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El destino de un ángel por licherni

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Notas del capitulo:

ya que estoy hago una actualizacion doble como regalo de fin de año

espero ke os guste y muchas gracias por los reviews intentare responderlos dentro de poco ^.^ con eso de ke estoy castigada sin internet y el ordenador parece un caracol en cuestion de velocidad no puedo arriesgarme mucho

muchos Kisses a todos y FELIZ AÑO NUEVO!!!!!!!!!!!!!!!!

 

Capítulo 6: Protectores

 

(Narra Draco)

 

No sé qué pensar de lo que me ha contado Harry, es todo tan repentino, creo que habría preferido mantenerme en la ignorancia. Extrañamente me hierve la sangre al pensar cuanta gente ha estado en los mismos brazos en los que estoy yo ahora. Siento sus labios en mi cuello y me estremezco, él se ríe y me abraza aún más fuerte.

-Te has quedado muy callado, ¿no me habías pedido que te lo contara? No hay quien te entienda Dragón, te lo cuento para que no te piques conmigo y te picas aún más.

-Son sólo celos incontrolados, no estoy picado contigo.

-Eso espero, no te preocupes por nada, te ayudaré cuanto pueda, encontraremos a alguien perfecto.

-No estoy muy seguro de eso.

-Lo intentaremos, no te preocupes, si no encontramos me tienes a mí más que dispuesto- me dice dejando que su aliento roce la piel de mi cuello haciendo que vuelva a estremecerme.- Eres muy sensible ¿cómo ha podido la gente decir que eres un don Juan? Si con la sensibilidad que tienes no necesitaría ni quitarte la ropa para que te corrieras.

-¿Me lo tengo que tomar como un cumplido?

-Si no quieres no, bueno, ya es hora de irse, ya sabes tengo que hablar con los chicos, darme una ducha y todo eso.

-De acuerdo- me bajo de la cama y él se acerca al borde para quedarse de rodillas frente a mí.

-Acuérdate de probar lo de la varita, ¿vale?

-Vale.

-Una cosa, tomate esto que te voy a decir como quieras pero, las personas sensibles son las que más me gustan, dan mucho juego. Y hazme el favor de perdonar al ángel, te corroe la conciencia y apenas has dormido por eso, de entre los dos el único que puede tener ojeras soy yo.

-De acuerdo, buenas noches Harry.

-Buenas noches Draco- me besa en la frente y me voy de la habitación.

 

Cuando llego a mi habitación dejo la varita de incienso encima de la mesita de noche, luego cierro las cortinas y suspiro para armarme de valor. Saco de uno de los cajones un cenicero y pongo encima la varita, con un chasquido de dedos la enciendo. Me tumbo en la cama pero no siento nada, al menos hasta que el olor a canela no llega hasta mí. El olor se pega a mis labios rememorando el tacto de los de Harry, algo invisible me roza el cuello haciendo que se me ponga la piel de gallina, me empieza a entrar calor y me deshago de la camisa. Ese algo invisible también me roza el pecho, lo único que siento en los labios es el recuerdo casi tangible de los de Harry, estoy en medio de un éxtasis gracias a las caricias del, por llamarlo de alguna manera, ser invisible. Cuando consigo pensar con un poquito de coherencia apago el incienso y abro la puerta del balcón y las cortinas, luego cojo ropa limpia y me meto al baño, ahora entiendo para qué necesitaba una ducha fría después de esto.

 

(Narra Harry)

 

Termino de ducharme justo en el momento en que llaman a la puerta, me envuelvo en una toalla y voy a abrir. Mis amigos no hacen ningún comentario sobre la poca vestimenta y me dejan en la mesita la bandeja con la cena. Dejan que me vista y presencian en silencio mi transformación.

-¿Cómo os ha ido el día?- les pregunto mientras me como la manzana que hay en la bandeja.- ¿Habéis hecho mucho ejercicio?

-Bastante- responden todos.

-Bueno, ya que no parecéis estar muy comunicativos hoy iré al grano, pertenezco a Draco y está celoso de vosotros.

-Estira la frase y saca detalles, Harry, se puede interpretar de varias maneras lo que acabas de decir.

