Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Empty Room por Kayita

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Era patético, realmente patético.
Volteó a verme enternecido, miró mi mano aferrada a su manga, mi cabeza gacha mirando el piso, arrodillado junto a él después de un arrebato de humanidad.
No me dejes, susurré olvidando el orgullo
Pude ver como se ponía a mi altura, agachándose junto a mí. Me tomó el rostro y lo levantó. Ya no me quedaba sangre para llorar, pero mi expresión era fácil de leer. Su paternal sonrisa logró acariciar mi destrozado corazón.
De verdad me necesitas, ¿eh? , dijo con real sorpresa
¿Cómo puedes dudarlo?
Me rodeó con sus fuertes brazos y me dejó hacer lo mismo, quedándonos así por un rato. Sabía que la horrible y constante punzada sobre mi cabeza no era producto de la emoción ni del llanto. Sus ojos celestes, casi blancos me fulminaban desde el pie de la escalera.
Kyo no se iría, Ruki había perdido.

Esa noche la pasamos juntos, descansé mi cabeza en su pecho mientras sus dedos se metían entre mi cabello. Suspiró. Sabía que debía dolerle, la forma en que Ruki se fue esa noche. Silencioso, furioso. Derrotado. Debo admitir que me sonreí ligeramente, sintiendo por primera vez el dulce sabor de la victoria.
Pero no podía estar en paz.
Mizuki corre peligro, susurré y Kyo soltó un fuerte suspiro
Lo sé, admitió
Llévate a Ruki, aléjalo de él…
Miré la ventana, el día ya había comenzado hacía unas cuantas horas, Ruki no habría tenido tiempo más que de refugiarse de la luz del sol, no podría haber hecho nada… aún. Mi pecho se contrajo.
Me haré cargo de todo
Cerré mis ojos, pero la calma no llegaba. Kyo salió de mi abrazo, y desapareció de la habitación.
A pesar de sentir ya el piano, decidí seguirlo, no quería perderlo de vista de nuevo. Me recosté en el sillón de la sala, jugando con el polvo acumulado, mirando de vez en cuando su espalda, sus largos dedos acariciando las teclas.
Comencé a sentirme cansado.
Comencé a sentirme tranquilo.
Cerré mis ojos.



Rise and shine baby~~
Abrí mis ojos despacio, tardé más que lo usual en acomodar mi visión… para darme cuenta que estaba invertida.
El rostro angelical de Ruki fue lo primero que pude ver y mi mundo se desmoronó.
Traté de moverme, la tensión aumentó en todo mi cuerpo.
Estate quieto, muérdago, se burló empujándome con la punta del pie, haciendo que mi cuerpo se balanceara como un péndulo
Qué maduro de tu parte Ruki, gruñí furioso
¿Cómo demonios había pasado esto? ¿Cómo terminé atado de cabeza en un lugar desconocido con el lunático de Ruki riéndose en mi cara?
Riéndose.

Mizuki.

Me forcé a mirar, más allá de él.
¿Dónde está?
¿Sabes qué es lo gracioso?
Siguió como si nada, sin borrar esa retorcida sonrisa de sus gruesos labios. Kyo fue a buscarme, para evitar que… bueno, que hiciera esto… pero se olvida que una cualidad de los cazadores es, precisamente pasar desapercibidos…. Pobre viejito, debe estar desesperado buscándome. ¿Quién diría que vendría aquí a buscar tu regalo y te encontraría totalmente dormido como un mortal?
Sabes a lo que me refiero Ruki
, seguí fulminándolo con la mirada
¡Ah!... ¿eso? Preguntó señalando tras él, moviéndose para que pudiera ver a Mizuki inconciente, ni siquiera estaba atado a la antigua silla donde descansaba, el maldito de Ruki no necesitaba atarlo.
Si le pones un dedo encima te juro q—
Ay, como si pudieras hacer mucho en tu situación
, se burló con su voz acaramelada
Tenía tantos deseos de destrozarle las cuerdas vocales. La rabia parecía hacer hervir la poca sangre que podía rondar por mi sistema.
Se agachó hasta la altura de mi cabeza, negando.
Pobrecito Mao, mira que caer por algo tan sucio como un humano… que bajo de tu parte…
Escupí en su rostro.
Su mirada me atravesó, la textura de su guante quedo grabada en mi piel en una marca roja.
Deja a Mizuki, gruñí
Ah, ¿tiene nombre? Mayormente nunca llego a saberlos, solo puedo oír sus gemidos de dolor…
Creo que tú oyes otras cosas
, comenté recordando la noche en que nos encontramos
Su única reacción fue una risita.
Suelo aprovechar las oportunidades cuando se presentan…
Se acercó a Mizuki. Me retorcí con todas mis fuerzas, las cuerdas no cedían. Mizuki gimió algo confundido cuando Ruki rompió los botones de su camisa de un tirón, revelando su cálido pecho.
No lo toques, dije entre dientes
Hizo caso omiso. Pasó su mano sin tocar por el pecho de Mizuki, deteniéndose en el corazón y apoyando suavemente sus largas uñas. Me miró fijamente y se sonrió.
No te atrevas
¿Tienes hambre?
preguntó en un susurro antes de romper la piel de Mizuki con sus largas uñas, haciendo la sangre brotar por todas partes, tirándola en un ademán contra mi rostro.
Ruki pareció disfrutar mi grito desgarrador, manteniendo sus manos cerca de Mizuki para volver a dañarlo, embelesado por el carmesí de la sangre. Sus ojos ciegos brillaban al verlo. Ciego de sed. Sin notar que mi último esfuerzo había desecho gran parte de los nudos. Sólo una vez más.


