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:::ANGEL::: por Lady Yuuko

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Notas del capitulo: Mmh... ya va, en este segundo capi ya salimos de lo que era "el pasado" y empieza la historia central, en la actualidad... espero que no sea muy enrededado n_n

 

Después de ese primer beso, se nos hizo una costumbre reunirnos casi todos los días, dentro del campamento teníamos una especie de lenguaje secreto cuando nos queríamos comunicar a qué hora nos reuniríamos a solas, o si nos escapábamos en la noche para salir un rato. Pero mi historia con Adrienne no fue tan perfecta, porque de haber sido así, no nos habríamos separado; yo solo deseaba estar a su lado, pero el destino nuevamente diría otra cosa...

Agosto, 2002...

- Otra vez estás castigado Adrienne... ¿qué hiciste ahora? ¿Otra vez te agarraron robando?

- No, golpeé a un chico

- ¿Y por qué?

- Estaba aburrido y comencé a hacer apuestas con mis amigos... "A que no golpeas a ése" me dijeron y lo hice...

- Ese es tu problema, siempre tienes que andar demostrando valentía ante esos amigotes tuyos

- Soy una persona orgullosa... es lo único que tengo... - lo quedé observando, no se parecía en nada al Adrienne que una vez conocí... Me acerqué y tomé suavemente su mentón para estamparle un dulce beso en los labios, él se incorporó y me alejó de su rostro

- ¿Qué pasa?

- Kôji, tú me vas a querer pase lo que pase?

- ¿Por qué preguntas eso?

- Solo júrame que nunca me dejarás de querer...

- No me gusta jurar... quien sabe si después no puedo cumplir aquella promesa...

- ù.ú... n_n Si me dices que sí, dejaré que hagas lo que quieras con mi cuerpo...

- O.o ¡Y crees que me gusta esa idea! ¡No seas tonto!

   Adrienne se puso de pie y se quitó la sudadera, lanzándomela a la cara, yo solo lo miraba perplejo, estaba loco si pensaba que yo haría "algo" con aquel crío...

- ¿Qué haces?

- ¿No quieres tenerme? - preguntó pasándose las manos por el pecho y luego bajando por su abdomen

- No, no quiero tenerte O.o... al menos no dentro de 3 años, cuando estés un poco más crecidito vuelve a intentarlo...

   Adrienne se molestó con la última frase y se lanzó sobre mí, yo me defendí creyendo que me iba a golpear, pero el único ataque que recibí fueron sus besos por toda mi cara y de inmediato yo se los repetí a él... luego buscó mis labios y nos dimos un apasionado beso que duró por varios minutos, yo acariciaba su encantadora espaldita desnuda... De pronto una sensación extraña me embargó y me separé violentamente de él.

- ¿Qué te pasó? ¿Te mordí, hice algo mal? - preguntó inocentemente

- No es que... no es nada... - Adrienne baja la vista y observa mi pantalón y mi problema...

- ¡Se te paró! - exclamó entre risas

- ¡¡Para la otra lo gritas con altavoz!! ¡¡Cállate!!

- ¿Y que harás?

- No sé. Esperar a que se me pase...

- No es cuando en estos momentos uno se debe correr una buena..?

- ¡Sí, pero yo no haré eso!

- ¿Por qué no? ¿Te da vergüenza? ¡A mí me gustaría ver como te masturbas! - Insistió y se lanzó sobre mí, sentir su cuerpo rozar de esa manera con el mío me hizo peor...

- ¡¡Aléjate!! Mmh... me pones peor, no estás ayudándome

- ¿Se te paró más?

- ¡Cállate! No hables así!! ù///ú

- Yo... yo puedo ayudarte a que se te baje - me susurró mientras metía su mano debajo de la tela de mi pantalón

- ¡¡Hey, hey!! Cálmate!! ¿Qué mierda te pasa?

- u///u Yo te podría masturbar...

- O.o Estas loco...

- Sé que soy muy joven para que lo hagamos, así que al menos podría ayudar a darte...

- ¡¡Te he dicho que no me gusta escucharte hablar así!! ¡¡Eres un mocoso y odio cuando te pones así de agrandado!!

