-“Estuve haciendo todo el esfuerzo para corresponderte pero…” Eso fue lo que me dijo-chilló Hiromi, acomodada en el regazo de Dresde; la rubia acariciaba su cabello negro que escurría por sus hombros temblorosos. Tamaki escuchaba atento a lo que la chica decía, ceñudo.
La mestiza lloró hasta el cansancio, el mayor la acomodó en el sofá y para no hacerle ningún ruido que la despertase, el par se fue a la cocina.
-Pobre Hiromi…-musitó Dresde-Me cuesta trabajo creer que Shu haya hecho eso.- tomó asiento junto a la barra.
-Yo también no lo creo-dijo pensativo Tamaki-Estoy consciente de que Shu inició una relación con Hiromi para consolarse, pero…-se frotó la barbilla-no creo que también estuviera andando con Yuki.-se recargó en el refrigerador.
-No estabas de acuerdo con su relación, ¿Verdad?
-Así es…presentía el motivo del por qué Shu lo hizo. Ahora veo que no estuve equivocado.
Ash lanzó un hondo suspiro.
-Pero lo que me inquieta ahora es ese tal Sakuma, ¿Por qué hizo eso? Si es amigo de Shu…-dijo Tamaki.
-Yo también pensé en eso.
-Yo no estuve de acuerdo con su relación, pero no interferí en ella ni le dije a Hiromi las posibles intensiones de Shuichi…un amigo no hace eso.-se cruzó de brazos. -E insisto, no creo que Shuichi haya sido tan patán como para andar con Hiromi y Yuki.
-¿Quieres decir que la intención de ese hombre era separarlos?
-Creo que si…-suspiró el japonés-¿La razón? Quién sabe cuál sea.
Capítulo 38
Una cachetada con guante blanco.
Yuki se paseaba como león enjaulado.
-Todo va a estar bien, joven-le trató de consolar Akane, que estaba recargada en una de las paredes del pasillo.
El rubio iba a decir algo cuando el doctor salió de la habitación.
-¿Cómo está?-se apresuró en decir.
-Le revisé las cuerdas vocales…-el doctor, que era una persona entrada en años, se limpió el sudor de su frente con un pañuelo-No hubo ningún daño...-el par suspiró aliviado.
-Que bien-sonrió Akane.
-La pérdida de voz fue por el estrés acumulado-continuó el hombre mayor-El joven estaba tan alterado que tuve que sedarlo-Yuki asintió.-Necesita descansar, comer bien y sobre todo, tener una vida tranquila si es que deseas que recupere su voz-miró con el ceño fruncido al rubio.
-Yo me encargaré de todo eso.
Y ahí estaba…bajo su cuerpo, mirándolo con aquellos preciosos ojos grises que él sólo sabía leer. Su pecho desnudo subía y bajaba a un ritmo acelerado, mientras que sus labios entre abiertos halaban todo el aire que podían. Tatsuha acarició aquellos labios hinchados a causa de las numerosas veces que fueron devorados y sin poderlo evitar, le besó de nuevo con pasión. El jovencito debajo de él se aferró a su espalda. Creyó que ya estaba listo, por lo que lo penetró lentamente; el otro rasguñó su espalda al sentirlo hasta el fondo y mordió su labio inferior para acallar un gemido.
-Hisoka-gimió con voz ronca Tatsuha; sin despegar su mirada oscura de aquél perfecto rostro. Disfrutó del calor que envolvía su pene. Recogió con su lengua un par de lágrimas que se escaparon de los ojos del menor y cuando creyó que era el momento comenzó a embestirlo.
La habitación se llenó de los gemidos del guitarrista y cuando llegó al climax, gritó el nombre de su amante. Tatsuha siguió embistiéndolo hasta que eyaculó dentro de Hisoka. Mientras llenaba con su ser las entrañas del otro, apretó uno de sus glúteos y repitió varias veces el nombre del jovencito mestizo.
-¿Tatsuha?-se escuchó a lo lejos. Sintió que alguien lo sacudía sin mucha fuerza y se negó a abrir los ojos. Repitió de nuevo el nombre del mestizo.-Anda…despierta-lo sacudieron con más fuerza hasta que el moreno abrió los ojos. Lo primero que vio fue la cara de somnolencia de Hisoka, dio un respingo y se enderezó rápido.
-¡Hisoka!-exclamó, abochornado. El aludido se frotó el par de ojos, lanzó un bostezo y se alborotó aún más el cabello que parecía un penacho mexica.-Pero…¿Qué haces en mi habitación?-al darse cuenta que tenía una fuerte erección, Tatsuha se cubrió con sus manos y trató de disimular su bochorno.