Sus colmillos no lograron siquiera rozar la piel de Mizuki cuando me arrojé sobre él, tomándolo del cuello del saco y arrojándolo contra la pared más cercana, sintiendo el ruido de sus huesos al quebrarse.
No podía, no podía pensar en otra cosa que destrozarlo, que beber hasta la última gota de su cuerpo, consumirlo completamente, destrozarlo, acabarlo, prenderlo fuego y quemar sus cenizas. Me lancé sobre él y clavé mis propias uñas en su cuello, sintiendo las suyas enterrarse en mis brazos.
Su sangre se perdía entre los jirones rojos en los que se había convertido su ropa.
Sólo unos segundos para respirar, volví a arrojarme sobre él.

¿M-m-ma-o?

La visión volvió.
Ignoré el rostro de dolor de Ruki bajo mi cuerpo, volteé a la procedencia de esa voz.

Mizuki, solté con un hilo de voz
Corrí hacia él, observando como la herida no había sido tan superficial como la creí, viendo la sangre oscura manchando su trémulo cuerpo. Había estado dormido todo el tiempo, ¿por qué no podía permanecer así?

¿M-ao.. qu-qué pasa? preguntó con la vista perdida, lo tomé en mis brazos y lo presioné contra mi cuerpo
Lo siento… lo siento tanto… susurré llorando sin lágrimas

Sentí pasos detrás de mí, pero no me moví, Kyo pareció quedarse sin aire al ver la escena. Se puso frente a mí sus ojos parecían pedir a gritos llorar, pero sus lágrimas no caerían. Miró a Ruki un momento.

Mátalo, le pedí sin dudarlo, dañó a Mizuki, ahora mátalo
Eso no traerá a Mizuki de vuelta
¡…l no ha muerto aún maldita sea!
solté enfadado
Mao…
No lo digas
No hay otra alternativa…
No quiero, no voy a condenarlo…


Kyo no dijo nada más, su rostro triste desapareció de mi vista cuando se puso de pie y fue hasta Ruki, inclinándose junto a él.
Sentía la débil y casi nula respiración de Mizuki en mi oído, lo creí inconciente ya, eso haría todo más fácil, pero su mano se aferró temblorosa a mi ropa.
No me dejes… suplicó
Nunca, respondí sin pensarlo
Mao… quiero estar siempre junto a ti…
No digas tonterías, no sabes lo que dices…
Sí lo sé, eso que te hace sufrir, quiero… quiero estar contigo por siempre y mitigarlo…
Mizuki…


No respondió.

Aún respira, oí decir a Kyo, ya que mi dolor no me permitía oírlo. Hazlo, ahora.

Todo pasó en cámara lenta, posé mis labios sobre la herida de Mizuki, sintiendo el palpitar de su corazón reduciéndose paulatinamente, mis lágrimas comenzaron a llenarse al igual que mi estómago.
Cada gota fue mía.
Volví a acomodarlo entre mis brazos y rasgué la piel de mi cuello cercana a sus labios dejando que la sangre los bañara, acercándolo despacio. Sus latidos cesarían pronto, y él estaría condenado por siempre. Junto a mí.
Pude jurar que vi una sonrisa en sus labios antes de cerrar los ojos.


