Capítulo 2..:·:¡Qué empiece la guerra!:·:.
.:·:Plan de Emergencias... Primer paso: Mi indiferencia:·:.
Había permanecido en silencio durante toda la cena. Miró de reojo a la persona que se encontraba a su lado, comía tranquilo y despreocupado, lo que le molestaba por tratarse de él.
Suspiró cansinamente, dejando los cubiertos de lado, recostándose en la silla.
- No... me siento muy bien. Creo que iré a descansar a mi habitación - informó al tiempo que se levantaba de la silla, dispuesto a salir de la sala.
- ¡Espera! - oyó que alguien gritaba, era el mismo chico que hasta hace poco contemplaba - Iré yo también -
Yuuri volvió a suspirar y, sin ánimos ni para oponerse, accedió a la petición del de ojos esmeraldas.
Una dura noche... presentía que eso le esperaba...
OOOOOOOOOOOO
- ¡Yuuri! - exclamó Wolfram molesto - ¡¿Qué te sucede?! - preguntó cogiéndolo violentamente por el hombro.
- ¡Yo... no lo soporto más...! - respondió el susodicho ladeando la cabeza entre sueños, exponiendo su cuello - ¡Quiero entrar ya! -
- ¿Entrar? - repitió el rubio arqueando una ceja - ¿A dónde? - preguntó sacudiéndolo con más fuerza. No entendía nada ¿Qué estaba soñando?
El moreno se estremeció ante el contacto, comenzando una lucha entre el sueño y la realidad.
- ¡Wolf... voy a... ah! - gimió abriendo de pronto los ojos mientras se sentaba de golpe, jadeando. Pasó una de sus manos sobre su rostro, sudando frío, igual que la última vez. Alzó la mirada, desconcertado por el brusco despertar, intentando reconocer la habitación en la que se encontraba. Suspiró aliviado, era su dormitorio. Ya había amanecido.
- Tú, enclenque... ¿Te encuentras bien? - preguntó el chico rubio que yacía a un lado suyo en la cama.
Ni bien reconoció al dueño de aquella voz, y el lugar de donde provenía, Yuuri dio un pequeño salto, producto del susto, que lo llevó directo al suelo acompañado del edredón y las sábanas.
- Auch, eso dolió - se quejó sobándose la parte adolorida - Vaya forma de despertar - comentó intentando levantarse pero le fue imposible.
- No fue mi culpa, eras tú el que se movía de forma extraña y decía cosas sin sentido - interrumpió el soldado cruzándose de brazos, adoptando así una postura indiferente.
Aprovechando que el mazoku no lo miraba, volvió a intentar pararse, pero le fue imposible por que sentía un fuerte dolor proveniente de su parte abdominal ¿A qué se debía?
Tratando de que se acompañante no lo notara, levantó apenas las pocas sábanas que lo cubrían para encontrarse con aquella sorpresa apresada entre las telas de su ropa, formando un visible bulto en sus pantalones.
Maldijo por lo bajo, lamentándose por conocer la causa y no poder hacer nada. Aunque lo realmente importante ahora era distraer al soldado para así poder huir del lugar.
- Wolf... creo que... iré a tomar un baño - dijo el moreno sonriendo como siempre lo hacía, tratando de parecer calmado.
- Entonces te acompaño - agregó el rubio dirigiéndose a su armario, para sacar todo lo que necesitaba.
- ¡Espera... no! - intervino el rey levantándose como bien pudo, tapándose la erección con una sábana, sin evitar proferir un gemido por el dolor.
- Te... ¿encuentras bien? - preguntó Wolfram al oír tal gemido - ¿Estás herido? -
Yuuri se sonrojó totalmente, riendo tontamente por los nervios.
- jajaja es solo... un rasguño... nada grave... jajaja - mintió dirigiéndose al baño - Ya vuelvo - se despidió aún con el sonrojo en las mejillas.
- Déjame ver - ordenó de pronto el soldado - Estás cojeando, no puede ser tan simple como quieres hacerme creer -
El moreno, sintiéndose descubierto, intentó avanzar lo más rápido que pudo, rogando al cielo para que su tan terco prometido no se le acercara. Pero, como el destino últimamente no estaba de su parte, provocó que el rubio cogiera parte de la sábana con la que se cubría para intentar quitársela.
- ¡Déjame ver! ¡Como buen soldado, debo servir a mi rey cuando se encuentre en apuros! - fundamentó el mazoku.
- ¡Entiende que... no es nada! - decía Yuuri sin evitar sonrojarse.
