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La Manada por Zafira

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Notas del capitulo:

Gracias por sus reviews… espero que este capi despeje algunas dudas, en lo que respecta a mi, con este capítulo termina la parte introductoria del fic… según yo, ahora comenzará realmente la historia… espero que les guste, me tomare mi tiempo para la continuación, tengo unos cuantos elegidos que cuidar jejeje…

Buenos, besos…

Capítulo 2º: Luna Roja

Una noche más en la que despertaba agitado… intentó no hacer mucho ruido al incorporarse del lecho… necesitaba aire… noche tras noche era igual, no entendía por qué su mente seguía atormentándolo con aquellas recuerdos, su cuerpo parecía no querer olvidar aquellas caricias y esos besos… un escalofrío recorrió todo su cuerpo, cuando miró a un costado pudo notar la presencia a sus espaldas de Julián… este lo envolvía en un protector abrazo…

¡Hoy… la luna estará bellamente roja! – susurró el peli verde cerrando los ojos… una luna roja entre las creencias de su raza era mal augurio, sin embargo, el menor no quería creer que podía suponer una desgracia que en el cielo se alzara la bella compañera de su pueblo, vestida de escarlata… un escalofrío recorrió la totalidad de su cuerpo, y rogo por que el nuevo Alfa de la manada, fuera lo suficientemente fuerte como para enfrentar cualquier tipo de adversidad…

¿Me pregunto… si alguien poderoso nos abandonará al alba? – murmuró el peli azul frunciendo el seño, él había sido criado en las viejas costumbres de su raza, al igual que su hermano, no se daba el lujo de no tener presente que quien liberaba a su bestia interna, vaticinara el derramamiento de la sangre de alguien de su pueblo.

¿Temes? – Shun se volteó a ver a su ahora consorte… aquella miraba podía infundir respeto, ternura… y temor, pero para el lobo blanco, esta sólo expresaba amor…

¡No… yo sabré protegerte con mi vida! – Julián sonrió al recibir la calidez de los labios del menor en los suyos… él había jurado protegerlo a él y a su pueblo, se lo había jurado a su hermano, por lo que no debía fallar.

Una suave brisa llegó hasta ellos, Julián extraño el sentirse libre en los territorios en donde había crecido, era muy diferente ahí, esa mansión tenía lujos que él no conocía, era, como diría su padre y hermano, muy humano… se perdía la esencia de su raza… deseaba poder llevar a Shun, alguna vez, a aquellos vírgenes territorios en los que él había crecido, sin embargo, estos serían gobernados por su hermano, y una parte suya, deseaba más que nada, que su niño y Hades, no volvieran a ver sus caminos cruzados.

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No podía calmar su espíritu, aún recordaba el enfrentamiento que había librado, tras la prueba, con Ikki, estaba inquieto por aquella afirmación, y sin embargo, en su corazón sentía que hizo lo correcto… “¡…l será un mejor rey… se adaptará con facilidad a ese mundo… y además… están enamorados!”… aquel pensamiento lo llenó casi sin poder contenerse de una sensación parecida a ira… debía apartar aquellas sensaciones de todo su ser… era como si su piel aún estuviera impregnada de su aroma…

¡Maldición…! – la noche estaba cayendo y por fin dirigió su mirada al cielo, un encogimiento en su pecho le hizo estremecer desde hacía días estaba inquieto, por lo que convenció a su padre de viajar a las tierras de Abel, estaban a casi un día de allí - ¡Roja… algo malo sucederá! – sentía su instinto apropiarse de él, y una energía sobre humana recorrió cada partícula de su ser, un deseo insaciable de hacerse uno con la noche nubló toda su conciencia… “¿Pensarás en mis caricias o en las suyas?”…

Un sonoro aullido rompió el silencio de la noche, varios más se le unieron después, el palpitar de sus corazones se hacía uno cuando recorrían libremente por aquellos territorios, un imponente lobo negro resaltaba del resto bajo los rayos de luna, su aullido podía helar la sangre de cualquier humano normal, pero a los de su raza, sólo les indicaba que él era el líder.

