-¿Qué?- traté de decir algo sorprendido.
-Si, akira- me cogió del brazo mientras íbamos caminando, a veces Ruki parecía bastante gay, pero tengo más que claro que su atracción cae en las mujeres, aún es un niño quinceañero que se enamora de la primera falda que pasa por delante de sus ojos.
-¿Y cómo es ella, Ruki?-
Sus ojitos brillosos se pusieron –es hermosa, creo que ahora me enamoré de verdad- no evité poder reírme ante tal comentario –¿de que te ríes reita?-
-Que siempre me dices lo mismo y al día siguiente ya ni te acuerdas de esa persona-
Me sorprendió el cambio de su expresión y como soltó mi brazo –pues a veces es mejor que estar enamorado de una persona toda la vida ¿no?- ¿qué? eso me había caído como un balde de agua fría, sólo supe coger su brazo y atraerlo a mi cuerpo, mientras continuábamos caminando por el pasillo del hotel, crucé mi brazo por arriba de sus hombros –¿qué estupideces hablas takanori?-
-no son estupideces akira, como tú, hace cuanto tiempo que estas enamorado de…- rápidamente tapé su boca con mi mano –cállate idiota, que alguien puede escuchar-
Con sus manos tocó suavemente la mía y la sacó con cuidado de su boca –perdón akira- habló desanimado. Pues sí, mi queridísimo amigo, era rarito y no me refiero a ese tipo de rarito sino que sus cambios de actitudes eran muy frecuentes, había ocasiones que podía ser lo más tierno del mundo y al rato se colocaba tan serio que me llegaba a dar un poco de miedo como me hablaba. Aunque Ruki en un cierto modo es alegre, habían muchos puntos de su vida que yo no conocía, en cambio él conoce toda mi vida y no puedo soportar qué él no confíe en mí. Acaso… ¿No he demostrado ser un buen amigo? Que va, creo que soy lo mejor que él tiene, eso sonó algo egocéntrico… pero es verdad.
-No te disculpes, tonto- reí.
Éste me devolvió la sonrisa –ne reita, hoy acabamos la gira y nos vamos de éste hotel-
-¿Ya y…?- Lo observé de re ojo.
-Bueno, tú sabes…-
-¿Yo sé qué?- incité a que hablase, aunque sabía muy bien lo que deseaba decirme. Pero era tan divertido ver la manera en que me lo decía. Tantos años de amistad y aún se sonrojaba al pedírmelo.
-Bueno…¿Te quieres ir a quedar a dormir a mi departamento hoy?- habló rápidamente.
-¿A tu departamento? ¿Que quieres hacerme? …. Pervertidoo- Amaba molestar a ruki, se enojaba enseguida.
-¿Qué? Que te crees, yo no soy el gay acá- me sacó la lengua en forma burlona.
-Ah, pero que apuesto que me tienes ganas-
-¿Yo ganas a ti? Que va, quien le podría tener ganas a una iguana fea- rió como un diablito.
-iguana tú madre- hablé rápidamente para enseguida ocultar mi boca, menuda estupidez que dije, sabía que a ruki le afectaba hablar de su madre, quien se detuvo al caminar, solo vi su pequeño cuerpo con la mirada gacha, que idiota soy, haciendo comentarios imprudentes -¿ruki?- me acerqué a él, quien levanto su mirada y comenzó a reír, -jajaja pero… pero tú eres la iguana suprema reita- sabía que esas carcajadas eran fingidas, pero como no se me daba bien de consolador, sólo pude comenzar a reír junto a él, coloqué mi mano sobre su cabello y creo que lo tomé de sorpresa, aunque me costó bastante decirlo –eres mi mejor amigo takanori matsumoto y estoy orgulloso de que nuestra amistad sea tan fuerte- su rostro muy clarito decía y a que viene eso ahora. Me observó algo sorprendido y sólo me abrazo –tú también akira suzuki y creo que estoy más orgulloso y feliz que tú-
Sólo pude sonreír y abrazarlo con fuerza, se soltó de mi brazo y observándome me habló.
-Ne reita mañana te presentaré a Ryu-
-¿Ryu?-
-Sí, sobre la chica que te comenté hace un rato- me observó feo como si no hubiese escuchado nada de lo que había hablado. Bueno… a veces es tanto lo que me dice que no puedo retener todo, no es mi culpa.
-Ah… verdad- musité.
