creí que no hacías eso en la primera cita.

--Esta es la segunda.

El de cabello azul se acercó con cuidado y le dio un suave beso en la boca, apenas abriendo los labios, se sentía bastante bien y besaba de maravilla.

--No estuvo mal—dijo Shaka después de unos momentos.

--¿Es todo lo que puedes decir?

--Si, por ahora es todo.

--Parece que tendré que esforzarme más.

Iba a acercarse de nuevo pero el otro lo detuvo.

--Dejemos eso para otra ocasión.

--¿Otra cita?

--¿Me lo estas proponiendo?

--Si.

--De acuerdo. Llámame para ponernos de acuerdo.

Saga bajo del automóvil y se despidió con la mano, cuando el vehículo se alejo entró a su casa, escuchó voces de la sala, se acerco y vio a Kanon charlando animadamente con Mu, eso no le agrado nada.

--Hola Mu ¿Qué haces aquí?

--Hola Saga, vine por uno de tus archivos, como no estabas Kanon fue muy amable y me invito a quedarme hasta que llegaras.

--Dime cual es y te lo doy en este instante.

Casi no tardó nada en darle los documentos en un sobre y acompañarlo a la puerta, deseándole buenas noches. Una vez que se fue se dirigió a su hermano.

--¿Qué te propones?

--¿A que te refieres?

--No te hagas el inocente conmigo, sabes bien que Mu es mi amigo.

--Te molestas por nada.

--Escúchame bien Kanon, conozco a Mu desde hace tiempo y no voy a dejar que lo trates como a los demás con los que has andado.

--Él ya esta bastante grandecito para saber que es lo que hace.

--Kanon, si no vas a tener algo serio con él no te le acerques, no quiero que juegues con Mu, es un excelente muchacho y no se merece que lo engañes.

--¿Por qué siempre piensas lo peor de mí?

--¿Por qué será?

--Saga ¿has pensado que tal vez me agrade?

--Te he visto en tus relaciones hermano, no pretendas engañarme.

Al igual que en su trabajo, para las relaciones Kanon era un inconstante, al principio era encantador, dedicado, atento y entonces se aburría y terminaba sin la menor preocupación de lo que pudiera sentir la otra persona; a Saga le molestaba cuando era así con personas que no conocía, y le molestaba aún más pensar que podría hacerle lo mismo a su amigo Mu.

--Haces demasiado escándalo, tan solo hablamos.

--Entonces déjalo de esa manera, ya te lo dije, no quiero que juegues con los sentimientos de Mu.

--Esta bien, esta bien, si lo que quieres es que no lo vuelva a ver, de acuerdo.

--Gracias Kanon.

No dijo nada más y se retiro a descansar.

Saga siguió trabajando en su oficina y vio a Shaka en varias ocasiones más, ya fuera por la casa o por tener una cita, le gustaba ese muchacho rubio, de verdad, aunque a veces era difícil saber si hablaba en serio o bromeaba y su temperamento era un poco intolerante ante los fallos, pero aún así le agradaba demasiado. En una ocasión se quedaron en su casa a ver una película, el plan original era cenar primero y ver la película después, pero cuando Shaka llegó lo hizo con retraso y le dijo que no pudo evitar una cita importante y que ceno antes, no se lo tomó a mal, a pesar de que había convencido a su hermano de que cocinara y se marchara por unas horas. Pasaron un buen rato juntos y comentaron el hecho de que la casa estaba casi terminada, solo faltaba un detalle: la puerta principal, pues en el último momento, Shaka había decidido cambiarla por una diseñada por él.

--La instalarán mañana y en ese momento podrás vender—decía el de ojos azules.

--Es una pena, me gustaba verte trabajar.

--Puedo contratarte como mi asistente.

--No lo creo.

--Supongo que es mejor así, me gustas más de esta manera.

--¿Te estás declarando?

--No, solo te doy la oportunidad de que tú lo hagas.

--Me gustas Shaka, me gustas mucho.

--Eso ya lo sabía.

--Y quiero que seamos una pareja formal.

--Viniendo de ti supongo que es suficiente.

Lo estrechó contra su cuerpo y lo beso con verdadera pasión, Saga aceptó con gusto y la verdad se sintió un poco sorprendido, hasta ese momento le parecía que el rubio era demasiado frío pero ahora veía que en realidad era bastante calido, demasiado, sin darle tiempo de nada metió su mano entre sus piernas y lo acarició con fuerza, haciendo que se arqueara, pero en ese momento se detuvo.

--Eres muy especial Saga, demasiado. Pero ya es tarde.

--Supongo que tienes razón, es mejor seguir en otra ocasión.

--Encontraremos un mejor momento que este.

 Se sonrieron mutuamente, después de esa noche se veían todos los días y decidieron celebrar la venta de la casa por su cuenta, Saga quería sorprenderlo, acordaron que lo recogería en su departamento y llegó antes de lo planeado, mientras el joven terminaba de arreglarse lo espero pacientemente. Lo dejo solo en la sala, así que se puso a curiosear un rato, el lugar estaba perfectamente ordenado e inmaculado, le pareció que se podría comer en el suelo de lo limpio que estaba, trataba de ver otras habitaciones, pero no se animó a alejarse, se acerco a un tipo escritorio, no había nada a la mano pero se dio cuenta de que uno de los cajones no estaba bien cerrado, le gano la curiosidad y lo abrió, contenía dulces de diferentes tipos, chocolates, caramelos, confitados, galletas, malvaviscos cubiertos, gomas de sabor, y varios más, verdaderamente le llamó la atención, no le pareció que fuera del tipo de persona que comiera eso pero después de todo, cualquiera tiene a veces deseos de comer algo dulce, cerró bien el cajón y volteó, en ese momento apareció Shaka.

--Te ves muy bien—dijo Saga sin dejar de mirarlo.  

--Gracias ¿adonde vamos?

--Ya lo veras.

Lo llevo al mejor restaurante de la ciudad, un hermoso sitio con una gran terraza desde la que podía verse como si fuera un mirador, además de que contaba con una excelente carta de vinos y uno de los mejores equipos de cocina de la ciudad. Entraron y los llevaron a su mesa que había reservado, un atento camarero esperaba a su lado a que se decidieran.

--¿Pasa algo Shaka?

--¿Por qué me trajiste aquí?

--Para celebrar, la venta de la casa fue mejor de lo que se esperaba, mi jefe me adora y tengo manos libres para llevar a cabo otros proyectos ¿no te parece suficiente?

--¿Nos permite un momento?—dijo el rubio mirando al camarero que se alejo—Este lugar se especializa en carnes de varios tipos, yo no como carne.

--Y también tiene una excelente lista de ensaladas y platillos que no llevan carne.

--No se que decirte.

--¿Ocurre algo Shaka?

--Nada—se tenso por un segundo pero continuó—Creo que tomare la ensalada Elona y vino rosado.

Saga sonrió y llamó al camarero, entonces ordenaron, les llevaron los platillos y pasaron una cena bastante alegre, aunque Shaka solo comió la ensalada pero se mostró entusiasmado con el postre, tanto que decidieron llevarse un par de rebanadas más. Al salir del restaurante Shaka se le acerco y lo abrazó por el cuello.

