Capítulo 7 "NO HUYAS DEL AMOR"
Yuuri entrelazó los brazos alrededor del cuello de Wolfram y fue llevado por el rubio hasta la cama que mágicamente apareció... se miraban el uno al otro y una traviesa sonrisa de dibujó en sus labios...
-Si querías que fuese tu profesor, sólo tenías que pedírmelo, Yuuri- le susurró al oído.
-En tiempos como estos no se puede estar estudiando Historia Universal... gracias al baka de mi onii-san, estamos como estamos.
-Menos palabras y déjate llevar... baja por el cuello hasta la camisa que va desabrochando botón por botón, un verdadero juego de seducción que encendía más el escenario.
Sus labios se posaron en ese pecho, plano, moreno, fuerte y juvenil... era toda una delicia escuchar esos gemidos cuando pasaba su lengua por los sonrosados pezones y estos se ponían erectos.
-Wol...fram, no, sigas- gemía y se retorcía arrugando las sábanas con las manos.
-No me detendré, serás mío, por las buenas o por las malas... así quedará bien claro a esa bruja de quinta quién es tu dueño.
Aún en los momentos más íntimos tiene que salir con el "temita"... eso si que era ser mata pasiones...
-¿Por qué hablas de ella?- se levanta bruscamente de la cama Yuuri.
-Porque ella me quiere robar lo que por derecho me pertenece, llámese Yuuri Shibuya.
-¡Si te dije que ella no existe!
-¡no mientas!, los debiluchos no deben decir mentiras o serán castigados.
-Todo iba bien hasta que sacaste nuestro tema periódico... podría ser que alguna vez no se mencione a mi supuesta "novia"
-Sólo si me das un beso- dice caprichoso el rubio.
-Fuiste tú quien empezó, termínalo.
-Será un placer- lo empuja con fuerza a la cama nuevamente y retoma su labor... faltó poco para recuperar ese lapsus ya que sus entrepiernas despertaron más temprano que nunca y reclamaban atención inmediata.
-Esta es la primera vez que hago esto- dice Wolfram nervioso.
-Para mi también- dice sonrojado el Rey.
-Puede ser un tanto torpe y podría lastimarte.
-Hazlo o te arrepentirás.
Se arrancaron la ropa ya que era molesta, el sólo contemplar sus cuerpos desnudos y tener conciencia de su propia desnudez, era un gran incentivo para excitarse todavía más... ante tal visión de ese ángel de piel blanquecina, cabello rubio y ojos verdes, ante ese Rey, de cabello y ojos negros, fue algo totalmente sublime y fuera de control... el sólo roce de sus miembros erectos ya provocaban descargas eléctricas por sus cuerpos...
-Creo que moriré de tanto placer... dice entre gemidos Yuuri...
Con sus dedos ensalivados, introduce el primero en la virginal entrada del pelinegro, provocando una contracción y un gemido de dolor. Lo fue moviendo en círculos para introdcir el segundo y luego el tercero... esa estrechez, ese calor... al penetrarlo lo pudo comprobar... un grito de dolor escapó de los labios de Su Majestad, mientras que el rubio estaba tan extasiado ante esa visión, un Yuuri totalmente sumiso y sumergido en ese mar, entre el placer y el dolor... comenzó a moverse en el interior y con la mano, masajeó el miembro de Yuuri para que se relajara aún más...
Estando de esa manera, en un extásis único y unidos, acoplados, era la prueba fiel de que lo amaba tanto para entregarle su virginidad...
Después de esas embestidas, algunas rápidas, otras más localizadas, pudo tocar aquel punto sensible que lo hizo delirar palabras incoherentes, se derramó en el interior y el pelinegro entre ambos...
Cayó en su pecho, fue recibido por esos brazos protectores, y un largo beso los acompañó hasta el atardecer...
Mientras en la biblioteca...
-¡Su Majestad!, su humilde y fiel servidor, estudia fervientemente la cura para su terrible enfermedad- dice con una torre de libros sobre el escritorio.
Mientras que en el laboratorio de Anissina...
-Abre la boca Gwendal- lo forza a beber un jarabe que incluía esas extrañas "semillas"
-¿Qué es esto?- reclama poniendo cara de pocos amigos al beber ese líquido.
-¡Recuperaste la voz!, no cabe duda que soy una genio y que al fin he encontrado la cura para las enfermedades de Su Majestad... ja ja ja- pone los brazos a cada lado.
-Anissina, quiero que me lean un cuento- dice Greta a punto de llorar.
-Ya voy pequeña- dice.
-Yo quiero ahora, por favor- se aferra tanto a su delantal que lo tira con la mano y Anissina termina por quebrar al frasco con la medicina.
-¡No!- grita tanto que hasta Günter termina por caerse de la escalera en la biblioteca y le caen unos libros en la cabeza.
