-¿No estabas enamorado de Seiya? – Pregunto el escorpión extrañado
-Pues si… esa era… es mi idea
-Mmmm pues eres un poco raro, aunque me agradas
-¡¡¡¿¿¿Qué???!!! Tu eres más raro, te acuestas con medio santuario y nadie te dice nada, no te percatas de lo que está a tu alrededor y siem… -Shiryu no pudo contestar ya que los labios de Milo habían sellado los suyos
Aquel beso se alargo por varios minutos y cuando menos lo esperaban la puerta se abrió y entro Hyoga
-Lo… lo siento Shiryu no sabía que… que estabas aquí –Dijo Hyoga y sin decir una palabra más salió de la habitación
-Esta es la habitación de Hyoga, no me había dado cuenta –dijo el dragón
Milo salió de la habitación hecho una furia aquel encuentro con el Dragón había sido estropeado por el estúpido pato. El odio hacia Hyoga crecía en el interior del octavo caballero. Siguió caminando y Shiryu lo seguía, paso por la habitación de Seiya y eso le dio una idea.
-¿Estas enamorado de mi? –pregunto bruscamente Milo mientras volteaba a ver al dragón
-aaa, no lo sé –Dijo el chino sinceramente
-Estas enamorado de Seiya –Respondió el bicho a su misma pregunta
-Antes lo creía… pero ya no lose
-¿quieres enterarte? Saber de quién estas enamorado, si de Seiya o de mi –Dijo el escorpión con seriedad
-¿Cómo podría enterarme?
-Entra en esa habitación –Dijo el 8° caballero con autoridad
Shiryu obedeció y entro en la habitación, se escuchaba la regadera del baño y el dragón dudo de hacer lo correcto y obedecer a Milo. Este tomo al pelilargo entre sus brazos y lo arrojo a la cama destendida, beso el cuello del alumno de libra y su mano acariciaba su pecho, la vista del menor se nublo y se dejo llevar, de pronto la cara de Seiya apareció ante sus ojos
-Shiryu, Milo, ¿Qué hacen? –dijo el poni
-Acércate Seiya –Dijo Milo
Seiya no respondió pero se acerco a los dos chicos y se acostó en la cama, Milo lo ignoro y siguió su labor de besar el cuello del Dragón pero este no pudo ignorar al pequeño sagitario y lo miro, Seiya estaba casi desnudo, solo llevaba una toalla amarrada en la cintura. Los dos caballeros de bronce se miraron y sus bocas estuvieron a punto de unirse, pero pareció que los dos se arrepintieron y regresaron a mirarse, de nuevo intentaron un beso pero de nuevo se arrepintieron, Milo se percato de aquello y dejo a Shiryu y se coloco en medio de los dos interrumpiendo nuevamente un beso, el escorpión le dio la espalda al chino y se dedico a besar al poni, Shiryu no se quería sentir excluido y beso la espalda del caballero de oro. Estuvieron así un rato hasta que Milo se levanto de improviso
-Desnúdense –ordeno el bicho
Los dos obedecieron pero se comenzaron a desnudar mutuamente, cuando estuvieron sin ninguna prenda Milo volvió a acostarse en medio de los dos y volvió a ordenar
-bésenme
Los dos obedecieron inmediatamente, mientras le quitaban la ropa al bicho, sus lenguas se juntaban de vez en cuando y jugaban con el cuerpo del Dragón, después de eso, Milo coloco a Seiya en cuatro y le ordeno a Shiryu que lo penetrara, este acato la orden para que el bicho se acomodara atrás del dragón y penetrarlo. El ritmo era impuesto por Milo y el pelilargo nunca había sentido tanto placer, a pesar de que no le gustaba que el escorpión le diera ordenes se sentía extasiado, además de que por fin pudo estar con Seiya gracias a aquel ser que despreciaba y quería. En aquella posición se dio cuenta de que con quería estar era con el poni, a pesar de que Milo y el se acomodaban perfectamente en la cama no era lo mismo que estar con Seiya. Sentía amor por el moreno a diferencia de lo que sentía por el caballero dorado que solo era Lujuria. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la desaparición del escorpión.
