Shaka y Camus se encontraban en el sexto templo, preguntándose donde estaría Shun –Tal vez fue a hablar con su hermano –Contesto a la interrogante el peli azul. Shaka le invito agua a su invitado, le habría invitado una copa pero el rubio no era mucho de beber. Una vez cómodos en la sala el budista fue el primero en hablar
-¿Cómo supiste lo de la apuesta?
-Milo me lo conto… en la fiesta de disfraces –respondió el acuariano
-¿todavía lo quieres? –interrogo Shaka
-… no… bueno no es una pregunta q pueda contestar con facilidad… Después de todo lo que viví con el… el amor y el odio siempre estuvieron presentes –La voz de Camus se quebró un poco… Nunca había hablado bien del tema con alguien –Digamos que mi mente lo odia pero mi corazón todavía lo quiere…
-¿Por qué terminaron? Hubo muchos rumores pero nunca algo concreto… -Shaka necesitaba saber todo aquello para poder herir al bicho
-Es que no hubo una razón concreta… tendría que explicarte todo lo vivido para que entendieras –El maestro de los hielos no quería hablar de aquello pero necesitaba sacarlo
-No te preocupes… Tenemos mucho tiempo
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FLASH BACK
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Camus acababa de llegar al santuario, los demás niños lo miraban con interés, pero él los ignoro, solo tenía un objetivo en su mente, conseguir una armadura. Fue presentado ante el patriarca, quien lo miro con ternura y le ordeno que fuera a entrenar con los demás. En el entrenamiento trataba de estar siempre solo. Un día lo hacen pelear con Milo, quien se deja vencer fácilmente por su adversario. El francés indignado por la actuación de su compañero decide enfrentarlo de nuevo al anochecer. Milo aparece en el coliseo con una sonrisa
-¿Qué sucede Camus? Sabes que está prohibido vernos a estas horas –Dijo El recién llegado con una sonrisa –al menos que quieres que pasemos la noche juntos –Dijo seductoramente {desde niño siempre fue un seductor
-al menos un rato, pero no de la forma que tú crees –respondió Camus Sin ninguna expresión
-¿Entonces de que manera? –Interrogo de nuevo el griego mientras se acercaba cada vez más
-¿Por qué me dejaste ganar? –contesto con otra pregunta
-no me deje vencer, tú me venciste, eres más fuerte que yo –Milo puso una mano en el hombro de su compañero
-Claro que soy más fuerte que tu… pero tu actuación fue tan mala que no me convenciste… y no me gusta ganar con trampas, aunque allá sido tuya
-¿y qué quieres? ¿Pelear de nuevo?
-Exactamente, pero sin trampas ni actuaciones –respondió el francés
Milo acepto el reto, los dos golpearon y atacaron con fuerza a su oponente pero después de un largo rato se dieron cuenta de que no habría vencedor. Los dos se detuvieron y Milo se acerco a darle la mano a Camus –Es un empate –Dijo el griego. Desde entonces los dos se hicieron amigos, a pesar de no estar todo el tiempo juntos, lograron unos fuertes lazos de amistad, El francés era muy reservado pero no evitaba la presencia de su amigo, Milo le contaba lo sucedido en su día, le hablo de su primer beso que sucedió con un caballero femenino, de su primer novia y su primer novio. Camus lo escuchaba atentamente sin decir nada, se alegraba de que su amigo se la pasara tan bien a pesar de comportarse diferente a él. De pronto la selección de su lugar de entrenamiento y su armadura a ganar llego. Camus se encontraba feliz de haber sido elegido para la armadura de acuario y lo enviarían a Siberia, por fin tenía algo interesante que contarle al griego, pero cuando lo encontró este se le veía triste
-¿Qué sucede Milo? ¿Acaso no te eligieron para la armadura de escorpión? –pregunto el acuariano
-Si…
-¿entonces? Yo también iré a conseguir la armadura que quiero… me seleccionaron para la armadura de acuario –Dijo con una sonrisa en sus labios, no podía contener la alegría – e iré a…
-Siberia –Interrumpió Milo
-¿Cómo lo sabes? –La sonrisa del francés se hizo más grande
-Estuve presente en tu selección –Respondió el griego mientras una lagrima resbalaba por su ojo
-¿pero por que estas llorando? –Camus se acerco de él y acaricio la mejilla de su amigo para quitar aquella lágrima
-Yo iré a la isla de Milos… -Sus lagrimas brotaron mas fuertes
-Al menos estarás cerca de tu hogar y del santuario… pero sigo sin entender ¿Por qué lloras?
