Capítulo 3 "Cama de una plaza para dos", primera parte.
-¿Qué quieren para cenar?- pregunta Ayaka animada.
-Quiero arroz, spaguetti, papas fritas, sopa, pizza, suchi y tantas que no recuerdas- dice Allen.
-Tendré que pedirle a alguien que me ayude...
-Si estuviéramos en la orden, Jerry, lo haría por mí.
-No te preocupes, lo intentaré.
-Tenía una duda... sobre tu inocencia, ¿qué puedes hacer con ella?
--Es un arma de doble filo, puede salvar la vida de un agónico o puede acabarla.
-¿Usar ese arco?, ¿no tienes flechas?- dice Allen.
-No las necesito... como te lo demuestro... a la distancia vislumbra la figura de un hombre... saca el arco de su espalda, se pone en posición... hace el movimiento.
-Ah, ¿qué es esto?- dice el hombre doblando la pierna.
-¿Qué hiciste niña tonta?- dice Kanda.
-Lo verás.
-¡Puedo caminar!- gritaba el hombre.
-Increíble- dice el peliblanco.
-Creo que estoy conectada a ella por mi deseo de restaurar lo destuído, además todavía no sé manejarla a la perfección, hablando científicamente, yo pongo, mi energía de curación o destrucción y los efectos, se ven después- se le doblan las piernas y cae al suelo.
-¡Ayaka_chan!- se acerca el exorcista.
-No te preocupes... antes de venir aquí, he tratado a cincuenta personas- se intenta levantar, pero sus piernas se doblan y se queda dormida.
-Yo la llevo moyashi- toma la chica y vuelven a retomar el camino.
-Gomenasai- dice Ayaka dormida.
Kanda se sonroja levemente, cosa que no es notada por Allen porqué estaba pendiente del ruido de su alterado estado de hambre.
-Creo que si no como, moriré- reclama.
-Cállate, tu voz molesta garbanzo- dice el espadachín.
-Mi nombre es Allen.
-Da igual, sigues siendo un garbanzo.
-Cómo a veces puede ser tan irritante y otras tan apasionado, es como si fueran dos personas totalmente distintas, en un mismo cuerpo- piensa el peliblanco.
Entran a una posada que estaba ubicada en la esquina de una calle.
Era una construcción de madera, medianamente pequeña... una chica de cabello negro se encontraba en el recibidor para atender a los posibles huéspedes.
-Bienvenidos- dice la chica.
-Buenas noches- dice Allen- queremos tres dormitorios.
-Lo lamento, sólo me quedan dos habitaciones con una cama de una plaza cada cuarto.
-Los quiero; sin embargo, ¿tendría algo de comer?
-Por supuesto, escríbame aquí en esta hoja su orden.
-Déjeme pensar... en ese rato, Kanda le quitó la hoja y el papel y escribió su orden- era mi turno, no hagas trampa.
-Te demoras mucho en pensar moyashi, ¿cuáles son los cuartos?
-Aquí están las llaves- pasa las llaves al samurai.
-Yo escribiré la orden, por mientras deja a Ayaka_chan en su cuarto.
-Tche- se llevó a la chica según el número que le asignó por su cuenta.
Después que hubo dejado a la chica en la habitación, salió hacia el corredor.
-Ese moyashi todavía debe estar haciendo la lista para cenar.
RECIBIDOR...
Allen anotaba como desquiciado... ya terminé- dice de pronto.
-¡Todo esto!- dice la chica anonadada.
-Si- con una gotita en su cabeza- si quiere agregar algo más, yo encantado lo pruebo.
-Creo que con esto basta y sobra.
-Gracias, es muy amable- cuando se da vuelta se topa con la mirada fría de Kanda.
-¿Terminaste?
-Hai, ¿Ayaka_chan?
-Durmiendo- dice seco- voy a estar afuera- dice y sale de la posada.
-¿Qué onda?... es que hay que comprar el vestido de kumorín 6... no quiero tener que sacarme los ojos... mejor eso lo veré después... que raro, estoy hablando solo y creerán que estoy loco, no importa- divagaba.
