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Pasos en falso por wiccangel

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Notas del capitulo:

¡Siii! tercer capi, cada vez me emociona mas, en este capitulo van a conocer un personaje muy sexy n_n y los que me conocen saben que mi en inconcinte me engaño para incluirlo. Espero les guste.

Capitulo 3: Despertó.   

En la cafetería del hospital se escuchaba mucho barullo, sobre todo a la hora de la comida, se miraban  batas blancas mezcladas con uniformes azules yendo y viniendo, ademas de personas con ropas normales haciendo fila para comprar alimentos y buscando mesas para sentarse y “disfrutar” la comida de hospital, detrás de la bulla se oían celulares timbrando a diestra y siniestra por todo el lugar y en una de tantas mesas sonó un celular el cual contesto un lindo rubiecito  

–¿Hola?, mama, ¿Cómo estas?- dijo sonriendo el chico dándole un sorbo a su café recién servido 

–Bien cielo, ¿Cómo están ustedes?-se escucho en el otro extremo de la línea  

-pues seguimos esperando que despierte la chica, ademas estoy buscándole nombre para poder llamarla de algún modo- contesto mientras vaciaba un nuevo sobre de azúcar en su vaso, siempre lo regañaba su gemela por eso pues al el le encantaban las cosas de verdad dulces.

 -amor, vamos para allá, tardamos un poco pero regresamos lo mas pronto que pudimos- se disculpo la femenina voz 

-esta bien mama, aquí los esperamos, estamos en el cuarto 198, cuídense- se despidió el menor al tiempo que su celular vibraba avisándole un mensaje de texto que se leía “ya despertó”  

***  Un rió algo profundo...me duele la cabeza...el llanto de un niño...mis costillas crujen...un grito... la boca me sabe amarga...Diego...no puedo mover el cuello...Diego...Diego... 

-¡Diego!-grito la morena despertando bruscamente con la reparación y el pulso acelerados  Hacía ya dos días desde que la chica despertara y ahora entre sueños comenzó a farfullar palabras inentendibles logrando que la joven rubia se acercara más hacia su rostro tratando de entender  

–Oye, calmate- de dijo en un susurro, cerca del oído, pero salto hacia atrás al ver a la morena levantarse sorpresivamente de la almohada   

–¡cuidado! Te vas a lastimar- dijo Lia espontáneamente al ver a la chica levantarse luego de haber estado murmurando entre sueños intentado despertar; la pelinegra tardo en reaccionar y ver el lugar en donde se encontraba ademas de recordar todo lo que le dolía,

 -haayy!-se quejo tomándose la cabeza con una mano, justo entonces entro una figura masculina imponente cubierta con una bata blanca larga y un expediente en bajo el brazo,

 -¿acaba de despertar?- le pregunto a la rubia la cual aun estaba en un estado de shock al ver esa figura tan imponente frente a ella, estaba un hombre de unos treinta años, cabello castaño, ligeramente largo, con una barbilla partida y mandíbula marcada que le daba un porte muy elegante, bajo el cabello castaño brillante se podían observar unos ojos pardos muy claros que le daban un toque felino que combinaba perfectamente con sus movimientos, lo que lo hacia transpirar sensualidad a cada paso.  

-...?- 

-perdón, ¿Cómo dijo?- respondió por fin Lia al oír que el doctor volvía a decirle algo

 –¿que si acaba de despertar su familiar?, es su familiar, ¿no?- dijo el mientras revisaba el expediente revolviendo los papeles y deteniéndose en uno de tantos  

–no, ella no es mi familiar, nosotros la encontramos junto al rió cerca de nuestro rancho- termino por decir mirando alternativamente hacia la encamada y hacia el galeno, esperando alguna reacción, de cualquier lado.

 La morena comenzó a mirar a ambos y de pronto recordó detalles al despertar anteriormente, recordar algo acerca de cuidarla, su mano seguía deteniendo su cabeza como si esta se fuera a caer por exceso de peso, pero los dedos recorrieron parte de su rostro sintiendo las heridas que cicatrizaban en su parte izquierda.  

