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Las Alas de la Condenación por uroborosnake

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Notas del capitulo: El secreto de Usher!, y unas cosas más...
 

III. UN VASO CON SANGRE

 

 

            Harry salió de la habitación, incapaz de hacer funcionar su mente debido a lo intenso del shock; él no habría planeado algo así ni siquiera para el Señor Oscuro, que había asesinado a sus padres y amenazaba con destruir el mundo o esclavizarlo. No, esto era inconcebible, esto no podía estar sucediendo...la última vez que vio a Malfoy, estaba frente a Dumbledore, sin lograr cumplir con las órdenes que le habían dado, sin poder lanzar el Avada, temblando, pálido y ojeroso por las exigencias del Lord, adelgazado por las amenazas sobre su familia, Lucius en Azkaban y Narcissa en peligro de muerte...pero aún entonces parecía entero, un chico insufrible y altivo, ahora estaba despedazado, física y mentalmente, como una planta pisoteada, quemada por la escarcha, abrazada por el sol, envenenada con tierra muerta.

 

            De pronto, Harry tuvo plena conciencia que esto no era algo que pudiera o debiera estar a su cargo, había hecho ya demasiado con sacarlo del Bosque Prohibido y traerlo a Grimauld Palace, que por demás era la guarida de la Orden, se había dejado al descubierto, los ponía a todos en peligro al no medir con anticipación las consecuencias de su actuar ante la emergencia que había surgido. Ahora era tiempo de enmendar aquéllo entregando a Malfoy a su madre o a quien fuera de su familia que pudiera cuidarlo en su recuperación, que sería en extremo larga.

 

            "Porque no puedo hacer ésto solo", dijo para sí mismo, a media voz.

 

            -Claro que no puedes, nadie podría - le contestó Usher, que estaba frente a él, que no había sentido venir y que lo miraba con expresión cansada a un escaso paso de distancia.

 

            - Doctor...-masculló Harry- ¿cómo sigu...?

 

            Harry no acabó la frase al notar una evidente expresión de dolor en el rostro de Usher. El medimago le dedicó un remedo de sonrisa mientras alzaba el índice hasta sus labios, imponiéndole un volumen de voz que se parecía más a un susurro. El chico asintió mientras veía al hombre tomar asiento junto a él en el sofá.

 

            -No me encuentro bien -sentenció, con una máscara de dolor apenas disimulada-. Demasiado trabajo y poca magia. Por supuesto que nadie se siente bien al final del turno, claro.

 

            "El muchacho está mejor dentro de lo posible. Curé sus muñecas y sus heridas superficiales; las heridas internas son más de cuidado, pero las dejé bastante cicatrizadas, aunque le dolerán por semanas y puede volver a sangrar ante un mínimo esfuerzo. Las secuelas de los crucios y los daños internos se mantendrán a raya con una poción que le recetaré, sin embargo, debo advertirle que su sufrimiento apenas remitirá lo suficiente como para que pueda soportarlo.

 

            -¿Y sus ojos? -inquirió Harry.

 

            Usher suspiró pesadamente.

 

            -No he podido dar con el hechizo que lanzaron para cegarlo, de modo que por el momento, no puedo hacer nada al respecto, tendrá que esperar; le haré algunas pruebas más adelante o tal vez él pueda recordar lo que le hicieron para usar un contrahechizo -contestó.

 

            "Estará físicamente convalenciente por unos quince días. Entonces tendrá que aprender a adecuarse a su ceguera y a su...nuevo estado...

 

            Harry asintió.

 

            -Cierto -dijo-, quizá él ni siquiera sabe que ahora...es así...bueno, digo...no se ha visto y está inconsciente. No puede salir a la calle sin que una multitud repare en él, quedará al descubierto y correrán a terminar lo que empezaron quienes le hicieron esto.

 

            -Sí -reconoció Usher-. Él no puede evitar que vean su nueva apariencia por lo menos hasta que aprenda lo que significa.

 

            -¿Significa? -replicó Harry- ¿Qué significa?, Usted dijo que había algo más, pero no mencionó lo que era.

 

            -No me gustaría hablar de eso, -sentenció el médico- tal vez no me atreva. No quisiera pronunciar esas palabras porque esa es la condena. Cuando alguien sepa que ese chico existe así, entonces lo buscarán para cazarlo, se convertirá en una presa, gente con malas intenciones, peores aún que los que le hicieron lo que vimos, irán tras de él como sombras, no estará en paz ni un segundo hasta el día en que muera. Si Voldemort llegara a saber que alguien con las Alas de la Condenación existe, entonces todo estará perdido.

