MI PRIMER NOVIO
By Dark-chan
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Capítulo III. Mío
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Mao se ha levantado de su silla haciendo un ruido molesto con ella y ha golpeado la mesa con las palmas, con la suficiente fuerza para sobresaltar a Brooklin y hacerme cerrar los ojos por lo que ya creía, sería su reacción. No puedo evitar recargarme en el respaldo para prepararme emocionalmente a su próximo discurso o regaño –lo que pase primero- de lo que representa hacer eso con mi novio.
– ¡¿Y te hizo algo el desgraciado?!- me gritó tan fuerte que el peli-naranja se cubrió la oreja con su mano izquierda –No lo puedo creer… le dejo unos días a mi mejor amigo y ve lo que hace. Espera a que lo vea… va a conocerme el infeliz, pero ¿Qué te hizo? ¿Todavía eres virgen, verdad? ¡Verdad!
– Tranquila Mao- no puedo evitar sonrojarme ante su última pregunta –ya les dije que solo me mostró unos dibujos en su habitación, después vimos el jardín y regresamos con los demás.
Al parecer se tranquiliza un poco y se sienta de nuevo con los brazos cruzados, refunfuñando cosas que no entendíamos. Qué ocurrencias las de ella. Salgo de mi trance cuando Brooklin me mira interrogatorio y hasta cierto punto triste, y es cuando comienzo a sentirme incómodo por estar así.
No es para menos, sé que le gusto a mi compañero de clases y no es que no me importe, es simplemente que me lo dijo después de que Kai y yo empezamos con nuestra relación, me sentí muy mal cuando le dije la verdad y aunque solo agachó la mirada y me volvió a gritar ‘Me gustas Rei-kun’ no dejo de pensar en lo mal que ha de estar, desde entonces se ha comportado muy amable conmigo a pesar de haberlo rechazado y después de lo que me hizo…
Entrecierra los ojos en una mueca de dolor, nos quedamos mirando fijamente y puedo ver que trata de decir algo porque abre levemente la boca, sus ojos verdes brillan de una forma casi hermosa, pero es interrumpido de nuevo por la pelirrosa.
– ¿Y que pasó después?
– Nada importante…– me encogí de hombros y dejando de ver a Brooklin a los ojos, cosa que me causó un tremendo alivio –lo terminaron y salimos un rato a caminar, pero comenzó a llover y nos empapamos…- les sonrío para aminorar el tenso momento que se había formado –es por eso que me resfrié, ayer tenía 38 de temperatura y hoy amanecí un poco mejor, pero Rai me dijo que no fuera a la escuela.
– Oh, y sí Rai te dice lánzate por un risco, tú te lanzas ¿No?- ahora si que me ha dejado sorprendido – Hum… no importa. Toma…- me da unos libros –…es la tarea. La profesora de Geometría quiere que hagamos los ejercicios de la página 36 a la 42- y me sonríe pícaramente –Haber… dile a tu novio que te ayude…
– Odio cuando usas ese tono…- la miro con un puchero y me sonríe.
Después de eso no hubo más preguntas de lo que pasó el sábado, me platicaron lo más relevante que sucedió en la escuela y ya sin té ni galletas, se levantaron para irse a sus casas. Miro el reloj que ya marca las 4:30 de la tarde, se supone que Rai llegaría hace diez minutos.
– Cuídate mucho Rei- me abraza mi amiga –y espero que no faltes mañana- me da un beso en la mejilla.
– Sí, muchas gracias por venir.
– Nos vemos Rei-kun- se despide Brooklin, su tono se escuchó levemente frío y eso me hizo sentir aún más culpable –Y… y sí te hizo algo malo…- susurra muy cerca de mi rostro –solo dímelo…- y finalmente se retiran.
Cada día que pasa me sorprende su actitud, cada día después de su declaración no deja de mirarme como sí me gritara que desea que lo quiera a él como ahora siento que quiero a Kai.
