Capítulo 2
Llegamos a la casa y cada uno se fue a su habitación.
Esa reacción me tomó por sorpresa, además de bajar mis defensas.
Logré zafarme y como pude lo golpeé. Fue una buena técnica, lo reconozco, pero un acto doblemente fallido.
Así pasó la noche, una que creí, no acabaría.
DÍA 2
Así comenzó el día, al igual que mis problemas.
EDITORIAL...
-¿Cómo va el artículo para la exclusiva?- pregunta el supervisor, un hombre de unos 30 años, alto, con lentes y cabello castaño.
-Escribiendo jefe, algo se me va a ocurrir- dice Harry, quien no podía encontrar su pendrive.
-Las noticias no caen del cielo, así que será mejor que busques algo con lo cual te deba pagar a fin de mes- dice el mayor, enojado.
-Lo sé, jefe- responde el moreno, extrañado y preocupado.
De pronto, un colega de Harry aparece con un diario de la competencia.
-Señor, la portada del diario, ¿no era nuestra?- dice apuntando a la noticia que Harry estaba reporteando.
-¿Qué estás diciendo?, ¿acaso se lo dijiste a tu compañero?- dice el hombre alterado, sobre todo cuando se percató de las iniciales, D.M.
-Yo no he dicho nada, debió robarla- dice el pelinegro, molesto por la poca confianza hacia su persona.
-¡Estúpido!- le tira el diario- ¿cómo puedo tener a un empleado tan inútil?
-¡Él es un ladrón!- dice defendiéndose.
-Ese es el problema de vivir con tu enemigo, bobo- responde con aspereza.
-No vivo con él por gusto.
-Oh, si, entonces, ¿por qué no te vas de allí?
-Porque... a usted que le importa jefe, mejor cierre la boca.
-No me hables así.
-Usted comenzó.
-No me contradigas.
-Sabe, ¡renuncio!
-Mejor, ¡estás despedido!
-Jefe, pero él es el mejor redactor que hay aquí.
-Váyanse al infiero, par de perdedores- dice y patea una silla.
Harry se fue muy enfadado de ese lugar, el cual ahora es su ex trabajo.
Tal parece que no tendría más remedio que irse a la casa de Ron.
-Todo por culpa de ese engreído de Malfoy, ahora tendré que irme de allí- dice enfadado- ¿en qué momento me robó el pendrive?
Sacó sus pertenencias en una caja. Entre enojado y triste, se despidió de sus colegas y se marchó.
Y todo volvía a comenzar, desde cero...
Llamó a Ron por teléfono cuando llegó a la casa.
-Ron, tengo algo que pedirte- dice avergonzado.
-Plata no tengo- responde el pelirrojo.
-No es eso- dice rápidamente Harry.
-Dime- ahora más relajado.
-¿Puedo quedarme con ustedes un tiempo?- pregunta algo apenado.
-Sabes que siempre eres bienvenido.
-Muchas gracias amigo, me salvaste de esta.
-¿Qué pasó?
-Me echaron de la editorial.
-Si quieres platicamos cuando llegues, ¿qué te parece?
-Gracias amigo, nos vemos entonces- corta la llamada.
-¿Qué pasó Ron?- pregunta Hermione.
-Harry va a quedarse un tiempo con nosotros.
-Ah, entiendo- le pasa unas bolsas.
-¿Y esto?
-Prepara la cena, por supuesto.
-Y tú, ¿qué vas a hacer?
-Voy a buscar a Rosie al jardín.
-Es tardísimo.
Suena el teléfono.
-Alo- responde la castaña.
-Hola linda, Rosie se va a quedar con nosotros hoy- le avisa Molly.
-Entonces voy a prepararle un bolso con lo necesario- responde la castaña.
-Gracias linda, te esperamos- dice Molly y corta.
-Voy a la casa de tus padres- dice Hermione.
-Ok, entonces a la cocina- dice Ron llevando las bolsas.
Hermione sale a buscar lo necesario para que su hija se quede en casa de sus abuelos. Un bolso lleno, su osito para que duerma tranquila.
Mientras tanto...
Harry sacaba lo poco y nada de ropa que tenía. También sus objetos personales del baño.
Pensó en dejarle una nota para su némesis; sin embargo, no hay nada más complicado que las despedidas.
Ordena todo, saca las trampas de la puerta, del velador, del baño. Botó la jeringa, ya no la necesitaría más. Sería raro no tener a un maniático que te acosa. Ciertamente, hasta le divertía un poco.
-Buscaré otro trabajo y un lugar donde vivir- suspira- no se puede pasar toda la vida de allegado- otro suspiro- tal vez debería casarme- resopla- ¿quién se querrá casar con un desempleado?
-Creo que nadie, Potter- dice Draco desde la puerta- pensabas irte sin avisarme o haces la maleta para ver que tu ropa no aumenta- comenta mordaz.
-En tu clóset con suerte se puede guardar una corbata sin que se te caiga algo encima.
-Gracias por la primicia- le tira el pendrive.
-¡Así que fuiste tú!
-Quien más, ni siquiera te diste cuenta.
-¿Cuándo?
-Mientras te besaba en el corredor del restaurante.
-Eso no importa, ya me voy- toma la maleta.
-Despedido, eso si que es mala suerte, Potter.
-Y de quién será la culpa, no te interesa, hazte a un lado.
-No.
-Que te hagas a un lado.
-No.
-Que pesado- lo empuja para poder salir; sin embargo, un repentino golpe en su nuca, lo deja inconsciente.
-Hasta cuando tengo que decírtelo Potter, siempre gano- lo toma por los tobillos y lo arrastra hacia su habitación- no sabes la sorpresa que te llevarás cuando despiertes, será mi venganza, pagarás por lo de ayer- ríe malicioso.
Draco se desvistió dejando su ropa en el suelo, desordenada, sólo se quedó con sus bóxer. Hizo lo mismo con Harry.
Le desvistió hasta dejarlo en bóxer. Luego se tapó con la sábana, haciendo lo mismo con el moreno. Estaba algo aburrido. Potter todavía estaba inconsciente y él quería jugar, con fuego.
Se fijó en el bien formado cuerpo de su némesis y, con su dedo índice, hizo un recorrido desde la frente, posándolo en sus labios y moverlo ligeramente.
Harry todavía no reaccionaba.
Draco continuó bajando por la barbilla, el cuello, luego por el torso hasta su ombligo... se detuvo al notar el borde del bóxer.
-¿Debería seguir?- pregunta al oído...
Todo eso ocurría en la habitación del rubio...
Continuará...