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My own little cupid por Am3li3

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Notas del capitulo:

Bueno la verdad me gusto mucho este cap n_n me cuesta comenzar pero una vez que empiezo no paro hasta terminarlo y publicarlo XD asi que con ustedes:

El capitulo 2 ♥

-Oye pequeña, ¿Estás buscando a alguien…? Es raro ver a una niña tan bonita como tú en una universidad… a menos que seas una genio- bromeó sonriéndole.

 

Eri rió bajito, mientras hipaba. –a-a mi papá- Qué amable… pensó.

 

–Bueno si quieres te ayudaré a buscarlo, dime ¿Cómo te llamas?- pregunto ofreciéndole sus fuertes manos, para que volviera a estar de pie.

 

–Eri…. ¿y tu?- preguntó tímidamente la azabache, era la primera vez que hablaba con un chico tan grande como el.

 

-Mi nombre es Naruto… Naruto Uzumaki, un gusto conocerte Eri.


 

La niña rió bajito y gracias a las manos del rubio, volvió a estar de pie.

 

-Qué lindo nombre- opinó la azabache observando los ojos del rubio. El aludido sonrió con pena y llevó una de sus manos hacia la nuca, para rascarse. Como solía hacerlo cuando lo halagaban. La niña examinó en silencio, las extrañas marcas que el muchacho poseía en sus mejillas. El ojiazul al notar que la mirada de la menor estaba posada en sus mejillas, entendió lo que seguramente estaría pensando.

 

-Son como bigotes de zorro…- murmuró tocándose aquellas marcas peculiares. La niña se sorprendió al escuchar eso, ya que eso mismo estaba pensado.

 

-¿Quieres verlas de cerca…?- preguntó el mayor al tiempo que se ponía a la altura de la pequeña. A lo que ella estiró su pequeña mano hacia el rostro de Naruto. No sintió nada extraño en la superficie de su rostro, hasta podía afirmar que era muy suave, sólo eran marcas, como manchas.

 

-Marcas de nacimiento- respondió observando a la niña, que estaba muy interesadas en ellas.

 

-Por eso me dicen zorro- comentó con humor el rubio mientras la niña sonreía.

 

El ojiazul observó su reloj de pulsera… ¡Estaba llegando tarde! Tomó su mochila y se levantó rápido, y antes de comenzar a correr hacia su aula, notó la mirada de la pequeña sobre él. Qué ojos… Reflexionó unos segundos, ¿Qué debía hacer? ¿Faltar a clases para ayudar a la pequeña? ¿O dejarla sola? Evidentemente no podía dejarla sola, Naruto no era esa clase de persona que podría hacer algo así… Pero tampoco podía faltar a su clase o ¿si? No podía demorarse más tiempo, así que decidió tomar la opción más arriesgada pero a la vez segura: llevaría a la niña a su clase. Tomó su pequeña manito.

 

-¡Vamos!- le dijo firme y con una gran sonrisa, típica de él.

 

-¿Hacia dónde?- exclamó la azabache corriendo a su lado, lo más rápido que podía.

 

- Te llevaré conmigo a mi clase y luego iremos a buscar a tu padre, ¡no puedo dejarte sola!

 

Luego de unos cuantos pasillos y una escalera por subir, el rubio y la pequeña llegaron a la dichosa aula. Para su suerte, el pasillo estaba abarrotado de gente, personas que salían de su clase anterior, y personas que ingresaban a la que le correspondía. Era perfecto para inmiscuir a la pequeña.

 

El rubio se acercó a la niña.

 

-Intenta que nadie te vea- susurró.

 

La ojiazul seguía al mayor que caminaba con lentitud, para que ésta pudiera ocultarse detrás de él. Entre el alumnado, la infante pasó desapercibida, y gracias a eso Naruto pudo ingresar al aula sin ser descubierto. Una vez adentro, aprovechó que su profesor todavía no estaba allí y se sentó en un lugar apartado. La niña se ocultó debajo de la mesa.