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Miró una vez más a través del cristal, algo en el aire no le estaba gustando nada… sus hermanos, Julián y su padre habían acudido al llamado de la noche… cuando eso sucedía él simplemente se quedaba en compañía de algunos guardianes en la mansión… abrió la ventana y cerró sus ojos para que los sonidos llegaran a él de manera mas clara… fue entonces que lo sintió, quejidos de dolor de su manada, casi al momento las luces de la casa se apagaron completamente, cerró la ventana y se dirigió al salón, cuando hubo abandonado su habitación, le pareció extraño tanto silencio en la mansión, y lo que lo ponía más nervioso, no sentía la presencia de sus vigilantes…

Caminó sigiloso por los pasillos, sutiles sonidos llegaban a sus oídos… pisadas… no estaba acostumbrado a temer dentro de su hogar, eso le hizo enfurecer… en un ágil movimiento brincó a la planta baja, sin pasar por las escaleras, al llegar al suelo permaneció cerca del suelo, observando todo cuidadosamente… “¡No hay nada… pero…!”… sin hacer ruido se dirigió hacia una de las entradas, se detuvo justo al momento antes de chocar con algo que estaba tumbado en el suelo, se agacho para verificar lo que era… “¡Taichi!”… su corazón se encogió… tumbado en el suelo sin vida se encontraba uno de los lobos más fuertes, que le servían de protector… a pocos pasos de él, se hallaba otro cuerpo, las heridas de ambos fueron causadas por balas de plata… Shun no necesitaba ser un experto para notarlo, para los de su raza, la plata tenía un olor característico… y esos cuerpos lo poseían…

Con el temor a flor de piel se dirigió a la biblioteca, siempre cuidándose las espaldas, rogando para no toparse con el causante de esa atrocidad, pero sus ruegos no fueron escuchados, tuvo que dar un gran brinco para evitar ser herido por una flecha, había ido a parar en las escaleras, y pudo notar que en ambos lados de ella, había, lo que sin lugar a dudas, eran cazadores.

¡Un cachorro joven!

Esa voz le hizo helar la sangre al peli verde, él ya había escuchado esa voz… a pesar de que la penumbra no ayudaba a su visión tenía la certeza de que aquel cazador con que se encontrara en el bosque hacía un tiempo, era el mismo que ahora se dirigía a él…

¡Captúrenlo!

Aquellos sujetos parecían saber lo que estaban haciendo, Shun sabía que él no poseía una fuerza física asombrosa, pero si una agilidad digna de cualquiera de los de su raza, por lo que hizo uso de ella, esquivó como pudo a los dos hombres que se disponían a sujetarlo, tomó uno de los jarrones favoritos de su hermana, y se lo rompió en la cabeza a otro, y fue así que pudo llegar nuevamente a la planta alta, entró a su cuarto y cerró con llave, luego se acercó a la ventana la abrió y justo al momento en que la puerta era violentada, saltó hacia el exterior…

¡Maldita sea… atrápenlo, lo quiero vivo! – escucho decir el peli verde al tiempo de pisar tierra y dirigirse a toda velocidad hacia el bosque.

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Sentía que le estaban pisando los talones, su huída lo había llevado hasta las cuevas… no lo pensó dos veces antes de introducirse en ellas, le parecía extraño que no se haya encontrado aún con ninguno de la manada, sus hermanos, su padre y Julián, todos ellos… “¡Por favor… que todos estén bien!”… se detuvo con la intensión de recuperar algo de aliento, sabía que si seguía adelante llegaría justo al centro de la cueva, el lugar en donde se había llevado a cabo el ritual… su mente intentaba pensar una manera de salir de esa situación… “¿Cómo fue… que esto llegó a este punto?”… Un sonido lo alertó… retrocedió unos pasos, de las sombras se dejó ver un lobo… un gran lobo blanco…

¡Julián! – el peli verde se lanzo hacia el animal y lo envolvió entre sus brazos, miró los bellos zafiros del lobo, parecía exhausto y tenía manchas de sangre en su blanco pelaje…

El lobo pareció instar al menor a seguirlo, ambos se dirigieron cautelosos a las profundidades de la cueva, Shun tenía preguntas que hacer, deseaba más que nada, saber como estaban sus hermanos y su padre, pero no lo creyó conveniente aún. Julián podía notar que los seguían, gruñó con rabia y el peli verde supo que debía ocultarse, pero no dio tiempo a hacerlo…

¡Parece que hemos rodeado al nuevo soberano! – con voz burlona se dejaba ver el cazador de hacía un rato, otros más iluminaban la cueva con algo parecido a luces fluorescentes… lentamente los rodeaban - ¡Veo que hoy me saqué la lotería… ni siquiera Shura podrá cuestionar mi autoridad después de esto!