-Piensa mal y acertarás Ron, veréis, no sé si habéis bajado a desayunar esta mañana pero olía a canela y todos sabemos lo que pasa entonces. Bueno pues al parecer el dragón es curioso y me ha pedido que le enseñara lo que estaba pasando- todos menos Luna me ponen mala cara.- Os juro que he intentado persuadirlo de que no era buena idea pero es muy cabezota- su cara no cambia.- Pensad lo que queráis pero es así, al final se lo he hecho pero al nivel más bajo con el que puede dar resultado.

-Como se entere Snape te veo sin cabeza acompañando a Sir Nicolás en la cacería decapitada para meterlo con enchufe- comenta Nev.- Ya me imagino el titular en primera plana, "El salvador del mundo mágico decapitado por su padre por intentar tirarse a su némesis"  Sería un bombazo.

-Qué gracioso Nev, ¿me dejáis terminar?

-Claro, claro, adelante.

-El caso es que su sangre veela ha reaccionado y ahora su mente y su cuerpo creen que les pertenezco, así que está celoso.

-Pero, ¿celoso de nosotros? ¿Por qué?

-De vosotros sólo no, también de todo mi harén, parte del vuestro más las aventurillas que solía tener y que por casualidades de la vida no recuerdan nada.

-O sea que también sabe lo de nuestra sala de juegos- dice Mione suspirando.

-Mione, échale la culpa a Ron, fue él quien empezó con el tema cuando nos preguntaron si era posible que Nev diera caña.

-¿Qué les dijisteis?

-Que tenías muchas aptitudes ocultas y que sí, dabas mucha caña. Ahora que lo pienso, cuéntanos cómo de resistente es Nott.

-Tanto como tú, Harry. ¿Te acuerdas del látigo de siete puntas?

-¿No me jodas? ¿En serio?

-Pues sí, además su sangre es muy dulce y su piel perfecta para marcar.

-Pues sí que te lo has tenido que pasar bien.

-Él no se ha quedado atrás tampoco, mira- se desabrocha la camisa que esconde su escultural cuerpo lleno de mordiscos y marcas de cortes.- ¿Qué me decís?

-Pues que para ser una serpiente tiene la boca muy grande.

-¿Tendrías mucho inconveniente en que fuera a veros hacer la faena?- le pregunto.

-Te grabaré un video, Harry, creo que deberías controlar tu manía boyeur. ¿Qué has pensado hacer con Malfoy?

-Encontrarle a alguien, si no hay nadie perfecto para él lo haré yo.

-¿Harry, estás seguro? ¿Sabes lo que eso puede acarrear?

-Sí, intentaré arreglármelas para que nada salga mal, él merece ser feliz. Si no os importa iré a dar una vuelta y a ver si me perdona.

-Ten cuidado Harry.

-Lo tendré- respondo poniéndome la máscara.

Me dejo caer por el balcón, hasta que llego al suyo, la puerta cerrada, las cortinas echadas y sus pensamientos incoherentes dentro. Lo oigo levantarse, me quedo en una esquina esperando, abre la puerta y las cortinas, luego entra al baño. ¿Y si entrara? Lo vería bajo la ducha, con el agua corriendo por su cuerpo libre de ropa, ¡ay, la tentación! ¿Por qué tuvo que coger la forma de mi más secreto deseo? ¡Un momento! ¿Mi más secreto deseo? ¿Para qué engañarme? Es así aunque no quisiera aceptarlo, siempre he deseado tener ese cuerpecito dispuesto a todo.

-¿Ángel? ¿Eres tú?- pregunta la voz de Draco desde la habitación. Su cabecita asoma por la puerta abierta.- Hola.

-¿Ya se te ha ido el enfado?

-Un poco, tenía que consultarlo con la almohada.

-¿Eso quiere decir que me perdonas?

-Sí, pero sólo si me juras y rejuras que no volverás a hacerlo.

-Te lo juro y rejuro- le digo, él se ríe divertido.- Esta noche sólo venía a ver si me perdonabas, vete a dormir, te ves cansado. Te prometo que mañana también vendré.