- Y tú eres muy cortado... - Me respondió, y terminó por meter su mano bajo mi ropa interior, aprisionó mi sexo con su helada mano, se la aparté con un palmetazo

- ¡¡Te dije que no me tocaras!!

- ¿Estás seguro que cuando crezcamos si me aceptaras?

- ¬¬U ...Siii...

- n_n ¡Juremos que nos vamos a amar para siempre!

- Eh, si... ya lo hice...

- ¡No! - Adrienne entrecerró sus cejitas mostrándose muy molesto - ¡Un juramento en serio, donde de verdad nos comprometamos a amarnos el uno al otro por toda la vida!

- O.o... Ya, está bien - tomé sus manos y las apreté con las mías - Adrienne, te prometo que te amaré por siempre

- Y yo... - ahí me asusté, porque de su bolsillo trasero Adrienne sacó una pequeña navaja que siempre lleva con él, "regalo de su madre" , me comentó una vez. Él la cogió y se hizo un gran corte en el brazo.

- ¡¡Que te pasa, estás loco?!!

- Es que quiero hacer un pacto de sangre... - la herida enrojeció y comenzó a brotar el rojo fluido - ....solo será un pequeño cortecito para ti, ya que eres más gallina... - ...Adrienne tomó mi mano y me hizo una cortada en el dedo pulgar, luego puso aquel dedo sobre su herida - Ahora nuestro juramento nadie lo podrá romper, nadie! Ni nosotros mismos

- E.. eso no era necesario Adri

- Oh, si, si lo era... ò_ó ¡Te amo Kôji Sakurada!

- O.oU ...

- n_n Ahora podrás hacer conmigo lo que quieras

- Ya te dije que no haré nada...

- Si alguna vez hago algo estúpido, me lo perdonarás, ok? Ya me prometiste que me amarías pase lo que pase, entonces también vas a perdonar todos mis errores

- Hoy has estado hablando muy raro... - Adrienne volvió a apegarse a mi, hundió su rostro en mi pecho y con voz triste me confesó:

- Tengo miedo Kôji...

 

   No supe que le pasaba a él hasta esa misma noche, todos ya estábamos en nuestras cabañas durmiendo cuando un chico fue a golpear a nuestra puerta, Gabriel fue a abrir. Éste después de hablar con él un rato fue a levantarme de la cama.

- ¿Qué pasa?

- ¡Levántense, afuera está pasando algo grueso! ¡Vamos todos a mirar!

- ¿Qué te dijeron?

- ¡Parece que pasó algo grave, hasta vendrá la policía!

   La curiosidad me venció y me levanté junto a los otros chicos del cuarto para ir a mirar que sucedía, no solo había una patrulla de policía, también una ambulancia. Le pregunté que pasó a uno de los chicos que había llegado antes al lugar, justo en eso vi que sacaban a uno de nuestros encargados en una camilla y lo subieron a la ambulancia.

- ¡Se metieron a robar a la oficina donde guardaban el dinero del campamento! Hirieron a uno de los cuidadores...

- ¿Quién fue?

- Agarraron a dos de ésos que venían de una casa de menores...

   Por un instante la mente se me congeló y la imagen de Adrienne fue lo primero que se me vino a la cabeza, en eso salió un policía acompañado de los dos personajes que habían mencionado, me sentí aliviado al ver que ninguno era mi amigo. Volví a la cabaña primero que todos, pero al entrar a ella alguien me tomó por detrás y me tapó la boca, era Adrienne...

- ¡¡Kôji!! Debes ayudarme!

- ¿Qué haces acá?

- ¡No prendas la luz! Debes ayudarme a escapar de éste campamento...

- No, no me digas que tú estabas metido en eso del robo y...

- Si, yo estaba, pero no hice nada malo... en serio, me van a culpar porque el arma era mía, pero soy inocente!

- Adri, en serio no fuiste tu?

- ¡Claro que no! Te lo juro...

- Te creo... vámonos, los chicos llegaran en cualquier momento, debes salir de la cabaña... - Después de decir esto nos dirigimos hacia la puerta y yo rápidamente prendí el interruptor de la luz, al ver a Adrienne no pude evitar lanzar un grito, su camiseta estaba bañada en sangre, al igual que su rostro

- ... Yo...

- ¡Tú si fuiste!... con tu navaja, no??

