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Mercy rain por kozzha

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Notas del capitulo:

Hola!! 

Pues si, sigo viva -.-

La razón del porque me atrasé en publicar el nuevo capítulo es porque me resulta taaan doloroso despedirme de éste fic. Una lectora me dio la gran idea de publicar los últimos tres caps cada mes :D y por eso me tomé mi tiempo. 

Faltaban 2 días para el mes pero pues ya había terminado el cap así que no quise esperar más. Faltan dos caps más y adiós!!!

Respecto a éste capítulo, pues diría que es el final y no final del fic. Mas adelante lo comprenderán (?) 

En éste cap se cierra un ciclo, se concluyen muchas cosas. 

El final...que les puedo decir del final?? mcuhas dirán: Pufff tenía que ser kozzha ¬¬...pues si!!! jajaja

Disfruten del capítulo. 

Besos mil. 

-En verdad creí que estabas enferma-dijo Noriko con los ojos entornados.  

Mika, que estaba sentada frente a Noriko, miraba a un punto indefinido de la habitación.

-Me tomé un descanso-Mika tomó su taza de té que reposaba en la mesa de centro, la cual separaba a la dos mujeres.

-Tú nunca haces eso-replicó Noriko.

-Siempre hay una primera vez-le dio un sorbo a su té y siguió mirando hacia otro lado. Sabía que si veía a su amiga, ésta descubriría su mentira.

-A mí no me puedes engañar. ¿Qué es lo que te sucedió? ¿Por qué no has ido  a la disquera? Le he preguntado a K y me ha respondido lo mismo que tú.

-Entonces, ¿Por qué dudas?

-Porque en cuanto pregunté por ti, K se puso tenso y noté cierto nerviosismo en su tono de voz-dijo suspicaz-Y eso es muy raro. ¿K nervioso? ¿Tú ausentándote por dos días?-Ukai se cruzó de brazos.

Mika carraspeó, puso de nuevo su taza sobre la mesa de centro, se pasó unos mechones de cabello detrás de su oreja izquierda y centró sus ojos azules en Ukai.

-Está bien-resopló con resignación-Te diré lo que pasó-Noriko se acomodó en el mullido sofá y sonrió complacida. Mika aspiró una gran bocanada de aire y lo soltó en un bufido-Tuve sexo con K…

Noriko abrió los ojos y  lanzó una exclamación para después llevarse ambas manos a la boca.

-Hace un par de días…-continuó, sonrojada-me enteré que Tatsuha no se había casado, fue tanta mi alegría que le dije a K que deberíamos de festejar. Cancelé todo y me fui a beber con él. Cuando menos lo pensé, estábamos en su apartamento besándonos y pues…-enmudeció dando a entender que no daría más detalles.

-¡Lo sabía!-exclamó Ukai con ojos brillosos-Ya decía yo que tarde que temprano sucedería algo entre ustedes.

-¿Qué dices?

-Era obvio, siempre juntos. Incluso salían los fines de semanas junto a Kaname.

-Eso es porque es mi secretario personal-aclaró Mika.

-¡Bah!-y chasqueó la lengua-Se notaba a leguas el brillo en los ojos de K cuando te miraba y tú por más que aparentabas indiferencia, también se te notaba algo cuando estabas junto a él.

-Pero…

-¿Pero qué…?

-Yo tengo un hijo y él…

-Eres una mujer divorciada y él un hombre viudo. Kaname no es problema, a tu hijo le agrada K y siento que él será mejor padre que Touma-Mika miró dubitativa a su amiga-Por buda Mika, ya admite que estás loca por ése hombre.

Mika Uesugi se cubrió el rostro, avergonzada.

-Por fin tienes a un verdadero hombre junto a ti, no pierdas ésta gran oportunidad amiga.

Mika iba a decir algo cuando el timbre del teléfono sonó, el par dio un respingo ante el inesperado ruido. La castaña se puso de pie y caminó con agilidad hacia la mesita que estaba en una esquina y estaba asignada para el teléfono.

