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Sentimiento Mutuo por Grifo

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Notas del capitulo:

Hola a todos ^^ Les traigo el tercer capitulo, mañana ya les dejo el final...

Disculpen!! soy muy inutil con las páginas como para entender que no se tiene que apretar un boton más de 1 vez, por que se suben 20 capitulos juntos ¬¬

Y con respecto al texto, yo escribo los capitulos en Word y luego los pasó aqui. Ahora, el muy maldito programa no me deja escribir Myu, me escribe Muy. Y tuve que hacer una corrección una vez que lo subí a la página.

Disculpenme ^^

Saludos!

Capítulo 3

     Nunca entendería esa capacidad que tenía Aiacos para leer entre líneas, pero a veces se hacia molesto estar hablando y recibir una mirada acusadora de su parte, o cuando se entusiasmaba y nadie lograba hacer que parara de hablar, sin duda su amigo era un hombre multifacético, un día podía ser serio y silencioso y al otro podía ser el más charlatán y alegre.

-         Bueno, no precisamente saliendo, como para decirlo de esa forma, tan oficial – respondió Myu rápidamente y al notar que su amigo arqueaba una ceja agregó – sólo que lo conocí hace unos meses y tenemos algo, pero no es correcto ponerle un nombre o algo por el estilo – dijo el chico. Pero al parecer Aiacos esperaba que le informara un poco más acerca de esa persona y prosiguió - ¿Ves ese chico del fondo? El de cabello corto que sirve a esa pareja – dijo esta vez señalando al hombre.

-         ¿Cómo se llama? – preguntó Aiacos intrigado.

-         Pharao – dijo Myu de forma rápida.

Tal vez el mencionado estaba demasiado cerca de ellos, o tal vez Myu de tan entusiasmado que estaba prácticamente gritó su nombre, pero Pharao al oír que lo llamaban inmediatamente se giró, dejando lucir sus ojos color miel, los cuales produjeron un hermoso y notable brillo al ver a Myu, le sirvió su pedido a la pareja para ir con ellos dos, por si se les ofrecía algo, claro. Pero tuvo que desviar su camino al ver que uno de sus compañeros ya los estaba atendiendo, después de todo era quien había tomado el pedido de Myu anteriormente.

-         Y ¿hace cuanto se conocen? – preguntó Aiacos a un desilusionado y nervioso Myu.

-         Hace unos meses te dije– comentó el chico después de haber pedido una segunda copa. Pero recordó una cosa, si había algo que le molestara a su amigo a parte de las revolucionarias y conocidas anarquías de Radamanthys, era la falta de exactitud en las respuestas – si que es difícil tratarte ¿eh?, lo conocí hace cuatro meses ¿contento? –

-         ¿Y que paso en esos cuatro meses? No me digas que nada, por que no te creo – Dijo Aiacos mirando como su amigo se sonrojaba ante tal comentario.

-         Ya, deja el tema para otro momento, ¿no ves que nos está mirando? – dijo un rojísimo Myu.

-         Pero aún faltan 5 minutos para las ocho, y sabes que ninguno de esos tres vagos llegarán puntuales, ahora... Seguramente con tu trabajo no tienen tiempo para nada – le dijo Aiacos a Myu mientras el otro se apartaba bajo la mirada del de cabello corto, que desde su posición podía ver todo.

-         Eso no te importa, y si no te molesta me gustaría que dejaras estas cosas, si lo que intentas hacer es que Pharao se acerque, lo vas a lograr – dijo el de cabello fucsia sentándose en un banco más alejado.

-         ¿Por qué nunca nos presentas a tus amigos? – dijo desilusionado el moreno dejando de lado su tarea de darle celos al muchacho del bar.

-         Por que no quiero espantarlos – dijo cortante Myu, pero al ver el rostro de Aiacos aclaró – no por Minos, ni por Lune, y mucho menos por ti, pero ¿ que pasó con la última persona que les presenté?¿Recuerdas que salió corriendo cuando Radamanthys lo amenazó?

-         Verdad – y dicho esto dieron por finalizada la charla sobre el amiguito nuevo. Para empezar a reír al recordar los momentos que pasaron juntos en diversas situaciones.

Tan solo pasaron 20 minutos para la llegada de Lune, quien recibió a Aiacos totalmente felíz por su regreso, para luego comenzar a molestar a Myu con el chico del bar, como luego hizo Radamanthys una vez hecha su aparición, luego de un par de copas parado sobre uno de los bancos altos haciendo sonrojar a los dos mencionados en su desafinada y reveladora canción. Pero todavía faltaba uno, quien llegó tarde, condenada costumbre de hacer esperar a todo el mundo, pero a Radamanthys nadie lo hacia esperar, es por eso mismo que lo llamó y lo primero que escuchó el de cabellos plateados fue la falsa voz colérica de su rubio amigo ordenándole que se presentara lo más rápido posible.

-         Aiacos – escuchó tras su espalda, y al girarse vio el rostro de su emisor – ¡Minos! Te estábamos esperando, siéntate por favor – dijo acercándole un banco.

-         Gracias, me alegro de que me hallas hecho caso, tendría que haber ido a tu casa antes, si tan solo hubiera sabido que me ibas a escuchar – dijo Minos, sin duda era un hombre seco y frío, pero preocupado por sus amigos.

-         ¿Fuiste a su casa? – dijo Lune intentando por todos los medios posibles arrancarle el baso de la mano a Radamanthys, al cual obligadamente tendría que acompañar hasta su casa, la última vez que no lo hizo el pobre rubio desapareció, y lo peor de todo fue que no les dejaron hacer la denuncia hasta pasadas las 48 horas, por suerte su amigo volvió a tiempo, sano y salvo.

-         Claro, nunca contestaba el teléfono, tenia que hablarle y sacarle algunas palabras ¿cómo iba a hacerlo si no podía comunicarme con él de ninguna forma? – dijo Minos mirando divertido como Lune logró su cometido y Radamanthys muy astuto se tomó la copa de su amigo al verlo concentrado en la televisión que estaba en uno de los rincones del bar.

-         Claro Lune, si este Aiacos es un arisco, nos cambió por el muchacho del bar, ¿no te acuerdas? – dijo Radamanthys mirando con falso recelo al moreno.

-         Te recuerdo que quien se fue con el y nos dejó plantados sin auto y sin dinero para volvernos en taxi fuiste tú – comento divertido Myu al recordar la cantidad de desgracias que les costaron las silenciosas escapadas de su amigo.

-         Y déjame decirte que no ganaste mucho en irte con el, fue una perdida de tiempo – comentó Minos algo serio al recordar que prácticamente llego a su casa al amanecer, lo único bueno del viaje fué que estaba con Aiacos, el cuál se quedó a dormir en su casa, ya que éste sería el último en llegar, después de todo, era el que más lejos vivía.

Oh, ya no importa. Mi vida cambió – dijo Radamanthys, después de todo era verdad. Terminó sus estudios y tenía un trabajo, esos eran tiempos en los que tenía momentos libres para hacer lo que le daba la gana, ahora solo los usaba para disfrutar con sus amigos. Pero seguía siendo el mismo protestante de siempre.
Notas finales: Gracias por leér! ^^

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