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Corazón por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es una historia corta que pensé, espero que les guste.

El caballero caminaba tranquilamente, su casa siempre le había gustado, era un hermoso sitio para descansar y el clima era particularmente agradable en ese momento, nada como una buena caminata para después tomar el desayuno con sus nietos, era sin duda un buen día que la familia se reuniera y las cosas marcharan tan bien, no había motivos para preocuparse, una vez que fue suficiente de caminar fue al interior de la mansión, vio que el resto de su numerosa familia ya estaba en pie haciendo planes y terminando de alistarse para la fiesta.

Toda la gente que no era familia eran personas de absoluta confianza y colaboradores cercanos, amigos que habían hecho su propia fortuna gracias a sus negocios y eso también era bueno, saludó a quienes encontró y se dirigió al comedor, varios niños que iban desde los cinco hasta los doce años ya estaban a la mesa esperándolo y lo recibieron con alegría. Pasó más de una hora de esa manera y finalmente tuvieron que dejar la mesa pues tenían que terminar de arreglar algunas cosas.

Fue a su amplia recámara, necesitaba darse un baño. Vio con satisfacción que estaba listo, tan solo esperándolo, no lo pensó demasiado para sumergirse en la tina y disfrutar de la tibia agua, mientras lo hacía pensaba un poco en la celebración, era su cumpleaños ni más ni menos: setenta y cinco años. No era tan mala edad. Había empezado muy joven siendo apenas menos que un ayudante y ahora regía sobre todo su imperio con voluntad absoluta, podría heredarles muchas cosas a los suyos, para empezar una basta fortuna, propiedades, acciones y sobre todo alejarlos de cualquier murmuración.

Una vez que su fiesta terminara toda una nueva vida estaría delante de él, tan solo descansar y dejar de preocuparse por nimiedades, solo disfrutaría de la tranquilidad de sus últimos años en compañía de sus seres queridos ¿Qué más podía pedir? Había sobrevivido a mucho y a muchos, ya era momento de estar tranquilo y en paz.

La fiesta estaba lista, los invitados iban llegando pero el festejado no aparecía, en un principio nadie se preocupó pero después de más de media hora de espera se decidieron a ir a buscarlo y saber que lo estaba retrasando.

--¿Papá?--llamó su hijo mayor a la puerta de la habitación--¿Papá? ¿Estás bien?

El señor abrió la puerta y vio que la recámara estaba vacía, incluso la ropa que debía usar el festejado estaba sobre la cama como se había dispuesto desde antes, sin embargo sus instintos le dijeron de inmediato que algo no estaba bien, se acercó sigilosamente al baño, abrió la puerta con cuidado.

--¿Papá?

El señor estaba en la tina, sumergido, no tenía idea de cuanto tiempo llevaba ahí pero de inmediato se acercó llamándolo y sacándolo del agua tratando de que reaccionara, los gritos de inmediato atrajeron a otros y la casa se convirtió en total confusión, alguien llamó por ayuda a un hospital pero cuando llegaron los servicios de emergencia ya era tarde: había muerto.

No se podía asegurar en un primer momento que había sucedido pero aparentemente había sido un accidente en la bañera, tal vez se había desmayado o quizá fuera un infarto, solo una autopsia lo diría pero la familia se negó a que se realizara, ya era bastante que muriera para que quisieran abrirlo como a un animal, sería velado y sepultado como correspondía.

Su familia y amigos lloraron la pérdida, los funerales fueron noticia pues quien había muerto no era un hombre exactamente desconocido para muchas personas.

--El día de hoy se celebrará el funeral de Nicola Armato-decía uno de los múltiples reporteros que cubrían lo que sucedía fuera del cementerio pues no se les permitía avanzar más-Mejor conocido como Nico Armato, famoso por las múltiples investigaciones y enjuiciamientos que lo relacionaban como uno de los mayores líderes de organizaciones traficantes de armas a nivel internacional. Si bien es cierto que al señor Armato nunca se le pudo comprobar nada siempre quedo en el aire su responsabilidad en diversos negocios ilegales y muertes sospechosas de gente que se le oponía, partiendo desde testigos que nunca pudieron declarar en su contra hasta dos fiscales, uno de ellos desaparecido, y un juez que trataron de llevarlo a juicio. Al señor Armato le sobreviven dos de sus cinco hijos y doce nietos.

La persona que veía las noticias por la televisión apagó el aparato, era todo lo que necesitaba escuchar, después de todo ya tenía el dinero por su trabajo, era irónico que el viejo hubiera sobrevivido a tanto y alguna vez fuera él justamente quien lo ayudara, como con ese entrometido fiscal que pretendió extorsionarlos con llevarlos a juicio si no le tocaba una parte de sus negocios, nunca lo encontrarían, él se encargo de eso. De todas maneras Nico se lo había buscado, creyó que su pasado no podría alcanzarlo, él sabía bien que los pecados que cometemos siempre nos salen de nuevo en el camino, sobre todo los que tienen nombre.

Era mejor pensar en otra cosa, su mañana era un poco atareada y esperaba que con lo sucedido a Armato hubiera más trabajo para él. Y en eso no se equivocaba. La muerte de un líder siempre crea vacíos de poder y es el mejor momento para actuar si se quiere subir, al menos en los mundos en los que se movía Armato esa era la regla general.

Fue así que durante los siguientes tres meses siguió recibiendo llamadas que no era posible rastrear para que se hiciera cargo de algunas cosas, más bien de unos cuantos nombres que incluían al hijo mayor de Armato y dos de sus más cercanos colaboradores; una vez que las cosas parecían calmarse él no se quedó sin nada, seguía teniendo sus habilidades y siempre eran valoradas por alguien que quisiera hacer desparecer a alguien que le estorbaba de una manera o de otra.

Siendo así aún tuvo que encargarse de otras personas, nunca antes había estado tan ocupado pero tomaba prácticamente cualquier trabajo que le ofreciera una muy buena cantidad, no importaba de quien se tratara, solo debía ser un buen trabajo con una buena paga, nunca había sido ambicioso en el sentido económico pero ahora parecía que solo respiraba para tener dinero.

--El paquete fue entregado-dijo entrando a una especie de bar de no muy buena categoría.

--Bien, tu paga esta en camino-le respondió un hombre de cabello negro--¿No quieres tomar algo?

Se sentó en una de las pequeñas mesas y ambos quedaron ante sus tragos.

--Es un muy buen ouzo-dijo el de cabello negro-Espero que te guste.

--¿Sabes si hay algo más Shura?

--¿Acabas de terminar un encargo y ya quieres otro? Si que eres avorazado Death Mask.

--En cuanto tengas algo...

--Si, lo se, buena paga y efectivo, es lo único que has pedido en este tiempo.

--Será mejor que me vaya.

--Tendré tu pago mañana mismo.

--Nos vemos.

--Es un gusto que regresaras Death, no hay nadie como tú en esto.

El de cabello azul no respondió, solo dio un trago a la bebida que le habían ofrecido y salió del lugar, el otro hombre dio un par de tragos más, era bueno estar del lado de alguien como Death Mask, al menos él nunca hubiera querido estar del lado opuesto, lo había visto cumplir con sus encargos, era rápido y eficaz, hacía exactamente lo que le pagaban por hacer, tenía una capacidad natural para su trabajo, si es que se considerara trabajo a matar gente a sueldo. Pero él no era quien para juzgar, sacaba buenas ganancias de simplemente ser intermediario en varios negocios nada legales y había aprendido que lo mejor para seguir vivo era cerrar la boca, no ver nada y nunca traicionar.

Le sorprendía un poco lo sucedido con Death Mask, desde que lo conociera ya que le fue contactado por otra persona le dio la impresión de que no era como la demás gente, ni siquiera tenía un nombre, porque eso de Death Mask le sonaba muy improbable para ser nombre de pila, de todas maneras le iba bien, tenía como una máscara sobre el rostro y llevaba la muerte a quien se le encomendaba, nunca había fallado en un trabajo, eso él lo sabía muy bien, por eso era muy solicitado cuando se quería a alguien con experiencia y que asegurara éxito en el trabajo.

Fue por eso que le pareció muy extraño cuando simplemente despareció, en un primer momento supuso que andaría en un trabajo que él no le había contactado pero después creyó que estaría en el otro mundo, sin embargo apenas unos meses atrás había entrado de nuevo a su local y le había preguntado si no tenía nada para él, tomaría lo que fuera mientras la paga fuera buena y en efectivo.

--Si sigues conservando tu talento seguro que te tendré algo-dijo Shura en ese momento.

Y no se había equivocado, se trataba del esposo de una mujer que ya no necesitaba de su marido a su lado, lo hizo parecer un asalto que salió mal y asunto arreglado, de inmediato llegaron nuevas encomiendas pero siempre con la misma condición: buena paga y efectivo.

Shura no tenía ni idea del porque andaba tan necesitado de dinero pero no iba a preguntar, no era asunto suyo.

