Amarte duele
Rating: PG 13
Género: SLASH (shounen ai, yaoi), aventura, drama.
Parejas: Syaoran & Eriol
Otras: Touya & Yukito
Disclamer: Estudio CLAMP tiene la propiedad exclusiva de "Card Captor Sakura"; no se perjudican sus derechos de exclusividad con ésta historia por estar hecha sin fines de lucro alguno.
Por: Nabichan Saotome - nabichan@eresmas.com
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Capítulo 2. Corriendo a casa
Syaoran y Eriol pasaron una mañana realmente divertida, intercambiando juegos, opiniones, gustos y sobre todo, sus problemas; como el de Syaoran...
-Entonces, ¿qué debo hacer?- ambos, seguían acostados en la cama, la cual estaba destendida después de tantas horas, las enormes provisiones se habían acabado casi por completo y ahora sólo faltaban unos cuantos chocolates, los cuales... terminaron siendo despreciados. Demasiada comida para una sola mañana de ocio.
-Debes decírselo...- Eriol volteó a verlo, se viró hacia su izquierda para poder admirar mejor a su compañero, además, así sabría si estaba mintiendo o no cuando hablaba. La tranquilidad estaba reinando por completo la habitación de Eriol, el cielo estaba nublado y el reloj estaba marcando la 1:36 de la tarde.
-¿Y si me rechaza?-
-¿Y si no lo hace?- Se veía tan convincente, su hermosa mirada, sus palabras, que Syaoran no pudo soportar más y terminó aceptando que debía hacerlo.
-Está bien, se lo diré-
-Vamos a dar un paseo, para que te relajes-
-¿Más?- Lee señaló todo el tiradero que habían dejado en el cuarto, bolsas de papas por doquier, envolturas de dulces, chocolates, latas de refresco, envases de jugo, colchas en el suelo...
-Más- ambos sonrieron divertidos, iba a costar un trabajo horrible levantar todo eso.
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Ambos se sentaron en los columpios, situados en el mismo parque de donde partieron, todavía llevaban los uniformes, con tanto alboroto ni siquiera se habían fijado en ese pequeño detalle, Syaoran viró a ver a su compañero, quien tomaba un jugo de piña, mientras que le invitaba uno a él, de naranja.
-Comelón- Lee aceptó gustoso la bebida, sonrió felizmente pero con algo de broma en su voz.
-Y tú no...- Eriol había llevado en su mochila, algunas cuantas golosinas; ya saben... para el camino.
-¡Rayos!-
-¿Pasa algo malo, Syaoran?- Eriol dejó su bebida a un lado columpiándose levemente hasta oír la exclamación de su nuevo amigo...
-Acabo de recordar que Sakura iba a tener práctica con las porristas después de clases... sale hasta dentro de una hora-
-Vaya si te sabes su horario... qué bien- Hiragizawa rió gustoso ante el sonrojo del chico trigueño que estaba junto a él -No importa, la esperaremos-
-Pero, ¿tienes tiempo?-
-No tengo nada más interesante que hacer-
-Eriol... dame un chocolate- se quitó la mochila de los hombros, sacando aquella golosina de la bolsa interior.
-Y me dices comelón- Se la entregó satisfecho, Syaoran suspiró y empezó a balancearse en el columpio tras quitar la envoltura del dulce, aventarla a un bote de basura cercano dando justo en el blanco y darle una pequeña mordida, degustando su delicioso sabor.
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Sakura salió del instituto, traía los patines puestos, a su lado, Tomoyo caminaba con tranquilidad. Platicaban de cosas diversas, como del porqué de la falta de Syaoran y Eriol.
-Es hora, querido Syaoran- Eriol se puso de pie primero, al sentir la presencia de las chicas acercándose, colocó su mano sobre el hombro de su compañero, incitándolo a continuar con algo que ya habían empezado.
-¿Estás seguro?- Definitivamente su frialdad, su seguridad y mal carácter habían desaparecido el día de hoy, se sentía... vulnerable ante los ojos de cualquiera y sobre todo a los ojos de Sakura, aquella chica que tanto idolatraba.
-Parece que no has comprendido... y eso que llevamos toda la mañana platicando de eso- retiró su mano encaminándose hacia su casa; al ver éste gesto, Lee se puso de pie alterado; sentir que iba a quedarse solo con aquél plan, le asustaba en cierta manera.
-¿Te vas?- hizo que virara hacia él, halándolo desde el brazo izquierdo
-Lo que falta ya depende de ti-
-Pero es que si te vas...- lo soltó, dejando que su dulce mirada lo observara con tranquilidad y confianza.
-No te preocupes, Syaoran... todo va a salir como debe ser-
-Confiaré en lo que dices-
-Hasta luego, querido Syaoran-
-Adiós- cruzaron las miradas por última vez, una pequeña sonrisa se posó en los labios de Eriol al despedirse, mientras que Syaoran veía a Sakura acercase a él al verlo; volteó hacia atrás para encontrar nuevamente a Eriol... pero ya no estaba, sólo quedaba su extraño recuerdo en aquél camino solitario. Tomoyo se despidió gentilmente de Kinomoto al ver que su limosina había llegado y que sus guardaespaldas la esperaban, además, el papel de “mal tercio” jamás le había agradado del todo.