- Es que... no sabía que hacer y... ¿no se murió, cierto?

- Yo no puedo ayudarte, Adrienne

- Por favor...

- Lo siento mucho... te amo Adri, espero que me perdones...

- ¿Ah? - Cogí el silbato que siempre colgaban tras la puerta por seguridad y pité con todas mis fuerzas, en cosa de segundos aparecieron los encargados y un grupo de chicos, y también un policía...

   Adrienne me miraba sin poder creer lo que yo acababa de hacer, me puse a llorar y sus ojos se llenaron de lagrimas de igual manera. "Lo siento" le susurré mientras el policía le quitaba el arma y se lo llevaba hacia la patrulla. No se como, pero logró zafarse de éste hombre, corrió hacia mi, y me abrazó, fue por solo un segundo, pero para mi fue una eternidad aquel instante que me rodeó con sus brazos y me dijo suavemente "yo también te amo". La culpa de haber hecho lo que hice desapareció en aquel momento, sentí que él me había perdonado y cuando ya estaba dentro del auto de la policía, nuevamente me acerqué a él y golpeé la ventana.

- Adrienne...

- ¡Kôji, te prometo que apenas salga de ésta, te voy a buscar...!

- ...Es, está bien... te esperaré

- ¡Y acuérdate del juramento!

- Sí, lo haré... todos los días... - La patrulla encendió sus luces y partió, lo último que vi de Adrienne era su cabeza que volteaba para poder mirarme, me sonrió y levantó una mano despidiéndose... Aquel fue el último recuerdo de la persona más especial en mi vida...

   Kôji finalizó de escribir, cerró el libro y posó su cabeza en el helado vidrio de la ventana, el verano había acabado, comenzaban las primeras lluvias y él iba en un bus de vuelta a Manchester, aun con la tristeza por haberse alejado nuevamente de Adrienne, cerró sus ojos y recordando la encantadora sonrisa del chico que amaba y la promesa que le hizo,  se quedó profundamente dormido.

 

*   *   *   *   *   *

 

Londres, en la actualidad.

 

   "Lo que faltaba, que se pusiera a llover y yo sin paraguas... nunca más iré a ese horrible barrio..."

   Ya pasaron cinco años de éste ultimo acontecimiento... Kôji se había convertido en un apuesto joven que irradiaba aires de elegancia y simpatía, su apariencia no había cambiado mucho, a diferencia de su personalidad, ya que con el tiempo, se hizo más despreocupado y superficial... Ya poco o nada se acordaba de Adrienne, para él solo fue una bonita época en su niñez que creía mejor olvidar, pero el destino le tenía otra vez, una sorpresa...

 Ya era muy entrada la noche y estaba solo y completamente perdido en aquella parte de la ciudad, había llegado a Londres hace solo un año por sus estudios. Kôji estaba a punto de levantarle la mano a un taxi, cuando alguien lo detiene tocándole el hombro. Era un chico más joven que él por apariencia, de cabello azul y por su rostro se veía que estaba borracho o drogado. Lo mira un rato como si lo conociera. El taxi se le fue y Kôji ya bastante molesto se sacó una moneda del bolsillo y se la tiró despectivamente, pero el chico no se movía de ahí...

- Disculpa, ¿necesitas algo?

- Asssí... que... tú eres Kôji?

- O.o ¿Te conozco de alguna parte?

- Tú no me conoces a mi, pero yo a ti si... y te odddio!

- Mira, es muy tarde y ya me hiciste perder un taxi, no molestes... - Kôji se apartó del extraño peliazul, pero dado unos pasos se dio cuenta que el chico lo estaba siguiendo, se dio vuelta enojado- ¡¿Qué quieres?! ¿Más dinero?

   El muchacho sonríe, dibujando una sonrisa burlesca y casi malévola en su rostro.

- No eres gran cosa... solo quería conocer... a mi rival...

- Ah?

- ¡Bastardo!