-¿Qué habrá pasado?- pregunta Sou, quien bebía un delicioso té junto a la sexy queen´s.
-De seguro debió ser que uno de los tantos inventos de Anissina falló.
-Y ni siquiera había anotado la receta... me quiero morir- dice cayendo lentamente al suelo.
-¡Lo siento!, ¡todo es culpa de Greta!, ah- se larga a llorar ruidosamente.
HABITACIÓN DE SU MAJESTAD...
Wolfram y Yuuri permanecían acostados, desnudos sobre la cama, cuando en eso...
-¡Su Majestad!, tenemos una emergencia- entra Conrad sin percatarse de nada- lo siento- dice avergonzado- vendré en otro momento- sale cerrando la puerta y poniendo un letrero de "no molestar"
-¡Conrad!, ¡Conrad nos vio Wolfram!- estornuda.
-Era sólo mi hermano.
EN EL SALÓN...
-¿Dónde está Yuuri?, hace rato que lo estoy esperando- dice una chica alta, delgada, de cabello castaño oscuro y ojos violetas, vestida con uniforme escolar.
-Su Majestad está ocupado- dice Conrad algo avergonzado.
-¿Cuánto tiempo pretende permanecer aquí?, lo he estado esperando por semanas, yo que soy su novia no debería ser así- reclama con tono de enfado la chica.
-¿Tú eres novia de Yuuri?- pregunta Conrad sorprendido.
-Si, soy su compañera de clases, su amigo Murata me ha traído aquí.
-Así que el gran sabio lo ha hecho...
-¿Cómo están?- dice Murata.
-Esto podría ser problemático- dice Conrad.
-¿Qué has dicho?- murmura una conocida voz de histeria y con fuego en sus ojos, además de que su aura era negrísima y espantaba hasta los buenos pensamientos.
-Ah, Wolfram, esta chica es- alcanza a decir Murata cuando la "chica" quedó rostizada por el conjuro de fuego del rubio.
-¿Cómo te atreves mocoso?- grita histérica- ¡arruinaste mi peinado!
-Se puede saber, cómo, cúando y dónde, conoces a Yuuri.
-Somos compañeros de clase, además que hace dos meses que estamos saliendo- dice con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡La voy a matar!- Conrad lo detiene antes que le arrancara el cabello.
-Sáquela de aquí gran sabio.
-Eso haré.
-No me habías dicho lo peligroso que son aquí, son unos salvajes incivilizados.
-Estamos en otro mundo, ni que fueras una princesa- dice fastidiado.
-Al menos ya estamos aquí.
HABITACIÓN DE SU MAJESTAD...
-Ah, ¿dónde está Wolfram?- pregunta Yuuri medio adormilado- debió ir al baño.
-¡Yuuri!, ¡explica de una buena vez quién es esa bruja!- grita Wolfram fuera de si y abriendo las puertas de golpe.
-¿Qué?, ¿quién?- pregunta extrañado.
-Con que aquí estabas, amor mío- entra la chica y se abalanza sobre el cuello para robarle un beso al pelinegro.
-¡La mataré!- iba a conjurar el hechizo, cuando Conrad lo detiene.
-¿Qué haces aquí?... Sayaka-chan...
-Vine a buscarte, mi amor- responde con su típica sonrisa traviesa.
LABORATORIO...
-¡Todo es culpa de Greta!, ah- seguía llorando como una Magdalena.
-Ya, Greta, Anissina podrá hacer la medicina de nuevo, no llores más o te dará fiebre- dice Gwendal.
-Lo siento mucho... decía entre hipidos.
-He fracasado- murmura la chica- ¡Cómo no fui a escribirla!
BIBLIOTECA...
Günter dormía una plácida siesta...
EN EL BALCÓN...
-Ah, este té está delicioso- decía la Reina.
-Así es, parece una receta especial- comparte Sou.
-La próxima vez que vengas, te enseñaré cómo prepararla.
-De esa forma se le enseñaré a mi madre, muchas gracias.
-De nada, es todo un placer tenerte en mi castillo.
-Ya tengo que volver a la Tierra, tengo algunos asuntos pendientes de la universidad.
-Es una pena, que tengas que irte.
-Ya vendré otro día, además, parecía que Yuuri se volverá un experto en Historia Universal.
-¿Por qué lo dices?
-Pues verá... ya lo sabrá.
-No me dejes en ascuas.
-Wolfram se lo dirá...
HABITACIÓN DE SU MAJESTAD...
-Eres un adúltero, debilucho, y tú eres una bruja de quinta.
-¿Podrían dejarme a solas con mi novio?, debemos recuperar el tiempo perdido.
-¡YUURI!- rugió el rubio.
-Esto no es lo que parece... Dios mío, ¡quiero despertar de esta pesadilla!
continuará...