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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

Hola!!!!

Buen día.

Como a muchas lectoras les había informado, hoy subo un nuevo cap de mi fic.

La razón??

Pq estoy de manteles largos!!! Hoy es el cumple de mi lindo Hiyoko!!!!

Tengo muchas cosas q decirles, pero seré lo más breve posible.

La primera y la más importante es que hace unos días pensé en dejar por completo los fics-aclaro-no pesaba dejarle inconclusa mercy rain, pero si mis demás fics, de hecho los iba a eliminar.

Después de ciertos detalles y comentarios de algunas amigas, lectoras, colegas, etc. Decidí cambiar de decisión, sumando que en el último cap q subí tuve 10 reviews!!! Dos de ellos eran de la linda bellkatekyo :3.

Miles d agradecimientos a: Mizaki212, Yuzuki Eiri, Alina García, Misao Himura Kamui, Zeldelciel Shuichi, HanNah Michaelis Annafellows.

Otro detalle q me motivo es el de una escritora de otro fandom que se emocionó cuando leyó un review mía -.- jajaja.

Por ésta razón le dedico con sumo cariño éste cap a ella: Pandora-Soryu. Espero escribir bien su Nick.

Bueno sin más a los comentarios del capi.

Odio las bodas, más bien me dan igual y por esa razón pufff como sufrí para escribirlo, gracias a la ayuda de mi linda y paciente amiga Mizaki212 y de la divertida de Alina García, pude escribir algunas cosas del cap.

En éste cap concluyo con la historia de Ryu y Maiko.

La razón del título es porque…Alicia es una loquilla jajajaja…

Nos vemos

Muchos besos.

 

la canción que Karma los pone a bailar es ésta. 

http://www.youtube.com/watch?v=G-6GeCD06DQ

Mika se bebió su tercera copa de vino. Lanzó un resoplido y se pasó unos mechones castaños detrás de una de sus orejas.

No podía creer que su hermano hubiera preferido alejarse de ella a renunciar a su compromiso con Tooru. Jugó con la copa, pensativa. Apretó los labios cuando llegó a la conclusión de que había una fuerte razón para que Tatsuha aceptara casarse en contra su voluntad y su intuición le decía que tenía algo que ver con Hisoka Ono.

-Haré lo que sea para descubrirlo…-masculló al aire.

 

 

Capítulo 58.

Una boda ¿y una confesión?

 

 

En cuanto Eiri fue al sanitario, Shuichi aprovechó para encarar a la molesta de Karma.

-No soy una persona inmadura, ¿Entiendes?-farfulló apretando su vaso con refresco.

-Si fueras maduro no me hubieras salpicado la cara con sake-dijo Karma-Ese tipo de berrinches lo hacen solo los niños.

Shuichi apretó el vaso e hizo un gran esfuerzo por no vaciarle el refresco en la cara a la mexicana.

-La verdad es que con tu actitud infantil lo único que lograras es que Eiri se aleje de ti…a nadie le gusta una persona insegura y celosa.

-¡Qué no estoy celoso de ti!-vociferó Shu.

-Lo estas y eso es porque has notado que no soy tan indiferente para Eiri-la chica se peinó su cabello rizado.

-Eiri me ama solo a mí…

-¿Estas completamente seguro?

-Por supuesto.

-Si fuera eso, no estarías hirviendo en celos cada vez que nos miras juntos. Sabes muy bien que yo le puedo dar lo que tú no…al fin y al cabo yo soy mujer-se recarcó en el respaldo de la silla y cruzó sus piernas.

Shuichi abrió los ojos como un par de platos, en verdad aquella mujer estaba haciendo que perdiera los pocos estribos que le quedaban.

-Seré clara contigo-dijo seria- Mi intención con Eiri no es ser sólo su amiga…nunca lo ha sido.

-¡¿Cómo?!

-Y haré lo que esté en mis manos para impedir esa boda-le instó.

-No te lo permitiré-vociferó.

-Inténtalo-le retó.

El moreno sintió aquél calor, sus manos temblaron y sus dientes rechinaron. Ésa mujer había pasado la línea dos veces. Cuando menos lo pensó,  le había quitado la tapa a su vaso y vertía su contenido en el rostro de la extranjera.

Karma dio un grito ahogado cuando sintió el refresco frío escurrir sobre su rostro.

-¿Shuichi?-la voz de Eiri le hizo reaccionar.

Parado a un metro de la mesa se encontraba su prometido quien le miraba con ojos desconcertados.

-Ella tuvo la culpa-fue lo único que atinó a decir Shindo.

Y por fin el gran día llegó. Un nervioso  Shuichi estaba a la expectativa de que la amiga de Eiri llegara al salón del hotel. En cuanto ésta hizo acto de presencia-vestida con un atuendo muy provocativo- al moreno le hirvió la sangre. Se dispuso a no despegar los ojos de aquella mujer.

Receloso la miraba de un lado  a otro coqueteando  con Hiro, Suguru, Tatsuha e incluso con Hisoka. Se relajó después del brindis, cuando ésta les deseó lo mejor a la pareja.

-De seguro que sólo lo hizo para fastidiarme-pensó Shuichi, degustando del platillo principal de la cena.

Eiri, que estaba sentado junto a él, le avisó que iría al baño.  

Más tranquilo, Shuichi comenzó a charlar con la nana Akane.  Después de terminar su cena y que los meseros recogieran los trastos. Shindo se inquietó, pues Eiri no regresaba.  Miró en su derredor y notó que tampoco Alicia estaba, su mayor temor saltó en su mente. Sintió que su corazón se aceleraba y disculpándose con los invitados, salió del salón en busca de su marido.

Se topó con una agitada Mika quién al verle dio un respingo.

-Shindo…pero…

-¿Dónde está Eiri?

-Shindo…antes que nada será mejor que tomes asiento-Mika se pasó un mechón detrás de una de sus orejas en un gesto nervioso.

-¿Qué sucede?

-La noticia que te voy a  dar tal vez sea demasiado impactante-le tomó de los hombros con delicadeza.

-Habla de una vez Mika-vociferó Shu, inquieto.

-Eiri…Eiri se fugó con Alicia…se fueron montados en un caballo.

-Como…eso…no…¡Esa maldita!- abrió los ojos de sopetón. El grito que había dado provocó que Nyankotaro se despertara, el gato maulló molesto y con las orejas hacia atrás se bajó de la cama.

Shuichi pestañeó varias veces y después de aterrizar por completo en la realidad se percató de que estaba  en la recámara que compartía con Eiri. A lo lejos se podía escuchar el ruido del agua caer, indicándole que su novio estaba duchándose.

-Solo fue un sueño…-susurró-Una pesadilla-soltó una risita nerviosa-Eso jamás va a suceder…si, eso no va a pasar…porque Eiri me ama…me ama a mi  sino no se hubiera casado conmigo, ¿Verdad?-se quedó recostado por unos minutos y cerró los ojos-Sabía que no había sido buena idea ver “Novia Fugitiva” y mucho menos “La boda de mi mejor amigo”-se reprendió el chiquillo.