    Kôji nuevamente se dio media vuelta ignorando al muchachito drogado y se metió por un pasaje poco iluminado para esquivarlo... "Pareciera que todos los locos salen de noche...", pensó.  Sin embargo, sentía aun la presencia de éste, lo estaban siguiendo, el pelicastaño se metió entre varios callejones para despistarlo, pero fue aun peor, porque cuando ya lo habían dejado de seguir, se dio cuenta que estaba completamente perdido. Era un callejón oscuro y para alguien como Kôji, que solo conocía las partes "bonitas" de la ciudad aquello le puso muy nervioso... "Voy a llamar por celular a Donna para que venga a buscarme" se dijo mientras sacaba el aparato: mala idea, en un par de segundos dos tipos se aparecieron, uno le arrebató el móvil mientras el otro le acercaba un enorme cuchillo al cuello.

- ¡Dame todo lo de valor que lleves!

- P, po, por favor no me hagan daño... tomen lo que quieran... - imploró tembloroso mientras alzaba las manos.

   El mismo tipo del celular metió su mano en el bolsillo trasero del chico para sacar su billetera, en un segundo que éste se distrae Kôji le da un puñetazo al del cuchillo y sale corriendo hacia una avenida iluminada, pero los tipos nuevamente lo cogen a los pocos metros, estaba a punto de recibir una puñalada cuando una curiosa chica vestida con un kimono golpea al hombre con una certera patada en la cabeza que lo deja inconsciente, al otro lo tenían agarrado entre tres mujeres un poco más allá. Un chico que parecía ser el único varón de aquel grupo se acercó al tipo que estaba siendo sujetado y sacando una navaja la acercó peligrosamente en su cuello.

- ¡¡Lárgate ahora si no quieres que te raje el cuello como a un cerdo!!

- ¡¡Las van a pagar, putas de mierda!!

- "¿Son putas?"

   El hombre intimidado retrocedió y huyó para ocultarse nuevamente entre los callejones, Kôji que continuaba shokeado junto al hombre inconsciente se fijó en la primera chica que lo salvó. Ella le ofreció la mano para levantarse. Se acercó con ella bajo un poste de luz y recién se dio cuenta que la "chica" era un joven travestido.

- ¿Estás bien lindo?

- Eh, si... Gracias por todo u///u

- Un chico como tú no debe andar por estos lugares a estas horas

- Iba a tomar un taxi y después... es una larga historia...

- Ah! Disculpa por no haberme presentado - coloca su mano en posición para que Kôji pueda besarla - Me llamo Sakura n_n

- ¿Sakura? ...Eres japonés? Japonesa, digo...

- O//o Eh, no... es que... bueno de niño o niña, mejor digo, que siento un especial gusto por ese país... yo solo soy inglesa y Sakura es el seudónimo que me puso un buen amigo...

- Ah! Pues yo soy medio japonés! Me llamo Kôji Sakurada, ¡Parecido a tu apodo!

- ¿Kôji Sakurada?

   Al momento que éste dice su nombre y Sakura lo repite en voz alta, el único chico que estaba en el grupo observó mejor a Kôji y salió corriendo despavorido.

- ¡¿Y qué bicho le picó al Gatito?! ¡¡Vayan a buscarlo!!

- ¿Gatito? - preguntó Kôji confundido aun por todo

- El chico que te defendió, siempre está con nosotras... ¡Ahí vienen!

   La fuerte "mujer" traía al jovencito levantándolo del cuello de su camiseta, éste trataba de resistirse de todas formas, sin lograr zafarse.

- ¿Gatito que te pasa? - le preguntó Sakura, pero el chico se quedó mirando hipnotizado a Kôji, segundos después se armó de valor y se acercó a éste.

- ¿Kôji Sakurada, de Manchester?

- Ah? O///o ¿Cómo sabes mi nombre? - preguntó éste aturdido... "Que es esto, el día: "Todos conocen a Kôji?"

- ¿No me reconoces?

- ...

- Soy yo... Adrienne...

 

   Por segunda vez en su vida, Kôji se sorprendía al encontrarse por casualidad con Adrienne, y nuevamente no lograba reconocerlo. Ahora Adrienne lucía una cabellera mal teñida de un rojo muy encendido, peinada de forma desordenada con la mayoría del pelo cubriendo sus enormes y hermosos ojos, éstos se encontraban escandalosamente maquillados de negro y un feo turquesa. El aro de la nariz había desaparecido, pero se le veía una nueva cicatriz en el cuello, aun más grande que la del mentón. Era un poco más bajo que Kôji por solo unos centímetros y de cuerpo se veía más flaco que cuando niño incluso, a un extremo casi enfermizo. Él y Kôji estaban muy ruborizados y no sabían que decirse, Sakura rompió con el incomodo silencio.

