Cuando Harry despertó noto que estaba rodeado de algo calido
-genial-pensó- me he vuelto a meter en la cama de Ron.
Levanto la mirada, pero no se encontró con el pelo rojo y los ojos azules a los que estaba acostumbrado a pedir perdón por las mañanas, sino con el pelo rubio de Draco, el cual lo tenia fuertemente abrazado a su cuerpo.
Harry sonrió-al parecer no fue un sueño-pensó con alegría, luego beso a Draco en los labios y volvió a dormirse.
Draco abrió los ojos buscando un reloj, cuando vio uno en la pared el cual marcaba las tres de la tarde.
-mierda-pensó al darse cuenta de la hora realmente-a las doce había quedado con Severus para lo del informe de anoche.
Y es que tanto Snape como McGonagall les habían pedido tanto a Hermione como a el mismo un informe sobre el comportamiento de los alumnos en la fiesta de la noche anterior.
Cuando fue a levantarse vio a Harry abrazado a su cintura con una sonrisa encandiladora que derretiría hasta un cubo de hielo.
-bueno Severus puede esperar-pensó el rubio y volvió a acostarse junto al moreno para poder verlo dormir, al rato( sobre las cuatro) el moreno empezó a abrir aquellas esmeraldas que volvían loco a Draco.
-hola-saludo Draco con una sonrisa y un beso
-hola amor,¿Qué hora es
-las cuatro de la tarde-le respondió el rubio mientras le volvía a besar lo que hizo que Harry se sonrojarse-me encanta cuando haces eso
-¿el que?
-sonrojarte de manera tan adorable.
Luego se levantaron y empezaron a vestirse, mientras buscaba las partes de su disfraz, Draco encontró un baúl lleno de ropa muggle de las mejores marcas.
Para si cogió unos vaqueros, una camisa blanca con un dragón negro a la espalda y unos tenis negros. Y para Harry unos pantalones caquis, una camiseta verde, una chaqueta vaquera y unos tenis blancos. Desde el punto de vista de Draco, su Harry estaba muy dulce y para el moreno, el rubio estaba tan sexy como siempre.
Tras vestirse cada uno se fue a su sala común a ducharse, quedando en verse después en el vestíbulo con sus amigos.
A partir de aquel día, y tras darle la “gran” noticia a Sirius sin que este intentase matar al rubio, el trimestre fue bastante bien, bueno, todo lo bien que puede ir un trimestre cuando tus padres te presionan para volverte uno de los siervos del peor enemigo de tu novio y cuando este no puede dormir una sola noche por culpa de las pesadillas.
Y así llegaron las vacaciones de navidad, y con ella una cena que no se había celebrado en mas de veinte años, la cena navideña de los Black. La cena consistía en que todos los Black vivos y sus familias se reunían en la casa madre de la familia, la cual se encontraba en lo mas profundo de un bosque del norte de Escocia, aunque la verdad ni a Harry ni a Sirius les hacia mucha gracia tener estar en la misma habitación que los Lestrange y los padres de Draco sin matarse.
Cuando los dos morenos llegaron, gracias a un traslador, Harry se quedo embobado al ver la gran casa. Al parecer los primeros en llegar habían sido Remus junto con Nymphadora, con la que estaba saliendo, y los padres de esta, Andrómeda y Ted Tonks. Andrómeda era una mujer muy guapa y elegante, a pesar de no creerse ninguna de las tonterías sobre la pureza de sangre a la que sus “queridas” hermanas eran tan apegadas, era muy elegante, Ted en cambio era tal y como lo había descrito Tonks el día que conoció a Harry. Al parecer la cena era obra de Andrómeda, a la cual su abuela antes de morir le dejo la casa familiar, su abuela siempre fue una de las pocas miembros de la familia que no la habían repudiado por seguir su corazón.