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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

Waaaaa!!!

Aquí de nuevo la kozzha.

Ando tan feliz!!!

Un capi más y terminó taaan bien jajaja.

Me atrasé en el cap pq pa variar, me hospitalizaron y estuve casi tooodo el mes de marzo mala T.T. Incluso mi cumple la pasé agonizando. Muy mala manera de cumplir 22 años jajaja XD.

En este capi aparece Kaname!!! el hijo de Mika y Touma.

No...en verdad muy buen capi y no pq yo lo escribí jajaja.

Las dejo.

Cuidense

besos

 

 

 

Caminaba dando traspiés en una de las tantas calles de aquél barrio burakumin; sus pies descalzos le punzaban, pues se encontraban expuestos al duro y descuidado asfalto. Calles atrás, un grupo de chicos le habían quitado los finos zapatos de diseñador.

Siguió su camino, tratando de ignorar el dolor físico y el emocional también. La gente de a su alrededor lo observaba, le señalaban y cuchicheaban entre ellos.

El cielo se tornaba cada vez más gris y repleto de nubarrones que amenazaban en reventar en una fuerte tormenta.

Touma se dejó caer agotado en la acera de la esquina de una calle, se hizo ovillo tal como un párvulo y sin más soltó en un llanto desgarrador.

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Capítulo 13

Una verdad que aclarar.

 

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Recorría con ojos inquietos aquella amplia habitación privada. Lo único que sacaba a conclusión de todo eso era: Shuichi sabe que rompí la promesa.

Hisoka resopló con dolor, no cabía duda, esa era la única respuesta a que lo hubieran cambiado a una habitación privada. Se alejó unos rebeldes mechones del rostro y se sobó con cuidado su brazo derecho. Aún podía sentir una pequeña punzada aunque los analgésicos ya hubieran hecho reacción. Apretó los labios y maldijo al extraño rubio quien lo lastimó.

-Juro que me vengaré-comentó al aire-tan sólo que me recupere y verá quien es Hisoka Ono...

Se encontraba forzando su mente en recordar el nombre del escritor cuando la puerta se abrió, dando paso a una de las personas a las que menos quería ver en ese momento el joven guitarrista: Tatsuha Usegui.

-¡Hola!-saludó jovial el monje. Ono al verlo se tensó y aunque no estaba en condiciones se puso en guardia.

-Otra vez tú...¿Qué no te cansas de fastidiarme?-le espetó.

-¿Fastidiarte? No vengo a fastidiarte...vengo a ver como estás. Me quedé preocupado de lo que te hizo mi hermano, por eso regresé-se acercó al chico.

-¡Un paso más y gritaré!-le instó.

-Tranquilo...en serio...no voy a hacerte daño-el monje alzó las manos. Soka le observó con ojos escrutadores.

-Tienes suerte de que esté herido, si no ahora mismo ya tendrías todos los huesos rotos.

-Ah...supongo-sonrió nervioso el mayor. Al ver que el chico estaba más relajado, se animó a tomar asiento junto a él-Siento mucho la reacción de mi hermano, en verdad.

-Es un idiota.

-Si, a veces lo es-rió- Creo que no es excusa-prosiguió en tono serio-pero a veces Eiri pierde los cabales y no sabe de él por un tiempo, es muy violento y...

-¿En serio?-preguntó curioso el menor. Pensando que eso le pasaba también a él.

-Si...por eso digo que no es excusa pero eso fue lo que le sucedió hace rato a mi hermano.

-Si es así...creo que...se la pasaré a tu hermano y no me vengaré.

-Ah...gracias-Tatsuha volvió a reír nervioso.

Permanecieron en silencio por un tiempo hasta que la puerta se volvió a abrir, dando paso a una histérica Hiromi.

-Hisoka Ono Naranjo, ¿Quién demonios te dice que te escapes?-la chica hizo a un lado a Tatsuha y sin más zarandeó a su hermano, olvidándose por completo de sus heridas.

-Waaa hermana...me lastimas-chilló el niño.

-Lo estás lastimando-corroboró el monje alarmado ante la actitud de esa chica.

-Lo siento-vociferó al ver lo que estaba haciendo-eso te pasa por desobedecer niño-le recriminó-si sigues así, le llamaré a mis padres.

-Prometo que ya no me escaparé-sollozó, sobándose su brazo ya más lastimado.