A un día de la gran boda, la pareja de oro se encontraba al borde de los nervios. Mientras que Shuichi trataba de sacarse de la cabeza lo del sueño de la mañana; Yuki, por su parte, hacía un gran esfuerzo por tratar de plasmar-en una página de Word-todos los sentimientos que Shuichi provocaba en él, pero no solo esas cosas eran lo que los inquietaba. Al par los tenía sumamente nerviosos y estresados el que ocurriera algo que arruinara su perfecta boda.

Y mientras la pareja trataba de mantener una sonrisa fingida para no inquietar al otro, en otra parte de la ciudad, Hisoka Ono se dedicaba de lleno a ensayar las canciones que interpretaría en los conciertos para fin de año.

Para fortuna del jovencito, ese viernes-como los días pasados-se le habían ido en un abrir y cerrar de ojos, impidiéndole pensar más que en el trabajo y en comida.

Después de terminar la jornada de trabajo de ese día, Tamaki invitó a Hisoka a su apartamento.

-Dresde ha hecho curry-le dijo el mayor, frotando la espalda del chibi capullo.

-Gracias por la invitación pero lo único que deseo ahora es llegar a casa-musitó Ono.

-Bien-suspiró Tamaki resignado.

El dj miró con preocupación a su compañero y dudó en hacer la pregunta que le rondaba desde la semana pasada, después del rechazo que el chiquillo había sufrido.

-Hisoka- dudó por un momento-¿En serio estas bien? Me tienes muy preocupado y yo…-soltó sin más.

-No hay por qué señor Tamaki-Ono esbozó una pálida sonrisa-Yo ya estoy  acostumbrado a eso…a ser rechazado así que…-bajó la cabeza-no hay porqué preocuparse.

-Hisoka…-susurró Tamaki, conmovido por lo que el menor le decía.

-En serio…estaré bien-y le miró aun con aquella débil sonrisa.

Tamaki suspiró y dijo:

-Cualquier cosa que necesites sólo dime, ¿Si?-le dio unas palmaditas en la espalda.

-Gracias-asintió Ono.

Después de que el mayor acompañara al mestizo a una tienda de conveniencia a comprar lo que sería su cena, le fue  a dejar a la parada de autobús como venía haciéndolo desde días atrás.

-Señor Tamaki, no soy un niño-se quejó Hisoka esperando el autobús.

-Eres mi chibi capullo y debo de cuidarte, no quiero que Hiromi y Dresde se pongan tristes si te pasa algo.

-Está bien-suspiró con resignación.

Cuando llegó a su casa arqueó una ceja al ver a su senpai en compañía de Karma y Hiromi. Ya no era novedad que la joven Alicia estuviera en su casa, al contrario, ya comenzaba a formar parte de la familia; en cambio, si era una gran sorpresa el ver a Shuichi ahí.

-Bienvenido a casa-corearon los tres a lo que Ono solo asintió.

-¿Cómo has estado?-preguntó Shuichi.

-Bien…mucho trabajo pero…bien.

Shuichi torció la boca no muy convencido.

-Me refería a…

-Shu quiere que le enseñes a bailar-se apresuró a decir Hiromi.

-Oye…-vociferó Shuichi.

-¿Eh?-pestañeó Ono.

-Más bien, quiere que le enseñes a como ser llevado en un vals-terció Alicia, hurgando en la bolsa de víveres de Hisoka.

-¿Yo?-y de inmediato se puso rojo.

Shuichi se encogió, cohibido.

-No quiere pisar a Eiri en el vals-continuó Hiromi-intenté enseñarle pero dado que yo solo sé ser guiada…-y lanzó un suspiro en muestra de su fracaso como maestra de baile.

-Y yo sí sé, pero no quiere que lo toque-dijo con indiferencia Karma.

-¡Ni loco!-exclamó el moreno, erizado.

-Tú eres el indicado-dijeron al unísono Karma y Hiromi.

-Pero…

-Eres casi de la estatura de Eiri, sabes llevar a tu pareja…-ante esto, Alicia asintió-eres la pareja perfecta para Shu.

-Está bien-resopló.

Alicia y Hiromi aplaudieron. Shuichi se puso de pie y caminó hacia un tenso Hisoka.

-Acomódense mientras busco un poco de música-les ordenó Hiromi, poniéndose de pie y yendo hacia su habitación por su ipod.

-Hisoka, tómalo de la cintura con tu mano izquierda-le ordenó Karma, el menor la obedeció y rodeó con mano trémula la estrecha cintura de su senpai-Shu, pon tu mano izquierda en el hombro de Hisoka.

-Soy Shuichi-masculló el cantante.

-Como sea…

Shuichi gruñó pero obedeció a la mexicana.

-Senpai, deme su mano-musitó Hisoka. Shindo asintió y le tendió su mano, la cual la rodeo con la suya que era mucho más grande.

Hiromi apareció con su ipod y las bocinas de éste, lo acomodó en la mesa de la sala y buscó un vals en su lista de reproducción.

-Por suerte, en la semana Licha y yo estábamos bailando.

-Pon  “El Danubio azul”-dijo jovial la mexicana.

-Vale, vale-la chica buscó la melodía sugerida-listo-apretó el botón de play y  el vals comenzó a escucharse.

-¿Listo senpai?

-Si-dijo con firmeza el más pequeño.

Hisoka comenzó a guiar a su senpai, marcando cada paso en un conteo del uno al tres. En varias ocasiones, Shindo pisó a Hisoka.

Ya casi era media noche cuando Shuichi regresó a casa, satisfecho con sus clases de baile. A pesar de la insistencia de Hiromi por que se quedara a cenar, el jovencito rechazó la oferta pues Eiri le  esperaba y necesitaba descansar lo más que pudiera para estar fresco al día siguiente.

Después de cenar, Hisoka se fue a encerrar a su recámara a degustar el litro de helado que había comprado camino a casa. Mientras el chiquillo escuchaba un poco de música, el par de amigas preparaban un spa casero.

Cuando Hisoka fue a la sala por su celular, se llevó tremendo susto al ver a su hermana y a Karma con el rostro verde.

-¡Pero que se han hecho!-vociferó.

-Es una mascarilla de pepino-dijo Hiromi.

-Es para tener el cutis fresco-terció Licha.

-¿Y por qué no mejor fueron a un spa?

-Porque no tenían citas disponibles hasta para principios de año-hizo un puchero Hiromi.

-Y hay que economizar.

La soprano asintió.

Hisoka puso los ojos en blanco y tomó su celular dispuesto a regresar a su recámara.

-Por cierto manis, ¿Tu no piensas hacerte nada para la boda?

-No pienso ir.

-¿Cómo?-corearon las dos chicas.

-No pienso ir-repitió.

-Pero…

-No es necesario que te de cuna explicación-miró a su hermana.

-Bueno…no…

-Bien-dicho esto, el jovencito regresó sobre sus pasos hacia su habitación.

-Veo que aún está deprimido-suspiró Karma-hoy compró dos litros de helado y crema batida.

Ante lo dicho por su amiga, Hiromi también suspiró.

 

 

Eiri trató de hacer el nudo de la corbata por enésima vez. La mezcla de que no era nada hábil haciendo nudos y  que sus manos trémulas a causa del nerviosismo le impedían que hiciera bien aquel molesto nudo.

-No puedo más…-masculló con desesperación-¡Shuichi!-gritó ceñudo.