Una corriente fría de aire resopla y me hace estornudar, sacudo un poco la cabeza y es cuando finalmente reacciono y me doy cuenta que sigo parado fuera de mi casa. Cierro la puerta y me encamino a la sala, enciendo el televisor con el mando a distancia y me dejo caer en uno de los sillones, pero creo que lo hice muy bruscamente que me dolió en mi… em… ¡me dolió! Y todo por culpa de Kai, si no hubiera hecho eso no me dolería, pero, no pude evitarlo…
Ya no podía evitarlo.
Yo también me estaba excitando… y demasiado…
Después de que me tomó de la cintura y me acercó a su cuerpo, pude sentir que estaba duro, eso me sacó un sonrojo impresionante que traté de ocultar hundiendo mi rostro entre su cuello, pero eso provocó que le saliera una risita divertida. Cuando menos me lo imaginé ya estaba lamiéndome el lóbulo de la oreja muy despacio, podía sentir su lengua delineando delicadamente y sin querer, dejé salir un suspiro lento y muy quedito.
Me acorraló más al escritorio y comenzó a besarme el cuello, para esto yo ya tenía los brazos alrededor de su espalda, ladeando la cabeza a la izquierda para darle un mejor acceso al objeto de su deseo. Sentí sus manos recorrer mi espalda, memorizando, buscando, acariciando… que no supe en que momento había metido las manos dentro de mi camisa. ‘Kai’ fue lo único que dije entes de que subiera su boca, recorriendo mi cuello y buscando mi boca, quería que me besara, lo sabíamos, lo sentíamos, lo necesitábamos, yo tampoco ya no aguantaba más sin probar sus labios de nuevo.
Sacó sus manos y las bajó por mis caderas hasta llegar a mis muslos, no sé como le hizo que me tomó de las rodillas, obligándome a rodearlo con las piernas mientras seguíamos unidos por ese cándido beso. Podía sentir la saliva bajar por mi barbilla y es que ese era el más apasionado que le haya dado.
De repente, comenzó a moverse, para esto yo ya estaba casi sentado en el escritorio, juro que un movimiento en falso me hubiese hecho caer, pero no había problema puesto que Kai no dejaba de abrazarme y yo lo tenía sujeto con las piernas. Dejé de besarlo cuando sentí como se movía y eso me puso más rojo que un tomate, movía su cadera de abajo para arriba, rozándome y haciéndome sentir escalofríos en la espalda, abrí los ojos para mirarlo y noté que tenía un hermoso tono bermellón en sus mejillas, los ojos cerrados y la boca levemente abierta.
Y fue cuando me di cuenta que la temperatura en su habitación había subido considerablemente y bajarla iba a ser dolorosamente exquisito.
Hizo un movimiento que me dejó helado, había rozado demasiado y un gemido salió de mi boca, mismo que traté de callar seguido de muchos más, había encontrado un punto sobre la ropa que me era dolorosamente delicioso y que no dudó en explotar cuando quité mi puño de mi boca para dejarlos salir. No debía gritar, lo más seguro es que sus sirvientes estuvieran cerca, pero no podía, sentía mi rostro arder por semejante actuación y por el contacto. Pero de repente se detuvo.
‘¿Kai?’ mi tono estaba enronquecido, a estas alturas dudo que alguien pudiese detenernos.
‘Vamos’ me dijo y me levantó del escritorio.
Me aferré a su espalda y sentí que me sujetaba muy sutilmente de mi trasero. Quisiera saber de donde saca tanta fuerza, que de repente sentí algo suave y muy cómodo, mullido y aromatizado. Estábamos sobre su cama.
No me dio tiempo de ver más cuando ya estaba sobre mí, me besaba como si no nos hubiéramos visto en mucho tiempo, sentía como me lamía los labios, como me mordía, como disfrutaba. Abrí la boca tímidamente y su lengua entró jugando contra la mía. Mis manos subieron hasta su nuca, acariciando su cabello, pero de repente se separó.
