III
Harry miró a todos lados sintiéndose perdido, aquel llano verde no se parecía en nada a ningún otro que hubiera visto en las cercanías de Hogwarts.
Llegó hasta donde estaba su varita y la miró con molestia, como si la culpase de su caída -¿Dónde estoy?- preguntó al aire antes de suspirar y emprender su camino, debía encontrar a Ron y Malfoy antes de volver al colegio.
Llevaba bastante tiempo caminando cuando por fin pudo ver humo como de una chimenea en el horizonte. Rogó con todas sus fuerzas que aquel fuese Hogsmeade, no quería imaginarse caminando con en esas ropas frente a un grupo de muggles. Apuró el paso.
Estaba seguro que su hechizo había sido conjurado perfectamente, si Malfoy no se hubiera interpuesto, lo más seguro es que ahora estuviese junto con Ron y Hermione riéndose de cualquier cosa en la sala común... Malfoy era un madito idiota.
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Harry frunció el entrecejo cuando vio la primera casa de aquel "peculiar pueblo". Una vez más sentía como si estuviese viendo mal; desde que aquella extraña criatura mágica lo había salvado no se sintió normal, pero aquello rayaba.... no lo curioso si no ¿extraño?
La gente llevaba ropa de un corte japonés antiguo, jalaban carretas y vendían desde sus tiendas con efusividad. El camino no estaba pavimentado y los niños corrían de un lado a otro con espadas y cascos de madera, aquella era sin duda una sensación demasiado parecida a cuando vio el callejón Diagon por primera vez.
-Señor ¿por que viste tan extraño? - una niña se había acercado hasta donde él estaba y jalaba su túnica curiosa
-¿Qué?- la pequeña de cabello marrón y coletas lo miró con una sonrisa confundida
-¿Qué dijo señor? - Harry la miró detenidamente, tal vez aquel era un idioma que hablaban entre criaturas mágicas. La niña se veía muy normal, pero bien podría ser una media sangre.
-Haruko ¿Qué te dije sobre molestar a los demás? - una mujer de cabello igual de marrón que la niña se acerco corriendo -Lo siento señor espero que mi hija no lo haya molestado-
Harry negó con la cabeza, aún no entendía pero se hacia una ligera idea.
-Adiós señor- la niña y la madre se despidieron con una reverencia
El Gryffindor se sentó en una de las bancas afuera de un puesto, meditando.
Toda la gente en ese pueblo hablaba aquel extraño idioma*** y los letreros estaban escritos en jeroglíficos que no se parecían a ningún idioma mágico que conociera; No eran runas, elfico o gnomico.
-Toma- la muchacha que atendía en el puesto donde se había sentado se acercó y puso frente a él un boul lleno de arroz y pescado frito.
El moreno lo miró - esto gracias, pero no tengo dinero-
La muchacha frunció el entrecejo sin comprenderlo, así que Harry batió la manos y jaló sus bolsillos mostrándolos vacíos.
-aaah entiendo, no tienes dinero- la muchacha se llevó un dedo a la boca y sonrió -no te preocupes - se señalo - yo te lo regalo, es cortesía de la casa- le tendió el plato nuevamente y le colocó los palillos en la mano
Harry se sentía aún más confundido -Gracias - dijo tomando los palillos sin saber que hacer realmente con ellos.
Después de varios intentos fallidos por llevarse la comida a la boca, la muchacha le enseño entre risas como tomar los palillos.
Ya casi terminaba de comer cuando varios gritos se escucharon a lo lejos; la gente que antes caminaba apacible por las calles corría despavorida y los comerciantes dejaban sus puestos sin cerrar para refugiarse en la espesura del bosque y llano donde venia Harry.
-Kaede corre- un hombre mayor salió del puesto de arroz frito para jalar a la muchacha que le invitó a comer
-Corre- le dijo la muchacha a Harry yendo tras el hombre, pero al ver que el moreno no se movía se regreso para tomarlo del brazo -Es peligroso debes venir-
Harry no sabía que hacer, la última vez que había visto a la gente correr de esa manera fue en un ataque de mortifagos y ahora él estaba ahí, se preguntaba si Voldemorth lo había encontrado.
La niña que antes se había topado con Harry lloraba tirada en el suelo llamando a su madre, de pronto un golpe seco se escuchó seguido de un potente rugido. Kaede asustada soltó a Harry y corrió a refugiarse junto con los demás aldeanos.
Una enorme bestia se dejó ver entre la nube de polvo que se había levantado, verde y con tentáculos enormes lanzaba golpes destruyendo las chozas más cercanas.
-Mamá- gritó Haruko viendo como la bestia se acercaba, mientras que la mujer retenida por un grupo de aldeanos se jaloneaba para poder ir a rescatar a su hija.
Harry apretó la varita entre sus manos, todo ese grupo de personas parecían Muggles pero tenia que ayudar a la pequeña.