-Está bien, buenas noches ángel.

-Buenas noches-  me subo al barandal y me dejo caer.

 

Al remontar el vuelo me dirijo al centro de la selva, donde está el claro con el lago donde todo empezó y estaba el verdadero cascabel. Aterrizo con delicadeza sobre el agua, voy andando por la superficie hasta llegar a la roca, donde me siento y miro el agua con puntitos blancos y el reflejo de la luna en el centro. Suspiro, lo poco que faltaba para ser libre durante tres días y ahora la espera se alarga, aunque creo que también se alarga la libertad y eso sería toda una alegría. Muevo una mano y el agua se eleva en una burbuja, hago otra y otra y otra y otra, las dejo flotando en círculo y con un chasquido de dedos las ilumino. Muevo la mano y se mueven ellas, van bailando al ritmo de los movimientos de mi mano, siguiendo la melodía que Draco canta en su balcón sin haberme hecho caso.

 

Después de haberme dado una ducha bajo a buscar a Draco, que me espera con una deslumbrante sonrisa de buenos días. Mientras bajamos al comedor me va contando animadamente mi visita, bueno, la visita del ángel y luego cómo le fue con el incienso. Nos sentamos en nuestra mesa de siempre después de haber cogido lo que vamos a comer, mientras él unta la mermelada en las tostadas yo nos sirvo la leche y el chocolate en las tazas.

-¿De qué casa lo prefieres?

-¿Eh?

-Empezaremos hoy a buscar, si eliges casa podremos hacerlo todo más fácil.

-¿Empezamos por los de la mía?

-De acuerdo- miro alrededor y suspiro.- A Krum no lo querrás, es demasiado tonto, a aquél de la esquina tampoco, se sentiría el patito feo el pobre, los de aquella mesa ya están emparejados, los de la de al lado les va el sado y no creo que eso te guste demasiado y el resto serían babosas humanas más que personas normales.

-O sea que me has descalificado a todos los de mi casa.

-No, sólo los que están aquí, en el comedor.

-Es que están todos aquí, menos Theo, Blaise y Pan y ellos también están emparejados.

-Tienes razón, tendremos que pasar a otra casa. ¿Alguna otra preferencia?

-Deja los Hufflepuf para el final, a esos no los trago ni con agua.

-Muy bien, los Hufflepuf descalificados.

(Narra Draco)

 

Nos pasamos parte de la mañana y de la tarde buscando los pro-s y los contra-s de cada uno de los Ravenclaw libres hasta que nos damos cuenta de que la única casa que queda por mirar es Gryffindor. Nos sentamos en la terraza del bar por primera vez en todo lo que llevamos aquí mientras Harry hace un listado de la gente que está libre. Entonces el tal Michael ese se nos acerca con una sonrisa, la pena es que ahora no hay olor a canela para que se vaya en unos minutos.

-Buenas tardes bellezas- ¿de qué va éste?- ¿cómo os va?

-Bastante bien Michael, ¿y a ti? ¿Conseguiste solucionar tu problema?

-Sí, aunque después de mucho esfuerzo, ¿puedo sentarme?

-Estábamos ocupados- le responde Harry.

-Vamos Harry, por un ratito no va a pasar nada.

-¿Tú qué dices Draco?

-Por un rato podemos dejar lo que estábamos haciendo.

-Genial, ¿qué queréis tomar? Yo invito.

-Nada, gracias.

-Para mí tampoco.

-Bueno, pues yo tomaré un capuchino, voy a por él- se levanta y va a la barra. Miro a Harry preguntando con la mirada y él niega pero se sienta más cerca de mí.

 

Michael vuelve con su capuchino y nos mira todavía sonriendo, nos empieza a hacer preguntas típicas de un amigo, cómo estamos, qué nos parece el hotel, cómo es nuestra habitación, en qué piso estamos... Luego se pone a contar anécdotas de Gryffindor, algunas de las cuales no me hacen mucha gracia. Harry a mi lado simula hacerle caso, reírse de las anécdotas y pasárselo bien, aún así puedo ver que dentro de él algo va mal ya que su aura está continuamente cambiando. Al final su interior explota cuando Michael suelta una frase con más de un sentido.

