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Lo Nuestro por AkiraHilar

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Notas del capitulo: Drabble 2: El máximo deseo (990 palabras) -> Saga intenta controlar su parte maligna mientras Shaka crece con la duda
Junto al reflejo. El patriarca estaba frente al espejo, observándose, estudiándose. Había transcurrido una década desde que mató al patriarca y tomó el control del santuario, detrás de esa mascara, con ese traje, con ese título… sin Shaka.

-Lo deseas-se escuchó y mordió sus labios, con impotencia-. Lo sabes tan bien como yo.

-Calla.

-Intenta callarme-espetó con una sonrisa maliciosa. El reflejo se burla de él, se mofa de su suerte, su debilidad-. Intenta acallar tus propios labios, Saga.

-Detente…

-Lo deseas…-mirada lasciva, relamió sus labios-. Lo has deseado desde siempre. Desde niño, tu cuerpo desea tenerle.

-¡No dejaré que lo manches!

-¿Tú? –rió, divertido-. ¿O yo? ¿A quién detendrás Saga? ¿A mí? ¿A ti? ¿A ambos? –la mirada esmeralda pasó de la rabia al dolor para luego mutar a la lujuria-. Quieres comerlo, lamer sus carnes, besar su cuerpo…

-Basta…

-Estrujarlo entre tus manos, morderlo, oírlo gemir tu nombre…-tomósu cabeza con pánico-. Nuestro nombre, Saga.

-¡BASTA!

-A crecido mucho y lo sabes… no has dejado de verlo… su cabello, sus labios, ese cuerpo siempre dorado… quieres… lo deseas… ¡Ansías!

-Lo ansío…-esmeralda que tomaban color carmín, mar que se ennegrecía cuan petróleo, viscoso, asqueroso-. Quiero comerlo… mancillarlo… hacerlo mío con todo el dolor disponible. Quebrar su pureza, su belleza…

-Es nuestro destino. No es un hambre de años, Saga… es de siglos… esta hambre es de siglos…

-¡Quiero tenerlo!

-Tomémoslo… ¡Hagámoslo!

-¡NOOOO! –dolor, un golpe contra el espejo. Vidrio. Añicos. Desesperación-. No… no dejaré que lo toques…

Se detiene, sintiendo la presencia invadir el tercer templo. Estudió y verificó la persona que estaba en su antigua morada, encontrándolo, a él. Su corazón se aceleró.

“¿Dónde Estás Saga?”

Ese murmullo, directo a sus adentros… directo a su corazón agobiado… a su alma lacerada… su ser…

“Porque te amo… No puedo saciarme de ti…”

Lloró, cayendo sobre su habitación. Sobre la sotana. Su maldición y su penitencia.

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Tenía varias semanas observándolo, entreabriendo sus labios para luego morderlos, intentando decir algo. Lo veía expectante, asustado ante lo evidente, con miedo de enfrentar a esa duda… precisamente la semilla que dejó plantada antes de desaparecer…

Noches enteras controlando su apetito animal, peleando consigo mismo y con la necesidad de tomarlo a la fuerza. Madrugadas deteniendo su propio poder mental que acosaba al objeto de sus deseos, enviándole sensaciones, caricias libidinosas, roces obscenos, pasiones suicidas, despertándolo en media noche, asustándolo… Se recriminaba, con lágrimas de sangre por cada milímetro profanado de su mente virginal, preguntándose si acaso Buda le respondería las millares de dudas que agolpaba su inmaculado pensamiento, su ser etéreo… su pureza.

Lloraba por él… por su deseo de tenerlo… por su pasión por protegerlo…

-Gran patriarca-esa voz, dulce, melodiosa, serena y al mismo tiempo, turbia en los adentros-, yo, necesito hacerle una pregunta.