Death Mask trataba de descansar en una habitación de un pequeño hotel que había encontrado en el camino, se distraía limpiando un cuchillo de caza en ese momento, siempre había preferido hacer su trabajo de cerca, no tenía problemas con usar explosivos pero no era del todo afecto, pistolas, rifles, cuchillos, navajas, sus propias manos, todo dependía de la otra persona y del medio en que se encontrarían, era de esa manera en la que se decidía a lo que haría para eliminar a alguien.

A Armato lo ahogó en su propia tina, no fue tan complicado, solo lo sumergió hasta que ya no se movió, conociendo como conocía a sus hijos no permitirían que saliera a la luz nada que sugiriera un homicidio y tuvo razón. Dejo el cuchillo a un lado y se recostó pero no para dormir, solo pensaba que en cuanto tuviera el dinero que le faltaba tal vez podría regresar a su casa por unos días, llevó su mano a la altura de su pecho y sintió la cadena que usaba y que sostenía una pequeña cruz  genovesa de plata, suspiró, era mejor tratar de dormir.

Cuando se presentó de nuevo en el negocio de Shura este no tardó en recibirlo.

--Death, que bueno que vienes-discretamente le entregó una mochila por debajo de la mesa-Si deseas contarlo...

--Nunca he tenido que hacerlo contigo Shura.

--Sabes que no sería tan tonto para tratar de robarte.

--¿Hay algo?

--De hecho si, andan buscando a alguien tan bueno como tú y creo que te convendría pero tal vez no lo aceptes.

--¿De qué se trata?

--Se trata de un asunto de familia.

En la experiencia de Death Mask siempre era la familia la más dispuesta a deshacerse de alguien que se interponía en sus planes, el record en sus trabajos estaba entre los matrimonios.

--Solo digamos que a un señor no le gusta la idea de que sus sobrinos anden por ahí-dijo Shura-Necesita que no estén para manejarlo todo.

--¿Cuánto?

--La cifra es de cuatro ceros por cada uno.

--¿Cuántos?

--Dos.

--¿Algo más?

--Debe parecer un accidente y el tío no puede verse involucrado de ninguna manera.

--Lo haré.

--Tal vez si hay algo más.

--¿Qué?

--Los sobrinos son muy jóvenes Death Mask, apenas unos adolescentes.

--Lo haré...si este tipo de verdad pagará.

--Lo hará.

--Arréglalo.

Sin otra palabra salió con su dinero, en cuanto estuvo en su habitación se dispuso a dividirlo, solo necesitaba un poco para él y aguantar en donde estaba, lo demás lo transfirió de inmediato dando unas órdenes de pago extra, era asunto arreglado.

En cuanto a su siguiente trabajo lo hizo perfectamente una vez acordado el precio, no fue tan complicado realmente, siguió a los jóvenes después de una fiesta, los escuchaba con su música a todo volumen y unas copas de más, ser jóvenes y herederos sin supervisión los estaba llevando demasiado aprisa en algunas cosas, eso de todas formas no le interesaba a él. Siguió el camino sin perderlos de vista, ya estaba cerca de lo que necesitaba.

El camino por el que manejaban era más bien solitario, había una curva que debía tomarse con precaución pues era pronunciada y colindaba con un precipicio, era el sitio ideal para él. Mientras los jóvenes avanzaban él no los perdía de vista, entonces hizo su movimiento, apuntó las luces contra sus espejos, los jóvenes lo tomaron como un desafío y empezaron a zigzaguear para no dejarlo pasar, entraron a la curva pero no estaba como siempre, había una especie de barreras que impedían el paso, los jóvenes trataron de esquivarlas pero iban demasiado aprisa y Death Mask dio una especie de cerrón con fuerza virando su vehículo.

Dos segundos después el auto en el que iban los muchachos se desplomaba por el acantilado, el de cabello azul bajó de su vehículo y vio el auto caer al agua, unos segundos después se hundió, se quedo ahí esperando hasta convencerse de que nadie salía, quitó las bardas de protección de malla oscura que había puesto con anterioridad, eran plásticas pero en la noche hacían pensar que eran de metal, las metió en la cajuela, después se desharía de ellas.

Contó con algo de suerte al retomar su camino, empezó a llover, nada quedaría de lo sucedido.

Pese a haber tenido que esperar unos días para que encontraran el vehículo y lo sacaran del agua, apenas se habían identificado los cuerpos cuando Shura recibió la nada inesperada visita de Death Mask que iba por su dinero, no estaba nada mal recibir una buena suma por un buen trabajo.

--¿Qué tal Death Mask?-lo saludó Shura-Debo decir que es bueno ver una cantidad así aunque no sea mía.

Como ya no había nadie le entregó libremente una mochila de hombros que pesaba pero no demasiado.

--¿Tienes algo más Shura?

--Si hay algo para ti te lo haré saber ¿de acuerdo?

--Bien, tengo que irme.

--¿No te tomas un trago?

--No puedo, hay cosas por atender.

--No te quito el tiempo entonces.

Sin otra palabra el de cabellos azules salió, tenía suficiente por el momento, haría unos pagos y seguiría adelante pero cambió de idea cuando su teléfono empezó a sonar, al ver que no era el celular prepagado que usaba para sus trabajos se dio cuenta de que era muy urgente que respondiera.

--¿Bueno?-contestó.

La conversación fue muy corta, esencialmente eran noticias no muy buenas, malas de verdad, tanto que debía volver. De inmediato se puso en camino, tenía que estar en casa cuanto antes.

 

 

Apenas había tenido tiempo para hacer algo desde que llegara, tal y como se encontraba fue directamente al sitio del que le habían llamado y fue a buscar a la persona que se había comunicado con él.

--¿Qué fue lo que sucedió?-preguntó al verse de frente.

--Me temo que hay problemas-le respondió Dhoko.

Death Mask sintió que su corazón se estremecía pero no lo demostró, escuchó toda la explicación de lo que sucedía y después de unos momentos dirigió sus pasos a una habitación privada, era en el mejor lugar de todo el edificio y definitivamente el espacio era de primera, abrió la puerta despacio y se acercó procurando hacer el menor ruido posible, sin embargo fue percibido de inmediato.

--Alessandro.

--Estoy aquí Mu.

Se acercó a la cama donde lo esperaba el joven de cabellos lavanda y ojos verdes como esmeraldas, parecía una especie de príncipe elfo en su belleza y delicadeza y sin embargo era el hombre más valiente y fuerte que el de cabellos azules hubiera conocido en su vida, y también era el único al que le había confiado su nombre y que nunca debería saber de Death Mask.

--Hacía tanto que no venías Alessandro-dijo con una suave pero triste sonrisa el de cabello lavanda.

--Perdóname, estuve ocupado.

--Trabajas mucho.

--Hay cuentas por pagar.

--No es necesario que este aquí, podríamos estar en un sitio menos costoso.

--Es el mejor hospital para ti, te mereces la mejor atención del mundo.

--Me preocupa que trabajes tanto solo para pagar este sitio.

--Ya sabes que nada me importa con tal de que estés bien.

Por unos momentos no dijeron nada pero parecía que algo inquietaba al de ojos verdes.

--¿Ya hablaste con el médico?

--Si Mu, en cuanto me llamaron vine.

--¿Qué te dijo?

--No te preocupes por eso, solo tranquilízate y descansa, es lo que más necesitas.

--Te he extrañado tanto, no me gusta que te vayas así, por tantos días sin saber nada de ti.

--Tengo que trabajar Mu.

--Lo se, perdóname, soy muy egoísta contigo.

--No digas eso amor, yo tampoco quisiera alejarme de ti ni de noche ni de día pero necesitamos dinero.

--También eso.

--¿De qué hablas Mu?

--No he dejado de preguntarme, no quisiera pero...

--¿Qué?

--¿Cómo puedes pagar esto? Este sitio es muy costoso y las medicinas no son baratas ¿Cómo puedes pagar? No creo que nuestros ahorros dieran para tanto.

El de cabello azul no pudo seguir mirando a su compañero, agachó el rostro pero sintió la presión de su compañero mientras estrechaba suavemente su mano entre las suyas, después lo escuchó hablarle suavemente.

--Dime la verdad por favor-le pidió Mu--¿Qué has hecho? ¿Cómo has podido pagar por todo?

Durante unos segundos nada fue dicho, los dos se mantenían muy quietos, esperaban hasta que el de ojos azules levantó su rostro y miró directamente a los ojos verdes.

--Lo lamento Mu, debí decírtelo.

--¿Qué pasa?

--Yo...volví a mi trabajo anterior, perdóname.

--Ay Alessandro...

--Necesitamos el dinero.

--Perdóname, tienes que hacer todo esto por mí.

Y derramó una lágrima que de inmediato fue secada con gentileza por su compañero para después abrazarse.

--Tranquilízate Mu, todo va a estar bien, en cuanto te alivies no tendré que hacerlo más, solo piensa en recuperarte.

Le decía eso mientras lo besaba dulcemente en el rostro y acariciaba su cabello para tranquilizarlo.

El de cabellos azules sabía bien que no era una mentira del todo, ciertamente había regresado a su trabajo anterior pero también sabía que Mu creía que había sido un tipo de consultor...no un asesino a sueldo.

Pero no estaba dispuesto a que lo supiera ni a perderlo, Mu había sido lo único bueno de su vida y no iba a renunciar a él, desde la primera vez que se vieron fue algo especial para el de cabello corto.

