Itachi cerró los ojos al terminar la melodía que interpretaba, los suaves aplausos de Sai lo hicieron voltear al balcón de enfrente, el pelinegro de cabello corto vestía con una camisa de manga larga, en sus labios estaba dibujada una sonrisa agradable.
-Eres tan bueno como siempre, a pesar de que cambiaste de canción no te haz equivocado ni una sola vez.
-Gracias- Itachi dejó el violín sobre la pequeña mesa que tenía en su estudio.
Se acercó al balcón, su puerta estaba abierta para que Sai oyera con facilidad, así que sólo tuvo que salir sin ninguna molestia, se acercó a Sai quien inconcientemente dio un paso hacía atrás. La luz del estudio del pelilargo le permitió al mayor notar un ligero sonrojo en las mejillas de Sai, que lo hizo sonreír.
-¿Sucede algo, pintorcito?- preguntó con inocencia.
-¿Por qué?-La voz de Sai sonó un poco alterada.
-Te alejaste cuando me acerqué a ti.
-Ya debo de ir a dormir, es tarde.
-No es más de las 9.
-Debo de bañarme antes, además…
-Sai-El ser llamado por su nombre lo hizo estremecerse, sin notar cuando Itachi lo había tomado de una mano, acercándolo a él.
-¿Q-qué?-Tartamudeo ante la cercanía del mayor, quien peligrosamente acortó la distancia que los separaba. Obligándolo a cerrar sus ojos asustado.
En los labios de Itachi se formó una sonrisa, el blanco rostro de Sai estaba rojo como tomate, sentía como temblaba su cuerpo, por lo que solo dio un suave beso en la mejilla.
-Que pases buenas noches-soltándolo Sai abrió sus ojos muy sorprendido.
-Igual, que…descanses-dando una rápida vuelta se dirigió a su estudio casi corriendo.
···
-Utamaro… ammm ammm… fundó la escuela de… mmm.
-Ukiyo-e
-Claro, lo sabía, sólo quería probar si tú lo recordabas-la sonrisa nerviosa no tardó en aparecer.
-Naruto-kun –Sai soltó un suspiro- si no puedes seguir con esto deberías dejarlo.
-¡No!-Naruto levantó la voz, cosa que ocasionó que Sai se sorprendiera, al notarlo el rubio se apenó-lo siento, Sai-chan, es sólo que me parece que Kakashi-san no desea mi ayuda, pero he visto todo lo que tiene que hacer, así que aunque no quiera que lo ayude lo haré, de esta manera pagare mi deuda con él.
Sai sonrió, poniéndose de pie se colocó detrás de la silla en que Naruto se encontraba sentado, colocando sus manos sobre sus hombros.
-Estás cansado. Cierra los ojos y respira profundo-Naruto obedeció las instrucciones de Sai, sintiendo las delgadas manos del pintor en sus hombros suspiró profundamente-ahora dime, ¿a qué periodo pertenece el arte de Utamaro?
-Tokugawa (1603-1867)
-Muy bien-el pelinegro sonrió animado-¿Cuál es la principal técnica utilizada?
-El…la xilografía…-el rubio volvió a respirar profundo al sentir la suave presión de las manos del pintor- grabados producidos en bloque de madera de cerezo…y representaban imágenes del teatro principalmente…también de los baños, la casa de citas, las prostitutas y en general…los barrios de placer de las ciudades.
-¿Qué lo hizo terminar con su carrera?
-Estar esposado por 50 días…
-Bien -Sai lo soltó-vez Naruto-kun, sólo necesitas tranquilizarte, se que sabes todo, con esas preguntas me siento satisfecho.
-Gracias por ayudarme a estudiar Sai-chan-El ojiazul se levantó- quieres que te lleve a tu casa, no tardan en pasar por mí.
-No es necesario…esperare a alguien-las mejillas de Sai se pusieron rojas.
-Así que quedaste de verte con Uchiha-san en la cafetería de la universidad-la sonrisa se notó un poco burlona- eso suena a una cita.
El sonrojo de Sai se volvió más pronunciado.
-¡¡Para nada!!-la mayoría de los presentes voltearon a verlos ante el grito de Sai.
-Jejejeje, me quedare a hacerte compañía en lo que llega-La bonita sonrisa de Naruto le mostró al pelinegro que sólo se trataba de un juego, ambos volvieron a sentarse en la mesa de la cafetería, los estudiantes que se encontraban ahí siguieron con sus pláticas.