A los pocos segundos apareció Shuichi con la respiración agitada. Miró de pies a cabeza  a su futuro esposo y lanzó un suspiro de alivio.

-Creí que te había pasado algo.

-No…sólo necesito ayuda con la corbata-y sin poderlo evitar se sonrojó. No deseaba decirle a su novio que estaba tan nervioso que hasta le temblaban las manos.

Shuichi negó con la cabeza.

-Nunca cambiarás, ¿Ne?-tomó la corbata gris claro y en un abrir y cerrar de ojos hizo el nudo-listo-acarició el pecho del mayor y sonrió-Te ves muy guapo.

-Tú también-rodeó la cintura del moreno y lo haló hacia él y sin perder más el tiempo besó aquellos adictivos labios.

-En unas cuantas horas más y…-susurró Shu.

-Seremos esposos…-continuó Eiri.

-Si…-y sin poderlo evitar se le aguaron los ojos al jovencito-Lo siento-bajó la mirada-Pero es que yo…

-Shhh…-tomó de la barbilla a Shindo y le obligó a mirarlo-No te disculpes-y volvió  a  besarlo.

El sonido del timbre les hizo separarse.

-Creo que es Mizuki-Eiri sólo asintió y se alejó de su prometido para ir a abrirle a su amiga y editora la cual se había ofrecido en pasar por la pareja para llevarlos al salón.

 

 

Hisoka estaba poniéndole crema batida y chispas de chocolate al helado de vainilla que había comprado en la tienda cuando el timbre sonó.  

-Manis, ¿Podrías abrir? De seguro es Licha-gritó desde su recámara la joven soprano.

-Seeeh…-el chico se puso de pie y arrastrando los pies salió de la sala para ir hacia la puerta principal del apartamento. Cuando abrió y vio a Alicia no pudo evitar sonrojarse.

-Hola Hisoka-saludó jovial la mexicana.

-Ho…hola-balbuceó. Sacudió la cabeza cuando se dio cuenta que tenía la boca abierta. Le cedió el paso a la mayor la cual se quitó las grandes zapatillas de color fucsia.  

-¿Ya está lista Hiromi?

-Aún no…

-Me imaginé.

Los dos entraron a la sala y tomaron asiento y uno enfrente de otro. Hisoka le ofreció un poco de té a lo que la chica le rechazó con una sonrisa.

-Pero te acepto un poco de helado-sonrió.

Hisoka le tendió el frasco con el helado y la cuchara. La chica lo engulló gustosa y se relamió los labios. Ono la miro boquiabierto.

-Te ves muy bonita-y cuando menos se dio cuenta, había pensado en alto-Yo…-dio un respingo y balbuceó sonrojado.

-Tú también te ves guapo-y le guiñó el ojo.

Al no saber cómo reaccionar ante el halago de Karma, Hisoka dijo algunos monosílabos y se puso de pie y corrió hacia la recámara de su hermana.

-Hiromi, te esperan-vociferó aporreando la puerta.

-No me presiones-masculló de otro lado de la puerta la mayor.

Hisoka se quedó parada ahí, incapaz de regresar a la sala.

-Hey, Hisoka-la voz aguda de Alicia le hizo dar un respingo y resignado regresó a la sala.

-¿Qué sucede?-musitó sin mirar a la invitada.

-Dado que no tienes planes de ir a la boda-la chica sacó de su cartera un libro y se lo tendió-Te compré éste libro, tal vez te guste.

Hisoka, aún sin atreverse a mirarla a la cara tomó el pequeño libro.

-Es de Stephen King. Sé por Hiromi que te gusta mucho éste tipo de tramas.

-Gracias-Ono tomó asiento junto a la chica y leyó el título del libro-“El cazador de sueños” se ve interesante-y por fin se animó a encarar a la mayor.

-Espero y te distraiga un poco-le sonrió.

-Gracias-correspondió al gesto.

Karma comió un poco más de helado y le pidió a Hisoka que le pusiera más chipas de chocolate. Todo iba bien  hasta que el celular de Karma interrumpió su plática. A Hisoka se le hizo un nudo en la garganta al reconocer de inmediato aquél timbre.

-Cómo me encanta ésta canción-dijo Alicia antes de tomar la llamada.

-El pollito pío…-susurró con dolor el moreno.

 

 

Entró a su apartamento cargando una gran bolsa de víveres que había comprado en la tienda de conveniencia. Se quitó los vans, botó las llaves en la pequeña mesita del recibidor y caminó con paso ligero hacia la cocina. Dejó la bolsa encima de la barra y sacó de su morral que colgaba de su hombro al pequeño conejo rosa de felpa.

-A cenar Kumagoro na do da-dijo Ryuichi acomodando a su peluche en una de las sillas de la barra.

Tomo asiento junto a su amigo y sacó las cosas que había comprado. Le tendió un paquete de manjú a su compañero. El castaño eligió una charola de variedades entre las que había onigiris, kushiage y sushi.

-Bueno provecho-dijo el hombre, juntando sus manos a la altura de su rostro-Espero y te guste la cena Kumagoro-sin esperar respuesta, la cual jamás llegaría por obvias razones, Sakuma se dispuso a engullir su cena.

Había terminado su porción de kushiages cuando Ryu soltó un doloroso suspiro.

-Ne Kuma lindo, ¿sabes algo?-musitó cabizbajo, mientras jugaba con sus palillos-Hoy Shu se va a casar…-soltó una risilla irónica-A pesar de todo…se va  a casar con él y yo…-puso demasiada fuerza en los palillos que terminó quebrándolos-ni siquiera fue posible quedarme junto a él como amigo…-algunas lágrimas rondaron por sus ojos-¿Y sabes que es lo peor?-y volvió a reír de igual manera-Yo tenía a alguien que me amaba  y yo sólo jugué con sus sentimientos y él ahora de seguro que está en la boda de Shu con ese gato lleno de vitalidad y juventud…-masculló tratando de ignorar los sentimientos de celos que le invadían al pensar en   Tatsuha junto al mocoso de Ono-Y ahora me he quedado sin ninguno de los dos…-bajó la cabeza-Estoy solo y eso…no me gusta.

 

Hiromi y Alicia estaban por entrar al hotel en donde se realizaba la boda cuando se toparon con Tatsuha. El joven al ver a las dos chicas solas se sorprendió y sin poderlo evitarlo soltó sin más.

-¿Y Hisoka?-arrepintiéndose de inmediato-Yo…

-¿Y todavía preguntas?-farfulló sumamente molesta Hiromi-increíble-bufó para seguir de largo, dejando solos a Karma y Tatsuha.

-No quiso venir a la boda-musitó la mexicana-No sé las razones.

-¿Cómo está?

-Pues…lo dejamos comiéndose el segundo litro de helado de vainilla. A éste le puso crema batida, mermelada de fresa y cereal.

-Ya veo…-Tatsuha asintió y se sintió un poco aliviado-eso significa que está bien-y esbozó una pequeña sonrisa.

-Tal vez para el idioma masculino eso signifique-la jovencita se rascó la cabeza-Pero en nuestro idioma, eso significa que está sumergido en una fuerte depresión-ante estas palabras, el monje no pudo evitar sentir un dolor en su corazón.

-¿En serio?