-Mentiroso, ni te acuerdas-
-jajaja, bueno mañana veremos si esa niña puede ser aprobada o no-
-¿aprobada?- preguntó curioso.
-ya sabes…- reí – debo cerciorarme que tipo de chica es, siempre te buscas cosas raras-
-Que malo eres reita- me miró como un niño pequeño –estoy seguro que la amarás- lo observé dudoso ante tal frase –bueno mi aki-chan, iré hacer mis maletas, en unas horas más llegaremos a Tokio- le di un beso en la cabeza y este partió a su habitación, no piensen mal, con Ruki hemos sido de esta forma siempre, es más lo trato como a un hermano menor.
No había mucho que hacer todos guardaban y desarmaban cosas, creo que debía ir hacer lo mismo, pero me daba una flojera tremenda y decidí continuar vagando por los pasillos del hotel, en los cuales me encontraba con cada espécimen (mirando de pie a cabeza a cada persona que pasaba por mi lado) me sorprendo de lo antipático que puedo ser a veces y como un tonto comencé a reír solo.
-Insisto eres raro reita-
-¿eh? Uruha…- hablé sorprendido.
-jajaja que es eso de andar riéndote solo por ahí-
-Sólo me acordé de un buen chiste…- comenté.
-¿Un chiste?- mi castaño comenzó a reír.
-Bueno…sí ¿y que tiene?-
-Nada- respondió -haber cuéntamelo, espero no sea un chiste de gay- volvió a reír. Ahora no era yo quien decía ese tipo de bromas.
-Bueno… aquí va; había una vez un perrito que quería hacer pipi, levantó una pata y se cayó- aplaudamos al inteligente akira suziki, que buen chiste se me ocurrió en ese instante y como creen me observó raro, hubiese preferido que se riera, pero ¿quién ríe con semejante estupidez?
-No sabes mentir reita- sólo devolví una sonrisa .
-¿Y guardaste ya todas tus cosas?- pregunté.
-Sí, hace rato, en realidad en la mañana, ¿Por qué? ¿Tú aún no?-
Coloqué mi brazo en la nuca y di una tonta risita –etto… me da un poco de flojera-
Me agarró de mi muñeca y me hizo seguirlo, ¿y qué creen? en mi mente ocurrió unas de mis cuantas fantasía sexuales con ésta perfección viviente. Me llevó a su habitación y me lanzó a la cama, no demoró en subirse a la cama en gatas, mientras me desabrochó el pantalón y lentamente pasaba su lengua por sus labios. Rió sensual ante mi posición sumisa, ahora su risa se volvió traviesa al observar el látigo que tenía en sus propias manos y qué se hacía escuchar en mis oídos. Pero desperté de ese lindo y perfecto sueño por los gritos de éste.
-¡¡¡Reita!!!-
-¿Ah? ¿Qué?- ¿Acaso creían que prefería escuchar lo que él me decía? tan sólo deseaba poder terminar tan hermosa escena que cruzó por mi cabeza, y si era posible en un baño ya que cuando se trataba de Uruha, mi condición se elevaba rápidamente en mi zona baja.
Un rostro idita debía de mantener en aquel momento, ya que shima me observó y rió con disimulo.
-bueno… creo que te ayudaré con tus maletas- Recién me percaté que ya estábamos en mi habitación, sólo asentí con la cabeza, aún continuaba algo embobado por esas lindas imágenes que habían cruzado por mi mente.
Por fin terminamos de ordenar todo y guardar las cosas, me lancé en la cama y suspiré.
-gracias reita-
-¿Ah?- Me incliné para observarlo.
-Pensé que me odiarías por ser gay- confesó.
-¿Odiarte? ¿Qué estupideces dices uruha?- eso sería como odiarme a mi mismo ¿no? Y tengo mi ego bastante alto como para hacerlo.
-No sé reita, supongo que mantuve oculta mi homosexualidad por temor a que sobre todo ustedes me rechazaran-
Me levanté y mis pies inconscientemente se dirigieron al frente del castaño –sabes uruha…- hablé con un tono bastante bajo -yo nunca quise lastimarte, es más cada estupidez que dije sólo fue para esconder mi cobardía…-
Uruha me observaba desconcertado –¿A qué te refieres reita?-
-te trato de decir que yo…- hice una pequeña pausa ante la palabra que iba a decir –yo te amo uruha- Confesé. Sin duda el castaño claro se sonrojó, sólo pude acercarme a su rostro lo más cerca posible. Era una sensación indescriptible mantenerme a tan pocos centímetros de su rostro, sentir su respirar en mi piel, observar sus ojos puestos en mí. Ahora uruha me observaba, me miraba, por primera vez tenía sus ojos en mí.