- Eeeh... ¿De donde conoces a este chico tan fino, Gatito?

- Él, él... es el chico que buscaba...

- ¡¡Es él!! - Las cuatro rodearon al aludido, con varias exclamaciones de sorpresa - Adrienne nos ha hablado un millón de veces del famoso japonesito que conoció en su infancia... nosotras creíamos que lo había inventado, pero ¡Aquí estás! ¡Tú eres, el famoso Kôji!

- Ehhh... O~oU

- ¡Ah, y pensar que algunos aun no creen en el destino! ¡Ustedes dos deben tener tanto de que hablar! Gatito, hoy no vas a trabajar, vuelve a casa con tu amiguito de infancia y trátalo muy bien!! - Kôji se incomodó al escuchar aquella orden, sobretodo al final de la frase, cuando Sakura le guiñó el ojo a Adrienne

- Pero yo debo irme... - se excusó el castaño

- ¡¡No seas así!! Hace años que no ves a tu amigo Adrienne y así le vas a responder? ¡Anda, vivimos por aquí cerca!!

- O~oU

 

   "No me quedó otra que aceptar... Dios, que lugar tan viejo y repugnante" - pensaba Kôji mirando hacia todos lados, estaba en una casona antigua, compuesta por un larguísimo pasillo y a ambos lados del corredor habían decenas de puertas que daban a los cuartos donde vivían y también atendían los inquilinas.

- Bueno, es mejor que los deje solitos!, Gatito aprovecha de descansar esta noche... si puedes! ¡Y adiós príncipe, eres muy lindo! - se despidió Sakura de ambos, saliendo del cuarto. Adrienne seguía cabizbajo y Kôji de igual forma no sabía por donde comenzar a hablarle.

- Eeh, que loco encontrarte aquí en Londres... Y es más increíble que hayas dejado tu querida Manchester!

- Me mudé el año pasado acá...

- Ah... Son como cinco años, no? Cuanto tiempo... mmh... ya debes tener dieciocho ¿Me equivoco?

- Si... y tú? Diecisiete?

- Sip!

- Y tú... trabajas como...

- Kôji yo... por eso salí corriendo cuando te reconocí, me dio mucha vergüenza que me vieras así... no se cómo me convertí en esto! - Adrienne comienza a sollozar, Kôji espontáneamente lo rodeó con sus brazos

- ¿Desde hace cuanto que te prostituyes en las calles Adri?

- De los catorce

- ¿Y cómo? ¿Qué sucedió desde la ultima vez que nos vimos?

- Yo... estuve unos meses en la correccional, luego me trasladaron a otra ciudad... me metí nuevamente en problemas y otra vez a la cárcel... Cuando cumplí aquel castigo yo ya sabía lo que me esperaba, así que huí de la casa de menores y viví por un largo tiempo en la calle... no recuerdo como pasé de pedirle dinero a la gente que andaba por ahí a subirme a sus autos... Algunos tipos pagaban muy bien y bueno, aquí estoy... diecisiete años y con una vida de mierda, si es que se puede llamar vida... Al menos me alegra un poco el ver que uno de los dos es más normal, lo digo por ti... ¿estudias?

- Ehm, me fue mal en los exámenes de ingreso para la Universidad de Londres y ahora estoy en un instituto donde me prepararán mejor para intentarlo este año otra vez... Quiero estudiar algo relacionado con medicina, me gustaría ser cirujano

- Ah que bien!

- Ahora que estamos a la luz... me fijo que estás muy diferente, casi ni te pareces al Adrienne de antes...

- ¿O,o? Diferente? ¡¡Tan feo estoy!!

- No! solo que tienes un aire distinto en tu rostro, está como... más dulcificado que antes y tu voz ahora es más suave... nada que ver con la voz chillona que tenías

- Kôji, es porque la gente cambia al crecer n_n

- ¿Y esas cicatrices? Veo que la del cuello es... nueva... - Kôji apunta una horrible cicatriz que comienza bajo el mentón de Adrienne y desciende por el cuello hasta perderse bajo la camiseta, quien sabe hasta donde sigue

- Ah, me la hizo Brett

- ¿Quién?