-Si…-la chica caminó hacia la entrada del hotel seguida por el moreno. Se detuvo en la entrada del salón de fiestas-Y al parecer, por lo que he visto, la depresión va de mal en peor-torció la boca y se adentró al lugar.

Tatsuha no pudo evitar sentirse más mal de lo que ya estaba.

 

 

 

Shuichi y Yuki estaban en medio de la pista esperando a que llegaran todos los invitados y poderlos recibir bien. Shuichi estaba acomodándole-de nuevo-la corbata a su esposo  cuando el rubio musitó.

-Ya llegó Ono.

-¿Eh?-Shu se giró y abrió los ojos al ver a su amiga, la cual se veía preciosa.

La joven Ono llevaba puesto un vestido strapless  color fucsia con un bolero de encaje del mismo color del vestido. Para cubrirse del frío otoñal, la joven había elegido un saco de raso  color perla.  Su larga y oscura melena era recogida en un trenzado en corona. Tanto su maquillaje como sus accesorios eran discretos.

-Wow-fue lo único que atinó a decir Shu cuando la mestiza se acercó a la pareja.

-Muchas felicidades-hizo una leve inclinación la jovencita.

-Gracias-coreó la pareja.

La aludida miró de pies a cabeza a su amor imposible y se sonrojó.  Shuichi modelaba un precioso smoking negro con rayas de corte acinturado, el chaleco del mismo material se ajustaba  a su esbelta figura. La corbata era plateada y la camisa color blanco.  Una rosa blanca resaltaba en una parte de la solapa del saco.

-Te ves muy guapo- ante el halago el moreno sonrió.

-¿Y Hisoka?-preguntó su amigo.

-Lo siento mucho pero él…

-Ya veo…-suspiró Shu-me lo imaginé.

Yuki carraspeó a  lo que el par le miró.

-Tú no te ves mal-dijo Ono seria mirando de pies a cabeza a su rival de amor. Tenía que admitirlo, el rubio se veía muy bien con aquél frac negro. Para que el conjunto no se viera tan monocromático el rubio eligió un chaleco color gris con textura satinada, que hacía juego con su corbata-Al menos ya no estas gordo.

-Tú te ves muy bonita-sonrió el rubio ante el comentario de la joven. Frustrada al ver que no había provocado el efecto que quería en el rubio, bufó.

Shu le indicó su lugar, junto al matrimonio Hiroki, el matrimonio Carter y James.

A los pocos segundos aparecieron Karma y detrás de ella Tatsuha.

-Vaya…si vino-comentó con sorpresa el rubio al ver a su hermano. Por su parte, Shuichi se había quedado boquiabierto al ver a la mexicana. La mujer llevaba puesto el mismo vestido que en su perturbador sueño.

-No puede ser-susurró.

Karma caminó como si estuviera deslizándose en hielo. Al ver a la pareja sonrió y los saludó de lejos. La chica lucía un vestido color turquesa en crepé con corte a la cintura. El cuello de éste era de ojal.  En su mano llevaba una torera color fuscia. Su cabello era recogido en una coleta de lado que capia como cascada sobre una de sus hombros, luciendo su-ahora no tan rebelde-cabello rizado. La peculiar cadena que siempre colgaba en su rostro unido de su nariz a la oreja brilló por su ausencia.

-¿En el hotel hay caballos?-se apresuró a  preguntar Shu a su esposo.

-¿Eh?

-¡Aquí hay caballos!

-No…que yo sepa-y sin comprender el porqué de la pregunta, Eiri se rascó la cabeza.

Shindo apretó la mandíbula cuando Karma estuvo junto a ellos, seguida por el monje.

-Muchas felicidades Shu-le dijo la joven, tomando una de las manos del moreno-No tienes idea el gusto que me da que te cases con gruñón.

-Gra…gracias-sólo atino a responder eso el chico. La chica amplió su sonrisa y le dio un beso en la mejilla.

-Muchas felicidades Eiri-musitó mirando a su amigo quién le correspondió al gesto.

La chica hizo una leve inclinación y fue guiada por una edecán a su lugar asignado. En la mesa del matrimonio Nakano, Fujisaki, Rei, Sakano y Maiko.

Tatsuha se acercó con timidez, esperando ser rechazado por la pareja.

-Hola-susurró.

-Gracias por venir hermano-se sinceró Yuki. Ante las palabras del mayor, el rostro del monje se iluminó. Miró de soslayo a Shu y éste hacia una leven inclinación y murmuraba un “Gracias”

-Muchas felicidades a los dos.

La edecán guio al moreno a una mesa la cual estaba sola. A lo lejos escuchó la voz de su sobrino llamándolo y cuando se giró vio que Kaname corría hacia él, a unos metros de estar cerca de su tío, Mika lo interceptó y le susurró algo y se llevó a rastras a su hijo hacia la mesa que compartían junto a Midori,  K, el matrimonio Ukai y la hija de éstos. Tatsuha observó aquella escena con un nudo en su garganta y sin más que hacer tomó asiento en la mesa sola y apartada de las demás.  

Y cuando estuvieron todos los invitados, el maestro de ceremonia dio las indicaciones a la orquesta. Las luces se apagaron  y el salón fue iluminado a media luz haciendo que el ambiente se tornara  romántico.

Karma al ver al hermano menor de Yuki solo, se disculpó con sus compañeros de mesa y se fue a acompañar a un cabizbajo Tatsuha. Todos esos movimientos fueron seguidos por la hermana menor de Shu quién se había sorprendido de ver a Tatsuha solo, sin Hisoka.  

-Me gusta tu look estilo 007-le guiñó el ojo la mexicana.

-Gracias-sonrió Tatsuha. Y es que el joven monje había elegido un smoking blanco que resaltaba con su pantalón negro. La corbata era de color negra y de moño haciendo que la camina, del mismo color que el saco, resplandeciera.

 

El maestro de ceremonia presentó a la pareja, la cual caminó al centro de la pista.

Yuki tomó de la cintura a su esposo y con la otra mano rodeó la mano pequeña de Shu.

La  melodía comenzó. La pareja había elegido “Strangers in the night”.

Shuichi recargó su cabeza en el fornido pecho de su esposo y se dejó llevar por él. Bailaron al suave ritmo de la melodía y cuando esta terminó, los dos se miraron con ojos brillosos y cerraron con un beso aquél precioso vals.

Todos los invitados rompieron en aplausos.

-Qué bonito-le susurró Dresde a Hiromi, quién con una sonrisa forzada asentía pues el nudo en su garganta le impedía hablar.

La pareja regresó a la mesa de honor tomados de la mano. El maestro de ceremonias anunció el momento del intercambio de votos y la entrega de los anillos.

El primero en decir sus votos y entregar el anillo fue Shu.  Su mamá-que estaba en la mesa de honor junto con el señor Shindo y nana Akane- se puso de pie y le tendió la caja con el anillo. Con ojos brillosos le dedicó una amplia sonrisa a su esposo y tomó el micrófono que el maestro de ceremonias le tendía.

Alicia miró inquieta a la pareja, se pasó una mano por el cuello y apretó la mandíbula. Sabía que lo que estaba pensando no era correcto. Estaba sufriendo una terrible batalla interna.

 -No lo hagas…no lo hagas…-se repetía mentalmente-No lo hagas…no lo arruines.

-Yo…-susurró Shu.