 

            "Y eso no le conviene a nadie.

 

Sorpresivamente, Usher levantó la mano y la llevó hasta la frente de Harry, donde la descubrió del cabello que la ocultaba, rebelando la cicatriz en forma de rayo que lo identificaba indudablemente.

 

            -A nadie la convendría que Voldemort encontrara al chico, salvo a la gente de su bando -continuó Usher retirando su mano-, pero a tí si podría serte de mucha ayuda tenerlo en tu poder, Harry Potter.

 

            La voz se le endureció cuando pronunció su nombre, como si fuese tan terrible estar en el bando del Lord como en el de la Orden. Harry no pudo reprimir un respingo.

 

            -¿A qué se refiere? ¿Qué es lo que insinúa? -reclamó.

 

            Usher se llevó la mano a la sien, donde una venita estaba comenzando a levantarse y latir pesadamente; el hombre palideció y cerró los ojos por un segundo, como si la luz le molestara.

 

            -Insinúo que ese chico puede convertirse en un arma -sentenció.

 

            -Pero yo...-comenzó Harry, pero se detuvo ante la mano alzada de Usher, que parecía pedir silencio.

 

            - Continuaremos hablando, pero necesito un vaso de agua -murmuró en un susurro de dolor.

 

            Harry se levantó rumbo a la cocina, pero la voz del medimago lo detuvo:

 

            -¿Puedo encender un cigarrillo? -le preguntó.

 

            -Supongo que sí -contestó el chico alzando los hombros.

 

            Harry oyó el chasquido del encendedor cuando entraba a la cocina, y mientras abría el grifo, repasó mentalmente el lugar en que se guardaban los ceniceros, de modo que volvió con ambas cosas a la sala. Cuando regresó, Usher se había quitado la bata, tenía la cabeza sobre el respaldo del sofá y aspiraba el humo con los ojos cerrados. El aire estaba de pronto saturado de olor a tabaco, penetrante olor a tabaco dorado de Virginia. El médico arrugó los párpados cuando oyó el leve sonido que hizo el cenicero al ser depositado sobre la mesita y abrió los ojos ante el vaso de agua que Harry le extendió. Tenía las pupilas contraídas como si hubiese una luz enceguecedora en la oscura habitación y le temblaba la mano. Mantuvo el cigarrillo en la comisura de los labios mientras tomaba un frasquito de su bolsillo y lanzaba unas gotas de su contenido en el agua: el líquido se volvió de un color sangre perfecto, con espuma que se veía como espesos coágulos.

 

            -Parece sangre -murmuró Harry, viendo un tanto asqueado como el hombre se bebía el contenido a cortos sorbos.

 

            -En cierto sentido, eso es lo que es -respondió Usher.

 

            -Un vampiro...-masculló el chico.

 

            El hombre sonrió con desgano mientras Harry volvía a sentarse a su lado.

 

            -No -respondió-, el vampirismo no me queda, pero sé muy bien lo que es sentirse un fenómeno, por eso comprendo un poco lo que va ha sentir ese chico cuando sepa lo que ha pasado con él.

 

            "Lo mío es una enfermedad, una variante del mal de Creutzfeldt-Jakob, lo llaman, de hecho, el "Mal de Usher". Se trata de una enfermedad hereditaria degenerativa que ataca las proteínas del cuerpo, especialmente las células neuronales, produciendo una mutación que acaba en la muerte; la única cura posible es el consumo de carne humana, que retarda el proceso degenerativo. Cuando mi padre me contó lo que sucedía con la familia, yo tenía doce años, entonces decidí que sería médico para encontrar una cura, me hice especialista en enfermedades celulares y genéticas, pero no conseguía mi objetivo; hace dos años, vine a Inglaterra a tomar unos cursos extraordinarios...por una casualidad descubrieron que era mago y acabé mezclando las enseñanzas de la ciencia y la magia. Después de unos meses, pude dar con una fórmula sucedánea de las proteínas de la carne humana en base a una serie de plantas relativamente fáciles de conseguir. El tratamiento es muy efectivo, y sólo de vez en cuando, vienen estos pequeños ataques, pero son fáciles de controlar con estas gotas concentradas de poción, sólo para emergencias.

 

            Harry continuó mirándolo con desconcierto durante un momento todavía, mientras veía cómo la poción iba haciendo efecto sobre él, relajándolo de forma rápida y clara.

 

 


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