 

-¿Estás cómoda?- preguntó el rubio, acercándose a ella.

 

-Sí, no te preocupes Naruto-kun- le sonrió la pequeña.

 

Naruto-kun… que dulce pensó el mayor, sin darse cuenta que el aula fue llenándose más y más de personas. Levantó la vista y para su sorpresa ya habían ocupado el asiento que estaba a su lado.

 

-¿Se te cayó algo?

 

-¡Kiba! Lo lamento no te ví…- Dijo el rubio estrechando la mano de su amigo. –E-estaba acomodando mis cosas- justificó antes de que el castaño inspeccionara el suelo. Sin más, el profesor entró al aula, su cabello plateado resaltaba más en el que otra cosa, bueno eso sin contar el parche en su ojo…

 

-Buenos días alumnos- Saludó alegremente el profesor observando velozmente a todos sus alumnos, deteniéndose en Uzumaki…

 

-Lo hizo de nuevo…- suspiró Naruto recargando su mejilla en su mano, desviando la vista hacia ningún lugar en especial.

 

-¿Hacer qué?- preguntó el castaño tomando apuntes mientras el profesor hablaba.

 

-Desde el primer día de clases que se detiene a mirarme- dijo casi con resignación el rubio, mientras él también tomaba apuntes.

 

-Jeje es que eres atractivo Narutín- bromeó el castaño mientras lo miraba fugazmente.

 

-No bromees- respondió algo molesto y levemente sonrojado. Eri al escuchar esto, tapo sus labios para reprimir una risita.

 

-Y te tengo algo más…- Acotó Kiba creando expectativa.

 

-¿Qué?

 

-¿Ves aquel sujeto de allá?- Murmuró Kiba señalando a un muchacho pálido de cabello corto y azabache, que se hacía notar debido al contraste que causaban su piel y cabello.

 

-Si…

 

-La semana pasaba me preguntó por ti- dijo Kiba con una sonrisa cómplice. El rubio se sonrojó un poco más. No era porque le gustaban los hombres… pero se sentía incómodo al mismo tiempo que halagado.

 

-¿Quieres que te ayude?- preguntó el castaño con una sonrisa burlona, a lo que el ojiazul le respondió con un coscorrón en la cabeza de su compañero.

 

-¡Ni lo sueñes! Eso lo decidiré yo…- ¿Decidir? ¿¿Pero qué estoy diciendo?? Y ante estos pensamientos el rubio no tuvo más opción que sacudir su cabeza para alejarlos, aunque estos volvían a resonar en su cabeza una y otra vez. El castaño se rió bajito, mientras garabateaba en su anotador. La pequeña escuchaba divertida la charla, pero de pronto…

 

-¡Atchííííís!

 

-¿Qué fue eso…?

 

-¡Atchííííís!- respondió esta vez el rubio, refregándose la nariz. El castaño ladeó la cabeza para verle y le dedicó una mirada de curiosidad mientras levantaba una ceja.

 

-Solo estornudé…- contestó el rubio

 

-Alguien debe estar pensando en ti…- acotó socarronamente su amigo, mientras sacaba de su bolso, que estaba en el suelo, el libro que el profesor había citado. Y entonces…

 

-Hay una niña debajo de la mesa…- le murmuró asustado, Kiba a su amigo

 

-¿Eh?

 

-Que hay una niña debajo de la mesa…

 

Naruto abrió sus ojos azul zafiro como dos platos, la había visto.

 

-Le... le diré al profesor- murmuró el castaño y sin perder tiempo levantó su mano.

 

-¡Noo! -El rubio se abalanzó sobre su amigo haciendo que baje su mano.