-¿Diga?-musitó la mujer.

-¿Por qué carajos no contestas el celular?-la voz acelerada de Eiri se oyó al otro lado del auricular.

-¿Eiri?-preguntó con desconcierto la mayor de los hermanos Uesugi. Recordó que su celular lo había dejado en su recámara.

-Te llamé a la disquera y el loco de la pistola me dijo que no habías ido a trabajar; por eso te he marcado a tu celular y nada…-la voz de su hermano menor se escuchaba alterada y un poco trémula.

-Lo siento mucho-por primera vez, la mujer se mostraba sumisa, tal vez la razón era por que estuviera hablando de K con su amiga Noriko y la había tomado desprevenida. Se inquietó al escuchar así a su hermano y estaba por decir algo cuando el otro le interrumpió.

-No estás nada buena para las emergencias…-le regañó Eiri y esto fue lo que hizo reaccionar a la mujer.

-Hey mocoso, no me hables así.

-No es momento para discutir-interrumpió el rubio, sabiendo que él había sido el que había iniciado eso-Sólo hablaba para avisarte que estoy en el hospital, Tatsuha intentó suicidarse.

Mika palideció y el teléfono cayó al piso provocando un ruido seco.

 

 

Capítulo 63.

Un trágico final.

 

 

El cereal ya se había remojado y al parecer estaba destinado a convertirse en una porción de masa homogénea. Hisoka miraba al vacío con ojos opacos. Habían pasado tres horas desde que se había despertado y dos en las que había decidido prepararse el cereal. Por más que pensó una y otra vez las razones del porqué Tatsuha se había marchado sin decir nada, no llegó a ninguna conclusión. Después de que le  hiciera el amor y le confesara sus sentimientos, el jovencito creyó que Tatsuha se quedaría con él. Que despertaría en los brazos de Tatsuha y que esté le estaría acariciando el cabello con delicadeza, de la misma manera en como lo había hecho la noche anterior antes de que Hisoka cayera en brazos de Morfeo.

¿Debía de marcarle y preguntarle la razón del porqué se había ido?, se preguntó Hisoka. Estuvo a punto de ponerse de pie e ir por su celular cuando recordó que ya no tenía el celular de Tatsuha, lo había perdido junto  a varias fotos y demás cosas la noche en que el monje le había dicho que era un monstruo, esa misma noche en la que había sido agredido por una pandilla de estudiantes de preparatoria. Su corazón se estrujó al evocar aquellos recuerdos. Sacudió la cabeza y se puso de pie, no podía seguir con esa incertidumbre, debía de aclarar las cosas con Tatsuha. Le dejó una nota a su hermana y salió muy bien abrigado del edificio.

Caminó por la calle con las manos embutidas en las bolsas de su abrigo. De vez en cuando miraba el GPS para no  perderse. Estaba por llegar al edificio en donde vivía el menor de los Uesugi cuando el sonido de la sirena de una ambulancia llamó su atención. Aquél vehículo pasó de largo sobre la calle por la que caminaba el moreno quién no le dio la mayor importancia y continuó su camino.