Karma no se pudo contener más y se puso de pie de un salto y gritó a todo pulmón:

-¡No se pueden casar!-y en cuanto se dio cuenta de lo que había hecho se cubrió la boca.

Todos comenzaron a cuchichear. Hiromi la miró con ojos grandes, incrédula; mientras que Shu sintió que el estómago se le estrujaba. La peor de sus pesadillas se estaba haciendo realidad, miró con inquietud a su esposo quién se había quedado boquiabierto y sin poderlo evitar le tomó la mano, Yuki dio un respingo pero aceptó la mano pequeña de su esposo, gesto que tranquilizó un poco al moreno.

-¡Lo siento!-gritó Karma e hizo una pronunciada inclinación-Yo…yo pensé en alto…lo…lo que dije no es enserio…yo…simplemente es que he deseado por muchos años hacer algo así en una boda y…-se rascó la cabeza-pues se presentó la oportunidad y…será mejor que la me calle-dico esto tomó asiento y se cubrió la cabeza con su torera.

Por primera vez en su corta vida, Alicia deseó que la tierra se la tragara. Tatsuha, que estaba a su lado hizo un gran esfuerzo por no soltar la carcajada.

-¡Genial!-vociferó Tamaki molesto-Esa mujer me ha ganado-se quejó ceñudo. Ante el comentario de su esposo, la inglesa negó con la cabeza.

Un gran silencio reinó en el salón y esto provocó una gran tensión en el ambiente, misma que fue rota por la carcajada de K, quien no había podido aguantarse.

-Comienzo a divertirme-dijo.

Ante la risa contagiosa del norteamericano, todo los ahí presentes rieron, algunos por nerviosismo y otros por diversión.

El maestro de ceremonia, en un esfuerzo de hacer que el ambiente romántico regresara, le pidió a la orquesta que tocara una melodía.

-Cuando esté listo-le susurró a Shu.

En cuanto la melodía terminó, Shindo-un poco más relajado- pidió la atención de todos.

-Siempre soñé con éste momento…-musitó-Y jamás creí que se hiciera realidad-ante éstas palabras Eiri bajó la cabeza-A pesar de todo lo que hemos pasado, no deseo cambiar nada. Ya no me importa el pasado…lo que me importa es el aquí y el ahora y deseo vivirlo junto a ti…-tomó la mano de Yuki y le puso el anillo-Te amo…-y la voz se le quebró.

Todos aplaudieron y uno que otro invitado enjugó algunas lágrimas de su rostro. Eiri lo abrazó y esperó a que se tranquilizara para el decir sus votos. Tomó el micrófono con manos trémulas y sacó una pequeña hoja del interior de su smoking.

-Shindo Shuichi-leyó-Yo…-la voz también se le quebró e hizo un gran esfuerzo por no llorar-Al diablo-rompió la hoja y miró con ojos vidriosos a su esposo-Te amo y  te amaré hasta que me muera y deseo de todo corazón de que permanezcas a mi lado hasta ese día.  -y sin poderlo evitar soltó en llanto-Lo…lo siento-musitó sorbiéndose la nariz.

-Eiri-susurró Shu conmovido y abrazó a su esposo.

Cuando estuvo más tranquilo, le puso el anillo al menor y sellaron su amor con un tierno beso.

El maestro de ceremonia dio órdenes a la orquesta para que iniciaran con un poco de música para amenizar la boda, mientras los comensales cenaban.

-Creo que ya deberías de quitarte esto-le susurró Tatsuha a Karma, quién estaba hecha ovillo en la silla.

-Quiero darme un tiro-chilló.

-No exageres-y en un movimiento rápido le quitó la torera-Anda ya…-le animó.

-Iré a ofrecerles otra disculpa.

-Creo que es lo mejor.

Karma se puso de pie y con paso sigiloso se acercó a la mesa de honor. Maiko, al ver solo a Tatsuha aprovechó para charlar un poco con él y quitarse aquella duda que le había surgido desde la despedida de soltero de su hermano.

-Hola-le saludó.

-Hola señorita Maiko-Tatsuha se puso de pie y haló una silla para que la chica tomara asiento.

-Gracias.

-¿Cómo ha estado?

-Muy bien ¿y tú?

Ante la pregunta, Tatsuha esbozó una sonrisa política.

-Bien…-mintió.

-Por cierto, ¿Por qué no vino Hisoka?-ante la inesperada pregunta Tatsuha se sorprendió. Sin poderlo evitar su corazón se estrujó de solo recordar a Hisoka.

-Yo…no lo sé-musitó cabizbajo.

-¿Eh? Pero…¿ustedes no son novios?-fingió inocencia la joven. Deseaba tanto el saber si era cierto la conjetura que se había hecho.

-Yo…me temo que…

-Listo-dijo Karma tomando asiento del otro lado de Tatsuha-Al parecer lo han tomado con sabiduría-dijo satisfecha.

Maiko le lanzó una mirada de molestia a la chica quién de inmediato reaccionó.

-Lo siento, ¿Interrumpí algo?-dijo arrepentida-Otra metida de pata-pensó.

-Para nada-se apresuró a  decir Tatsuha-¿Verdad?

Ante las palabras de su amor platónico Maiko comprendió que aquél tema era delicado para él.

-Así es-masculló con una sonrisa fingida.

-Ah bueno-suspiró Alicia.

-Supongo que no conoces a la señorita Maiko-dijo Tatsuha.

-Nop…

-Es la hermana de Shu.

-Oh…-miró de hito en hito a la jovencita quién la observaba ceñuda y sonrió-Debí suponerlo…son idénticos. Mucho gusto-sonrió.

-Ella es Alicia Karma-continuó el monje-Es amiga de Eiri.

-Creí que era amiga tuya-terció Maiko.

-Oh…bueno…-miró de reojo a Alicia-También es mi amiga-sonrió, pues estaba agradecido con la joven de acompañarlo en la mesa.

-Oh…-y Maiko forzó una sonrisa.

-Por cierto joven Uesugi-interrumpió Karma-¿No va a venir su prometida?

Ante la mención de la palabra “prometida” Maiko abrió los ojos.

-No me hables con tanta formalidad, caray.

-Bueno, bueno. Tatsuha, ¿No va a venir tu prometida? Como se llama-se llevó un dedo a la barbilla en gesto pensativo-Ah sí, Tooru-chasqueó los dedos.

-No.

-Qué mal plan-la joven castaña hizo un puchero-En verdad me agrada.

-¿En serio?-el monje pestañeó ante el comentario de la mexicana-Eras a la primera persona que le escucho decir eso-y se rascó la cabeza-Ahora entiendo por qué eres amiga de Eiri-y le picó una de sus mejillas con el dedo; gesto que no pasó desapercibido por Maiko quién no sabía por quién debería sentirse más celosa: si por la amiga de Eiri o por la prometida de Tatsuha.

Antes de que empezaran a servir la cena, el monje se disculpó con sus compañeras de mesa y se encaminó hacia la mesa de honor para saludar a su nana y después saludar a sus amigas Rei y Ayaka.

Los meseros llevaron algunos aperitivos hassun, setas con agujas de pino, brotes de raíz de lirio tostado, caquis de Hachiya y cangrejo a la plancha envuelto en papel de zaraza. Para acompañar esos aperitivos, sirvieron el sake en sus respectivas tacitas. Ante tal menú a  Karma se le iluminó el rostro.