‘Levanta tu cadera’ me dijo mientras estiraba la mano hasta la cabecera de la cama, tomando un pequeño cojín color rojo. Le obedecí y él me colocó la almohadita debajo de mí.
‘¿Para… qué es… eso…?’ le pregunté dejando de sentir la comodidad de la cama para sentir mi cuerpo levemente elevado.
‘Para que no te duela…’
Obviamente me sonrojé más de lo que ya lo había hecho. Y mi miedo comenzó a crecer, ¿En verdad quiere que… que lo hagamos? No estoy seguro de querer seguir con esto, y es que aún soy virgen en, en todos los sentidos, apenas tengo 17 años y no sé si quiero que esto continúe.
‘Kai’ traté de llamarlo, pero comenzó a acariciar mis piernas ‘Kai…’ detente. No puedo pronunciar nada, quiero decirle que ya no quiero segur, pero solo escucho mis gemidos. Oh Rei, bendito momento para olvidar como se dicen las palabras. ‘Kai… deten…’ y ya no pude seguir, metió una mano en mi pantalón. Acariciando mis piernas ya sin ropa de por medio, estaba tocándome ¡Estaba rozándome! ¿Por qué hace esto? No evité tratar de cerrar las piernas como mero reflejó, mis manos siguen sujetando sus hombros mientras cierro los ojos fuertemente, pero no me deja y me las separa.
Supongo que esto marcó el siguiente paso, la fina línea entre los dos se acaba de romper y ahora, él está más allá de querer terminar, de querer dejar esto a la mitad…
Se coloca entre mis piernas y ahora puedo mandar la conciencia y la razón al demonio. Me dejo hacer de él, sonríe y poco a poco comienza a deslizarme el pantalón. Es ahora que encuentro la utilidad al cojín, pero ¿A que se refería cuando me dijo ‘para que no te duela’? No comprendo… Hasta ahora solo ha conseguido bajarme un poco el pantalón y se inclina para besarme, pero esta vez lo hace más lento, más tranquilo, más tierno. Su mano derecha sigue en mis piernas, pero sube un poco y comienza a tocarme por encima del bóxer.
Nunca había sentido esto…
Su otra mano sube para enredarse en mi cabello que ahora está suelto, no sé ni donde quedó la cinta con la que lo había anudado. Se separa para mirarme, y cuando lo hace, abro los ojos para encontrarme con sus hermosos ojos rojo carmesí, nos quedamos perdidos en la mirada del otro y veo una sonrisa, pequeña sí, pero sincera y sé que es solo para mí.
‘Tranquilo’ me dice ‘prometo que no te dolerá…’
Asiento tranquilizándome, una corriente me eriza la piel al sentir que introduce su mano dentro de mi ropa interior. Echo mi cabeza para atrás al sentir su mano muy cerca de mi miembro. ‘Kai… mnh…’ Muerdo mi labio para no gemir tan alto, ya no quiero que se detenga, quiero que siga, quiero que pase lo que tenga que pasar, quiero que… mi primera vez… sea con él…
‘Joven Kai…’ una persona tocó la puerta e intentaba hablarle a mi novio ‘Su abuelo quiere hablar con usted… dice que es urgente…’
‘Dile que no moleste’ le grita al sirviente ‘Qué estoy ocupado…’
‘Perdón joven Kai, pero necesita verlo. Está en su despacho…’ ¿Qué no es allí donde están Yuriy y Boris…? ‘Con sus amigos…’
Supongo que fue una especie de clave, por lo que se levantó rápidamente e intentó acomodarse la ropa. Me siento para subir mis pantalones y comienzo a buscar mi cinta para arreglarme el cabello. Genial… ahora tendré que pedirle ayuda a mi mano derecha…
‘Kai…’ le llamo, y me mira con una sonrisa entristecida, no puedo hacer más que levantarme y corresponder su sonrisa. Lo abrazo y le doy un beso de ánimo ‘Ya habrá tiempo, tienes que atender a tu abuelo…’ y también me abraza. Cuando me suelta, me toma de la mano y salimos de su habitación.