-Siempre me he preguntado qué tienen los rubios para atraer tanto a las personas.

-Es todo un misterio, lo siento Michael pero tenemos que irnos ya- me coge de la mano haciendo que me levante y me lleva lejos del Gryffindor.

-¡Harry!- lo llama alguien, nos damos la vuelta y es Lovegood.- El profesor Snape dice que quiere verte ahora.

-¿Está enfadado?

-No, se lo veía muy tranquilo.

-Eso no siempre es bueno cuando se trata de él, gracias Luna- ella sonríe y se va. Él se gira para mirarme y me coge de las manos.- Lo dejamos para más tarde ¿vale?

-Vale, no hay problema. Ten cuidado, ya sabes cómo es Severus.

-Sí, lo sé, pero prefiero que tengas tú cuidado, hay mucho buitre suelto.

-De acuerdo, si terminas pronto ven a buscarme ¿vale?

-Sin falta, hasta luego Dragón.

 

Lo veo alejarse, creo que iré al lago un rato, hace mucho que no paso y es donde más tranquilo se está. Cuando salgo alguien me llama, me giro y veo a Michael.

-¿Qué ocurre Michael?

-Venía a hablar contigo un rato, ¿Harry te ha dejado solo?

-Tenía cosas que hacer.

-¿Puedo acompañarte a dondequiera que vayas?

-Si te apetece.

-Por supuesto- me sigue en silencio, pero al parecer no sabe mantener la boca cerrada por mucho tiempo y empieza a hablar.- ¿Puedo hacerte una pregunta... personal?

-Depende.

-¿Harry te ha hecho el hechizo de la canela?

-¿Por qué lo preguntas?

-Verás, no sé si te lo habrá contado pero sé por experiencia lo que es el hechizo y lo que pasa después, había pensado que no estaría de más que tuvieras a alguien que también sabe del tema.

-Eso sería en el caso de que tuviera el hechizo.

 

Nos pasamos lo que resta de tarde charlando de todo un poco, el chico es majo, la primera impresión no es que hubiera sido muy buena pero está claro que me equivocaba con él. Aunque por fuera parezca un pedante increíble y un aprovechado no es así, ahora que le hago un poco más de caso me doy cuenta de que las anécdotas que me cuenta tienen verdadera gracia, el chico es un encanto. Cuando vemos que el crepúsculo es inminente volvemos al hotel y nos despedimos frente al comedor.

-Oye Draco, si buscas a alguien que te ayude con tu problema yo sigo disponible y estaría encantado de echarte una mano.

-No me hace falta Michael, pero gracias.

-Piénsatelo de todas formas ¿vale?- asiento, él sonríe y se va. De vuelta a la habitación Harry me intercepta sofocado.

-¿Dónde estabas? Te he estado buscando por todos lados.

-Había ido al lago con Michael, hemos estado ahí toda la tarde.

-¿Con Michael? ¿Qué haces con él? No te le vuelvas a acercar ¿me oyes? No te acerques a él.

-¿Por qué? Es muy agradable y se ha portado muy bien conmigo.

-¡Me da igual! No vuelvas a acercarte a él, tú no lo conoces de verdad así que confía en mí y no te vuelvas a acercar a él.

-Está bien.

 

Esta vez bajo al comedor a cenar, desde una esquina, sentado solo, Michael me llama y me hace señas para que me acerque. Después de mucho dudar me acerco y me siento con él, pasamos la cena entre risas y cháchara. ¿Por qué Harry no quiere que me acerque a él? Si es majísimo, guapo, simpático, amable y al parecer inteligente, ¿por qué no quiere que esté con él? El viento trae una pluma que Michael no ve, blanca y ribeteada en dorado, miro más allá de mi acompañante y veo un rostro enmascarado.

-¿Michael, me disculpas un momento?

-Por supuesto.

 

Salgo corriendo de allí, al llegar al jardín lo veo en la esquina más alejada donde nadie puede verlo. Me acerco a él, extrañamente su aura me llega desde veinte metros de distancia, está furioso.