 

 

Había sido unos años atrás, apenas un par de años atrás, estaba en una ciudad debido a uno de sus trabajos, estaba esperando a que su objetivo llegara, se trataba de un rival de un contrabandista de drogas, por lo que sabía le gustaban las muchachas de cierto club que bailaban muy bien, él lo observaba cuando llegaba desde una cafetería que quedaba prácticamente enfrente, un sitio que no tenía mucha clientela debido sin duda a que todos los otros negocios contaban con variedad.

--Este solía ser un buen vecindario-decía a veces el dueño quien trabajaba ahí mismo pues no podía contratar mucho personal.

Fue una noche cuando lo vio por vez primera. Él estaba cerca de una ventana cuando alguien se le acercó y le preguntó alegremente.

--¿Qué desea tomar?

--Café.

Vio al joven delante de él, sus brillantes ojos verdes y su cabello recogido que dejaba de todas formas ver que lo usaba largo.

--¿Café? ¿Cómo lo prefiere? ¿Descafeinado, negro, con especias, Express, capuchino, con leche?

--Solo café, café negro.

--Muy bien.

El alegre jovencito se retiro y unos momentos después regresaba con la taza y un panquecito.

--Solo era café-dijo Death Mask.

--Si, el panque es por mi cuenta, para que no le sepa tan amarga la cena.

Antes de que pudiera decir nada en contra le sonrió suavemente y se retiró, el de cabello azul no estaba acostumbrado que lo trataran así pero lo descartó de inmediato, tenía algo más que hacer. Esa misma noche tenía bien delimitado su plan y se dispuso a seguirlo para la noche siguiente, ya era tarde cuando se retiró de la cafetería pues ya sabía que casi era la hora de cerrar, de todas maneras esperó unos momentos afuera fumándose un cigarrillo para asegurarse de que nadie quedaba atrás de quienes acompañaban a su blanco. Después de eso caminó al hotel en el que se hospedaba, no estaba lejos de ahí, podía llegar caminando.

Mientras iba por las calles desiertas vio algo y más que nada escuchó y de inmediato se puso atento.

--No te atrevas a gritar.

Eran dos sujetos y acorralaban a alguien contra un muro, se trataba del muchacho que lo había atendido, lo amenazaban con algo y un leve brillo le dijo que se trataba de navajas. Generalmente se hubiera hecho el desentendido pero no pudo porque vio como uno lo aprisionaba para algo más que quitarle su dinero al joven.

--Si no haces lo que quiero te ira muy mal.

Hacía que el joven se arrodillara ante él, era evidente lo que quería, entonces se acercó.

--Déjenlo en paz.

--No te metas en esto-dijo el otro que de inmediato dejo ver su navaja.

Death Mask no se inmuto, simplemente lo tomó del brazo y lo hizo girar hacía afuera para romperlo sin apenas pestañear, de inmediato se dirigió al otro que se había separado de su víctima y en cuanto lo tuvo a su alcance lo derribó golpeándolo en una rodilla para sujetarlo por el cuello y estrellarlo después contra la pared. De inmediato se dirigió al joven que seguía en el piso y no parecía poder moverse.

--Ven.

Lo tomó gentilmente por el brazo y lo ayudó a incorporarse y a alejarse de ahí, caminaron en silencio pero sentía como el muchacho de cabello lavanda temblaba por todo lo sucedido.

--¿Te encuentras bien?-preguntaba el de cabello azul.

--S-Si-dijo nervioso.

--Este sitio no parece muy seguro.

--No, se ha vuelto algo peligroso.

--No deberías andar solo por aquí a esta hora.

--¿Qué otra opción tengo? Necesito el trabajo.

--Debí recuperar tu dinero.

--No era mucho, solo mi pasaje y unas propinas.

--¿De verdad estás bien?

--Nunca me había pasado algo así.

--Tranquilízate.

Llegaron a la parada de autobuses y se quedó a su lado hasta que de verdad se veía más tranquilo.

--¿Te sientes mejor?-preguntó el de cabello azul.

--Si, muchas gracias, en verdad, no se que hubiera pasado si no me hubieras ayudado.

--De nada.

Vieron que al autobús se acercaba y Death Mask le prestó algo de dinero para su pasaje, casi para subir el joven de cabello lavanda había volteado a verlo.

--Muchas gracias de nuevo.

--De nada.

--Mi nombre es Mu.

Y no pudieron decirse nada más pues las puertas del autobús se cerraron. Por otra parte el de cabello azul pensaba que no tenía nada que ver con ese jovencito. Pero estaba equivocado.

A la noche siguiente no fue directamente a la cafetería, llegó antes a la zona pero no se dejo ver por nadie, entró al club que necesitaba y vio a la gente en sus propios asuntos, varios disfrutaban del espectáculo de chicas pero a él no le interesaba nada de eso, se acercó discretamente a la persona que necesitaba, estaba a unos veinte pasos y supo que no había momento como el presente, entre el sonido, las luces y que su objetivo estaba demasiado ocupado con una muchacha en ese momento sacó una pistola con silenciador; aparentemente el hombre había caído de su silla y un segundo después la muchacha que bailaba para él empezó a gritar, después de eso todo era confuso pues nadie sabía lo que había pasado pero si entendían que había problemas y nadie quería quedarse para cuando llegara la policía.

Death Mask salió del lugar tranquilamente sin que nadie lo notara, guardó el arma discretamente para deshacerse de ella entre la multitud en una alcantarilla que sabía era profunda, se quitó los guantes, y aparentemente como si viniera desde la dirección de siempre entró en la cafetería, se necesitaba de sangre fría para hacer algo así pero en su caso era bastante sencillo. En cuanto tomó la mesa de siempre escuchó que le hablaban suavemente.

--Que bueno que regresaste.

Mu estaba de pie mirándolo alegremente.

--Buenas noches-dijo el de cabello azul.

--¿Qué deseas cenar?

--Café.

--¿Solo café?

--Si.

--Me gustaría invitarte la cena, para agradecerte.

--No tienes nada que agradecerme.

--Aún así, te traigo tu café en un instante.

El muchacho dio la vuelta y se dio cuenta de lo gracioso que se movía su cabello cuando caminaba aprisa, apenas sin darse cuenta eso lo hizo sonreír, le llevó el café y unas galletas.

--Son de canela-le dijo Mu-Saben bien.

--Gracias.

El resto de la noche no dijeron nada, eso se debió sin duda a que la policía estaba investigando lo sucedido pero no parecía haber testigos de lo ocurrido, después de todo ni siquiera estaban seguros de lo sucedido, interrogaron a algunas personas pero nadie sabía nada ni había visto nada y para ser honestos los uniformados no estaban interesados en resolver lo sucedido, para ellos era mejor que los pandilleros se mataran entre si. Conforme avanzaba la noche Death Mask había decidido que era momento de retirarse, iba a hacerlo cuando vio a Mu que también se alistaba para marcharse.

--¿Ya te vas?-le preguntó el de cabello lavanda.

--Si.

--Que pases buena noche.

Y diciéndole eso amablemente salió del establecimiento pero antes de hacerlo el de cabello azul le habló.

--Oye...

--¿Si?

--¿Vas a marcharte solo Mu?

--Tengo que hacerlo.

--Si quieres puedo acompañarte.

--¿De verdad? No quisiera ser una molestia.

--Nada de eso.

--Entonces gracias.

Mientras caminaban el de ojos verdes miraba a su compañero como de pasada y finalmente preguntó.

--¿Siempre eres tan serio?

--No tengo nada que decirte-respondió Death Mask.

--Bien, entonces te diré algo de mí mientras llega el autobús. Veamos... me llamó Mu, trabajo de noche para poder estudiar de día, no hace mucho que me mude a esta ciudad, me gusta el helado de pistache y las galletas de canela-y dijo eso sonriendo-Perdona, debo parecerte un tonto actuando así.

--Nunca pensaría que eres tonto.

--Gracias.

--¿Y tu familia? ¿No vives con ellos?

--Mi familia falleció, tengo que valerme por mi mismo-y eso lo dijo entrecerrando sus ojos con tristeza.

Entonces el de cabello azul se dio cuenta que no le gustaba ver dolor en esos ojos y que prefería por mucho cuando el lindo rostro de ese joven brillaba con alegría pero no sabía que decirle para que las cosas cambiaran.

--No quise traerte recuerdos tristes Mu.

--No te preocupes, no sabías nada de mí, está bien-cambiando totalmente de tema el de cabello lavanda continuó-Me di cuenta que no se tu nombre ¿Cómo te llamas?

Por un instante el de ojos azules no supo que responder pero la palabra salió de su boca apenas sin que pudiera controlarlo.

--Alessandro.

--Encantado Alessandro. Tienes un nombre muy lindo.

--Gracias.

Vieron que el autobús se acercaba y el de cabello lavanda tuvo una idea.

--De verdad me gustaría verte otra vez Alessandro.

--Iré a la cafetería.

--Mi turno empieza a las siete.

