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Buendía por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es solo una historia muy corta que no se porque hice pero la hice, espero que les guste.

 

Shun despertó sintiéndose cansado y un tanto adolorido, su cabeza parecía no poder concentrarse en nada, aún estaba un tanto desubicado, trataba de encontrar algo de confort apretando su rostro contra la almohada y no tardó en darse cuenta de que era una almohada distinta, no terminaba de concentrarse para hacerse preguntas diferentes. De repente se sentó en la cama y se dio cuenta de que similar a la almohada era una cama extraña. De repente las cosas tenían sentido, recordaba donde estaba y porque las cosas le resultaban diferentes.

Era la almohada de Saga, era la cama de Saga ¿Cómo las cosas de Saga estaban en su habitación? Ya recordaba todo, estaba con Saga, en el templo de Géminis y pudo recordar la noche anterior, había estado con el de cabello azul en su templo toda la noche. Se incorporó despacio mirando alrededor, encontró su ropa a un lado sobre una silla, se puso sus bóxer, los pantalones de mezclilla, una playera sencilla de cuello redondo, estaba listo o algo parecido ¿Qué debía hacer? ¿Quedarse o marcharse? Antes de poder tomar cualquier determinación escuchó el sonido del agua de la regadera al detenerse.

Se dirigió a la cocina para preparar algo de beber, no tardó en preparar café que sin duda le caería bien en esos momentos, no tardó en estar listo y se sirvió una taza, estaba bebiéndola aún cuando escuchó unos pasos que se dirigían a él, al mismo sitio en el que se encontraba, unos instantes después aparecía delante de él Saga caballero de Géminis, vestido con unos sencillos pantalones azules y una playera negra, su hermoso cabello azul caía sobre su espalda, sin decirle una sola palabra tomó una taza de café y se sentó frente al de cabellos verdes. Parecía que las palabras no saldrían de ninguno de los dos, no por el momento.

Saga y Shun habían sido algo así como desconocidos que pueden llegar a ser conocidos una vez terminados todos los conflictos en los que estuvo envuelto el Santuario, algunas veces coincidían en el mismo sitio, charlaron en algunas ocasiones, todo parecía estar bien. En el tiempo que no se vieron se dieron algunos cambios en sus vidas. En el caso del de cabellera azulada era que trató de llevar una mejor relación con sus compañeros caballeros y eso estaba en orden, un par de relaciones sentimentales fallidas que afortunadamente no habían dejado heridas en nadie, a eso más o menos podía resumirse su existencia hasta la noche anterior. En el caso del jovencito de cabellos verdes la cuestión era que no había nadie, se permitió disfrutar un poco más de su juventud y aparte de ese sutil coqueteo con su compañero del Cisne no existió nadie en su vida, hasta la noche anterior por supuesto.

Así pues era momento también de recordar que era lo que había sucedido que los había llevado a estar en Géminis y terminar juntos en su recámara. Todo había empezado por una reunión, los caballeros estaban presentes y ellos estaban de visita, estuvieron conversando y conviviendo por un buen rato, de alguna manera ellos dos se habían aburrido de lo que sucedía dentro de los templos y salieron para tomar aire fresco, estando en las afueras fue que se encontraron.

Al principio solo se saludaron, después charlaron, de alguna manera esta botella de vino había terminado entre los dos y bebieron unas copas, todo estaba bien hasta ese instante, en algún momento Saga había acariciado el rostro de Shun y el menor no lo pensó para acariciarle la mano; surgió algo de estar solos, de la compañía, de estar solos, de ser caballeros, de estar solos, de sus vidas, de estar solos y así hasta que ya no pudieron dejar de tocarse, ciertamente que fue Saga quien hizo el primer movimiento pero eso se debió a que Shun no estaba seguro de que hacer.