Mientras el peli plateado hablaba, no apartaba la mirada ni un solo segundo del menor, el lobo pudo leer sus intensiones, y se lanzó al ataque…

¡NO JULIÁN! – Shun nada podía hacer al respecto, de la nada aparecieron otros lobos, supo de inmediato que eran sus hermanos y su padre, atacaron a unos cuantos cazadores, pero estos se defendieron muy bien, todos estaban provistos con armas de plata.

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Era sin duda un enfrentamiento sangriento, ambos bandos luchaban con brío, sin embargo, a pesar de que la fuerza y la agilidad estaba de parte de los licántropos, eran los cazadores, los que aún teniendo varias bajas, estaban ganando ese enfrentamiento…

Pandora se había ubicado justo en frente de Shun para protegerlo… el corazón del menor comenzó a latir desenfrenado… aquello debía una pesadilla, rogaba para que fuera una pesadillas…

¡NOOO! – la loba impidió que el peli verde fuera a socorrer a su padre que caía herido, Ikki perdió todo el control sobre su ser y destrozó al cazador que había cometido aquel acto… una flecha rozó el hombro del mas joven, miró hacia la dirección en que esta se había dirigido y vio a su hermana herida… - ¡Pandora… no! – nunca en su vida había deseado tanto ser como los demás y poder ser uno con la noche, deseaba destruir a esos cazadores, abrazó a su hermana que aún estaba consiente y la cubrió con su abrigo, pues como la herida fue hecha por algo de plata, ella se había vuelto a transformar en humana… - ¡Tranquila, hermana… vas a estar bien!

¡Shun, huye… vienen por ti! – dijo débilmente la mujer antes de perder la conciencia…
Shun dirigió su mirada al responsable de herir a su hermana, y se encontró nuevamente con el peli plateado… este lo miraba divertido, totalmente ajeno al enfrentamiento que se estaba librando, le apuntó con un arma luego de tirar la ballesta que antes había utilizado…

¡Corre precioso… lo haces muy fácil!

No había mucho de donde escoger, Shun corrió en dirección al sitió donde se realizara el ritual… cuando llegó a él, tomó como arma, lo primero que halló, las cadenas que lo habían aprisionado le servirían… tres cazadores lo habían seguido, a uno rápidamente lo noqueó con un ataque, fue un golpe tan fuerte, que temió haberlo matado… sin embargo, no había tiempo para cerciorarse… los otros dos, ya estaban posicionándose, el peli plateado le apuntaba con su arma, el otro tenía una especie de red…

¡Tienes miedo, pequeño… tú nos ayudarás a desenfundar los misterios de los de tu raza!

¡Idiota… primero tendrá que matarme! – soltó con rabia el joven, justo cuando el mayor se disponía a dispararle el poderoso lobo blanco saltó sobre él, mordiéndole en el brazo… - ¡Julián! – un sonido sordo siguió al forcejeo… el corazón del peli verde se detuvo… - ¡No… no… esto no está pasando!

¡Es una pena… no quería matar al rey! – el cazador lanzó a un costado el cuerpo del lobo herido… lentamente, este volvió a recuperar su apariencia humana… Shun ya estaba a su lado intentando contener con sus manos la hemorragia… sus lagrimas caían copiosas…

¡No mi amor… no me dejes… no mueras, no puedes hacerlo! – dejaba escapar a penas en un susurro el más joven… - ¡No me dejes, Julián!

¡Perdóname… lo siento… yo… realmente, no soy un buen líder! – cada palabra parecía estarle costando mucho esfuerzo al peli azul, quien había perdido todo el color de sus mejillas - ¡Perdí otra vez…!

¿Qué dices?… ¡Tú eres el señor de todos los lobos… eres el mejor! – la voz se le quebraba, ya no era consiente de los que ocurría a su alrededor, sus oídos ya no escuchaban y sus ojos sólo podían mirar a Julián…

¡Yo perdí… Hades fue… fue él quien triunfó! – el peli azul hizo un último esfuerzo y acarició el rostro consternado del menor - ¡Perdóname… yo te amo tanto… y no fui capaz de protegerte!

