Capítulo 1
"Que juego macabro el destino jugó
Cruzó tu camino y el mío, pero los ha cruzado mal
No nos pudimos encontrar"
Amanecían en Japón y como era mediado de febrero el clima se debatía entre un agradable calorcito y un frío matinal.
En los suburbios de la ciudad, en una casa más amplia que el resto, dormía el protagonista de esta historia: Naruto Uzumaki.
Sus parpados aún estaban cerrados y descansaba a pierna tendida balbuceando entre sueños. El reloj en la mesita de cama marcaba las 7:30 am cuando el teléfono comenzó a sonar.
El ring insistió un largo minuto sin obtener respuesta por parte de Naruto, quien solo se revolvió inquieto, el teléfono volvió a insistir y cansado Uzumaki parpadeó, estiró la mano y a tientas intentó encontrar el inalámbrico que seguro estaría perdido entre sus sabanas.
-Moshimos…-
-¡NARUTO!- el grito de Kushina Uzumaki desde el otro lado del auricular – puedo estar en… Dei ¿Dónde estamos? –
-Nueva Zelanda-
-Nueva Zelanda, a miles de horas de diferencia, pero jamás olvidaré levantarte NARUTO ¡SAL DE LA CAMA Y VISTETE PARA IR A LA ESCUELA! -
-oKachan- intentó incorporarse – mmmm notebayo, mejor duermo otra rato-
-de eso nada Naruto ¡Levantate!- Kushina estaba bastante animada tomando en cuenta que en Nueva Zelanda serían ya altas horas de la noche
-Si si, ya voy-
-Eso espero - dijo dura antes de suavizar el tono de voz -quiero que te cuides mucho Naru ¿Me lo prometes?-
-Si mamá te lo prometo- Naruto se incorporó y estiró
-te quiero mucho hijo-
-y yo- se escuchó a lo lejos la voz adormilada de Deidara
-Yo igual- respondió antes de escuchar el tono la nota intermitente de colgado
Naruto lanzó un suspiro largo y se dirigió al baño, acomodó sus rubios cabellos frente al espejo y se lanzó una mirada apática.
Su hora de entrada era a las 8 am, pero no tenía prisa. Mientras más tarde llegara a la escuela mejor.
----()----
Konoha era su colegió, uno de las más prestigiosas preparatorias privadas del país. Ahí asistían los hijos de las figuras más importantes de Japón.
En aquel lugar la mayoría se conocía desde infantes, la gente pudiente tendía a relacionarse con gente pudiente, así que generalmente no había fugas en los grupos sociales. Hijos de empresarios, políticos, estrellas e incluso yakuzas. Todos y cada uno de ellos sabía con quien relacionarse pues, después de todo, se relacionarían con ellos toda la vida.
Desde el primer momento que Naruto pisó aquel lugar se dio cuenta de ese detalle y de ese algo escandaloso “él no conocía a nadie”. Si bien había asistido a una secundaria de igual fama que Konoha ninguno de sus amigos optó por inscribirse en ella. Él tampoco conocía a los hijos de gente de renombre pues jamás se mostró interesado y su madre tampoco insistió en ello, era algo así como un bicho raro en ese mundo donde, a pesar de ser el primer día, todos se conocían.
Así pues en su primer día de clases se encontró parado en la puerta y razonando la nueva situación.
Naruto intentó sonreír y buscó un grupo al cual pudiera acercarse y entablar una platica. Estaba a punto de dar el primer paso cuando alguien, sin consideración y con toda la intención del mundo, lo empujó dentro del salón haciéndolo caer al piso.
-A ver si te fijas por donde vas dobe- le dijo un chico petulante y él estuvo a punto de responder cuando vio el rostro de aquel y se quedó un poco impactado.
Hasta ahora Sasuke Uchiha era la primera persona que reconocía y no era precisamente alguien del que podría hacerse amigo.
- Sasuke – gritó una chica emocionada y como avalancha todas las féminas del salón se acercaron a saludarlo casi atropellándolo en el suceso.
Naruto se sintió algo mareado y ofendido mientras se paraba y buscaba un asiento en la parte de hasta tras del salón. Al parecer el pelinegro aún le guardaba rencor.