Estando frente a la puerta del apartamento de Tatsuha, Hisoka dudó en llamar a la puerta, después de sopesar bien lo que iba  a decir, el chiquillo tocó el  timbre. Para su sorpresa, nadie atendió al llamado. Bajó la cabeza, desilusionado y dudó en quedarse ahí. Tal vez salió, pensó Ono esperanzado. Si, debe de ser eso, insistió. Se sentó en el piso frío del pasillo, a un lado de la puerta del apartamento. Se acomodó con las piernas en forma de mariposa y aguardó la llegada del mayor. De repente le invadió un sentimiento de desasosiego y su corazón comenzó a  agitarse. ¿Y si Tatsuha no regresaba? Esa fue la pregunta que se formó en su mente. Sacudió la cabeza y optó por distraerse con su celular mientras esperaba. No le dio mucha importancia al icono en la pantalla de su móvil el cuál le indicaba que tenía un nuevo correo electrónico. Los únicos correos recibía era sobre anuncios, ofertas y demás cosas de tiendas que él ni conocía;  de vez en cuando recibía mensajes de su mamá o abuela, pero exactamente dos días atrás había respondido uno por lo que era obvio que no era un correo de ninguna de ellas. Se metió a la sección de juegos y se dispuso a jugar. Pasaron más de veinte minutos en los cuáles Tatsuha no apareció. Con la incertidumbre invadiéndolo, Hisoka optó por escuchar un poco de música, esperando que con eso se pudiera tranquilizar, y así pasaron otros veinte minutos.

-Él tiene que venir-susurró el jovencito.

 

 

Se enjugó de nuevo el sudor que perlaba en su frente y apretó los labios en un intento de acallar un jadeo de dolor. De repente, camino al hospital, Tooru sufrió de unos terribles cólicos.

-¿Está bien señorita Asahi?-le preguntó el chofer al ver el rostro pálido de la joven.

-Si…-susurró casi en un hilillo de voz-No es nada.

-Pero…

-¿Falta poco para llegar?

-Si señorita.

-Bien-suspiró.

 

 

Mika se paseaba por la sala de espera del hospital como leona enjaulada. El señor Uesugi tenía los ojos cerrados y susurraba algo mientras sostenía su japa mala; por su parte, Yuki yacía con la mirada clavada en el suelo. Shuichi acariciaba la espalda de su esposo en un gesto de apoyo. Todos esperaban impacientes el reporte del doctor.

-Tiene que estar bien-dijo con voz trémula Mika-Ese mocoso es duro de matar-ante el comentario de su hermana, Yuki alzó la mirada y negó con la cabeza. A veces era mejor no decir nada, pensó el rubio.

El señor Uesugi resopló, abrió los ojos y miró a su hija pero no dijo nada.

Después de unos minutos, Tooru hizo acto de presencia en la sala de espera. Su semblante se veía demacrado, pero afortunadamente los terribles cólicos habían desaparecido.

-Señor Uesugi, ¿Cómo está Tatsuha?-se apresuró a decir, acercándose al hombre.

-Señorita Tooru-al verla llegar, los ojos opacos del hombre se iluminaron.

-¿Pero qué carajos hace ella aquí?-masculló Mika.

Tanto Eiri como Shuichi  coincidieron con la castaña.

-Yo le avisé de lo sucedido-dijo serio el señor Uesugi-Es la prometida de tu hermano, tiene el derecho de saber lo que sucedió.

-¡Patrañas!-vociferó Mika-Ésta mujer es la culpable de que Tatsuha haya hecho esto.

-¡Mika!-le instó su padre.

-Largo de aquí mocosa-masculló la castaña, asiendo del brazo a Tooru y halándola hacia la salida de la sala.

-Me lastima, señora Mika-se quejó la muchacha.

-Yo no caeré en tu chantaje-farfulló.

Tooru se encogió al sentir otro cólico en su vientre bajo.

-Me duele-se quejó la chica, doblada por el dolor.  

-¿Señorita Tooru?-Ryosuke corrió a socorrer a su futura nuera mientras que Mika ponía los ojos en blanco-¿Qué le sucede?

-Me duele mucho-chilló.

-¿Quiere que llame a un doctor?-la muchacha solo asintió.

-No es nada grave, padre-dijo Mika y su hermano asintió, creyendo que era un chantaje-Sólo está fingiendo-pero fue ignorada por su padre quién se encaminó hacia la recepción de la sala de emergencias. Tooru soltó un alarido y fue ahí que Mika miró con horror como escurría un líquido de entra las piernas de la muchacha. -No puede ser…-susurró atónita.