-Eso espero-tomó asiento y después de un rato reaccionó y miró a Tatsuha, quien se había quedado en un rincón-¿Tú quien eres?

-Soy...soy amigo de tu hermano.

-¿Amigo?-la chica arqueó la ceja y después encaró a su hermano-¿Por qué no me presentaste a tu amigo?

-No es mi amigo-espetó el chico-Es amigo de Shuichi.

-A bueno...soy más amigo de Shu-rió Tat.

-Oh...ya veo...-la chica lo miró de hito en hito-nada mal...-murmuró para sí.

-Hiromi...-la voz de Soka la sacó de sus pensamientos-¿Sabes la razón del porqué nos cambiaron a habitaciones privadas?

-No, al parecer un anónimo fue quien dio la orden y es quien está llevando los gastos de ustedes dos.

-¿Cómo? ¿Y Quién es?

-No sé, James y Dresde se quedaron a investigar.

-Que raro...

-¡Que cosas!-rió Tat nervioso-creo que es momento que me vaya-y sin más salió de la habitación.

-Que chico tan raro-musitó Hiromi.

-Ni que lo digas-resopló Hisoka.

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Mientras tanto, en otra habitación no muy lejos de la de Soka, Yuki acariciaba con sumo cuidado una de las manos de Shuichi quien seguía inconsciente a causa de los tranquilizantes. Después de darle aquél ultimátum a su cuñado, el escritor en compañía de su hermano habían decidido regresar al hospital.

-Lo siento tanto Shuichi-musitó con dolor-Tenías razón...por mi culpa estás aquí...siempre yo soy el culpable...siempre te causo daño...¿Por qué no te puedo hacer feliz plenamente? ¿Por qué no te puedo alejar del dolor?...maldición....-apretó la mano del chico entre las suyas.

La puerta de la habitación se abrió y la madre de Shindo entró.

-¿Aún no despierta?-comentó con voz rasposa.

-No...

-Gracias por todo lo que ha hecho por mi hijo, joven Eiri.

-Es lo mínimo que puedo hacer por él.

-Usted no tuvo nada que ver con esto.

-Pero yo soy la razón.

-Iré a comer algo-comentó la señora Shindo, creyendo que lo mejor sería dejarlo más tiempo a solas con su hijo.

Cuando la mujer se hubo ido, Yuki se acercó al rostro magullado de su ex amante. Con sumo cuidado de no lastimarlo lo acarició y besó los labios resecos de éste.

-Por favor...permíteme amarte Shuichi.

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Recuperó el conocimiento lentamente. Se sorprendió de encontrarse en una habitación muy diferente a la que compartía con Hisoka, incluso el chico ya no se encontraba con él. Hizo un esfuerzo por recordar el porqué se encontraba ahí pero lo único que recordaba era a Yuki Eiri.

-Ahora comprendo por que me arde la garganta-musitó.

La doctora Naoko hizo acto de presencia.

-Hola-saludó jovial, como siempre-¿Cómo se encuentra joven Shindo?

-Mejor-respondió escueto.

-Muy bien-la mujer se acercó y comenzó con la revisión de la tarde.

-Tú sabes por qué razón me cambiaron de habitación.

-La verdad no, de hecho acaban de informarme del traslado. Fui a verte a la habitación anterior-la mujer hizo un puchero.

-Oh ya veo.

-Cómo van los dolores.

-Ya casi son nulos.

-Ok-la doctora se quedó pensativa-No hay hemorragias internas y los golpes y hematomas ya se están sanando; posiblemente te dé de alta mañana.

-¿En serio?

-Si, no veo razón de que te quedes más tiempo aquí; como ya te dije, tus heridas no son tan graves como las de tú compañero.

-Ya veo...

-Bien, nos vemos al rato. Portante bien, ¿ok?-se despidió Naoko.

-Ok-respondió Shuichi pero al darse cuenta de eso comentó con desgano-ay esa mujer ya me contagió con su "Ok"

Estando sólo de nuevo, se dedicó a examinar la amplia y lujosa habitación. Después de tratar de buscar a un responsable, sacó a conclusión que Rage había dado ordenes de todo ese cambio y recordando lo que su manager le había dicho, buscó su portátil, la cuál se encontraba en un pequeño armario a lado de la puerta de entrada.