-Estaré lejos de ti… y no quiero –Milo abrazo a Camus
-No permitas que algo tan insignificante elimine tus deseos de ser caballero dorado –Camus contesto el abrazo y su amigo iba a decir algo pero lo interrumpió antes de que pudiera articular palabra –Nuestra amistad sobrevivirá fronteras
-¿Cómo lo sabes? -la cara del griego reflejaba absoluta frustración
-por que te llevaras esto – El francés tomo con las dos manos el rostro de su amigo y se acerco poco a poco hasta sellar sus labios en un beso –Mi primer besos
-… ¿Por qué me lo diste a mi? Tu sabes que no lo merezco… -La sonrisa purgaba por aparecer en la cara de Milo
-No creo poder querer a alguien más de esta manera Milo –El acuariano se acerco de nuevo y experimento su segundo beso, pero esta vez la lengua de Milo jugó con la suya –Pero yo no me llevo nada tuyo… ¿Qué me darás?
-mmm… te doy mi corazón… y mi sangre –Milo se desabotono la camisa y saco una navaja regalo de su ex novia. Y a la altura de su hombre escribió una “C” en su piel con la navaja, la sangre broto inmediatamente. Realizo lo mismo en el hombro de Camus solo que escribió una “M” –Así siempre nos recordaremos
Cada caballero fue a su lugar de entrenamiento. Los años pasaron y los dos amigos no se comunicaron entre ellos solamente con sus pensamientos. Los dos se esforzaron mucho para conseguir su armadura. Cuando Milo la obtuvo y regreso al santuario corrió a casa de Acuario para encontrar a su amigo, pero el templo estaba vacío. Se encontró con un compañero Aioria, quien estaba a punto de conseguir su armadura y pregunta por Camus, Aioria le responde que no sabe nada del acuariano. Después de algunas semanas se entera de que su amigo había llegado. Al mirarlo se percata del cambio que sufrió el francés. Es mayor, maduro en su entrenamiento, pero también se había vuelto más frio. Al anochecer Milo fue al Coliseo a pensar, el también había cambiado pero la alegría seguía en su cuerpo. Cuando llego Camus se encontraba ahí. Los dos se acercaron para abrazarse
-Sabia que habías llegado ya al santuario… pero no te había visto y supuse que te encontraría aquí –Camus sonrió al hablar
-Te ves increíble… eres tan atractivo –Aludió Milo
-Tú también… pero cuéntame ¿Cómo te ha ido en tu entrenamiento?
Se pasaron toda la noche hablando de su entrenamiento y victoria. Cuando el sol estaba saliendo y llenaba de calor el coliseo. Los dos caballeros regresaron al santuario. Milo insistió en acompañar su amigo a su templo. Llegando El bicho se despidió de un beso apasionado del Maestro de los hielos. Pasaron unos cuantos meses y los labios de los amigos no volvieron a tocarse; mientras tanto Milo formaba una reputación de seductor acostándose con el patriarca, algunos caballeros de plata y bronce, Camus estaba al tanto de cada una de sus conquistas y sonreía al ver lo feliz que se encontraba Milo. Los años pasaron en aquella circunstancia y en un momento crucial, el acuariano decidió que él podía hacer lo mismo solo por diversión tal cual el escorpión realizaba. Paso varias semanas pensando en aquello y el momento se presento justo después de la muerte de Aioros el caballero de sagitario y Shura era el centro de atención, a pesar de estar en desacuerdo por lo sucedido pensó que el decimo caballero era muy atractivo, así que hablo con él y le pidió un encuentro casual. Capricornio sabía a la perfección que sería la primera vez de acuario y acepto.
Los años pasaron y Milo se volvió un poco distante desde que se entero del encuentro de su amigo y el caballero de capricornio. Hasta que Camus le informo al escorpión que regresaría a Siberia para entrenar a unos predilectos que irían por la armadura de Cisne. Milo volvió a deprimirse, como cuando se separaron por primera vez.