-¿Qué haces aquí? Pueden verte.

-¿Por qué estás con ése?

-Me ha invitado a cenar.

-No me gusta, aléjate de él.

-¿Por qué? No me ha hecho nada, es muy simpático, no lo conoces de nada ¿cómo puedes decir que no te gusta?

-Draco, hazme caso, no es un buen tipo, no es lo que aparenta.

-¡No! No es mal chico, él ha estado conmigo mientras Harry no estaba.

-Sabes que Harry no se ha ido por gusto, de haber podido se habría quedado contigo, hazme caso, Michael no es lo que parece ser. Por favor, dile que te sientes indispuesto o algo pero vuelve a tu habitación y no vuelvas a acercarte a él.

-De acuerdo, déjame volver y decirle que me encuentro mal, espérame en mi balcón ¿vale?

-Si tardas más de quince minutos bajo y te subo a la fuerza monte la que se monte.

-De acuerdo- vuelvo al comedor y me disculpo con una sonrisa.- Michael, lo siento pero creo que me he puesto malo, me vuelvo a la habitación.

-Te acompaño- me dice levantándose, un aura asesina me llega desde el jardín.

-¡No! No hace falta, puedo yo sólo, termina la cena con tranquilidad.

-De acuerdo.

-Hasta pronto.

-Hasta pronto.

 

Vuelvo corriendo a la habitación, abro la puerta justo a tiempo para ver como ángel entra en mi balcón con cara de pocos amigos. Me dejo caer en mi cama y él entra para quedárseme mirando todavía con cara de mala uva.

-No sé qué tenéis en contra de él.

-¿Tenéis?

-Tú y Harry, los dos os habéis puesto de acuerdo en odiarlo, conmigo ha sido majísimo, no sé que le veis de malo.

-Tenemos nuestros motivos, ve acostándote ¿vale? Y no me hagas lo mismo de ayer que te quedaste cantando hasta las tantas.

-Sólo fue una canción.

-Una detrás de otra dirás, Draco que te puedo oír a bastante distancia- se sube a la barandilla del balcón.- Aún así no dejes de cantar, me encanta.

-Si sirve para quitarte esa cara de enfado tendrás una por noche.

-Sería genial- sonríe y después se deja caer.

 

Me despierto un poco más temprano de lo normal pero totalmente recargado de energías, por lo que me doy una ducha rápida, me visto y voy a buscar a Harry. Toco un par de veces hasta que me abre con cara de pocos amigos que no suaviza al verme, ¿qué le ocurrirá? Me deja pasar y me siento en mi sillón mientras él se da una ducha y se viste en el armario, todo en el completo silencio.

-¿Qué ocurre?- le pregunto aburrido de esa cara de mala uva y el silencio para nada normal entre nosotros.

-¿Cuánto vale tu promesa Draco?

-¿Qué?

-Anoche estuviste cenando con él, ¿no te pedí que no te acercaras a él?

-Sí, pero...

-¿Pero, qué? No era tan difícil, en serio te lo digo no es buena persona.

-No es cierto.

-Draco, sí lo es, lo conozco bien y no es para nada el chico bueno que aparenta ser cuando está contigo. No te vuelvas a acercar a él, por favor.

-De acuerdo. ¿Seguimos hoy con la búsqueda?

-La terminé ayer, ningún Gryffindor te vale y como no quieres a los Hufflepuf no quedan candidatos.

-Está bien, al menos me quedas tú.

-Sí, cuando estés listo me lo dices ¿de acuerdo? Pero tienes que estar totalmente concienciado, no quiero que luego pienses que ha sido un error y que te he utilizado, lo último que quiero es que te sientas mal. Además tiene que ser sólo si no puedes aguantarlo, ir con prisas nunca es bueno, acabas precipitándote y te arrepientes.

-De acuerdo, sólo cuando sea realmente necesario.

-Me alegro que lo hayas entendido, vamos a desayunar.