-Sasuke no es una buena persona, no deberías molestarlo- le dijo el chico que estaba sentado a un lado suyo y Naruto se giró para mirarlo
-¡de verdad!- le dijo irónico y el chico sonrío –él no debería molestarme-
-Mi nombre es Sai, mucho gusto- dijo tendiéndole la mano
Y el rubio le sonrío de vuelta – Soy Naruto –
-¿Uzumaki?- pregunto intrigado su interlocutor, a lo que el rubio asintió -¿de verdad?- medio sonrío con pena - ¿Tu eres Naruto Uzumaki?-
Naruto cerró los ojos y haciendo un puchero medio sonrío – no lo digas así como si fuese algo malo-
-Bueeenooo – arrastró Sai –Espero que no sea muy malo por que me caíste bien-
-¿eh?- Naruto no pudo preguntar más por que el chico se paró de su asiento y como si nada fue directo a hablar con Uchiha metiéndose entre la multitud.
A pesar de que en ese momento Naruto no entendió nada y el resto del día se pasó tranquilo, con el paso de las semanas, meses y años se daría cuenta de lo cruel que podría a llegar a ser los chicos de su salón.
----()----
Nuestro rubio protagonista vivía a solo unas cuadras de Konoha, así que eran 8:10 cuando cruzó el patio y los pasillos vacíos hasta su salón. Tener como maestro a Hatake Kakashi era una desgracia o bendición dependiendo del punto en que deseases mirarlo.
Él siempre llegaba tarde, así que Naruto jamás tenia retardo, el problema de ello era que en el tiempo que el profesor no llegaba Naruto era atormentado por la pandilla de su salón, liderada ¿Advienen por quien?... Sasuke Uchiha.
Tan pronto entró al salón una avalancha de bolas de papel lo recibió, algunas pasaron a sus lados, otras le dieron en el cuerpo y una que otra de lleno en la cara.
-Por fin llegas- le recriminó Sasuke y él ni siquiera lo miró
Sai, el primo de Sasuke, se sentaba a su izquierda, Sasuke a su derecha, Suigetsu frente y en el segundo puesto a su derecha se sentaba Juugo. Sasuke y Suigetsu eran los que más gozaban con fastidiarlo, Juugo les admiraba las hazañas y Sai era incapaz de mover un dedo en contra o a favor suyo.
-Que bueno que llegaste con mis cosas – le dijo Suigetsu arrebatándole la mochila para sacar los libros y lápices de Naruto – sabes que odio cargar más que mi libreta-
El rubio solo torció los ojos y espero a que Kakashi apareciera, no le calculaba más de 5 minutos.
En los primeros días de colegio se dio cuenta de que Sasuke conocía a más de la mitad de la escuela. Se enteró que su padre a parte de ser un renombrado cirujano plástico, poseía una enorme cadena de hospitales, su hermano mayor era el líder en el campo farmacéutico y su madre era una famosa diseñadora.
En pocos días se había convertido en algo así como un dios en el salón, todas las chicas se peleaban por el buen partido que representaba el chico y la mayoría de los hombres se portaban como sus mejores amigos. Nadie se dio cuenta y poco les importó por que Sasuke, el ídolo a seguir, la agarró contra Naruto pero por el bien de ellos y por que no había nadie que realmente intercediera por el rubio, todos lo dejaban hacer.
-BUENOS DIAS CHICOS- saludó Kakashi entrando al salón y la mayoría dejó sus cuchicheos
Naruto rebusco en su pantalón y sacó una pequeña libretita para anotar y un lapicero.
----
La mayor pasión de Naruto era la fotografía, por eso siempre cargaba una pequeña cámara digital en su cuello, y en los recesos lo que más le gustaba era comer en los amplios jardines fotografiando aves e insectos.
Se alejaba de la multitud por inercia y protección, ya tenia 4 semestres haciéndolo y lo más seguro era que ese 5° y el próximo 6° también lo hiciese, después, cuando entrara a la universidad y fuera mayor de edad tenia la esperanza de encontrarse con Gaara.
Mucho se preguntaba si el pelirrojo aún lo recordaba o si ya habría conseguido a alguien más, aunque no pensaba mucho en ello pues no le gustaba ponerse triste.
Suspiró y le dio una mordida a la barra energética que había logrado salvar de la boca de Suigetsu y es que a menos que quisiera ser tomado como blanco de desechos de comida, no podía pararse en la cafetería.
----
A la hora de salida, mientras acomodaba sus cosas en el locker tuvo su encuentro obligatorio con Sasuke.
El destino, no conforme con ponerlo a su lado en el salón, también lo había puesto a su lado en el pasillo.