-No tienes que ir… ¿acaso no hay otro caballero que pueda ir en tu lugar? –Dijo el seductor del santuario cuando su amigo le hablo de la noticia
-Soy el mejor candidato para el puesto –Contesto Camus
-El caballero Cristal podría ir…
-No… iré yo… -Cerro la discusión Acuario
La noche antes de irse, Milo fue al onceavo templo y despertó a su dueño que estaba durmiendo. Le suplico que no fuera, pero Camus hablo tajantemente y se negó. –Jamás te olvidare… recuerda que tenemos una marca para siempre recordarnos –Camus mostro su hombro y la cicatriz brillaba en la oscuridad. Milo no pudo resistirse y se abalanzo contra él, besando toda su cara, su cuello y sus hombros.
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Milo se deshizo de la ropa de su amigo, mientras besaba la piel que iba quedando al descubierto. El acuariano acariciaba la espalda del bicho mientras cerraba los ojos y tiraba su cabeza hacia atrás, el bicho regreso a besar los labios de Camus y al mismo tiempo se des hacia de su propia ropa. Cuando los dos estuvieron desnudos se admiraron por un momento –Eres tan hermoso –Dijo El escorpión acercándose a su amigo. Se volvieron a besar apasionadamente, Milo volteo a su amado boca abajo mientras acariciaba y besaba su espalda, recorrió sus piernas con sus manos y cuando llego a los glúteos de Acuario los admiro y los beso, el onceavo caballero se puso tenso, Milo se percato y para calmarlo acaricio con una mano su nuca, la tensión desapareció poco a poco y aprovecho para dilatarlo un poco y metió un dedo, Camus se volvió a tensar
-Tranquilo… No te hare daño… sé que es tu primera vez –Dijo el bicho con ternura
-Lo sé… pero no es mi primera vez –Admitió el frigorífico
-¡¿Qué?! –Milo se sobresalto al escuchar esto -¿Por qué no me dijiste?
-Te lo estoy diciendo ahora… -Respondió Camus mientras se volteaba y miraba a los ojos al escorpión
-pero… ¿con quién? –El bicho estaba muy interesado en aquello
-Eso no importa –Contesto Acuario, pero la mirada de su amigo lo contradijo –Fue con Shura… creo que es el más cercano a un amigo… claro aparte de ti –añadió al mirar la expresión del escorpión
-¿y te gusto? –pregunto con demasiado interés
-pues no tengo con quien compararlo… -Respondió
Milo ya no dijo nada. Se acerco a besarlo y abrazarlo con mucha ternura, Camus contesto aquello con la misma ternura que su amante. Milo volvió a acomodar al caballero de Acuario pero esta vez de lado acostado sobre la cama, Tomo una pierna del frigorífico y la levanto y con mucho cuidado en aquella posición comenzó a penetrarlo, Camus no emitió ningún sonido, le dolía un poco pero no le importaba. Cuando por fin todo el miembro del griego se encontró adentro de Camus se quedo estático un momento para iniciar después con el vaivén del placer, El francés empezó a gemir de placer, Milo abrazo a su amigo y tomo su miembro para masturbarlo, el placer duro mucho tiempo cuando Camus hablo
–No puedo resistirlo más…
-Déjate llevar… yo te sigo
Los dos se corrieron al mismo tiempo. Se quedaron en aquella posición un largo rato, después Camus se volteo y beso a Milo –Te amo- Dijeron al hunismo después de que sus labios se separaron, rieron por hablar al mismo tiempo. El sueño los venció y se quedaron dormidos en aquella posición.
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Al día siguiente Camus se levanto y cuando miro la cara de su amigo enfrente de la suya, lo hizo sonreír, le dio un beso en la frente y se levanto, Milo abrió los ojos y miro como su amado se dirigía al baño, lo siguió y se metió al agua junto con él.