Lo demás sucedió como le dije a Mao, al parecer Kai volvió a discutir con su abuelo, pero ahora Boris, Yuriy y yo no estábamos presentes. Cuando terminaron, Kovs, el mayordomo de la mansión nos pidió acompañarlo a la salida, por órdenes del mismo Kai. Nos quedamos sorprendidos, pero ya no podíamos hacer nada. Lo seguimos y ya afuera, estaba mi bicolor amigo, esperándonos recargado en uno de los Obeliscos de la entrada, con sus brazos cruzados y los ojos cerrados.
Apenas llegamos nos miró y nos dijo que haríamos una caminata, que el trabajo ya había terminado. Y así lo hicimos, nos dirigimos al jardín trasero de su mansión. Al parecer el tiempo comenzó a contradecir a los tipos del clima y finas gotas de agua comenzaron a caer, cerré los ojos y abrí un poco los brazos para sentir el agua deslizarse sobre mi rostro, cuando sentí a alguien abrazarme. Lo miré y se me partió el corazón, Kai estaba llorando.
Tenía los ojos un poco rojizos y unas lágrimas se deslizaban por sus mejillas, por sus tatuajes azulados. No supe que hacer, así que también lo abracé y sentí como se contraía en unos pequeños espasmos. Me sentía terrible, nunca había imaginado verlo así de vulnerable. Acaricié su cabello y no evité derramar unas lágrimas ¿Qué tienes Kai? ¿Por qué estas así? Quisiera preguntarle, pero si no lo hice cuando lo vi discutir con el vejete, no lo haré ahora que está así. Simplemente no tengo corazón para hacerlo y él tiene el suficiente orgullo como para no decírmelo.
Yuriy y Boris corrieron debajo de un árbol para no mojarse y lo lograron, pero nos vieron parados en medio del jardín, pero gracias a la lluvia nunca se dieron cuenta que estábamos llorando, era lo mejor. No nos movimos, y cuando se tranquilizó le tomé de la mano para que sintiera un apoyo, solo me sonrió y me dio un beso en la frente.
Ahora que lo pienso bien, lo que sucedió ese día con Kai se parece mucho a mi sueño extraño, quizá esa escena se quedó muy grabada en mi cabeza y por eso la soñé, aún así, no puedo dejar de pensar en que es lo que tenía así a mi novio ¿Y sí era algo malo? No Rei ¡Tranquilo! Trata de recordar que estas viendo las noticias, veamos cuantos accidentados hubo en el choque de anoche… Y… y sí le pasó algo a su familia… y sí tiene alguna enfermedad… y sí…
– ¡Oh mierda!
– Tranquilo hermanito…- escucho una voz detrás de mí, vaya, es mi hermano – ¿Qué te pasa, por qué gritaste?
– No, por nada…- nada que te importe claro…– ¿Por qué demoraste? Debías llegar hace como media hora…
– ¿Qué no puedo?- mejor no le hubiera preguntado –Es que me encontré a Gao y me quedé un rato con él.
Quiero responderle algo, pero siento como mis ojos comienzan a cerrarse. Supongo que aún no me recupero completamente y Rai lo presiente, me toma del brazo y lo pasa por sus hombros para ayudarme a subir las escaleras ‘Que problemático’ le escucho decir para recostarme en la cama y cubrirme con una frazada. Después de eso, no recuerdo más, solo que dormí hasta que volví a escuchar a Rai, pero estaba hablando con alguien más, y de nuevo el silencio.
Una fragancia llega hasta mí seguida de unas cuantas caricias en mi rostro, no puedo evitar moverme para tener un mejor contacto, el cual vuelvo a sentir pero esta vez en mi cabello. Comienzo a entreabrir los ojos, cuando siento una presión en mi boca, es suave y tierna que termina por hacerme cerrarlos de nuevo. Le muerdo el labio provocándole una risita y entonces es cuando se aleja de mí, sonrío para mirarlo mientras me siento, recargándome en las almohadas.
