Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

VIDAS ETERNAS por lyra

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Seca su cara con una toalla. Se limpia de ella la tristeza que se niega a abandonarle. Se mira en el espejo, sus ojos llorosos y entreabiertos. Todo ha terminado. Su hermano le ha dejado.

-Bill, abre por favor-suplica Gustav de nuevo.

Pero de sus labios no sale ninguna palabra. ¿Qué pude decir de su estado? ¿Qué llora porque su hermano le ha fallado al grupo?

Solo llora por su traición. Le prometió quedarse a su lado el resto de su vida con una mano en el corazón, selló esa promesa con un beso en sus labios, y minutos después la rompió con otro beso dado a otros labios.

-Ha llegado David, nos quiere hablar a todos-insiste Gustav.

Ahora mismo no puede soportar su charla. Le preguntará si sabe porque les ha abandonado Tom. Ni siquiera sabe porque no está a su lado en esos momentos.

Suspira y tras limpiarse la tristeza de sus mejillas dale del bañó dejando atrás su melancolía.

-Tienes muy mala cara-observa Gustav.

Bill pasa a su lado sin dirigirle la mirada. Sus ojos vacíos solo miran el suelo, mira sus pasos sin saber a donde se encamina ahora su vida.

-Sentaros-les pide David.

Los chicos le obedecen y vuelven a ocupar el sofá del backstage. Bill mira el sitio que ocupó antes su hermano. Recuerda que le tiró el cojín y le hizo daño. Lo que daría por volver a atrás en el tiempo, por quedarse en ese sofá en el que los golpes eran tan suaves comparados con el mazazo que ha recibido.

En la cara de David se refleja un gran enfado. Nunca le había pasado lo que esa noche, tener que suspender una entrevista porque un componente del grupo se había fugado con un achica.

-La entrevista se ha cancelado-les dice sin más explicaciones-he tenido que decir que Tom no se encontraba bien y que de momento no fijaríamos un a nueva fecha. Hablaré mañana con él, si es que aparece.

Todos contienen la respiración. Saben el tipo de charla que vana a tener y se alegran de no e estar en su lugar. Se levantan para volver al apartamento, pero David retiene a Bill por el brazo. Espera a que los demás les dejen a solas antes de hablar.

-No lo sé-susurra antes de que le haga la pregunta.

-¿No te dijo nada?-insiste David.

Bill le mira con el dolor marcado en sus ojos.

“Que se quedaría conmigo el resto de su vida”-piensa mientras una lágrima recorre su mejilla.

Niega con la cabeza limpiando su dolor y David le deja marchar a casa para que descanse, y quizás para que trate de olvidar.


Llegan al apartamento y en cuanto cruzan la puerta Bill se derrumba. Rompe a llorar y trata de subir a su habitación, pero le cogen entre los dos y se lo impiden. Le llevan a la cocina y mientras que Georg le prepara un té Gustav le obliga a sentarse en una silla. Bill apoya los brazos en la mesa y deja caer en ellos la cabeza sollozando.

-No llores, ya verás como mañana se disculpará por su comportamiento y las cosas volverán a ser como antes-le anima Gustav frotándole un hombro.

-No, como antes no-dice limpiándose la cara con las manos-Me ha abandonado.

-No ha abandonado el grupo-aclara Georg dejando la taza de té delante.

Bill le mira como si no le hubiera entendido. A él le daba igual el grupo, en esos momentos solo le importaba la felicidad. Y la única manera de ser feliz que conocía era estar al lado de su hermano, recibiendo el amor que le transmitía cada vez que sus labios se unían.

Aparta la taza de té y se levanta arrastrando la silla. Se levanta y pasa entre sus amigos, que intentan que se quede con ellos, pero él ahora necesita tiempo para pensar, tiempo para empezar a comprender la soledad en la que está obligado a vivir después de lo que ha visto y sentido.

-Bill, tómate el té, te sentará bien-le grita Gustav al verle corriendo.

“Nunca volveré a estarlo, ¿para qué intentarlo?”-piensa subiendo las escaleras.

Llega a su habitación y una vez dentro comienza a desnudarse tirando la ropa al suelo sin importarle que se estropee. Entra en el baño y lava su cara limpiando el maquillaje que sus lágrimas no han borrado.