No… no entiendo… susurró con una dulce voz que jamás creí que podría pertenecerle
Cariño, no hay nada que entender, respondió Kyo como nunca había escuchado, como nunca me había hablado. Feliz
Ruki estaba entre sus brazos, herido y sangrante, confundido y débil, su cabeza recostada en el pecho de Kyo, sin demostración de desagrado, sin deseos de huir. Kyo recostaba su mejilla entre su dorado cabello, mirándome.
Pero… él es un humano…
Justo como tú fuiste
, aclaró dulcemente, acariciando las puntas de su cabello con calma

Algo de mi fuerza regresó lentamente y pude verlos. Kyo me sonreía de la forma más hermosa que jamás había visto y pude ver en Ruki ese encanto angelical que alguna vez había sido humano. Sólo necesitaba una buena lección. Me sonreí. Mizuki no estaría recuperado, no aún, necesitaba más sangre. Pero estaba a salvo. Lo abracé.
Perdóname, susurré

Ni miles de siglos pueden lograr que venzamos al peor de los enemigos… la soledad


~~


Sus ojos celestes parecían desenfocados cuando los abrió esa noche, después de tantas de haber estado cerrados.
Se sentó de golpe, lamentándolo con un gemido, sujetándose las costillas.
Seguía siendo tan hermoso como siempre había recordado.
Me miró y formó una mueca con sus labios.
Debí suponer que te aprovecharías de la situación, viejito, dijo con tono juvenil, formando luego una sonrisa divertida
Volví a recostarlo sin decir nada, acariciando su dorado y suave cabello, apartándolo de su frente.
No podía dejarte escapar otra vez, mi pequeño ángel…
Cerró los ojos con fastidio
No soy nada de eso, corrigió
Cada rasgo, cada músculo en tu rostro, cada detalle, cada imperfección. Todo en ti era perfecto. Ver tu rostro marfil me recordaba las noches enteras pintándolo. Me recordaba esa inocencia que te envolvía, ese sonrojo involuntario cada vez que oías un cumplido. Debía ir al infierno por lo que te hacía, consumirme ahí y reencarnar de nuevo, solo para volver a cometer las mismas faltas.
Te volteaste, dándome la espalda, escondiendo la frustración de tu rostro como sabrías que podría leerla.
¿Y ahora qué? ¿me darás de comer vagabundos?
No
¿Piensas matarme de hambre?
No

Se volteó, sonriendo confundido
Sólo podrás alimentarte de mí
Entonces hazlo, tengo hambre
, te quejaste sentándote
Me senté a tu lado y te rodeé en un abrazo, pasando mis dedos por la línea de tu espalda, sintiendo tu suave piel, contorneando tu delicada figura. Posaste tus pequeños dedos sobre mis hombros antes de inclinar la cabeza y recostarla, dejando tus labios sobre la piel de mi cuello, clavando tus dientes con lentitud, casi con miedo. Sonreí. Aún sentías ese respeto, ese respeto que te hacía bajarme la mirada avergonzado.
Hm, solté involuntariamente y te sentí estremecerte bajo mis dedos, cerré los ojos, recordando cuantas veces tus delicadas curvas se habían estremecido de esa forma bajo mi cuerpo

Pareciste apresurarlo, ya que me dejaste ir antes de estar totalmente saciado. Fingí no notarlo, limpiando tus labios con mis dedos. Los tomaste entre tus manos y los besaste.
Lo siento
Besé tu frente
Ellos ya no te tienen rencor
No es su perdón el que quiero

Me miraste fijamente, tus ojos claros perforándome
Yo nunca he sentido rencor hacia ti
Eso es porque eres un idiota
, te burlaste con una encantadora sonrisa que me provocó robarte
Nos miramos riendo, como cuando aún eras humano, esos pequeños momentos de complicidad para romper el hielo, esa calma que debía ofrecerte antes de que me entregaras algo más que tu cuerpo. Esa seguridad que debía darte antes de hacerte mi alimento… esa seguridad que quebré una vez…
Volviste a levantar mi rostro meditabundo entre tus manos, mirándome de una forma que jamás había visto en ti, ni aún en tus años humanos.
Yo tampoco siento rencor hacía ti, nunca lo he sentido… todo lo que dije… nada era verdad… pude ver una pequeña gota roja caer por el lagrimal de tu ojo, rodando tímida hasta tus labios.
La atrapé con los míos y no ofreciste resistencia, como sabía que pasaría. Te rodeé nuevamente, presionándote contra mí, sintiendo tu frágil cuerpo temblar nuevamente bajo mi fuerza. Nuevamente ese respeto, nuevamente esa seguridad. Nuestro beso se acentuó con la fuerza de siglos de distancia. Con el dolor de épocas separados el uno del otro.
Qué estúpido pensar que no nos necesitábamos.
Qué estúpido pensar que podríamos luchar contra este amor que nos consumía desde el principio.
Habíamos unido a Mao y Mizuki para siempre con nuestro egoísmo, sólo de esa forma pudimos comprender la desesperación por estar juntos de nuevo.

Por siempre es mucho tiempo… susurraste cuando te solté y mi respiración se detuvo

Pero… ‘hasta la muerte’ creo poder soportarlo…


















SE FINNI

Notas finales: Gracias por leer... a las pocas que sí aprecian una historia, cualquiera que fuese su calidad o contenido, más allá de si tienen lemon o no

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).