- Es un asunto que no te incumbe n_n

- Es que... se ve muy fea, mucho más fea que esta otra del mentón, que por cierto no se ve tan antigua...

- Si la tengo desde los doce, tú me viste con ella!

- ...¿Quién es Brett?

- Ya te dije, es un asunto privado... Tú... estás hecho todo un hombre, estás alto y... eres muy atractivo o///o

- Eh o///o

- En cambio yo, te debo parecer un asco ¿no? Desnutrido, lleno de cicatrices... convertido en un asqueroso puto...

- ¡No! No hables así de ti!! Adrienne... no seas tan duro contigo mismo... siempre he deseado saber si me perdonaste de verdad por lo que hice...

- Claro que lo hice, fue culpa mía el meterme en problemas, cuando pude haber sido feliz a tu lado

- Para mí es como un milagro volverte a ver después de tanto tiempo

- Y para mí! ¡Para mí es aun más! - Adrienne se lanza sobre Kôji, tirándolo sobre la cama en la que estaban sentados y pone sus labios sobre la oreja de éste - n_n Ahora que estamos juntos nuevamente, ya nadie nos podrá separar... - Kôji al escuchar el suave susurro de Adrienne se descompuso, y lo alejó nervioso de su lado

- Eh, eh... aun estoy un poco alterado con todo esto, Adri, deja que calme mis nervios primero...

- Ah, entiendo... pero hablemos algo más... Emmm ¿porqué me miras así?

- No, no sé... es que aun no me acostumbro a la idea de que hayas terminado vendiendo tu cuerpo... a ti, te gustaban otro tipo de cosas, eras orgulloso

- Cuando vives en la calle tu orgullo dura tres segundos

- Yo... quiero decirte esto ahora, para que no haya problemas después... tengo una novia

- ¡¿Novia?!

- Si, se llama Donna, es una chica que vivía junto a mi casa, justo donde tú vivías antes...

- "Eso si que se llama reemplazar" Ah! que bien por ti...

- Ella está en la universidad y tiene un hermano gemelo, Gabriel, que es mi mejor amigo y está tomando clases conmigo... creo que tú los viste en el campamento del Valle Chew ¿te acuerdas?

- No... no me acuerdo... Yo, no recuerdo mucho de aquellos años Kôji, ni siquiera me acuerdo mucho de lo que pasé contigo

- ¿Cómo es posible? Solo fue hace...

- Sí, pero, cuando estuve en la correccional tuve algunos problemas de salud muy graves... eso junto a otros factores hacen que no recuerde mucho mi pasado

- Oh... lo siento...

- Es triste

- Quizás ahora que estoy yo, puedas comenzar a recordar... yo te ayudaré!

- Bien!... Así que tienes novia n_n ¿Hace cuanto lo es?

- Hace cuatro años que estoy con Donna

- Ahm, entonces va en serio... "El maldito, se puso de novio con una apenas un año después que le juró amor a otro... El tiene su vida, su novia, incluso mencionó a otro chico como su mejor amigo... ¿Entonces que soy yo para él? ¿Solo un recuerdo, un mal recuerdo? ¡Maldita sea!" - Adrienne quiso disimular su tristeza y le sonrío mientras se quitaba del ojo una lágrima que había alcanzado a escapar. Decidido se sacó la camiseta que llevaba y la tiró al piso, los ojos de Kôji observaban atónitos cómo Adrienne se recostaba en la cama y estiraba los brazos hacia atrás, mirándolo de una manera casi suplicante.

- O.o ¿Q, que haces?

- Ven... - Adrienne estiró una mano cogiendo la de Kôji mientras con la otra se bajaba lentamente el cierre de sus jeans, Kôji apartó su mano y se alejó de donde estaba sentado

- Adri... no...

- Mira, digamos que a ti te haré un servicio especial, con todo y gratis! ¿Te parece?

- No podría...

- No tengas miedo, si a algo estoy acostumbrado, es a hacerlo con extraños

- No, entiende que no quiero...

- ¿No quieres tomarme mi amor? En serio no te voy a cobrar, porque contigo no tendré sexo, haremos el amor n_n

- Eh...eh... Adrienne, no te confundas... eh, ¿Cómo que amor?