--La pase muy bien.

--¿De verdad?

--Si, y todo gracias a ti.

Su corazón latió más rápido cuando vio la hermosa sonrisa de Shaka para él.

--¿Te llevó a tu casa?

--Todo un caballero, eso me agrada.

Subieron a su automóvil y llegaron a casa del de ojos azules, Saga no pudo dejar de notar lo largas y afiladas que eran sus manos, sus dedos parecían delicados a simple vista y se pregunto como serían para acariciar.

--Supongo que te dejo aquí—le dijo con una sonrisa débil.

--Bueno, puedes subir y tomamos café.

--Eso es veneno.

--Entonces podemos hacer otra cosa.

Saga lo miró directamente a los ojos ¿estaba escuchando correctamente? El joven rubio se le acerco y le dio un beso, después agregó.

--Quiero entrar a la casa y que tú vengas conmigo.

--¿Cómo negarme?

Entraron a la casa y Shaka le dijo que se pusiera cómodo pero Saga no se separó de él y lo siguió hasta la cocina, vio como acomodaba el postre que habían llevado, y se dio cuenta de que había guardados otros postres y fruta, al menos es lo que logró ver aunque no estaba poniendo tanta atención a la comida como al joven que le sonrió y lo abrazo por la cintura.

--¿Tu hermano no se preocupara si no llegas?

--No lo creo.

--De acuerdo, entonces no habrá distracciones.

Shaka tomo el rostro de Saga entre sus manos y compartieron un beso desesperado y algo salvaje, las manos buscaron descaradamente sobre la ropa cualquier entrada para colarse a través de ella, el joven de cabello azul lo habría hecho en ese mismo sitio pero su compañero no parecía estar de acuerdo, así que lo dirigió con cuidado hacia la recámara, una vez dentro el de ojos azules se separó y cerró las cortinas, apagando la luz un momento después.

--No me gusta hacerlo con luz—explicó.

Se acerco de nuevo al de ojos verdes pasando sus brazos alrededor de su cuello y tomando su boca de manera casi posesiva. Saga sintió los largos y delgados dedos de Shaka levantar su camisa y acariciar su abdomen para un instante después pelear con el botón de sus pantalones.

--Tus manos están frías—dijo en tono de broma el de cabello azul.

--Ya las calentaras—fue la respuesta que recibió.

La misma mano apretó con un poco de presión su miembro que empezaba a erguirse, casi de inmediato Saga fue preso de un ritmo que imponía esa mano y de los labios que no dejaban de besarlo, sentía que cada vez más su excitación crecía, entonces enredó sus manos en la cabellera rubia y regresó los besos con fuerza, su lengua se encontró con la de su compañero y no tardó mucho en seguir la misma cadencia con la que estaban masturbándolo. Mucho antes de lo que esperaba se vio en la necesidad de romper el beso y separarse un poco.

--Espera…espera…

Procuraba recuperar aire mientras hablaba.

--¿Qué pasa? ¿No te gustó?

Pero Saga no se separó mucho, seguía sosteniendo a Shaka contra él por los hombros, se quedo muy quieto hasta que se tranquilizo lo suficiente para hablar.

--No quiero terminar tan rápido ¿podemos estar un poco más cómodos?

--Por mi esta bien.

Saga se descalzo, se quito la camisa y cuando iba a terminar de desabrochar sus pantalones sintió que unas delgadas manos lo detenían.

--Déjame a mí.

Shaka se hincó frente a él y con cuidado empezó a bajar los pantalones del de cabello azul, le dio un beso bastante pronunciado a través de la ropa interior sobre su sexo, y sintió como se arqueaba por el placer de esa caricia, entonces bajó la prenda restante con lentitud hasta los tobillos, hizo que los dejara a un lado, recargó sus manos en los bien torneados muslos y con sus labios exploró las dimensiones del miembro frente a él. Cuando se sintió lo suficientemente listo, cerró sus ojos y tomó tanto del sexo de Saga como pudo, estaba decidido a hacer todo lo que pudiera para satisfacer al otro y que recordará esa noche por mucho tiempo, chupaba con tanta fuerza como podía, procurando no lastimar al de ojos verdes, hacía que su lengua lo tocara con cuidado y se enredara estimulando por debajo del glande. Debido a los gemidos de su compañero sintió que su propio miembro se excitaba y lograba una erección, la cual fue más acentuada cuando una mano acarició su cabello, para después sentir otra y entre ambas le pedían que siguieran con lo que estaba haciendo. Fue aún mejor cuando entre los gemidos que daba el de cabello azul escucho su nombre con verdadero deseo.

--Shaka, detente o voy a terminar.

Realmente no quería hacerlo pero las manos en su cabello lo incitaron a separarse, levanto la vista y escucho con claridad lo que su compañero quería.

--Quiero hacerte mío ahora.

Y recorrió con cuidado su mejilla con los dedos.

--Dame un momento.

Fue aprisa al baño y regresó con un tubo de lubricante y un condón, los dejo a un lado sobre su mesa de noche, Saga lo tomo por la cintura y lo hizo sentarse en la cama.

--Ponte cómodo—le dijo.

Era su turno de demostrar sus habilidades. Se hincó en el suelo y se metió entre las piernas de Shaka, empezó a lamer con ansias el miembro frente a él para después besarlo gentilmente e introducirlo con cuidado en su boca, lo estímulo con cuidado para que no se viniera de inmediato, se detuvo por un momento para tomar el lubricante, mientras estaba en esa posición se puso el contenido del tubo en los dedos y empezó a acariciar con la punta la entrada del rubio, el de cabello azul presionaba firmemente hasta que los músculos empezaron a relajarse. El joven de ojos azules se recargó por completo contra la cama por la sensación mientras daba un gemido y se arqueaba con fuerza.

--Más…--pidió Shaka entre jadeos.

Un segundo dedo entró entonces mientras que la boca de Saga seguía estimulándolo con cuidado, se relajó lo más que pudo para permitir que ambos dedos lo dilataran. Cuando parecía que era suficiente, el de ojos verdes se retiro y tomó el preservativo.

--¿Quieres ponérmelo?—le pregunto a su compañero sobre la cama.

Pero este se negó débilmente  y se acomodó en el centro del lecho. Saga estuvo listo en unos momentos y se metió entre sus piernas colocando la punta de su miembro en donde habían estado sus dedos y comenzó a empujar para penetrar al joven rubio. Aún con el condón le pareció increíble la sensación de estar dentro de Shaka, se apoyó en sus brazos para no dejar caer su peso sobre el otro, cuando sintió que no podía entrar más se quedo quieto, acostumbrándose a la sensación de su sexo siendo estrechado por ese cálido pasaje que amenazaba con hacerlo terminar en un instante con la combinación de los jadeos del de ojos azules y la manera en que sus piernas lo estrechaban por la cadera. Pero Saga logró contenerse lo suficiente para sujetar una de las piernas de Shaka y llevarla sobre su hombro, entonces empezó a moverse, trataba de establecer un ritmo idóneo para satisfacerlos a ambos, y no tardo en hacerlo pues los gemidos de su compañero le decían que iba por buen camino. Sus caderas se movían a un ritmo estable que conducía su sexo lo más profundo de esa intimidad que lo estrechaba  firmemente, entonces giró su cabeza y le dio un suave beso en la esbelta pierna al de cabellos rubios.