La bestia batió un tentáculo en el aire para azotarlo contra la niña justo cuando Harry se interpuso -¡Protego!- gritó lo más fuerte que pudo esperando que su barrera fuera lo suficientemente resistente como para no romperse con el golpe.
Todos contuvieron la respiración, mirando impotentes como la bestia goleaba una y otra vez la barrera que Harry había hecho.
-¿Estas bien?- preguntó el moreno a la pequeña y la niña asintió
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Deidara miró a Tobi desde su ave de arcilla molesto -¿Por qué hiciste eso? -
-Tobi solo quería jugar con Sanbi-
El rubio resopló -solo tenemos que atraparlo, déjame a mi hacer el trabajo-
-Pero Deidara-senpai, Sanbi es de Tobi-
-Lo que tu digas- contestó el rubio agitando la mano para ignorarlo.
Cuando ambos Akatsuki llegaron al pueblo donde Sanbi se había entretenido se acomodaron -Ahora te voy a enseñar como se hace- Deidara se elevó en el aire para poder lanzarle a la bestia una de sus bombas de arcilla cuando vio a las 2 personas que se protegían con una extraña barrera de su ataque.
-¿Qué es eso? -
-¡Are mira Deidara-Senpai ahí hay 2 personas! -
Deidara sintió que se caía del ave debido a que Tobi lo tomó por sorpresa trepándose a un lado de él-¡NO ME GRITES! Estúpido, bájate-
-Pero...- no pudieron empezar a discutir por que Sanbi notó su presencia justo en ese momento y nada lento comenzó agitar sus tentáculos para intentar matarlos como si de moscas se tratasen.
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Harry confundido sintió que la bestia dejaba de atacarlo para agitar los tentáculos sobre él y viendo la oportunidad, comenzó a correr con la niña entre brazos.
-Quédate aquí- le dijo a la pequeña antes de correr de regreso para encontrarse con la bestia, ahí había 2 personas defendiéndose de ese calamar con caparazón.
Ambos parecían estar manejando bastante bien la situación -Eso es Deidara-Senpai- gritó Tobi parado en el caparazón de Sanbi esquivando los tentáculos y una que otra bomba del rubio -Más cuidado senpai, eso casi me toca-
-Es una lastima que casi te tocara-
-Senpai es malo-
Harry miró curioso como el par combatía a la bestia. El rubio volaba sobre algún tipo de criatura mágica que no conocía mientras el otro esquivaba todo como si tuviese un conjuro de rapidez junto con una toma bastante potente de felix felicis para saber hacia donde caminar.
Tan perdido estaba que apenas y pudo reaccionar cuando una explosión lo alcanzó.
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A primera vista le pareció alguien bastante curioso, lo suficiente como para permitirse usar algo de su poder en él.
El lugar estaba oscuro, solo había una banca al centro de toda esa oscuridad y la figura de un joven sentada sobre ella.
-¿Quien eres tu?, ¿Qué haces aquí?-
Se sonrió a si mismo; estaba en lo correcto, aquel niño también tenia una concentración de ¿chakra? maligno muy poderosa en su interior.
-Pregunté ¿Quién eres tú? Contesta-
-Madara- silbó dejando ver el sharingan
-No te conozco- contestó el ente maligno-pero sé que no eres bienvenido aquí-
Madara activó el sharingan sobre él para poder conocer más sobre su naturaleza o intentar controlarla, pero no logró nada.
El trozo de alma de Voldemorth comenzó a reír a mandíbula batiente -No puedes usar trucos mentales conmigo ¡LARGO!- gritó y justo después una fuerza diferente a cualquier chakra que hubiese sentido en toda su vida lo expulso de aquel chiquillo.
Una clase de Jinchuriki que jamás había visto.
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-Deidara Senpai es muy malo- Harry abrió los ojos y vio al chico de la mascara sobre él, demasiado cerca como si con verlo pudiera revivirlo, la cicatriz le dolía.
-Déjalo, ya tenemos a Sanbi-
-Pero- le picoteo en la frente - Creo que esta vivo-
Harry se quejó -¿Qué...-
-Esta vivo- Gritó Tobi entusiasmado y Deidara solo resopló
-Esto- la mucuchacha del arroz frito se acerco casi temblando -¿De verdad esta bien?-
-Si mira- Tobi lo incorporó demasiado rápido
-Muchas gracias por acabar con Sanbi, les debemos mucho- dijo el anciano que acompañaba a Kaede -Ese monstruo había atormentado a nuestro pueblo durante mucho tiempo-
Deidara resopló -No lo hicimos por ustedes, lo necesitamos. Vamonos Tobi-
-Gracias- dijo la madre de la pequeña hincándose frente a Harry -Muchas gracias por salvar a mi Haruko-
-De na...da- algo extraño ocurría ¿Por qué de pronto entendía a todos?, la cicatriz le escocia como nunca y la cabeza le dolía como si hubiese estado practicando Occlumency todo el dia.
-Gracias señor- la pequeña lo abrazó y le dio un beso en la mejilla sonrojada
El Gryffindor le devolvió una sonrisa y alzó la vista buscando al rubio y al enmascarado, pero estos ya habían comenzado su camino.