 

¡Shhhhhhhhhhh! Los demás estudiantes los miraban molestos por el escándalo que hacían. Kiba observó a su amigo con desconcierto y éste lo miraba como diciendo no digas nada. Ambos guardaron silencio un momento, y luego volvieron a enderezarse en sus sillas. Eri mientras tanto intentaba no respirar para no causar sonido alguno, aunque lo hacía en vano, Kiba ya la había visto. Naruto se acercó a su compañero.

 

-Ella viene conmigo

 

-¿La conoces?

 

-Algo asi…

 

Y antes de que Naruto pudiera decir más, el profesor le llamo la atención.

 

-Uzumaki, ¿sucede algo?

 

-N-no profesor…

 

-Pues no lo parece, ven a hablar conmigo ni bien terminen las clases

 

-E-esta bien…

 

Increíble, era la primera semana de clases y ya Naruto había metido la pata. ¡Qué humillante! Todos lo estaban mirando ahora, inclusive el pelinegro que Kiba le había señalado, y efectivamente él no lo miraba con molestia… La clase continuó tranquila, Kiba y Naruto siguieron tomando apuntes sin dirigirse una palabra más en toda la hora, aunque cuando por fin la campana anunció el fin de esas interminables dos horas, Naruto se dirigió rápidamente a Kiba.

 

-Escúchame, quiero que te lleves a Eri y que me esperen en la cafetería…

 

-P-pero ¿Cómo pretendes que haga eso?

 

-No lo sé… sólo llévatela

 

- Esta bien… disculpa lo de antes

 

-No te preocupes, no creo que me suspenda por hablar en clases, jeje

 

Y una vez dicho esto Naruto tomó sus cosas y fue hasta el escritorio del profesor, avanzando entre los demás alumnos que salían como olas hacia el corredor. Kiba volteó y se inclinó levemente debajo de la mesa. La pequeña niña se encontraba preocupada y a la vez asustada, por su nuevo acompañante.

 

-Bien Eri, sabes que nadie tiene que verte, ¿verdad?- Preguntó el castaño.

 

La niña asintió.

 

-Creo que tengo bastante espacio en mi mochila…


El rubio iba bajando los escalones, acercándose al escritorio del profesor, éste estaba borrando el pizarrón, mientras despedía a varios alumnos que lo saludaban al pasar. Una vez allí, se quedó inmóvil, con la mirada perdida ¿Qué podría decirle? ¿Qué estaba castigado? Pero él ya no estaba en la secundaria, así que… ¿Qué le diría el profesor? Ya le había resultado extraño que lo llamara. De pronto escuchó que lo llamaban.

 

-¡Pssst!

 

Cuando volteó a ver, quién lo llamaba vio a Kiba en la puerta del aula, guiñándole un ojo. Llevaba un par de libros en la mano y su mochila… ¡estaba gigante! Acaso él no habría… Pero sin poder reflexionar mucho sobre eso, el castaño ya se había marchado cerrando la puerta por orden del profesor. Naruto salió de su ensimismamiento cuando el mayor le habló.

 

-Uzumaki Naruto, ¿Verdad?

 

-Así es, Profesor Hatake.

 

-¡Oh vamos! No seas tan respetuoso, llámame Kakashi…- y diciendo esto, le indicó que se sentara, a lo cual el ojiazul obedeció con algo de timidez. El peliplateado causando expectativa, ordenaba su papelerío con cierta parsimonia, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Luego de unos minutos, se concentró en su alumno. El rubio se sentía un poco incomodo ante la mirada del mayor, a lo que desvío por segunda vez en el día, la suya de él. El profesor dibujó en su rostro una sonrisa, un tanto perversa.

 

-¿Sucede algo, Uzumaki?- preguntó con altivez

 

-Profesor… ¿P-por qué me citó?- preguntó nervioso el ojiazul, intentando no parecerlo, aunque era demasiado evidente.

 

El mayor ante esto comenzó a acercarse hacia su alumno, despacio.