Pero… ¡Por todo lo malditamente bueno en el mundo…! ¡Se ve increíblemente apuesto! No puedo evitar abrir un poco la boca al mirarlo; está vestido con una mezclilla oscura a juego con una camisa blanca con los tres botones superiores desabotonados y una cadenita en su cuello, pero lo que más me enternece es que tiene un ramo de flores en sus piernas.
– Fui a buscarte después de tus clases, pero Mao me dijo que no había asistido- me dice y se da cuenta que miro las flores –Y… esto…- me las extiende –Era un pretexto para que tu hermano me dejara entrar.
Jah, esa es una historia graciosa; después de que nos hicimos novios, Kai vino a buscarme, pero por mi castigo no me dejaron salir, así que estuvimos platicando afuera. En un descuido me abrazó y me dejé, entonces me besó y Rai nos vio. Fue vergonzoso verlo discutir con Kai acerca de asuntos de responsabilidad, que sí me tomaba la mano, que sí me besaba, que sí no debía tratarme como chica… el caso es que yo pensé que iba a reñirlo por que somos dos chicos, pero se preocupó más porque me hiciera algo malo y lo amenazó. Así que Kai trata de no venir por culpa de mi hermano… a veces no sé si lo hace porque en verdad se preocupa por mí o es por molestarme…
– Son lindas…- le digo colocándolas en la mesita que tengo a un lado de mi cama –Pero ¿No te dijo nada… no te amenazó?- me preocupa que esté escuchando.
– No, supongo que ya me aceptó- y me sonríe… Oh por Kami… que lindo se ve –Por cierto ¿Ya te sientes mejor?- se levanta de su asiento y me coloca una mano en mi frente, la cual baja a mi mejilla, su loción es muy agradable. No sé en que momento recargó su rodilla a un lado de mí. –Vaya, tienes un poco de fiebre…- obviamente no es eso –Estás caliente…
– Pero por ti…- ¡¿Yo dije eso?! Supongo que su sonrojo también me confirma que no esperaba eso. Ya no puedo regresar y retractarme, ya no resisto… le rodeo el cuello y lo atraigo a mi para besarlo.
Al parecer le gustó el contacto y esta vez pasó su pierna del otro lado para quedar sentado sobre mí, ahora que lo pienso… esta fue una terrible idea… ¿Qué pasa si Rai entra y nos ve? ¡No puedo dejar que pase eso! Pero tampoco puedo detenerme.
– No, Rei…- me susurra separándose de mí –Sí tu hermano nos ve…- me toma de las manos, que ya había metido debajo de su playera. Por Kami… ¿Qué se supone que estaba haciendo?
– Lo siento…- ¿Qué demonios me pasó? ¿Por qué me precipité tanto? Que Vergüenza… –Kai, yo… no sé…
– No importa- le miro extrañado, él solo me sonríe y se acerca de nuevo a mí, siento su respiración en mi oreja la cual me causa un escalofrío cuando vuelve a hablarme –Sí no fuera por Rai…- se recuesta sobre mí, abrazándome y sacándome un sonrojo –Ya habríamos terminado, en todos los sentidos, lo que teníamos pendiente.
Ahora me toca sonreír a mí, pero de cierto modo es por felicidad. No sé… pero pensar que en algún momento tendré que hacerlo con él, con Kai, me hace sentir nervioso y emocionado, impaciente y a la vez tranquilo. Le correspondo el abrazo, pero recuerdo que la última vez que lo hicimos estábamos llorando, quiero preguntarle, pero no quiero romper este estado de… Kai… – ¿Qué estás haciendo?