Kanda caminaba lento... no sentía presencia alguna de inocencia, sentía que esta misión no era nada más que una falsa... si eso fuese así... correrá sangre.
ORDEN OSCURA...
komui bebía una taza de café, preparado por su hermana y adoración, Lenalee, cuando en eso... se distrajo sólo un segundo y se quemó con café la pierna.
-¡Me quemo!, llamen a los bomberos, la ambulancia, ¡me quemo!- gritaba el supervisor.
-¿Qué pasa nii_san?- pregunta Lenalee.
-Lenalee- poniendo ojos de cachorrito- se me cayó café en la pierna, me duele mucho... casi que se pone a llorar.
-Buscaré el botiquín de urgencias- dice la china y se va.
-Lenalee, eres la mejor- decía Komui al borde de las lágrimas.
Volvamos a lo que nos interesa (n/a si son capaces de leer esto es que están muy aburridos)
ITALIA, en alguna calle de esta hermosa ciudad.
-Oye, garbanzo, ¿no sientes la presencia de akumas?- pregunta el espadachín hastiado.
-Nada, lo cierto es que me extraña, a estas alturas debemos estar en combate no en espera de una cena deliciosa.
-Tengo el presentimiento de que aquí no hay nada que buscar.
-Opino lo mismo, además es bastante extraño... ni siquiera ha venido un buscador a informarnos.
-Eso es el punto, a veces piensas, aunque no sea comida, aquí hay algo raro.
-Para que veas, también pienso.
-¿Te sientes orgulloso por eso?, grítalo para que todos te admiren por pensar.
Allen decidió no seguir peleando con Kanda... lo que sí lo sorprendió fue que el samurai lo tomó por la cintura y le besó.
-Ni creas que te salvarás esta noche.
-Dormirás en el suelo, no te admitiré en la cama.
-Entonces quédate afuera del cuarto, o anda a dormir con la chica.
-Eso haré, ella es mejor compañía que tú.
-Ella no te haría esto- pasó su mano por debajo de la chaqueta y besando el cuello del peliblanco.
-No importa, la cama es entera tuya.
-Tú también- le dice al oído.
-No soy de tu propiedad, no soy un objeto.
-Lo eres, la diferencia es, que eres mi objeto- recalcando el "mí".
-Conquístame, porqué si sólo son polvos, encuentros fortuitos, nada tendrás de mí.
Otro lugar, lejos de ahí, más bien, la casa de Noé.
-Estoy aburrida Tikky, quiero jugar con Allen un rato- dice la chica.
-Hace primero tus deberes y te llevaré donde él.
-¿Sabes dónde está?
-Sí, tengo muy buenos informantes.
-Le pediré al Conde del milenio que lo haga por mí, la otra vez que te pedí ayuda, repetiste lo mismo en cada pregunta.
-Todas decían lo mismo.
-Mentira, no sabes, reconócelo.
-¿Quiéres que te lleve o no?
-Si, vamos a tenderles una trampa, una que no se olviden de nosotros.
-Estoy de acuerdo, lo mejor de tener dos personalidades, es que puedo ser ambos.
-Hai.
Volvemos donde nos quedamos con los dos exorcistas.
-No tenemos toda la vida para hacer compromisos, mañana podríamos estar muertos.
-Lo se, al menos, podré pensar en ese momento que pude estar contigo.
-Entonces que nadie se entere, porqué de seguro molestaran mucho tiempo.
-¿Una relación secreta?
-Vaya que poder de deducción, podrías trabajar en la scotland yard, esa es la idea.
-Si es algo más formal, entonces acepto.
-Lo harías de cualquier modo.
-¿Por qué tan seguro?
-Necesito más pruebas, si cómo te entregaste en el tren.
Allen se sonrojó ante esas palabras.
-No es para que te sonrojes garbanzo, ahora vamos a cenar...
El problema será después... pensaba el peliblanco... sólo hay una cama, lo suficentemente chica para los dos... demasiado cerca... qué estoy pensando... para ya.
-¿Qué rayos te pasa moyashi?
-Una cama, nosotros dos- estaba rojo como un tomate, le salieron humos de la cabeza y poco a poco cayó al suelo.
continuará...