 

-¿Por qué más…? Hablas en mis clases Uzumaki.- se produjo un silencio incómodo- Acaso… ¿Te aburro?- El menor levantó rápidamente la mirada pero ya era demasiado tarde, el profesor lo había acorralado en sus brazos, y había pegado con vehemencia sus labios a los del menor. Éste forcejeaba para liberarse, pero el peliplateado no cedía. Profundizó el besó con violencia, obligando a su alumno a participar de aquel acto. Luego de unos minutos el mayor lo liberó y ambos, agitados, luchaban por conseguir un poco de aire. Hatake miraba con seriedad al menor, mientras que Naruto evitaba a toda costa cruzar la mirada con él. Varios minutos de silencio sepulcral reinaron allí. Sólo se escuchaba la respiración agitada de Naruto, ya que el profesor había vuelto a su ritmo normal.

 

-Vete…

 

Naruto lo miró asustado.

 

-Esto nunca ocurrió, ¿Me oíste?- El rubio asintió, tomó sus cosas y abandonó el aula como alma que lleva el diablo.


Las imágenes de lo recién ocurrido lo invadían. No podía alejarlas de su mente. Intentaba con todas su fuerzas alejarlas, pero ellas volvían y lo dolían como si fueran agujas clavadas en su frágil piel. ¿Qué rayos había sido eso? ¿Y por qué a él? ¿Qué había hecho? ¿Podría volver a esas mismas clases y mirar al profesor a los ojos? ¿Podría él volver a mirarlo a los ojos?

Naruto no entendía nada, y llegó algo desorientado a la cafetería. Se recargó unos minutos sobre la puerta de ésta. Echó un rápido vistazo, buscando dónde podría estar Kiba y de pronto, lo vio. Estaba en una recóndita esquina, al fondo del salón junto a la ventana. Pero no veía a nadie más… ¿Acaso Eri estaría todavía en la mochila?

Sintió una mano en su hombro, era Tenten.

 

-Naruto, ¿Estás bien?

 

-Ehh… si… si, lo estoy- respondió un poco angustiado. Tenten, que lo había observado desde hacía tiempo caminando por los pasillos preguntó

 

-¿Seguro…? Te ves algo pálido…

 

-S-sólo necesito tomar algo, eso es todo… He estado algo mareado- El rubio levantó nuevamente la vista y Kiba le estaba haciendo señas para que se acercaran.

 

-Vamos con Kiba, ¿Quieres que te traiga algo?- lo interrogó una vez más.

 

-Sí… algo frío, por favor- Tenten asintió y fue hacia la barra dejando que Naruto se dirigiera hacia su amigo. Una vez allí, el rubio se desplomó sobre una silla enfrente de él.

 

-¿Y bien?

 

-¿Eh?

 

-¿Qué te dijo?

 

Naruto recordó cuál había sido la causa de lo ocurrido… entonces recordó.

 

-¿Eri…? ¿Dónde está?

 

- Allí- Señalo Kiba debajo de la mesa indicando el lugar dónde se encontraba la niña. Naruto se inclinó debajo de la mesa y vio a Eri sentada sobre el suelo, comiendo una galleta.

 

-Hola Naruto-kun- Lo saludó sonriente la pequeña niña de ojos zafiro. El rubio la saludó con la mano. -¿Por qué no se sienta en la mesa?- le interrogó al castaño.

 

-Pero la verían…

 

-No lo creo, hay demasiada gente como para notar que hay una niña aquí…- y a continuación le tendió una mano a Eri. La pequeña se escabulló debajo de la mesa hacia una silla junto al ojiazul, quedando apenas asomada a la mesa. -¿Ves?

 

-Jeje ya lo creo- acotó divertido el castaño mientras le tendía a la niña, otra galleta.

 

Tenten se acercó a ellos, dejándole a Naruto la bebida fría que le había pedido hacía unos minutos antes. Y por supuesto notó al infante sentado en la mesa.

 

- ¿Y ella?- preguntó alzando una ceja, sorprendida.