-Esperen- gritó parándose rápido para alcanzarlos, no importándole el dolor de cabeza.
Justo ahora tenia dudas muy serias de donde se encontraba o quienes eran los que estaban a su alrededor. Los aldeanos se habían tomado tan común la existencia de la magia y él sabía que hacia mucho tiempo las comunidades donde muggles y magos convivían habían desaparecido desde hace mucho tiempo. Todo era muy extraño y parecía que aquellos 2 podrían ayudarle. Además portaban esas túnicas negras con estampados rojos como la de aquel hombre que lo rescató.
-Por tu culpa se me terminó toda mi arcilla- le recriminó Deidara a Tobi quien solo se llevo una mano tras la nuca
-Esperen- Harry los alcanzó y ambos lo miraron curiosos
-¿Qué quieres?- Parecía que el rubio nunca estaba de buen humor
-Ustedes también son magos verdad- a ambos les cayo una gota sobre la sien
-¡Magos!- Tobi se emocionó
-No mocoso somos ninjas, estos pueblerinos están peor de lo que creía-
-¿Ninjas?- esta vez fue el turno de Harry de fruncir el entrecejo
El rubio se volvió a girar para seguir su camino
-¿Saben como llegar a Hogwarts o a Londres a kings Cross?-
-Etto- Tobi se llevo una mano a la boca -¡Claro!-
-¿Sabes?- Deidara jamás había escuchado esos lugares
-Si Senpai, nosotros vamos para allá verdad-
-Eso no es...- el rubio no pudo terminara de hablar por que Tobi le tapo la boca
-Podemos llevarte-
Harry los miro un tanto desconfiado pero acepto, después de todo él había sido quien les pidió ayuda desde un principio.
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Ron buscó entre los arbustos -Aquí estas- por fin volvía a tener la dichosa agenda entre sus manos
Miró hacia todos lados en busca de su amigo -¡HARRY!- gritó para ver si había caído cerca, esperaba que estuviera bien -Que mierda- se dijo tras segundos de no recibir respuesta, lo más seguro que a estas alturas McGonagall ya les hubiese puesto un Troll -¡HARRY!-
Caminó unos cuantos pasos más, que se suponía que haría ahora. Estaba perdido en medio del bosque; cruzó los dedos deseando que aquel no fuera el prohibido.
Escuchó pasos tras él -¿Quién anda ahí?- alzó la varita
Más pasos, ahora a un lado, después al otro... Ron no sabia hacia donde apuntar -¿Quién es?- preguntó esta vez en voz baja, algo le decía que fuese lo que fuese no era amigable, pronto sintió un filo frió subir por su yugular.
-para ser un espía eres algo ruidoso- El pelirrojo paró la respiración -y demasiado llamativo- Ron sitió como aquel extraño tomaba un mechón de su cabello entre sus manos y lo aspiraba.
Con cuidado giro la varita e hizo que por debajo de su brazo apuntara a su atacante.
-Que intentas- dijo el extraño tomandole la mano para que no intentara hacer ningún movimiento pero Ron ya se había posicionado.
-Petrificus Totalus- conjuró el Pelirrojo y pronto sintió como todos los músculos de su captor se tensaban dejándolo algo incomodo entre sus brazos pero a la vez libre para zafarse de la amenaza.
Su atacante se veía claramente confundido cuando Ron con el seño fruncido y sin dejar de apuntarle con su varita comenzó a examinarlo -¿Qué demonios eres?- le pregunto observando su extraña apariencia. Su atacante parecía un chico de su edad, con ropas extrañas y múltiples dientes filosos como los de una piraña. Si no fuese por que parecía más humano que criatura mágica el Gryffindor podría jurar que se acababa de encontrar con un Kappa.
Le había amenazado con una especie de cuchillo negro -Suigetsu- escuchó una voz femenina cerca y sus sentidos se volvieron a poner alerta, el chico petrificado detrás suyo solo giraba los ojos de un lado a otro.
-Aquí estas, ¿Qué se...?- Ron vio aparecer con mucha calma a una muchacha de cabello rojo, lentes y cuerpo bellamente proporcionado -¿Quien es ese?-
Ron vaciló, no sabia si mantener la varita en alto o no, la chica comenzó a acercarse.
-Oye Suigetsu- la joven paso a un lado suyo sin prestarle mucha atención, se veía muchísimo más interesada por el hecho de que el otro joven no movía ni un solo músculo. Sin pensarlo 2 veces lo empujo y el cuerpo de Suiguetsu calló al suelo con un golpe sordo -interesante- dijo sin inmutarse y se dirigió a Ron que ya había dado unos cuantos pasos para atrás -¿Tu hiciste eso?-
El Gryffindor no entendía nada de lo que la chica decía y antes de que pudiese siquiera hacer algo la muchacha ya había presionado algún punto de su cuerpo que lo hizo sentirse adormecido.