Capítulo 4 "LO QUE PASA POR MENTIR"...
-¿No tienes nombre?- pregunta Harry divertido.
-Blaize, mi nombre es Blaize.
-¿Vamos a tomar un café?, yo invito- dice Harry- hoy no ha sido una buena noche- comienza a caminar y Draco al lado de él.
-¿Qué pasó?- pregunta el rubio.
-Me he dado cuenta de que al chico que amo, prefiere la compañía de mi amigo... en ningún momento se dio cuenta que no era yo.
Al escuchar esto el rubio se quedó pensativo, algo culpable, muy en el fondo, cabe decir, guardó silencio.
-Blaize, ¿en qué trabajas?
-¿Es parte de la entrevista?
-No, sólo curiosidad.
-Soy actor.
-Qué raro.
-¿Qué es raro?
-¿Qué hace un actor en un Congreso de empresarios?
-Buena pregunta, yo también quisiera saberlo.
Ron y Blaize, habían salido del cine y caminaban en la misma calle que Draco y Harry. El moreno se da cuenta y toma la mano del rubio y entran a un callejón.
-¿Qué pasó?
-Sólo guarda silencio.
-¿Qué te pareció la película?- pregunta Blaize.
-Potencialmente ridícula, pero real.
-Una opinión abstracta.
-Poco profesional de un periodista.
Ambos chicos seguían su camino, tranquilos, como que "aquí no ha pasado nada".
Harry y Draco salen del callejón.
-Parecen felices, ¿no?- dice el pelinegro bajito.
-Draco iba a pronunciar algo pero es silenciado por un dedo del pelinegro.
-No digas nada, por favor.
Ahora mas que nunca deseaba decirle que era Draco, pero Harry no quería escuchar nada.
-¿Puedo hacerte cinco preguntas sobre la relación de Snape-Rivas?- cambiando de tema radical, preguntó Harry.
-Cuatro preguntas- contestó Draco.
-Tres preguntas- replicó Harry.
-Dos preguntas y punto- terminó el rubio.
-Con dos me conformo, entonces nos vemos mañana.
-Eso es parte de la entrevista o es una pregunta menos.
-Quiero comprar los regalos de navidad, ¿me acompañas?
-Veré si tengo un espacio en mi agenda.
-Qué hombre más ocupado.
-Bastante- dijo Draco con suficiencia
-Si quieres venir la invitación está hecha- dice Harry.
-Iré- sentenció Draco.
-Me alegro- dijo el pelinegro con una dulce sonrisa.
Cuando era pequeño, siempre me había imaginado cómo era la sonrisa de Harry... era dulce, cálida y le estaba sonriendo a él... todas esas divagaciones mentales le provocaron un leve sonrojo.
-El café te lo debo, estoy muy cansado y ya sabes el resto de la historia.
-Harry yo...
-No digas nada, hasta mañana- comenzó a caminar.
-Tendré que decirle tarde o temprano la verdad, aunque ahora no quiera escuchar nada- pensó Draco para luego marcharse.
-Harry después de un rato se giró y vio a Blaize- creo que te quedaría mejor el nombre de Draco, al menos así te había imaginado- susurró y retomó sus pasos, lentos, como extendiendo el tiempo, algo tan relativo y esquivo, algo que no podía controlar.
CASA HARRY.
Harry entra a su casa y allí estaba Ron, con una cara de embobado, comiendo su chuleta con salsa de chocolate y almendras.
-¿Cómo te fue en el trabajo?- pregunta el pelirrojo.
-Bien, tengo la entrevista mañana.
-Me alegro amigo.
-¿Te fue bien con Draco?
-Él es divertido, intenso...
-¿Te gusta?
-Si- responde secamente esperando la reacción de su amigo.
-No tengo hambre.
-Ya te había servido la cena.
-Por hoy paso, me voy a dormir- se encierra en su piesa (n/a y este que acaso no tiene casa)
-Esta noche será larga- dice Ron cortando con el cuchillo un trozo de chuleta- delicioso, no sabes lo que te pierdes.
Harry se recostó en su cama y sacó las cartas de Draco. Una a una fue leyendo, plagadas de promesas de amor, deseos incumplidos y esperanzas deshechas.
-Podría sonar estúpido, pero creía que sentías lo mismo que yo.
A pesar de que fue él quien propuso lo de no conocerse personalmente, todo el tiempo, todos esos años, no pedía otra cosa, hasta que sus ruegos fueron escuchados... él vendría, pero tuvo miedo. Que una relación de papel se transformara en algo más profundo, tenía miedo. Miedo de su propia ilusión, una que albergó 13 años, y ahora, rota, como un frágil cristal.
HOTEL.
Draco entró a la habitación del Hotel, encendió su celular y tenía 10 llamadas perdidas de su padrino.
-¡El premio!- de golpe se acordó.
Blaize en cambio se había dormido.
-Blaize, despierta- lo remeció Draco.
-Sólo fue un beso... déjame dormir- respondía.
-¡Despierta Blaize!- le quitó el cubrecamas y Blaize sobresaltado se levanta de golpe.
-¿Qué pasó?
-Dejé plantado a mi padrino.
TOCAN LA PUERTA.
-Creo que te buscan Draco.
-¡DRACO LUCIUS MALFOY BLACK!- gritó Snape con ira.
-Padrino, buenas noches.
-¿Por qué faltaste hoy?- preguntó inquisidoramente.
-Porqué estaba enfermo, me duele mucho el estómago- dice tocándose el estómago.
-No mientas, de seguro te fuiste a encontrar con alguien- dando en el clavo.
-¿Qué comes que adivinas?, no nada de eso, estoy enfermo.
-Ahora tendrás la excusa perfecta para faltar- rió sádicamente.
-¿Qué me harás?- preguntó con algo de temor.
-Créeme, no te dolerá- de su bolsillo sacó un frasco de pastillas.
-Blaize tiene la culpa- intentando en vano defenderse.
-Es mentira, Draco me obligó.
-Gracias "amigo", no me ayudes tanto.
Snape, sacó del bolsillo unas "pastillas" y obliga a Draco a ingerirla.
-¿Qué es?
-Un calmante, te ayudará- dice y camina hacia la puerta- es para que no te queden ganas de seguir mintiendo- cierra la puerta.
-¿Qué pasa Draco?, estás pálido.
-Apártate de mi camino- salió corriendo al baño.
-Ahora si estás enfermo, yo voy a dormir- se acuesta- si es que puedes- rió (n/a no te rías de la desgracia ajena)
-El que ríe último, ríe mejor- pensaba Draco.
Snape sacó su celular y llamó a Rivas.
-Eres tú, ¿qué pasó?- pregunta con desgano.
-¿Te gustaría ir a cenar?- pregunta galante.
-Bueno- responde sin mayor emoción.
-Nada mejor después de un castigo- dice.
-¿Castigo?- pregunta extrañada.
-Si, luego te contaré, te espero en el lugar de siempre- dice misterioso.
-En media hora llego ahí- corta la llamada- este hombre es realmente extraño, peligroso, tanto para correr el riesgo- se pone un vestido con un escote provocativo en la espalda- tendrás lo que te mereces- toma su cartera y sale de su casa.
Continuará...