 

-Es una larga historia…- suspiró el rubio tomando un poco de su bebida.

 

-También me debes una explicación- recriminó el castaño mirándolo divertido. En ese momento de una puerta cercana ingresaban una muchacha rubia, un poco más grande que ellos, acompañada de un chico con gafas de sol oscuras.

 

-¡Eh! ¡Temari, shino! ¡Vengan!- les indicó Tenten, haciéndoles señas para que se sentaran todos juntos. Esto se está complicando… Pensó el rubio, rascándose la cabeza, pensativo.

 

-Naruto-kun, puedo irme si quieres…- le murmuró la azabache, escrutando el rostro del mayor.

 

-No es necesario, si somos más podremos encontrar a tu padre enseguida- reflexionó en voz alta, mientras le acariciaba cariñosamente la cabeza.

 

-¡Hey! ¿Y esta niña…?- Preguntó Temari sentándose a su lado, sonriéndole con ternura.-¡Pero qué hermosos ojos que tienes! Son iguales a los de Naruto!- Comentó Temari observando primero los de Eri y luego los del rubio. – ¿Desde cuando tienes una hija, Naruto? Ajajaja ¿Quién es la madre?- lo interrogó codeándolo, mientras los demás comenzaron a bromear por eso. El aludido se estaba poniendo rojo como un tomate intentando explicar, mientras Eri se reía gustosa. Si él fuera mi madre, no me quejaría…Tal vez… Pero de pronto…

 

-¡¡KYAAAA!!- y ¡Crash! Una gran cantidad de platos y vasos estaban hechos añicos en medio del salón, estaban esparcidos junto a una chica de cabello largo que al igual que la vajilla, se había caído precipitadamente al suelo. Kiba se levantó de su lugar, más rápido que una ráfaga y fue en su ayuda.

 

-Si se trata de Hinata, Kiba siempre irá en su ayuda…- dijo socarronamente Temari observando como la ayudaba a limpiar el desastre que había hecho.

 

-Tu sabes que hace años que está enamorado de ella, no puede desaprovechar ninguna oportunidad- comentó Tenten sonriendo, al ver que ambos estaban sonrojados.

 

El revuelo que había provocado, la camarera al caérsele la vajilla al suelo, había ganado la atención de todos los presentes. Pero en ese momento Eri desvió la vista.

 

-¡¡¡Papá!!!- Exclamó y corrió hacia la puerta, por la que habían entrado Temari y Shino, para poder alcanzar a su padre.

 

-¡¡Espera!!- gritó Naruto al tiempo que logró seguirla por sólo unos pasos de diferencia. La niña siguió corriendo hasta que dobló en una esquina y se abalanzó hacia la figura de su padre. El rubio logró alcanzarla, pero de pronto, se paró en seco. El padre de Eri, no era ni más ni menos que su profesor de Literatura… El cual, desde hacía tiempo había comenzado a sentir cosas por él.

 

Sasuke se sorprendió al ver a su hija en su trabajo, pero de todos modos la alzó, hasta que ésta quedó en sus brazos.

 

-No te preocupes papi, Naruto me estuvo cuidando todo este tiempo…

 

-¿Naruto…?- Volteó y para su sorpresa, Naruto era su alumno, él cual desde hacía tiempo le llamaba la atención…

 

Ambos se miraron, y quedaron por unos instantes mudos. Naruto estaba totalmente sonrojado, mientras que Sasuke apenas se había ruborizado. La niña al ver esta escena quedó maravillada…

 

¡¡Naruto!! ¡¡Naruto es perfecto para mi papi!!

Continuará♥

Notas finales: Yay! n0n me salió un poco de drama o.oU Así que voy a ver como llevo eso adelante XDU estoy ordenando los roles de cada personaje en mi cabeza, porque todavía faltan un par n_n y si, lo lamento pero pondré algunas parejas crack XDDU

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