¿Cuántas veces practicó esa simple frase? Shaka había perdido la cuenta de las veces que a sí mismo se repetía una y otra vez la misma escena. Pero ya no podía, las dudas se anidaban como abejas en el panal y temía que estas pudieran ser las culpables de esas noches en vela que pasaba, no necesariamente, meditando. Era el más cercano a los dioses, y su cuerpo estaba revelándose a su condición divina, a su castidad, a su deber como santo.

El patriarca volteó, dándole la espalda por unos segundos, tomando su pecho, calmando sus latidos. El dorado parecía meditar en si proseguir. Podía sentir, por primera vez, la vergüenza en su cosmos. Shaka estaba desarmado y debía ser en tal punto, como para llegar a confesarlo.

Decidió. Enfrentó…

-Sé cuál es tu duda, Shaka-le dijo. El rubio subió su rostro, intrigado-. La duda que has anidado por años, la conozco-volteó. Vio su rostro dorado enrojecido de la vergüenza-. Déjame enseñarte-“Quiero amarte” –. Te enseñaré, Shaka de Virgo, que es lo que te inoportuna y como sobrellevarlo…-“Quiero protegerte”

-Gran patriarca…

-¿Confías en mí? –el rubio asintió- Eres divinidad encerrado en el cuerpo humano- “Adorarte” -. Eres espíritu y eres carne, alma y cuerpo- “Admirarte” -. Eres dios y eres hombre. El verbo…

Besó. Hubo resistencia y la doblegó. Tomó su cintura. Abrazó. Penetró su boca. Bebió. Tras la máscara… tras los parpados… tras el vacío… se llenó.

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-Cierra los ojos, Shaka.

¿Rutina?… No. Religión. Adorarlo era el más dulce de sus deberes. Parpados siempre cerrados palpitante al ritmo del fuego. Por instante: violento, en otros: gentil. Guerreando consigo mismo y sus instintos. Bebiendo del agua donde fluye vida y muerte, eternidad y perdición, cielo e infierno. Labios que besan. Manos blancas que no tocan. Inmaculadas. Porque sólo él puede adorarlo, porque no merece sus caricias amorosas. Devoto. Creyente. Pecador. Hereje.

Con sus labios griegos delineaba su blanca figura. Gemía y Bebía. Amaba y vivía.

Lengua que traviesa dibujaba sus contornos. Cadenciosa y deseosa. Lamiendo y muriendo.

Manos que surcaban las colinas y los valles. Subía montañas, bajaba a los avernos, penetraba las cuevas. Jadeaba y poseía. Adoraba y nacía.

Mejillas y labios. Cuello y hombros. Pecho y abdomen. Piernas y pies. Miembro divino adorado hasta el infinito. Alabanza de ángeles tocada por esa garganta. Danza de dioses entre sábanas de seda. Brazos extendidos, piernas entrelazadas, un solo cuerpo. Aún dos almas…

“Si supieras que soy Saga…”

Llegaba al nirvana. Ofreciéndole su vida. Ofrendándole su aroma. Quedando vacío… para llenarse de él. El éxtasis: infinito. El vacío: acogedor. El infierno: la esperanza.

“Sagaa…”

Le escuchó directo a su alma. Lloró a sus adentros. Ambas voces, por fin, estaban alineadas.

-Shaka…

Estaba lleno… completo… Mientras estuviera en su lecho, entre sus brazos, era enteramente él… Era llanamente Saga…

Era Géminis…

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-Tras la maldad, vi justicia. Por eso le soy fiel, porque su verdadera naturaleza es bondadosa.

Dijo a un agonizante Fenix, sin sombra de dudas, sin punto de quiebre, inmutable… implacable.

“Respondió la duda que me dejó Saga.”

Shaka de Virgo estaba seguro. El era justicia.

“El me llenó…”

Varios años. Testigo de ambas caras. Misma naturaleza.

“No estoy equivocado.”
Notas finales: Espero les guste. Faltan 3 grandes drabbles para terminar este minicanon Saga x Shaka ^^

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