--Eres tan sensual—dijo Saga y cada palabra la puntualizó con una poderosa y profunda estocada en el interior de Shaka.

El de ojos celestes, en respuesta, elevó un poco más sus caderas y deslizó una de sus manos para tomar su miembro y la otra la dejo apretando con fuerza las revueltas sábanas.

--Más rápido—dijo con voz ahogada.

Saga lo escucho y dejo que la pierna sobre su hombro volviera a rodear su cadera, se recargo en sus antebrazos y siguió embistiendo persistentemente al hombre debajo de él.

--Shaka…no voy a durar mucho así…--jadeo con fogosidad.

Pero el rubio hizo un sonido extraño, como un lamento pero con pasión, lo que le indicó que no debía preocuparse por estar cerca de terminar, entonces las largas piernas en sus caderas lo estrecharon con más fuerza y no aguanto más, el orgasmo llegó haciéndolo gritar, tan solo un instante después escuchó un grito similar por parte se Shaka, la sensación había sido intensa, explosiva realmente, se dejo caer rendido sobre su compañero, se sentía debilitado y con los músculos temblorosos, además de que el corazón les latía a ambos furiosamente.

--Eso…eso fue…--trataba de decir Saga al mismo tiempo que reunía la fuerza que le quedaba para moverse.

--Si…--Shaka respondía entre agotado e impresionado.

Se quedaron así unos momentos más, lo suficiente para calmarse y ser dueños de si mismos nuevamente.

--Creo que nunca lo había hecho así—decía Saga—Eres increíble.

--¿Yo? Fuiste tú el que me hizo olvidarme de cómo respirar.

Empezaron a reírse y se besaron con alegría por unos momentos más.

--Me parece que debo darme un baño—comentó el de cabello azul.

--Adelante, puedes hacerlo.

--¿Es amplio tu baño?

--Si ¿Por qué?

--Quizá podamos bañarnos juntos.

--En realidad prefiero descansar un poco más, báñate primero, yo lo hago después.

--De acuerdo.

Se levanto y fue hacía la habitación, era amplia, dos personas podrían pasarla confortablemente en ese lugar, se dio una ducha rápido y no tardo en volver al lado de Shaka, quien tenía puesta una bata, se bañó y regreso a su lado pero traía puestos unos pantalones de dormir y una playera. Le presto algo a él para que se lo pusiera y se metieron bajo las sábanas, aunque el joven rubio se dio vuelta a su lado derecho, evitando así que Saga lo abrazara.

--Que descanses.

--Hasta mañana.

El de ojos verdes también estaba algo cansado y como no era de los que abrazaban particularmente, no se tomó a mal el poder descansar cada uno por su cuenta.

A la mañana siguiente, Saga despertó temprano, eran casi las seis, estiró su mano para despertar a su compañero pero no lo sintió, entonces dio vuelta y se dio cuenta que no estaba, se levantó y escuchó un sonido, se acercó y vio que estaba en la cocina.

--Buen día—saludo.

--Buen día ¿Qué tal dormiste?

--Bastante cómodo. ¿Qué estás haciendo?

--Limpio un poco.

--¿Tan temprano?

--Ya estaba despierto ¿para que esperar?

--Tienes razón.

Se le acercó y le dio un beso profundo.

--¿Qué tal si desayunamos antes de que me vaya?

--Buena idea.

Se acercó al refrigerador y sacó fruta, jugo de naranja y el postre de la noche anterior.

--Me parece temprano para algo tan dulce—comento Saga.

--Si no lo quieres me lo como yo.

--Supongo que no me hará daño por una vez.

--Ese es el espíritu.

Desayunaron en calma aunque no pudo evitar ver como Shaka más bien devoró la comida. Se despidieron una vez que él se cambio de ropa y dijo que estaba listo para irse.

--¿Nos vemos después?—le pregunto con una sonrisa.

--Llámame y nos ponemos de acuerdo.

--Lo haré.

Fue a su automóvil y se dirigió directamente a su casa, gracias a la hora y a que era fin de semana casi no había tráfico y no tardó mucho en estar ante su puerta, entró procurando no hacer ruido para no despertar a su hermano, no era que le preocupara lo que pensara, sino que no quería descansar antes de dar explicaciones. Al ir para su habitación se encontró con algo que no se esperaba.

--¡Mu!

El de cabello lavanda iba acomodándose el cabello y abrochándose la camisa, lo miró con asombro.

--Saga, creí que no estabas.

--¿Qué haces aquí?

--Ya me iba, te veo luego.

Y más que caminar salió corriendo de la casa. No tardó el de cabello azul más que unos momentos para ir a la habitación de su hermano, entró sin ningún preámbulo y lo vio profundamente dormido, no lo pensó dos veces para jalar las cobijas y empezar a sacudirlo.

--¿Qué pasa?—preguntaba el otro más dormido que despierto.

--¿Qué pasa? Te diré lo que pasa, acabo de ver salir a Mu de aquí.

--¿Mu? ¿Ya se fue? ¿Sin despedirse?

Quedo sentado sobre la cama dejando ver que estaba desnudo.

--Kanon, por favor, cúbrete.

--Que escándalo haces—dijo jalando una sábana—Tenemos lo mismo.

Pero eso no persuadió al gemelo de dejar el tema que lo había llevado ahí.

--Me dijiste que no ibas a verlo más.

--¿Qué quería que hiciera? ¿Qué le cerrara la puerta? Además ¿de donde vienes tú?

--Estamos hablando de ti.

--De acuerdo, después hablamos de ti—se acomodó un poco mejor en la cama y empezó—Mu vino anoche, te estaba buscando, le dije que tal vez tardarías en llegar, me preguntó si te podía esperar, le dije que si, estábamos hablando de algo, luego nos besamos y…bueno…estábamos aquí. ¿Quieres que te diga lo que paso o tu llenas los espacios en blanco?

--Kanon, Mu es muy sensible, no quiero que lo lastimes.

--¿Por qué lo lastimaría? Es muy agradable y besa muy bien.

--Kanon…

--Mira, me gusta Mu, pienso que podríamos llegar a algo si nos tomamos el tiempo necesario, puede llegar a ser serio esto.

--Tú nunca has tenido una relación seria.

--Podría ser la primera.

--No se porque me molesto en tratar de hacerte comprender. Creo que no es contigo con quien puedo razonar.

--Vamos, no seas trágico, quizá llegue a ser tu cuñado. Ahora que me has despertado y reclamado, dime ¿Qué paso anoche? ¿Por qué no llegaste?

--Estuve con Shaka.

--Ese muchacho parece que no te dejara ir.

--Eso espero, me gusta demasiado.

--Veo que los dos la pasamos bien, si no te importa quiero seguir durmiendo, estoy cansado.