¡NOOO! – su corazón se sentía destrozado, su alma entera clamaba venganza, llamó en su inconsciencia a Hades, pidiendo que viniera a ayudarlos… una mano se posó en su rostro, tenía un paño en él, y el olor de este le quitó paulatinamente el sentido, ni siquiera opuso resistencia… sentía que había muerto con la última lágrima de su amado… “¡Hades… ven… Julián te necesita!”…

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Su instinto no le fallaba, habían sentido el aullido desesperado de los de su raza, la familia real estaba en peligro, esa noche alguien poderoso dejaría de existir, y en su espíritu rogó para que sus seres amados estuvieran lejos de ese peligro… su padre los guiaba veloz, un frío en su corazón le indicó que su hermano estaba sufriendo… “¡Hades… ven… Julián te necesita!”… se detuvo sólo un segundo ante aquel pensamiento… “¡Shun… Julián… ya estoy llegando!”…

En condiciones normales tardarían todo un día o quizás más en llegar, pero ahora corrían a todo lo que les daba su cuerpo y su espíritu, más después de percibir en el ambiente el olor a sangre, y aún peor… a plata… todos estaban intranquilos, mientras entraban a los territorios de los Fénix, inmediatamente notaron que algo no andaba bien… las lobas de la manada se adelantaron y llegaron hasta los heridos, entre ellos habían muertos…

Azael, Hades y otros más se dirigieron a la mansión… al llegar a ella, recuperaron paulatinamente su forma humana, sólo los más poderosos y quienes poseían un verdadero control de su espíritu podían lograr esto, para los muy jóvenes era imposible…

¡Padre, cazadores estuvieron aquí! – Hades observaba el cadáver de quienes sabía eran los protectores del joven príncipe, su mirada se dirigió nuevamente a la luna bellamente roja… - ¡Debemos encontrarlos!

¡Tranquilo, Hades… ya percibí la esencia de Abel!

Sin pensarlo dos veces emprendieron camino, el lobo completamente negro no podía creer a dónde se dirigían, creyó ya no volver a pisar ese lugar, y sin embargo, se dirigía a todo lo que podía, nuevamente allí… ingresaron cautelosos, el olor a sangre era muy fuerte… se encontraron con cadáveres de cazadores, se había librado una gran batalla… el aullido lastimero de su padre lo sacó de sus pensamientos… Abel yacía inconsciente en el suelo, estaba herido… entonces el la vio… “¡Pandora!”… se acercó a ella y la observó tapada con un abrigo que tenía la certeza pertenecía a Shun… ella estaba débil, pero viva… su olfato lo llevó más en la profundidad de la cueva… su corazón latía tan violento que parecía a punto de explotar…

Al llegar se encontró con el cuerpo casi sin vida de Ikki, estaba seriamente herido en su pecho y en su rostro… “¡Maldición!”… se le aproximo, pero antes de llegar hasta él y de recuperar su forma humana fue que lo sintió… justo a los pies del altar en donde se llevara a cabo el ritual… “¡No… Julián!”…

Un lamento se escucho a varios kilómetros de distancia… aquel aullido clamaba venganza, llamaba a todos los de su raza a seguirlo… él haría pagar con la vida a quien halla perpetrado semejante abominación… y su aullido tuvo varios ecos más, en donde se expresaba que compartían su dolor y su deseo de venganza…

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Sus ojos le resultaban muy pesados, un mareo le obligó a volverlos a cerrar, no se sentía nada bien… un sonido cercano a él le obligó a intentar fijar en ese punto la mirada… frunció el seño con disgusto… nuevamente él… un dolor que no tenía comparación en su pecho le dio la pauta de que todo aquello que había sucedido, no había sido un sueño…

¡Maldito…! – susurró aunque le hubiera gustado gritarlo…

¡No estas en posición de maldecir, cachorro… cualquiera en mi lugar ya te habría roto el cuello! – el peli plateado se acercó al más joven, quien sólo al momento en que intentó alejarlo de él, se percató de que estaba amarrado a una especie de cama de hospital.

¿Quién eres? – preguntó el peli verde clamando a todos sus ancestros por la muerte lenta y dolorosa de ese maldito hombre…

¡Krishna de Crisaor! – dijo el hombre mordiéndose el labio, sin apartar la mirada del mas joven… - ¡Eres una belleza… me pregunto que tanto te pareces a ellos!

Hubo algo en la voz de aquel sujeto que crispo sus nervios… intentó zafarse del agarre del que era víctima, tenía miedo, y eso era algo a lo que no estaba muy acostumbrado, era la primera vez que un cazador amenazaba su seguridad.

¡Muero de la ansiedad por saber cómo se siente montar a alguien de la realeza… jajaja… someterte igual que sometí a tu manada! – el hombre acarició la piel del cuello del peli verde, quien volvió a forzar sus ataduras - ¡Uhmmm… ¿Qué pasará si te aplico esto?!