-¿Cuándo regresaras? –Pregunto Milo acariciando el cabello del dueño del templo
-te seré sincero… No lo sé supongo que después de unos años
-¿Años? ¿Acaso no te veré en todo ese tiempo? –Milo reflejo una gran tristeza
-Solo que vayas a visitarme… -Dijo el acuariano sonriendo
-tenlo por seguro – y Milo Beso a Camus –Otra cosa… Quiero que seas mi novio…
-¿tu novio? Claro que si…
Después de volver a hacer el amor bajo la ducha, Camus se retiro a Siberia. Sus alumnos todavía no llegaban así que decidió ir a la cabaña a dormir un rato. Al día siguiente sus Alumnos llegaron, Un chico rubio y de ojos azules como los de Milo llamado Hyoga y otro chico de cabello verde llamado Isaac. Se presentaron y el entrenamiento comenzó al día siguiente. Los meses pasaron y una carta de Milo llego, iría a visitarlo la siguiente semana, Camus se alegro pero sus alumnos no se percataron de nada. El día en que iba a llegar Camus envió a sus alumnos al pueblo para poder estar a solas con el escorpión, pero Isaac los tomo por sorpresa. Milo se fue casi de inmediato. Al día siguiente el maestro les explico sobre el amor. Les dijo que estaba bien amar, pero que debía ser algo así como un secreto, mientras decía esto miraba al peli verde, debían encerrar sus sentimientos en su corazón y no mostrarlo, pero era necesario tenerlo ya que Athena se basaba en esto. El tiempo siguió pasando y cuando los chicos meditaban y tomaban ayuno, fuera de la cabaña en donde estaban, El escorpión iba a visitar a su novio. Un Día una tragedia apareció. Isaac había muerto tratando de salvar a su compañero, esto afecto mucho a Camus y al enterarse del por qué Hyoga quería ir a las profundidades del mar no se enojo en absoluto, pero se le hizo un poco egoísta de parte del rubio. Una noche Camus no podía dormir y se levanto para ir a ver a su alumno, al parecer el tampoco podía dormir.
A la semana siguiente Milo fue de visita, por la noche, Hyoga se encontraba dormido y el bicho despertó al Acuariano peli azul. Hicieron el amor como otras tantas veces y después se quedaron platicando acostados.
-Me acosté con mi alumno –Dijo el francés en un momento de silencio
-¿perdón? –Milo creyó haber escuchado mal
-lo que escuchaste… pero…
-¿lo amas? –Unas lágrimas resbalaron por la cara del griego
-si… pero no de la misma manera en que te amo a ti… es diferente… tu eres mi alma gemela Milo –Camus sonrió
-tú también eres mi alma gemela… tengo otra pregunta ¿el también te hace sonreír? –pregunto muy curioso el escorpión
-no… -Camus mentía, el rubio lo había hecho sonreír en dos ocasiones
-Entonces no tengo de que preocuparme –Milo también sonrió
El Entrenamiento termino y Camus volvió al santuario, su relación con el octavo caballero había cambiado desde que aquella vez que le conto lo sucedido con su alumno. Antes era tierno y dulce, casi empalagoso. Ahora Milo solo lo buscaba para tener sexo y nada más. Camus se sentía raro. El tiempo paso y su relación no cambiaba hasta que la paz en el santuario se vio amenaza por los caballeros de bronce, Camus no podía imaginar a su alumno muerto es por esto que viaja a la casa de lira donde lo congela pero después de lo sucedido Milo lo intercepta en el templo de escorpión.
-¿Por qué te preocupa tanto ese mocoso? –Milo estaba furioso, nunca había sentido celos por nadie hasta ese momento
-Es mi alumno Milo –Dijo totalmente controlado sin mostrar signo de preocupación. El que Milo lo usara como juguete sexual lo había vuelto más frio y distante, desde que había vuelto al santuario no había sonreído
-¿en serio lo amas tanto? –Milo se sintió mal al hacer esta pregunta
-ya te di mi respuesta en Siberia
Camus se fue y dejo a Milo hablando solo. La ira no desaparecía y cuando los caballeros de bronce aparecieron en su casa, quiso matarlos a todos, desahogarse cuando de pronto Hyoga apareció con otros de sus compañeros en los brazos, esto sorprendió al griego y se dio cuenta de lo que Camus le había dicho, Hyoga le había dado su corazón a esa persona pero también amaba a Camus pero como un ser superior algo que llevaba más allá de la amistad y la relación entre alumno y maestro pero no como lo eran el Escorpión y Acuario. Peleo con el rubio y decidió dejarlo pasar. Cuando su casa se quedo sola deambulo por ella pensando Necesitaba ir a hablar con Camus. Cuando llego a la casa de Capricornio supo que las cosas iban mal, ya que el decimo caballero no se encontraba y su cosmos había desaparecido de la faz de la tierra. Llego al onceavo templo, el cual estaba congelado, corrió a su interior y justo después de la entrada encontró a su amado. La belleza de su cuerpo aun permanecía pero se encontraba vacío. Camus estaba muerto.
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FIN DEL FLASH BACK
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