Y sin más jaló las cobijas, se tapo y se dispuso a dormir otra vez. Saga supo que no lograría nada, así que salió de la habitación y fue a su recámara, pensó que lo mejor era hablar con su amigo sobre lo que era relacionarse con su hermano. Pero apenas se había cambiado para descansar un poco se puso a pensar en Shaka, en su hermoso y esbelto cuerpo, le había gustado mucho estar con él, le llamaría en unas horas para verse, tenía deseos de estar con él nuevamente.

 

Durante el fin de semana se vieron nuevamente y la pasaron bien, tanto como pudieron pues Shaka tenía un par de compromisos, lo que les dejo solo unos momentos para estar juntos pero no estuvo mal. Además Saga seguía teniendo en mente lo del asunto de su hermano con Mu, de tal forma que el lunes que se vieron en la oficina le pidió a su amigo que hablaran unos minutos, el de cabello lavanda acepto, aunque parecía un poco apenado de tener que hablar sobre lo sucedido con él.

--Mu, tenemos años de conocernos ¿no es así?

--Si.

--Sabes que te estimo ¿verdad?

--Claro que lo se.

--Créeme que cuando te diga esto no es con malas intenciones.

--¿De que se trata?

--Kanon es mi hermano, mi gemelo, por eso lo conozco como nadie en el mundo, Mu, él no es para ti.

--¿Por qué dices eso?

--Mi hermano puede ser encantador pero es un cabeza loca, nunca se compromete, es inconstante, desobligado y no le gustan los compromisos, él no va a permanecer a tu lado, no sabe serle fiel a una persona.

--Por mi esta bien.

--¿Qué?

--Te agradezco tu preocupación pero también creo que Kanon no es para mí.

--¿Por qué entonces…

--Porque sucedió, simplemente, no busco una relación seria con él. Fue algo de una sola vez.

--No se si alegrarme o preocuparme.

--Estoy bien, se ve que Kanon no es de los que busca algo formal, lo sabía de antemano, así que en realidad no hay problema.

--Bien, si tú dices que no hay problema, creo que entonces no hay nada más que decir.

--Gracias por preocuparte.

--De nada.

--Tengo que terminar con unos informes ¿necesitas algo más?

--Nada más, nos vemos luego.

Cuando Mu salió se sintió un poco más aliviado, aunque no sabía que su amigo actuara de esa forma pero le pareció que era sincero con lo de Kanon, por un momento en verdad se había preocupado de que el de cabello lavanda sufriera a causa de su gemelo pero parecía que se había equivocado.

Las cosas parecían marchar bien desde ese punto, nada de problemas en ningún sentido: su trabajo marchaba bien, la relación con Shaka no podía ser mejor, y misteriosamente su hermano se mantenía callado y sin causar problemas de ningún tipo. Nada podía ser mejor.

En una ocasión Saga fue a recoger a Shaka, a lo lejos vio que se despedía de alguien, le resultaba familiar, después de unos momentos lo reconoció, se trataba de Shura, quien subió a un automóvil que no manejaba.

--¿Cómo estás?—le pregunto al rubio en cuanto lo vio.

--Bien, muy bien de hecho—y lo abrazó.

--¿Qué quería Shura?

--Vino a pedirme un favor, va a irse unos días de vacaciones y quiere que me encargue de hacer unos pagos que no le dio tiempo de saldar.

--Así que ya encontró a alguien.

--Si, es un italiano con pinta de mafioso.

--No puede ser tan malo.

--Si lo conocieras no opinarías eso. Pero dejemos a un lado a los demás ¿Qué planes tienes para hoy?

--Solo quiero estar contigo.

--Me parece muy bien pero tendrás que esperar, tengo trabajo pendiente.

--Pero me habías dicho que estabas libre.

--Esto es una emergencia, lo lamento pero te propongo algo ¿Por qué no vienes conmigo? Una vez que termine seré libre como un pájaro.

No estaba muy seguro de que fuera una buena idea pero como quería estar con Shaka acepto sin tardanza. Así que partieron a una tienda en la que parecían conocer al joven rubio pues los atendieron de inmediato y les llevaron varios catálogos. Observo como los ojos azules miraban con atención y cuidado una serie de telas, le mostraba algunas y le decía para que las quería, también le preguntaba su opinión y se mostraba atento a lo que le decía. Cuando finalmente realizó el pedido decidieron dar una vuelta por la ciudad solo para pasar el tiempo.

--Te encanta tu trabajo ¿verdad?—le pregunto el de ojos verdes.

--¿Por qué lo dices?

--Parece que es en lo único que te concentras cuando estas en un proyecto.

--Me gusta poner atención en lo que hago.

Para esas alturas Saga ya sabía que su pareja era un hombre brillante desde niño, siempre había obtenido calificaciones perfectas y en su trabajo era sumamente dedicado, le gustaba bastante eso, ver que era responsable y que podía comprender eso en él. Y le gustaba más cuando podían hacer otras cosas.

--Quisiera que regresáramos a tu casa Shaka.

--¿Para que? Estamos mejor afuera.

--Podríamos hacer muchas cosas.

--Me gusta el aire libre.

Iban pasando por un parque abierto, había otras personas admirando el paisaje o tan solo tomando aire fresco.

--¿Quieres que te ruegue?

--¿Rogarme? Por supuesto que no, tan solo dime que es lo que quieres.

--Sabes bien lo que quiero.

--¿Te refieres a esto?

Y sin más Shaka lo abrazó con fuerza contra él y lo beso, haciendo que su lengua penetrara su boca y la recorriera por completo, pero no se detuvo ahí, deslizo sus manos hasta su trasero y lo acaricio sin ningún miramiento para un instante después sujetar una de sus manos y llevarla a su entrepierna, haciendo que lo frotara, tuvo que detenerse cuando le falto el aire. Se quedo mirando al joven de cabello dorado, lo había sorprendido bastante.

--¿Qué pasa?—le preguntaba este al ver su cara de asombro.

--Cualquiera pudo vernos aquí.

--¿Y?

--¿Y? es un lugar público.

--Me gusta estar contigo, lo que piensen los demás de cómo lo demuestre no me interesa.

--Cuando lo hacemos siempre me pides que apague la luz y ahora me dices que no te interesa que te vean a plena luz del día, decídete por favor.

Lo había dicho sin el afán de molestar, fue más bien un comentario alegre por lo que acababa de pasar, sin embargo el otro no se lo tomó así.

--Si tanto te molesta debiste decirlo.

Sin otra palabra se dio vuelta y empezó a alejarse, el de cabello azul no terminaba de entender lo que había pasado, se apresuró a alcanzarlo y lo sujeto por el brazo.

--Espera ¿Por qué te molestaste?

--Si te incomoda mi manera de ser tan solo debes decirlo, no esperar para informarme que no te agradan mis costumbres.

--Fue una broma.

--Pues no me estoy riendo.

--No quise molestarte, en verdad, lamento si te ofendí.

De alguna manera eso calmo al de los ojos azules.

--Discúlpame tú, estoy algo presionado, creo que me desquite con quien no se lo merecía. Perdona.

--De acuerdo, no hay problema.