Los dos caballeros de bronce se detuvieron y miraron a su alrededor, Milo ya se estaba vistiendo y sin decir nada salió del cuarto, ninguno de los dos restantes en la habitación supieron que hacer, Shiryu fue el primero en reaccionar y se acerco a Seiya y le dio un beso tierno y lleno de pasión, el morocho tardo en contestar pero lo hiso.
-Te amo Seiya –Dijo el dragón después de separarse del beso
-Shiryu… no sé qué decirte… también siento algo por ti pero… no se –respondió Seiya
-te entiendo… -Shiryu se iba a levantar pero el peli castaño lo detuvo y lo beso con pasión
-solo sé que… que quiero estar con tigo… pero ¿Qué dirán los otros? –Seiya se coloco enzima del alumno de Dohko y comenzó a besar su pecho
-¿Te importa mucho? –Shiryu al fin supo que Seiya le correspondía, solo que había que quitar esos prejuicios
-pues… un poco… ¿qué dirá Saori? –Insistió Seiya
-no creo que le moleste –Termino con la conversación el pelinegro
Shiryu Beso intensamente a Seiya mientras sus manos bajaban a masturbar el miembro del otro, el poni extendió sus brazos y acaricio el cabello largo del dragón, las caricias se extendieron por todo el cuerpo. La posición cambio y el chino se coloco en cuatro, el Pegaso, se incoó atrás de él y se agacho para darle un beso negro, mientras su mano masturbaba a Shiryu.
-también te amo –Dijo Seiya justo antes de penetrarlo
Las embestidas fueron duras desde el principio, hasta volverse salvajes, el pelilargo solo podía gemir y gritar un poco mientras disfrutaba de aquella ola de placer que lo inundaba. Seiya se acerco al cuello de su amante sin dejar de penetrarlo y comenzó a morderlo muy sensualmente, lo lamia besaba dejando unas pequeñas marcas rojizas. Después de un largo rato el Dragón fue el primero en terminar expulsando todo su semen en la mano de Seiya y este momentos después lo imito pero dentro de su amante.
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Milo salía de la casa del patriarca, sentía demasiadas cosas a la vez, estaba muy enojado por la interrupción del alumno de Camus, también se sentía un poco dolido por que Shiryu había preferido al Poni, ¿dolido? No, habían pisoteado su orgullo, dos veces en una semana. ^+^+^+^+^Necesito hablar con Aioria^+^+^+^+^
Mientras caminaba en dirección al templo de leo se encontró con Camus quien solo le dirigió una mirada de odio, la cual el escorpio ignoro completamente. Cuando llego a casa de Leo se dio cuenta de que estaba vacía y recordó la conversación de la mañana
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Todos se fueron a excepción de Virgo y Milo, ellos fueron a la sala del gato y se acomodaron como si fuera su casa mientras dejaban que Aioria limpiara o acomodara un poco.
-¿Cómo te fue con Camus? –Dijo el Rubio para comenzar una conversación
-No fue como yo esperaba y a ti ¿Cómo te fue con Ikki? –Fue la Respuesta del Bicho. El intento de Shaka fallo.
-NO fue como yo esperaba –Contesto Virgo con una sonrisa en los labios
-Antes de que sigan, ¿Qué hacen los dos aquí? –Interrumpió el gato
-Hablar con tigo –Respondieron los dos al hunismo
-Bien, pero supongo que ninguno me dirá lo que me quiere decir si esta el otro presente –Aioria sabia como eran sus amigos
-Obvio –Volvieron a decir al hunismo
-Bien… Shaka fuera, pasare a tu templo en cuanto termine de hablar con Milo –Para Aioria primero estaba Milo, en segundo Milo y si había tiempo los demás
-OK Aioria, Te esperare… -Dijo El rubio guiñándole un ojo al gato
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-Debe de estar en casa de Virgo –se dijo a si mismo
Siguió su camino a la casa de Virgo, cuando llego escucho las voces de los dos y se asomo por simple curiosidad de saber que era lo que platicaban y se encontró con una escena no muy agradable. Su amigo inseparable, se encontraba desnudo en el sillón del rubio y este con solamente unos bóxers, encima de el. Logro escuchar algo
-¿ya lo olvidaste? –dijo Shaka mientras se acerca al leonino
-por un momento –respondió su amigo un poco agitado
-¿estas seguro? –contesto el budista acercándose a la boca del otro
-Si- Dijo firmemente Aioria y el rubio sello un beso apasionado