Ambos jóvenes se encontraban en la cafetería de la universidad, la parte en la que ambos estaban era la explanada, el interior era bastante bonito, pero la parte externa siempre era preferida por los estudiantes de artes, las mesas era de madera al igual que las sillas, diseñadas de una manera bastante cómoda, las grandes sombrillas proporcionaban una agradable sombra. La vista daba a uno de los jardines más hermosos de la universidad.
-Naruto-kun, aún no entiendo como fue que te enteraste del problema de Itachi-san la vez anterior.
-Tengo demasiados conocidos en la escuela, noticias como que Uchiha-san reprobó una materia corren como pólvora (si no conocen la frase, es sinónimo de bastante rápido), es uno de los genios de Konoha, es algo imposible para él que repruebe.
-Debe ser algo bastante estresante, tal vez por eso se ve triste cuando toca.
-¿Triste?, nunca lo he notado-el teléfono de Naruto sonó-perdona Sai-chan- el joven Uzumaki se alejó, platicando alegremente con la persona al otro lado de la línea.
-Naruto-kun tiene bastantes amigos-la gran mayoría del tiempo que ambos pasaban juntos el rubio se la pasaba recibiendo llamadas, o saludando a gente a la distancia, no sólo de su edad, sino que también más grande y más pequeños que él.
-Al parecer tú y yo somos más del estilo de pocos amigos-una voz conocida lo saco de sus cavilaciones.
-Itachi-san, llegaste pronto-Sai se levantó con una sonrisa agradable en su rostro, ofreciéndole al pelilargo una silla-siéntate.
No pasó desapercibido para Sai que todos los presentes clavaban su vista en Itachi, el pelilargo vestía con pantalón de mezclilla un poco ajustado, traía una camisa sin mangas color negra, los brazos de Itachi tenían músculos perfectamente definidos, la camisa le quedaba perfecta a su talla, mostrando su delgado cuerpo, levantó sus manos estirándose, lo que permitió que su camisa se levantara, dejando al descubierto su abdomen, lo que ocasionó que las mejillas de Sai se sonrojaran un poco.
-¿Sucede algo?
-¡No!-se le empezaba a hacer una mala costumbre al pelinegro gritar ante cualquier comentario de Itachi.
-Sai-chan estás rojo-Naruto se había acercado a ellos, de sus labios escapó una risita.
-Na-naruto-kun-el sonrojo de volvió más pronunciado, al sentir la mirada de los ojos azules y del par de gemas negras que lo observaban.
-Mucho gusto, mi nombre es Naruto Uzumaki, Uchiha-san.
-Un placer –la reacción de Itachi fue un poco fría, pero aun así Naruto no dejó de sonreír-Sai-chan, nos vemos mañana, ya han llegado por mí.
-Adios, Naruto-kun-aún algo rojo, Sai de despidió de él.
-Que molesto-comentó Itachi una vez que se marchó el rubio.
-¡Oye! No le digas molesto a Naruto-kun, es una excelente persona, además es mi mejor amigo en la universidad…
-¿Tu mejor amigo?-el pelilargo levantó una ceja algo molesto.
-Claro-Sai no tomó en cuenta la molestia del violinista.
-Y entonces eso donde me deja a mí.
-…-el joven de cabello corto guardo silencio, no sabía que contestar, un tiempo atrás se empezaba a sentir algo incomodo estando cerca de Itachi, se ponía nervioso e imaginaba cosas que no eran correctas- Pues tú eres mi vecino.
-¿Sólo tu vecino?-el pelilargo no se veía conforme con su respuesta.
-Supongo-Sai se volteó hacía otro lado, notó la reacción de Itachi, pero no quería enfrentarlo-El nombre de esta cafetería es bastante curioso-cambio de tema.
-¿Chidori?, Kakashi lo eligió, la cafetería es nueva, así que cuando se pidió un nombre todos los profesores de la universidad votaron, fue él de Kakashi el que ganó.
-Es un bonito nombre.
-Pues él dijo que si tuviera una cafetería la llamaría así.
-Sin duda iría a comprar ahí- sonrió alegre Sai.
-Yo no, Kakashi no me convence como dueño de cafetería, vámonos ya a casa-Itachi se levantó, comenzando a caminar sin esperar a Sai, quien se apuró a seguirlo.
-¿Por qué tienes prisa?, quería tomar algo.
-¿Qué acaso tu “mejor amigo” no te invitó algo?
-No me gusta que Naruto pague, siempre insiste con lo más caro del menú.
-Es algo normal para del hijo de Namikaze-Itachi continuaba caminando a prisa, trayendo a Sai casi corriendo, debido a la diferencia de estaturas.