De inmediato Shaka lo rodeo con sus brazos por el cuello y empezó a besarlo, ciertamente de esa manera terminaban sus discusiones antes de empezar, siempre Shaka sabía como alejar los problemas al mostrarse sumamente cooperativo y cariñoso con él. Siguieron caminando un poco más, de repente Saga dijo algo.

--Quiero proponerte algo.

--¿De que se trata?

--¿Qué te parece si vamos a mi casa? Podríamos cenar y seguir hablando.

--¿En tu casa? ¿No estará tu hermano?

--No te preocupes por eso, cuando él ha llegado a llevar a alguien yo me desaparezco, si se lo pido nos dejará toda la casa para nosotros dos como la vez pasada.

--¿Vas a echarlo por mí?

--Lo dices como si fuera un gato o un perro.

--No quisiera que tuvieras conflictos con él por mí.

--No habrá ningún problema, él encontrara algo que hacer, siempre lo hace ¿Qué me dices?

Shaka lo pensó por unos momentos, debía considerar algunas cosas, parecía que lo hacía con intensidad porque Saga tuvo que hablarle de nuevo.

--Hola, Tierra a Shaka.

--¿Mmm?

--Solo te pregunté si querías venir a mi casa.

--Esta bien pero debo dejar algo resuelto antes para que no nos interrumpan.

--¿Tardarás?

--Será cuestión de un par de horas.

--Me parece bien, entonces puedo regresar y tener todo listo para la cena.

--Y para deshacerte de tu hermano.

--También para eso.

--Procuraré no tardarme y estaré ahí.

--Me gusta esa idea.

Casi de inmediato el gemelo regresó a su casa, en el camino le llamó a su hermano y le dijo que arreglara un poco la casa, preparará algo delicioso de cenar y se buscara algo que hacer por unas horas. Al llegar se encontró con que solo lo de la comida estaba siendo llevado a cabo.

--¿Qué preparas? Huele bien.

--Te tengo un excelente menú: crema de champiñones, cordero asado con guisantes, patatas asadas rellenas de crema y mantequilla y, de postre, fresas envueltas en nata y merengue.

--Se oye muy bien ¿te ayudo en algo?

--No te ofendas pero la última vez que recuerdo haberte pedido que me ayudaras fue para que picaras verduras y si mal no recuerdo termine en una sala de urgencias esperando que te atendieran.

--No fue mi culpa cortarme.

--Como sea, creo que estarás mejor encargándote de acomodar un poco la casa. Y más vale que esta vez no quede nada de mi cena, la ocasión pasada me dejaron todo.

--No te enojes, ya te explique que ocurrió.

--Pues que no se repita porque no vuelvo a cocinar para ti.

--Te aseguro que nos comeremos todo.

Salió de la cocina y empezó a arreglar y no era que la casa fuera un desastre, pero algunas cosas estaban fuera de lugar y nunca estaba por demás limpiar de nuevo.

Shaka llegó después de dos horas y media, estaba por tocar a la puerta cuando escuchó unas voces.

--Ya vete Kanon, Shaka no debe tardar.

--¿Me echas? Soy tu hermano, no un perro.

--No seas dramático, quiero que te vayas ahora.

--Deja de molestar, quien te manda a entrar a la cocina y arruinar las cosas, me hubiera ido hace rato si no hubiera tenido que preparar de nuevo las patatas.

--Ya te dije que fue un accidente. ¡Vete!

--Ya me voy, ya me voy.

Abrieron la puerta en el preciso momento que Shaka iba a tocar.

--Buenas noches—saludo mirándolos mientras Saga sujetaba a Kanon por el brazo y llevaba su chamarra en la otra mano--¿No hay inconveniente en que este aquí?

--No, por supuesto que no—respondió Saga—Kanon ya se iba.

--En realidad estabas echándome a la calle—dijo el gemelo.

--Esta me la pagas—susurró por lo bajo el hermano mayor.

Como respuesta el otro solo se rió, tomó su chamarra, se la puso y se dirigió a Shaka.

--Que la pases bien, un día nos sentaremos a conversar y te mostrare la foto de mi hermano vestido de mariposa.

--¡Kanon!

--Me gustará verla, gracias por no molestarte Kanon—dijo amablemente el rubio.

Sin más el gemelo se fue y el de los ojos azules pudo entrar.

--Ponte cómodo Shaka.

Cerró la puerta y fueron hacía la sala.

--Perdona por lo de…

--No te preocupes, además no podría enojarme con tu hermano.

--¿Porque?

--Es tu reflejo, no podría molestarme.

--Al menos se que vas a llevarte bien con él.

--Parece ser agradable.

--Porque no tienes que vivir a su lado pero dejemos eso ¿Quieres tomar algo mientras termino con la mesa?

--¿Agua mineral?

--Te la traigo en un momento.

Shaka observó con cuidado el lugar, no era un desastre pero pensó que necesitaba un poco más de orden, un momento después regresó Saga.

--Toma.

--Gracias.

--Disculpa el desorden.

--No lo hay, aunque debo decir que esperaba algo peor.

--Procuro que mi hermano tenga sus cosas en orden.

--Ya veo.

--¿Quieres que cenemos?

Shaka dejo el agua a un lado, y se le acercó a Saga, le dio un profundo beso mientras pasaba las manos por su cuello.

--Olvídate de la cena—le susurro al oído.

Entonces metió las manos bajo su camisa, acariciando su espalda, atrayendo al mismo tiempo al de cabello azul contra él, después paso su lengua de manera insinuante por el cuello de su compañero, logrando que echara su cabeza hacia atrás. Sacó una de sus manos y empezó a acariciar con cuidado su rostro y a abrir la camisa que llevaba puesta, cuando terminó de desabrocharla beso la piel que había dejado al descubierto, jugando un poco con los pezones, primero jugaba con uno pasando su lengua y después con el otro besándolo con entusiasmo, cuando escuchó los gemidos del de ojos verdes se separo un poco.

--¿En tu recámara?—preguntó como un suspiro contra su cuello antes de volver a besarlo.

--Si—contestó en un jadeo.

Se dirigieron a la habitación entre besos y caricias aunque Shaka no permitió que lo desvistiera hasta que quedaron a oscuras en la alcoba, entonces se quitaron la ropa mutuamente, quedando Saga sobre su espalda en la cama, mientras que el joven rubio besaba y chupaba con fervor cada parte del cuerpo del de cabello azul. Éste solo se arqueaba sobre el colchón, dejando que el otro lo tocara como quisiera, solo podía dejarse llevar por la sensación, un momento después sintió la húmeda y cálida boca del joven rubio tomar poco a poco su sexo pero solo el tiempo suficiente para que se endureciera, entonces lo dejo y lo hizo abrir más sus piernas  y que levantara un poco su cadera, entonces empezó a meter su lengua en la íntima entrada, haciendo círculos, provocando que el de ojos verdes se tensara pero poco a poco se relajaba, hasta que volvió a arrancarle esos sonoros gemidos. Saga trataba de ver a su compañero pero desde el ángulo en que se encontraba y por la falta de luz no podía, aún así sintió cuando se separo y escucho su voz.

--¿Tienes lubricante?

--En…en…--tuvo que concentrarse para recordarlo—en la cómoda.