-Iré al baño-le susurró Eiri a su esposo-No tardo.

Ante esto, Shu se asustó, pues algo parecido había sucedido en su sueño.

-Voy contigo-se apresuró a decir Shu.

-Bueno-se encogió de hombros.

La pareja se disculpó con los padres de Shu y Akane y se dirigieron al sanitario.

Estando ahí, Yuki se dispuso a orinar en el mingitorio mientras que Shu rondaba a su alrededor.

-¿No piensas orinar?-musitó incómodo.

-Ya se me fueron las ganas-y rio nervioso.

 

 

Para la cena, Yuki y Shu elegieron una sopa miso con albondiguitas de pollo. Pescado a la parrilla ayu otoñal en salsa de soja, setas hatsutake aderezadas con salsa aoae azul y una guarnición de helecho encurtido.

Mientras los comensales degustaban los deliciosos platillos tipo kaiseki. La orquesta amenizaba el momento con tranquilas melodías.

Para el postre se sirvieron pastelillos en forma de sakura envueltos en papel de seda.

Y mientras los invitados disfrutaban de un té verde, los novios se dispusieron a partir el gran pastel.

Unos meseros llevaron el gran pastel al centro de la pista. Shu abrió los ojos de sorpresa al ver que ese pastel no era el que él y Eiri habían elegido.

-Éste no es el pastel-se apresuró a decir el rubio.

-Parece como si fuera de…cartón-continuó Shu, mirándolo de hito en hito.

Uesugi miró a su hermana, quién al ver el desconcierto de la pareja se apresuró a ir a ver que sucedía.

-Posiblemente es un error-les dijo antes de salir del salón.

Algunos extraños sonidos provenientes del pastel hicieron que Shu saltara a los brazos de Eiri.

-¿Qué fue eso?-dijo con voz trémula.

-No lo sé-aun con Shu en sus brazos el rubio se acercó al gran pastel.

Aquél pastel se partió en dos y de ahí salió Rage.

-¡Sorpresa!-gritó feliz.  

Tanto como Shindo como Yuki pegaron tremendo grito ante la gran sorpresa.

-¿Rage?-musitó en un hilillo de voz el moreno, bajándose de los brazos de su esposo.

-¿La jefa está aquí?-dijo Hiromi sorprendida-Pero…-miró a James-¿No dijiste que ella no iba a venir?-y todos los de ahí en la mesa centraron su atención en el manager.

-Me amenazó si decía algo-fue su respuesta.

-Shu…mi lindo Shu-la norteamericana empujó a Eiri y se abalanzó hacia el cantante-Me da tanto gusto verte-y lo apretujó entre sus brazos.

La mayoría de la gente comenzó a cuchichear. Mika hizo acto de presencia, se le veía tensa.

-Ya hablé con los encargados del hotel y dicen que un joven norteamericano en compañía de una chica de lentes los amenazó si no metían el pastel, que por cierto en de cartón-en vez de su pastel de bodas.

-De eso ya nos dimos cuenta hermana-masculló Eiri señalando a Rage quién seguía aferrada al moreno.

-Vamos Shu, dale besos franceses a Yuki para que les tome miles de fotos-dijo la empresaria, sacando una su cámara.

-¡No!-vociferó Shu molesto.

-No podía faltar la loca de nuestra jefa-rio Tamaki disfrutando del show que hacían Yuki, Shu y Rage.

-Creí que tú eras la única en hacer locuras-le dijo Tatsuha a Karma.

Después de que complacieran a  la insistente de Rage, la pareja se dispuso-ahora sí-a partir su pastel.

Después de degustar de la deliciosa tarta, la verdadera fiesta dio inicio.

Mika, desesperada de tener tantas cosas que hacer, le había pedido a Karma que se encargara de la música para la fiesta. Alicia gustosa aceptó el trabajo y con ayuda de Hiromi eligieron el gran repertorio.

Apagaron las luces del salón y bajaron una esfera de cristal al centro de la pista, mientras que luces neón alternas resplandecían en el lugar haciendo que el salón pareciera un club nocturno.

Para empezar, Karma y Hiromi eligieron algunas canciones de Bab Luck y Nittle Gasper. Shuichi abrió los ojos de sorpresa al escuchar las canciones de su antigua banda. A su mente llegaron viejos-pero muy agradables-recuerdos.

Algunos de los  invitados se dispusieron a bailar en la pista. Maiko se animó a invitar a bailar a Tatsuha pero éste se excusó diciendo que era pésimo bailando.

-Pues no lo parecía en la despedida de Eiri-terció Karma.

-Tú y Tooru me obligaron-respondió ceñudo.

Ante estos comentarios Maiko comprendió algo, Tatsuha no estaba interesado en ella y nunca lo estaría.

-Bien…creo que iré a bailar con Hiro y su esposa-y con una sonrisa forzada se alejó de la mesa.

-¿Entonces no piensas bailar?-insistió Karma.

-No.

-¿Ni aunque te lleve a rastras?

-No creo que con tu peso pluma lo logres.

-¿Quieres probar?-y los preciosos ojos de Alicia brillaron.

-No sé por qué tengo la sensación de que no me dejarás en paz hasta que baile contigo-entornó los ojos el moreno.

-¡Así es!

Tatsuha resopló.

Y mientras el monje negociaba con Alicia; James bailaba con Hiromi y junto a ellos Rage y Bill seguían el rito de la música.

-Por cierto Ono-habló la castaña-¿Dónde está el osito cariñosito?-y se acomodó sus lentes redondos.

-Manis no quiso venir jefa-musitó Hiromi con un puchero.

-Oh…quería apretujarlo-y sonrió de manera perversa la mujer. Ante el comentario de su jefa-y amor no correspondido- Bill se puso furibundo.

-Supongo que eso le hubiera ayudado-y soltó una risita nerviosa la soprano.

Shuichi tarareaba la canción que sonaba en el salón, la cuál era Rage beat.

-¿Quieres bailar?-le susurró su esposo.

-¿En serio?-le dijo con ojos brillosos.

-Si…-se puso de pie y le tendió la mano al moreno-¿Me concede ésta pieza joven Shindo?

-¡Eiri!-gritó con emoción el menor.

Todos los que bailaban en la pista aplaudieron gustosos a ver al par de esposos acercarse a la pista.

-Por fin-exclamó Karma que bailaba con un resignado Tatsuha.

Al ver que era pésimo negociante, optó por jugar “gallitos” con la chica, quien a pesar de sus cortos dedos lo venció, como también le ganó en el "Jan-ken-pon". Rendido accedió a bailar con la feliz de Karma.

Después de que terminara el repertorio de Nittle Gasper y Bad Luck le siguieron canciones más animadas como las del dj Tamaki.

-Jamás creí que bailar  mis canciones en una fiesta-le dijo con emoción Tamaki a su esposa.

Hiromi, de vez en cuando le lanzaba una mirada recelosa a Karma. Por otra parte, Shuichi se regocijó al ver bailar a su esposo, a pesar de todo el rubio tenía ritmo.