Como no se encontraba del mejor humor para entablar conversación alguna, optó por mandarle un largo correo electrónico a su jefa, contándole todo desde que la banda había pisado tierra nipona.

Cuando hubo enviado el correo, la puerta se abrió de nuevo, dando paso a su madre en compañía de Dresde y James.

Shuichi se inquietó cuando James le informó que Rage no había sido quien diera ordenes del traslado a aquella habitación privada.

-Entonces, ¿Quién fue?-preguntó, mirando a su madre, quien un poco tensa desviaba la mirada.

-Los encargados del hospital se niegan a darnos información del anónimo-respondió el norteamericano.

-Ya veo-Shu apretó las frazadas de la cama. Ante eso, sus dudas se aclararon. Yuki era aquél anónimo.

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A primera hora del siguiente día, unos fuertes aporreos despertaron a Tatsuha, quien aún somnoliento y dando traspiés se encaminaba a la puerta para decirle de lo que se iba a morir a quien lo hubiera alejado de su sueño.

Al abrir la puerta se topó con Mika, su hermana mayor, quien tenía un aspecto deplorable.

-¿Mika?-preguntó frotándose los ojos, incrédulo.

-Siento el despertarte Tatsuha pero...-tragó saliva-Touma no llegó a casa y en la oficina dicen que no regresó de con el psicólogo y yo...-la mujer soltó en llanto-no sé que habrá pasado.

-Yo...no sé nada hermana...-mintió el monje, frotando el hombro de la castaña-Lo siento.

-Eiri no responde al celular, ha de estar muy ocupado en Kyoto.

-Supongo...-volvió a mentir el moreno.

-Bueno...-se sorbió la nariz-cualquier cosa que sepas, mantenme informada por favor. A los del colegio de Kaname les pedí de favor que lo trajeran aquí a tu casa, si no es mucho problema, no pude conseguir a la niñera para que lo cuidara.

-Claro, no te preocupes.

-Muchas gracias Tatsuha...no sé de que manera agradecerte yo...-volvió a soltar en llanto-sólo espero encontrarlo pronto pues temo que a Kaname le afecte todo esto.

-Lo sé hermana-sin más, el joven abrazó a su mayor.

Después de un rato en que la mujer se desahogó, se fue en compañía de varios guaruras.

-Maldito Touma-masculló Usegui al cerrar la puerta-Por tus sucios actos no sólo te estas hundiendo tú, si no también estás hundiendo a mi hermana y sobrino.

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Como le había dicho Naoko el día anterior, Shuichi fue dado de alta a medio día. De ahí James lo tuvo que llevar a la jefatura de policías a reclamar su maletín y dar su declaración. Ahí mismo le informaron que aún no encontraban al culpable pero seguían en la búsqueda.

-Y yo que había pensado que me había librado de éste maletín-musitó el chico al recordar el contenido de la valija.

De ahí pasaron por las chicas al hotel para cumplir con la agenda de aquél día.

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Se despertó pasadas las dos en punto de la tarde. Despejado y de buen humor se dirigió a la cocina en donde se llevó la grata sorpresa de que Kaname, quien jugaba con Nyankotaro, se encontraba comiendo en compañía de Tatsuha.

-Hoda tío Eidi-saludó jovial el niño.

-Hola Kaname-musitó el mayor, alborotándole la cabellera rubia-¿De que me perdí en todo éste tiempo?-preguntó.

-Marcaron del hospital para informarnos que dieron de alta a Shuichi-respondió el monje, mientras le servía más jugo al niño.

-Vaya, iré a verlo al hotel-comentó pero al instante sacudió la cabeza, sabiendo perfectamente cuál sería la reacción del chico. Los ánimos se le vinieron abajo.

-Y Mika está desesperada buscando a Touma.

-Oh...que mal...

-Era necesario lo que hicimos...pero mira las consecuencias.

-Espero que si escarmiente el idiota.

-Tiene que, si no juro que yo si lo mato-Tat golpeó la mesa con su puño.

-Tranquilo, no hables así enfrente del niño- sugirió el mayor, al ver como se tensaba el párvulo ante la reacción de su tío.

-Lo siento...¿Qué quieres hacer Kaname?-le habló Tat, con voz pastosa.

-Quiedo id al paque de divesiones-vociferó.

-Eso significa que tengo que apurarme en alistarme-comentó Yuki.