Los ojos del menor se abrieron de la impresión… su olfato no le engañaba, aquello era plata diluida… y estaba en una jeringa… algo parecido a pánico le helo la sangre, si le inyectaba eso, seguramente moriría…

¡Dicen las leyendas que eres susceptible a la plata como todo licántropo… vi tu agilidad y tu velocidad… será interesante ver cómo reacciona tu cuerpo a la plata!

¡No! – apenas salió un hilo de voz, sin embargo, Krishna ya le había suministrado en su torrente sanguíneo aquella sustancia…

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Los heridos estaban siendo tratados… curanderos de la ciudad habían llegado, la mayoría descendía de los de su raza, por lo que ni él ni su padre, se habían negado a recibir su ayuda, además de que las lobas de su clan ya estaban brindando el auxilio a las víctimas con los conocimientos que tenían… Abel era quien peor estaba, y fue a quien con mayor urgencia habían atendido, después estaba Ikki, que aún no recuperaba la conciencia, parecía haber librado una difícil batalla, en su delirio llamaba a sus hermanos más jóvenes, lo que llenaba de mayor impotencia a quienes lo cuidaban… por último Pandora, quien a pesar de poseer el cuerpo más frágil, era sin duda, muy fuerte, pues de toda la familia real, era quien ya había recuperado la conciencia, ella aún no decía palabra alguna, estaba angustiada, deseaba salir y ayudar a Hades con su venganza…

Azael no se había apartado del cuerpo inerte de su hijo… sabía por boca de uno de su manada, que Hades lo había hallado aún con algo de conciencia…las últimas palabras de su amado hijo fueron para su consorte y una disculpa para Hades, con cuidado acarició su larga melena azulada… las lágrimas parecían estar ganando la batalla hacia el exterior, no podía seguir conteniéndolas…

¡Ese cazador… comeré su corazón entero! – el lobo mayor volvió a acariciar el rostro de su hijo, luego lo cubrió con la sábana y se puso de pie, dirigiéndose luego hacia el exterior, donde Hades ya estaba más que listo…

El peli oscuro daba las últimas instrucciones al grupo de asalto, hacía mucho tiempo que los lobos no atacaban tan directamente a un grupo de cazadores, pero también, hacia mucho tiempo que ellos no los violentaban tan directa y descaradamente… muchos lobos jóvenes y algunos ya veteranos habían muerto, Abel, su rey también estaba en peligro de muerte, por la poca información dada por Julián antes de morir, Shun fue secuestrado por ellos… pero en ese preciso momento, además de rescatar al joven príncipe, lo que deseaba era desgarrar cada parte del cuerpo del maldito cazador que segó la vida de su amado hermano… él tomaría su vida con perversa lentitud…

¡¿Listos?! – rugió al momento en que su instinto lo convertía nuevamente en un imponente lobo negro… un generalizado aullido fue la respuesta, luego, simplemente, todos lo siguieron.

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Sentía un calor que amenazaba con enloquecerlo, era como si su propia sangre hirviera en ese justo momento, sudaba frío a pesar de ello, y tanto su vista como su conciencia se nublaban paulatinamente… su cuerpo comenzaba a convulsionar, aquel agente extraño que le suministrara el peli plateado estaba literalmente robándole la vida… pues sabía que estaba muriendo, aquella sustancia era plata, y como todos los de su raza, él era muy susceptible a ella…

¡La temperatura de tu cuerpo subió drásticamente… tus pupilas están dilatadas… estás a punto de entrar en un estado de shock… dime dulzura… ¿Cómo se siente saber que morirás?! – Krishna lentamente iba desprendiendo la camisa que llevaba el más joven, su intensión, hacer que sus últimas horas sean verdaderamente inolvidables - ¡Descuida… haré que te lleves un lindo recuerdo al infierno… veremos cuanto tiempo te da de vida la plata en tu sangre… ya ha de estar llegando a tu cerebro… ¿Duele mucho?!

Shun no era muy consiente de las palabras del mayor… clamaba por su hermano, deseaba que Ikki viniera a salvarlo como siempre lo hacía… lágrimas cayeron por Julián, él estaba muy mal herido… en su alma sabía que estaba muerto… si él moría ahora, seguramente lo acompañaría en las praderas celestiales… “¡Julián… entonces no eras tú… fue… tu hermano!”… aquella última verdad que le dijera antes de que los separaran le hizo abrir nuevamente los ojos… pudo ver entonces como si fuera una visión… un poderoso lobo negro dirigiéndose hacia ahí…

¡Hades…! – susurró con angustia… y entonces fue consiente de las manos del mayor en su piel… - ¡No me toque!