-Al parecer tenías una pesadilla-dijo con voz adormilada el chico-Gritaste mi nombre varias veces…de hecho eso fue lo que me despertó.
-¿En serio?-tragó saliva.-Lo siento mucho…ya estoy bien-le sonrió nervioso-Anda, regresa a la cama… de seguro que aún tienes sueño.
Hisoka le miró con los ojos entornados, torció la boca y se encogió de hombros.
-Bueno…-dicho esto dio media vuelta y salió de la habitación.
Uesugi resopló, se quitó sus manos y miró la erección que resaltaba de entre las sábanas.
-¿Ahora qué hago con esto?-musitó.
Pensó en miles de cosas grotescas que tal vez ayudarían a que se le bajara esa incómoda erección, pero desafortunadamente no sucedió lo que deseaba; resignado el chico terminó masturbándose como lo había hecho casi todos los días pasados.
Casi todos los días soñaba que le hacía el amor a Hisoka y lo peor de todo es que la predicción de Mika se estaba haciendo realidad, el chico ya no se estaba conformando con sólo tener cerca a Ono, para nada, el deseaba más.
-En verdad que soy de lo peor-se dijo, mientras limpiaba el semen de su mano.
Llegó a su apartamento alicaída, a pesar de la insistencia del matrimonio, Hiromi decidió regresar a su casa esa mañana del domingo. Agradeció que su hermano estuviera con Tatsuha, no quería que le viera en esa condición.
Se encerró en su cuarto por el resto del día y pidió a los santos que el lunes no llegara, aunque no deseaba ver al moreno, ella era una profesional y como decían los actores de teatro: “El show debe de continuar”.
A la mañana siguiente se llevó una gran sorpresa cuando James y Takarai les habían informado que Shuichi no se presentaría a trabajar por un tiempo indefinido, ¿La razón?, se encontraba delicado de salud, o al menos eso les habían dicho. Hiromi se molestó mucho ante esto y no pudo pensar otra cosa más que su ex novio era un cobarde.
Por otra parte, Hisoka había llegado a la sala de ensayos encontrándose con Tamaki que charlaba amenamente con una joven muy bonita, les miró receloso, creyendo que el hombre le estaba coqueteando a la chica.
-Hey Chibi-le saludó-No escuché cuando entraste.
-Buenos días-saludó serio.
-¿Él es tu nueva voz?-preguntó la mujer.
-Así es…-dijo con orgullo el Dj.
La amiga de Hiroki se acercó a él y con una inclinación le saludó.
-Mucho gusto, soy Suzuki.
-Mi nombre es Hisoka-dijo escueto.
-Hey Chibi, no tienes que ser tan tímido-rio el mayor y Suzuki le imitó-ella fue la intérprete de mis primeras canciones y es la mejor amiga de Dresde.
Hisoka abrió los ojos de sorpresa, en verdad había malinterpretado las cosas.
-Lo siento…-fue lo único que atinó a decir.
-No te preocupes…-la mujer le sonrió.
-Ella es cantautora y está grabando su tercer álbum.
-Escuché tú interpretación de las canciones que en algún momento yo canté-dijo la chica-me gusta como cantas-le halagó. Hisoka no pudo controlar su sonrojo.
El manager y productor de Tamaki, junto a James aparecieron en la sala de ensayos. Suzuki se despidió y salió del lugar. Les dieron la buena noticia de que tenían una entrevista para la tan famosa revista“Rollingstone Japón”, una sesión de fotos en la misma, demás entrevistas en estaciones de radios y una presentación en el popular programa de música “Escenario Hit”.
-¿También tengo que ir yo?-preguntó emocionado Hisoka.
-Así es-le frotó la espalda Tamaki-Eres el que dará voz a mi música.
James y el manager de Hiroki les dieron las fechas de las entrevistas y demás cosas, como también el plan de hacer el video del primer sencillo del álbum del Dj.
Al finalizar ese día, Hisoka y una taciturna Hiromi salieron de la disquera. Por primera vez en mucho tiempo, los hermanos habían tenido la misma hora de salida. El menor habló en todo el camino a casa; como también lo hizo mientras cenaban. Hiromi, por su parte, se dedicaba a escucharlo en silencio y tratando de disimular su tristeza.
-¿Estás bien hermana?-le preguntó Hisoka, al ver tan callada a su mayor-No has hablado en todo éste tiempo.