-Hasta mañana, Sakura-
-Hasta mañana, Tomoyo- se acercó a Syaoran con rapidez, esa hermosa y cristalina sonrisa despreocupada se hallaba en su infantil rostro -¡Syaoran!, ¿Porqué no entraste a la escuela hoy?, traes el uniforme... ¿pasó algo?- Lee no ponía verdadera atención en sus palabras, estaba absorto en aquellos ojos verdes que desde el primer momento lo habían cautivado. Sus mejillas sonrosadas elevaron la temperatura de su cuerpo entero -¿ocurre algo malo?-
El miedo invadía por completo su corazón, consumiendo aquél fuego de su alma... y aún así… estaba convencido de que debía hacerlo, ¿y si se equivocaba?, ya no había marcha atrás.
-¡Necesito hablar contigo!- dijo de la forma repentina y espontánea, asustando levemente a Sakura.
-Claro... dime- se sentó un tanto abatida [en aquél columpio que antes había ocupado Eriol Hiragizawa], por las raras actitudes de su compañero, que al ver su gesto se inclinó, acomodándose en cuclillas frente al sitio donde se hallaba sentada Sakura.
El viento corría fuertemente avecinando la tempestuosa lluvia que no tardaba en caer.
-Necesito decirte que...- el miedo que lo consumía pasó pronto a ser nulo, al desaparecer de su garganta -Que te amo, que no puedo vivir sin ti, sin saber si me correspondes o no -suspiró, tomando aire, su voz seguía siendo temblorosa, pero decidida a seguir adelante con aquella confesión -Ya no importa lo que pase, sé que todo lo que te estoy diciendo es una locura, pero te necesito a mi lado, Sakura... te adoro con toda mi alma... quisiera poder besarte toda la noche hasta que no pueda más...¡te necesito!... cuando te veo con otro, quisiera estrangularlo con mis propias manos. Mira, si tú me pudieras querer te ofrecería todo lo que existe en todo éste mundo...-la exaltación de Syaoran había aumentado a tal grado, que ahora se encontraba parado, tomando las manos de Sakura, casi tirándola del columpio, su respiración era cada vez más rápida, el miedo definitivamente había desaparecido, ahora sólo había una perfecta y total locura, deseo por ella... -Te amo... ¡¡te amo!!-
-¡¡Syaoran, espera!!- Sakura se hallaba... en shock, el sonrojo había aumentado a tal grado que no podía consigo misma, no podía creer que esto estuviera pasando, tantos momentos en que no se imaginaba que Lee tuviera esos sentimientos por ella... y ahora, ahora no sabía cómo responderle... se puso de pie, con la mochila en hombros, apartó a Syaoran con un brazo y le dio la espalda para pensar mejor sobre lo que verdaderamente sentía.
Su cabeza dejó de dar vueltas, su serenidad volvió, pero aquél optimismo no estaba en su rostro.
Suerte.
-Te quiero, Syaoran- la alegría de Lee invadió muy pronto su corazón. Demasiado pronto. -Pero... no como tú crees... yo te quiero... como amigo-
Como amigos...
Sakura viró a verlo, la lluvia empezaba a caer, lentamente, poco a poco... Syaoran se encontraba, cómo decirlo, destruido. Muriendo.
-Lo siento...- intentó consolarlo, abrazarlo, como tantas veces había hecho él cuando ella se encontraba en ese estado sin que Syaoran pudiera aceptar su trato.
-No te preocupes Sakura- Una falsa sonrisa fue lo único que hubo en su rostro, una expresión dolorosa.
-Pero...-
-No digas nada- aún esa sonrisa, un metro de distancia entre ellos; la lluvia que caía lentamente, mojando ligeramente su cuerpo maltrecho por la tristeza. -Adiós- Corrió, corrió como nunca, intentando alejarse lo más posible de ella, no quería volver a verla.
-¡¡SYAORAN!!- una lágrima cayó tristemente, confundiéndose con la lluvia.
Syaoran por el amor que no consiguió.
Sakura... por lástima. Lástima, ¿Acaso era lo único que había cambiado?
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Syaoran aligeró el paso, dio la vuelta en una esquina, la lluvia acrecentaba su pesadumbre de manera incontrolable, mientras que la sonrisa de Sakura en sus recuerdos era como cuchillas que lentamente se iban clavando en su corazón, ya nada tenía sentido para él si ella no estaba a su lado, amándolo. Por ella se había quedado en Tomoeda, por ella seguía adelante, y ella... ella lo estaba matando.
La lluvia dejó de caer sobre él, pero seguía lloviendo.
-Eriol... ¿Qué haces aquí?- frente a él, el chico Hiragizawa sostenía una sombrilla, cubriendo a Lee de la tempestad de ese mes de otoño.
-Vine a ayudar a un amigo...- sus miradas se encontraron en un frío y eterno instante, Lee se dejó caer entre sus brazos, sollozando en su pecho mientras que su calor lo tranquilizaba levemente, ese calor... resultaba irresistible. Era una paz completa y una dulzura infinita. -Vamos a casa- posó su suave mano sobre el cabello húmedo de Lee, compartiendo su tristeza y susurrándole palabras... para olvidar.
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Continuará...
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