 

No terminaba de entender lo que Harry quiso decir con "realmente necesario" pero ahora, dos días después me doy cuenta de ello. En mis ratos libres he utilizado el incienso de canela, no han sido más de tres veces pero me cuesta cada vez más bajar las erecciones, también las que tengo por las mañanas y cada vez que veo a Harry empiezo a adivinar sus formas bajo la ropa y a imaginarme todo tipo de "juegos" con él. Hay algo en mí que me pide a gritos entregarme a ese cuerpazo de piel dorada, pasarme horas montado encima de él. Pero no quiero importunar a Harry, me siento como un estorbo, él se ha molestado tanto por mí que tengo miedo de que se enfade porque se lo haya pedido cuando no me es realmente necesario. Por eso mismo he tomado una decisión de la que no me voy a retractar. Lo busco con la mirada hasta que lo encuentro, él también me ha visto y le hago señas disimuladas de que vaya al baño, cuando él entra yo voy detrás.

-Harry, voy al baño un momento ¿vale?

-Vale, te espero aquí.

 

Me levanto de mi silla y dejando la servilleta encima de la mesa me dirijo con paso tranquilo al baño. En cuanto entro veo a Michael que me espera apoyado en los fregaderos, antes de empezar a hablar miro a ver si hay alguien.

-Hola.

-Hola.

-¿Qué ocurre? ¿Para qué me has llamado?

-Verás, quería aceptar tu proposición si todavía está en pie.

-Por supuesto que sí, has hecho una elección inmejorable, no te arrepentirás. ¿Para cuando quieres que quedemos?

-Lo antes posible, por favor.

-Muy bien, entonces esta noche a las diez en mi habitación, ¿te viene bien?

-Perfecto.

-Me alegra oír eso, bueno, pues hasta esta noche- me acaricia la mejilla y se va con una sonrisa victoriosa en los labios. Yo suspiro y vuelvo a la mesa.

 

(Narra Harry)

 

Draco vuelve y se sienta, tal vez sea hora de darle la noticia, puede que lo alegre ya que lleva todo el día un poco cabizbajo.

-Oye Draco- me mira.- ¿Te apetece cenar hoy conmigo?

-¿Cenar?

-Sí, voy a tener cinco noches libres.

-¿En serio? Eso es genial...pero esta noche no puede ser.

-¿Por qué? Pensé que te hacía ilusión que pudiéramos cenar juntos por fin.

-Y me hace pero hoy estoy muy cansado Harry, lo siento, he dormido mal esta noche y quiero irme pronto a la cama.

-Está bien, ¿mañana entonces?

-Mañana, te lo prometo.

Lleva toda la tarde nervioso, y está mucho más sensible que hace un par de días, mi sola presencia parece alterarlo. Le pongo una peli para ver si se tranquiliza pero no ayuda, cualquier contacto físico conmigo lo altera aún más. Al final opto por dejarlo pronto en su habitación y pedir que me suban la cena a la mía. Mientras subo me cruzo con Michael que sonríe de forma poco agradable para quien lo conozca como yo. El pobre que pase la noche hoy con él va a sufrir lo suyo, me va a dar pena y todo aunque no sepa quién es. Después de cenar y darme una ducha relajante me tumbo en la cama pero la preocupación por Draco puede conmigo y acabo cambiándome para bajar a su habitación. Toco un par de veces a la puerta pero no me abre, ¿estará dormido? Es entonces cuando aparece Ron de vuelta a su habitación con Zabini.

-¿Harry, qué haces aquí? Hemos visto a Draco hace un ratito en recepción.

-¿En serio?

-Sí, ¿qué pasa?

-No lo sé, pero tengo una sospecha.

 

Bajo corriendo hasta la habitación de Nev que me abre con cara de sueño, al parecer lo he despertado.

-¿Qué ocurre Harry?

-¿Nev, ha venido Michael por aquí?

-Sí, se ha pasado a pedirme un látigo y cuerdas, dice que tenía una cita esta noche.

-¿Sabes cual es su habitación?

-Nanai. ¿Qué ocurre?

-Creo que Draco está en peligro.

Notas finales:

espero ke o haya gustado, se ke algunos me direis ke soy cruel por dejarlo asi pero es ke me parecio ke la intriga esta genial para hacer publicidad XD

bueno ahora voy a actualizar el otro

Kisses


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