Hoy, domingo, mañana lunes… Mañana es el primer día de clases, a pesar de siempre tener el primer lugar en todas las competencias, las calificaciones e incluso en chicas que lo persiguen, estaba aburrido, quería experimentar algo nuevo, las chicas eran tan fáciles… ¿Qué tan difícil será conquistar a un chico? Aquello le sonaba todo un desafío, no era mala idea intentarlo, seguramente sería entretenido… Ahora, siguiente pregunta ¿Qué chico?
-¿Juegas Wii conmigo? – Dice su compañero de habitación recién saliendo de la cama, lo mira, lo observa de pies a cabeza, ese pijama era tan tentador, su pregunta se vio resuelta inmediatamente, ese chico sería gracioso, difícil y entretenido.
-¿Sólo piensas en eso? Apenas acabas ya de despertar – Responde saliendo de la cama, Ciel se percata nuevamente de que este se encontraba sin ropa, mira hacia otro lado.
-No, primero tomaré una ducha e iré a conocer la academia… Según los planos es grande, y no quiero perderme en mí primer día de clases… - Dice tomando una toalla y encaminándose hacia el baño.
Se escuchaba correr el agua, chocar con la tina que se estaba llenando, el muchacho se hallaba relajado entre las espumas, cuando nota la puerta semi abierta.
-Estoy yo en el baño, saldré en media hora.
-¿Media hora? ¿Tanto te demoras? Yo a lo más quince minutos – Dice en tono de burla mientras entra – Me lavaré los dientes.
Y así fue, Sebastián comenzó a lavarse los dientes, la cara, pero en el espejo frente a el se reflejaba el muchacho de doce años que se enjuagaba el bálsamo del cabello y se pone de pie.
-¿Me prestas la toalla? – Pide el menor.
Estaba avergonzado, pero desde que Sebastián le había dicho anoche “¿Pudor? ¿Acaso no eres hombre?” Lo hizo plantearse el desafío de dejar de sentirse extraño, después de todo, el mayor tenía razón ¿Por qué se horrorizaba ante un cuerpo desnudo si era de su mismo sexo? Aquello era estúpido.
Sebastián le facilita la toalla al niño y sale del baño con una sonrisa…
-Esto será entretenido…
Terminó de recorrer el campus, estaba cansado, se sienta mirando hacia la playa la puesta de sol, se veía tan bonita… Por alguna extraña razón sentía la necesidad de volver a la habitación rápido, no sabía si eran las ganas de jugar Play Station o estar con su compañero de cuarto, le parecía simpático… Si, sólo simpático…
-Hola… ¿Tu eres…? – Pregunta una muchacha con algo de temblor en su voz, detrás del niño.
-Ciel Phantomhive – Al decir esto, Ciel da media vuelta con su mirada fría e indiferente, pero esta es reemplazada por unos grandes ojos y un rostro completamente ruborizado, la muchacha frente a el, simplemente era hermosa.
Elizabeth, era su nombre, y no la imaginen como la marquesa del siglo XVIII, esta llevaba el cabello suelto, corto, una falda un poco más sobre la rodilla y una polera de Evanescence, que era su grupo favorito.
-¿El hijo del creador del guitar hero? – Pregunta nuevamente la muchacha.
-S… Si… Y tu… ¿Tu te llamas…?
-Elizabeth… - Inquiere con empatía la menor.
-Elizabeth, que definitivamente hermoso nombre – Dice sonriendo y llevando su mano derecha detrás de la cabeza, tímidamente – En… Tu clase… ¿En qué clase estás? – Preguntaba tratando de no parecer muy preocupado y desesperado porque la muchacha le dijera que en la misma que el.
-Séptimo grado de primaría, la clase A.
-¡¿Enserio?! ¡Yo…! ¡Yo también! – Exclama emocionado – Digo… - Corrigió cambiando su semblante a uno más tosco – Seremos compañeros, no esta mal… - La muchacha ríe coqueta.
-Bueno, mira, debo volver a mí habitación, nos vemos mañana en clases, ya es muy tarde – Antes que Ciel pudiera siquiera responder, la muchacha había salido corriendo hacia las habitaciones de las niñas.
Ciel sonríe con un leve rubor aun en sus mejillas, dando media vuelta y cerrando sus ojos para sentir la brisa que el mar le otorgaba “Elizabeth” Susurró, aquel nombre, era muy lindo…
Vuelve a abrir los ojos y nota que ya había terminado la puesta de sol, estaba todo el séptimo piso a oscuras, era la azotea de la academia, las luces prontamente se comenzaron a encender, la piscina estaba cerrada, pero la podía observar, se veía hermosa entre esas luces, las palmeras y el reflejo de la luna en el océano… Comienza a sentirse melancólico por nada, era la primera vez que sentía algo así, y comienza a caminar hacia la piscina, posa su mano derecha en la rejilla que impedía el paso de alumnos después de las 9 PM, observaba el agua moverse aunque nadie estuviera alterándola, su corazón latía lentamente y sonríe ante aquello.