-Creo que si-sonrió el moreno.

Cuando el rubio se hubo duchado y vestido, bajó al salón principal, en donde lo esperaban un impaciente Kaname y Tat quien discutía de algo con el gato que lo ignoraba.

-A la feria-dijo Yuki.

-Siiii-gritó feliz el niño.

Salieron de casa y montaron el lujoso vehículo del escritor. Tat se aseguró de que Kaname estaba bien acomodado en la silla de seguridad.

-Cantemos una canción-ordenó el niño.

-¿Y que canción quieres que cantemos?-preguntó Tat.

-La de los efelantes.

-Ok-Tat comenzó a entonar.

-Tu también Tío Eidi.

-Está bien-suspiró el rubio-No entiendo como es que lo llevan al psicólogo por que no habla si con nosotros no le para la lengua-le murmuró a su hermano.

-Vive con Seguchi, ¿Cómo quieres que hable?

-Buen punto...

-Cantemos-ordenó el niño.

Y todo el trayecto al parque de diversiones el trío Usegui canto el madley del elefante que se balancea en la tela de la araña.

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Delerium salió de una entrevista en la televisora Crocodrile. La última del día.

-Buen trabajo-corearon los chicos-montando a la camioneta.

-Waaaa....que cansada estoy-comentó Hiromi, estirando sus extremidades, golpeando sin querer a Shuichi.

-Ni un día tengo fuera del hospital y me saturan de trabajo-masculló el moreno-después no se quejen si me desmayo.

-Eso díselo a Rage-respondió James.

-Ya se lo comuniqué.

-La verdad es que si fue un día pesado-comentó con voz ronca Dresde-se nos pasó la hora de comida.

-Y de la colación, ya casi va a ser la cena-chilló Ono.

-Si no es en licor es comida, en verdad eres todo un caso niña.

-Es cierto Hiromi, debes de cuidarte un poco, pues ya te veo menos delgada-sugirió James.

-¿Me están diciendo gorda?

-Así es-rectificó Shu.

-Waaaa...groseros-chilló la niña.

Al llegar al hotel, James y Dresde fueron directo al comedor, mientras que Hiromi-indignada-se había seguido derecho a su habitación. Shu optó por salir a dar un paseo y despejarse de tantas preguntas.

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Observó por el gran ventanal de su estudio la brillante Luna. Aquella noche era fresca y soplaba un delicioso viento, una noche perfecta para salir a caminar. Con aquella idea salió de su estudio; fue en busca de su hermano quien se había quedado cuidando del sueño del pequeño Kaname mientras hacía un trabajo de la escuela. Gran fue su sorpresa al toparse con Tatsuha perdidamente dormido junto a su sobrino.

-Hey mocoso-le removió-iré a caminar.

-Si papá...lo sé...tengo que hacer ese exorcismo-habló dormido el monje. Yuki resopló y sin más salió de la casa.

Se dejó llevar por sus pies quien sin más lo guiaron hasta aquél parque, en donde todo había iniciado. En donde había dado inicio aquella rara historia de amor.

El viento comenzó a soplar fuertemente, como aquella vez. Llenando de recuerdos al rubio. Cerró sus ojos y remembró el momento en que su vida cambió. Embozó un ligera sonrisa melancólica ante lo que su mente le presentaba. Abrió lentamente los ojos y fue gran su sorpresa al verlo frente a él a unos cuantos metros de distancia, con aquellos ojos violetas mirándolo con sorpresa.

-¿Shuichi?-preguntó parpadeando varias veces, incrédulo.

El aludido cambió drásticamente su semblante a uno frío. No respondió y tan sólo se limitó a tomar asiento en una banca cerca de ahí. Eiri le imitó.

Permanecieron en silencio por unos minutos.

-Gracias por hacerte cargo de los gastos del hospital.-dijo escueto el chico.

-Como tu lo dijiste, es mi culpa. Tengo que tomar la responsabilidad.

-No lo digo por mí...me refiero a mi amigo Hisoka.

-Oh...-los celos le invadieron-bueno, aún así yo soy el culpable de que él esté herido, ¿No?-masculló.

Shuichi sacó la cajetilla de cigarros y le ofreció a su acompañante.

-No son tan finos como los que tu sueles fumar, pero es algo-comentó.

-Gracias-Yuki tomó uno. Shuichi se lo encendió, sacó otro para él e hizo lo mismo.

