Para l, San Valentn, era de las peores fechas del ao, si no es que la peor; haba pensado que ese ao sera igual a los anteriores, hasta que hall aquel regalo tan peculiar en su lugar. Era un enrome corazn rojo, con un cinto negro, y pens que sera interesante…
Nunca se imagin que ese presente slo marcara el principio de una turbia racha de eventos desconcertantes en su vida.
Da tras da, incluyendo domingos, fue recibiendo un regalo de Sn Valentn, eso en un principio le pareci mortificante, pero como los chocolates, y dems postres, estaban deliciosos, y que su admirador le pareci interesante, acab por tomarle gusto a esos presentes, al grado de esperarlos con ansias cada da. Cada regalo vena con una nota, cada una con palabras bastante particulares, muy lejanas de las cursileras tpicas de la fecha, todas esas atenciones lo hacan sentirse muy bien.Todo fue emocionante hasta el da veintiocho de febrero, ese da decidi dejarle una nota a su admirador, haciendo que la sensacin de ansiedad ante la espera de una respuesta aumentara casi al nerviosismo...
Cada da que sigui era casi como si estuviera a la espera de tener una primera cita, esperar la contestacin lo mantena al borde del asiento, y con falta de sueo, todas las noches. El intercambio de “Letras” apenas dur unos das, pero ese pequeo lapso de tiempo fue suficiente para pensar que ese chico le estaba comenzando a gustar, Por su forma de escribir, de expresarse, y desde luego por su forma de cocinar. Adems del hecho de que, en definitiva, pareca no esforzarse en esconder su verdadera personalidad, ya que le daba pistas, y que su identidad aun fuera un misterio lo haca mucho mas entretenido e incluso hasta le pareca algo sexy, dejar ese misteriosos enigma para el final era en verdad sensual y provocador, tanto que hasta se entrecortaba su respiracin al pensar en la respuesta que lo esperaban cada maana, junto a su presente del da…
S, le haba dejado las pistas, pero no poda encontrarles sentido alguno Cmo entraban un murcilago y un gato en todo esto? Qu se supona que quera decir con esos chocolates? Dijo que se haban conocido antes, no? Imposible! Recordara a alguien tan peculiar sin duda alguna. Adems, no encajaba en lo absoluto con ninguno de sus compaeros, ni actuales ni con los de la secundaria…
Haba mencionado que “…l” era una persona que sobresala del resto… “Si estuvieras frente a todos los alumnos de la escuela es seguro que me notaras en seguida” Le pareci que sonaba arrogante, pero poda ser muy cierto, como en el caso de Kurosaki Ichigo, o Abarai Renji, ambos resaltaban de inmediato por sus colores de cabello, pero no poda asegurar que fuera el mismo caso con su admirador, ya que la razn por la que sobresala poda ser otra, como su altura, o color de piel, tal vez algn tatuaje… Cmo saberlo con certeza?