Shaka se acerco a ciegas y se escuchaba como revolvía en los cajones, hasta que finalmente encontró un tubo medio vacío, entonces regresó a la cama, se aplicó un poco del gel en un dedo y un poco más en la entrada de Saga pero antes de penetrarlo le hablo.

--Estarás listo en un momento.

Empezó a acariciar lentamente y un instante después presiono hacia adentro.

--Uhhnn—jadeó Saga mientras se arqueaba debido a la sensación.

Cuidadosamente Shaka seguía trabajando en dilatar a su pareja, un par de dedos más y mucho más lubricante lo tuvieron lo suficientemente listo para lo que venía, el joven rubio le dio un beso en la cadera al mismo tiempo que retiraba sus dedos, mientras se acomodaba entre las piernas del de ojos verdes se aplicó más lubricante en su miembro, sujetó sus muslos y los separo todo lo que pudo, colocó la cabeza de su sexo en la íntima entrada de Saga y comenzó a empujar, a pesar de estar lubricado el estrecho anillo de músculo opuso resistencia pero una vez que la punta logró ingresar el resto se deslizo sin mayores dificultades al interior, sus cuerpos estaban unidos de la manera más esencial, Shaka se inclinó y le dio un profundo beso a Saga, quien respondió con la misma intensidad mientras intentaba dejar a un lado la incomodidad y se ajustaba lo suficiente para empezar a moverse para responder a los leves embates de las caderas de Shaka. El joven rubio seguía besándolo con pasión mientras hacia las penetraciones más profundas y sus manos se aferraban con fuerza a los brazos de Saga, después buscó sus manos y entrelazo sus dedos, era increíble, tanto que el de ojos verdes aprisionó al otro con sus piernas para que los movimientos fueran aún más intensos; Shaka se separó un poco pero solamente para lograr apoyarse un poco mejor y hacer sus embestidas más rápidas, dejando su rostro a unos centímetros del de su compañero, los dos gemían y jadeaban con soltura y cuando se besaban era de manera casi hambrienta. El de ojos azules se separó un poco más, solo lo suficiente para tomar el miembro del hombre debajo de él y comenzar a masajearlo desde el tronco hasta la punta para estimularlo, Saga ya no podía ni hablar coherentemente solo dejaba escapar sonidos inentendibles pero satisfactorios, el orgasmo llegó para ambos con fuerza, haciendo que Shaka gritara.

--¡Ohh Saga!

Al sentirse lleno de la esencia del de cabellera dorada, el de ojos verdes no lo resistió más, termino entre gritos que si pudieron entenderse.

--¡Te quiero! ¡Te quiero!

Los dos sentían las últimas secuelas de su culminación, Saga apenas si podía acariciar el cabello de su compañero, todo lo que quería era seguir sintiendo la sensación de Shaka dentro de él y cubriéndolo por completo, aspirando ese increíble aroma de su esencia personal, sudor, sexo y satisfacción que se mezclaban ahora con el suyo. Se quedo quieto hasta que se dio cuenta de la manera en que Shaka permanecía aferrado a él, con su rostro oculto en su cuello.

--Shaka ¿Qué ocurre?

Pero no obtuvo respuesta en ese momento, tuvo que preguntar de nuevo.

--Shaka ¿estas bien?

--Dime ¿Por qué dijiste eso?

--¿Qué cosa?

--Qué me quieres.

Guardo silencio por unos momentos, pensando, era cierto, había dicho que lo quería y debía responderle a eso.

--Lo dije porque es verdad, te quiero Shaka.

--Si que sabes como terminar una velada.

Entonces buscó su rostro y lo beso, se separaron y unos momentos después Saga se baño, Shaka no había querido hacerlo con él pero no tardo en hacerlo, cuando estuvieron limpios se metieron en la cama, aunque se quedaron muy juntos, el rubio no dejo que lo abrazara, así que tan solo paso una de sus manos por su espalda hasta que los dos se quedaron dormidos.

Por la mañana Saga se despertó a medias por un sonido insistente, pero en cuanto se encontró completamente despierto ya no se escucho, vio también que su compañero ya no estaba en la cama, se apresuro a ponerse unos pantalones y fue a buscarlo, lo encontró en el baño, lavándose las manos.

--¿Qué haces Shaka?

--Estuve limpiando un poco.

--¿Por qué? No tenías porque hacerlo.

--Pues, veras, me levante temprano y tuve un accidente, espero que no te moleste.

A Saga no le pareció conveniente preguntar que tipo de accidente, así que lo dejo pasar, solo se acercó y observó su trabajo.

--Kanon va a adorarte.

--¿Por qué?

--Era su turno de lavar el baño.

--Al menos soy útil.

--Preparare algo de desayunar.

Se dirigió a la cocina pero se dio cuenta de que también estaba limpia, al menos la mesa, abrió el refrigerador y se dio cuenta de que estaba algo vacío.

--Cuando me levante fue porque tenía hambre—le decía Shaka a su espalda—Espero que no te moleste que haya comido algo.

--No, claro que no, pero ¿te comiste todas las fresas?

--Estaban deliciosas.

--¿Y las patatas?

--Exquisitas, pocas veces he probado algo tan suculento y como no cenamos...

--Tienes razón.

El de ojos azules se le acercó y lo rodeo con sus brazos, dándole un beso prolongado y profundo, se separo unos momentos después.

--Creo que es mejor que ya me vaya.

--¿De veras tienes que irte? Esperaba que hiciéramos algo juntos.

--Lo siento, de hecho no tenía planeado quedarme, además no se que pensará tu hermano de verme aquí.

--No te preocupes por Kanon.

--Tienes razón, es más, le pediré que me muestre esa foto tuya de mariposa.

--Esta bien, yo también creo que debes irte.

Se rieron y unos momentos después el de cabello azul llevaba a su compañero a la puerta.

--Te llamó después.

--Nos vemos.

Saga regresó a su cocina para desayunar algo y le pareció que faltaba más comida pero no estaba seguro, así que tomo solo leche y en ese momento recordó que no había escuchado regresar a su hermano, fue a su recámara y al abrirla vio que la cama seguía tendida, así que no había llegado a dormir. Se preguntó en donde pasaría la noche.

 

Kanon se había ido caminando por cualquier lugar, no tenía un rumbo definido, solo pasaba por las calles, no estaba interesado en nada en particular, hasta que vio a alguien que lo hizo detenerse. Se encontraba sentado en una mesa de un café abierto, se acerco y lo saludo.

--Hola Mu.

--Kanon ¿Qué haces aquí?

--Saga me hecho de la casa.

--¿Qué?

--Me dijo que me fuera.

--¿Qué? ¿Porque?

--Te lo cuento todo si me dejas sentarme en tu mesa.

--Por supuesto, siéntate.

--Pues veras, Shaka iba a ir a cenar a la casa y Saga me dijo que me fuera.

--¿Eso te dijo?

--Así es.

--Pensé que te había corrido.

--Pues poco le falto.

--No es gracioso Kanon, creí que era algo grave.

--No te molestes Mu, por favor, solo era una broma.

--No fue graciosa.

--Lo siento, enserio.