¡Aun tienes ánimo para ordenar… relájate, te gustará! – el hombre subió sobre la cama y se colocó sobre el cuerpo del menor… sus labios se dirigieron entonces a su cuello, estaba muy excitado, esa criatura le había gustado desde la primera vez que lo vio, y le fascinaba que a pesar de estar muy débil aún se le siguiera resistiendo… - ¡Sabía que me pertenecerías al final… lo supe desde que te vi en el bosque!

Comenzó a recorrer el cuerpo con sus manos, comenzó a besar el cuello del peli verde con deseo, mientras que iba lentamente despojándolo de sus prendas, sonrió al notar que seguía resistiéndose, iba a disfrutar mucho de poseerlo, pues desde aquella vez, vio el orgullo en sus bellas esmeraldas… su piel le resultaba sumamente suave, quien pudiera imaginar que era en realidad descendiente de una de las líneas ancestrales de los licántropos… justamente la línea real… descendió su mano hacia la intimidad del menor… lo sometería, lo humillaría y saciaría hasta su último deseo con él… luego vería como se le escapaba la vida…

¡Gemirás para mí… y será lo único que te lleves de recuerdo en tu otra vida… si es que hay otra! – murmuraba entre jadeos el peli plateado, la tibia piel del menor lo volvía loco…

¡No… suéltame! – no había mucho que pudiera hacer, su mente intentó irse de ese lugar, no deseaba ser consiente de ese hecho, pero le parecía imposible no serlo… aquellas caricias le resultaban repugnantes… la forma poco delicada en la que le desgarraba sus prendas… “¡Ikki… hermano, ayúdame!”… cerró con fuerzas sus ojos, podía sentir el aliento y el olor del peli plateado, tenía tantas ganas de vomitar… su cabeza empezaba a dolerle demasiado, era como si le diera tumbos… veía destellos luminosos al cerrar sus ojos eran como flashes - ¡AHHH! – un dolor en su pecho le obligó a abrir los ojos… le había mordido, y deseó tener garras para rasgarle el cuello al bastardo… su mirada se posó entonces en una figura que no estaba antes… - ¡Hermano…! – susurró antes de sus ojos perdieran toda la luz y que el latido de su corazón se volviera tan fuerte y acelerado, que no pudo hacer otra cosa más que desmayarse para poder soportarlo…

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Se habían distribuido en grupos de tres, Hades iba en el principal, su padre comandaba el otro, y Rada, su segundo, comandaba el tercero… los demás miembros de la jauría, esperarían a que se diera la señal para intervenir… el olor de los perpetradores de aquella matanza era muy fuerte en ese lugar… con mucho sigilo lograron penetrar las medidas de seguridad, no resultaba difícil considerando que los nueve lobos que comenzaron el salto poseían la habilidad para mantener su apariencia humana a pensar de la luna llena… solo sus ojos, tan rojos como los de la luna en esa noche delataban qué eran…

Ingresaron por la puerta principal, vestían las prendas de aquellos desafortunados que se toparon con ellos antes que ninguno… había sólo algo en la mente de Hades, y era venganza… percibió el olor del joven príncipe, lo que lo obligaron a subir las escaleras… sólo Rada lo acompañaba ahora, algo le disgustaba, el olor del niño se mezclaba con el del asesino de su hermano… rogaba haber llegado a tiempo… dio una patada a la puerta, abriéndola… ahí, sentado en la cama, sonriendo malicioso, como esperando esa interrupción, estaba el mismo hombre que viera justo unos días antes de la prueba del ritual…

¡Veo que han salteado todas las medidas de seguridad…! – habló el peli plateado, tenía un golpe en el rostro, pero parecía satisfecho… - ¡Llegaron tarde… el cuerpo de su bello príncipe sació todos mis deseos… jajajaja… lástima que no lo soporto… ¿Quién iba a imaginarse que sufriría tanto por tener un poco de plata en sus venas?!

Hades no pronunciaba palabra alguna, notó las prendas desgarradas de Shun sobre el suelo, y definitivamente aquel lecho y ese hombre, estaban impregnados con el olor del menor…

¡Todos en este castillo, morirán! – dejó salir al fin el peli oscuro.

¡¡De totas maneras, vencí… me lleve a su rey y a su joya al infierno! – el odio con que esas palabras fueron pronunciadas hizo hervir la sangre de los jóvenes - ¡Su voz es encantadora cuando gime de placer… o dolor, que para el caso es lo mismo jajajajaj!