Diciendo eso se fue pero las horas siguientes Death Mask solo pudo preguntarse que hizo que le dijera su verdadero nombre siendo que no lo había mencionado siquiera por años y eso se debía sin duda a que su vida no había sido precisamente lo que se consideraría normal.

 

 

Siendo un muchachito Death Mask era un verdadero hombre, uno de su tierra, una pequeña y olvidada aldea italiana pero eso no era tan importante como el hecho de que esa polvorienta población era el paso de algunos hombres silenciosos y arriesgados que llevaban armas y otras cosas, algunos decían que eran guerrilleros y otros que eran criminales; de hecho el muchachito tenía algo que ver con algunos de ellos, su padre había sido muerto por un enfrentamiento con ellos pero el muchacho no demostró querer hacer nada al respecto, sus padres nunca habían significado mucho para él.

Su madre había fallecido siendo pequeño, había sido una mujer descuidada y no recordaba de ella alguna muestra de afecto; en cuanto a su padre no se engañaba, lo había detestado, siempre tratándolo como si fuera inútil además de haberlo habituado a una fuerte dosis de golpes, falleció en una pelea por tener ese carácter que todos llamaban "sangue furibonda", sangre caliente. Y todo eso lo había cambiado, lo hizo un joven reservado y que se guardaba todo lo que pensaba y sentía para si.

Sin embargo sentía un frío e intenso despego por los demás, si la gente era tan estúpida para sentirse ofendida y demostrarlo y matarse por ello no era asunto suyo. Al igual que otros inició como una especie de mensajero, llevando y trayendo, fue un aprendizaje esa época, veía a los demás y callaba, aprendía a leer a la gente, sus hábitos, sus movimientos, hasta que llegó el momento de definirse.

Los que se dedicaban a lo que se consideraría un tráfico menor debían estar protegidos por alguien, en su caso era un hombre atolondrado y cruel que apodaban Renco pues cojeaba ligeramente. El de cabello azul le tenía un frío desprecio, era estúpido y brutal y se llevaba la mayor parte sin hacer nada mientras que era él quien se arriesgaba y era listo, se jugaba la vida y la libertad para que ese hombre tuviera dinero y decidió hacer algo al respecto.

Hubo una celebración, una vendimia, el de ojos azules se dejo ver por todos, sin que nadie lo supiera llevaba una punta que había hecho a solas en los días anteriores. Cuando la noche era completa la gente bebía y bailaba, él se acercó como si nada, había otros que se movían como él, solo esperó por el momento justo, al quedar a un paso y en tan solo un segundo clavó la punta en Renco atravesándole un riñón, había visto esa herida en otro hombre que había muerto y el desenlace fue el mismo. El de cabello azul estaba tembloroso por dentro pero era dueño de si mismo, no pudo sino atestiguar como nadie comprendía lo sucedido; la policía de la región no estaba muy interesada en saber lo ocurrido, todo siguió en calma, casi todo pues él había cambiado, desde ese momento supo que había encontrado su camino y nunca más lo abandonaría.

Prácticamente fue en silencio y sin que se notara en nada que empezó a encargarse de asuntos que otros no podían manejar, aprendió a ser más discreto y a no tratar directamente con la gente que lo buscaba, en poco tiempo era dueño de su destino y  nunca más se doblegaría; ciertamente tampoco podría decirse que disfrutara de lo que hacia, simplemente lo hacía pero nunca hizo sufrir a nadie torturándolo, no se embebía con el olor de la sangre. Si quería seguir adelante con lo suyo eran mejor otros aires en los que se ganaría más y que lo llevaron lejos de esa región a la que nunca tuvo nada que agradecerle.

Y esa nueva tierra a la que viajó le trajo nuevos conocimientos y nuevas experiencias, era un sitio más aguerrido y más salvaje en el que incluso hombres como él no eran poco comunes y por lo mismo para sobresalir se necesitaba ser verdaderamente el mejor  y demostró que lo era pues nunca falló en uno de sus encargos, además contaba con la ventaja que nunca trataba de enterarse de más de lo que necesitaba saber y siempre estaba dispuesto a seguir las instrucciones de quien pagaba, después de todo era su dinero.

Otra de sus particularidades era que no se mostraba tan firme en sus exigencias y hasta cierto punto era alguien accesible en sus trabajos, sus precios no eran tan descabellados y siempre valía la pena pagar por sus servicios; de no ser porque desde su regreso parecía solo tomar lo mejor pagado era exactamente el mismo que siempre había sido. La vida no le había brindado muchas oportunidades pero tampoco esperaba demasiado, era un fatalista en realidad.

 

 

Por eso la llegada de Mu fue algo extraordinario para él, fue uno de esos momentos en los que la gente cambia y nunca se puede volver a ser el mismo, el de cabello lavanda fue alguien como nunca hubiera imaginado siquiera el de ojos azules que podría conocer. Después de esa ocasión en la parada de autobús volvieron a verse, Death Mask iba a la cafetería y esperaba hasta que terminaba el turno del de ojos verdes y lo acompañaba, generalmente el de cabello azul no hablaba mucho, prefería escuchar al otro joven que podría contarle las cosas más cotidianas y comunes y sin embargo en sus labios le parecían extraordinarias al entonces mercenario.

Fue así hasta que él mismo sintió que era momento de irse, tenía asuntos que atender, solo un par pero debía encargarse y eso significaría dejar a Mu, lo cual solo de pensarse no era sencillo.

--¿Por qué estás tan callado?-preguntó el de ojos verdes.

--Por nada-respondió Death Mask.

--Estaba pensando que tal vez te gustaría acompañarme a comer el martes, es mi día libre.

--¿Tu único día libre y quieres desperdiciarlo conmigo?

--Nunca sería un desperdicio estar contigo.

--No creo poder Mu.

--Si tienes algo que hacer lo entiendo, tal vez en otra ocasión.

--Tengo que irme Mu.

--¿Irte? ¿Por qué?

--Negocios que necesito atender.

--Bueno...es por tu trabajo-dijo el de ojos verdes agachando la mirada--¿Cuándo podré verte de nuevo?

--No lo se.

--Entiendo.

Y aunque trataba de no demostrarlo el joven de cabellos lavanda se puso triste y el italiano no tenía idea de porque actuaba de esa manera.

--¿Qué sucede Mu?

--Vas a irte... entiendo eso, de verdad, que debas irte... solo es que no estoy acostumbrado a que me traten así... como me has tratado tú.

El de cabellera azulada no comprendía lo que le decía Mu, menos aún podía comprender que actuara de esa manera por lo que acababa de decirle.

--¿Cómo te he tratado yo?-preguntó el italiano desconcertado.

--Con amabilidad y gentileza-respondió el de ojos verdes-No estoy acostumbrado a que las personas sean tan amables conmigo.

--Eres alguien muy amable Mu, no comprendo porque crees que he sido mejor de lo que mereces.

--Me agradas...me gustas...esperaba poder seguir viéndote...

Esas palabras definitivamente no las esperaba el de cabello azul ¿Le gustaba? ¿Alguien como él le gustaba a alguien como Mu? Eso no parecía ser posible de ninguna manera, realmente el de cabellera lavanda era único ¿Por qué se fijaba en él? Más aún ¿Por qué aparecía en su vida si no era posible que permanecieran juntos? No había una respuesta aparente para eso.

El de ojos azules trató de acercarse a Mu para calmarlo de alguna manera aunque no sabía cómo pues no tenía costumbre de demostrar afecto en ninguna forma, el ser comprensivo y gentil no era una de sus cualidades y no estaba seguro de qué manera proceder pero no tuvo que hacer mucho afortunadamente para él, en realidad fue el de ojos verdes quien lo hizo todo. Se le acercó con suavidad y lo estrechó entre sus brazos recargando su cabeza contra su pecho, escuchando la manera en que su corazón latía y sintiendo el calor de su cuerpo.

--Me gustas-repitió Mu.

Fue entonces cuando Death Mask lo tomó gentilmente, tanto como pudo, entre sus brazos y le devolvió la caricia, era algo nuevo para él sentirse de esa manera, estar en esa situación, simplemente disfrutar de estar al lado de alguien que le decía sinceramente que deseaba estar a su lado y que significaba algo en su vida a pesar del corto tiempo que se habían tratado, no estaba seguro de qué hacer o como proceder pero no se negaba que le gustaba lo que sucedía en ese instante y mucho menos que deseaba sentirlo todo el tiempo que fuera posible.

Permanecieron abrazados por un largo rato hasta que tuvieron que verse de nuevo a los ojos, los del italiano interrogantes y los verdes como esmeraldas brillantes y dulces, con una especie de ternura infinita a la que no podía escapar el de cabello azul, le daba la impresión que todo lo que había pasado en su vida no podía ser cierto y que ni siquiera existía ¿Cómo podía existir un mundo como en el que había crecido existiendo alguien como Mu? Eso no podía ser posible.

Se sentía incapaz de hacer nada, simplemente permanecía frente al joven de largo cabello esperando por una especie de respuesta de la vida a lo que sucedía y no tardó en recibirla, Mu se le acercó muy despacio y lo beso tiernamente en los labios, como un suspiro simplemente, el contacto apenas duró un latido del corazón pero fue suficiente para que el italiano se sintiera desarmado, no había manera de ponerse a salvo teniendo como tenía a alguien que no ocultaba nada, que no estaba pidiendo nada realmente, que tan solo estaba ahí esperando por él, por lo que quisiera darle.

