Hoy es el gran día, el día que uno de los dos tendrá que morir, nuestras familias estan reunidas, lejos de nosotros para no interferir o salir heridos por algún mal golpe, te veo frente a mí, estas en cuerpo, pero tu mente parece estar en otra dimensión, no me has quitado la vista de encima desde que llegamos aquí, es seguro que estas pensando en como destrozarme por completo.
Grito tu nombre y pareces despertar de ese sueño, Yagami temee, ¿por qué no puedo odiarte de la misma manera que tu me odias a mí?, somos rivales, o por lo menos eso me han hecho creer desde siempre, no tengo otra meta que matarte, aunque la verdad quisiera abrazarte. Abrazarte y no dejarte ir nunca. Debo borrar esos pensamientos de mi cabeza, es una locura.
Corro hacia ti – Kisama kyo – es lo único que alcanzo a oírte decir antes de que los gritos de pelea invadan el lugar, me golpeas con rabia, en esta ocasión en verdad quieres matarte, ya no es un juego como las otras veces, ese juego que los dos jugamos divertidos, golpearnos hasta desfallecer y después perdonarnos mutuamente la vida, debo admitir que por lo regular eras tú el que perdonaba mi vida. Sin embargo ahora es diferente, tu mirada no es la misa de odio extremo, pareciera que sufres por dentro, pero tus golpes confirman lo contrario, y llego a una conclusión, te has cansado de jugar a perdonarnos la vida, y estoy seguro que hoy acabaremos con este juego.
Dios, siento tu mano entrando en mi estomago, me duele mucho, pero de repente un calor invade mi cuerpo, no es causado por tus llamas, sino por tu mirada, te has detenido a mirarme a los ojos, y ahora puedo ver los tuyos perfectamente, y me doy cuenta de que estas sufriendo, en verdad sufres, nunca has querido revelar tus verdaderos sentimientos, pero tu mirada te delata.
¿Por qué sufres?, me gustaría saberlo antes de morir, me hubiera encantado conocerte mejor, el saber porque tu vida es tan sola, y así poder llenarla con todo el amor que siento hacia ti.
Por mucho tiempo le tuve miedo a la muerte, un miedo terrible, el cual sentía hasta hace unos momentos, pero tus ojos me han hecho perder ese miedo ¿Por qué?, no lo sé, algo me dice que no te perderé aunque muera. Además moriré como siempre quise morir, moriré en tus manos, acabaras con mi vida, siempre pensé que si no podía tenerte para mí, me conformaría con morir por ti.
Tu morirás también eso lo sé, llevas en tu sangre la maldición de Orochi, me siento alegre ante estos pensamientos, debería no estarlo pero no puedo evitarlo. Tal vez no mueras hoy ni mañana, quizá no mueras sino dentro de varios años. Pero no me importa, yo esperare ya sea en el cielo o en el infierno el tiempo que sea necesario, te esperare hasta que llegues ahí, luchare contigo, como hasta ahora, estaré contigo por siempre y tu estarás conmigo para siempre, y ya nada podrá separarnos jamás. Mis ojos se cierran, pero estoy feliz porque lo ultimo que veo es tu rostro, hasta pronto Yagami, mi adorado Yagami.