-Estoy bien-mintió y desvió la mirada de su hermano.
Hisoka frunció el ceño no muy convencido.
-¿Te peleaste con senpai?-preguntó.
La soprano cerró los ojos y trató de contener las lágrimas.
-Yo…
-Vamos Hermana, no tienes por qué ponerte triste-se acercó a la chica y le frotó la espalda-Mañana hablas con él y aclaras las cosas.
Hiromi no pudo más y lloró, Hisoka la abrazó.
-Ya…ya…todo va a estar bien…-la consoló el menor.
Esa mañana del martes, Tatsuha iba saliendo de su apartamento cuando fue interceptado por un mensajero.
-¿Jove Uesugi?-´reguntó el hombre.
-Si…
-Buenos días-hizo una inclinación-vengo a entregarle esto-le estiró una llaves y un sobre blanco.
-¿Y esto?-preguntó desconcertado.
-El auto está aparcado frente al edificio.
-¿Auto?-pestañeó el moreno, sorprendido.
-Firme aquí por favor-el joven le tendió la orden de recibido. Tat sin entender nada firmó, el mensajero se despidió y se fue de ahí. El monje abrió el sobre y leyó la nota que resultó ser de su padre.
“Espero y el auto sea de tu agrado, un Uesugi jamás viaja en transporte público y mucho menos si tiene una prometida tan bella como la señorita Tooru. Se quejó conmigo de que la llevaste en taxi al cine la última vez que salieron.
P.D. No se te olvide que tienes una cita con ella el jueves. “
Ryosuke Uesugi.
Desde que el joven había sufrido un accidente en su moto hace un par de años, Mika y su padre le habían prohibido andar en moto, por lo que se resignó y comenzó a usar el transporte público, prefería eso que andar en un incómodo auto-o al menos eso pensaba él-rompió la carta y la tiró en el cesto de basura del pasillo.
Con esa carta de su padre, a Tat se le arruinó el día, de tan sólo pensar en salir con la molesta de Tooru…ni un carro último modelo podría cambiar el desagrado que sentía por la chica.
-Sólo espero que algo suceda antes de la boda y no logre casarme con ella.
Cuando Hisoka llegó a X.M.R. Tamaki y su manager le esperaban en la recepción. El Dj le dijo que Kyouru (el productor) les alcanzaría en el lugar de la entrevista. La cita era en el lujoso hotel Okura. Después de la entrevista y la sesión de fotos, regresaron a la disquera; en el camino Hisoka aprovechó para preguntarle a Tamaki sobre Shu y Hiromi; el Dj tuvo que mentir para que el problema se hiciera más grande, pues sabía que si Ono se llegaba a enterar de lo que Shu le había hecho a su hermana, tal vez el cantante no viviría para contarlo.
Por la noche, Hisoka y Hiromi salieron juntos de la disquera. Y como había sucedido ayer, Hisoka habló y habló sin darse cuenta del estado de ánimo de su hermana.
-¿Ya hablaste con senpai?-preguntó el chico, sirviéndose un poco de cereal.
-No, está enfermo-dijo escueta la chica. Su hermano no insistió.
Ante el incómodo silencio, el menor decidió encender el televisor.
En el programa de espectáculos, mostraban una entrevista pasada del escritor Yuki Eiri, quién con su trilogía de novelas había lazando el #1 en ventas esa semana.
-Ese hombre yo lo conozco…-exclamó Hiromi, recordando la vez en que el rubio había ido a felicitar a la chica después de los premios Tanizaki.
-¡Oh! Es el hermano de Tatsuha-dijo el menor.
-¿Cómo?-su hermana le miró sorprendida-¿Lo conoces?
-Si…-Hisoka se encogió de hombros, indiferente -fue a visitar a senpai al hospital…el hombre no es muy agradable-torció la boca y siguió comiendo su cereal.
-¿Qué dices? ¿Fue a visitar a Shuichi?-su hermano asintió, la chica volvió a mirar el televisor en donde Yuki estaba siendo entrevistado por una de las conductoras del programa.-Yuki Eiri…-murmuró. Al instante abrió más los ojos y se puso de pie, asustando a su hermano-¡no puede ser!-exclamó-Es él…es…Yuki…
Al día siguiente Hiromi se reportó enferma, por lo que se quedó en casa. Después de enterarse que el hermano mayor de Tatsuha era el novio de Shuichi, la chica sufrió de un colapso nervioso. Se había encerrado en su habitación para no asustar a su hermano, se puso la almohada en el rostro y gritó hasta que la garganta le ardió.