--Mu...

Fue todo lo que pudo decir, antes de explicarse algo a si mismo ya tenía entre sus brazos al de cabello lavanda y lo acariciaba con tanto cuidado como podía en el cabello y su espalda, era tan tranquilo y hermoso estar así, si tan solo hubiera tenido algo similar años atrás... pero dejo esas ideas a un lado, no necesitaba pensar en su vida anterior, no cuando tenía tanto frente a él, tan cerca, realmente al alcance de su mano.

Era muy rápido, tal vez era descabellado, sin embargo era la verdad y tan solo debía atreverse a decirlo. Todo era diferente desde ese momento, estaba asombrado y asustado al mismo tiempo, trataba de ocultar su emoción pero no pudo, ese contacto turbo todos sus sentidos; lo tenía entre sus brazos, cerca de su corazón, y al sentir los brazos del de ojos verdes rodeándole apenas si pudo contenerse de besarlo. Lo escuchó decirle con delicadeza:

--Alessandro.

--Mu.

Y se separaron pero al hacerlo sintió que algo en él quedaba vacío, algo que ese joven  había llenado sin que él se diera cuenta y era en ese momento de separarse que se manifestaba. Se vio reflejado en los ojos como esmeraldas, eran tan brillantes y llenos de vida en ese instante, se sintió desesperado porque sabía que lo que venía era un adiós definitivo. En ese momento comprendió que sus sentimientos por el de cabello lavanda no eran solo una buena comprensión, lo había creído así para no comprometerse y sobre todo porque no podía aceptar en medio de todo lo que era su vida que sus sentimientos por Mu fueran tan intensos. Ya no había tiempo para los dos. ¿Por qué tenía que darse cuenta en ese momento? ¿Por qué cuando ya no podía hacer algo al respecto? Era él la promesa de sus sueños y anhelos, era con quien hubiese pasado toda su vida ¿Era posible que compartiera sus sentimientos?

Death Mask sabía que debía decir algo.

--Mu, sí me quieres soy tuyo.

El otro joven lo miró por unos segundos en silencio pero sonrió suavemente.

--¿De verdad?-preguntó a punto de llorar.

--Si, tan solo dilo y nunca te dejaré.

--No puede ser posible-dijo Mu derramando unas lágrimas y abrazándolo-Te quiero, Quiero que te quedes o que me lleves contigo, solo quiero estar donde tú estés.

--Es lo que también quiero Mu.

Aún permanecieron firmemente estrechados por un largo rato pero estaban felices, cualquiera que supiera lo que había sucedido y el poco tiempo que tenían de conocerse hubiera pensado que era absurdo declarar sentimientos, que era algo prematuro pero ellos dos sabían que era la verdad y era lo único que contaba para ambos. Tan solo querían ser felices.

 

 

Desde el primer momento para Death Mask las cosas fueron como un misterio que no se molestó en tratar de resolver, simplemente fue por su dinero y no tardó en regresar al lado de Mu quien lo esperaba con una sonrisa, se vieron por unos días más y de repente llegaron a la conclusión de que deseaban estar juntos y para eso necesitaban un buen sitio, lo suficientemente bueno para que los dos pudieran vivir tranquilamente.

El italiano de cabello azul sabía que podía costear cualquier sitio que decidieran, el dinero afortunadamente no era problema para él aunque cuidó mucho de decirle algo abiertamente a Mu, no deseaba hablar mucho de su pasado, nada que levantara preguntas pero afortunadamente el de cabello lavanda no lo cuestionaba mucho al respecto, se veía tan contento con lo que sucedía entre los dos que nunca hizo falta discutir mucho sobre lo que hacía antes de conocerse.

Cuando le comentó a Mu que dejaría su trabajo simplemente lo explico como si fuera otra cosa.

--Me encargo de solucionar problemas.

Y el de ojos verdes suponía que era una especie de consultor. Eso fue todo.

Así que Death Mask pensaba en una bella propiedad espaciosa y espléndida, tal vez una residencia o un departamento de lujo, sin embargo no fue nada de eso pues un día Mu simplemente apareció ante él muy contento.

--Encontré el lugar perfecto-dijo con una sonrisa.

Lo llevó a un área recién inaugurada, era como una zona habitacional, las casas eran sencillas y cómodas de dos pisos, contaban con dos recámaras, una habitación tipo armario  y un baño de regadera en la planta alta, en la planta baja estaba la sala, el comedor, la cocina  y un baño con tina, lo que más le gustaba al de cabello lavanda era que contaba con un pequeño espacio verde en la parte trasera.

--Es un buen precio-decía Mu-La forma de pago es accesible y entra en nuestro presupuesto, pueden darnos seis meses más con un dos por ciento de interés adicional ¿Qué te parece?

--Se escucha bien.

--Haría un pequeño jardín, quisiera plantas con flores para que se vea alegre.

Y como todo lo dijo con una sonrisa y los ojos brillantes el de cabello azul solo pudo dar una respuesta.

--Firmemos el contrato.

Mu actuaba tan contento en los días que invirtieron en seleccionar la casa, se quedaron con la última que era la más alejada y silenciosa, después se dedicaron a buscar los muebles, de verdad disfrutaron el momento de escogerlos entre una gran variedad en una mueblería de tipo clásico, un bonito dormitorio con mesitas de noche y lámparas, un macizo comedor de forma rectangular, la sala formal y sobria con sofá y sillones y una mesita de centro, la cocina rústica y acogedora. El resto de la decoración y adornos que hicieron de la casa un hogar en realidad dependió de Mu completamente pues Death Mask no se sentía capaz de escoger, tan solo veía al de ojos verdes mostrarse contento y era todo lo que necesitaba para llevar lo que fuera que el otro le proponía.

Su casa era cómoda y de inmediato se convirtió en un hogar pues Mu no se detuvo en decorarla y arreglarla hasta que nada faltaba, las plantas que conformaban el pequeño jardín rápidamente ocuparon un lugar preferencial ya que el de cabello lavanda era muy cuidadoso con ellas y le gustaba pasar tiempo ahí, muchas veces el de cabello azul tan solo lo veía mientras trabajaba inclinado frente a sus flores, le gustaba disfrutar del silencio con él.

En cuanto a lo demás Mu era un compañero muy especial, compartían las tareas y al de ojos azules le gustaba hacerlo todo mientras estuviera con él, por lo mismo su casa era mantenida limpia como una taza de plata. Además Mu seguía estudiando, solo estudiando, Death Mask no deseaba que trabajara, el de ojos verdes trató de convencerlo pero su pareja solo se mantuvo firme.

--Puedo seguir trabajando, algo de medio tiempo durante el día.

--Entonces contrataré a alguien para que limpie la casa Mu.

--No es necesario.

--No vas a estudiar y trabajar y atender la casa.

--Pero...

--Tú decides.

--Está bien, no trabajaré pero será mejor que charlemos sobre nuestros gastos para no ocupar más de lo que tenemos.

--El dinero no es problema Mu.

--Eso me has dicho pero aunque tu trabajo te haya dado buenas ganancias no debemos ser despreocupados.

--Tienes razón.

--Además me gusta hacer algo útil.

--Lo sé Mu.

--¿De verdad no te molesta dejar tu trabajo anterior?

--En lo absoluto, se viajaba demasiado.

--Es que parecía un buen trabajo pero nunca hablas mucho al respecto, a veces creo que no te gustaba.

--Nunca me detuve a pensar si me gustaba pero desde que llegaste a mi vida Mu se que no quiero más de lo que tuve, solo quiero lo que puedo tener.

--Me siento feliz de haberte conocido, nunca creí que llegaría a mi vida alguien como tú.

Sin otra palabra lo abrazó con entusiasmo, ese gesto era del tipo que hacía muy feliz a Death Mask por su sinceridad y espontaneidad, nunca hubiera esperado en toda su vida que alguien como Mu deseara estar con él ni mucho menos que lo amara como lo hacía: con todo su corazón.

 

 

En cuanto la casa estuvo lista Death Mask y Mu se sintieron a gusto por el lugar, estaban casi listos para vivir juntos, al menos esa tarde, ya casi noche comentaban al respecto.

--Me gusta mucho como quedó la casa ¿a ti no?-preguntaba el de ojos verdes.

--Quedó perfecta Mu.

--Si, ya podemos vivir juntos.

--Si.

El de cabello azul se le acercó y lo besó con ternura para después besarlo con pasión y estrecharlo pero Mu se separó un poco.

--¿Qué sucede?-preguntó Death Mask-Somos pareja Mu, ya casi vivimos juntos.

--Es solo que... bueno...yo solo quisiera que no fuera en este momento.

--Si quieres que esperemos por mi esta bien Mu, no voy a presionarte pero me gustaría saber qué sucede.

--Es que me hace tanta ilusión que la casa este ya casi lista y que vamos a vivir juntos, me gustaría que fuera hasta que vivamos juntos en la casa para... para...