Así pasaron un par de minutos, que para el moreno parecían horas y horas. En un último movimiento victorioso, Wolfram jaló la pobre tela tan fuerte que no pudo evitar partirle en dos, para mala suerte del japonés.
Como pudo, el rey acomodó el resto de la tela en su cintura, notando que su acompañante se encontraba inmóvil. Aprovechando esto, salió de la habitación no sin antes avisarle que pronto iría a desayunar.
Wolfram continuaba perplejo ¿Acaso había visto que...? Imposible, no creía eso de Yuuri, no de él. Tiró el retaso de tela que tenía hacia un lado del cuarto y se encaminó también hacia fuera. Justo antes de abrir la puerta para salir, su mente le dio una rápida explicación de lo que había pasado.
- ¡Traidor! - replicó apretando con fuerza el picaporte - Si serás un... - pero antes de poder reclamar algo, recordó una de las tantas frases que el moreno había proferido.
" ¡Wolf... voy a... ah! "
- ¡PERVERTIDO! - se escuchó en todo el castillo seguido de un portazo y el sonido de unos firmes pasos.
- El día parece ponerse divertido - comentó Sangría a sus dos compañeras, quienes pasaban por ahí.
- Si tú lo dices... - respondieron al unísono las dos chicas sonriendo.
OOOOOOOOOOOO
Durante todo el tiempo en el que había permanecido en la gran bañera, había creado un "Plan de emergencias anti-premoniciones" (como él lo llamaba), para enfrentarse al destino que, una vez más, no lo había dejado descansar. Ciertamente sus métodos anteriores solo se podían utilizar en la tierra, no donde actualmente se encontraba, así que debía pensar rápido.
Con más ánimos, y luego de haber solucionado su problema, se dispuso a salir del agua en busca de ropa limpia para comenzar con el procedimiento respectivo.
Problema: ¿Cómo hacer para que Wolfram se aleje de uno?
Explicación 1: Conociendo lo orgulloso que es, si te pregunta algo y no le respondes, provocarás que de enojo te ignore el resto de la tarde (Y de tu vida).
Solución 1: No hablarle ni obedecerle.
Resultado 1: No más acercamientos, Imposible cumplir con la premonición.
Bien, decidido. Estaba listo.
Una vez ya vestido, corrió rumbo a su habitación en busca de una pequeña libreta de notas que cabía en su bolsillo, en la que anotó el primer paso de su "discreto plan". Luego, salió sonriendo directo al comedor, feliz por su gran descubrimiento.
- Buenos días - saludó a los presentes.
- Agh, que tienen de buenos - respondió el único que se encontraba, aún molesto.
Yuuri palideció casi de inmediato ¿Dónde estaban los otros? ¡Imposible! Se acercó a la mesa, recordando que siempre se sentaba junto al rubio. Maldijo por lo bajo buscando una salida a su problema.
- ¿Y los demás? - preguntó el rey aún de pie.
- Salieron muy temprano, parece que hay problemas en el reino vecino, así que desayunaremos solo tú y yo -
Yuuri lloraba internamente, a este paso la premonición se cumpliría y él tendría que admitir su "rara naturaleza". Caminando un poco más, se sentó en el asiento frente a Wolfram, tratando de parecer normal.
La comida fue traída por las sirvientas, y el resto del desayuno pasó en total silencio, para sorpresa de ambos.
- ¿Irás a firmar los papeles que llegaron? - preguntó el rubio levantándose de la mesa una vez hubo terminado.
El moreno lo imitó, sin decir nada. Wolfram se extrañó por la actitud de su prometido ¿Acaso seguía molesto por lo de la mañana?
- Si es por lo de hace un rato, déjame decirte ya no importa - dijo el soldado esperando una respuesta, pero fue en vano - ¿Yuuri? - lo llamó acercándose a él para cogerlo del hombro, gesto que el moreno impidió moviéndose ligeramente - ¿Qué te sucede? Estás raro desde que llegaste - comentó y nuevamente, no hubo respuesta.
- ¡Agh, ¿QUÉ SE SUPONE QUE TE PASA?! - casi gritó Wolfram terminando con su paciencia - ¡El que debería estar molesto soy yo, no tú! ¡Eres un... pervertido y un sinvergüenza! -
Yuuri alzó la cabeza para mirarlo ¿Y ahora por que le gritaba? Recordando mejor los hechos pasados no creía que... o tal vez sí... ¿Es que... se había dado cuenta de su "problema mañanero"? Se sonrojó hasta más no poder, tenía que haber pasado. Quiso reclamar y explicarle la situación, como siempre lo hacía, pero eso iba en contra de sus planes ¿Qué hacer?