Coloqué mi mano en su mejilla, se encontraba cálida, una temperatura perfecta, atraje su suave rostro al mío, y en un lento movimiento alcancé sus labios, lo besé suavemente pero no demoré en profundizar aquel beso, experimentando y conociendo cada rincón de la boca del castaño claro. Éste ha de estar totalmente anonadado ante lo que ocurría, pero por primera vez todo se estaba comenzando a volver realidad y no podía permitir qué esta oportunidad se fuese de mis manos. Lo recosté en la cama con rapidez, lo desvestí como un frenético, parecía un gay falta de sexo. Ahora él me colocó bajo su cuerpo y fue la perspectiva más hermosa que tuve, ver su cabello caer y rozar en mi rostro, sus manos se dirigieron a mi pantalón quien no demoró en sacármelo, y…-
-¡¡¡Reita!!! ¿Me estás escuchando o no?- Mierda, yo y mis putos pensamientos de nuevo.
-¿Ah? Si uruha, como no-
-No lo parece- respondió.
Mierda, estaba en graves problemas. Con esa nueva fantasía que atravesó en mi cabeza. El Gran Suzuki estaba dando señales de vida y me refiero a mi buen amigo que se encuentra entre las piernas ¡No me puede pasar esto! Muero si uruha ve alguna elevación, me senté rápidamente y puse un cojín en mi entrepierna, que marica me tuve que haber visto.
-Uruha yo no te odiaría, tú condición sexual no importa después de todo continuas siendo él mismo Shima que conozco, además los homosexuales no son diferente a los demás- si, eso me recordó a las palabras de Kai. Debía volver rápidamente al tema de conversación y evitar qué éste notara algo distinto.
Se sorprendió por mi respuesta, no era para menos, yo también me sorprendí cuando escuché a Kai –gracias reita- me sonrió- Dios que bella sonrisa le dieron a este hombre –reita, te ves algo tenso- divulgó.
-¿Tenso?-
¿Cómo no? Si cada vez la manuelita se me escapa más de mi control, no era primera vez que me traicionaba y me avergonzaba, pero con uruha esto no podía suceder. Dios por primera vez apiádate de este humilde gay, quizás salí contra tu naturaleza, pero recuerdo muy bien como dice tu Biblia “todos somos como hermanos” o “todos somos iguales” que va, algo así era ¿no?
-Sí, estás como nervioso reita- Pero si Gran Suzuki está más que activado. ¿Cómo no estar nervioso entonces?
Fui salvado por lo gloriosa campana del cielo, alguien golpeaba la puerta, y debía ser un ángel que venía a mi rescate, después de esa pequeña confesión con Dios algo tuvo que haber dado resultado ¿no?
–¡¡ADELANTE!!- grité, no estaba en estado de pararme y abrir la puerta.
-Estamos listos, nos están llamando a todos para irnos ya- ¿Qué? Si, aoi estaba golpeando mi puerta para darme la peor noticia que podían decirme ese día ¿cómo pretendía levantarme en ese momento?, me iba a ver algo estupido si salía con un cojín en mi entrepierna ¿no? Que momento de venir la excitación.
-Apúrate reita- gritó el moreno de la puerta, al ver que ni siquiera me moví al recibir la noticia, mientras que uruha ya estaba levantado y recogiendo mis cosas.
–Etto… uruha-
-dime reita-
-¿No debes de ir a buscar tus cosas?- hablé algo nervioso.
-Tienes razón- Sonrió. Dejó mis cosas en el suelo y salió de la habitación, bendito seas Uruha. Aoi también se había ido ya. Levanté mis cosas y corrí como estupido a la camioneta, entré y puse un pequeño bolso en mi entrepierna, me percaté que ya había alguien dentro de la camioneta y era mi queridísimo ruki qué se encontraba sentado frente a mí.
Éste me observó y sólo rompió en carcajadas, se percató de toda mi escenita bochornosa, se sentó a mi lado y levantó mi bolso para ver a manuelita.
-jajaja ¡reita! te dije que pararas de ver esas películas pornos- continuaba riéndose de una forma increíble.