-¿Dónde te escondes en el descanso Uzumaki?- le preguntó azotando la puerta del casillero del rubio aplastando una de sus manos en el proceso
-Piérdete Uchiha- Naruto se sobó instintivamente la mano y el pelinegro solo sonrío autosuficiente -¿Por qué no dejas de fastidiarme?, cualquier cosa que te hubiera dicho no es para tanto y además me disculpé – Naruto recordó su segundo día de clases cuando abordó al Uchiha y le reverenció una disculpa
-Eres un dobe, por eso- le respondió dispuesto a irse pero Naruto estaba harto, todos los días tenia esos 5 minutos a solas con Uchiha y a pesar de que siempre se dedicaba a ignorarlo hoy tenía ganas de decirle algo.
- ¡TEME!, como quisiera que te murieras… o algo -
- Eso no es verdad – le retó Sasuke girándose y de un brusco movimiento azotarlo contra los lockers, aquella escena siempre la repetían y siempre terminaba con Naruto completamente sonrojado y a unos cuantos centímetros de besarse con Uchiha que siempre se detenía y lo dejaba ahí, agobiado y enfadado.
-TE ODIO- le gritó antes de verlo doblar el pasillo y él golpeara el casillero enfadado.
No recordaba aquello que le había dicho al Uchiha el día que lo rechazo hasta que se lo recitó: “preferiría estar solo toda la vida a tener a alguien como tú cerca” y como respuesta Sasuke le aseguró que obtendría lo que deseaba.
Iba a estar solo.
----
-¡Denme mi camara!- Lloriqueó Naruto a Suigetsu y Juugo quienes se la lanzaban de un lado a otro del salón.
Los demás se dedicaban a observar e incluso algunos reían de los intentos del pobre rubio.
-¿La quieres? - preguntó Suigetsu aburrido del juego del gato y el ratón – pues atrápala - y sin consideración la lanzó desde el cuarto piso por la ventana
-Noo- gritó Naruto intentando tomarla pero se escapó entre sus dedos –Malditos - les dijo antes de intentar lanzarse contra Suigetsu pero no había intentado ni siquiera levantar un puño cuando Juugo ya lo tenia controlado
-Tranquilo – le susurró al oído y Naruto muy al contrario de la petición forcejeo molesto hasta que harto, Juugo lo lanzó al suelo sin mucho esfuerzo.
Naruto sintió que estaba a punto de llorar y con deseos de que nadie pudiera verlo salió corriendo del salón sin importarle chocar contra Sakura e Ino en su carrera y mucho menos sin notar que Sasuke que venia con ellas había notado sus lagrimas.
La cámara no era el problema, muchas habían sido las que le destruyeron antes y ya sabía que lo único que debía hacer era asegurarse que la memoria estaba intacta, el problema era el enfado e impotencia. Esos últimos días se estaban haciendo sumamente insoportables y el calor de Marzo poco lo ayudaba.
Después de bajar al patio y recuperar los trozos de su cámara decidió que lo mejor sería ir al baño a mojarse el rostro y relajarse.
Pero cuando entró, lo que menos esperaba era encontrarse con Sasuke recargado en los lavabos claramente esperándolo.
Naruto se giró y quiso salir del baño, no necesitaba otra pelea, pero el pelinegro fue muchísimo más rápido que él y de un tirón lo acercó y apresó en un fuerte abrazo.
A pesar de que se jaloneo e intentó golpearlo Sasuke no lo soltó y eventualmente él se relajó en el abrazo.
-Suéltame- le pidió largos minutos después y aunque el pelinegro se mostró renuente lo hizo
Cuando se separaron Naruto no cabía en sí debido a la vergüenza que tenia, sus ojos si bien no estaban hinchados aún se notaba que había llorado y la mirada de Sasuke no ayudaba.
Ambos sabían que la única razón por la cual Sasuke fastidiaba a Naruto era por una venganza infantil y que, aunque no lo dijera, el pelinegro estaba tan enamorado de él como aquella vez que le partió la nariz.
Naruto había aprendido a lidiar con aquel enfado que el comportamiento infantil del pelinegro le causaba, pero no con la sensación de odio que el Uchiha le causaba cada vez que se le acercaba.
Por que para el rubio estaba más que claro que, de no ser por lo mucho que lo fastidiaba Sasuke, él bien podría haber caído ante sus encantos hace mucho tiempo.
-dobe- masculló el pelinegro antes de largarse del lavabo
Algo que Naruto sabía a la perfección era que en esos momentos no odiaba a Sasuke… ¡Claro!, mañana sería otro día.
-