Cuando el de cabello azul besó al menor este no dudó en corresponderle de la mejor manera posible, fue entre esos besos que se dieron en las afueras que murmuraron lo de estar en privado y tomados de la mano se dirigieron a Géminis, siguieron los besos, las caricias se hicieron insinuantes, demandantes, la temperatura subió entre los dos y quedaron sobre las sábanas sin ropa y... bueno, ya sabían el resto, al menos lo que podían recordar.

--Shun-dijo Saga de repente.

El de cabellos verdes lo miró pero no dijo nada, así que el de cabello azul continuó con sus inquietudes.

--No quise aprovecharme de ti Shun.

--No creo que lo hayas hecho-dijo el más joven.

--Algunos considerarían un delito lo que sucedió.

--Mi edad no es un problema Saga.

--Comprendo.

De nuevo cayeron en el silencio por un largo rato, había cosas que decir, que discutir pero ninguno de los dos se sentía con ánimos para eso, lo que en verdad debían decirse era otra cosa.

De repente Saga rompió el silencio, tenía que saber algo antes de determinar cuales serían sus movimientos.

--¿Lamentas lo que sucedió Shun?

--¿Qué?-preguntó el de cabello verde.

--¿Lamentas...haber estado conmigo?

A pesar de que trataba de escucharse tranquilo el de Géminis sabía que su voz había temblado al hacer esa pregunta pues no sabía cual sería la respuesta. El de Andrómeda tenía que sincerarse y pensar ¿Lo lamentaba? ¿Lamentaba haber estado con Saga? ¿Qué le gustaran los hombres? La verdad era que no lamentaba nada de lo que había sucedido, fue feliz, estaba seguro de eso a pesar de no recordar mucho, sabía que el estar entre los brazos de ese hombre fue un momento de dicha, estuvo contento y sintiéndose protegido por él, tenía que decírselo al hermoso hombre que lo miraba atentamente esperando su respuesta.

--No Saga-dijo Shun-no lamento haber estado contigo. Lo de anoche fue...fue especial, fue hermoso.

Sin nada más que agregar el de ojos verdes se acercó a Saga y lo abrazó para quedar sentado en sus piernas recargando su cabeza en su pecho.

--¿De verdad Shun?-preguntó Saga queriendo asegurarse.

--Si-respondió el más joven-Es la verdad Saga.

Y todo lo que pudo hacer el de cabellos verdes para convencerlo de que era la verdad fue besarlo, sus labios se encontraron con dulzura, cuando el mayor separó ligeramente sus labios fue todo lo que esperó el de Andrómeda para que su lengua encontrara la forma de entrar y jugueteara con la del hombre de cabello azul, el beso se hizo más profundo y en el momento que su lenguas se encontraron ambos se sintieron satisfechos. Los dos se daban cuenta de que las cosas habían cambiado.

Saga sabía que lo había cambiado, recordaba que apenas esa misma mañana había despertado con Shun completamente desnudo entre sus brazos, su hermoso cabello verde caía sobre su pecho y estaba recargado contra él, lo primero que hizo al verlo así fue querer besarlo pero cuando iba a hacerlo de repente una idea llegó a él: había sido el primero. Era el primer hombre que había estado con el de Andrómeda y sabía que después de eso lo había cambiado, no sabía que tanto ni si lo había lastimado. La idea de haberlo herido en cualquier forma lo mortificaba y de haberlo hecho nunca se lo hubiera perdonado. El de cabellera verde había sido el centro de su atención por un tiempo, sabía que lo quería para él sin importar la existencia de alguien más. La noche anterior había sido hermosa para él, realmente sintió que hacia el amor con el joven y solo esperaba que hubiera sido tan agradable para el menor como para él.

Y lo había escuchado decirle que no lo lamentaba, su corazón latió un poco más aprisa debido a eso, no podía creerlo en un primer momento, no lo detestaba por lo de una noche pero ¿Duraría? Solo podía hacer algo para saberlo.

--Shun ¿Te quedarías conmigo?

--Mientras me quieras a tu lado Saga.