–Señorita, soy el doctor Julián ¿Cómo se siente?- la interrogo el hombre de blando mientras apuntaba con una luz hacia sus pupilas, no se había dado cuenta cuando se acerca a ella pero se molesto al sentir la mano de este sobre su hombro  

–me duele...-pudo susurrar tan bajito que solo el doctor pudo escucharla, el doctor asintió, mientras que la rubia trataba de escuchar, mientras que tomaba su celular y escribía rápidamente en el, por fin termino de revisarla y le explico que estaría ahí por unos días mas para mantenerla en observación, los golpes mas severos eran en su tórax por lo tanto estaban revisando constantemente sus pulmones sin descuidar las lesiones en la cabeza.  

La rubia solo asentía mirando con mezcla de alivio y preocupación hacia la cama, donde la convaleciente seguía observando su alrededor con ojos de consternación, el doctor tomando sus papeles, decido a retirarse ya le dio una ultima indicación a Lia  

–por el momento va a estar algo confusa-dijo mientras volteaba a verla

-después regresare para hacerle algunas preguntas, pero me gustaría que comenzara usted tratando de hablar con ella y que le diga acerca de su familia o de lo que le sucedió, ¿de acuerdo?- termino, haciendo énfasis en la ultima pregunta pues la chica parecía mas concentrada en cuidar a su paciente, haciéndola reaccionar con ese tono de voz, solo termino por asentir nuevamente,  

-bien, con permiso- dijo el galeno girando sobre sus talones dispuesto a salir cuando alguien intentaba entrar en el mismo momento, produciéndose un choque algo estruendoso.  

-¡pero que...!-grito el doctor al ser despedido hacia atrás unos pasos perdiendo el equilibrio sin llegar a caer pero soltando la carpeta con el expediente provocando un estruendoso ruido, mientras el rubio despistado malabareando su café fue empujado sobre un carrito de limpieza que dirigía por el pasillo en esos momentos un desafortunado empleado, cayendo sentado derramando su café sobre su camisa gris sintiendo el calor de la bebida quemarle el pecho y sus pantalones mientras gritaba  

–¡hay, caliente, diablos, esta caliente, hay!-abanicándose con ambas manos terminando de tirar lo que se sostenía en el pequeño vehículo haciendo aun mas grande la escandalosa escena. 

Lia se quedo pasmada sin saber si ayudar a su hermano, comenzar a levantar todo el desastre o soltarse a reír en ese momento, pero la risa decidió por ella al ver la cara de puchero de su gemelo aun soplando sobre la mancha de café sobre su ropa. 

-ja, ja, ja, ja, ja, ja- riendo hasta las lagrimas se acerco a su hermano para ayudarle a levantarse-ja, ja, ja, Ricky, ja, ja, ja, ¿estas bien?, ja, ja, ja- extendiéndole la mano, hermano solo la miro con cara de enojo por un momento, hasta que una chispa brillo en sus ojos y se soltó en carcajadas el también, tomándole la mano parándose, sacudiendo su camisa mientras la rubia recogía los utensilios caídos del intendente sin dejar de reír, ambos se habían olvidado del otro afectado hasta que se escucho  

–Que mal y hoy que no traje otra bata- dijo con tono de fastidio, los gemelos se giraron para ver el medico con una gran mancha justo en medio del pecho, ambos se quedaron mudos y se miraron al mismo tiempo  

–Hay! doctor discúlpenos por favor, mi hermano suele ser muy distraído- dijo Lia afligida tomando un pañuelo para entregárselo  

–Si, lo siento, soy muy distraído, debí fijarme por donde iba- dijo angustiado el joven juntando apresuradamente los papeles que quedaban tirados  

-si, ademas a veces es muy torpe al caminar-continuo hablando la melliza  

–si, a veces... ¡oye! –respingo el chico frunciendo el seño a su hermana, cierto, se estaban disculpando pero eso no incluía una denigración para su hermanito menor.

 -esta bien-dijo sonriendo el galeno-a mi no me quemo, por tener la bata puesta- pero otra vez lo estaban ignorando, vio con gracia como el rubio ahora peleaba con su hermana mientras sostenía el resto de los papeles que él no había terminado de juntar y se fijo en sus ojos muy parecidos a los de su hermana, verdes mezclados con tonalidades color miel que se enmarcaban con unos finos pero a la vez masculinos rasgos de su rostro, muy lindo sin duda para ser hombre.