Para cuando sonó la canción de “Party rock anthem” de LMFAO, Karma había organizado una rueda y hacía que todos los invitados pasaran al centro para bailar un poco. Cuando Shuichi pasó al centro a bailar, Rage se apresuró a sacar su celular y tomarle miles de fotos. Después de la rueda, la chica formó una “víbora de la mar” provocando que se formaran parejas tan disparejas como Yuki y Hiro, el pequeño Kaname con Dresde, Shu con el ceñudo de Bill y como era de esperarse, Hiromi con Tatsuha; mientras que éste le dedicaba una sonrisa con la intención de hacer la paz, la soprano le clavaba -con saña-sus uñas.

Cuando terminó la peculiar” víbora de la mar” cada quien regresó con sus respectivas parejas.  Comenzó  a sonar la canción de Beyonce llamada: “Single ladies”.

-No pienso bailar eso-dijo el monje, regresando a la mesa.

-Claro que si-y Karma le tomó de la mano y haciendo uno de todas sus fuerza trató de-al menos-detenerlo-No seas amargado.

Tatsuha lanzó un rugido. Al principio se había sentido agradecido de que la mexicana había tenido la delicadeza de acompañarlo, pero ahora simplemente le resultaba un poco tormentoso bailar aquellas canciones  con una sonrisa diplomática mientras era observado por Hiromi.

-Yo no debería de estar pasándomela bien-se excusó.

-¿Por qué?

-Por que la persona a la que amo está sola en su casa y sé que no se la está pasando bien…-y su rostro se ensombreció.

-¿Tooru?-preguntó con inocencia Licha-Si es así, ¿Por qué no vas por ella?

Tatsuha esbozó una pálida sonrisa.

-No es ella…

-¿Eh?-pestañeó la jovencita.

-Discúlpame pero necesito tomar un poco de aire-le dedicó una leve inclinación a su compañera para después abrirse camino entre los invitados para salir  del salón.

Cuando Karma logró reaccionar, ya se encontraba sola en la pista.

-Ve que te llevas muy bien con Tatsuha-masculló Hiromi quien había aprovechado que el monje se había ido para hablar con su amiga.

-Claro, es muy divertido.

-Claro…supongo-masculló.

El ambiente cada vez se tornaba más animado. La gente bailaba feliz mientras de sus rostros escurría el sudor. Los únicos que se dedicaban a observar a los jóvenes bailar eran los señores Shindo, Akane, Midori y el señor Ukai.

-Iré al baño-le habló con voz alta Yuki a su esposo.

-¿Otra vez?-se  quejó el moreno.

-¿Qué quieres? Estoy vivo.

Shu apretó los labios.

-Voy contigo-instó y se aferró al brazo del más alto.

-Está bien.

La pareja fue de nuevo al sanitario en donde se encontraron a Tatsuha. Yuki le saludó y se acercó al mingitorio mientras que Shu se recargaba en la puerta como guardia de seguridad.

-¿Qué tal la fiesta?-le preguntó el monje.

-Bien…muy bien  de hecho.

Los dos hermanos voltearon a ver al más pequeño que con los brazos cruzados les miraba serio.

-¿No vas a orinar?-preguntó Yuki.

-Yo…ya se me fueron las ganas-mintió de nuevo el cantante.

-¿Qué sucede Shu?-preguntó Yuki inquieto ante el extraño comportamiento de su esposo.

-Nada.

Tatsuha se apresuró a hacer sus necesidades pues no deseaba estar presente en una posible discusión de pareja.

-No mientas-el rubio se acomodó su ropa con rudeza y encaró a su esposo-Estas muy raro y quiero saber que sucede.

Tatsuha se lavó las manos con rapidez y le pidió permiso a Shu para poder salir pero éste le ignoró y siguió recargado en la puerta.

-No es nada, en serio…-y desvió sus ojos amatistas de la mirada gatuna del escritor.

-Shuichi…

-Está bien-resopló-No quiero que te fugues con Alicia.

Ante las palabras de Shu, Tatsuha soltó la carcajada mientras que el rubio pestañeaba, desconcertado.

-¿Eh?-fue lo único que atinó a decir.

-Yo…-y sin poder evitarlo se sonrojó-Bueno…es que…-jugó con sus dedos-Yo tuve un sueño en donde tú te fugas con Karma y…-como iba hablando su voz se iba apagando hasta que las últimas palabras apenas fueron perceptibles.

-¿Por eso estás así?

-¿Qué quieres? Te llevas muy bien con ella y…viene vestida igual que en mi sueño y…y luego lo que gritó.

-Eso jamás va a suceder pues al único que amo es a ti-se acercó a Shu y lo besó con dulzura.

Tatsuha dejó de sonreír al ver que el par no tenían intenciones de alejarse de la puerta.

-En serio…quiero salir de aquí-se quejó.

Y la fiesta continuó.

Pasaban de la una de la mañana cuando los señores Shindo se despidieron de Akane y de la nueva pareja de esposos; seguido de ellos, Mika, K, Midori y un dormido Kaname partieron en compañía de la nana. Al poco rato el matrimonio Nakano hizo lo mismo.

Tatsuha hablaba con Rei y Fujisaki cuando notó que Karma bebía un poco de zumo en la solitaria mesa y sin poderlo evitar sintió un remordimiento de haberla dejado en la pista de baile, se disculpó con su amiga el novio de ésta y cruzó toda la pista de baile para tomar asiento junto a la pequeña.

-¿Ya te cansaste?-le preguntó.

-Un poco-suspiró la mexicana.

-¿En serio? Creí que era de carrera larga.

-Lo era-sonrió.

Guardaron silencio por un rato hasta que Licha decidió romperlo.

-Siento mucho el haberte insistido en que bailaras conmigo y…

-No te preocupes-le interrumpió Tatsuha.

-Y también fui impertinente…

-En serio, no es nada.

-Pero…

-Tus intenciones eran buenas.

-Y de buenas intenciones están hechas las puertas del infierno.

-Wow…no seas tan cruel contigo.

Charlaron un rato más hasta que Tatsuha invitó a bailar a la mexicana que a pesar de que sus pies le ardían, no se negó.

Se unieron a la multitud cuando comenzaba la canción de “YMCA” de Village people. Rage, quién creyó que Shu bailaba perfectamente esa canción, le grabó y también aprovechó para grabar al rubio.

-El osito cariñosito se hubiera visto muy lindo bailando esto-pensó la norteamericana. Pero uno de los momentos más emocionantes de la boda fue cuando se escuchó la primera estrofa de la canción “Tubthumping” de Chumbawamba.

 

I get knocked, down but I get up again
You're never gonna keep me down
I get knocked, down but I get up again
You're never gonna keep me down
I get knocked, down but I get up again
You're never gonna keep me down
I get knocked, down but I get up again
You're never gonna keep me down…

 

Corearon todos llenos de júbilo. Aquella canción era la primera que todos los ahí presentes conocían y que aparte de todo, les encantaba.

Y como iba avanzando la fiesta, a Alicia se le podía apreciar un peculiar brillo en los ojos. Su sonrisa se amplió cuando una canción del dj Tamaki se acabó dando paso al sonido de unos platillos. Hiromi, quién estaba a su lado la miró con una ceja arqueada.

-No te atreviste, ¿Verdad?

-Ésta canción nunca puede faltar en una boda-se excusó.