Puedo escuchar una risita divertida mientras me besa el cuello, ¿No se suponía que debíamos dejar esto por el momento? –Provocándote- me deja y lo miro ceñudo, él solo me acaricia la mejilla y pega su frente a la mía –Vaya, al parecer se te bajó la fiebre… será por el desplante…- estoy a punto de reclamarle, pero me interrumpe –Por cierto… te traje algo- y se sienta en mi cadera, mientras busca ese ‘algo’ en su bolsillo. Cuando lo encuentra sonríe y me lo muestra –Yo sé que no tenemos mucho tiempo de ser pareja, pero me gustaría darte esto- me da un pequeño anillo atado a un listón rojo… ahora que lo recuerdo… ese día estaba ese mismo listón en su despacho… cuando estábamos haciendo los ejercicios de química.
– Gracias…- no sé que más decirle, a simple vista el anillo es de plata aunque está muy pequeñito, es más, ahora que lo veo ¿Para qué necesita de un listón? –Pero…
– Es muy pequeño para usarlo en la mano, así que el listón es para sujetártelo- lo desata y me tiende la mano, me quedo pensando un momento y le doy mi mano izquierda, y es cuando lo ata –Listo…- levanto mi zurda para mirarlo y se ve muy lindo aunque un poco raro, digo ¿Quién ha visto que una persona tenga un anillo a modo de pulsera? –Ah… y quiero hacerte una invitación; Yuriy quiere que mañana vayamos los cuatro al cine…
– Pero…- tengo escuela, estoy recuperándome del resfriado y aún sigo castigado… –No creo que…
– No te preocupes por Rai o por el permiso- ahora sí que estoy confundido. Pues ¿Qué se supone que le hizo a mi hermano? –Hice un trato con él y te ayudará para que nos vayamos después de la escuela.
– Bueno, está bien…- supongo que otro día más con ellos nunca me hará daño – ¿Pasas por mí?- le pregunto y se inclina para darme otro beso.
– Por ti voy a donde quieras- en verdad que este chico es muy galante conmigo.
Siempre me trata muy amable y nunca lo he visto perder el autocontrol, ha veces me pongo a pensar que quizá si yo no fuese chico ¿Kai me seguiría tratando así? Hay veces que me preocupo por ese tipo de nimiedades pero eso es porque aún no puedo creerme la suerte que me tocó al haber conocido a un chico como él.
– Ya es tarde…- dice mirando su reloj mientras se pone de pie, sonrío un poco triste al pensar que ya se va y que me quedo solo… sí, Rai no cuenta… –Entonces nos vemos mañana- asiento al recordar de repente la tarea que me dejaron y debo hacer, ni porque estoy enfermo se apiadan de mí los profesores. Llevo mis manos a mi rostro con frustración, pero me sujeta de las muñecas y me sonríe tiernamente –Solo preocúpate por descansar ¿Está bien?
Quisiera que en verdad solo eso tuviera que hacer –Pero tengo que…
– Solo duerme- y me revuelve el cabello –No olvides tomar tu medicina- suspiro y me recargo en mis almohadas. –Nos vemos mañana- me da un último beso en la frente y sin más ceremonia salió de mi habitación.
Me quedo mirando el techo, me alegra que haya venido a visitarme. Giro para ver las flores que me trajo, dicen que es bueno llevar un presente a una persona enferma; flores sí es que la quieres mucho. Quisiera quedarme en cama, pero debo hacer ese tonto trabajo que nos dejaron y antes de siquiera ponerme de pie, veo mis cosas en el escritorio, que raro, yo no recuerdo haberlas dejado allí.
Camino hasta llegar a ellas y al revisar mi cuaderno siento de nuevo arder mi rostro, pero esta vez por la vergüenza. No lo puedo creer… supongo que después de todo sí podré dormir, pero… regreso a la cama y entro a las cobijas tan rápido que me he mareado… sí tan solo Mao se enterara le da un ataque cardiaco. Ahora entiendo todo, el porque Rai no le riñó cuando llegó a la casa, el que se haya preocupado porque duerma, el supuesto trato con Rai para que me haya dado permiso mañana… De nuevo siento la vergüenza y me cubro el rostro por el bochorno… aún no me creo que Kai me ayudó a hacer esa tarea de geometría.