 

 

No supo en qué momento se quedó dormido. Se despertó cuando sintió que cabeceó, miró en su derredor, desorientado y se fritó los ojos para despejarse. ¿Cuánto tiempo había estado ahí?, se preguntó mientras miraba su celular.

-Más de una hora…-musitó-Ya ha pasado más de una hora-Era obvio que en ese tiempo no había aparecido Tatsuha, pues si lo hubiera hecho, lo hubiese despertado, o ¿Tal vez no? Se puso de pie y volvió a llamar a  la puerta y como había pasado antes, nadie abrió.

Una anciana salió del ascensor y caminó hacia el apartamento de enfrente del de Tatsuha, saludó sonriente a Hisoka quién correspondió al saludo.

-Disculpe-se animó a decir el moreno-¿No sabe nada del chico que vive en éste apartamento?

-Lo siento mucho joven, pero no sabría decirle con exactitud.

-Gracias-Hisoka hizo una leve inclinación. La anciana le volvió a sonreír y entró a su apartamento.

Más inquieto que antes, Hisoka se paseó por el pasillo. De vez en cuando miraba su celular. Fastidiado de no saber con qué distraerse, optó por revisar el nuevo correo que tenía.

-No sé porque presiento que me voy a arrepentir-dicho esto, volvió a tomar asiento junto a la puerta y abrió el correo.

Sus ojos se abrieron  de sorpresa al leer el remitente. Aquél correo era de Tatsuha.

 

 

-¿Qué estás diciendo?-exclamó Eiri.

-Soy mujer Eiri y soy madre, así que no me pueden engañar-se cruzó de brazos la castaña-Tooru está embarazada.

-Pero…

-No tiene barriga-terció Shuichi.

-No siempre sucede eso. Son pocos los casos en que no hay síntomas. Así le sucedió a Noriko.

-Y crees que el padre es…-el rubio enmudeció.

-Es lo más probable-asintió Mika-Tal vez esa era la razón del porque Tatsuha se sentía obligado a casarse con ella.

Eiri y Shuichi lanzaron una exclamación.

-¿Crees que padre lo sepa?

-No lo creo-Mika bajó la mirada-Pero no tarda en saber la verdad. Ahora mismo de seguro que Tooru está en trabajo de parto.

Después de que a la joven Asahi se le rompiera la fuente, Ryosuke llamó a un doctor quién al ver el estado de la muchacha, la ingresó. El señor les pidió a sus hijos que se encargaran de Tatsuha y éste se fue a  acompañar a su futura nuera.

Shuichi sintió su celular vibrar dentro del bolsillo de su pantalón y estaba por sacarlo cuando:

-Familiares de Tatsuha Uesugi.

-Somos nosotros-corearon los dos hermanos caminando hacia el doctor, seguido por Shu quien ignoró la llamada.

-Buenas tardes, soy el doctor Wataya-hizo una inclinación del doctor. Como típico doctor, su semblante era inexpresivo, algo que inquietó a los tres.

-¿Cómo está mi hermano?-se apresuró a decir Yuki con voz trémula. De repente su boca se quedó completamente seca.

Por su parte, Mika sintió las piernas lánguidas.

-El joven Uesugi se encuentra estable, por el momento está inconsciente. Las heridas que presentó solo son superficiales-Todos soltaron un suspiro de alivio-le hicimos un lavado estomacal y tomamos muestras para saber si hay tóxicos en la sangre. De todos modos no quisimos arriesgarnos y le pusimos un catéter de mahurkar por si es necesario hacerle una hemodiálisis-ninguno de los tres entendió lo que decía el doctor pero sólo asintieron. Al menos Tat estaba bien.

-¿Podemos verlo?-preguntó Mika.

-Por supuesto-asintió el doctor-Pero antes me gustaría comentarles que tal vez sea necesario que un psiquiatra lo revise-el hombre miró a Mika y después a Eiri-Para que el muchacho no intente hacerlo de nuevo.

