Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Las Alas de la Condenación por uroborosnake

[Reviews - 69]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Graaaaacias por todos sus comentarios y por las notas de buena onda. Estoy trabajanto y pronto acabo para subir el final. aludos a todos y besitos.
 

V. LLANTO

 

 

            Las cosas se habían complicado en tiempo récord, pensó mientras devolvía el contenido de su estómago dentro de un bote de basura junto a la esquina de la casa, definitivamente este humo no hacía nada bien y el mundo que giraba de forma vertiginosa delante de sus ojos, dejó de verse como un torbellino deforme cuando respiró holgadamente el aire frío de la noche. Tuvo que pestañear un par de veces y quitarse los anteojos antes de proseguir su camino, y estaba a medio camino en la escalinata cuando un vocecita le recordó que Malfoy estaba allí, inconsciente en el cuarto de huéspedes, herido y desnudo...y quizá también un poco desequilibrado. Decidió que iría a buscar un poco de ropa, lo que fuera, una muda al menos para hacer menos vulnerable su estado; encontró abierta una tienda de ropa muggle de segunda mano y se contentó con eso, a fin de cuentas, era una emergencia, y muy buena para su bolsillo. No pudo evitar imaginar la expresión de asco que hubiese puesto el Malfoy que conoció en Hogwarts  sólo por el hecho de saber que se traba de una tienda de esa categoría, menos habría consentido en usar esas prendas. Prendas que para Harry, que siempre estuvo obligado a llevar las ropas en desuso de su primo, estaban más que bien; calcetines de lana, pijama de franela, cuatro pares de calzoncillos de algodón...ya se las arreglaría para cubrirle la espalda y el pecho...

 

            De pronto, tuvo la completa certeza de que estaba haciendo todo lo posible por demorarse antes de volver a la casa; sonrió amargamente al analizar sus pensamientos y decidió que intentaría con otro cigarrillo, sólo para tratar de pensar como Usher. Esta vez fue más fácil y menos desagradable, controló el mareo y volvió a aspirar el humo luego de entender que había una especie de sabor metálico más allá de la vaharada acre que hacía doler su garganta y su nariz. Después de la tercera calada las cosas se hacían muchísimo más fáciles, y de no ser por ese ruido...ese ruido repetitivo, molesto como las goteras de una llave descompuesta, como un gorgoteo, como la voz de un fantasma...una voz...o el intento de una.

 

            Después de todo lo que había pasado en el día, estaba demorando en procesar la información que llegaba a su cerebro, y no fue sino después de unos largos segundos que comprendió que Malfoy estaba despierto y emitía alguna especie de sonido que no podía descifrar. Harry apagó la colilla en una charca junto a la entrada y subió rápidamente mientras el sonido se hacía cada vez más audible, pero no más claro. Cuando llegó a la habitación se dio cuenta de que era un llanto.

 

            Malfoy se había medio incorporado en la cama, lo que le permitían sus dolores, tenía los ojos llorosos y una expresión de terror tan extrema que Harry pensó que estaba frente a una visión pavorosa.

 

            -¿Quién...? ¿Quién está allí? -articuló, con la voz temblorosa- ¿Dónde estoy?

 

            Trataba de mirar, abría los ojos en vano, sabiendo que no veía y el intento lo hacía aún más terrible.

 

            -No te preocupes, nadie va a hacerte daño -lo tranquilizó Harry, acercándose.

 

            -¡No! ¡no! -dijo Malfoy, alterado- Por favor, no te acerques!  ¡No me veas!

 

            Se tocó la espalda convulsivamente, como si tuviera miedo de sí mismo y negó con la cabeza, dando a entender que no sabía exactamente qué había pasado.

 

            -No te preocupes -repitió Harry-. Si crees que...bueno, ya te he visto de todas formas, no hay manera de que te cubras, pero si quieres...si quieres, no dejaré que nadie más te mire.

 

            El chico pareció tranquilizarse un poco y Harry aprovechó para acercarse unos pasos.

 

            -Por favor...-volvió a sollozar.

 

            -¿Qué sucede? ¿Te sientes mejor? El médico dijo que había curado tus heridas externas, pero no debes moverte, no puedes levantarte.