¡Te equivocas en una cosa, maldito…! – Hades habló con la voz gruesa, su cuerpo comenzaba a mostrar rastros de convulsionarse - ¡El Alfa de la manada… soy yo, y no mi hermano… al hozar poner tus inmundas manos en su alteza… fue mi honor lo que pusiste por el suelo…! – otro lobo de grisáceo pelaje había llegado en la puerta… - ¡Te aseguro… que no tienes idea de lo que es el infierno!

El hombre intentó defenderse de las terribles fauces del lobo, más fue inútil, el animal desgarró su cuello y lo observó desfallecer lentamente por la pérdida de sangre… un aullido se hizo eco cuando el poderoso Azael cumplía su palabra y devoraba el corazón del culpable de la muerte de su hijo…

Buscaron por cada rincón de la casa pero no hallaron rastro del cuerpo del peli verde… las últimas palabras del cazador se cumplían… “¡No podrán darle sepultura… jajajaja… jamás darán con su cuerpo!”… cuando los primeros rayos de sol se hacían visibles y la asombrosa luna dejaba de lucirse en el cielo… todos volvían al territorio Fénix, de pie en la puerta de la mansión los aguardaba Pandora, ella lloró al entender lo que significaba la ausencia de su hermano… su padre había partido también, e Ikki aún se debatía entre la vida y la muerte…

¡Mi bella Pandora… este ya no es un lugar seguro… todos debemos partir! – Hades sonó firme al pasar junto a la joven, quien simplemente asintió… en la mente del peli oscuro, su conciencia le jugaba una mala pasada… “¡Yo debía gobernar… el precio que pague por mi debilidad fue perderte hermano… perderte a ti… y a Shun… realmente no tendré perdón… esto es culpa mía… yo debí estar aquí para protegerlos!”…

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¿Cómo está el niño, amor? – un hombre de melena rojiza se dirigía a la mujer de cabellera verde…

¡La temperatura de su cuerpo esta bajando… pero no se que efectos pueda tener la sustancia en su organismo… pero se salvará! – cuidadosamente la mujer acariciaba la verde cabellera del durmiente, una sonrisa tierna se dibujó en su rostro - ¡Es tan pequeño… Krishna es un animal… ¿Cómo se atrevió?!

¡Tranquila… su estupidez pudo ocasionarnos muchos problemas… pero supongo que los lobos saciaran su deseo de venganza con su vida! – la frialdad con que esas palabras eran expresadas por el mayor llamaron la atención de la mujer, quien sonrió asintiendo…

¿Entonces ya ha de estar muerto? – susurró la peli verde, a lo que el hombre asintió…

¡Violó todas nuestras leyes y puso en peligro toda nuestra organización! – la voz de un joven se unió a la conversación, era alto, de apariencia fuerte, cabellera y ojos de color oscuro - ¡Supongo que no le quedó más que esperar la muerte a manos de esos lobos!

¡Shura… a veces me asustas, hijo! – murmuró la mujer secando el sudor de la frente del menor que aún estaba inconsciente… - ¡Aunque realmente me sorprendiste… salvar a esta criatura no es propio de ti!

¡Yo no tuve nada que ver… fue Diogo el que lo trajo! – murmuró el joven apartando la mirada del niño…

¡Pues Diogo no suele hacer nada con lo que tú no estés de acuerdo… aunque por mí esta bien… es tan hermoso, además… podría ayudarnos! – la joven mujer se puso de pie y sonrió a los presentes… - ¡Una vez que despierte, claro esta!

¡Dudo que quiera ayudarnos… si Krishna no mintió, y estoy seguro que no lo hizo, él es uno de ellos! – hablo Shura con algo de fastidio… - ¡Tal vez deberíamos matarlo, nos causará problemas…!

¡Me temo que no permitiré eso… dudo que haya algo de culpa en alguien tan joven! – un peli azul ingresaba en la habitación, traía una jarra de agua y unas medicinas - ¡…l esta ahora bajo mi protección!

¡Uhmm veo que te impactó el que te llame hermano, ehh! – soltó el otro joven…

¡No peleen… son hermanos… Shura, yo estoy de acuerdo con Diogo, el niño no tiene culpa de nada… por otra parte…! – dijo la mujer mirando a su esposo, quien asintió - ¡Tanto tu padre como yo, compartimos los pensamientos de Diogo!