Con esas palabras el de cabellos azules sintió que su corazón se encendía, solo la dicha emergía, parecía incluso que su nombre dicho por esos finos labios era perfecto, lo atrajo contra él y lo beso nuevamente, se sintió correspondido y siguieron así hasta quedarse sin aliento, definitivamente estaba feliz.

El beso enviaba sensaciones intensas a través de los dos, casi eran como escalofríos por su espalda y ambos se daban cuenta de lo mucho que significaban en sus vidas, su mente finalmente sabía bien lo que quería, se separaron lentamente y se miraron atentamente por unos instantes. Para Saga observarlo en esos instantes era lo mejor del mundo, Shun lucía tan hermoso ante él, era demasiado para resistirlo, tanto que su cuerpo empezaba a reaccionar y se decidió a llevar la iniciativa, pasó sus brazos alrededor del más joven y comenzó a besarlo por el cuello, permitiendo a su lengua explorar un poco de la suave piel, escuchaba a Shun gemir suavemente contra su cabello, sin pensarlo siquiera se dirigió a la camisa, pasó sus dedos por debajo de la tela y la quito lentamente.

El contacto de los dedos de Saga contra la piel de Shun hizo que el más joven temblara un poco, era extraño sentirse temblar cuando esa caricia lo había encendido, una vez que la ropa estaba fuera del camino sintió que los labios del mayor recorrían su torso y unos dedos tocaban sus pezones que se endurecieron, casi con ferocidad un placer increíble pero incompleto comenzó a recorrerlo y se arqueó contra las manos que lo tocaban. Era increíble que el de Géminis tuviera tal control sobre él, era como si su presencia fuera intoxicante, una mano siguió jugando en su pecho mientras que la otra gentilmente acariciaba sus pantalones, entre sus piernas y se frotó contra esa mano de igual manera que en la ocasión anterior.

Con cuidado de no hacerlo muy aprisa Saga comenzó a deshacerse del resto de la ropa que usaba Shun, quedó a un lado, lo miró por un instante y no pudo evitar sonreír al ver al hermoso joven a su lado, el hermoso y desnudo joven a su lado. El de cabello verde sentía que se olvidaba de si mismo al estar ante el de cabello azul, más aún cuando el otro empezó a desvestirse ante sus ojos, cuando terminó con esa tarea fue como un impulso, el de Andrómeda llevó su mano directamente al excitado miembro y lo tocó ligeramente, le dio la impresión de que el mayor se quedaba sin palabras por el contacto, se separó un poco y quedó de rodillas ante el hombre que permanecía sentado y tomó en su mano el sexo erguido del gemelo, por un instante lo sintió tensarse para después relajarse.

Por unos momentos los dos parecían expectantes con lo que sucedería, el dedo índice de Shun encontró la base del miembro de Saga, lo cual provocó que el mayor gimiera, lentamente el dedo se deslizó hacia arriba, ambos disfrutando de lo que sucedía. El de cabello azul parecía temblar un poco pero no se negaba a nada. Saga cerró los ojos, solo disfrutaba que lo tocaran y no dudaba en ponerse en las manos de su joven compañero, mientras lo tocara no podría hacer nada por si mismo, sería como un esclavo de Shun y agradecería cualquier orden que el otro le diera. Más aún cuando sintió el tibio aliento del jovencito contra su miembro.

Shun recordaba que la noche anterior Saga lo había complacido usando su boca, así que estaba decidido a pagarle el favor, su lengua acarició lentamente la punta del sexo que se mantenía erguido, lo hizo varias veces, probando y acariciando, deseando prolongarlo el mayor tiempo posible, después de unos momentos se decidió a que era suficiente y comenzó a tomarlo en su boca. El mayor apenas si podía creerlo y mucho menos creía poder contenerse de tomar al otro joven y terminar pero no podía hacer algo como eso, se limitó a llevar una de sus manos a su cabello, sumergiendo sus dedos, se mordió el labio inferior para no gritar, sus caderas se movieron de manera casi instintiva, conteniéndose de terminar pero no pudo hacerlo por mucho tiempo, los labios y el simple hecho de saberse en esa boca fue todo lo que Saga pudo resistir.

