Ulquiorra estaba despierto, desde la madrugada, mirando el cielo desde su ventana, aun acostado en su cama. No haba nada en el firmamento que llamara su atencin, ni las estrellas que lucan hermosas, ni la luna en cuarto menguante, ni la oscuridad de la capa celestial…
El simplemente esperaba al amanecer, para levantarse; todos sus pensamientos estaban en otro muchacho… Un joven ms alto que l, de cuerpo atltico, unos ojos delirantes y una enorme sonrisa que lo enloqueca; la primera vez que lo haba visto jugar, haca poco menos de dos semanas, le haba paralizado, la mente y el cuerpo, por completo… Lo hizo olvidarse de sus presentes, de todas aquellas notas, de los chocolates, todo, todo qued en el olvido.
Por das crey que quera conocer a su “Pretendiente”, que sera alguien interesante, y que seguramente llegaran a “algo”, pero ese sbado, que fue obligado a entrar al gimnasio y jams le agradecera a esa loca desgraciado por ello, cuando lo vio moverse en la duela supo, al instante, que ese era el dueo de su corazn…
No poda jugare sucio, y usar a ambos, le pareci mezquino y poco tico, por lo que cortara de tajo con el de los obsequios, finalmente no lo conoca, no poda saber, con certeza, si le gustara, y jams le dijo quien era, por lo tanto, inevitablemente lo rechaz, una semana atrs, sin conocerlo, sin siquiera recibir su obsequio. Saba que cualquier otra persona hubiera sido razonablemente ms sociable, o en su caso menos frio, pero l era del tipo que pensaba que era mejor ser rechazado por quien “Te mueve el tapete” que estar atado a alguien que ni siquiera te atrae.
Sin embargo, haba sentimientos de arrepentimiento dentro de l, ya que su Valentn haba comenzado a agradarle, mucho, por ello, cuando recibi su ultimo regalo, a la maana siguiente despus de rechazarlo, no pudo tirarlo; la nota, aunque no deca gran cosa, era sincera; abri la caja, para hallar mas chocolates, que no pudo comer, simplemente los regal, pero guard las caja; era igual a la primera y le pareci que poda trnela de recuerdo, y la puso ah, en el fondo de uno de sus closets.
Suspir pesadamente, ese chico basquetbolista era casi como un “sueo” y le pareca familiar, de alguien a quien haba conocido mucho atrs… Pero en fin, no le gustaba solo por eso, le gustaba por todo lo que vio en l, por su fuerza, su empeo, su tenacidad, su fortaleza… Todo, absolutamente todo de l el gust.
Quera verlo de cerca, ese preciso da, y declarase, sin importarle si lo rechazaba, siempre y cuando pudiese robarle un beso, con eso se estara con conforme… Por algn tiempo.
Quien lo vise no creera que se trataba de l, Ulquiorra Schiffer, que pareca una colegiala de la elemental suspirando por su primer amor… Pero bueno, l tambin tena derecho a portarse as, en la privacidad solitaria de su cuarto desde luego, no quera destruir aquella reputacin que con tantos aos se haba forjado.
De nuevo suspir, pensando en l… Pero era que… Cuando pensaba en l todos sus problemas parecan desaparecer. Y qu problemas podra tener l? Por donde deba de empezar? Si contaba los que tena en el plantel seran los siguientes:
Neliel Tu Oderschvank… Ella no era suficiente por si sola? Saba que esa loquita lo odiaba, bastaba con saber lo siguiente…Ella le haca trampa en el ajedrez Acaso esa tonta lo crea estpido? Por su puesto que haba notado que le haca trampa! Y por si no fuera poco, tena que esconderse para comer, porque unos “matones” de tercero lo andaban fastidiando todos los das ltimamente… Saba que era culpa de ella Habra alguien mas que lo odiase tanto? No que l supiera… Y porqu lo odiaba ella?... Tal vez porque l era el favorito para participar en el prximo torneo, de verano, de ajedrez juvenil… Si haba otro motivo, l lo desconoca por completo, para lo mucho que le importaba…
El odio era muto, eso ni para que negarlo, pero las razones de l eran ms “legtimas”…
Querer acusarla era intil, ella tena una reputacin de “Santa”, si los dems supieran lo que “esa” pequea ofrecida haca y deca… Como sea No poda acusarla y punto… Pero no se quedara as, no era que l fuera vengativo, esa “zorra” no mereca ni sus pensamientos, pero era casi personal, y cuando le diera la hara llorar, humillantemente…
Pasando a otros de sus problemas… Sus padres… Bueno s, los padres siempre son un problema para los hijos, en especial cuando se trata de “primeros amores”, pero eso no era todo…
