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Las Alas de la Condenación por uroborosnake

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Notas del capitulo: Hola, estoy de vuelta y traigo a un personaje nacido entre la cruza de mi imaginación, la de R. McCammo y Poe. Espero que lo quieran tanto como yo. Y para los que estaban preocupados, bueno...trataré de que las cosas salgan bien de ahora en adelante.
 

II. USHER

 

 

            La expresión del doctor Usher se deformó instantáneamente cuando observó a Malfoy, allí, en la alfombra en ese estado tan lamentable que retorcía el corazón hasta del más insensible.

 

            -Demonios blancos...-susurró el médico- Esto es espantoso, ¿Quién ha hecho esto? ¿Dónde lo encontró? -Pero sus ojos no miraban las heridas sino las alas con una obscura fascinación.

 

            -Mortífagos -confesó Harry-, le hicieron esto y lo abandonaron en el bosque, lo hallé hace poco, apenas puede balbucear algunas cosas, pero me suplicó que lo matara, que no podía soportar el dolor.

 

            El médico cerró los ojos y suspiró profundamente.

 

            -Hay que llevarlo a una cama -dijo al fin.

 

            Tomaron a Malfoy con cuidado y lo llevaron a la habitación de huéspedes, en la segunda planta. Francamente no fue una tarea fácil, no sólo por las heridas, sino por el extraño cambio que había sufrido el cuerpo del chico, que hacía muy complejos los movimientos. Por fin llegaron a un lecho suave y blando donde le dejaron.

 

            -Está inconsciente, es mejor que continúe así mientras lo reviso porque me temo muchas sorpresas desagradables...-dijo Usher.

 

            -Bien, lo dejo para que trabaje en paz -dijo Harry.

            -No -murmuró el medimago-, voy a necesitar toda su ayuda.

 

            Harry se estremeció, pero no pudo negarse.

 

            -Está ciego -le dijo al médico-; lo cegaron.

 

            Usher lo miró con atención:

 

            -¿Lo conocía? -preguntó.

 

            -Éramos compañeros de clase en el colegio -declaró el chico.

 

            El medimago asintió en silencio.

 

            Le revisó los ojos y comprobó que lo que Harry le decía era verdad, luego observó detenidamente sus muñecas y negó con la cabeza como si no fuera capaz de entender que alguien hiciera algo así; miró las heridas de sus brazos, de sus piernas, los rasguños sobre su corazón:

 

            -Trató de suicidarse -masculló mirándole las uñas ensangrentadas-; quizá lo torturaron.

 

            Le palpó el cuello, los brazos, la columna vértebra por vértebra, y luego puso la palma de su mano sobre su cabeza.

 

            -Cielo bendito...-susurró- Los dolores, sabe, provienen de una cantidad de maldiciones que apenas puedo imaginar; debieron atacarlo con una docena por lo menos de crucios.

 

            Algo dentro de Harry tembló al recordar la agonía que provocaba una sola de aquéllas maldiciones imperdonables. No podía creer lo que significaba sufrir doce de ellas, ni siquiera dos.

 

            Usher volvió a suspirar en negro presentimiento a lo que venía.

 

            Tomó un par de tijeras y cortó lo poco que quedaba de su túnica. Malfoy no llevaba ropa interior y había sangre en la parte posterior de sus muslos, entre sus nalgas, en el trapo negro y endurecido que le cubría; había sangrado profusamente por aquél lugar tan poco elegante, había sufrido hasta en ese rincón impensable de su anatomía. Usher levantó suavemente su pierna y observó allí con el rostro desencajado. Harry trató de desviar la vista, pero estaba como hipnotizado por el macabro espectáculo.

 

            Cuando Usher bajó la pierna con delicadeza, tenía los ojos vidriosos de lágrimas. Cuando se es médico pueden verse muchas cosas horribles, pero nunca se está preparado para todo lo que la mente humana puede llegar a concebir en  su insanía.

 

            -Este muchacho fue violado...-sentenció Usher con un hilo de voz-...violado con una brutalidad inaudita...violado muchas veces...está destrozado...

 

            Harry no pudo evitar emitir una especie de jadeo de horror y de sorpresa; ante las palabras del medimago, se erizaron sus cabellos, se le puso la piel de gallina, se le apretó el corazón dentro del pecho, sintió una mano apresando su garganta. Tuvo que asirse del borde de la cama. No podía creer lo que estaba sucediendo, era imposible...una cosa era golpear o herir a una persona que, como Malfoy, cometió muchos errores y tenía un comportamiento a veces reprochable...pero hacer esto...

 

            -Es espantoso -concedió Usher-, y aún no es todo. Tengo que ser sincero con usted, puedo curar muchas de las heridas de este chico, pero nunca, jamás volverá a ser la misma persona que conoció. Quizá cure su cuerpo, no puedo hacer nada por su mente, no le aseguro que le quede cordura, no después de esto.

 

            "Pienso que le ataron las muñecas para evitar que se resistiera a la violación, y fue cegado para que no pudiera delatar a los criminales, los crucios que recibió todavía vibran en sus huesos y en sus músculos, y sentirá dolores por varios días más. Las heridas fueron hechas hace unos dos o tres días, pero lo abandonaron al frío, a la obscuridad de la ceguera, a las ratas y otras alimañas del bosque que acudieron a beberse su sangre y acosarlo en la soledad.

 

            "Es lo más horrible que había visto jamás.

 

            Harry suspiraba y negaba con la cabeza.

 

            -Y...¿Y esas alas? Él no era... así...-articuló.

 

            -Esa es la otra parte -dijo Usher- "Las alas blancas de la condenación", así las llaman. Sucede una vez cada quinientos años o más, cuando un mago inocente es torturado en las formas más horrendas posibles, el Destino, o algo que rige la vida de todos los seres, sea lo que sea, otorga esta...compensación. Mártires que se convierten en ángeles sobre la tierra...       

 

            "Hay algo más, pero no me atrevo a decirlo. No todavía.

 

            Robert Usher respiró profundamente.

 

            -Ahora voy a curar lo que se puede curar -aclaró.

 

            Y comenzó a usar su varita para tratar de reparar lo que estaba en sus manos arreglar.

 

Notas finales: no me maten...todavía

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