- Y bien, ¿No tienes nada que decir? - preguntó el rubio con claro tono de reto - ¿Aceptarás que eres un debilucho y enclenque? ¿Además de pervertido por soñar conmigo? -
El moreno luchaba por no caer en la telaraña que su prometido comenzaba a tejer ¡Resistir! ¡Eso haría! ¡Y le ganaría al estúpido destino que solo intentaba burlarse de él!
- Baka - dijo el rubio saliendo del salón. Yuuri sonrió triunfante ¡Primer paso: Completado satisfactoriamente! Ahora le quedaba aguantar a un malhumorado rubio mazoku el resto de su vida ¿Simple no?
Suspiró con cansancio, todo lo que hacía para no caer en las garras de lo inmoral (según él). Se dispuso a salir de la habitación, cuando oyó mucho murmullo proveniente desde afuera.
- Oíste eso, parece ser que el maou ha peleado con el joven Von Bielefeld nuevamente. Esta vez parece que él ha tenido suelos húmedos - comentó una sirvienta que, momentos antes, escuchaba el monólogo del soldado.
- Parece increíble ¿Por qué reprimirse si ya están comprometidos y duermen juntos? - agregó otra.
- Son cuestiones del rey ¿No te parece extraño? -
¡¿Extraño?! ¡¿Él?! No era posible, no él. Continuó caminando, con la cabeza gacha por la vergüenza, sin percatarse de que cierto chico volvía.
- Por cierto, Gwendal dijo que revisáramos los papeles sobre tu escritorio, son muy importantes. Pero si lo quieres hacer solo por mí no hay ningún problema - agregó el rubio sonriendo maliciosamente.
Al escuchar aquellas palabras, Yuuri intentó calmarse ¡No caería en las garras de Wolfram por tan simples palabras! Si era por los papeles... ¡Lo intentaría! ¿Qué tan difícil podía ser? Después de todo, él siempre firmaba papeles, aunque Gwendal le agilizaba la tarea ya que aún no leía muy bien. Permaneció callado, dispuesto a cargar con la tarea él solo.
- ¡Ah, lo olvidaba! Günther dijo te enseñara el siguiente capítulo por que te tomará una prueba de conocimientos generales y si desapruebas triplicará las horas de estudio - continuó Wolfram con la lista de recados para el maou - Pero eso también lo quieres hacer solo ¿no? Por mí está bien, has lo que quieras -
El moreno palideció ¡¿Triplicar las horas de estudio?! Ya tenía suficiente con el tiempo actual de las clases de Günther. Ahora sí estaba en una grave disyuntiva... ¿Acatar o desobedecer las reglas de su propio plan?
- Y Conrad pidió que te entrenara, dijo que si no tenías mejoras reduciría tu tiempo para jugar al baseball con él. Pero como quieres hacerlo todo tú solo, está bien -
- Wolf... ¡Espera! - casi suplicaba el maou siguiéndolo - No me harías esto ¿O sí? - preguntó asustado pero el rubio no respondía ¿Acaso... le estaba dando de su propia medicina? (Castigo divino nn)
- ¡Wolfram! ¡Escúchame! - replicaba por los pasillos - Está bien, me disculpo. Trabajemos juntos ¿si? -
El rubio sonrió triunfante y continuó caminando ¿Quién se creía que era Yuuri? ¡Nadie le hablaba así a Wolfram von Bielefed! (¿O no le hablaba así? )
El maou caminaba encorvado por los pasillos, resignándose a todo.
Problema 1: ¿Cómo hacer para que Wolfram se aleje de uno? (Imposible)
Explicación 1: Conociendo lo orgulloso que es, si te pregunta algo y no le respondes, provocarás que de enojo deje de hablarte (Conociendo lo orgulloso que es, el ignorarlo solo aumentará sus ganas por hablarte. Peligro)
Solución 1: No hablarle ni obedecerle (Lo harás enojar. Se vengará de ti y puedes morir en el trayecto)
Resultado 1: No más acercamientos, Imposible cumplir con la premonición (Wolfram contigo en cada momento. Posibilidades de cumplir con la premonición: ¡ALTAS!)
- La premonición se cumplirá - murmuraba Yuuri con lágrimas en los ojos - ¿Por qué a mí? -
- ¿Dijiste algo? - preguntó Wolfram aún feliz por su logro. A pesar de todo, debía descubrir el porqué de tal comportamiento tan extraño.
- Nada - respondió el japonés suspirando cansinamente. Primer paso: fallido.