 El galeno parpadeo cuando escucho la voz de la jefa de enfermería

 -¿Qué sucede aquí?- dijo levantando la voz haciendo que los chicos dejaran de pelear y se quedaran callados ante esa figura que imponía temor al escucharla y verla; la jefa era una robusta mujer ya mayor, con cara de disgusto permanente, que no le gustaban las disfunciones en su servicio, pero que Julián sabia que cuando la conocías tenia un gran corazón.

 -no paso nada, jefa-le dijo el doctor al ver que los gemelos se intimidaron ante esta

–solo que me tropecé con el joven y lo tire a el junto con su café- suspiro apesadumbrado recordando que no tenia un nuevo cambio de uniforme, todavía tratando inútilmente de limpiar la mancha con el pañuelo

 -¡doctor Julián!-grito la enfermera al ver el estado del chico- nunca cambia, ¿verdad?, présteme su bata para ver que podemos hacer- dijo esta con un tono de fingida molestia sonriendo al mismo tiempo.

 Sin pensarlo Julián se la quito dejando ver su estilizada figura, vestía un pantalón negro de vestir con una camisa roja de seda y zapatos negros impecables y su estatura de 1.85 lo hacían ver aun mas soberbio, ante esto los hermanos se sonrojaron, de verdad que era una vista impactantemente bella, en ese momento Ricky se dio cuenta de lo apuesto que era el medico, el susto le había impedido fijarse en ese detalle.

 El doctor se dio cuenta de la mirada de los jóvenes hacia el y el leve sonrojo en sus mejillas, sonrió, la chica era muy linda pero el era homosexual descubriendo sus gustos desde su adolescencia.  

La jefa tomo la prenda y saliendo con ella, comenzó a enviar a todos los curiosos de regreso a sus habitaciones y ayudando con los últimos menesteres al tipo del carrito de limpieza, enviándolo al cuarto 192 para un nuevo paciente.  

Luego de que se fue la jefa el medico tomo la carpeta ahora vacía del expediente, mientras guardaba las hojas que había podido levantar el mismo, los muchachos al ver esto se acercaron presurosos a entregar los demás, Julián sonrió, tomándolos los guardo dentro y haciendo la seña de retirarse vio el vaso de café junto a la puerta, lo levanto, se acerco al rubio y después de tomar un poco de la bebida con el dedo, la saboreo y dijo sonriendo  

-caliente y muy dulce-dijo con una mirada coqueta hacia el rubio,- tal como me gusta- termino y salio de la habitación, dejando el vaso en manos un Ricky, completamente sonrojado.

 ** 

Con todo el desastre que se hizo todos olvidaron a la paciente de esa habitación hasta que se escucho una risa mal contenida, los hermanos se giraron para ve a la pelinegra sentada en el borde de la cama cubriéndose la boca con una mano.  

La rubia saliendo de su sorpresa comenzó a reír igual, mientras se acercaba a la chica, al tiempo que Ricky recordó que sostenía en sus manos el vaso de café ahora vacío y las palabras del doctor volvieron hacer eco en su cabeza aumentando el sonrojo en su cara, paso saliva y se acerco también a la cama.  

-¿te sientes mejor?-le pregunto Lia aun sonriendo  

-un poco mejor, si-respondió la morena levantando el rostro y bajando la mano para sostenerse mejor

–ya no duele tanto-conteniendo todavía algunas risas al volver a ver al chico frente a ella, a lo que el mellizo trato de cambiar el tema para olvidar el incidente por un momento.  

-¿Cómo te llamas?-inquirió aun sonrojado-llevas aquí mas de una semana y no sabemos nada de ti-le aseguro mientras se sentaba en el otro extremo de la cama.

-¿mi...nombre?-tartamudeo la chica, -mm...no estoy segura- termino diciendo con una mueca de miedo en sus ojos.

 

Notas finales: ¿que tal?¿no es lindo? Bueno, no se desesperen, en los siguientes capis, ya aparecera algo de lemon ^^. En cuanto a el pasado de los personajes, tambien sera un poco mas adelante. ¡Espero sus reviews!

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