Pero no pudo decir nada, tampoco hizo falta pues su compañero de cabello azul lo besó por un segundo para después verlo de frente.

--Esperaremos todo lo que necesites Mu.

--Gracias.

Y lo dijo con una sonrisa que hizo el corazón del de ojos azules temblara de la emoción por un momento, no importaba esperar, no cuando se trataba de alguien como el de cabello lavanda. Siendo así las cosas la casa estaba completamente lista para el fin de semana y ellos dos se instalaron de inmediato aunque antes de entrar Death Mask detuvo a su compañero.

--Mu.

--¿Qué pasa?

Sin decirle nada lo cargó entre sus brazos y así entraron a lo que llamaban su hogar, los dos sonrientes y contentos de lo que era su vida en esos momentos, tanto que cuando quedaron en la sala solo pudieron besarse con amor y cariño, las cosas no podían ser mejor  entre los dos.

--¿Quieres que cenemos?-preguntó Mu.

--Me encantaría-respondió el de cabellera azul.

No fue algo muy elaborado, su primera cena fue a base de pasta y ensalada, más una celebración privada que cualquier otra cosa pero lo disfrutaron bastante; lavaron los platos, se retiraron a su recámara, se refrescaron y se alistaron para descansar, entonces se dieron cuenta que estaban solos.

Para Death Mask era un momento increíble, la simple idea de estar a solas con Mu le fascinaba pero no estaba seguro de lo que su compañero deseaba, tal vez estaría nervioso, si era el caso estaba dispuesto a calmarlo de cualquier manera pero no se engañaba: deseaba estar con Mu. Por su parte, el de cabello lavanda estaba nervioso, quería a su compañero, se había enamorado tímidamente de él, jamás había visto a un hombre como él, con ese aire de silencio y de misterio, al principio ni siquiera estaba convencido de que era suyo y ahora podía demostrarle cuanto lo quería.

Fue el de ojos azules quien cerró la puerta, se acercó a Mu y lo besó con ternura en los labios, él mismo estaba nervioso, sus experiencias pasadas haban sido con personas de las que no sabía nada más allá de lo que cobraban, sin embargo Mu era tan distinto, solo deseaba sentirlo y hacerle saber lo mucho que le importaba; lo acarició con cuidado atrayéndolo contra su cuerpo para poder besarlo con más profundidad mientras le murmuraba al oído.

--Te quiero Mu, eres lo más importante en mi vida.

El de cabellera larga no pudo ni responder a eso, tan solo se quedaba muy quieto mientras sentía que las manos del italiano lo desvestían suavemente pero con necesidad hasta que quedó desnudo ante sus ojos, un hermoso jovencito que se ruborizaba de la situación en la que se encontraba pero no se negaba a continuar, unos momentos después las manos fueron suplantadas por unos cálidos labios que probaban y acariciaban, haciéndolo temblar por las nuevas sensaciones que se despertaban, descendían paulatinamente hasta que no fue suficiente.

Death Mask tomó a Mu gentilmente entre sus brazos y lo recostó sobre la cama, un segundo después  se quitó su ropa permitiendo que se viera su miembro erguido y orgulloso, se colocó sobre él con cuidado para seguir besándolo y acariciándolo al mismo tiempo que se excitaba para que sus deseos fueran iguales; cuando los besos recorrieron diferentes partes del cuerpo del de ojos verdes no tardó en responder, sus pezones se endurecieron y su miembro se irguió para demostrar que deseaba seguir, más aún cuando su compañero de ojos azules lo tomó entre sus labios y lo acarició lentamente hasta que lo tuvo en su boca y comenzó a complacerlo amorosamente pero con firmeza, al menos lo hizo por unos momentos pues el de ojos verdes no podía controlarse y estaba a punto de terminar pero su compañero se retiró, lo besó en la punta de su sexo fugazmente y precedió a separarle un poco más las piernas; en un primer momento sintió algo de resistencia que provenía sin duda del nerviosismo del joven más que de ninguna otra fuente.

El de cabello azul besó los muslos del de ojos verdes y lo acarició para separarlos suavemente y levantar un poco las afiladas caderas del joven y llegar a su estrecha intimidad para acariciarla con su lengua, solo unos momentos para después introducir lentamente uno de sus dedos, los sintió relajarse e introdujo un segundo para moverlos despacio y con cuidado, preparando a su compañero para lo siguiente. Cuando Mu gimió de satisfacción Death Mask se separó por unos momentos y se acomodó entre las piernas del de ojos verdes para colocar en el sitio que deseaba su sexo que estaba ansioso por conocer la intimidad del de largo cabello lavanda, primero fue solo la punta la que entró en contacto y escuchó al otro joven gemir, entonces empezó a presionar y a avanzar mientras Mu trataba de relajarse y gemía con necesidad, solo cuando el de cabello azul estuvo completamente en su interior se relajó por completo, esperaron unos instantes y al sentir el de ojos azules como lo abrazaba su compañero no pudo sino seguir sus deseos y se movió sobre el de ojos verdes con cuidado pero ansioso, deseaba a Mu, le gustaba, lo quería, lo necesitaba, era lo más importante de su vida y que le permitiera amarlo era un regalo que no creía merecer pero lo disfrutaba, el suave y tibio cuerpo del de ojos verdes lo estrechaba y lo recibía con entrega, era tan hermoso poder sentir y escuchar a Mu gemir y pedir más, el latido de su corazón era casi desbocado, su respiración era entrecortada, solo se abrazaban uno al otro y se expresaban su amor con total abandono.

El final los acechaba de manera inevitable, Death Mask lo sabía y también sabía que necesitaba hacer algo más por el de cabellos lavanda, con una de sus manos acarició tiernamente el sexo de su compañero, después lo estrechó con fuerza y ritmo para complacerlo y supo que lo hacía pues el de ojos verdes gemía más fuerte y lo estrechaba con vigor; no supieron cuanto tiempo fue pero cuando llegó la culminación fue tan intenso que los hizo estremecer y aferrarse con la fuerza que les quedaba para hacerle saber a través de suaves murmullos al otro joven lo mucho que habían disfrutado lo sucedido.

--Mu-lo llamó suavemente Death Mask.

--¿Si?

--Te amo Mu.

El de ojos verdes sonrió y lo besó en los labios, lucía tan hermoso mientras estaba sobre la cama completamente despeinado y con sus ojos brillantes, el de cabello azul sabía que se trataba de amor verdaderamente y que nunca querría a nadie como a él. Mientras se relajaban el sueño fue llegando a ambos, llevándolos a descansar en poco tiempo, casi para dormir, Mu le habló al otro hombre.

--Te amo-murmuró contra su pecho.

El de cabello azul solo pudo sonreír, era feliz.

A la mañana siguiente los rayos del sol iluminaban por la ventana la habitación, Death Mask despertó sintiendo el cálido cuerpo de Mu que lo abrazaba, fue también en ese momento  cuando se dio cuenta de que llevaba algo alrededor de su cuello: era una cruz. En un primer momento no supo que hacer, solo atinó a seguir su deseo y en ese momento solo deseaba acariciar el cabello lavanda, como creía que el joven estaba dormido le habló suavemente.

--Te amo Mu, solo quiero estar contigo.

--También quiero estar contigo-contestó el de ojos verdes.

Se miraron por unos instantes y Mu le dijo algo más colocando suavemente sus dedos sobre la cruz que pendía en su cuello.

--Quería darte algo-dijo el de cabello largo-Es una prueba de mi amor.

--Se que me amas Mu, lo se.

Se quedaron juntos, abrazados estrechamente, compartiendo su amor tanto como les fuera posible.

Para Death Mask era claro que su estilo de vida quedaba en el pasado, no podía seguir con Mu a su lado, no con su dulzura y su ternura, con su alma resplandeciente, era imposible, debía renunciar y ciertamente no sería al de ojos verdes, hay que decir que no fue una decisión muy complicada, solo quedaba dejar atrás a quien había sido. Si podía cambiar de vida no había mejor señal que la aparición de Mu, podía ser de ese joven solamente y no deseaba nada más.

Fue de esa manera que se entregó a su nueva existencia, a estar con Mu, era un hombre como muchos, tanto que no se ponía mucha atención a lo que hiciera, lo que más le importaba era compartir su vida con ese joven de ojos verdes. Y en un principio parecía que todo estaba bien, era perfecto pero eso era solo apariencia.

 

 

Los primeros síntomas de la enfermedad de Mu no se notaron y no se notaron porque el de cabello lavanda procuraba no demostrarlos, si le dolía soportaba el dolor, no deseaba preocupar a su compañero de ninguna manera, eran tan felices ¿Por qué acabar con eso? Era mejor ser alegre y sonreír pues después de todo no había motivos para no serlo...los había pero no quería que dominaran su vida.

Conocer al hombre que llamaba Alessandro fue como un sueño para él, era un hombre fuerte y entregado, decidido, le gustaba eso pero lo que más lo había atraído era su gentileza y esa forma tan amorosa de tratarlo, como si fuera lo mejor del mundo; se sentía muy afortunado por estar a su lado, no esperaba que el amor llegara a su lado de esa manera, era feliz y quería que su compañero de cabello azul también lo fuera.