Ese día Hisoka tenía cita con la Dra. Naoko, pero al ver que su hermana no tenía intenciones de salir de su habitación, le pidió de favor a Tatsuha que lo acompañara al hospital. Como la cita era en la mañana, el monje tan sólo se presentó a las dos primeras clases.
-¡Wow!-exclamó Hisoka al ver llegar a su amigo en un BMW color rojo.
-No preguntes y sube-le instó el mayor.
Tatsuha llevó al guitarrista al hospital Tokio Kensei.
Ese día le quitarían el yeso de su mano derecha; por lo que Hisoka estaba sumamente feliz. Cuando la doctora Naoko le llamó, el chico caminó en zancadas hacia su consultorio.
-¡Por fin te has librado de éste molesto yeso!-le dijo al mujer, revisando cada uno de los dedos del chico.
-Por fin podré tocar mi guitarra-suspiró.
-Hey, todo con calma. ¿O.K.?
-Está bien-el chico hizo un puchero.
Naoko tomó asiento detrás del escritorio mientras que Hisoka regresó a su lugar, frente a la doctora.
-¿Has tenido alguna molestia?-le preguntó mientras hacía sus anotaciones en el historial clínico.
-Bueno, la verdad es que sí.
Naoko dejó de escribir y puso toda su atención en el jovencito.
-¿Cuáles son?
-Yo…bueno, últimamente he estado taquicárdico y siento náuseas.
-¿Y desde cuándo?
-Desde hace una semana.
-¿Y cada cuando sucede eso?-le preguntó seria la mujer.
-No tan seguido pero…me preocupa, nunca me había sentido así.
-Bien…-la chica lanzó un suspiro-Tu signos vitales están del rango normal, pero de todos modos te mandaré a hacer unos estudios clínicos para descartar cualquier anomalía, ¿O.K.?
-Si…
La chica le entregó la orden y antes de que Hisoka saliera del consultorio, Naoko le dijo.
-Llévatelo con calma, ¿O.K.?
Tatsuha estaba tan sumergido en su juego por el celular que no se dio cuenta cuando el chico salió de su consulta. Dio un respingo cuando el menor le llamó.
-¿Todo bien?-le preguntó saliendo del hospital.
-Si-sonrió feliz. Tat sintió de un vuelco en su corazón al ver al chico así, nunca lo había visto tan feliz.-Me dijo que los moviera poco a poco.
-Llévatelo con calma, ¿Ne?-le frotó la espalda, Hisoka asintió.
El par montó en el vehículo que estaba aparcado en la esquina de la calle.
-Tengo que regresar la siguiente semana para hacerme estudios.
-¿Y eso?-el monje encendió el vehículo y arrancó.
-No me he sentido bien últimamente…
Tatsuha miró con preocupación a su amigo a quien el corazón se le aceleró y sintió que el estómago se le estrujaba.
-De hecho comienzo a sentirme mal-balbuceó.
-¡Espera! Te llevo al hospital-vociferó Tat.
-No, no…mejor llévame a la disquera-haló todo el aire que pudo y abrió la ventana del auto.
-¿Seguro?-le miró de reojo, no muy convencido.
-Si…ya me siento mejor-sonrió forzoso el mestizo.
Uesugi torció la boca. Durante el trayecto recibió una llamada de Eiri, quién le pedía de favor que lo llevara al apartamento de los hermanos Ono, pues Hiromi no se había presentado a trabajar.
-¿En dónde estás?-preguntó serio.
-Fuera de la diquera X.M.R.-le respondió el mayor.
-Voy en camino hacia allá.
-Te espero.
Tatsuha miró por el rabillo del ojo a Hisoka, quién ya se veía mejor o al menos fingía bien. Llegando a la disquera, el chico apeó del vehículo de un brinco, le agradeció a su amigo por el favor y se despidió de él con jovialidad, al girarse para caminar hacia la entrada, chocó con el cuerpo embarnecido de Yuki.
-Lo siento-se apresuró a decir, sin siquiera saber de quien se trataba. Al ver la mirada inexpresiva de Yuki, el chico frunció el ceño; Yuki le ignoró y pasó de largo, subió al auto de Tat, cerró la puerta y arrancó.
-En verdad ese hombre me molesta-farfulló.
Camino a la casa de Ono. El rubio halagó el auto de su hermano, quién como lo había hecho con Hisoka, le pidió que no preguntara sobre los detalles.