- n_n Tú eres mi amor... - le aclaró con una dulce sonrisa

- Adri... no me digas que todavía...

- ¿Qué? ¿Tú no?

- O sea... fue hace cinco años y... éramos unos críos... y sinceramente no estoy para nada interesado en ti... ¿Quieres mi amistad?

- ¡¡Yo no quiero tu amistad!!

- ¡Es lo único que tengo para ti! ¡Estabas loco si pensabas que pasaría algo!

- Pero yo creí que...

- Ya te dije, mi único interés por ti es como amigo... - finalizó fríamente Kôji, dejando destrozado y haciendo llorar a Adrienne con esta sentencia, el castaño se dio cuenta de lo brusco que fue y se le acercó para tratar de tocarlo, pero Adrienne lo rechazó violentamente

- ¡¡Ándate!!

- Pero...

- ¡¡Ándate, eres alguien sin palabra!!

- ¡¿De qué hablas?!

- Una vez juramos que nos amaríamos para siempre ¡No entiendes! Y yo cumplí esa promesa y era capaz de esperarte todo el tiempo del mundo, pero tú apareces y me dices que... que no me quieres nada, que ya no te gusto... ¡Tú me dijiste tantas veces que me amabas!!

- ¡¡¡Tenía trece años maldita sea!!! ¡Era un niño que ni siquiera sabía lo que decía!!

- ¡Pero yo sí sabía! Yo... - Adrienne casi ni podía hablar en medio del llanto - ...Kôji yo siempre te he amado, me gustaste desde aquella vez que me defendiste de todos...

- ¡¿Estás bromeando?! Apenas eras un niñito de...

- Si! Y ya me gustabas desde entonces... y después en el campamento, solo me sirvió para darme cuenta de cuanto te amaba, y me mantuve así, soñando que algún día vendrías a rescatarme como en un cuento de este infierno que es mi vida actual... pero veo... que los cuentos de hadas son eso... solo cuentos y la realidad es ésta, triste y horrible... y que el Kôji que idealicé y tanto amé... nunca fue real!

- No... no te pongas así, no me gusta que lloren por mi culpa... Adrienne, lo siento, en serio lo siento tanto...

- Yo lo siento más, te lo aseguro... Sal y no vuelvas más por acá, vale?

- Pero no quiero dejar de verte!

- ¡Pero a mi me hace mal verte! Eres... eres mejor de lo que yo soñaba, tan distinto a mi, eres tan hermoso... volver a verte solo reavivó aun más este amor que siento

- Y si... quizás si me quedo contigo pueda que logres olvidarme!

- ¡¡Eso es imposible!!

- Porque te vas a desilusionar de mi... ahora solo vez mi exterior, pero yo te aseguro que apenas me conozcas mejor, terminarás odiando al actual y verdadero Kôji... - el castaño recogió la camiseta del piso y se la pasó a Adrienne, éste se tocó la cicatriz del cuello y que terminaba en el pecho y luego otra más que tenía desde el estómago hasta debajo del ombligo

- ¿No te doy asco por éstas marcas?

- No...

- ¿Es porque soy puto?

- Tampoco... es solo que ya no siento lo mismo por ti... y no quiero engañarte

- Supongo que eso es mejor a que me mientas

   "En realidad no tengo idea que sucede, durante tanto tiempo pensando en Adrienne que realmente no supe como reaccionar ante encontrarme con él nuevamente y darme cuenta que ya no siento lo mismo por él... Es extraño, no es ni por el trabajo que ejerce ni por su cambio físico, es algo dentro de mí que me hace no quererlo, no sentir absolutamente nada por él... Si ni siquiera estoy interesado en volver a hacerme su amigo, pero si se lo digo ahí si que podría romperlo por dentro... mejor trataré de seguir siendo amable con él y lograr que seamos grandes amigos como antes y sobretodo, lograr que él me olvide de una vez..."

- En todo caso, quiero que sepas que eres muy hermoso, así que no quiero escuchar otra vez eso de que me das asco... ¿Cómo le voy a tener asco a los ojitos más lindos y brillantes de Inglaterra?

   Kôji tomó la mano de Adrienne y la apretó cálidamente, sacando por fin una sonrisa de su melancólico rostro.


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