Sin embargo no podía ocultar las cosas indefinidamente y todo dio inicio un día en el que Death Mask fue por Mu a su escuela, el de cabello lavanda iba saliendo con unos compañeros cuando se dio cuenta que su pareja lo esperaba y su rostro se alegró en un segundo.

--Vinieron por mí-dijo el de ojos verdes-Nos vemos mañana.

--Adiós Mu.

Cuando estuvo al lado del de ojos azules lo besó, subió a su automóvil y se marcharon; los compañeros del de ojos verdes tuvieron que comentar algo.

--Mu de verdad lo quiere-dijo uno.

--¿Por qué lo dices?-preguntó el otro.

--No puede ser que no lo notaras, le brillan los ojos con solo verlo.

--No se, la verdad a mi como que me da miedo ese hombre-dijo refiriéndose al de cabello azul.

--Pues Mu parece ver algo en él que los demás no.

--Ni idea de lo que pueda ser.

En parte tenían razón, el mismo Death Mask no comprendía que Mu lo amara, sin embargo el de ojos verdes veía a su compañero más allá de ese aspecto adusto y cerrado, de hecho no se daba cuenta de eso siquiera, para él era un hombre muy especial que lo quería y lo amaba y era todo lo que le importaba. Así que cuando estaban juntos era lo único importante.

Al llegar a su casa Mu a veces le parecía un chiquillo a Death Mask, dejaba sus útiles a un lado y corría a la cocina para tomar algo del refrigerador, al terminar con una bebida apretaba los labios y pasaba el torso de su mano por su boca y después sonreía, era muy dulce sin duda cuando hacía eso y al de cabello azul todo le gustaba de ese joven y no se cansaba de estar a su lado.

El día transcurría como siempre hasta el anochecer, Mu había estado muy silencioso mientras avanzaba la noche pero el de ojos azules creía que todo se debía a que estaba cansado, desde hacía unos días parecía que el de ojos verdes se cansaba con más facilidad y en algunas ocasiones se había detenido porque le faltaba el aliento pero hasta ese momento no sospechaban de nada, al menos él no lo hacía.

Ya era de noche y las cosas parecían normales, al menos lo fueron hasta que estaban a punto de dormir, se alistaron y se metieron bajo las sábanas, Mu estaba muy callado y parecía no sentirse bien del todo.

--¿Te sientes bien Mu?-preguntó Death Mask.

--Si...no te preocupes.

--Buenas noches.

Se inclinó y le dio un beso en los labios dispuesto a dormir pero conforme avanzaba la noche despertó y le pareció que el de cabello lavanda estaba agitado, se escuchaba que respiraba de una manera algo extraña, como si le costara trabajo.

--Mu ¿Qué pasa?

El de ojos verdes trató de sentarse en la cama pero no pudo y su compañero lo ayudó, algo no parecía estar bien, el de ojos verdes estaba muy pálido.

--No puedo...no puedo...

Definitivamente algo sucedía, Death Mask iba a levantarse para llamar una ambulancia pero no terminaba de pensarlo cuando Mu empezó a toser y arrojó algo de sangre, el de cabello azul no iba a esperar, solo lo arropó con una bata, tomó un abrigo, las llaves de su auto y salió de inmediato al hospital, no se detuvo por nada y no respetó señalamiento alguno hasta que llegó al sanatorio, llevaba a Mu en brazos, al primero que vio de bata blanca lo sujeto y le dijo que lo atendiera.

Mu fue llevado en una camilla para revisar su estado y pasarían un par de horas antes de que le dieran cualquier tipo de informes, solo hasta que salió uno de los médicos que estaban de guardia le informaron algo.

--¿Qué sucedió?-preguntó Death Mask de inmediato.

--El cuadro de su compañero es complicado-le dijo el médico-Tenemos que trasladarlo al área de cardiología de inmediato.

--¿A cardiología?

--Aún tenemos que hacer estudios pero creemos que su corazón tiene una falla, es necesario hacer más estudios para asegurar qué sucede y la manera de tratarlo.

--¿Puedo verlo?

--Por el momento esta aún en terapia intensiva, puede verlo pero no acercarse.

--Bien.

Tal como se lo dijeron llevaron al de ojos azules a ver al de cabellera lavanda y a través de un cristal vio a Mu recostado y conectado a varios aparatos que medían sus signos vitales, sintió que se desmayaría pero se repuso, tan solo quería saber que sucedía con Mu y que estuviera bien para que regresara con él a casa. Sin embargo las noticias que le siguieron no fueron buenas.

--Pudimos encontrar lo que sucede-le dijo el médico que trataba a Mu.

--¿Qué sucede con él?-preguntó ansiosamente Death Mask.

--Me temo que no pudo darle buenas noticias. Los estudios revelan que su compañero sufre de una lesión valvular en su corazón.

--¿Qué?

--Son un tipo de malformaciones, por lo que puedo ver en su expediente médico sufrió de fiebre reumática cuando niño y no la atendieron bien, el problema sin duda se inició en ese momento.

--Pero Mu nunca dijo sentirse mal.

--Probablemente ignoraba los signos.

--¿Qué se debe hacer?-preguntó ansiosamente el de cabello azul--¿Hay tratamiento? ¿Es un medicamento? ¿Necesita terapia?

--No podemos sino estimar el daño-dijo el médico-Me temo que el caso es grave, si bien este hospital cuenta con un buen equipo de cardiología le sugeriría que buscara un centro especializado para el tratamiento de su compañero, tendría mayores posibilidades.

--¿Conoce algún sitio en especial?

--El mejor centro de cardiología es el hospital Aries, puedo enviar su expediente y recomendarlos.

--Bien, entonces haré los arreglos para que trasladen a Mu de inmediato.

--Prepararé todo para que este estable y lo mejor cuidado posible.

--Gracias.

Desde ese momento Death Mask se dedicó a hacer todo lo necesario para que Mu fuera trasladado y atendido en el hospital Aries, era un centro médico de excelencia y se especializaba en problemas y enfermedades del corazón, cierto que también era un sitio sumamente costoso pero eso no iba a ser problema para el de cabello azul. Cuando Mu llegó ya lo esperaba un grupo de médicos y una sala para hacerle nuevos estudios, después fue llevado a una habitación privada para que descansara y hasta que despertó después de una breve siesta pudo ver que su compañero de cabello azul estaba a su lado, de inmediato le sonrió.

--¿Cómo te sientes Mu?-le preguntó Death Mask.

--Estoy cansado.

--Estarás bien, ya lo verás.

Cuando el jefe médico que atendía a Mu llamó al de ojos azules se veía muy serio.

--Tenemos los resultados completos-le informó Dhoko que era el nombre del médico-Debo decirle que estoy de acuerdo con el primer diagnóstico, Mu sufre de una lesión valvular, dificulta la circulación de la sangre dentro del corazón, ha estado sobrecargado y trabajando intensamente para mantener la circulación.

--Pero se puede solucionar ¿verdad?

--Debido a esta sobrecarga de trabajo ha aumentado parte de la musculatura afectada de su corazón, debo decirle que el caso es grave, estamos hablando de una insuficiencia cardiaca crónica.

--Pero es que algo debe poder hacerse.

--Hay posibilidades pero es mi responsabilidad decirle que existe el peligro de que su compañero no sobreviva, lo lamento, pero debe saberlo.

Por unos momentos Death Mask se quedo sin decir nada, tan solo observando al vacío, eso no era posible, Mu no podía morir, no lo iba a permitir.

--Tiene que hacer algo-dijo el de ojos azules-No me importa lo que cueste tiene que hacer algo.

--No se trata del dinero-dijo Dhoko-Hay algunas alternativas pero igualmente todas conllevan riesgos, esperamos por lo mejor.

--¿Qué hará?

--Primero quiero estimar el daño por completo, para eso necesito la medida de su presión a diferentes niveles de su corazón y de la arteria pulmonar, podemos obtener datos exactos sobre la clase, la localización y la gravedad de la lesión y de las posibilidades de corregirla.

--¿Puede corregirse entonces?

--Dependiendo de lo que encontremos ya sea abrir una válvula estenosada o procurar que cierre bien una insuficiente, si es el caso sería más sencillo.

--¿Cuál podría ser otro caso?-preguntó inquieto el de ojos azules.

--En casos más difíciles se deben sustituir válvulas deformadas por injertos o válvulas artificiales.

--Está bien-dijo Death Mask-Haga lo que sea necesario, solo quiero que Mu se recupere.

--Hacemos todo lo que esta en nuestras manos-le dijo con sinceridad el médico.

Entonces empezó todo, Death Mask apenas si se separaba de Mu, siempre estaba a su lado, incluso dormía a un lado de la habitación, durante los largos días de diversos estudios y medicamentos el italiano siempre estaba a su lado pendiente de que todo marchara lo mejor posible; se sentaba al lado de Mu y le tomaba la mano. Si eran los días buenos el de ojos verdes estaba despierto y conversaban, en los días malos el de cabellera lavanda permanecía prácticamente inconciente por el medicamento.