 

            Harry se acercó hasta quedar al borde de la cama, pero entonces, Malfoy retrocedió al sentir su presencia, encogiendo las piernas.

 

            -Por favor no me toques -lloriqueó-; ellos me...

 

            Y se largó a llorar con las manos en la cara, calladamente, aunque con una intensidad que apretaba el corazón y hacía sufrir la conciencia. Harry suspiró y trató de mirar hacia otro lado, completamente incómodo; algo en su interior le pedía que lo consolara, aunque se tratara de Malfoy. Puso una mano sobre su hombro, el chico se tensó y tembló completamente ante su contacto, y no se mostró para nada mejor sino todo lo contrario, de manera que quitó su mano de allí y se sentó en un borde de la cama hasta que Malfoy dejó de tener tanto miedo.

 

            -¿Bien?-preguntó-. Tienes que tranquilizarte, nadie aquí va ha hacerte nada. Estás en mi casa, es un lugar muy seguro y voy a cuidar de tí hasta que estés mejor ¿De acuerdo?

 

            El chico asintió sin levantar la cabeza.

 

            -¿Tú me salvaste la vida, no es cierto? -preguntó, en un murmullo casi incomprensible que llegó hasta Harry a través de los dedos que cubrían su rostro.

 

            -Yo te encontré y te traje a mi casa, después fui a buscar un médico, el doctor Usher fue quien te curó -contestó Harry.

 

            Malfoy levantó la cabeza y lo miró con sus ojos ciegos.

 

            -¿Nos conocemos, verdad? -inquirió, como sospechando -Tu voz...

 

            Por algún motivo, Harry sintió que no podía decirle su nombre, no todavía, no cuando seguía tan inestable.

 

            -Tal vez sólo de vista, me llamo Harr...Harrison, James Harrison, sexto año en Revenclaw -mintió.

 

            Malfoy frunció el ceño, tratando de recordar, pero evidentemente no tuvo éxito.

 

            -¿Tienes frío? -cortó Harry.

 

            Malfoy asintió

 

            -Te traje algo de ropa abrigada ¿quieres que te ayude a ponértela?

 

            -No -masculló Malfoy-, sólo enciende la luz.

 

            ¿Encender la luz? Nada estaba bien con Malfoy y Harry empezó a pensar cuánto debía decirle, pero esto no podía ocultárselo, era imposible, si callaba le haría todavía más daño.

 

            -Trata de no asustarte -le recomendó-. Hay algo que tengo que decirte...La luz...la luz está encendida, pero...tú estás ciego.

 

            Malfoy pestañeó confundido, por un segundo pareció incrédulo, y luego, súbitamente, su respiración comenzó a acelerarse, tembló de manera incontrolable y lanzó un grito inarticulado que apenas sonaba como humano.

 

            -¡No!¡No!-gritó con la voz convertida en llanto- No puede ser, no...no puede...entonces es cierto, entonces...entonces ellos mataron a mi madre...no...

 

            Y de una vez por todas, comprendió que lo que había creído una espantosa pesadilla era verdad, con todos sus detalles, hasta el último de los horrores, hasta que entendió que sólo el recuerdo podía enloquecerlo, y así lo deseó, deseó estar muerto de verdad para no tener pensamientos, deseó que el mundo se terminara y que de su alma atormentada no quedara ni un vestigio capaz de alterar su descanso. Quiso olvidar su identidad, perder toda noción de sentido, dejar de ser humano y convertirse en un aliento perdido que se lleva el viento. Por fin lloró su duelo, lloró como tenía que llorar, con cada fibra de su alma y de su cuerpo, lloró por el pasado y por el tiempo vacío que venía haciéndose llamar engañosamente futuro.

 

            Lloró durante horas, hasta que se levantó el alba, hasta que ya no pudo más, hasta que su debilidad se alzó contra él y le robó el conocimiento, hasta que creyó morir y hasta que Harry, que no fue capaz de moverse de su lado, lo vio desvanecerse en una laguna de dolor negro.

 

            Sólo cuando desmayado, laxo y frío como un cadáver, no fue dueño de sus movimientos, sólo en ese instante, Harry lo abrigó con las ropas que le había traído, aunque estaba seguro de que nada infundiría tibieza en ese cuerpo que anhelaba la muerte.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).