No se mira al espejo, no quiere ver sus ojos reflejados en el. No quiere ver como la tristeza se asoma a ellos dejando bien lejos el amor que antes los habitaba.

Apaga la luz y se echa en la cama abrazando la almohada, la única compañera que dormirá con él el resto de su vida, la única sobre la que derramará las lágrimas que su hermano le va a provocar.



Lleva dos horas durmiendo cuando un ruido le despierta. Se sienta en la cama con el corazón agitado. Se lleva una mano al pecho y escucha con más atención.

Vuelve a oír ese ruido, como un gemido lejano.

Se levanta corriendo y abre la puerta con un mal presentimiento que se cumple cuando ve a su hermano tirado en el suelo a sus pies.

Grita su nombre y se arrodilla a su lado. Coge su cabeza con suavidad y la recuesta en su regazo. Observa su pálida cara, sus ojos fuertemente cerrados. Pasa una mano por su mejilla y consigue que abra los ojos cuando una de sus lágrimas roza sus parpados.

-Perdóname…-consigue susurrar antes de volver a cerrar los ojos.

-¡Tom! ¡Mírame!-le exige sacudiendo su cuerpo.

Georg y Gustav se han levantado al oírle gritar y ahora les miran asustados. Georg aprieta un brazo a Gustav para indicarle que va a llamar a una ambulancia. Gustav se arrodilla al lado de Tom y le gira el cuello con cuidado.

Sobre su blanca piel resalta una herida que sangra profundamente. La mira asustado, reconociendo en ella la marca de unos afilados dientes.

Se levanta corriendo y entra en su baño a por algo con lo que para la hemorragia, momento que aprovecha Bill para besar a su hermano en los labios.

-Resiste por favor-solloza contra ellos.

Gustav regresa y aplica una toalla en la herida. Aprieta con firmeza y espera a que llegue la ambulancia, rezando para que no sea demasiado tarde.


Llevan más de una hora en el hospital. La ambulancia legó a los diez minutos de ser llamada. Vieron que Tom se estaba desangrando, que lo más seguro era que hubiera perdido mucha sangre y se lo llevan deprisa preguntándose como ha logrado arrastrarse hasta la casa en ese estado.

Solo Bill sabe porque. Se sentía morir y no quería hacerlo sin haberle visto una última vez, sin pedirle perdón por lo mal que se había portado.

Georg y Gustav pasean nerviosos esperando. Siguen con sus pijamas puestos y la gente se fija en ellos, pero les da igual. En esos momentos sus preocupaciones son otras.

Quieren saber el estado de Tom, y también si Bill ya se ha recuperado.

Su hermano había perdido mucha sangre y necesitaba una transfusión, así que él se había ofrecido. Compartían el mismo grupo sanguíneo, y ahora compartirían la sangre.

En esos momentos Bill se encuentra recostado en una camilla con los ojos cerrados, tratando de olvidar la imagen de cómo por una fina aguja su sangre salía de su cuerpo y entraba en una bolsa que más tarde estaría conectada a su hermano.

Se encuentra muy mareado, además de preocupado. Nadie le dice nada, siente que está perdiendo a su hermano por segunda vez en la misma noche.

Abre los ojos cuando una enfermera le toca en el hombro.

-Tómate esto, te ayudará a recuperarte antes-dice tendiéndole un zumo de naranja.

Bill lo coge y se lo lleva los labios tratando de no derramarlo.

-Ahora podrán entrar tus amigos a verte, están afuera muy preocupados.

-¿Y mi hermano?-pregunta dejando de beber.

-Ahora me informo-le dice apretando su mano.

Sale de la habitación y deja entrar a Georg y Gustav.

-¡Bill!-le llama Gustav corriendo a su lado.

-¿Estás mejor?-pregunta Georg ayudándole a sentarse.

Dejan el zumo a un lado y le observan llevarse una mano a la cabeza que siente que se le va por momentos.

-Solo un poco mareado-les dice frotándose la frente-¿Sabéis algo de mi hermano? No me quieren decir nada.

-A nosotros tampoco, será porque no somos de la familia o algo así.

Se quedan con él hasta que el médico que ha atendido a Tom entra a darles noticias sobre su estado.

-Se encuentra fuera de peligro-responde a la muda pregunta de Bill.