-Estoy de acuerdo-dijo Eiri.

-Yo también.-terció Mika.

-Me tomé la libertad de canalizarlo con un colega mío. El irá a verlo en cuanto recupere el conocimiento, espero y no les moleste. Los hermanos Uesugi negaron con la cabeza-Bien-el doctor llevó a los hermanos y a Shu hacia la habitación de Tatsuha.

 

 

-Vamos señora Asahi, un poco más-pidió el doctor que estaba entre las piernas abiertas y flexionadas de Tooru-Ya se ve la cabeza-le dijo.

-No…no puedo más-chilló Tooru escurriendo en sudor-Quiero a mi mamá.

-Ella viene en camino-le consoló una enfermera mientras enjugaba un poco de sudor de la frente pálida de la muchacha.

-Vamos señora…respire hondo-Tooru obedeció-Y ahora…puje-la muchacha hizo un gran esfuerzo e hizo lo que el doctor le ordenó. Lanzó un gran grito mientras pujaba-Muy bien, un poco más…ya casi sale.

-Ya…ya no puedo-volvió a chillar.

-Si puede, sólo un poco…por favor señora Asahi.

La enfermera tomó la mano trémula de Tooru y la apretó con fuerza.

-Vamos, usted puede-sonrió la enfermera.

Tooru sollozó y miró a la mujer que le daba ánimos. Haló una gran bocanada de aire y volvió a pujar con fuerza.

-Muy bien, siga así señora-dijo el doctor-Falta poco…más…-Tooru soltó un fuerte grito y fue ahí que sintió como algo se deslizaba de su vagina.

-Listo-dijo la enfermera.

Con debilidad, Tooru se dejó caer en la cama y trató de acompasar su respiración pero el silencio que reinaba en el quirófano la inquietó.

-Mi bebé, ¿Por qué no llora mi bebé?-se quiso enderezar pero la enfermera le obligó a que se recostara.

-Tranquila, usted descanse.

-No…-insistió con debilidad-Mi bebé, ¿Qué le sucede a mi bebé?

El doctor le dio al bebé a otra enferma que estaba a su lado y con semblante serio dijo:

-Lo siento mucho señora, pero su bebé está muerto.

 

 

El señor Ryosuke estaba esperando en la sala de urgencias cuando el matrimonio Asahi apareció.

-Ryosuke…¿Cómo está mi niña?-preguntó el señor Asahi.

-Aún no lo sé.

-¿Y Tatsuha?-terció la señora Asahi.

-Él está bien-dijo parco-Está fuera de peligro.

-Menos mal-coreó el matrimonio Asahi.

-¿No sabes qué fue lo que le sucedió a Tooru?-insistió el señor Asahi.

-Lo siento, pero no me han querido decir nada.

El doctor Asahi chasqueó la lengua.

-Familiares de la señora Tooru Asahi-dijo un hombre alto y fornido que no pasaba de los cuarenta años, el mismo que había atendido el parto de la muchacha.

-Doctor, ¿Cómo está nuestra hija?-dijo la señora Asahi.

-Ella está bien-dijo el hombre-Me temo que el que no se logró fue el bebé.

-¡Bebé!-exclamaron los dos hombres.

-No puede ser-la señora Asahi se llevó las manos a la boca.

-¿Cuál bebé?-insistió el señor Asahi.

El doctor miró con desconcierto a los ahí presentes.

-La señora Asahi estaba embarazada. Tenía siete meses de gestación. Generalmente los bebés sietemesinos se logran pero…en verdad lo siento-he hizo una inclinación.

-¿Qué significa esto Ryosuke?-le encaró Asahi, tomando de la ropa al señor Uesugi.

-Es lo que yo debería de decir-masculló el otro soltándose del agarre de Asahi.

El doctor le dio el número de habitación a la señora Asahi y se alejó de ahí.

-No puedo creer que Tatsuha haya embarazado a mi niña. ¡Qué va! Si es un Uesugi.