-Si no querías esperar para tomar un café, ¿por qué querías verme en la cafetería?, y ¿a qué te refieres con hijo de Namikaze?
-El padre de tu amigo Uzumaki, es hijo de un rico empresario, puede derrochar el dinero a su antojo-Itachi se detuvo al llegar al estacionamiento.
-¿Estás diciendo que Naruto malgasta su dinero por ser yo?-Sai arrugó su frente molesto.
-Sabes que no me refiero a eso, pintorcito- el tono de Itachi cambió a uno más suave-y te pedí que me esperaras porque quería llevarte a casa.
-¿Llevarme a casa?-Sai notó que el violinista le señalo una motocicleta negra-¿Es tuya?
-Si –el joven Uchiha se dirigió a la motocicleta, tomando un casco que estaba sobre el asiento se lo lanzó a Sai, quien con un poco de torpeza logró atraparlo-Vamos a casa.
···
-…y después de salir de su encarcelamiento dejó de pintar-con una sonrisa el rubio terminó su exposición.
-Perfecto-mencionó Kakashi bastante desanimado.
-Gracias, sin embargo, su rostro no lo demuestra-de los labios de Naruto desapareció instantáneamente su sonrisa-¿Acaso deseaba que fallara?
El profesor no respondió nada. Ambos se encontraban en el taller del profesor. El enorme salón estaba pintado sin orden alguno, dando la apariencia de haber sido sólo pintado lanzándole pintura. Distintos cuadros colgaban en las paredes, eran los más sobresalientes de todos los alumnos que tomaban clases con el peligris; para alegría del rubio, el de Sai ya formaba parte de la pared. Kakashi vestía con su traje gris de siempre. Había visto hacía otro lado mientras Naruto hacía su presentación, en todas las sesiones que tenia con el rubio evitaba mirarlo, siempre se mantenía entretenido en algo más.
-¿No se encuentra conforme con mi desempeño?- Naruto habló en un tono triste. Agachó su rostro, mirando al piso como si eso fuera lo más interesante.
-Lo estoy- Hatake se atrevió por fin a mirar al rubio, para encontrar por primera vez la imagen del chico desolado.
Naruto siempre estaba sonriendo, varias veces había se había descubierto mirando al chico cuando paseaba por la universidad, igual a su padre, siempre rodeado de amigos y con una sonrisa dibujada en sus labios.
“¿Igual a su padre?”
-Supongo que lo estoy haciendo pésimo-Naruto por fin levantó su mirada, encontrando sus ojos con el ojo descubierto de su profesor.
“Tristeza”
-Lo estás haciendo bien-Kakashi por fin se atrevió a sonreír, ocasionando como reacción que una sonrisa se dibujara en los labios del rubio.
“Él no es igual a su padre, su padre nunca estaba triste”
-¿Realmente lo hago bien?-preguntó esperanzado.
-Si, lo haces excelente -las sonrisas del rubio eran bastante hermosas, pero a la vez muy dolorosas. Le recordaban a alguien más. Le recordaba…
Ding ding dong
-Imagino que ya desea que me vaya- las campanadas marcaron el final de la sesión, siempre cuando eso sucedía el profesor se veía ansioso que el ojiazul se marchara.
-Acompáñame, Naruto-san, te daré un premio por tu excelente trabajo-sonriendo el peligris se puso de pie.
-¿Un premio?-La sonrisa de Naruto se volvió más radiante.
-En serio, ven sígueme.
···
-Entra-Itachi entró a su casa, siendo seguido por un Sai cabizbajo.
No le gustaba caminar por detrás de las personas, sentía que cuando eso sucedía era porque las personas no disfrutaban su compañía.
-¿Qué sucede, pintorcito?
-Me quiero ir ya a mi casa.
-De ser así, ¿por qué entraste?, me pudiste rechazar en la puerta.
-Porque era grosero que lo hiciera.
-Sai-Itachi lo tomó con suavidad de la barbilla, haciéndolo levantar su rostro para encontrase con sus ojos-¿Qué soy para ti?
Las mejillas del menor se tornaron rojas, su corazón comenzó a latir acelerado, ¿Qué era Itachi para él?
-No lo sé-respondió sincero, al tiempo que desviaba su rostro.
Itachi lo tomó del rostro, esta vez con un poco de fuerza, obligándolo a verlo de nuevo.
-¿Qué haces?
-Mantén tus ojos en los míos, dura lo más que puedas.