-¿Cómo está Shuichi?-preguntó el monje, tratando de desviar la plática.
-Aún sigue sedado y hoy el doctor me dirá si es necesario seguir hidratándolo-musitó.
-Ya veo-asintió Tat.
-Muchas gracias por llamarme ese día.
-Naa…fue demasiado tarde-resopló.
-Te equivocas, tu llamada me ayudó a saber la razón de por qué Shuichi me reclamó.
-¿Y quién crees que haya sido la persona que le dijo a Hiromi?
-Mika insiste de que no fue Touma, pues está en Corea-miró de reojo a su hermano y apretó los labios-Tengo el presentimiento de alguien, pero hasta no hablar con Ono…-Tatsuha le miró interrogativo.
-¿Estás seguro de lo que piensas hacer?
-En parte yo tengo la culpa de lo que está pasando.
-Tú no tienes la culpa de nada Eiri-bufó el menor.
Aparcó frente a un edificio de seis pisos.
-Es en el cuarto piso, departamento cuarenta y dos.
-¿Podrías esperarme?-le preguntó el rubio, mientras apeaba del vehículo.
-Claro…tengo tiempo de sobra-sonrió y acomodó sus brazos como almohada.
Eiri entró en el edificio y oprimió el botón del ascensor; mientras esperaba a que éste abriera sus puertas, organizó sus pensamientos.
Cuando estuvo frente al apartamento de la chica, se acomodó la camisa nueva-pues sus ropas ya no le quedaba-y tocó el timbre. No tardó mucho en que Hiromi abriera la puerta creyendo que era el repartidor de ramen.
-Tú…-masculló la joven-¿A qué viniste? ¿Piensas restregarme en la cara tu victoria?
Eiri torció la boca.
-Necesito aclárate las cosas.
Hiromi dudó un momento, se cruzó de brazos y movió la cabeza en forma negativa.
-Vaya, Shindo ya fue a contarte todo, ¿Ne?
-No me enteré por él-ante lo dicho por su rival, Hiromi abrió los ojos-¿Puedo pasar?-la chica se hizo a un lado para que Yuki entrara, cerró la puerta tras de sí, se acomodó la pijama de Hello Kitty y peinó su alborotado cabello. Se maldijo por no haberse bañado. Le invitó a tomar asiento en la sala y cuando estuvieron frente a frente la chica habló.
-¿Y bien?
-Si es cierto que Shuichi fue a reclamarme…de hecho me abofeteó.
Ante lo dicho por el rubio, Hiromi se regocijó y el mayor lo notó.
-Qué mal…-mintió.
-Tatsuha me puso al tanto de todo. Al parecer alguien te vino con una mentira.-Hiromi le desconcertada-Yo no tengo ninguna relación con Shuichi, desde hace más dos años que él y yo ya no somos nada.
-No te creo-dijo con firmeza la soprano.
-Tienes que hacerlo-le miró con sus fríos ojos dorados. La chica sintió un escalofrío.
-¿Por qué haces esto? A caso, ¿Ya no lo amas?
-Lo amo demasiado, pero desafortunadamente ya no soy correspondido-musitó cabizbajo. El celular del rubio sonó, pero éste le ignoró.-A quién ama es a ti.
-Te equivocas…-dijo en un hilillo de voz la chica a quién se le estaba formando un nudo en su garganta-Él te sigue amando.
Yuki alzó el rostro y le miró interrogativo.
-Él mismo me lo dijo…-la chica apretó los labios e hizo un gran esfuerzo por contener las lágrimas-Me dijo que por más que se esforzó, nunca logró sentir lo mismo que yo.-suspiró dolorosamente.-No pierdas más él tiempo y ve con él.
Yuki sintió que el corazón se le iba a salir, pero aun así dudaba un poco, ¿Era cierto que Shuichi le seguía amando? Temió que lo dicho por la soprano fuera una trampa.
-Antes que nada, necesito saber quién te dijo semejante mentira.
-¿Eso importa ahora?-la chica se enjugó una traviesa lágrima-Anda, ya vete-la chica se puso de pie y se fue hacia la puerta, invitando al hombre a irse.
Yuki no dijo más y caminó hacia la salida, mientras se calzaba Hiromi le dijo.
-Dile a Shuichi de mi parte que no sea cobarde, soy una profesional que no mezcla el trabajo con lo social. Jamás dejaré Delerium, por lo que no era necesario que inventara que estaba delicado de salud.
-Te equivocas-el rubio se giró y miró serio a la morena-Me temo informarte que ha perdido la voz.