Sin embargo Death Mask jamás escuchó una sola palabra de queja de Mu, el de ojos verdes se mostraba con una entereza que parecía querer ser fuerte por ambos, el de ojos verdes veía perfectamente el dolor por todo lo que sucedía en su compañero y lo que menos deseaba era que sufriera, por eso cuando podían hablar procuraba que charlara y trataba de convencerlo de que las cosas saldrían bien y regresarían a casa.

Después de dos meses de estudios y medicamentos y uno más de terapia hicieron una primera intervención que esperaban reparara parte del daño, los resultados se mostraban prometedores pero fue entonces que algo más sucedió. El servicio médico era de primera y la administración del hospital hacía que cada centavo que se pagara contara, fue entonces cuando el de ojos azules se dio cuenta que no había manera que el dinero que aún tenía los mantuviera más allá de un par de meses y Mu necesitaba medicamentos, otra intervención, el de cabello azul estaba convencido de que también necesitaba la atención médica que solo ese sitio podía proveer: necesitaba dinero. En un primer momento se dijo que vendería la casa y el auto pero se dio cuenta de inmediato que eso a lo más les daría otro mes y la salud de Mu no sería perfecta en treinta días.

Una noche lo miraba dormir, en las horas anteriores le habían hecho diferentes estudios, aparentemente había surgido una infección, necesitaban combatirla antes de pensar en la siguiente cirugía, por lo menos se necesitaría de otra semana. Death Mask tomó con cuidado la mano del de ojos verdes, lo amaba tanto, no podía perderlo, había cambiado su vida y no dejaría que los separaran, así que tomó una decisión. Necesitaba dinero y solo había una manera de obtenerlo, al menos para él.

--Haré todo lo que sea necesario Mu-le dijo quedamente-Haré lo que sea por ti.

A la mañana siguiente se despidió de Mu decidido a encontrar los medios para tener el dinero que necesitaban, fue entonces cuando buscó a Shura nuevamente y no vaciló ni por un segundo en poner manos a la obra, nada era tan importante como para permitirse perder a Mu.

 

 

Desafortunadamente las noticias que lo traían de regreso no eran buenas, lo que le dijo Dhoko era desalentador pues necesitaban otra serie de análisis antes de proceder a la siguiente intervención. El resto del día fue una incesante movilización alrededor, el de cabello lavanda despertaba por unos momentos y otros estaba sedado pero igualmente Death Mask se quedó a su lado todo el tiempo, era momento de simplemente estar ahí y rogar porque todo estuviera bien.

Pasaron unas horas para que Dhoko buscara al de cabello azul y le pidiera hablar unos momentos en privado.

--Tenemos los resultados-anunció el médico.

Pero su expresión era de desaliento.

--No haremos la cirugía-dijo Dhoko.

--¿Qué? ¿Por qué?-preguntó Death Mask.

--La prueba de contraste nos dice que hay un problema más serio, desafortunadamente la lesión de Mu no esta reaccionando favorablemente al tratamiento, la malformación aumentó el grosor del lado izquierdo de su corazón y es inoperable.

El de cabello azul lo escuchaba en silencio.

--Lo lamento pero la lesión es demasiado grave para ser compatible con su vida.

El de ojos azules cerró sus ojos con fuerza y apretó los puños.

--¿Me esta diciendo que no hay nada que hacer?-preguntó el italiano.

--Aún de hacer la intervención no podemos decirle que resultara exitosa, las posibilidades son pocas y con una lesión como la de su compañero las probabilidades son en contra, el medicamento puede ayudarle a pasar los síntomas de la manera menos incómoda posible pero no pudo decirle que él superara esto, lo siento. Creemos que lo mejor es que este cómodo por el tiempo que le quede.

--¿Cuánto tiempo?

--No puedo darle un tiempo definido pero me temo que solo son horas, tal vez días.

--Iré con Mu.

Diciendo eso se puso de pie y salió, tomando camino a la habitación de su compañero de cabello lavanda. Tan solo deseaba estar con él mientras hubiera tiempo, no sabía que hacer, en un principio pensaba en encontrar otro lugar, solamente un sitio en el cual le dieran la esperanza de seguir luchando, de encontrar una manera de que no terminara ahí, que alguien le dijera que había posibilidades y que su amado joven de cabellos lavanda viviría. Pero no había esperanza alguna ya.

 

 

Pasaron un par de horas en silencio, Death Mask estaba al lado de Mu sin que nada sucediera, entonces, sin ningún aviso, los monitores que marcaban los signos vitales de Mu empezaron a mostrar que algo sucedía, aparentemente el daño se manifestaba con mayor velocidad de la que se esperaba, le dijeron al de ojos azules que saliera, parecía que las cosas estaban bien de nuevo pero no se engañaba, había vivido lo suficiente para saber que no podía engañarse ante la muerte. El de cabello azul se mantuvo muy quieto y vio a Dhoko acercarse a él.

--Ya nada puede hacerse-dijo el doctor.

Death Mask sabía eso pero se había negado a aceptarlo, era momento de seguir adelante con sus planes. Fue directamente a la habitación de Mu, había una enfermera y otro médico en el lugar, el de cabellera azul se acercó y de inmediato el de cabello lavanda lo reconoció, abrió los ojos y lo llamó.

--Alessandro-dijo en voz baja.

--Vamos a casa Mu.

De inmediato empezó a separarlo de los monitores.

--No puede hacer eso-dijo el médico.

Pero el de cabello azul no lo escuchó, siguió en su labor y cuando iban a detenerlo llegó el otro médico.

--Ya no podemos ayudarlo-dijo Dhoko entrando.

Nadie hizo nada cuando tomó entre sus brazos al de cabellera lavanda y lo sacó de la habitación, no tardó en subirlo al automóvil y marcharse, no debían estar en ese lugar, Death Mask no decía nada, tan solo veía a Mu a su lado, era tan dulce, tan gentil, era alguien que sabía amar y merecía lo mejor de la vida...merecía vivir y eso le era negado. No quería dejarlo y estaba decidido a que no lo haría.

Recordaba tantas cosas en esos momentos, extrañamente lo que venía a su mente tan solo tenía que ver con Mu. La primera vez que lo vio, cuando lo ayudo, la primera vez que lo besó, esa vez que hicieron el amor, como cantaba por las mañanas, su sonrisa al verlo llegar, sostenerlo entre sus brazos cuando se asustaba por lo que no podía comprender, como soportaba el dolor para no preocuparlo...eran tantas cosas que formaban parte de si mismo. No quería dejarlo ir, era todo para él.

Lo llevó a su casa, se dirigió de inmediato a la parte de atrás, al jardín; al de cabello azul le gustaba ese sitio, le encantaba ver las flores que había plantado Mu, de cierta manera le recordaban a las que había visto de niño en su aldea natal, era agradable porque lo que recordaba con esas flores era encantador, sin la tristeza ni los golpes. Hubiera sido un buen sitio para pasar la tarde, solo sentarse sobre un lindo mantel y hablar, ver el atardecer, tantas cosas por vivir y ya no había tiempo para ellas. Death Mask se sentó sobre la hierba mientras estrechaba a Mu entre sus brazos y el de cabello lavanda trataba de hacerlo también pero sus fuerzas menguaban, sin embargo sintió algo metálico y frío en su compañero.

--¿Qué tienes aquí?-preguntó Mu sin entender.

--No te preocupes, solo es algo que tengo que tener cerca.

Lo miró detenidamente, le costaba respirar, se veía azulado y sumamente cansado, estaba muy grave ¿Por qué no podía vivir? ¿Por qué debía perderlo?

--Te amo Mu-dijo Death Mask hablándole al oído-No puedo imaginar mi vida sin ti, no viviré sin ti. Hasta que te conocí sentí que no estaba solo, no importaba cuanta gente hubiera a mi alrededor siempre me sentía solo, en cambio tú eras tan distinto, haciéndome sentir que había un lugar en el mundo para mí. No quiero quedarme solo de nuevo.

Besó tiernamente al de cabello lavanda en los labios y Mu le respondió con tanta fuerza como le quedaba, fue entonces que el de ojos verdes se dio cuenta de algo: su compañero estaba llorando, nunca lo había visto llorar y no sabía que el de cabello azul no podía siquiera recordar haberlo hecho alguna vez. El de cabello lavanda secó tiernamente sus lágrimas. Death Mask le hablaba a su compañero, lo sostenía entre sus brazos y lo acariciaba pero parecía que Mu tan solo se dormía, el de cabello azul deseaba retenerlo pero no era posible, seguía hablándole pero nada detendría lo inevitable.

Mu solo dijo algo antes del final, tan suave como un débil murmullo.

--Te amo Alessandro.

Su vida se había extinguido.

Alrededor solo había silencio, Death Mask sabía que estaba solo de nuevo pero no lo iba a permitir, simplemente lo seguiría.

--Te amo Mu.

Lo siguiente que se escuchó rompió el silencio, una especie de sonido hueco como un trueno y después fue todo silencio de nuevo. Death Mask haría cualquier cosa por Mu... aún seguirlo en su muerte, era lo que le indicaba su corazón.

 

 

FIN

Notas finales: Ouzo es un tipo de aguardiente que se toma en Grecia sobre todo.

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