Dando un ronco gemido el gemelo terminó en la boca de Shun, apenas se había separado el de cabellos verdes cuando el mayor lo tomó entre sus brazos y lo beso, saboreó su propia esencia de esos suaves labios y era de lo mejor que le hubiera pasado en toda su vida. El beso le parecía a Shun por demás satisfactorio, se permitió ser estrechado con calidez  y ser protegido por esos fuertes brazos, cerró sus ojos mientras que su cabeza descansaba contra el pecho del otro hombre.

Pero solo unos instantes permanecieron de esa manera, sin decirse una palabra al respecto el mayor de nuevo guió a su compañero a la recámara para recostarlo sobre la revuelta cama que se había tal como la dejaron esa mañana. Shun se encontró sobre su espalda en la cama, sentía como el cuerpo de su compañero se frotaba contra el suyo sin dejar ninguna forma de escape, lo acariciaba tiernamente y parecía alaciar su cabello, el mismo cabello azulado caía sobre ambos.

--Shun-murmuraba el gemelo.

El de Andrómeda sintió que algo presionaba contra su cuerpo, se sentía tibio y húmedo y ciertamente duro, supo de lo que se trataba y por un momento se preguntó cómo había estado en su interior. Quizás debía considerar las cosas, pensar en las consecuencias y en el futuro pero la verdad era que no había mucho en que pensar, lo que quería era lo mismo que la noche anterior y no era solamente el sexo, era que ese hombre, justamente ese hombre, estuviera a su lado, lo tomara entre sus brazos y entregársele por completo y sin reservas.

El mayor sintió como una de las delgadas manos del más joven se deslizaba entre los dos, la fina mano aprisionó algo entre sus dedos, algo que hizo gemir a Saga y en respuesta el de cabello azulado también movió sus manos, llevo una exactamente entre las piernas del más joven y con cuidado uno de sus dedos tocó su entrada, fue un instante intenso, definitivamente el de cabello verde estaba sensible aún después de lo sucedido. Tuvieron que dejar de tocarse pues Shun se sentía un tanto abrumado, se giró y quedo boca abajo.

--¿Qué sucede Shun?-preguntó Saga un tanto consternado.

--Creo que será más sencillo así-respondió el de Andrómeda.

Saga sonrió y no tardó más que unos instantes en prepararse, con cuidado introdujo un dedo bien lubricado en Shun, el jovencito sintió que era más sencillo de esa manera, el que estaba sobre la cama cerró sus ojos con fuerza y permitió que el placer y el dolor lucharan unos momentos por el control hasta que se impuso la deliciosa sensación de que estaban tomando la decisión correcta.

Saga colocó una de sus manos debajo de Shun y lo colocó sobre sus rodillas en la cama, puso su cuerpo sobre el suyo, sus brazos y sus piernas a un lado de las del de cabello verde, su aliento en su cuello y le dio un beso en el cabello, el más joven sintió que temblaba ante la proximidad. El de Géminis no tardó mucho en encontrar su camino al interior del joven debajo de él, en unos cuantos movimientos ya estaba en la íntima entrada de Shun y lo penetró por completo.

El más joven se sintió invadido, había una cierta sensación de incomodidad que trataba de superar pero no era sencillo, sentía la masculinidad del otro hombre en su interior y era un tanto agobiante, respiraba más aprisa y apretaba los labios para no gritar, trataba de evitar el contacto, de separarse; fue entonces que Saga tomó con cuidado entre sus dientes el lóbulo de su oído y comenzó a mover sus caderas de forma rítmica y sin pausas, tan solo tomaba lo que sentía que era suyo y nunca dejaría ir.

 

--Oh-dijo débilmente Shun.