-¡Pero estamos en Japón!

-Qué más da-se encogió de hombros.

-Sólo espero que no provoques un accidente.

-Ya verá-la chica aplaudió para hacerse ver y mientras seguía la introducción de la canción habló-La coreografía de ésta canción es muy difícil así que síganme a mí y a Hirom-al escuchar su nombre la aludida dio un respingo.

-Oye…

-¿Están listos?

Todos asintieron sin comprender del todo. Alicia les indicó como tenían que ponerse. Al frente de ellos lideraban Hiromi y Licha.

Hiromi y Alicia movían sus manos como si se estuvieran quitando y poniendo un  sombrero imaginario, siguiendo el ritmo de la canción.

La voz de un hombre cantando en un idioma “raro” -para la mayoría de los invitados- se escuchó.

 

 
estás pegando justo entiéndelo; 
si quiebras poco más, mi pobre corazón, 
me harás mil pedazos quiérelo…

 

-Muy bien, síganos-dijo Karma y comenzó a moverse hacia su lado derecho seguido por Hiromi, todos la imitaron, después la chica caminó hacia el lado izquierdo y después hacia atrás, cuando daban unos pasos hacia adelante se daban media vuelta y se repetía la misma coreografía. Todos-divertidos-no perdían de vista a las dos chicas y seguían los pasos. De vez en cuando uno chocaba con otro, alguno pisaba al de atrás, entre otras cosas.

-¿Si se aprendieron la coreografía?-les preguntó Alicia.

-Si-todos corearon divertidos.

-Está hecha una papa-rio Tamaki subestimando aquella coreografía.

-Bien…-y una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de la mexicana.

-Sigo pensando que es una mala idea-le susurró Ono.

-Ya veremos.

Karma y Hiromi volvieron a hacer el paso del sobre que se quita y se pone.

La voz dejó de cantar pero el ritmo lento dela música siguió.

Licha y Ono volvieron a hacer el paso del sobre que se quita y se pone-Ya me aburrí se quejó Noriko.

-¿A dónde quieren llegar ese par?-masculló Yuki, Shu solo se encogió de hombros.

La canción dio un cambio muy drástico de ritmo y de nuevo se escuchó la canción del hombre.

 

 
era un tipo medio raro pero me cayó bien, 
me dijo viajo en carretera espero pronto 
llegar al rodeo que me espera allá…

 

La coreografía que les habían enseñado momentos atrás se repitió pero a un ritmo súper acelerado haciendo que los invitados pudieran seguir el ritmo de ésta.

Y como había predicho Ono, al finalizar la canción, el número de heridos había aumentado. Eran pocos los que habían salido ilesos pero desafortunadamente habían perdido un zapato o zapatilla.

Después de aquella desastrosa coreografía nadie deseó seguir bailando.

Eran como las tres y media de la madrugada cuando Tatsuha se fue a despedir de Shuichi, pues Yuki había ido otra vez al baño.

-¿Tan pronto?-musitó el joven, quién tenía uno de sus pies en hielo.

-Bailé mucho-dijo el monje.

-Bien, pero antes necesito hablar contigo-se apresuró a calzarse su zapato se disculpó con Paul y cojeando guio a Tatsuha fuera del salón. 

Tomaron asiento a las orillas de la piscina del hotel.

-Y bien…¿Sobre qué quieres hablar?-aunque tenía una ligera idea sobre el tema, Tatsuha preguntó.

-¿Podrías cuidar a Nyankotaro toda una semana  a partir de mañana?

Uesugi pestañeó, incrédulo.

-¿Era eso?-y bajó los hombros.

-Bueno…es una de las tantas cosas que quería decirte-se rascó la cabeza Shuichi.

-Oh…

-La otra cosa es que…-miró serio a su cuñado-Hace unos días hablé con nana Akane y…después de enterarme de ciertas cosas he decidido no juzgarte respecto  a tu decisión de casarte, a pesar de eso no pienso ir a tu boda, te considero mi amigo pero también es mi amigo Hisoka y la manera en cómo le rechazaste no fue la correcta y menos decirle homosexual.

-Lo sé…-musitó cabizbajo-Y respeto tu postura.

-Pero haré lo posible por convencer  a Eiri a que vaya.

-Gracias…

-Pero con una condición.

-¿Cuál?

-Que me digas la razón del porqué fuiste tan cruel con Hisoka-miró con seriedad a su cuñado quien torció la boca que para Shu le pareció una pálida sonrisa.

-Lo hice porque no quiero que sufra lo que tú sufriste con Eiri.

-¿Cómo?-Shindo abrió los ojos de sorpresa ante la inesperada respuesta.

-O sea que tu  si quieres a…

-Estas aquí-la voz de Yuki les interrumpió.

-Eiri-musitó Shu al ver  a su esposo caminar hacia ellos con su frac puesto y el smoking de Shu en uno de sus brazos.

-La madrugada está fresca, no quiero que estés resfriado para la luna de miel-le puso el smoking por encima de los hombros del moreno.

-Muchas felicidades a los dos-Tatsuha se despidió de manera casual-Los espero mañana con el mishito y sin más caminó hacia la salida de la zona de la piscina.

-Oye… espera…-pero el monje dejó con las palabras en la boca a su cuñado-¡Agh! ¡Eiri!-vociferó Shindo haciendo un puchero.

-¿Qué?

-Nada-resopló y se cruzó de brazos.

Yuki puso los ojos en blanco.

 

 

Recargado en su auto BMW, Tatsuha miraba hacia la ventaba alumbrada del cuarto piso de aquel departamento.

-¿Aún estas despierto?-susurró al aire.

 

 

Dejó a un lado el libro que le había comprado Karma. Se frotó los ojos con cansancio y lanzó un bufido. Por más que trataba de distraerse y sacarse de la mente la canción que le traía tantos recuerdos, Hisoka no lo logró provocando que estura inquieto a tal grado de no poder dormirse. Durante toda la noche y parte de la madrugada, el jovencito se había dedicado a descargar y jugar algunos videojuegos en la PC, ver una película en el televisor, escuchar música, leer el libro, entre otras cosas; pero nada de eso pudo sacar de su  mente el recuerdo de Tatsuha.

Se sobó su cuello cansado y lanzó un  gran bostezo, miró el reloj de cucú de la sala,  el cuál marcaba las cuatro menos veinte minutos, Barbacoa ya se había ido a dormir al ver que su tío no tenía la más mínima intención de ir a la cama. Desde un principio su plan había sido esperar a su hermana, pero al ver que la chica no tenía intenciones de regresar “temprano”, se dispuso a irse a dormir. Con lentitud se puso de pie y caminó hacia la ventana de la sala, de entre las persianas abiertas se colaba la luz la luna llena. Miró el cielo oscuro y la luna resplandeciente, lanzó otro bostezo y si saber por qué, bajó su vista hacia la calle. Sus ojos grises se abrieron como un par de platos al ver a Tatsuha mirar hacia su ventana, sufrió de un vuelco al corazón y desconcertado agitó su cabeza y se frotó los ojos con insistencia, creyendo que había visto mal. Cuando volvió a enfocar su vista, la decepción reinó en su corazón. Allí en la calle no había ni un alma.

-Sólo fue mi imaginación…-susurró alicaído.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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