-¿Mi sangre le ha ayudado?

-Ahora mismo se la estamos poniendo. Pero me preocupa la herida del cuello, ¿sabéis como se la ha hecho? ¿O quien?

Todos miran a Bill esperando a que conteste algo, pero solo puede encogerse de hombros y negar con la cabeza.

-Después del concierto se fue con una chica-explica por encima Gustav.

-No sabemos que pasó después-aclara Georg.

-Tal vez fue ella-dice Bill en un susurro.

-O puede que también esté herida-apunta el médico-La policía ya está avisada, harán lo que puedan para encontrarla.

Se inclina y comprueba los ojos de Bill. Le pone una mano en la frente y asiente al ver que no tiene fiebre.

-Si no estás muy mareado puedes ir a verle.

No necesita que se lo repitan dos veces. Se levanta deprisa, pero se tambalea y si no es porque Gustav le sujeta estaría en el suelo. Una enfermera acerca una silla de ruedas y de esa manera es llevado a la habitación en la que se recupera su hermano.

Le acercan a la cama y en cuanto puede le coge una mano y s e la lleva a los labios. Solloza contra ella al notar lo fría que está. Levanta la mirara y le observa la pálida cara. Alarga una mano y roza el pelo d su hermano que se encuentra suelto y extendido por la almohada.

Sube la mano hacia su cuello y acaricia la venda que cubre esa mortal herida. La abandona y la posa en su mejilla, para que sienta su presencia, para que vea que está a su lado aunque le haya hecho daño.

No sabe si lo estará cuando despierte, puede que entonces le diga que le abandona para siempre.

Agacha la mirada y observa su brazo. Bajo un trozo de algodón se encuentra la señal que la aguja le dejó en su cuerpo.

“Al menos así una parte de mí vivirá dentro de ti para siempre”-piensa con consuelo.



Tom tarda dos días en volver a casa. Despertó a la mañana siguiente pero no pudo explicar nada sobre su estado. No recordaba nada de lo sucedido desde que subió al escenario para el concierto. No sabe como se hizo la herida del cuello ni si fue atacado por alguien, por no mencionar que no recuerda nada sobre besar a una chica, y menos delante de su hermano.

El último beso que recuerda claramente es el que le dio a él. Nunca podría olvidar sus besos, ni esos labios.

Ve el dolor en su cara. …l si recuerda haberle visto besarse con una chica, recuerda todo el daño que le ha provocado.

Llegan al apartamento y se acuesta para descansar un rato. Se encuentra un poco débil y su hermano se ofrece a ayudarle. Le acuesta en la cama y tras arroparle se dispone a salir cuando su voz le detiene.

-Siento haberte hecho daño. No recuerdo nada de lo que pasó, tienes que creerme.

-Te creo-le dice acercándose a la cama de nuevo.

-Sé que tú lo recuerdas todo, solo te pido que lo olvides, que sigamos por donde lo dejamos como si nada hubiera pasado-le ruega tomando su mano.

Bill le mira sin saber que decir. Es verdad que le ha hecho mucho daño, pero también es cierto que le ha echado mucho de menos. Se inclina y le besa en los labios como única respuesta.

Tom rodea su cuerpo y girando sobre sí mismo le hace acostarse encima de él. Hace el beso más profundo atrayéndole por el cuello, que empieza a frotar con fuerza con los dedos.

Bill gime de dolor en su boca y se separa llevándose una mano al cuello.

-Perdona, no sé que me ha pasado-se excusa acariciando su mejilla.

-¿Has recordado algo sobre tu herida?-le pregunta acariciando la venda.

Tom niega con la cabeza y le hace recostar sobre su pecho. No quiere que vea en sus ojos que le está mintiendo. Ha sido rozar su cuello y sentir un dolor intenso. Sabe que alguien le hizo algo, un apersona, aunque más bien parecía un animal.


Pasan los días y todo vuelve a la normalidad, o al menos según los ojos de Bill. …l vuelve a ver al hermano del que se enamoró, más atento que antes para demostrarle lo mucho que se arrepiente por algo que no recuerda.

Pero para Georg y Gustav, Tom ha cambiado, le ven raro. Con Bill actúa con naturalidad, pero con ellos es muy distante. Porque sabe que le observan, que le vigilan para comprobar que realmente está bien.