 

Trataba de pensar en que hacer para que las embestidas no fueran tan fuertes, después se decidió a que podía resistirlo, volteó a su lado derecho y vio algo que lo dejo impresionado en el primer momento. En la habitación había un espejo de gran tamaño y los dos se reflejaban en ese instante, lo que vio lo dejo pensando. El reflejo mostraba a un apuesto y atractivo hombre sobre él, le pareció que no había comparación alguna. Le hubiera gustado apartar un mechón de su cabello que vio caer a un lado de su rostro pero sus manos estaban ocupadas sosteniéndolo mientras el otro hombre seguía entrando continuamente en su cuerpo. Se mordió el labio inferior pues las cosas estaban cambiando, de repente se dio cuenta de lo mucho que le gustaba lo que veía y lo excitaba la imagen ante sus ojos.

 

De repente cualquier incomodidad se había esfumado, no pudo evitar gemir, su cuerpo se estaba rindiendo y entregando por completo al de cabello azul, supo que las cosas entre ellos dos eran...eróticas. Ya no había dudas de nada ni confusión ni temor, comenzó a disfrutarlo, le gustaba que ese hombre de ojos verdes estuviera dentro de su cuerpo, era tan apuesto y comenzó a buscar que entrara en él cada vez más.

 

Se movían al mismo tiempo, buscaban encontrarse a cada embestida, los movimientos eran más fuertes y probablemente el más joven tendría que responder por ello en las horas siguientes pero no importaba, era lo que querían , era lo que buscaban, era todo lo que habían querido y más cuando la noche anterior se habían encontrado y comenzaron su charla a la luz de la luna con una botella entre ellos, las batallas, el Santuario y de repente todo eso había quedado a un lado, ya no hablaron de los demás, solo de ellos, de lo mucho que habían cambiado, de lo apuestos que eran a los ojos del otro, una cosa llevó a la otra y en algún momento se estaban besando y casi sin perder el tiempo llegaron a Géminis, diciendo Shun lo cansado que estaba de seguir virgen cuando había unos hombres de cabello azul y ojos verdes disponibles. Unos besos y caricias y la recámara...

 

No quedaba espacio para recuerdos, no cuando algo en el interior del de cabellos verdes fue tocado con precisión, de repente todo tenía sentido, existían solo para estar en ese lugar en ese momento, nada más, los dos gemían con fuerza, seguían moviéndose más aprisa, tratando de ser todo para la otra persona a su lado, para que la satisfacción fuera completa; el del tercer templo buscó con una de sus manos el firme miembro de Shun y lo acarició con una dulce ternura que era un completo contraste con la forma en la que seguía montando a su dueño.

 

El tiempo transcurría pero hubo un instante en el que pareció detenerse, Saga dio un gemido de completa satisfacción al terminar en el interior de Shun, escucharlo fue increíble para el de ojos verdes, la simple idea fue lo suficientemente fuerte para llevarlo al clímax que se concretó gracias a esa gentil mano que aún lo acariciaba. Se quedaron muy quietos y unos segundos después el menor sintió como el otro hombre abandonaba su cuerpo, dio un gemido al sentirlo retirarse y el de cabello azul se sintió orgulloso de su tamaño y de su fuerza, de complacerlo y de ser el único que lo había hecho sentirse de esa manera.

 

--Esto es real ¿Verdad Saga?

 

--Lo es Shun, tan real como queramos que sea. Te amo Shun-dijo suavemente como un suspiro en su oído Saga.

--También te amo Saga-dijo suavemente Shun a punto de quedarse dormido.

--Esto será para siempre...mi amado Shun.

Se quedaron recostados por unos momentos más, no dijeron nada pero veían claramente como el sol de filtraba por las cortinas a la recámara, más que pensarlo fue como un impulso para el menor decir algo en su situación.

--Ya se lo que quiero decirte desde este momento a diario Saga.

--¿Qué cosa Shun?

--Buendía Saga.

--Definitivamente es eso. Buendía Shun.

FIN

 

Notas finales: Espero que les gustara.

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