Tambin lo haba llamado “Chupasangre” Tendra ese “apodo” algn contexto escondido que no hubiese notado con anterioridad? Aunque no le pareca que esa palabra llevara otro significado adems del literal, pareca ser nada mas un apodo comn, sin embargo, ni en la escuela elemental, o en la secundara, menos an en la actual, nadie le haba puesto semejante sobrenombre…
Despus haba mencionado el Futbol, y el Kendo, l mismo era parte del Club de Kendo, al igual que Kuchiki Imouto, y no haba nadie en ese club que encajara en el “perfil” de su admirador, y en el club de futbol… Esperaba que no… El futbol era el deporte que menos le gustaba de todos…
Haba tratado de hacerlo enojar, como la vez que lo llam esposa, para que se presentara frente a l para que le reclame y conocerlo, pero la treta no haba funcionado… Sin embargo ese mismo sbado todo termin, un acontecimiento inesperado en su vida haba cambiado todas las cosas, ya que haba encontrado a la persona ms “Increble” de todas las que haba conocido…
Aquel sbado tenan prcticas, todos los clubs, por lo que fue al plantel para acudir a sus practicas de kendo, y a jugar Ajedrez, y por su puesto para poder recibir su regalo, mas que nada por ese ltimo que por los dems; al leer la nota se sinti emocionado, tena una pieza mas del rompecabezas, devor su obsequi despus del entrenamiento, tratando de hilar todas las pistas que tena, aun sin llegar a ningn resultado, y lleg a pensar que tal vez su “Valentn” tena razn: Tanta azcar, junto con todo ese ambiente “romntico” que se haban montado, le estaba aletargando el cerebro… Pero no le importaba, se senta bien, y feliz…
Iba de salida, pues sus practicas ya haban terminado, cuando su mejor contrincante de Ajedrez apareci, justo como una loca, frente a l, gritando cosas incoherentes, ella estaba mucho mas que feliz, daba brincos como un conejo sper drogado, con los ojos de “estrella”, nicamente diciendo que su querido “Bebito” iba a jugar ese da contra otra escuela, en un partido improvisado, ah en su mismo plantel. La chica delirante de “felicidad”, aunque l jurara que era a causa de alguna droga, llam a todos sus amigos y compaeros, as como a conocidos de todas partes, para echarle porras al equipo de su escuela…
No pudo evitar quedar atrapado ah, ella no lo dej escapar, pero al menos estaba a una prudente distancia, de cinco asientos, lejos de la loquita “esa”, incluso no deseaba quedarse mas de lo necesario, ya que el bsquetbol era lejanamente uno de sus deportes “soportables”, sin embargo escapar era casi imposible, as que estaba condenado a prestar atencin al juego por las circunstancias…
Justo al inicio del partido las cosas se pusieron muy ruidosas, con lo mucho que a l le gustaba el ruido, pens sarcsticamente, las chicas comenzaron a gritar completamente fuera de si, La razn? Los jugadores estelares de bsquet, del equipo de su escuela, estaban entre los ms populares de todo el plantel.
El primero en salir, con el nmero diez, el capitn del equipo, un rubio que tena el cabello largo hasta los hombros, cortado de forma recta, tena una sonrisa extraa y era muy popular, muchas chicas hasta temblaban de emocin cuando las miraba, y l reparta besos para todas…
El segundo fue un castao de gafas cuadradas, del nmero cinco, tena una sonrisa tierna y dulce, y justo cuando se quit los anteojos, para jugar, su rostro cambi a uno mas sexy y pcaro, aquella sonrisa fra derreta a todo un centenar de chicas que gritaban su nombre como posesas…Ulquiorra saba que lo conoca de antes, s, ese chico castao haba sido su senpai en la secundaria…
El tercero fue un peliazul, del nmero seis, con una sonrisa desquiciada y de aspecto salvaje, salud hacia todos, en especial a esa loca que lo oblig a asistir a ese estpido partido, las chicas, de uno de los barandales, lo llamaban a gritos, esperando que las mirara, todas gritaban su nombre hasta el hartazgo.
El cuarto era un joven de cabellos negros y despeinados, tena el nmero sesenta y nueve, una sonrisa sincera y coqueta, quizs era el mas natural de todos ellos, igual tena un club de fans innumerable, todas ellas tenan cara de “morir a causa de un orgasmo” cuando lo miraban, pens que esas chicas eran slo unas pobres estpidas…
El quinto fue un joven de cabellos negros azulosos, hasta casi los hombros, con el nmero once, tena un semblante serio y calmado, pas a la duela como si todos los dems no existieran, a l lo conoca por otras personas, aquel joven de tercero era conocido como su “Alteza”, tanta era su fama que tena un grupo de porristas “profesionales” que lo animaba en cada uno de sus partidos, seguramente era la envidia de toda la escuela, y ah estaba Kuchiki Imouto animndolo entusiastamente.
Tena que reconocer que los cinco eran muy atractivos, cada uno a su manera claro, aunque uno en particular llam su atencin, su forma de moverse, de hacer fintas, de robar pases, aquel instante en que el tiempo pareca detenerse mientras saltaba para meter una canasta… Sus movimientos tan veloces, el brillo de la luz sobre su piel, esos ojos que con una mirada le haban robado el alma, quera conocerlo en persona, ya saba su nombre, cortesa de las loquitas gritando, ahora slo le faltaba averiguar todo lo dems sobre l… Todos esos detalles resaltaban a su vista, haciendo que perdiera la nocin de todo lo dems.