-¡Ja! Que gracioso- hablé con sarcasmo, volví a colocar el bolso ocultando a la pobre manuelita que estaba siendo utilizada en las burlas del pelirrojo. Me giré a observar por la ventanilla algo avergonzado. ¿Quién no se avergüenza con esto?
-Te sonrojaste Akira- habló muy cerca de mi rostro, aún con una risita en sus labios.
-yo… yo no me sonrojé, cállate Ruki- lo empujé hacía un lado.
Continuaba riéndose –Pareces un niño sonrojado-
-¡Mentira! No me sonrojé, tan sólo hace un poco de calor dentro de la camioneta- divulgué.
Rió algo más conservado, para luego apoyarse en mi hombro, y sin duda qué era para dormir. Yo soy su almohada, cuando dormimos juntos, rara vez no soy su juguete, la niña de sus sueños o simplemente su amigo que no se detiene de abrazar durante toda la noche.
-Te estaba buscando reita- subió mi lindo castaño a la camioneta, quien era seguido por kai y aoi, así partimos a un rumbo desconocido. Mentira; nos íbamos a Tokio a descansar todos por fin.
-¿Si? Es que me apresuré en venir a la camioneta- Dije como un idiota, sudado y nervioso.
-jajaja y ruki ya se durmió- Comentó el batero, observando el angelical rostro del menor, quien a todos produjo una carita de ternura.
Si durmieran con él, esa carita de ternura se borraría rápidamente. Dormir con Takanori Matsumoto significa quedar mojado por su saliva, porque mi queridísimo amigo duerme con su boca semiabierta, recibir sus constantes golpes en la noche y despertar con sus tenebrosas pesadillas de niño pequeño. Recuerdo como una vez soñó que lo mataba un gato e hizo un gran escándalo por aquel sueño, pero aun así amo dormir con mi pelirrojo, es raro pero siento que lo protejo.
-Que tierno se ve, dan ganas de besarlo-
¡¡QUEEEE!! ¿Qué habían escuchado mis oídos? Que significaron esas palabras que salieron de los labios de MI castaño, de MI pato. ¿¡Deseaba besar a Ruki!? A mi amiguito, no me podía estar sucediendo ésto y lo más raro que todos asintieron con la cabeza y una cara de babosos que nadie se las quitaba, ¿Acaso éramos todos unos maricas? Bueno excluyendo a Ruki que raramente y dudosamente nos salió hetero.
-¿Q… qué dices uruha?- Pregunté atontado.
-¿Eh? No, no es lo que piensas, es sólo una manera de decir que realmente se ve tierno- intentó de aclararlo de alguna manera, pero sonó bastante gay a mi parecer ¡No Takashima! ¡Con mi Takanori NO!
-¿Qué pensabas Reita? nunca tan marica para besarlo de verdad- vi como el rostro de uruha se apenó al escuchar esas crudas palabras de Aoi.
-Bueno y si lo besara que más da- menuda bocota la mía, creo que con eso lo empeoré, observé el rostro de uruha y en sus ojos leí claramente como me decía: Mierda, no te hagas el héroe ahora, qué como eso no tienes futuro alguno y la expresión de Kai me dio a entender que no tenía remedio. Aoi sólo me observó extrañado por mi frase. Bien ahora cree que soy gay, ¡esperen! Pero si soy gay, bueno pero ahora lo sabe.
-Llegamos- habló el manager que iba sentado en el asiento de al lado del conductor, por fin estamos en Tokio, para ser más exactos en la Ps Company. Desde ahí cada uno tomaba rumbo hacía su hogar, tuve que despertar a ruki, no pensaba cargarlo y para mi fortuna durante el viaje la manuelita ya se había estabilizado.
Ruki se comenzó a estirar y como un niño pequeño preguntó si ya habíamos llegado –si ruki, es más somos los únicos que aún estamos en la camioneta, los demás ya se fueron-
-¿Eh? Y nadie se despidió de mi- realizó un pequeño puchero.
-¿Cómo? Si ni siquiera despertabas…-
Bajamos de la camioneta –ne reita, tienes tu motocicleta acá verdad- lo observé de re ojo.
-Si ¿y?-
-¿Cómo que y? Nos vamos en tu motocicleta a mi casa- sonrió.
Me subí y ruki me siguió colocándose detrás mío y abrazándome por la cintura.
Continuará...