CAPÍTULO 11 CEDRIC DIGGORY…
-Cedric Antoine Diggory Zilch. Un hombre alto, de cabellos castaños, ojos cafés, tez morena, complexión delgada.
-Estudió arte junto a su hermano Phillip destacando en escultura en mármol; no obstante, éste tenía un talento innato para la reproducción de obras de arte, por lo que decidido convertirse en su representante.
-Cuando estaba en el colegio conocí a Harry. Él era muy popular entre las chicas; no obstante, sentía algo extraño hacia él. Esas mariposas en el estómago, la necesidad imperiosa de escuchar su voz, verlo, convertirme en su amigo, por eso, un día me acerqué y comenzamos a platicar durante horas y horas en el balcón que daba al jardín. El tiempo voló para mí, estaba deseoso por saber todo sobre ti.
-¿Podría ser amor?, no lo creía y movía la cabeza de un lado al otro sin poder arrancarlo dentro de mí. Hasta los besos con Cho carecían de emoción.
-No podría pasarme esto a mí. No esto.
-Entonces llegué a un punto que sólo ser amigos no era suficiente.
-Un día que quedará para siempre en mi memoria, fue cuando me declaré.
-No era mucho, sólo quería entregarle todo mi amor aunque éste no me lo pidiera.
-Fui feliz mientras pude serlo, mientras pude sentir su olor, impregnarlo en mi piel para no sacarlo jamás.
-Abrazarte, el simple hecho de estrecharte entre mis brazos, sentirte mío, jamás lo sentí con nadie.
-Tuve a otros, simples sustitutos de mi descontrolado despecho el cual no podía detener. No encontré a nadie que mi hiciera sentir como tú… intenté desaparecer de tu vida, que fueras feliz; sin embargo, éste sentimiento no pude reprimirlo más… en mi soledad entendí porqué mi hermano murió… esa razón eras tú… me dejé cegar por la venganza y permití que él te sedujera… cometí ese grave error.
-Desde hace mucho, no miento, de aquella noche en que fueron presentados, se reencontraron, se avivó el fuego de antaño.
-¿Cómo pude ser tan ciego?... no hay peor ciego que el que no quiere ver.
-Aquella vez en la audiencia cuando dijiste que estaban saliendo, hubiera deseado ocupar el lugar de mi hermano, el que por cosa del destino no fui yo.
-Deseé con todas mis fuerzas haberlo matado, pero al comprobar que sonreías a su lado, se tomaban de la mano sin el temor o incomodidad de antes yo…
-Armé mi maleta, sin dudar, con el corazón hecho trizas decidí marcharme.
-No niego que me duele, he llorado, te he extrañado, pero una mañana me percaté que por mucho que te siguiera buscando, estar con otros, no era mi deseo.
-No podía seguir así, un día más sin ti, no lo soportaré. Te arrebataré de sus brazos al precio que sea, al precio que sea.
Ángel que has cerrado tus alas,
Capricho de la maldición lunar,
Te cruzaste en mi camino,
Sin evitar llegar a amarte,
Entraste en mi vida,
Clavándote como una espina,
Que sangra, grita, llora.
Te espero al atardecer,
Te busco en cada calle, sendero, pradera,
Alguna que lleve tu nombre,
Alguna que sepa nuestra historia,
O lo que resta decir,
Que en cada segunda pasado,
Te sigo y seguiré amando,
Y te recuperaré,
No importa “cómo”,
No importa el precio,
Ese es mi deseo.
CONTINUARÁ...