--Ya, no te preocupes.

Kanon lo observó por un momento, era tan dulce.

--Mu ¿Por qué te fuiste sin decirme nada?

--No quise ser una molestia, estabas dormido y no era algo tan importante.

--¿De que hablas?

--No fue una buena idea lo que sucedió.

No dijo nada pero el de cabello azul sintió una punzada en el pecho por esas palabras. A él siempre le había gustado Mu, desde que su hermano se lo presento, pero nunca se dio la oportunidad de que se conocieran más, en realidad su contacto había sido por medio de Saga, sin embargo a Kanon siempre había sentido algo especial por ese joven de mirada tierna.

--Ay no.

Lo escucho decir y vio que estaba dirigiendo su mirada a una pareja que acababa de entrar al café y al parecer lo reconocieron porque se acercaban a ellos.

--Hola Mu ¿Cómo estás?

--Hola Shura, estoy bien.

--¿Qué tal Saga?

--No es Saga, es su hermano gemelo, Kanon.

--Disculpa, no sabía que tenía un hermano. Él es Death Mask.

--Buenas noches.

Los otros dos saludaron en respuesta.

--Bueno, nos vemos Mu, Kanon.

Se retiraron y tomaron otra mesa pero el gemelo vio que el de cabello lavanda estaba tenso por su presencia.

--¿Qué pasa Mu?

--Nada.

--¿Enserio?

--Yo…hace tiempo le dije a Shura que me gustaba pero él dijo que me estimaba como amigo solamente y que estaba interesado en alguien más.

--Ya veo.

--Creo que es mejor que me vaya.

--No, espera un momento. No vas a huir solamente porque él esta con alguien más.

--No me siento cómodo aquí.

--De acuerdo, si no te sientes bien aquí te acompaño.

--No es necesario.

--Por favor, así de paso me haces compañía, Saga me dijo que me perdiera por unas horas.

--Pero…

--¿Tanto te molesta mi compañía?

--No se trata de eso.

--¿Entonces?

--Esta bien ¿adonde vamos?

--A donde nos lleve la vida.

Se levantaron de la mesa y salieron, dieron unas vueltas sin rumbo solo hablando, finalmente llegaron al departamento de Mu, donde siguieron conversando, como a ellos si les gustaba el café se bebieron algunas tazas, lo que los tuvo bastante despiertos hasta entrada la noche. La estaban pasando tan bien que Kanon se le acercó al de cabello lavanda para abrazarlo pero este lo rechazo.

--No por favor.

--Como quieras.

Y siguieron hablando, hasta que casi era madrugada.

--No puede ser, mira la hora—dijo Mu con cierta sorpresa.

--Eres un gran conversador, no me di cuenta de que paso tanto tiempo.

Kanon pensó en marcharse pero por la hora no creyó encontrar transporte.

--Será mejor que llamé un taxi.

--Puedes quedarte.

--¿No te molestaría?

--No, además el sofá es cómodo, puedes irte en la mañana.

--Gracias Mu.

--De nada, te traeré una almohada y un cobertor.

--¿No puedo quedarme contigo?

Había toda la intención del mundo en esa pregunta.

--No. Kanon, lo que paso no va a repetirse.

Se dio vuelta y fue por los artículos para dormir, regreso unos momentos después.

--Toma, que descanses.

--Buenas noches Mu.

El de cabello azul lo vio alejarse y cerrar la puerta de su recámara. Se quedo pensando, debía haber una forma de convencerlo de que podía ser serio si se lo proponía, de que él podía ser algo formal en su vida si se lo permitía, era verdad que a veces era desobligado pero podía cambiar para él. Con esas ideas en mente logró dormirse.

 

Saga escucho que la puerta de su casa se abría, así que su hermano ya había regresado. Lo vio dirigirse a su recámara casi sin hacer ruido.

--Kanon.

--Saga ¿me estabas esperando?

--A decir verdad, si. Solo quiero saber donde te quedaste anoche.

--Con Mu.

--Ya te dije…

--Ni siquiera empieces, para tu información me quede en el sofá, no paso nada.

--¿Nada?

--Nada, Mu me dejo en claro que no quiere una relación conmigo.

--Bueno, veo que no tengo que preocuparme por él.

--¿Y a ti como te fue?

--Bastante bien, Shaka se fue hace unos momentos.

--Que mejor que no regrese entonces. ¿Ya desayunaste?

--Comí algo.

--Entonces voy a desayunar.

Cuando Kanon abrió el refrigerador algo llamó su atención.

--Saga ¿Qué desayunaron?

--Solo tome leche ¿Por qué?

--Por nada.

Supuso que Shaka había desayunado algo también y por eso la falta de comida y dejo a un lado esas ideas, además tenía algo que decirle a su hermano, para tenerlo de buen humor se apresuró a preparar pan francés.

--¿Quieres desayunar conmigo Saga?

--¿Qué preparaste?—preguntó al mismo tiempo que entraba a la cocina.

--Pan francés.

--Con gusto te acompaño.

Le sirvió y lo dejo que se preparara primero su plato, cuando iba por la mitad decidió que era momento de preguntar.

--Quiero pedirte un favor Saga.

--¿Qué cosa?

--Necesito que me des trabajo.

El gemelo dejo de comer y se le quedo mirando con cuidado a su hermano, la había ofrecido antes que trabajara con él pero se había negado, y de repente le pedía que lo empleara, algo tramaba.

--¿Por qué quieres trabajar?

--Para establecerme, siempre me dices que debo hacerlo.

--¿Solo por eso?

--¿Por qué más? Además ando bajo de fondos.

--¿No tiene que ver con Mu?

--Claro que no.

Eso era una mentira y los dos lo sabían, Kanon había pensado que si tenía una oportunidad de conquistar al de cabello lavanda era estando cerca de él, le demostraría que podía ser responsable y formal y que podía tratarlo bien si se lo permitía.

--De acuerdo—dijo Saga—Veré lo que puedo hacer para que entres, aunque te advierto que no voy a perderte de vista.

--Gracias, te prometo que no te vas a arrepentir.

--Eso espero Kanon.

Terminaron de desayunar y comentaron los planes para solicitar un empleo, así como lo que debería hacer en la oficina, el menor acepto, tan solo pensaba en lo que podría lograr si se mantenía firme en ese empleo. Por su parte Saga seguía sin estar convencido de que fuera buena idea tener a su gemelo cerca pero si eso ayudaba a que centrara su vida y ajustara sus metas, no le pareció tan malo después de todo.

 

Shaka tuvo un día algo pesado a media semana, para empezar recibió una llamada que no le agrado en lo más mínimo.

--¿Shaka?--Hola Misty ¿Cómo estas?--Bien pero te tengo noticias.--¿Qué sucede?--Hubo un problema con tu pedido.--¿Problema? ¿Qué clase de problema?--Se rompieron dos cajas de tu mosaico.

--¿Qué? ¿Cómo sucedió?

--No lo se pero ya pedí que lo reemplazaran, lo tendrás en unos días.--¿En unos días? Eso va a atrasar todo mi trabajo.--En verdad lo siento pero no hay nada más que yo pueda hacer.--De acuerdo, solo espero que a los siguientes no les pase nada. Nos vemos.--Nos vemos.