Hiromi dio un grito ahogado mientras se llevaba las manos a la boca. Salió del apartamento dejando a una atónita Ono. En el auto, despertó a su hermano que se había quedado dormido y le pidió de favor que lo llevara a la estación del Shinkansen. Después de lo que la mestiza le había dicho, Yuki tenía una esperanza. En el camino a la estación, Yuki miró su celular y notó que había recibido un mensaje de Alicia por medio del wat´s up. Abrió el mensaje y lo leyó.
-Has de creer que estoy loca por contradecirme, pero no importa…ignora todo lo que te dije de rehacer tu vida, ¡olvídalo! Tienes que regresar con Shuichi…ayer estaba escuchando el disco de Delerium…Shuichi te sigue amando, si no, ¿Por qué escribiría una canción como la de “Frozen”? Escúchala…tú eres el único que tiene la “llave” Besos mil…
-Pero qué carajos…-musitó Yuki.
-¿Sucede algo?-le preguntó Tat mirando de frente.
-¿Hay alguna tienda de disco cerca?
-Creo que si…-Tat se rascó la cabeza.
El monje se desvió un poco para que Yuki comprara “algo. Después de que el rubio tuviera en sus manos el álbum de Delerium, retomaron en camino.
Estando en la estación, Yuki le dio las llaves del apartamento de Shuichi y le pidió de favor de que se encargara de Nyankotaro.
-¡Suerte hermano!-así fue como se despidió Tatsuha.
El jueves, terminando las clases en la universidad, Tatsuha pasó por Tooru a la mansión que la familia Asahi tenía en Roppongi. Trató de ignorar la crítica que su prometida le hacía a su vestimenta. La llevó a comer al hotel Okura, al “La Belle Epoque” que era uno de los tantos restaurantes del hotel y el único en donde servían comida francesa, la favorita de Tooru.
Durante la comida sólo se limitó a escuchar a la chica, o al menos eso intentó pero no lo logró. Mientras miraba los labios de Tooru moverse, Tatsuha pensaba en los sueños eróticos que tenía con Hisoka, de la preciosa sonrisa del chico al ya no tener el molesto yeso, de las veces que el chico se batía por tratar de comer con palillos, entre otras cosas. Sin darse cuenta esbozó una amplia sonrisa.
-Vaya, a ti también te da gusto-dijo la chica.
-¿Eh?-preguntó el moreno.
-Que a ti te también te da gusto de que la boda se realice antes de tiempo.-al escuchar esto, Uesugi sintió que el estómago se le estrujaba y que un balde de agua fría caía sobre de él.
-La boda…-dijo con voz a cuello.
Tooru sonrió y se limpió con parsimonia los labios. A partir de ahí el chico puso atención al menos detalle. Para hacer digestión recorrieron el museo de arte que había en el hotel. La chica Asahi terminó fastidiada de ver tantas cosas si sentido-refiriéndose a las obras de arte-que le pidió a su prometido que la llevara a su mansión. Tatsuha no objetó.
Sakuma recibió gustoso el helado triple que la empleada le extendía, se relamió los labios y le dedicó una amplia sonrisa a la jovencita.
-Muchas gracias na no da…-salió dando saltos de la heladería. Miró la puesta del sol y amplió su sonrisa. Aún podía recordar la cara que había puesto la novia de Shuichi.-Me pregunto si seguirán siendo novios-musitó pensativo-Yo creo que no-y soltó una carcajada ignorando a la gente que le miraba.
Tan sumergido estaba en sus recuerdos del sábado que no se dio cuenta de que el semáforo de los peatones estaba en rojo, caminó por la calle y hasta que alguien le gritó que tuviera cuidado fue que se dio cuenta. Un auto rojo iba a acercándose al hombre a una gran velocidad, por lo que el chico soltó su helado cerró los ojos y se cubrió la cabeza, esperando el golpe. Todo sucedió tan rápido. Se escuchó el chillido de los neumáticos del auto, el ruido de un auto estrellarse con otro, varios claxons y el grito desesperado de la gente de alrededor. Abrió los ojos lentamente al darse cuenta que aún estaba vivo e ileso, se quitó los brazos y miró el auto rojo que estaba a lo ancho de la calle, el auto que venía atrás se había estrellado con éste. Sus piernas no lo soportaron más y el chico calló de rodillas, Ryuichi dio un grito ahogado al darse cuenta que Tatsuha era el conductor del auto rojo y ahora estaba inconsciente sobre el volante del vehículo.