Kai y Miyavi habían tenido una cita, entre ellos parecía que todo siempre andaba bien, en cuanto a Uruha y Aoi, se notaba a leguas que estaban enamorados y que hacían de todo para que los demás no se dieran cuenta, sobre todo Aoi, y por último, la pareja “perfecta”: Ruki y Reita.
A pesar de que Ruki era súper carismático y Reita extremadamente serio, cada vez que los veían, siempre la pasaban bien, se abrazaban y besaban sin importar donde, les encantaba darse amor, se decían que se amaban y junto con el otro nunca faltaba una sonrisa, por muy pequeña que sea. Era imposible no pensar que era la pareja perfecta y que en serio se amaban muchísimo, pero… y puertas cerradas…
- Ya no lo soporto… Suzuki Akira, ¿podrías dejar de cambiar los canales una y otra vez? ¡¡Así nunca veremos nada!!
- Pero si no está dando nada interesante, ¿para qué quieres que lo deje en un canal donde están dando estupideces?
- ¡No dan estupideces!
- Claro que sí… Por ejemplo: ¿Qué es eso? ¿My New BGFF? ¿Quién querría ver un concurso para escoger el mejor amigo gay de alguien?... ¡y por siempre! ¡Es estúpido!
- Grr… No te soporto. Siempre eres así. No te interesa lo que quiera o lo que piense. Igual eres en la calle, siempre me besar a la fuerza para aparentar que estamos bien, y todo el mundo piensa que son besos fogosos por la forma en que lo haces y los abrazos… en realidad sólo me aplastas las costillas porque sabes que no puedes pegarme en la calle, es tu forma de vengarte.
- Pues si tienes muchos problemas por eso… puedes agarrar tus cosas e irte… las puertas están bien abiertas – seguía serio cambiando de canal. Claro que no quería que se vaya, pero su orgullo era mucho más fuerte que eso.
- Yo no me voy a ir a ningún lado, recuerda que este departamento también es mío, así que no puedes botarme. – el pelinegro estaba muy alterado, hacía mucho que no discutían así, normalmente se quedarían en que no quería que cambien de canal tan seguido. Era sumamente doloroso verlo así, tan fresco mientras le decía cosas como que podía irse, pero no lo dejaría verlo así, como alguien débil.
- No lo hacía… sólo te daba un consejo INTELIGENTE. Si te hubiera botado ya no estarías aquí. – enfatizó las últimas palabras y apagó el televisor dirigiéndose a Takanori, quien se encontraba parado al lado del sillón en el que hacía un momento se encontraba el rubio
– No sabes lo molesto que me pone que te comportes así – el pequeño sólo se cruzó de brazos y bufó mientras fruncía el ceño.
- Y tú no sabes lo que es tener que soportarte todos los días – chasqueó la lengua.
- No eres el que no sabe eso… - lo cogió de los hombros y lo empujó, empotrándolo contra la pared para besarlo vorazmente.
Siempre que discutían terminaban así, o mejor dicho, terminaban en la cama. Seguramente esa sería una discusión más, eso fue lo que pensó Akira, a quien no podía dejar de excitarle la idea-
El más bajo primero se resistió haciendo presión en el pecho del más alto con sus manos para que lo soltara, pero no pudo lograrlo, así que optó por dejarse hacer. No podía evitarlo, le encantaba cuando se ponía así, le encantaba ser besado así, aunque el momento no era el mejor, ya llevaban meses en que esa era la única forma por la cual Akira lo besaba de esa manera. No era masoquista, o de aquellos que les gustaba ser tratados así, pero con el rubio no podía resistirse, terminaba excitado por sus acciones.
- Mmmm… Akira… - ya se había agitado, había caído en el juego del más alto mientras disfrutaba de las sensaciones, creía que en cualquier momento moriría de una taquicardia por lo alterado que se sentía.
El rubio ya se encontraba bajando por su cuello, sacándole el polo negro bien entallado que traía puesto el más pequeño, siempre iba así de rápido, no se detenía a pensar.
- Hace calor, nee… - le sonrió maliciosamente, ambos sabían lo que se vendría.
- Cho-chotto matte! – había logrado pensar en lo que estaba sucediendo durando un nano segundo y por una vez en su vida no quería que fuese así – ¡dame! ¡Por lo menos hoy! – El rubio ya se encontraba desabrochándole los ajustados jeans al en que ambos caían al piso.
Takanori sujetó las rápidas manos de su koi a tiempo para que no le arrebatara los jeans e hizo fuerza para que no siguiera.
- No… Akira… sólo esta vez… - intentaba regular la respiración, era cierto que estaba excitado, pero ya no quería seguir haciéndolo de esa forma – sólo esta vez… puede… ¿no ser así? – el de la bendita también se encontraba agitado y así, entre respiración y respiración, lo miró confundido.
- A qué te refieres? - su voz tenía un tono más grave de los normal.
- Eh... - no era la primera vez que se lo pedía, pero sí la primera que lo escuchaba - Etto... - ahora cómo se lo diría?- mmmm - nervios, nervios, nervios - ¡¿Por una vez en tu vida podrías no ser tan salvajeal hacerlo?! ¡Ponte en mi lugar!- gritó, las palabras por fin habían salido... pero... de la peor forma, ¿ahora que le esperaría?
-¿Ah? enano... - lo miró serio, parecía molesto, como si en cualquier momento pudiera pegarle. ¿Taka había metido la pata?, tal vez debió escoger a Kyo cuando pudo. - ¡Ya era hora de que reacciones! - le dio un beso en los labios de improviso, pero este sólo fue superficial.
- ¿Eh? - se sonrojó violentamente - No... no entiendo...
- ¿No crees que ya era hora de que me pongan en milugar seriamente? - le sonrió irónicamente.
- ¿Eh? - aún no entendía, su mente estaba en... blanco.
- A pesar de que siempre te quejabas, desde el primer beso te dajabas someter... te dejabas hacer sin más. Ya era hora de que te hagas respetar ¿no crees?
- Akira... - no, no se había equivocado, era el rubio el que realmente estaba hecho sólo para él. Había elegido bien - ¡Akira! - lo abrazó y lo besó ahora él.
- Te amo ¿de acuerdo? Tenlo bien claro... ¿tú crees que me gustó estar haciendo eso? - esa era la voz que Taka tanto adoraba. Esa voz grave, pero con mucha amabilidad.
- Akira... yo también te amo... lo siento - por fin, después de varios meses... una sonrisa sincera entre ambos.
- Baka... no tienes de qué disculparte. Discúlpame tú amí.
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