-¡Qué estás diciendo!

-Vamos Ryosuke, todo mundo sabe que ustedes son unos promiscuos, la única que se salva de todo eso es tu hija-negó con la cabeza-Jamás debí de haberle hecho  caso a Tooru-masculló-Ese mocoso deshonró a mi niña.  

-¡No hables así de Tatsuha!-vociferó Ryosuke-Mi hijo no será perfecto, pero jamás haría algo así.

-¿Ah sí? Y entonces, ¿Cómo es que mi hija resultó embrazada?

-Eso deberías de preguntárselo a ella.

Asahi enfurecido golpeó al señor Uesugi.

-¡Basta!-vociferó la señora Asahi.

La gente de alrededor comenzó a cuchichear. La mujer, sin ganas de armar un escándalo en la sala de espera, tomó a su esposo y a Uesugi y los llevó fuera del hospital.

-¿Podrían dejar de pelearse?-instó colérica-Lo que menos importa ahora es el honor de la familia. Ahora lo que debe de importarnos es la salud de nuestros hijos-miró a Ryosuke-Señor Uesugi, su hijo no embarazó a Tooru.

-¿Cómo?-exclamaron los dos hombres.

-Tooru se embarazó de otro hombre.

-¡Mi niña!

-Su plan era el de hacerle creer a Tatsuha que el bebé que esperaba era suyo. Por más que me insistió que había logrado acostarse con Tatsuha, supe que era mentira-El señor Uesugi miró con horror a la mujer Asahi-Ryosuke-le miró-Debe de estar orgulloso de su hijo, es un buen muchacho-y le sonrió-Me temo que el compromiso entre nuestros hijos queda anulado-Ryosuke asintió-Le deseo lo mejor a su familia y espero la pronta recuperación de Tatsuha-la señora Asahi hizo una pronunciada inclinación-Mi más sinceras disculpas por el mal comportamiento de mi hijo y marido.

-Muchas gracias señora Asahi-el hombre correspondió a la inclinación. Miró con desdén a su amigo y sin decir más entró al hospital.

-Entonces…-musitó el señor Asahi estupefacto ante la noticia-Mi niña…

-Nuestra hija no resultó  no ser la muchacha ejemplar que creíamos.

-Mi Tooru…

-No es momento para preocuparte por tonterías, ahora vamos a ver a nuestra hija-y tomó de la mano a su marido y le obligó a entrar al hospital.

 

 

-En verdad lo siento-musitó con voz ronca   Tatsuha. El muchacho estaba cabizbajo pues era incapaz de mirar a su hermano y cuñado.

Eiri sólo soltó un gruñido mientras que Shuichi se acercó y acarició la cabeza del moreno.

-Lo importante es que estás bien-musitó con voz pastosa.

Tatsuha asintió. El ceular de Shuichi volvió a vibrar por enésima vez y ahora el muchacho decidió tomar la llamada, salió de la habitación.

A los pocos minutos, la puerta se abrió dando paso al señor Uesugi.

-Eiri, necesito hablar a solas con Tatsuha-ordenó serio.

El rubio no dijo nada y se puso de pie y salió en silencio de la habitación. Cuando se hubieron quedados solos, un incómodo silencio reinó en aquella aséptica habitación. Ryosuke haló la silla en la que minutos antes estaba sentado Eiri y tomó asiento, carraspeó y miró con sus ojos opacos a su hijo.

-¿Cómo te sientes?-le preguntó en su típico tono de voz.

-Bien-musitó el muchacho con la cabeza baja.