Ahora sé lo que siente Rai por mí. En verdad el muy desgraciado quiere dejarme rojo como tomate el resto de mi vida… no se preocupa por mí, todo lo que hace es para molestarme…
Siento que dormí más de medio día pero aún tengo sueño, estoy tan feliz que no dejo de sonreírle a todo el que me encuentro en la escuela, sé que es un poco extraño, pero no puedo evitar el sentirme alegre. Supongo que es porque ya van a terminar las clases y Kai va a venir a por mí.
– Vaya Rei, te ves muy contento ¿Qué hiciste anoche?- será posible que ésta chica sea algún día de estos, un poco más sutil en sus comentarios.
– ¿Tiene algo que ver con tu novio?- no cabe duda que Raúl y Julia tienen esa extraña “telepatía gemela” porque desde que llegué en la mañana no han dejado de molestarme.
– Algo así…- pero no pienso decirles –Voy al cine saliendo de clases.
– ¡Eso no es justo!- me reclama Julia frunciendo el ceño –Ayer estabas moribundo y tu recompensa es ir hoy al cine ¡Eso es una injusticia!
– La justicia no existe Julia, además ¿Quién les dijo que estaba casi muerto?
– Mao mencionó algo, pero prácticamente nos dio a entender que estabas en cama y que tu novio estaba muy ocupado contigo…- creo que fue el tono en la voz de Raúl que me erizó la piel, pero no me gustó como se escuchó eso –Jeje, solo recuerda que…
– El cine es para ver películas… jajaja…- declarado; odio la telepatía gemela.
N puedo reclamarles nada porque la campana anuncia que las clases ya terminaron y los dos chicos ya han salido del salón. Me levantó y estiró los brazos, que bien se siente. Tomo mi mochila y cuando ya estoy fuera del salón veo a Mao con Brooklin, vienen caminando hacía mí y cuando me ven me llaman con un ademán de mano y me acercó a ellos. Quisiera decirle a Mao lo del asunto de ‘Kai’ y ‘los ejercicio de geometría’ pero si tan solo de recordarlo me vuelvo a apenar, no creo poder reunir el suficiente valor para decírselo enfrente de Brooklin. No es raro que siempre haga bien ese tipo de problemas, así que la buena calificación de mi novio no levantó ninguna sospecha.
No sé si fue muy poco tiempo, pero cuando me di cuenta ya estábamos afuera de la escuela, no pude evitar escrutar con la mirada toda la avenida en busca de una persona con el cabello bicolor y ojos carmesí, ahora es cuando comienzo a sentir las malditas mariposas en el estomago.
– ¿Qué sucede Rei-kun?- es Brooklin que me ha sobresaltado con su pregunta –Te ves nervioso…- le sonrío tranquilizador y antes de poder responderle me quita unos mechones de cabello de mi frente, pasándolos hacía atrás –Me gusta como te ves…- mi corazón vuelve a latir como hacía unas semanas no lo hacía, no puedo creerlo ¿De nuevo va a intentar besarme? –Así de sonriente… tan feliz…
No puedo terminar de escucharlo porque siento que me han halado del brazo, haciéndome girar y obligándome a darles la espalda a mis amigos que ahora ahogan una exclamación. Yo también me sorprendo por el brusco ademán, pero ante cualquier reclamo mis labios son sellados por un ardiente beso de Kai, uno casi tan brusco como la mirada que ahora le envía a Brooklin. No puedo ver la expresión en sus ojos verdes, pero seguro es de una sorpresa como la mía.
El mensaje es más que claro, está marcando lo que le pertenece con una muestra de afecto que sabe nunca será de Brooklin. Sí, no cabe duda que sus ojos le amenazan con un: “Él es mío”
Continuará…
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