Cortó la comunicación tan solo para recibir otra llamada.

--¿Shaka?--Si.--Habla Argol.--¿Qué tal?--Es por el trabajo que me pediste, no puedo terminarlo.--¿Por qué?--Hubo un problema en el departamento de arriba, se rompió una tubería y dañó el techo, tenemos que esperar que el electricista revise de nuevo antes de poder instalar la araña.--No es posible.--Lo siento pero no podemos trabajar hasta estar seguros de que no hay problemas.--Bien, dile a los demás que tienen tiempo libre hasta nuevo aviso.--Les diré, hasta luego.

--Adiós.

Shaka se sentía bastante frustrado con las noticias, detestaba los contratiempos, lo hacían sentir que no estaba en control de lo que sucedía, y eso le desagradaba demasiado, intento calmarse pero no pudo, paseaba nerviosamente por su casa, golpeaba con la punta de sus finos dedos la mesa, entró a la cocina pero reunió fuerzas y salió, entonces pensó en llamar a Saga, eran pareja, así que no veía ningún problema en que lo apoyara en esos momentos, sabía que no eran problemas sin solución pero aún así a él le parecían verdaderas tragedias en esos instantes.

--Buenos días—le contestaron en recepción.

--Buenos  días, comuníqueme con Saga de bienes raíces por favor.

--Lo lamento, se encuentra en una junta importante en estos momentos, no puedo comunicarlo, si desea puede dejarle un recado.

Shaka solo lo pensó un instante.

--No, no es importante, gracias.

Y sin más colgó. Su ansiedad se hizo mayor con ese incidente, dio un par de vueltas más por la casa, respiraba con fuerza, por un momento le pareció sentir escalofríos, quiso controlarse pero no pudo resistirlo más. Fue al cajón de su escritorio que contenía dulces, lo abrió de un solo movimiento y empezó a romper envolturas, casi sin tomarse tiempo y sin mirar siquiera que era se comía los dulces que tomaba, llevaba los empaques directamente a su boca, apenas si los saboreaba, parecía que comer en ese momento le era tan necesario como respirar, se detuvo por un instante, solo para recuperar el aliento, pero su necesidad no había disminuido, fue a la cocina y abrió el refrigerador, primero sacó fruta, de manera compulsiva se llevo a la boca fresas, uvas, higos, apenas si se tomaba tiempo para masticar y no ahogarse, ni siquiera parecía importarle que parte de la comida cayera al piso, entonces sacó un envase de yogurt, se lo llevó a la boca y sin más empezó a beberlo, aunque parte le escurrió por el rostro y quedo en el suelo, hizo a un lado el envase sin miramientos, tomó una tarta rellena de cerezas y prácticamente la devoró, tanto como pudo pues parte también termino en el piso por su desesperación, siguió así, simplemente no podía dejar de sacar comida y llevársela a la boca aunque apenas si supiera lo que probaba y dejara parte por todo el lugar. Finalmente no pudo más, sentía la respiración sumamente agitada y su corazón latía muy rápido, además le dolía la cabeza, eran como punzadas que la atravesaban, se quedo sentado en el piso, casi temblando, miró sus manos llenas de restos de comida y sintió que tenía en el rostro y sobre la ropa pero se quedo muy quieto, no intentó limpiarse, paso un largo rato para que se tranquilizara un poco pero solo venía lo peor, era un acto reflejo en él, sintió un fuerte espasmo en el estómago, se levanto aprisa y fue al baño, se recargó contra el inodoro y empezó a vomitar, era algo violento en su cuerpo pero no podía evitarlo, cuando termino se esforzó por calmarse, le dolía mucho cada vez que lo hacia y sin embargo no podía evitar actuar de esa manera, su corazón latía con más fuerza y esa era una de las ocasiones en que le pareció que iba a desmayarse, últimamente era más frecuente la sensación. Al final logró incorporarse aunque un poco mareado, respiro profundamente, vio el lugar.

--“Debo limpiar enseguida”—pensó.

Puso manos a la obra, siempre que sufría de uno de esos ataques limpiaba cuidadosamente lo que hacía, al principio le parecía que si todo estaba limpio era como si no hubiera sucedido, sin embargo, las últimas veces, parecía no tener más ese efecto, pero de todas formas lo hacía. Cuando termino con el baño fue a la cocina, vio la comida y los envases que habían ensuciado el suelo, aparte de lo que había dejado tirado en la mesa, procedió a limpiar cuidadosamente hasta que todo quedo impecable. Fue al escritorio, había envolturas, algunos dulces tirados, migajas de galletas, recogió hasta la última miga y dejo todo como si nada hubiera pasado, le gustaba pensar que así era, que nada malo ocurría.

Sentía una extraña sensación en el pecho, como un cosquilleo pero el dolor en su estómago era fuerte y dejo a un lado lo demás, se sentía más tranquilo después de un rato, lo suficiente para tomar un largo baño.

Una vez debajo del agua se lavó a si mismo con fuerza, como si quisiera estar limpio de lo que se hacia a si mismo; cuando termino fue a su recámara a vestirse, mientras sacaba ropa se vio como de pasada en el espejo de cuerpo completo que tenía en un rincón pero no quiso seguir mirando, tenía la impresión de que algo estaba terriblemente mal con su físico, no se gustaba, por eso no le agradaba verse sin ropa, prefirió apagar la luz para no tener que observar su reflejo al vestirse. Una vez que estuvo listo salió de la habitación y recibió una llamada.

--¿Si?--¿Qué haces Shaka?--Saga ¿ya termino tu junta?--Hace unos minutos ¿me llamaste?--Si pero no quise interrumpir.--¿Quieres que nos veamos cuando salga?--Por supuesto ¿Qué quieres hacer?--Podemos ir a cenar y después a donde tú quieras.--Mejor primero adonde yo quiera.--De acuerdo, te veo entonces.

--Hasta entonces.

Terminó la llamada y se quedo pensando ¿Qué sucedería si Saga se enteraba? Pero de inmediato hizo esa idea a un lado, no había razones para que se enterara, no tenía que saberlo, si no descubrió lo que paso en su casa no se daría cuenta del resto. Recordó que después de su declaración se sintió súbitamente tenso, más aún cuando acarició su espalda, apenas si pudo contenerse hasta que se durmió, fue cuando se levanto y comió lo que encontró a mano, las fresas y las patatas, además de otras cosas, su ansiedad bajo un poco pero no tardo en sentir esa necesidad de vomitar, por eso había limpiado y parecía que él le había creído lo que le dijo, aunque la gente siempre se mostraba dispuesta a creerle por más sospechosa que pudiera parecer su conducta. Después de cierto tiempo fue a la cocina y se preparó un te, siempre era deliciosa la sensación de algo tibio después de sus ataques, se decidió a que lo mejor era prepararse para su cita con Saga, así que dejo todo a un lado y se dispuso a ser el joven que siempre mostraba ante los demás.

  Continuara...
Notas finales: Ojala les interese como va la historia y me envíen comentarios, de antemano gracias.

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