-Me alegro- de nuevo reinó el silencio. Tatsuha sintió su corazón acelerado y eso se registró en el aparto que marcaba su pulso. Sabía bien que su padre le daría un tremendo rapapolvo por lo que había hecho, pero lo que más inquietaba a Tatsuha era que éste le obligara a cumplir con su compromiso. Ahora ya no había ninguna escapatoria, ni siquiera la muerte-La verdad es que no logro entender la razón del porque hiciste semejante cosa-resopló el hombre-y para ser honesto, no me interesa saberlo-Tatsuha asintió. Ryosuke miró las heridas que le había provocado a su hijo y apretó los labios-Perdóname…-ante éstas palabras, el monje alzó la mirada y observó con ojos desconcertados al mayor-Enloquecí y te golpee…-se llevó una mano al rostro-No debí haberlo hecho-Tatsuha alzó una mano y la acercó al hombro de su padre. Le dio algunas palmaditas para darle ánimos-Respecto a tu compromiso con la seño…-enmudeció-con Tooru-masculló. El muchacho sintió que su corazón le saltaba a la garganta y volvió a bajar la cabeza-Ha sido anulado-el moreno alzó el rostro de nuevo y miró con ojos grandes a su padre.

-Es…¿Es cierto?-susurró dubitativo.

-Así es-asintió el mayor-Tooru estaba embarazada, desafortunadamente perdió al bebé.

-¡Embarazada!-exclamó Tatsuha.

-Lo sé-resopló su padre.

El monje se quedó atónito por un largo rato y poco a poco fue hilando las cosas. Ahora comprendía por qué la mujer intentaba seducirlo cada vez que se veían. Después de recuperarse de la impactante noticia, un sentimiento de júbilo lo invadió. Era libre…podía estar junto a Hisoka.

-¡Hisoka!-exclamó al recordar de que le había mandado un correo de despedida al jovencito, inmediatamente palideció.

-¿Qué?-dijo su padre.

-Nada…-sacudió la cabeza y tragó saliva.

-Bien-bufó el hombre y se puso de pie-Sólo quería informarte de la cancelación del compromiso. Supongo que es una gran noticia para ti-Tatsuha sonrió. El padre soltó un bufido y caminó hacia la puerta, antes de abrirla se giró y dijo-Espero que te recuperes pronto, hijo.

-Gracias padre.

El señor Uesugi salió de la recámara.

Al salir el señor, la sonrisa de Tatsuha se borró. Ahora lo que le preocupaba era Hisoka y la reacción de éste al leer ese dichoso correo.

-Espero que lo haya ignorado-suplicó el moreno.

Pasaron unos minutos en los que el monje intento tranquilizarse, pero la simple idea de imaginarse a Hisoka llorando lo atormentaron.

-¡No puedo más!-vociferó y se puso de pie. Tomó con cuidado el tripie que cargaba el suero que conectaba directo con el catéter que tenía en la arteria carótida. Caminó hacia la puerta, estaba a unos pasos cuando ésta se abrió con brusquedad.

-Hisoka…-susurró Tatsuha con ojos grandes al ver al muchacho agitado, con el cabello alborotado y sus mejillas y nariz rojas.

La cara de angustia que el chiquillo mostraba cambió drásticamente a una de enfado.

-¡Eres un idiota!-vociferó Ono y dicho esto salió de la habitación dando un portazo.

-¿Eh?-Tatsuha parpadeó desconcertado.

No pasó ni un minuto cuando la puerta se volvió a abrir, dando paso de nuevo a Hisoka.

-¡Que va!-exclamó y manoteó al aire-Eres un pende**-la última palabra la dijo en español.

-Ouch…eso se escuchó feo-replicó Tatsuha.

-Créeme, es algo muy feo-masculló Hisoka con los ojos entornados. Se giró dispuesto para irse pero ahora el monje se lo impidió.

-No te vayas Hiyoko-le suplicó.

Hisoka se quedó quieto y sin mirar al mayor dijo:

-¿Por qué debería de quedarme?

-Porque quiero estar con la persona que amo-susurró y obligó a Hisoka a que se girara.

Ono se abalanzó a los brazos de Tatsuha y sollozó.

-Creí que habías muerto.

-Perdóname-le acarició la espalda.