Cuando desde el otro lado de la reja, una silueta negra y alta lo observaba, pone un poco más de atención para poder divisar su rostro, era su compañero de habitación que sonrió al verlo y se encaminó hasta llegar a Ciel.
-No te pregunté, hijo del creador del guitar hero… Yo sé que tú apellido es Phantomhive… Pero… ¿Cuál es tú nombre?
-Ciel… Ciel Phantomhive… No me digas más “Hijo del creador del guitar hero” Todos me conocen así y ya estoy cansado de eso… - Da media vuelta y comienza a caminar al otro extremo, frente al mar, se apoya en la baranda y mira el reflejo de la luna llena, Sebastián lo sigue, se pone junto a el – Y tu… Yo tampoco me sé tú nombre…
-Sebastián Michaelis…
-Michaelis… Tú padre era un exitoso empresario… El murió ¿No es así?
-Es efectivamente como tu dices… - Lo mira con un semblante algo triste, no le gustaba tocar ese tema.
-¿Y por qué murieron los dos?
-Mí… Madre murió cuando yo nací… Y mi padre en uno de sus viajes en el avión…
-Ya veo… Lo lamento mucho… - Dice el menor, lo observa a los ojos.
Podía distinguir perfectamente el reflejo de la luna en el mar sobre sus hermosos orbes carmesíes… Incluso podía ver las estrellas, se pierde en esa mirada tan bella y tan triste… ¿Fue mala idea preguntar eso?
-Lo único que uno tiene claro desde el momento en el que se nace… Es que algún día va a morir… - Inquiere apoyándose en sus brazos, agachándose un poco con la mirada dirigida hacia el mar – Por eso yo no quiero seguir siendo un niño mimado como me criaron mis papás… Quiero experimentar cosas nuevas, esta academia me permitirá hacerlo tal y como quiero, comenzando por ti… - Vuelve a observarlo – Es una experiencia nueva compartir cuarto con alguien… Siempre estuve solo… Solo en la mansión, solo en el baño, solo en mí cuarto… Nunca siquiera pensé que algún día compartiría un juego de play o wii con alguien… Trataré de llevarme mejor contigo… Y lo siento si no te gustó mí pregunta anterior… - Le brinda una inocente, infantil y cálida sonrisa – Esta academia y tu serán mi comienzo…
Ante tan hermosas palabras, Sebastián comienza a sentirse un poco mal y culpable de haber tenido pensamientos tan pecaminosos con el menor, sin previo aviso, sus manos comenzaron a sudar y apartó su mirada del chico, para mirar el mar.
-La luna se ve linda ¿No?... Dime… - Inquiere – ¿Te gustó esa muchacha?
-¿Muchacha? ¿Te refieres a Elizabeth? – El mayor asiente con la cabeza – Es muy bonita.
-Deberíamos… Volver a los cuartos… Son más de las 11 PM y mañana será el primer día de clases… - Musita con algo de tristeza, algo extraño, aquel niño desde el principio no sería más que un desafío y un muy entretenidísimo juego, se encaminan hacia los cuartos, donde ambos se acuestan en sus respectivas camas.
Como cada noche desde que tenía quince años, saca su cajetilla de cigarros, abriendo la ventana para expulsar el humo y no dañar al menor que era asmático, el muchacho nota la preocupación y sonríe, apoyándose en la cabecera de la cama.
-A veces siento que no debería haber nacido en este siglo… Soy tan extraño… A veces pienso que en mí vida pasada fui un niño huérfano, un conde o algo así… - Dice con seriedad – Por ahí por Inglaterra…
-¿De dónde sacas esas tan extrañas conclusiones? Aunque no puedo juzgarte, yo a veces sueño que soy un demonio que devora almas – Agrega riendo a carcajadas – bueno, por ti intentaré no fumar más – Bota el cigarro aún prendido por la ventana - ¡Mierda! – Exclama – Le calló a Lau en la cabeza – Ciel comienza a reír mientras Sebastián cerraba apurado la ventana, cerraba las cortinas y apagaba las luces – Si tocan la puerta, tu y yo estábamos dormidos desde hace mucho rato ya…
Así terminó el segundo día en Destiny Academy en el estado de New York, sin mayor motivo, sentían como si se conocían de toda una vida… ¿No habrán grabado una serie de televisión juntos? ¡Bah! Que tonterías.