-¿No huirás de mí?-preguntó el rubio, al ver lo tranquilo que se encontraba su ex amante.

-He decidido no gastar mis energías en ti,

-Por supuesto.

El silencio volvió a reinar el lugar.

-La Luna se ve preciosa hoy, ¿No crees?-comentó el escritor.

-Si tú lo dices-respondió con indiferencia el cantante. Le dio una calada a su cigarrillo-No sabía que seguías viniendo a éste lugar-sacó lentamente el humo del cigarro.

-Desde que me dejaste...

-¿Desde que te dejé?-Shindo encaró al mayor, incrédulo a lo que su ex decía-Hasta donde yo recuerdo, "tú" fuiste el que me dejaste y ni siquiera tuviste la delicadeza de decírmelo a la cara.

-De eso he querido hablar contigo desde que regresaste-guardó silencio y al ver que su interlocutor no decía nada, continuó- Estoy consciente de lo que hice, pero esa no era mi intención.

-Oh, claro...me imagino-dijo con sarcasmo.

-Déjame terminar-musitó. Shu apretó los labios y desvió la mirada-Aquél día, después de que fuiste a la disquera. Touma me visitó. Recuerda que me encontraba en medio de una novela, estaba exhausto.-se justificó.

-¡Claro! Y el sopórtame iba a ser muy molesto-le dio otra profunda calada a su cigarro.

-Touma me comentó que me veía muy demacrado y de que tenía que cuidarme para no recaer, por lo que me sugirió que un viaje de descanso sería lo mejor para mí. El plan era máximo una semana, exageradamente una semana, pues no quería estar lejos de ti en tus vacaciones-observó el rostro furioso de su niño-Me recomendó una playa llamada Ibiza-fumó su cigarrillo y al resoplar sacó de tajo el humo-Antes de irme dejé una nota avisándote de mi repentina decisión y ofreciéndote disculpas por dejarte por un corto tiempo.

-Si recibí tu nota, la cuál era una llave. Más claro que el agua imposible.

-¿Llave?

-Si...y el apartamento vacío.

-Un momento...¿El apartamento vacío?

-No finjas que no lo sabías-masculló con desdén.

-No finjo. Touma se quedó en el apartamento después de que yo partí, prometiendo que el mismo te daría la nota...-guardó silencio y sus ojos se abrieron como platos al tiempo que los cabellos de la nuca se le erizaban-fue él...-murmuró al aire.

-Si tan sólo era por una semana...-apagó la colilla del cigarro y se puso de pie, posicionándose frente a Eiri-¿Por qué no regresaste en esa semana? O ¿Por qué no llamaste?-un nudo se le formó en la garganta al menor-No tienes idea de cuanto sufrí por tu ausencia.

-Por que Touma me dijo que la noticia de mi partida te había alegrado y habías optado por irte con tus amigos-respondió cabizbajo, tratando de contener la ira-Me dio coraje y como venganza opté por aplazar mi viaje.

-Le creíste...-dijo con un hilillo de voz.

-Le creí a él. Creí en sus palabras-se llevó las manos a la cabeza y oprimió su cabeza.

-¿Tan poco me conoces? Que creíste que yo me alegré por tu ausencia, ¿Porque iba a estar lejos del ser que más amaba?-vociferó, exasperado y lleno de dolor.-Eres un gran mentiroso Eiri Usegui...no creo ni una palabra de lo que haz dicho-masculló con desprecio.

-¡Es cierto Shuichi!-vociferó, enderezándose y encarando al chico-Touma fue el que planeo todo, ¿Qué no lo entiendes?-tomó de los hombros al moreno.

-No me interesa quien haya sido el que planeó todo eso...-espetó zafándose del agarré de Yuki-Ya no importa nada pues es demasiado tarde...mi amor por ti está muerto...comenzó a alejarse del lugar.

-No Shuichi...por favor...créeme-lo retuvo del brazo.

-¡No Yuki!

-Te lo pido...ámame cuando menos me lo merezca, ya que es cuando más lo necesito...-le musitó, suplicante.

-¿Y donde estabas cuando yo necesitaba que me amaras?-susurró entrecortadamente-Yuki le soltó lentamente-Adiós Eiri Usegui.

 

Notas finales:

 

 

DEjen reviews por fa!!!!


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