-Pero…-el joven de la coleta colocó dos dedos sobre los labios de Sai, haciéndolo callar.
-Sin hacer ruido.
Sai no se atrevía a encontrar sus ojos con los de Itachi, pero quería que lo mirara, por lo que para poder durar tiempo decidió analizar las facciones del mayor.
El largo cabello negro, sujeto con una liga a la altura del cuello, lo que ocasionaba que mechones más cortos escapara, quedando en el rostro.
“¿Qué se sentirá jugar con su cabello?”
El rostro de facciones atractivas y bien definidas. De piel blanca pero sin llegar a la palidez. Sus labios delgados y que dibujaban sonrisas con facilidad. Sus ojos de pestañas largas, de una forma atractiva, de color negro. Brillantes…
“Y bastante tristes. ¿Por qué los ojos de Itachi lucen tan tristes?”
-Nos vemos más tarde, pintorcito- Itachi lo soltó, en sus labios se formó una sonrisa- debo bañarme, más tarde daré un concierto privado.
Guiñándole un ojo se marchó. Obligando a que Sai saliera sólo de su casa.
···
El pelinegro de cabello corto le daba los últimos retoques a su cuadro, alejándose lo miró satisfecho, talló con su mano la mejilla ocasionando una mancha en ésta, de la que no se dio cuenta.
-A Gaara le gustara, estoy seguro que será de sus favoritos, sólo me faltaran Summer, Autumn y Winter.
Toc, toc, toc
Cubrió con mucho cuidado su cuadro, acercándose a la puerta de cristal movió la cortina para ver al balcón, encontrando a Itachi parado en tras la puerta, algo sorprendido abrió la puerta.
El mayor vestía con traje de gala, su impecable smoking negro estaba arreglado a la perfección, traía su chaqueta negra con las solapas confeccionadas en satén, la camisa era de cuello pajarita y en color blanco. Su pantalón era negro, con una raya al lateral elaborada con satén negro al igual que la chaqueta, usaba una corbata negra de seda, y en lugar del fajín lucia un chaleco negro, traía el cabello sujeto en una media cola, lo cual se lograba notar a pesar de que usaba el sombrero de copa. Las manos del violinista estaban enfundadas en unos guantes blancos. Cargaba su violín y arco en sus manos.
-¿Qué haces vestido así?-logró por fin articular Sai.
-Pues vine a dar un concierto privado-los labios del mayor dibujaron una sonrisa atractiva-me dejaras pasar.
-A…adelante-haciéndose a un lado le permitió pasar.
-Estás sucio, pintorcito-sacando un pañuelo de su bolsa lo llevo a la mejilla de Sai, quitando la pintura.
-Te…ensuciaras-las mejillas se tiñeron rojas ante la reacción.
-Sólo me vestí así para ti, no hay problema si me mancho limpiándote.
-¿Es en serio?
-Es final de estación, debe ser algo inolvidable para mi audiencia.
-Pero incluso traes sombrero, creí que ya no se usaban.
-¿Me veo mal? ¿Quieres qué me lo quite?
-Para nada, te vez muy atractivo-las palabras salieron atropelladamente, evitando que pudiera detenerlas, al tiempo que su rostro se ponía aun más rojo.
-Eso era lo que quería oír de ti-sonrió, mientras guardó su pañuelo el joven de la coleta.
-¿A qué te refieres?
-Sai, ¿te gusto?
El timbre del teléfono sonó. Salvando a Sai de contestar la pregunta.
-Ya vuelvo, siéntate donde quieras-Sai corrió al pasillo a contestar el teléfono.
Nunca le había gustado tener teléfono en su estudio, por eso el más cercano siempre estaba afuera de éste.
-Bueno.
-Habló con Sai.
-¿Quien llama?
-Soy el abogado del joven Sabaku no Gaara.
-¿Qué es lo que necesita de mí?
-Su firma
-¿Mi firma? ¿A qué se refiere?
-Para pasar a ser su abogado y entregarle los bienes del joven Sabaku.
-Realmente no lo estoy entendiendo, podría pasarme a Gaara.
-Lo lamento-el abogado sonó sorprendido- pensé que usted ya sabía.
-Por favor, explíquese.
-Yo no soy el indicado.
-Por favor-Sai se empezaba a preocupar.
-El joven Sabaku murió ayer a las 2:30 de la mañana.
-No…¡NO!... ¡¡NO ES CIERTO!!-Sai dejó caer el teléfono, mirándolo aterrado-¡NO ES CIERTO!-Gritó mientras abundantes lágrimas corrían por sus mejillas.