Entenda que los “adultos” se preocuparan por sus hijos, o pretendieran hacerlo con el fin de hacerles la vida miserable por venganza imposible hacia sus propios progenitores, pero su madre era la exageracin, lo acosaba por toda la casa, preguntndole por los regalos, pidiendo, mejor dicho demandando, el nombre de la autora de los presentes, cuando ella supiera…
Tanto era lo que lo hostigaba que su nico refugio era encerrarse en su cuarto para poder salir por la ventana y treparse al techo un rato, hasta que ella se cansara de llamarlo; esperaba que jams comprara una escalera ni que aprendiera a trepar al techo, al menos con su padre era menos, una simple escusa, que su padre saba era mentira, y asunto resuelto. Pero los interrogatorios de su madre cada vez se ponan peor… Insoportables…
Entenda que quisieran acercarse ms a l, para ser una “verdadera” familia “feliz”, pero, inicialmente, ellos lo haban alejado… Porqu no lo dejaban en paz, y se dedicaban a vivir sus propias vidas? Por supuesto, sus padres buscaban venganza, sobre de l, de lo que sus propios padres, los abuelos de l, le hicieran a ellos… Que vida mas bella le haba tocado Cierto? Mejor dejaba lo de sus problemas ah, o ese da solo acabara en quejas, y l de MUY mal humor… Que bueno que lo tena a l para calmarlo, aunque solo fuera en sus fantasas, por ahora…
Justo en es momento haba terminado de admirar su “obra de arte”, su regalo de St White para ese chico… Hacerlo sin que sus padres, en realidad su madre, lo fastidiaran fue todo un reto… Pero eso le record los regalos de su Valentn, indirectamente… Un gato y un vampiro de chocolate, que aun estaban en su congelador. Nunca entendi el significado de eso, cuando llegara del festival tendra que tirarlos, para que todo muriera ah, en el olvido…
Y qu pensaba dar como regalo de St White?... Eso era un secreto de “Carcter Mundial” no pensaba dejar que nadie lo viera, y de nuevo record todo lo que haba “sufrido” para evitar que su madre entrara a la cocina en la noche, despus de la cena…
Ponerle llave a todas las puertas, que eran solo dos, fue insuficiente, y tuvo que amenazarla con dejar la llave de gas abierta, y que prendera un cerillo despus, para que ella lo dejara en paz… Que bueno que lo crea un sdico/masoquista psicpata… Por qu no se acordaba de ello cuando lo torturaba con sus preguntas absurdas? Aquella vez que le pregunt si aun era virgen, haca un par de meses, casi muere ahogado por su t, que aun no tragaba… Desde luego que ella jams tendra una respuesta a esa maldita pregunta.
Ya no tena nada que temer, o eso esperaba, en solo unas horas se declarara y robara ese ansiado beso que deseaba. Lleg el amanecer, ahuyentado todo tipo de oscuridad, cedindole paso a la luz.
Aquellos tonos tiernos de un nuevo amanecer le recordaban mucho de ese chico… Sus ojos que le robaban suspiros, su fuerza, en la potencia que demostraba la luz, pese a la poca claridad… Quiz estaba quedando en verdad loco, Cmo algo, como un amanecer, poda hacerle creer que era idntico a una persona de carne y hueso?... Solo para empezar, el amanecer no poda hacerle creer nada, ni mucho menos pretender lograrlo, porque no era una entidad pensarte, solo una situacin… Estaba mal, muy mal… Pero se senta tan bien…
Finalmente se levant, un poco entumecido por no moverse en mucho tiempo, anduvo hasta su closet y sac el traje, que su madre le haba alistado mientras l estaba encerrado en la cocina. Blanco, ira de ese deslumbrante color, justo como marcaba la “tradicin familiar”, segn su padre. “Blanco desde la piel hasta lo zapatos”… Eso sola decir su abuelo, quien tuvo hasta el cabello blanco desde su juventud… Que bueno que no era su caso…
Dej el traje sobre la cama, metindose a baar, repasara su plan, una vez ms, para estar seguro de que no olvidaba nada. ltimamente muchas cosas se le haban olvidado, a l, Ulquiorra Schiffer, sus maestros no podan creerlo, y no falto el quien le dijera que dejara de pensar en la novia… Ellos no saban nada…
No poda jurar que todo saldra tal cual lo planeaba, porque en la vida hay un montn de factores y detalles que no pueden ser controlados, pero al menos, tena la idea general. Se haba tomado la “molestia” de averiguar toda la informacin que tena a la mano sobre l, sin abusar de sus contactos, no quera que nadie supiera de quien se trataba. Saba que su saln estaba cerca, mucho realmente, del propio, que su casilla de zapatos estaba igualmente MUY cerca, Y como demonios no lo haba visto antes? Tal vez por sus distintos horarios de entrada. Tena su nmero de celular, pero si nunca lo marc en esos das fue porque, lo peor, el chico tena novia…