Mientras, Bill no se entera de nada, o no quiere hacerlo. …l solo lo ve con sus ojos de enamorado. Solo se concentra en las noches que pasan juntos, en que hacen el amor y luego duermen juntos.

Olvida que es él el que duerme. Trata de ignorar que su hermano solo le abraza sin poder conciliar el sueño, que cuando no lo aguanta más le deja solo en la cama para sentarse en el suelo, desde donde le observa dormir sin poder hacerlo él, sin encontrar la paz que en sus pesadillas no encuentra.

En ellas ve como alguien le coge con suavidad del cuello y aprieta sus dientes contra su piel. Se despierta asustado y llevándose una mano a el, sintiendo la herida palpitar bajo la venda, haciendo presente que su pesadilla es muy real.


-No me digas que tú no le ves raro-le pregunta Gustav en un susurro.

Se encuentran en la cocina, donde Bill está preparando una ensalada para su hermano. Últimamente no tiene apetito y le está preparando un almuerzo ligero.

-Yo le veo como siempre-asegura sin mirarle.

Tiene miedo de que si le dice que tiene razón, su hermano le vuelva a abandonar por no haber confiado en él.

-Se comporta de forma extraña. Apenas come y sé que por las noches no duerme. Su cama está vacía por las noches y en las mañanas amanece en ella sin haberla abierto.

-¿Es que acaso le espías?-pregunta apretando los dientes.

Solo le ha faltado mirar en su habitación y pillarlos en pleno acto de amor. Se concentra en cortar la lechuga haciendo caso omiso de sus comentarios.

-No le espío, solo me preocupo por él, por……

-¡Joder!-exclama Bill cuando el cuchillo araña su piel.

Se lleva el dedo herido hacia sus labios, pero antes de que lo chupe su hermano se le adelanta y le coge por la muñeca.

-No le distraigas cuando tiene un cuchillo en las manos-le riñe a Gustav.

Se quedan mirando. Es obvio que les ha estado escuchando, que sabe que le vigilan como dos halcones.

-Cúrale la herida-dice Gustav saliendo de la cocina.

-No es nada, no te enfades con él-le suplica.

Le lleva a rastras hasta la pila y abre el grifo, pero antes de poner su mano debajo se queda mirando la sangre que por su dedo baja. No puede apartar los ojos de ella, ni siquiera pestañea. Ese líquido rojo le está llamando a voces, y él quiere contestar esa llamada.

Tira de la mano de Bill y lentamente se la acerca a sus labios, abriéndolos despacio y cerrándolos en torno a ese dedo que palpita contra su lengua. Cierra los ojos y saborea la sangre de su hermano en su boca. Succiona un poco como si de ese modo pudiera sacar más.

Bill gime al sentir el calor de su boca en el dedo, pero de repente grita cuando siente sus dientes.

Tom abre los ojos deprisa y suelte la presa de su boca. No se había dado cuenta de que le estaba mordiendo hasta que oyó su grito de dolor.

-Perdona, me he dejado llevar-se disculpa avergonzado.

Bill mete la mano bajo el grifo y se lava la herida sin mirarle. Le ha asustado, esa manera en la que se llevó su dedo a la boca y como cerró los ojos como disfrutando del sabor de su sangre, le ha hecho sentirse muy incómodo, incluso preguntarse si Gustav tiene algo de razón.

-No ha sido nada.

Coge un paño de cocina y lo aprieta contra la herida. Se gira y le mira. Se ha alejado un poco de él, le mira con una rara expresión en la cara, entre el miedo y la pasión.

-¿Te sientes bien?-le pregunta asustado.

-Yo…necesito estar a solas-tartamudea.

Sale corriendo de la cocina y sube a su habitación para encerrarse en el baño. Se lava la cara una y otra vez para alejar de su mente esas visiones que han llegado a ella en el primer momento que saboreó la sangre de su hermano.

Ahora sabe con certeza que su herida del cuello se la hizo una persona, concretamente esa chica con la que se fue después del concierto. Recuerda haberla besado delante de su hermano.

Cierra los ojos y siente esos labios sobre los suyos.

Siente como su boca se abrió y mordió su cuello, siente como empezó a succionar su sangre, a alimentarse de él como……

….¿si de un vampiro se tratara?

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).