-No tienes ni idea de la angustia que viví. No sabía qué hacer,  a dónde ir, a quién marcarle…-se aferró aún más a Tatsuha-En verdad te gusta hacerme sufrir.

-Sólo un poco-bromeó Tatsuha.

-Eres un tonto-chilló el muchacho.

-Si…un verdadero tonto-separó con cuidado a Hisoka y le tomó el rostro con delicadeza. Miró conmovido a su hiyoko quién lloraba a cántaros. Enjugó algunas lágrimas-¿Podrías perdonar a éste tonto?-Hisoka se sorbió la nariz y asintió-Tú eres el culpable de que sea un tonto y un loco-se acercó al rostro.

-Tat…-los labios del monje silenciaron a Ono.

 

 

Tooru estaba hecha ovillo mientras que su mamá le acariciaba el cabello.

-Lo perdí mamá-sollozó-Perdí a mi bebé.

La señora Asahi sólo se limitó a seguir acariciando en silencio el largo cabello de su hija, mientras que su padre permanecía sumido en sus pensamientos en un rincón de la  habitación.

 

 

-Se supone que te quedaste para cuidarlo-vociferó colérica Mika, caminando a grandes zancadas por el largo pasillo del hospital.

-Lo dejé con papá-farfulló Eiri, caminado al lado de su hermana.

-Me acabo de despedir de papá, Eiri.

-¿Por qué me regañas a mí? ¿Tú que estabas haciendo? No soy su único hermano.

-Se te olvida que tengo una empresa de la cuál hacerme cargo y un hijo que cuidar.

Eiri gruñó. Estando a unos metros de la habitación de Tatsuha, los dos hermanos vislumbraron a Shuichi.

-No puedo creer que Shindo sea más consciente que tú-farfulló Mika.

-Yo sólo fui por un café-se defendió el rubio.

Mika le ignoró, aceleró el paso.  Tomó el pomo de la puerta de la habitación.

-No creo que sea buena idea entrar Mika-le advirtió Shu pero la castaña lo ignoró.

Cuando entró a la habitación, la mujer lanzó una exclamación. Ahí frente a ella estaba el menor de los Ono  recostado en la cama sin su abrigo y playera y encima de él Tatsuha. Inmediatamente Hisoka se cubrió el rostro, avergonzado.

-¿Podrías tocar?-replicó Tatsuha, molesto por la interrupción.

-Pero ¿qué carajos?-exclamó Eiri al entrar y ver tal escena.

-Se los advertí-susurró Shu.

-Maldito mocoso pervertido-vociferó Mika alejando a su hermano de Hisoka-¿Cómo te atreves a violar a Ono en un hospital?-le empujó lejos de la cama.

-No me estaba violando señora Mika-dijo Hisoka enderezándose.

-¡No lo defiendas!-la castaña tomó la ropa del jovencito y se la tendió. El joven Ono bajó la cabeza y tomó su ropa.

-No lo estaba violando-replicó Tatsuha ceñudo-Aún…

-Mocoso cínico-la castaña se abalanzó hacia su hermano, lo tomó del pijama de hospital y lo zarandeó.

-No lo lastime señora Mika-suplicó Hisoka, tratando de separar a la mujer de Tatsuha.

Eiri, por su parte, miró atónito la curiosa escena que se desarrollaba frente a él y sin poderlo evitar, comenzó a reír.

-¿Eiri?-Shuichi le miró. Entre risas, el rubio comenzó a llorar, mezcla de sentimientos encontrados-Ya todo está bien-le dijo mientras le frotaba la espalda. Yuki solo se limitó a asentir y a seguir llorando mientras reía.

 

 

Notas finales:

Aclaraciones: 

Yo no soy mamá y pues las mujeres que me rodean y son madres, todas han tenido césarea por lo que no sé como es que se siente cuando es parto natural, por lo que no pude describir bien el parto de Tooru, sorry :(


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