Precisamente por eso odiaba a Neliel Tu Oderschvank, ella era al “flamante” novia del chico que le gustaba… pero iba a ignorar ese “pequeo detallito” por ahora…
Saba que a l le gustaba la carne, los deportes, la televisin… Que fumaba de vez en cuando, que meda un metro con ochenta y seis centmetros, y que se esperaba pasara de los dos metros despus; que calzaba… Bueno. Que lo tena “grande”, confiable informacin, salida de los propios labios de la “Casta” novia… otra razn ms para odiarla hasta la muerte…
Otra cosa que se deca de l, por boca de la misma “Casta”, era que usaba ropa interior tipo speedo, de colores rojo intenso, negro, azul elctrico, amarillo oro y dems colores contrastantes… Imaginarlo con esa prenda, o sin ella, lo haca ponerse bastante “caliente”, era mejor regresar a “revisar” su plan, antes de que cierta parte suya se despertara y le exigiera atencin…
Su plan… era algo muy simple, tanto que olvidarlo era imposible. Primero, llegara temprano para poder dejarle su regalo. Segundo, lo buscara, empezando por su saln, en la misma rea de primeros, y si era necesario se presentara en la de terceros, para preguntarle a la “Casta” el paradero del susodicho, con tanta gente dudaba que ella se negara a decirle. Tercero lo citara en algn lugar donde estn solos, para que nadie pudiese interrumpirlo. Cuarto, se declarara y le robara un beso, fin del plan.
Muy simple realmente. Claro que corra el riesgo de que lo golpeara, y tratara de asesinarlo, pero a esas alturas Qu ms daba? No sera la primera vez que estuviera hospitalizado. “Lo cantado y bailado nadie te lo quita” Decan sus abuelos cuando se escapaban a hacer alguna locura “senil”.
Al terminare de alistarse baj a desayunar, sus padres estaban ah, que desgracia, pens l, esperndolo para tomar los alimentos. Estaban en silencio, sonriendo, se vean tan tranquilos.
Su madre era toda dulzura, era una pena que tuviera que trabajar, cosa que l agradeca infinitamente, con el sueldo de su padre les alcanzara perfectamente, pero sus progenitores queran darle la mejor educacin, la mejor universidad, y dems lujos, porque, en palabras de ellos, Ulquiorra se lo merece todo.
Su padre era agradable, comprensivo, mas que su madre, carioso, serio y hasta un poco simple, pero buena persona de noble corazn, que hara cualquier cosa por su familia.
Nadie poda entender cmo de un matrimonio tan “perfecto” haba salido un “engendro” nocturno, antiptico, y antisocial como lo era l. Pero solo sus ms llegados conocan la razn…
Hasta haca tres aos tenan muchos problemas econmicos, sus padres discutan a cada rato y constantemente la palabra divorcio resonaba en su casa. A l lo mantenan asilado de ellos, en la soledad de su cuarto, o viendo televisin a todo volumen para no or sus gritos, y cuando era mas chico lo golpeaban, para que se callara, para que no siguiera pidiendo nada… As lo hizo, se mantuvo callado, tanto que ahora tenan que sacarle las palabras por la fuerza… Acaso no era un hijo obediente y bueno? Era culpa de ellos, lo fueron alejando poco a poco…
Quizs hubiera podido olvidarse de todo eso, y tratar de vivir con ellos su nueva vida feliz, pero… Algo que jams les pudo perdonar fue que lo hicieran aun lado…
Haca dos aos lo haban mandado de campamento, en invierno cuando haba mucho fro y l tena fiebre, para “salvar” su matrimonio, cosa que lograron verdaderamente.
S, reconoca que no fue tan malo, porque haba conocido a quien le diera su primer beso, y quien quizs pudo ser su primer amor, pero el rechazo a su existencia era algo que lo marc, si bien no les guardaba rencor, no se senta con ganas de acercarse de nuevo, no deseaba hacerlo.
Era una escusa, seguramente lo era, pero no le importaba, ellos lo haban hecho la personificacin de la antipata y la cruel indiferencia, ni diez psiclogos pudieron corregir lo que l consideraba como su propio yo. Lo saba y le daba igual, no iba a cambiar por ellos, ni por nadie, le gustaba ser lo como era.
Lo que ninguno de ellos imaginaba, sentados en esa mesa tratando de tener un dialogo decente con su hijo, era la gran diferencia que seria de Ulquiorra Schiffer esa misma tarde… Qu nada lo hara cambiar?... Hasta l mismo iba a dudar, si de verdad le gustaba ser as, ese mismo da