¡Entonces supongo que habrá que esperar a ver que hace esa pequeña joya cuando despierte, supongo que nos verá como lo que somos, sus enemigos! – Shura hablaba sentido, entendía a la perfección por qué tanto su hermano como sus padres por primera vez no compartían su opinión… aquella criatura… era muy parecida…

Un ligero gemido rompió el tenso silencio que siguió a aquellas palabras, el más joven parecía estar volviendo en sí… tras una semana completa de estar prácticamente en coma, al fin comenzaba a dar signos de mejorar… cuando lentamente fue abriendo sus parpados y mostrando las hermosas esmeraldas que tenía por ojos, incluso Shura, no pudo negar que era una verdadera belleza… la mujer se sentó a su lado y acarició dulcemente sus mejillas…

¿Dime, pequeño… te siente bien?

¿Dónde… dónde estoy… quiénes son…? – el chico parecía muy confundió, y a penas tenía fuerzas para mantenerse consiente, estaba muy desorientado…

¡Estas a salvo… no temas! - acotó el peli azul sonriendo… - ¡Krishna dijo que te llamabas Shun… no debes temer Shun!

Shura miró desconfiado a su hermano, de ser él jamás hubiera mencionado el nombre de quien estuvo a punto de violarlo y que además, había asesinado a gran parte de su familia… pero se sorprendió al ver la mirada confusa del más joven…

¿Quién es Shun? – susurró el menor y los presentes parecían sorprendidos… - ¿Yo soy Shun?

El mayor de los presentes sonrió ante esa novedad, se sentó a lado de la criatura y lo envolvió en un protector abrazo… miró de soslayo a su mujer antes de decir…

¡Así es hijo… te llamas Shun, ahora estás a salvo, tuviste un accidente… tu madre y tus hermanos estuvieron muy preocupados, a mí me tenías muy preocupado… ¿No me recuerdas hijo mío?! – el castaño rojizo hablo tan serenamente que cualquiera creería que decía la verdad, la sorpresa estaba dibujada en los rostros de sus hijos, aunque su esposa parecía muy complacida - ¡Soy tu padre Dohko… ella es tu madre, Sheena… y ellos dos tus hermanos, Shura y Diogo!

Shun miró a quienes se habían presentado como su familia, no sentía nada familiar con ellos… aunque aquel que respondía al nombre de Diogo, si le llenaba de nostalgia, su corazón se estrujó ante el recuerdo de su hermano… se sintió mareado se acurró en el pecho del hombre mayor…

¡Tranquilo, cielo… vas a estar bien! – Sheena también se acercaba y lo envolvía entre sus brazos… era lo justo a sus pensamientos… ella, había perdido a su hijo menor a manos de los lobos hacía mucho tiempo… ahora ella tenía a su hijo de vuelta, un trueque justo… ellos le quitaron a su hijo, ella les quitaba a ellos, el suyo…

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¡Duele decir adiós a todo lo que consideraba mi hogar! – una peli oscura hablaba tristemente, las ceremonias funerarias de su padre habían terminado, su hermano ya estaba mejor, ambos se irían de aquellas que eran sus tierras, no podían arriesgarse a una represaría por parte de los cazadores.

¡Tu hogar es con los de tu raza, Pandora! – dijo firme su hermano rodeando con sus brazos la cintura de la joven - ¡Debemos recuperar fuerzas…!

¡Volver a las tierras de nuestros ancestros… sin Shun y nuestro padre, es doloroso! – soltó la joven compungida…

¡Debemos ser fuertes Pandora… eso se espera de nosotros…! – dijo el peli azul observando a la distancia a Hades, quien mostraba una actitud fiera para con todos… él podía leer a través de él, se sentía culpable, y en su interior él también deseaba culparlo, pero no pudo… su debilidad había sido el amor ciego a su hermano… él también compartía esa debilidad con Shun… ambos habían pagado caro por eso… ahora ambos debían trabajar juntos para restituir a la manada… - ¡Arcadia es nuestro hogar!

¡ES HORA DE PARTIR! – Hades llamó a todos mirando fijamente el cielo que empezaba a estrellarse… todos y cada uno siguieron su ejemplo… en Arcadia ya los estarían esperando los líderes de los otros clanes, había mucho que decidir, por lo que debían llegar lo antes posible…

Un aullido rompió el silencio de la noche… este sonaba a una triste despedida, en otra parte, un joven peli verde despertaba como de una pesadilla… los protectores brazos de su hermano lo envolvieron y le instaron a seguir descansando…

¡Soñé… con una luna roja!…

¡Todo está bien, Shun… fue sólo un sueño!

“¡También con unos ojos color jade…!”…
Notas finales: Ojala les haya gustado...

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