Su cerebro dej de funcionar realmente, dej todo lo que hasta ese momento haba analizado sobre las pistas de sus regalos, y “Su” Valentn pas a ser “el” Valentn, se enfocara con toda su mente, alma y dems, en aquel chico que se mova como un dios en esa cancha… S, un Dios, precisamente eso es lo que ese hombre era, un Dios. Por unos instantes le pareci estpido que antes no lo hubiera notado, que antes ese jugador no lo hubiera “flechado”, pero as era el amor: Impredecible.
El domingo, por la maana hall su regalo… Y se maldijo mil veces mentalmente, haba estado tan eufrico, internamente claro, con su nuevo enamoramiento, que se haba olvidado por completo del “otro”, y ahora tena que pensar en como deshacerse de l. Se jur a si mismo, el da anterior, que se le declarara a su nuevo amor el da de St White, es decir, el mircoles, dentro de tres das. Cmo podra declarrsele a uno y salir con el otro el mismo da? Con esa actitud slo dara a entender que era un maldito miserable sin sentimientos que slo jugaba con la gente, lo cual era, en parte cierto, pero su nuevo flechazo no tena porque saberlo Cierto?
En esta ocasin no quera que se pensara eso de l, quera ser lo mas sincero y honesto que fuera posible, porque slo as se puede ganar verdaderamente el corazn de alguien, o al menos esa era la idea que su madre le haba metido desde temprana edad en la cabeza, pero como nunca le haba interesado nadie, pues no se haba esforzado por no ser “Insoportable”… Aunque… Si se portaba amable y agradable, no estara fingiendo lo que no es? Que complicado era pensar con las neuronas embobabas por el amor…
Apenas tena tiempo, tena que deshacerse del idiota de los regalos como fuere, por eso le dej una nota desagradable el lunes que sigui, esperando que desistiera, pero su esfuerzo fue nulo, fall rotundamente… Quiso resolver la incgnita de su identidad para que no tuviera que salir con l, pero le fue imposible siquiera hilar las pistas, asique, nuevamente, haba fallado Cmo no fallara si su cerebro rememoraba constantemente a ese “Adonis”? Mal, iba por muy mal camino… No quiso contarle a nadie de su situacin, por lo que le tocaba resolverlo l solo.
Lleg el martes y aun no haba pensado en nada, le haba dejado una nota muy explcita, no quera nada con l, pero ese cabeza hueca no entenda y segua insistiendo, incluso lo haba retado aun ms: no negara que el hecho de que su admirador fuera perseverante le agradaba, pero precisamente esa obstinacin le complicaba cada minuto ms las cosas…
Descart a casi medio plantel, es decir a casi todos los varones que pudo recordar, y simplemente no poda dar con l, hizo una investigacin “Express” del tal “Gato”, pero no pudo hallar a nadie con ese apodo. Estaba perdido, ya se acercaba la hora de la verdad… Justo ese da, martes trece de marzo, a las ocho de la noche tena que encontrarse con l…
Tena que ir, no deba de plantarlo, ni huir, pero no pensaba arreglarse en lo absoluto para verlo, simplemente se puso un pantaln deslavado cualquiera de su closet, una camisa negra ajustada ligeramente a su cuerpo, que lucia bastante bien pero que l consideraba de “diario”, sus tenis de deportes y nada mas; sali de su casa sin decir nada a sus padres, quienes pensaron que su hijo solo dara una vuelta por ah, y camino despacio hacia el lugar acordado, lo mejor era acabar con eso pronto, bien deca un dicho “Al mal paso darle prisa” .
No saba como iba a lograrlo, pero tena que evitar todo contacto con l, aun si tena que herirlo profundamente. Por eso mismo es que odiaba los catorce de febrero, slo le traan problemas a su vida, eran una tortura, y el de ese ao haba sido el peor de todos…
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