El tiempo restante que estuvimos en las aguas termales no fue del todo malo, lo malo era el viaje de vuelta… la cabeza me iba a estallar de dolor ¿por qué? Por Watari…era insoportable, casi tanto como Tsuzuki pero claro son insoportables cuando no están juntos así que ahora es imposible estar con ellos sin tener unas ganas locas de estrujarles el cuello. En esos momentos mis instintos asesinos estaban entrando en la fase naranja que avisaba de peligro. Mi tic del ojo saltaba bastante a la vista y posiblemente el chirriar de mis dientes también. Pobres Tsuzuki y Watari que seguían parloteando en el asiento de atrás, no sabían que si seguían así su muerte llegaría en pocos minutos así que era hora de prepararla…. Quizás debería descuartizarlos o ¿simplemente matarlos de una estocada? Ummm quizás debería de matarlos con más dolor, si, el sufrimiento que estaba soportando en estos momentos lo merecía.
Mientras recordaba las prácticas medievales de tortura llegamos por fin al Enma. Respiré tres veces mientras me repetía una y otra vez a mi mismo: “no matarás a tus compañeros, son personas inocentes”. A pesar de pensar en eso, cada vez que notaba un pitido en mis oídos advirtiéndome de mi recién adquirida sordera mi mano parecía viajar sola hacia el cuello de Tsuzuki, quizás viajaba al de éste en vez de al de Watari porque tenía más confianza con él…pobre Tsuzuki iba a pagar por todos los martirios en este viaje.
Se suponía que íbamos a tener más tiempo de descanso, por lo menos el suficiente como para descansar por el viaje pero como Tsuzuki parece que se encarga de romper todo lo que pilla a su alcance…debíamos de trabajar tiempo extra….como siempre.
Rápidamente cuando llegué a la oficina me puse a hacer el informe que teníamos pendiente y una vez acabado, lo cual fue rápidamente, me di cuenta de una cosa alarmante. Había silencio. Miré a mi alrededor extrañado ¿Dónde estaba Tsuzuki? El muy vago seguro que se había ido a holgazanear a saber donde. Por lo menos tenía la oportunidad de desahogarme echándole un buen sermón.
Mi primera búsqueda fue en la cafetería y lo extraño fue no encontrármelo allí. La única posibilidad era una abducción extraterrestre… “No Hisoka, no debemos alarmarnos todavía” . A pesar de haberme dicho a mí mismo eso fui con paso apresurado hacia la oficina del jefe ¡tenía que saber lo de la abducción!
Sin tocar si quiera la puerta la abrí de un portazo y allí estaban tanto el jefe como Tsuzuki…ups, quizás mi hipótesis estaba un poquito mal encaminada.
- Hisoka ¿Qué haces aquí?
- Ehm…estaba buscándote Tsuzuki
- Siento interrumpiros pero ¿trajisteis los pasteles que os pedí?
Miré al jefe alzando una ceja. No nos daba ni si quiera un sueldo decente y espera que le traigamos pasteles? Lo más extraño es que visitamos unas aguas termales y EN LA MISMA CIUDAD
- Si jefe….
- Bueno ya que esta ese problema resuelto quiero comentarte una cosa Hisoka al principio he pensado ocultártelo pero ahora que estas aquí creo que lo mejor es que te lo diga, es tu derecho
- ¿Qué ocurre jefe?
- Están sucediendo continuamente sucesos paranormales en una de las mansiones…de la familia Kurosaki –el color de mi cara se fue completamente y no pude evitar taladrar con la mirada al jefe- parece ser que alguien ha muerto allí. Nos os voy a dar toda la información hasta que no me digáis si queréis aceptar el trabajo o no.
Me quedé pensativo por unos momentos. No deseaba volver a pisar esa casa, sus oscuros corredores, sus largos pasillos y sus frías habitaciones. No deseaba volver a ver los penetrantes y fríos ojos de mi madre ni la espalda que siempre ofrecía mi padre. Pero yo ya estaba muerto, debía de enfrentar el pasado, a la familia y debía de descubrir lo que estaba sucediendo en esa casa porque ese era su trabajo. Si había algún alma en pena, fantasma o lo que fuera él iba a ayudarlo.
- por supuesto que aceptamos el trabajo.
- Perfecto, aquí te doy toda la información y mañana mismo os pondréis de viaje.
- Desde luego
Sin decir nada más me fui del despacho hacia mi oficina. Este iba a ser un trabajo realmente duro para mi.
- Hisoka ¿estas seguro de esto?
- Si tsuzuki
- Esto…te va a hacer daño, sería mejor que lo hiciera yo solo
- Si nunca me enfrentase a mi propio dolor estaría perdido tsuzuki
- ¿Y si es demasiado para ti?
- Para eso estas tú, para estar a mi lado, ayudándome ¿verdad?
Miré a Tsuzuki con una pequeña sonrisa. …l me miró sorprendido pero después sonrió espléndidamente.
- Estaré ahí para lo que me necesites. Si ves que no puedes sostenerte, yo seré tu soporte. Si ves que es demasiado para ti déjame el trabajo a mi, pero ni se te ocurra extralimitarte ¿entendido?
- Entendido- dije mirándole a los ojos directamente- Deberíamos ir a casa a preparar las maletas
- Cierto pero primero hay que terminar el informe
- Oh eso…resulta que he tenido que acabarlo yo solo porque alguien ha estado por ahí toda la tarde- los recuerdos de porqué lo estaba buscando surgieron otra vez a mi mente- lo que quiere decir que otra vez he hecho el trabajo yo solo ¿sabes lo que significa eso?- susurré malévolamente
- Hisoka piedad, yo no quería es que….es que….
Todas las palabras se le fueron al pobre Inu cuando lo miré severamente. Fui acercándome lentamente hacia él mientras el iba alejándose hasta que dio contra la pared. Ahora que sabía que no tenía escapatoria empezó a temblar y lagrimillas empezaron a salir de sus ojos. Este era su fin.
- ¡¡¡Noooooooo!!!
Un grito se escuchó por todo el Enma acompañado de una risa malévola.
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